Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querida alma gemela por Necoco_Minaaj

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Kishimoto & la canción pertenece a Porta (Christian Jiménez Bundo).

 

 

Bien, antes que nada, saludos, lectores OwO Yo soy Necoco (Necoco_love, mi cuenta perdida, y Necoco_love2, mi otra cuenta donde publico XD), y mi querida amiga, que escribió lo de arriba, es Naru (Naaru_Minaaj y antes Your worst nightmare). Un día, de repente, la idea surgió. Ya la había estado pensando, pero no me decidía porque la escuela me consumía y también mis otros fics XD pero al fin y al cabo, cuando Naru me comentó la idea, dije, “¿Por qué no intentarlo juntas?” y el resultado es éste: éste songfic es el primero de una serie de songfics que haremos con varias canciones de Porta, así que sólo esperen y verán. En fin, después de las presentaciones, creo que no tengo mucho más que agregar, sólo espero que disfruten y qué, si les gustó éste, lean los siguientes songfics, y si tienen un poco de tiempo, dejen reviews OwO

Notas del capitulo:

:DDD

«Eres al único a quién puedo confiarle esto…»


Vale…


No le agradaba Sasuke. De hecho, si tenía que ser sincero, podía decir con total seguridad que el Uchiha le desagradaba tanto que le habría gustado golpearlo un par de veces cuando lo había tenido justo en frente aquella noche en la azotea de su despacho. Pero no lo hizo. Había aprendido a ser más contundente y a mantenerse tranquilo en situaciones en las que años atrás habría atacado sin el menor miramiento. Frío, calculador, preguntó al azabache que se le ofrecía como para que llegara en la media noche a molestar sus reflexiones. Esperaba que fuera importante.


Lo era.


Le tendió un sobre, de manera brusca, obligándolo a tomarlo entre sus manos. Gaara, con desconfianza, tomó el sobre, preguntando de que se trataba toda esa farsa del Uchiha. Sasuke parecía sumamente molesto por la pregunta, pero antes de atacar verbalmente al pelirrojo recordó los motivos que lo habían orillado a semejante situación.


Era una carta.


Para Naruto.


Gaara tenía que hacerle el grandísimo favor de entregársela—aunque lo había dicho de manera más amenazante y autoritaria—, porque él no podía ni quería volver a pisar Konoha. En cualquier otra situación, se habría negado a tal cosa: Sasuke era un renegado de Konoha muy buscado por Naruto y no podía desperdiciar la oportunidad de llevarlo de nuevo a la vida del rubio.


—Pero tú lo entiendes. No puedo volver, pero tienes que darle la carta. Eres al único a quién puedo confiar porque sé que no traicionarías a Naruto… Porque sé que quieres lo mejor para él…


Cuanta jodida razón tenía el Uchiha.


Y ahí estaba. Había dejado marchar al Uchiha, con la amenaza de que, fuera lo que fuera el maldito sobre, si contenía malas noticias para su rubio amigo, lo perseguiría hasta la muerte con tal de hacerle pagar. Y por primera vez, vio el reflejo de la tristeza por un fugaz momento en aquellos ojos oscuros como la noche. Había seguido las instrucciones, nadie le había visto llegar a Konoha y se encontraba ahora recargado en la puerta del departamento del rubio, decidiéndose entre tocar o no.


La carta seguía intacta, prueba de que había mostrado respeto a la intimidad de Uchiha.


¿Por qué lo había hecho sin negarse?


Porque…


…Son almas gemelas, separadas sin duda.
Están pidiendo a gritos unirse y volver a ser una.
Sienten algo y no saben por qué, aunque las dos saben,
Que es mucho más fuerte que una amistad lo que les une.


Y se puede ver a kilómetros si te fijas,
La vida nos lleva por el sendero que ella elija…

La vida los había separado, sin duda. Por una cuestión u otra, ya no estaban juntos como antes. Naruto lo perseguía incansablemente, Sasuke huía repentinamente. Era como un juego, atrápame si puedes, alcánzame si eres lo suficientemente fuerte. Ambos se herían a si mismos, el que huía demasiado, y el que buscaba demasiado. Tenía que acabar de una vez. Todo dependía del contenido del sobre.


