POV HanGeng
Desistí de dormir pasadas las seis de la mañana, asique simplemente me bañé y me vestí para quitarme todo el sudor de la noche y me cambié para ir a la escuela.
Cuando bajé a desayunar la casa parecía tener brillo propio de lo limpia que estaba; y no me refiero a que la casa nunca esté limpia pero todos los 'amigos' sabían que cuando venía el hermano de mi padre incluso las pulgas de mi pero -que por cierto no tengo- debían estar limpias.
Suspiré y al ver que mis padres ya se habían ido decidí desayunar en la cocina con los 'amigos'.
— Buenos días joven —dijeron todos cuando me vieron entrar a la cocina— ¿Le pasa algo? ¿Tiene fiebre? ¿Durmió bien? —preguntó la que lavaba los platos al ver mi expresión de zombie, se acercó y posó su mano en mi frente torciendo su boca— No tienes fiebre... ¿Por qué esa cara y esas ojeras? —me preguntó a la vez que le daba una orden a la que servía la comida para que llenase mi plato.
No podía sonreír y quería guardar mis mejores sonrisas para cuando los viera aparecer por la puerta.
— Solo no duermo bien desde hace unas cuantas noches —le respondí tiernamente mientras tomaba su mano y me dirigía a la modesta mesa para comenzar a comer mi desayuno.
—Ah... Joven... —dijo una que tenía el sonrojo hasta los zapatos— ¿Sabe donde se encuentra el joven RyeoWook? —preguntó y luego vi como muchas le daban un codazo.
Yo solo suspiré.
— Esta en la casa de su mejor amigo y no aparecerá hasta mañana u hoy bien entrada la noche... Por suerte —le respondí.
Luego seguí comiendo y cuando me sentí completamente satisfecho, me dirigí con mi cara de muerto al auto que se dirigió a súper velocidad a la escuela.
Arrastré mis pies hasta llegar al aula y tomé asiento en mi lugar. ReoYii había perdido su costumbre de saltarme encima todas las mañanas desde que mis ojeras habían crecido notoriamente y ya casi a pesar de que ejercitaba todos los días, mis músculos no tenían fuerza.
Suspiré y en un abrir y cerrar de ojos las clases habían comenzado. No había notado que faltaban aquellos dos hasta que llegaron tarde entrando con la respiración agitada por la puerta. El profesor se limitó a regañar a RyeoWook y este dijo unas palabras que no llegué a escuchar bien.
— Por ser la primera vez de usted, Joven Kim no irá a dirección... Pero Usted Joven Lee se va rápidamente hasta ella —sentenció mientras volvía su vista al pizarrón para seguir explicando.
Vi como mi preciosa novia le tiraba papelitos al enano y... de ese momento no recuerdo más, ya que el profesor me pidió que leyera algo en inglés y así lo hice.
Unos minutos más tarde sonó el timbre del receso y casi más salto de mi silla pensando que era el timbre de salida, pero gracias al cielo Siwon estaba a mi lado y me dijo que solo era el timbre que anunciaba que todo el mundo podía ir a llenarse el estómago de comida.
— ¿Vienes con nosotros?-—me preguntó Heechul, yo negué con mi cabeza y vi como Eetuk se volvía a sentar a mi lado, mirándome.
— Es que desayuné mucho esta mañana —luego crucé mis manos sobre la altura de mi boca y comencé a mover el pie nerviosamente, viendo atentamente como el segundero pasaba sobre el minutero en el reloj de pared del aula... Como si intentase detener el tiempo con la vista.
— ¿Estas...? —comenzó a preguntar Eetuk con preocupación
—Sí —le dije en un tono alto y claro, luego pude ver como el acercaba su oreja a mi boca entonces solo le susurré el nombre de mi tía y eso basto para que él me abrazara por los hombros y se quedará allí el resto del receso.
POV RyeoWook
Había sido perdonado por el maestro pero DongHae no tuvo tanta suerte como yo. Al tomar asiento en mi respectivo lugar, tomé el celular nerviosamente. Cada minuto lo observaba, no le prestaba atención a la clase.
— Mejor me quito la preocupación —susurré para mi mismo.
Abrí la tapa del aparato electrónico y comencé a teclear una a una cada letra para completar frases. Estaba preocupado por el castigo que recibiría mi amigo., quizás si no nos hubiéramos quedado hasta tarde esto no hubiera ocurrido.
El vibrador repentinamente sonó en la mesa. Miré el mensaje leyendo:
"No te preocupes Wookie. He sobrevivido en peores casos, te veo en el almuerzo. DongHae.
PD: Toma apuntes extras para mí, ¿si? *-*"
Claro que lo haría. Aunque no se lo hubiese pedido en mis planes ya lo estaba. Levanté el rostro cuando noté como un papel llegó a mi pupitre. ¿Es que los alumnos tienen experiencia suficiente para que caigan en el lugar exacto?
