- No tengo motivos para aceptarlo
- Me gustas y creo que eso es un motivo suficiente
Se inclino hasta el rostro de Inuyasha y apreso sus labios. Tan solo los había probado una vez, pero eso fue suficiente para volverse un adicto al contacto.
El menor se dejo llevar, abrió su boca y sintió la lengua del peli plata invadir curiosa su cavidad; su lengua se entrelazo gustosa con la de él.
Volvió a la realidad y apartó bruscamente al mayor.
- Sessho, estamos en clase, que tal si alguien nos ve?
- Tienes razón… luego tendremos tiempo para hacerlo *sonriéndole* - entonces… si aceptaras mi regalo
- Yo... esta bien *mirándolo un tanto sonrojado*
- El numero que tiene registrado es el mío, así podrás llamarme cuando quieras
Asintió y luego ambos tomaron sus puestos ya que varios alumnos entraban. Agradecía haber puesto el celular en vibrador, Sesshoumaru a cada 5 minutos le enviaba algún mensaje un tanto indecoroso, palabras como “TE AMO”, “ME GUSTAS”, “ESPERO TU RESPUESTA”… y otras mas llegaban al móvil con frecuencia, haciéndolo sonrojar.
Toda la semana había sido igual, salía con el mayor pero aun no le daba respuesta; Sesshoumaru tan solo esperaba paciente, sabia que no debía presionarlo, el no era como los demás que caerían a sus pies con tan solo una mirada, él era diferente y era esa diferencia era lo que amaba.
Pero todo esto sucedía ante una atenta mirada azabache, Naraku aun no olvidaba como Inuyasha lo había hecho quedar como un tonto delante todos… un pobretón como esos no era nadie para tratarlo de esa forma y tenia un buen plan para humillarlo, y no solo a el, también al pretencioso Taisho.
Era de nuevo lunes, aquel fin de semana había pensado en aceptar o rechazar a Sesshoumaru; pero decidió darse la oportunidad. Había llegado algo temprano, la ansiedad que tenia lo habían alterado un poco; cuando iba a entrar, escucho dos voces en el salón, una la identifico de inmediato… era Sesshoumaru, pero la otra, le parecía conocida.
- Entonces Inuyasha es tu nuevo jueguito Taisho?
- Y si así fuera? *mirándolo con odio*
- De tantos ricos que habremos, escogiste a ese mendigo?
- Si el es un juego o no es problema mío, nada tiene que ver contigo
Inuyasha escuchaba tras la puerta… estaba decepcionado; sus razón le decía que Sesshoumaru era una persona de esa calaña, pero tan solo se dejo llevar por las emociones. Recuperando su semblante, entro al aula de clases.
- Buenos días * sentándose en su asiento*
El mayor peli plata palideció… Inuyasha lo había escuchado todo?... el no lo había dicho con ese sentido, tan solo le aclaraba al azabache que lo que sucediera entre Inuyasha, era solo su problema; pero al escuchar a Naraku referirse así del menor, no pensó bien sus palabras.
- Inuyasha
- Que quieres?
- Lo que escuchaste… yo
- Lo olvidaba * tomando el celular para dárselo* no lo necesito… no soy tu juguete para que me estés localizando.
- Inuyasha, escúchame, lo que dije…
- No me interesa… olvídalo y también yo lo hare, además siéntate, el profesor esta entrando.
Las clases pasaron relativamente “normales”; luego de acabar Inuyasha salió rápidamente, pero fue interceptado por el mayor. Lo arrastro hasta la azotea que estaba inhóspita.
- Suéltame *soltándose del agarre*
- Tienes que escucharme
- Llegare tarde a mi trabajo por tu culpa
- Luego te daré dinero para un taxi y por las horas que pierdas de trabajo, pero antes, tienes que escucharme.
- ESE ES TU MALDITO PROBLEMA ¡… El cochino dinero… crees que todo lo puedes solucionar así?... crees que con dinero podrás sobornarme para estar a tu lado?
- Inu…yasha *sorprendido*
- Olvídalo Sesshoumaru, no soy como los demás, yo no seré tu juguete, déjame en paz y olvida que algo entre los dos sucedió. * bajando de la azotea*
Estaba realmente molesto y frustrado, Kouga y Miroku se lo habían dicho, pero no… el no quiso escucharlos y se dejo guiar… vaya tonto era.
Cuando llego al trabajo, intento disimular bien ante su jefe, pero este, tan analizador como siempre, dedujo que algo le había ocurrido; sin reponerse le conto lo sucedido. Kouga tan solo acaricio su cabello y le dijo que tuviera paciencia… en cierto modo esas palabras lo tranquilizaron, pero igual se sentía algo abatido.
Logro disimular ante su madre, realizo sus tareas y se recostó… una que otra lagrima surco de sus ojos; el pensar que tendría que seguirlo viendo, lo llenaba de angustia.