De repente, un sonido apenas audible de pasos en el interior del departamento lo alarmó. Tenía estrictamente prohibido que alguien se diera cuenta de su presencia; si Naruto se enteraba que Sasuke había ido a verlo, probablemente no descansaría hasta que el pelirrojo le contara de su paradero. No quería ver la ilusión rota en los ojos azules de Naruto. Y lo había prometido a Sasuke, por el bien de ellos dos. Dejó el sobre en el suelo, junto a la puerta. Tocó tres veces seguidas y antes de que Naruto se preguntara quién podría ser a esas horas de la noche, se marchó.


Naruto abrió la puerta, pero cuando lo hizo lo único que le recibió fue una ráfaga de frío viento que lo hizo temblar por unos segundos. No había podido dormir y, hambriento, había pensado que un tazón de ramen instantáneo serviría para calentarle la barriga y dormir más plácidamente. Frustrado por verse interrumpido en medio de la noche, estuvo a punto de cerrar la puerta hasta que se dio cuenta del sobre blanco posado junto a sus pies.


Le recogió, cerró la puerta, y se adentró a la pequeña cocina de su departamento.


Abrió el sobre descuidadamente mientras su ramen se preparaba. Miró la carta de manera general y lo primero que hizo instintivamente fue soltarla y levantarse abruptamente de la silla que ocupaba. No podía ser cierto. Su mano temblaba ligeramente. La duda carcomió cada uno de los fútiles pensamientos que se arremolinaron en su mente en el mismo instante en que identificó aquella pulcra caligrafía como la de Uchiha Sasuke.


Negó con la cabeza, se acercó a la mesa, y tomó la hoja de papel doblada que había sacado dentro del sobre. Desconcertado, leyó de puño y letra de Uchiha lo que parecía como una carta demasiado extraña e inhabitual de su mejor amigo:


Yo llegué hasta ti sin ni siquiera buscarte.
Sólo con conocerme a mí podía retratarte.
A ti, como un dulce sabor salado,
Soy un amargado, excepto, cuando estoy a tu lado,
Miraba tu melena dorada con cara de idiota,
Te di mi corazón y sus instrucciones en una nota de papel
 Quiero ser aquél que te tuviera,
Si supieras algún día lo que siento,
Si pudieras verte con los ojos que te veo,
En vez de en el espejo, no conocerías jamás el
complejo.


Su complejo… su complejo de sentirse un monstruo inútil para la aldea. Sasuke lo sabía muy bien. Aquél complejo que lo había atosigado durante toda su infancia; de toda la aldea, Sasuke era quién lo observaba como un igual. Cómo un rival más a vencer. Al menos así había sido antes de que Sasuke abandonara la aldea. Se quedó pensando por un momento, recordando todas esas veces que habían terminado peleando por tonterías que ahora se sentían bastante lejanas.


¿Por qué Sasuke aún no había vuelto a Konoha…?


Retomó la lectura de la carta, desconcertado por semejantes confesiones tan íntimas del Uchiha. ¿Sasuke estaría muriendo y era por eso que le escribía, para que supiera todo lo que nunca había sido capaz de decirle de frente?


El calor de tus abrazos hace que cierre los ojos lentamente.
Esto es para ti, escucha atentamente:
Sé cuando estás triste, y sé cuando me mientes,
Sé que lo haces para que no me preocupe como siempre.
Son imanes con igual polaridad por eso chocan al juntarse,
Debe ser necesidad la debilidad del uno por el otro,
El amor y el odio de los dos pudo arreglar sus corazones rotos.
Una piel tan blanca no se olvida,
Cruzaré los dedos de los pies por si se oxidan,
Son almas más que cercanas, tú llámalo como quieras,
Creo que algunos los conocen como almas gemelas.


Estaba confundido. ¿Cómo se atrevía a escribir todas esas cosas?