Lo tomé entre mis manos, teniendo cuidado ser atrapado por el maestro.
"¿Podemos merendar juntos hoy? ReoYii"
Miré a la muchacha delante del asiento vacío de DongHae, me sonrió al verme. Para luego girar su rostro no sin antes hacerme un ademan con sus manos indicando que si iría. ¡Ni siquiera le había respondido y ya lo daba por concreto!
Recordé las palabras de mi amigo. ¿Tenía que tener cuidado con ella?
Oh, vamos. Debería dejar de pensar en cosas innecesarias cuando DongHae dependía de mis apuntes para aprender la materia. Concéntrate. Tomé mi lápiz y comencé a registras conceptos y ejercicios.
~*~
El timbre sonó anunciando el receso. Tomé mis lápices y cuadernos metiéndolos en la mochila para luego dejarla sobre mi asiento. Me levanté y rápidamente caminé hacia la salida, pasando entre medio del grupo de HanGeng.
— Oye... —el de pelo cobrizo me llamó— Ten más cuidado me pisaste.
— Lo siento —hasta ahora no sabía su nombre— Permiso.
Y salí del aula a prisa, no quería que me alcanzara en el camino ReoYii, pues estaba tomando en cuenta la advertencia que me habían dado. Además, encontrar a DongHae en la dirección ahora era mi prioridad.
POV HanGeng
Las clases pasaron frente a mis ojos como si jugasen una carrera entre ellas, a ver cual terminaba más rápido. A penas y si pude darme cuenta cuando el último timbre sonó y todos comenzaron a levantarse.
Me encaminé hacia la puerta encontrándome allí con mis amigos, los cuales me sonrieron y me dieron unas pequeñas palabras de aliento.
—Hannie ~ —me dijo meloso Eetuk—- Si mañana sigues vivo nos vemos, ¿Si?—-me sonrió y no pude hacer más que reír.
Era el único que, a pesar de que el mundo se me cayese encima, podía hacerme reír.
Me subí al auto con la cabeza en alto, sabiendo que era cuestión de tiempo antes de ver la cara que más infelicidad y tristeza me traía. Pude notar como incluso mi chofer estaba nervioso asique bajé lo más rápido que pude y sentí el suspiro de alivio de todos cuando vieron que era yo quien entraba por la puerta y no otra persona.
Me bañé a velocidad luz para luego ponerme uno de mis mejores trajes. Me peiné lo más prolijo que pude y me perfumé con ligereza.
Bajé las escaleras sintiendo como mis piernas temblaban amenazando con fallarme, y justo cuando llegaba al último escalón tocaron timbre. Mi padre salió de su escritorio y yo me posicioné al lado de la puerta para darles la bienvenida.
No presté atención a la figura masculina que entró primero que inmediatamente siguió a mi papá hasta su oficina, sino que me dedique a examinar minuciosamente a la mujer que entró detrás de el.
Tapado de piel -¿Qué más sino?- y un traje elegante debajo de éste. Unos ojos pequeños y saltones que miraban con ganas de devorar todo a su paso, su nariz respingada que susurraba sus respiraciones y sus labios pequeños y rojos como tomates al punto justo de madurar.
Yo me incliné en el suelo en una señal de respeto y mis 'amigos' también lo hicieron. Luego de que me levanté la miré con mi sonrisa radiante de oreja a oreja.
— Buenas noches —le dije amable y educadamente mientras ella caminaba hacia el salón y se sentaba en un sillón. Hasta ese momento no noté que llevaba un paquete muy bien envuelto.
— ¿Me diriges la palabra? —me dijo con su voz seca y fría, era una vieja arpía. Yo simplemente me limité a seguir sonriéndole y tomé asiento enfrente de ella— Toma.
Me dijo arrojando el paquete y sentí como algo adentro se quejaba... ¿¡Esa cosa adentro se quejaba?!
Lo abrí con desesperación y allí, bien acurrucado como una bola de pelos, había un precioso gatito que parecía no haber respirado desde hace un tiempo.
Lo tomé delicadamente entre mis brazos para ver que, a pesar del tiempo que llevaba allí adentro, aún respiraba normalmente. Ella disfrutó mirar mi cara de espanto todo el tiempo que ésta duro en mi rostro.
— Lo encontré en la calle de camino aquí, hurgando la basura... Lo traje porque pensé... —sonrió maliciosamente mientras se cruzaba de piernas y pedía algo de alcohol a un 'amigo'—…que extrañarías tu lugar de origen, mocoso.
— Muchas gracias —le dije acariciando con la yema de mis dedos aquella preciosidad.
Su pelaje era suave como la nieve, sonreí con sinceridad y ella chasqué su lengua. Entonces dejé la caja y puse al gatito dentro de ella sin cerrarla.
— ¿Necesitas algo?—-le pregunté curioso.
