Nuestro pelirrojo despega sus ojos fijos de su enajenación (que curiosamente él mismo representa) se frota las manos, mirada al frente. Los mapas de humedad en las paredes chocan odiosamente con las gráficas del PS3 conectado a 34 pulgadas de LCD ultradelgadas, tecnología japonesa exprimida en múltiples usos y aplicaciones.
La esquina superior derecha anuncia claramente
24 diciembre 23:53
Los números de color pardo muestran la misma indiferencia que el ocupante del otro montón de hule espuma.
Víspera de navidad y niños que emocionados miran ansiosamente las ventanas esperando ver pasar un trineo, afuera la nieve lo cubre todo. No nieva, Mello mira la ventana esperando una iluminación ¿Qué quiere Mello?
Quizá un chocolate caliente.
Finalmente todo es cuestión de perspectiva, un día como cualquier otro, no hay regalos para los niños malos.
Matt apaga, se levanta, enciende una hornilla.
¿Alguien dijo algo acerca de un chocolate caliente?
Carne quemada que se tuerce en una mueca carcelera. En el rabillo de su ojo se asoma una mirada curiosa atenta a su lindo adorno navideño.
MXMMXMMXMMXMMXMMXMMXMFLASH BACKMXMMXMMXMMXMMXMMXMMXMMXM
La navidad es la ocasión de celebrar con la familia y los seres queridos, de gastar dinero, de alegrarnos y recordar a dios.
¿Quién podría odiar a dios?
Quizá alguien sin familia ni amigos
Quizá alguien sin dinero
Quizá alguien a quien dios solo le trae malos recuerdos.
Quizá alguien que reúne esos tres requisitos
Quizá Mello.
Imagina que eres un huérfano con problemas de control de ira y un rosario colgado al cuello.
24 diciembre 7:32 muchos años atrás
En una ventana alta, antigua y majestuosa un niño rubio, mañana alguna compañía les dará algún obsequio con un pequeño logo, huérfanos superdotados educados competitivamente sin más protector que una débil institución privada, suena bien.
La mirada azul y el gesto adusto contemplando el patio de juegos.
-Roger te llama
En el mundo de Mello un adulto nunca augura nada bueno, a menos que se trate de un inadaptado adicto a los dulces. En su mundo tampoco existe la cara asustada del mensajero del fatal hombrecillo.
Una oficina bien conocida, preciosa alfombra, altos techos, un falsamente humilde escritorio.
-tendrás un compañero de cuarto, llegará más tarde, Mello-suspiro-trátalo bien
Barniz de furia, la misma ventana, un frío cortante.
Un pelirrojo se sienta al lado del rubio, desconcierto.
-tu debes ser Mello
Silencio
-Me dijeron que eras difícil y los niños evitan este pasillo a pesar de que es el más directo hacia el comedor, y no estas en la cena, estás enojado ¿cierto?
"La nueva adquisición"
-¿Quién eres?
-Matt, tu nuevo compañero, pero eso ya lo sabías ¿me puedo sentar aquí?
-si te digo que no ¿te irás?
Encogimiento de hombros
-no se
La nueva adquisición es rara y es hora de irse a dormir
Una habitación mediocre con dos camas y una distribución tan creativa como el vestuario diario de una secretaria.
Ya es noche cerrada, poco más de las 12
Matt reposa en el alféizar de la ventana, esta nevando
-¡Mello mira esto!
-cállate y déjame dormir
Silencio, rechinidos, luz débil.
-todo esta cubierto de nieve
-no me gusta la nieve
Acciones inesperadas, el rubio se levanta, se acomoda en el huevo y mira.
-es que... es como si borrara todas las imperfecciones del mundo pero no las borra, las esconde, y no me gusta que se oculten las imperfecciones
Dos puños se cierran sobre huesudas rodillas, las manos de Matt revolotean hasta dos huesos arrepentidos, son hombros y se sacuden para alejar a esos inoportunos huéspedes.
-Solo es un fenómeno meteorológico
Mello se encoje de hombros, finalmente todo es cuestión de perspectiva.
Pero algo empieza a moverse
12 años y un cinematográfico paisaje fuera, cliché e inevitablemente se miran.
Silencio, algo ocurre
Ojos verdes más malditamente verdes que el mismo infierno, piensa Mello sabedor de que eso no tiene sentido.
Tampoco lo tiene el gancho que tortura sus entrañas y lo jala hacia delante
Dios sabe de donde salió.
Ahora es navidad
En la oscuridad las miradas se acercan, las narices con mocos se estorban y los temblorosos labios se encuentran.
Un suspiro ansioso, salido desde las entrañas aceleradas de dos jóvenes abre dos bocas medio congeladas.
Quizá fue el frío.
Los labios se entrelazan y se abrigan
MXMMXMMXMMXMMXMMXMMXMFIN FLASH BACKMXMMXMMXMMXMMXMMXMMXM
Una taza humeante se acerca al sillón, el rubio la toma indiferente, unos cuantos sorbos a un líquido espeso.
La vieja taza se posa descuidadamente en una mesa desvencijada, una sonrisa aflora en los labios covergirl de Mello.
Labios que son atrapados, encuentros dulces y luchas con sabor a coca cola.
Después de todo la navidad es para recuperar nuestras tradiciones.
Bocas y manos ásperas deslizándose por pieles jóvenes con sabor a hiel, dedos impacientes enredándose en cabellos pajizos, ropa de cuero fina que no hace más que estorbar.
Lentitud eléctrica que corre por dos cuerpos desnudos y ondulantes, roces, caricias, burbujas blancas en las miradas.
Una lengua que se pasea descarada por los músculos débiles de las piernas, muslos autónomos que se contraen, centros de vida con sabor a benzedrina.
Un crujido sordo inicia en el coxis arqueando vértebra por vértebra la espalda del rubio.
Cambio de posiciones, banda sonora exquisita. Jadeos, humedades, besos y alas. Dedos en cavidades cálidas.
Mello se posiciona, Matt se acomoda. Uñas que se aferran a un respaldo muy usado. Por costumbre un leve quejido se escapa, movimiento, Matt se arquea, Mello, touché.
La diferencia entre rapidez y velocidad se hace transparente y los niños están por venirse entre jardines de flores parlantes y tableros de ajedrez gigantes.
Edificios de cristal demolidos, un grito ahogado, corazones desbocados, gotas resbalando por cuerpos con un fuerte sabor a cianuro, ceguera.
Los dos chicos se separan, se recuestan, se toman de la mano. Se miran. Despojos, fuerza nuclear débil.
A eso se le llama
AMOR
Con sabor a nitrato de amonio
-feliz navidad Matt
-feliz navidad Mello
Finalmente todo es cuestión de perspectiva, no nieva.