Al principio, lo admitía: internamente se había sentido emocionado al encontrar la carta de su antiguo mejor amigo, más sin embargo ahora estaba siendo atacado por una gama interminable de sensaciones que no sabía controlar. Por una parte estaba enojado. ¿Por qué? Porque Sasuke se había ido de la aldea por una razón tan idiota como inútil que aún no comprendía y ahora llegaba esa carta declarando que probablemente el moreno estaba enamorado de él, ¿Cómo se supone que debía sentirse con ello? ¿Cómo se supone que debía ignorar el hecho de que, pese a la confesión, Sasuke no estaba en Konoha? Y por la otra parte se encontraba tan… no sabía ni siquiera describir ese sentimiento. Entusiasmado porque al fin sabía algo del infeliz Uchiha, feliz porque lo que Sasuke le hacía sentir nunca nadie lo había hecho, y no obstante, todo tenía con sabor amargo al recordar que, aunque estuviera feliz, eso no traería de vuelta a su mejor amigo. 


Dejó de respirar un segundo, estaba mucho más confundido que antes. No se alarmó demasiado, después de todo solo había sido una mirada de reojo a la siguiente estrofa de lo que al parecer era una canción, quizás, escrita por el mismísimo Sasuke. Lo cual, a decir verdad, lo tenía casi perplejo.


Querida alma gemela espero que me leas,
allí donde quiera que estés lucharé contra el viento y la marea,
yo sé que es así, no espero que me creas,
busco mi otra mitad y no hay duda de que tú lo seas.


¿Que lucharía contra el viento y la marea? ¿Qué clase de estupidez era esa? Estaba enojado, más de lo que desearía. Incluso había dejado enfriar su ramen por leer la mentada carta, que más parecían frases extrañas escritas tal vez en algún lecho de muerte. Seguro estaba, Sasuke no se atrevería a escribir cosas tan extrañamente cursis a menos que estuviera dopado, y eso aún dándole el beneficio de la duda.


Por un momento, alejó la carta de su persona. Sopló a su ramen instantáneo y comió un poco, dejando que su sabor tan delicioso inundara su boca, a ver si con eso era capaz de dejar de darle tantas vueltas a esa carta de dudosa procedencia pero que de alguna manera, Sasuke había escrito. Asimilarla palabra por palabra era una labor titánica, no porque no comprendiera lo que Sasuke trataba de decirle, si no porque consideraba al azabache incapaz de pensar siquiera en cosas tan absurdamente románticas como aquellas que había leído.


Sin embargo, la situación empezaba a cobrar sentido si Naruto recordaba que en Taka, el equipo del Uchiha, había una chica. Puede que Sasuke, en su frustración de no poder expresarse claramente como lo buscaba para confesarle sus sentimientos, pidiera ayuda a Karin, teniendo que tragarse su orgullo Uchiha en el camino. Era igual de improbable como pensar que Sasuke por inspiración divina le había escrito una canción—su orgullo no se lo tragaba tan fácil—, pero era mucho más lógico que imaginarse a Sasuke en plan romántico.


Suspiró un poco, más por desconcierto que por amor. Incluso por carta, no podía terminar de comprender a Sasuke. Miró la hoja de papel, decidiéndose si era mucho mejor continuar y terminar de leerla, o dejarlo así y no llevarse quizá una desilusión, o algo parecido. Terminó tomando la carta entre sus manos para seguir leyendo.


Soy feliz asi, con estas pequeñas cosas que me unen a ti,
Como cada pétalo a su rosa,
Tu perfume me despierta, pone alerta a mis sentidos.
¿Conocerte fue casualidad? ¿O causa de nuestro destino?
Gracias por cada detalle, por pequeño que parezca.
Las almas separadas por el cuerpo necesitan estar cerca.
Tú aura me da vida, te agarraré la mano si duermes y la dejas caída.
Mi mirada sigue la perfecta forma de tus labios,
No imaginas que sentí el primer momento tras rozarlos.

Naruto volvió a arrojar la carta, visiblemente afectado por las dos últimas líneas. Su cara, visiblemente sonrojada, demostraba aquellos pensamientos que aparecieron en su mente justo al leer las líneas: que Sasuke recordaba perfectamente ese primer beso accidental en la academia… y que le había gustado. Por extraño que pareciese, ese pensamiento lo creyó más que cualquier otro que se había cruzado por su mente.

 

Era más tangible creerle lo del beso que cualquiera otra cosa, ¿Por qué? Un beso, si era bueno, a cualquiera podía gustarle, viniera de un hombre o una mujer. Sentimientos más fuertes como los que confesaba Sasuke, le eran difíciles de creer. ¿Cómo alguien que había intentado matarlo en varias ocasiones podía decirle algo así? Si Sasuke le amaba tanto, ¿por qué no volvía con él a Konoha…?