Aquella mañana, llego justo a tiempo para comenzar la clase; le tocaba Sociales con el profesor Mioga.
- Jovenes, el trabajo de hoy será en parejas, tendrán que consultar la clase de gobierno del país que yo les asignare… entendido?
- Si * dijeron todos al unísono*
- Kagura y Kikio, Grecia
- Hakudoshi y Naraku, Alemania
- Inuyasha y Sesshoumaru Japon
- Me rehúso Sensei…. No quiero trabajar con Taisho
- Porque joven Inuyasha?
- No nos llevamos bien, prefiero trabajar solo
- Lo siento joven, pero el principal motivo del trabajo es asociarse y al ver que tiene dificultades con Taisho, menos que le daré un cambio de pareja.
Inuyasha bufó y se sentó molesto en su asiento ante las contrariadas miradas de sus compañeros. Nadie… absolutamente nadie había rechazado estar con Taisho y esto, les parecía extraño a sus compañeros.
Por otra parte, Sesshoumaru se sentía triste por la actitud de Inuyasha, pero feliz porque era una clara oportunidad para aclarar las cosas con el menor.
Al terminar la clase, recogió las cosas apresurado, no quería llegar tarde a su trabajo, además, no quería estar cerca de Taisho, quien no hacia mas que mirarlo atento.
- A donde vas?... tenemos que hacer el trabajo
- No puedo faltar a trabajar, si quieres hacer el trabajo, tendrás que esperar a que salga de trabajar, además, lo haremos en mi casa, no confió en un tipo de tu calaña
- Deja de tratarme asi
- Es lo que mereces
- Iré por ti cuando salgas del trabajo y mas te vale esperarme…. Porque sino me conocerás molesto * tomando sus cosas para salir del salón*
****** En la salida del trabajo******
Se sentía nervioso; no podía mentir… las palabras de Sesshoumaru lo habían alterado. Llamo desde el local a su madre y le aviso que un compañero iria con el hacer un trabajo y luego colgó para salir y esperar al mayor.
Lo vio parquear su moto y después ofrecerle el casco, no hubo palabras, tan solo se lo puso y luego se monto en la motocicleta.
- Hacia donde? * dijo el mayor*
- Ah… lo olvidaba, sigue derecho por esta avenida y en la esquina tomas a la izquierda
Después de varias indicaciones, llegaron a casa del menor. Sesshoumaru tan solo miraba intrigado el humilde barrio, las personas, el ambiente, todo era distinto al suyo.
- Piensas quedarte ahí o vas a entrar?
- Voy
Siguió a Inuyasha y entraron en la morada; miro atento el hogar de su amor y luego diviso a una hermosa mujer de cabellos azabaches que le sonreía con amabilidad.
- Tu debes ser el compañero de mi hijo, mucho gusto, mi nombre es Izayoi… siéntete como en casa.
- Muchas gracias señora
- Luego les subiré algo de comer Inuyasha
- Si madre
Inuyasha condujo a el mayor hasta su cuarto, al principio pensó que era peligroso, pero no… el no se dejaría someter ante aquel sujeto, primero su orgullo sobre todas las cosas.
Miro de reojo a Sesshoumaru y noto como miraba cada centímetro de su habitación… inspeccionándola, examinándola sin cautela.
- Que nunca has estado en un cuarto?.. ahh.. lo olvidaba, jamás has estado en un cuarto de alguien pobre
- Solo pensaba que era acogedor
Guardo silencio y luego invito a Sesshoumaru a que se pusiera cómodo; sin decir nada mas, comenzaron a realizar el trabajo, el mirando en su estante de libros y el mayor revisando en su portátil.
Izayoi, al ver la concentración de ambos chichos, dejo los aperitivos en una pequeña mesita y les escribió una nota “esfuércense”.
- Tu madre es muy amable Inuyasha * leyendo la nota*
- Lo se, es lo que mas amo en esta vida *sonriendo tiernamente* - si me llegara a faltar, moriría
- Yo jamás he sentido tal amor… a mi me han criado las nanas o algunos sirvientes, tan solo veo a mis padres dos veces en el año, en mi cumpleaños y en navidad
- Lo siento, no lo sabia
- No te disculpes, fui yo quien quiso contártelo
- Tomemos un receso y comemos
- Me parece bien
Comieron sin ningún percance, tan solo sumidos en el ameno silencio. Después retomaron su trabajo, logrando terminar a altar horas de la madrugada.
- Pensé que no terminaríamos
- Si, tampoco yo, espero tener buena nota, me convendría para la beca
- Terminaron chicos? * decía Izayoi entrando a la habitación*
- Si madre, acompañare a Sesshoumaru hasta la salida
- Estas loco hijo?, como lo dejaras ir a estas horas, son las dos de la mañana, podría pasarle algo
- Muchas gracias por la preocupación mi señora, pero estaré bien
- Claro que no Sesshoumaru, quédate esta noche, no pienso dejarte por ahí a que te expongas