Ella simplemente se acercó a mi rostro y con una mano lo apretó bastante, examinándome.
— Cada día te pareces más a Aquella... pálido, débil y completamente demacrado —mi piel no era de las más difíciles de marcar y para cuando retiro sus dedos luego de haberme dedicado esa mirada de asco, había dos marcas rojas bastante notorias.
POV RyeoWook
El receso transcurrió rápido pues con DongHae nos dedicamos a conversar sobre lo sucedido en la mañana. Y la intriga de saber la advertencia que me dió me invadió, ocasionando que se lo preguntara.
Su respuesta me dejó helado. ¿HanGeng y ReoYii son novios?
Ni siquiera me había dado cuenta de ello en toda la semana que llevo en la escuela, ¿es que era demasiado distraído para darme cuenta?
Si creía que todo había terminado allí, DongHae prosiguió contándome que ella no es de fiar. Simplemente es un chica hermosa pero plástica. Que consigue lo que quiere y a quien quiere.
Ante mis ojos no parecía de esas personas. Quizás era demasiado humilde para darme cuenta de ello. El receso terminó justo a tiempo, pues hacia nosotros venía ella caminando animadamente y llevándome del brazo hacia el aula. Dejando atrás a mí amigo. ¿Qué pretendía conmigo?
Las clases transcurrieron rápidamente, atendía a lo que el profesor decía en parte pues mi compañero de a lado me conversaba de las cosas que podrían hacer en la tarde. Antes de que me diera cuenta la campana sonó finalizando el día de hoy.
DongHae tomó rápidamente mi mano y me llevó hacia afuera, pasando entre medio de sus compañeros de HanGeng y él. Aunque fueron segundos lo que pasé por su lado pude notar su humor. Estaba diferente, su mirada lo decía. ¿Sucedía algo en la mansión?
~*~
Rápidamente llegamos a su casa dejando las mochilas en su habitación y luego lanzarnos hacia lo que sería el almuerzo. DongHae me tenía apurado, pues quería que saliéramos a pasear y al parecer no quería perder tiempo. Terminando de comer y agradecer a las muchachas -que sonrieron felizmente- salimos hacia el vehículo para partir. No tenía muchas ganas de salir, pero al parecer el que iba sentado a mi lado estaba más que emocionado por ir al parque de diversiones.
La puerta del coche se abrió dándonos paso hacia la entrada. Un parque grande y hermoso, con muchos juegos. Miré el lugar cuando sentí que había sido tomado de la mano para ser jalado hacia adentro.
DongHae pagó las entradas y rápidamente compró tickets para el primer juego del día: Los autos chocadores. Como el quería ir conmigo, nos sentamos juntos en un pequeño auto de color rojo. Chocábamos con todo lo que había en nuestro paso, al principio estaba un poco asustado por su manera de divertirse. ¿No era demasiado brutal?
Una pequeña campana sonó y los autos electrónicos se pararon. El tiempo había terminado. Aunque hubiésemos estado poco tiempo DongHae había hecho grandes hazañas con el auto y habíamos quedado un poco exhaustos por los golpes.
— Iré por una bebida, ¿de qué sabor quieres? —lo vi levantarse del banco en el que estábamos sentados.
— Fresa si no es mucha molestia.
Salió sonriendo. Al parecer por su susurró compraría dos, creo que ambos teníamos el mismo gusto.
Miré el parque, lleno de niños y adultos en todo el lugar. Sonreí al ver que estaba divirtiéndome allí, pero toda sonrisa de mi rostro desapareció cuando el rostro de HanGeng apareció en mi mente.
— ¿Estará bien? —me pregunté preocupado.
Y entonces se me ocurrió una idea. El celular en estos casos me estaba siendo demasiado útil, luego le agradecería a mi tío por ello y también por haber registrado los números de la familia. Comencé a escribir y presioné "enviar".
Pasaron cerca de dos minutos y no me llegaba una posible respuesta, ¿que sucedía en casa?
Nuevamente intenté, esta vez colocándole lo preocupado que estaba por haberlo visto desanimado. Sin embargo, no había respuesta aún.
Estaba apunto de rendirme, guardando el celular en mi bolsillo cuando de repente vibró. Lo volví a tomar entre mis manos leyendo el mensaje. Solo una foto. ¿Eso era un gato?
Ah, y también una posdata: "Deja de fastidiarme y borra mi numero"
Sonreí satisfecho, al menos se había tomado la molestia de decirme que lo dejara en paz.
— ¿Y porque tan contento? —En frente de mí apareció un vaso— ¿Sucedió algo?
— No nada, simplemente estoy de buen humor porque me divertí con los autos —mentí.
¿Por qué?
No lo sabía, pero lo que sí tenía en cuenta es que al menos este era un paso que acortaba la distancia de que HanGeng esta vez no pudo ignorarme.