El orgullo puede a la razón de ambos,
mataría por ti, moriría por ti, puedo demostrarlo.


¿De verdad Sasuke estaba dispuesto sólo a todo eso por él? ¿Iba a traerle la cabeza de alguien para demostrarle lo mucho que le quería? Ah, ¿Por qué le estaba dando tantas vueltas al asunto? Cierto que era eso lo que había esperado por tanto tiempo—aunque evidentemente no lo esperaba a través de una carta—, ¿Pero por qué sencillamente no aceptarlo todo sin peros? ¿Tenía miedo de que todo fuera un sueño, una mera ilusión provocada por comer a media noche? No, seguro era el hecho de que… de que había esperando tanto por aquél momento, que jamás se había detenido ni un momento a pensar en que pasaría después de que ocurriera.


Cómo si se hubiera cumplido el objetivo de toda su vida y ahora no supiera que hacer en adelante.


Se detuvo a pensarlo un momento, arrugando el entrecejo, dispuesto a divagar hasta lo más profundo de sus pensamientos para encontrar una explicación lógica a todo lo que en aquél momento sentía. Ya no estaba enojado, pero sin embargo tenía infinidad de dudas que, aparentemente, no podría compartir con Sasuke. La carta carecía de remitente, así qué, incluso aunque lo quisiera, no tendría manera de que Sasuke la recibiera. Seguramente el azabache estaba por algún rincón perdido del mundo ninja.


Escuchó un sonido proveniente de la azotea de su departamento. Probablemente fuera un gato caminando en medio de la noche o algo parecido, así que le tomó muy poca importancia. Volvió a la carta, que estaba casi por terminar, y cuyo contenido seguía intrigándole tanto como al principio.


Sé que no todo será siempre bonito.
Pero siendo sólo tú, tú conseguiste ser mi tipo.
No eres otro, lo repito, sabes que eres el único.
Te necesito más que a mi necesidad de poder, a decir verdad, más que a la venganza.


Costaba decirlo, pero tenía que aceptar que las palabras sonaban muy sinceras, demasiado. Imaginaba a Sasuke sentado en algún bosque, o en el valle del fin, en una de las estatuas, quizá en la de Madara Uchiha, escribiendo esa carta mientras la brisa acariciaba su rostro. Pensando detenidamente en la manera exacta de definir lo que sentía de una manera sincera y sin orgullo de por medio.


Se sentía enamorado, incluso aunque Sasuke no estaba ahí. Vilmente enamorado de ese teme. Su teme…


Juré nunca decirte para siempre.
La confianza que me haces sentir es suficiente.
Yo un día te soñé y hace tiempo.
Sin buscarte te encontré porque siempre te llevé dentro.
Eres de aspecto fuerte, aunque te dejas derrumbar.
Te protegeré, no dejaré que la vida te vuelva a golpear,
Ven conmigo, lo nuestro es correspondido,
Si te vas ya no podré conformarme con ser tu amigo.


Una invitación, clara y concisa. Una verdad, innegable y segura. Una promesa oculta, pero promesa al fin y al cabo. Una última frase preocupante… Si Naruto no acudía a Sasuke, ¿Qué pasaría entonces? ¿Lo olvidaría para siempre, se iría sin más, se perdería su rastro del mundo para siempre? Aún de aquella manera, Sasuke lograba desconcertarlo y preguntarse más cosas de las que le gustaría saber. Se sentía estúpido, como si fuera a ser timado por la inteligencia de Sasuke, cómo si el azabache mismo se mofara de él al no darle, de manera general, más opciones que aceptar la dichosa carta y lo que contenía entre sus líneas.


Digo lo que tú pensabas, son dos almas conectadas.
Tenemos lo que al otro le falta o necesitaba.
Creo que eres la única persona capaz de entenderme
Tú si puedes conocerme, la única persona que si puede tenerme.

 

Jodido Uchiha. Sentía si intimidad y sus más ocultos sentimientos violados, cómo si en alguna clase de Genjutsu alguien hubiera sonsacado de su corazón aquellos valiosísimos pensamientos: Que él y Sasuke, inevitablemente, tenían una conexión especial. Que si había alguien que merecía tener a Sasuke, era él, que estaba dispuesto a todo, incluso a hacer a un lado su sueño de ser Hokage, por él. Y Sasuke, con su superioridad de siempre, le restregaba lo mucho que desde siempre había sabido sobre sus inútiles sentimientos.


Aunque después de todo, sus sentimientos no eran tan inútiles.


Pero de nada servía que Sasuke no estuviera ahí. De nada servía la carta, dijo en voz frustrada y demasiado audible, si Uchiha no estaba ahí para darle una buena patada en donde a un hombre no se le debía patear, para después besarlo y hacerle saber con eso qué, aunque seguía siendo y vil y completo estúpido por irse y hacer cómo si su existencia no le importara, lo seguía amando, como siempre lo había hecho. Como siempre lo haría.


Soltó un suspiro abatido. Su ramen se había terminado. Había pasado un buen rato. El sueño, pese a la cantidad de pensamientos que se apoderaban de su mente, le estaba ganando. Soltó un último insulto a Sasuke en voz demasiado alta, porque lo amaba y al mismo tiempo lo odiaba por no estar a su lado. Sin embargo, era más su sueño que sus ganas de reprocharle a la nada que Sasuke era también un imbécil por escribirle y no decirle las cosas cara a cara. Con eso en mente, dejó la carta ligeramente arrugada en la mesa de la cocina, se marchó a la cama, se cobijó, y luego de bostezar, se dejó llevar a los brazos de Morfeo con imágenes en su mente de Sasuke escribiendo la carta con una sonrisa ligera, muy posiblemente.


En el cielo, las estrellas centelleaban ligeramente, como pequeños diamantes decorando la noche. Hacía frío. El viento azotaba ligeramente en la azotea del departamento. La luna se miraba hermosa desde aquél ángulo, con esa luz blanca tan brillante que no pertenecía a la luna en realidad. Hubo un maullido tenue, lo demasiado suave para que pareciera un ronroneo, pero demasiado audible para que Naruto pudiera escucharlo desde su habitación. Sin embargo, Naruto seguía dormido igual que un bebé, tan placenteramente que no había manera de despertarlo con tan agudo sonido.


El gato, impávido, observaba a Sasuke, fijamente, con sus ojos color ámbar centellear por el reflejo de la luz de la luna. Uchiha Sasuke, sentado en la azotea del departamento de Naruto, sonrió ligeramente, apenas un movimiento leve en las comisuras de sus labios. ¿Qué le divertía más, la confusión mental de Naruto o el hecho de que tal como había imaginado, el rubio reaccionaría de tal forma ante su vergonzosa carta? Había pasado por alto los insultos, porque a fin de cuentas, aunque iban en serio, de parte de Naruto siempre contenían un mensaje subliminal; para ambos, ser el “teme” o el “dobe” en su caso correspondiente, era como decir “Te quiero”, pero con palabras más soeces. Con cariño, a fin de cuentas.


Sasuke se levantó silenciosamente. Miró la luna por última vez y se marchó tal como había llegado, tan sigiloso cual gato al acecho. No esperaba que Naruto le respondiera, porque se había encargado perfectamente de que el rubio no tuviera posibilidad. Naruto ya había hecho demasiado por él y por los sentimientos que latían en ambos corazones. Era hora de que Sasuke hiciera algo por salvar ese amor que Naruto le profesaba.


Pero todo a su tiempo. Paso a paso. Iba a volver. Un día, volvería por Naruto, sólo por él y por nadie más. Sasuke tenía muchos planes, pero no podía ejecutarlos todos al mismo tiempo. El rubio tendría que esperar, sólo un poco más, pero cuando finalmente se reencontraran, la espera habría valido la pena. Palabra de Uchiha. Palabra de hombre enamorado.

Notas finales:

Y bien, ¿Qué tal ha quedado? Espero que les haya gustado mucho XD ya saben, si tienen tiempo, dejen bellos reviews, ¿ok? :3

dejeen reeviews, vaalee?

agreegueen a faavs

Neecoco&Naaru


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).