En la tierra como en el cielo... por Gerita

Podría contaros un sin fin de cosas acerca de mi, algunas quizas las conozcan, pero
otras...no las imaginarían ni en sus mas descabellados sueños. Y es que el mundo espiritual,
es mucho mas de lo que los mortales conocen, el espacio y el tiempo son relativos cuando
vives para toda la eternidad.
Un arcángel, eso es lo que soy. El mundo me ha conocido gracias a que fui yo quien expulso a
ese cabròn de Luzbel, al que ustedes conocen con el sin fin de sobrenombres que se ha inventado, como Lucifer, Satán, etc. Sin embargo, eso no es todo lo que soy, me harte...me fastidie
de ser solo un àngel militar, de vivir para resguardar la seguridad de un reino que no me pertenece,
de un reino vacio, y aun asi aguante dos mil años, dos mil años sin lo que mas me importa, conformándome con verle como amigos y de vez en cuando.
Puedes decir y pensar lo que quieras de mi, no me importa. Me vale un carajo si al terminar de leer
mi historia tu fe se va al carajo. No necesito que el mundo me adore, pues mi naturaleza es la de servir, proteger y ayudar al ser humano. Supongo que no es necesario que os recuerde cada pasaje de la biblia en los que mi nombre sale incluido, por tanto yo prefiero contar cosas distintas, hablar un poco mas de lo que hay en mi interior, en mi mente.

Sin dar mas vueltas al asunto, un dia me decidi a bajar a la tierra en busca de aventuras,
en busca de mi verdadera felicidad. No es que llevar y defender la pàlabra de Yahvè no me fuera suficiente, era que ya no soportaba la frialdad de mi palacio en las montañas mas altas del cielo.
Asi fue como una noche, cual si fuera una rafaga de fuego atravese los cielos y llegue a Nueva york,
mas exactamente, a un oscuro callejòn cercano al empire state. Las luces de aquella ciudad se imponian,
los rascacielos que se erguian delante mio como gigantes que me observaban desde las alturas llamaron mi atenciòn sobremanera y entonces me estableci en uno de ellos. Arme lo que seria mi primer apartamento de soltero, era un piso bastante acogedor, decorado en tonos blanco y negro, con una cocina al fondo llena de cosas que realmente no sabia para que servian. Asi pase mucho tiempo, adaptandome a mi nuevo mundo, a una nueva forma de vida, a hacer cosas de un humano comun, a pasar desapercibido. A rozarme con creaturas sobrenaturales que tambièn vivian en total armonia mezclandose con los humanos, pero viviendo una guerra interna que estaba por volver a desatarse. Una sirena preciosa vivia en el mismo piso que yo, pelirroja y de hermosos y brillantes ojos verdes, con el caracter de un chiquillo travieso e incluso bravucòn, en pocos dias terminamos siendo los mejores amigos, sin negar por supuesto la atracciòn que existia entre nosotros. Megara se convirtio tambièn en compañera de aventuras, pero se comprometio con un vampiro con quien yo llevaba una fraternal relaciòn. Sin querer me dio por interrumpirles en momentos indecorosos.

Mi vida en la tierra no estaba mal, pero aun no hallaba lo que habia venido a buscar. Salìa a caminar por las noches, y por muy marica que suene, me encantaba mirar la luna en algun punto solitario de la ciudad. En una noche de tantas llegue a un bar de mala muerte, en uno de los callejones de
aquella ciudad, un billar mas exactamente. Me adentre en aquel sitio atascado de motociclistas,
camioneros y bastantes putas enfundado en unos jeans,una camiseta blanca y una chamarra de cuero negro que me hacia pasar digamos...desapercibido. No me importo e incluso me gusto el olor a cigarro, lo unico en lo que podia pensar era en un buen tarro de cerveza.
Las mesas de billar pintaban distintos cuadros, desde un par de borrachos alegando por un tiro de carambola hasta una puta practicamente tirada sobre otra. Yo llegue hasta la barra y pedi un poco
de aquel delicioso veneno.
-Miguel...-se dejo escuchar una voz dulce, proveniente de un muchacho de largos cabellos peliblancos,
muy alto y muy delgado, con la tez mas palida que haya visto jamàs, era un arcàngel de la luna. Uno al que mas adelante me dio por llamar "sailor moon", y me moria de la risa.
-Voldy.-le salude mientras me acercaba y le tendia una mano para luego fijarme que bebia una cosa rara,
demasiado dulzona para el lugar en que nos encontrabamos. Era demasiado delicado y casi me arrepenti de haber coincidido con ese hermanito mio.
Ni bien nos habiamos terminado de saludar cuando un montòn de silbidos por parte de los moteros que ahi se encontraban acapararan mi atenciòn. Y como no? Cada uno de los silbidos y piropos subidos de tono que le lanzaban a la mujer que entraba en aquel lugar era bien ganado. Unas botas plasticas, las medias de red adornando un ajustado vestido negro y la ondeante y perfecta melena larga y pelirroja, la hacian parecer una diosa que invitaba a la lujuria a los ojos de cualquiera. Se trataba de Electra, una fiel seguidora de Luzbel, su putilla preferida.
-Que putas haces aqui,angelito?-repitio la mujer con sus ojos verdes delante mio, me odiaba por haberla vencido en aquella batalla celestial en que fueran expulsados del cielo.

-No es tu problema. Mas bien que haces tu en la tierra? El diablo de harto de ti y te echo?- respondi al tiempo que le lanzaba una mirada retadoramente cinica.

-Tan prepotente como siempre-dijo cabreada-que te importa? y no reclames mi tono, es el ùnico que tengo...-ella miro al otro arcangel e hizo una mueca de asco,muy normal en un àngel caìdo- y este quien es?


-Ja! Ahora es que hasta tengo que presentarte a mis acompañantes...Vaya, si serás insolente...-dije cruzando los brazos para mirarla con una sonsisa de lado.-Su nombre es Vollmond, el ángel de la luna...¿alguna otra duda, "pequeña"?

Electra ni siquiera pudo disimular la sonrisa ladina que se le forjo en el rostro al escucharme y alego que no le interesaba saber el nombre de los demas angeles y luego me bombardeo con preguntas, pero solo preste atenciòn a una: encontraste lo que buscabas?
Le respondi con evasivas y luego la vi pedirle al cantinero un tequila doble que se bebio de un sorbo, a las finales sus pechos eran lo que mas llamaba mi atenciòn y atine a decir que ella no lucia muy conforme con lo que habia en la tierra. A cambio recibi una insinuaciòn para largarnos de ahi.

-Efectivamente, pienso como tú...parece una mentira el que siglos atras nos enfrentaramos, debo reconocer que no te mate por que hubiese sido un desperdicio...-tome su barbilla y clave los ojos en ella.

Dije aquello sin percatarme mas de que sucedia con el àngel de la luna, solo se que miraba a Electra con ganas de desaparecerla del mapa. Tampoco podia culparsele, eran como agua y aceite. Su cuerpo se restrego contra el mio y yo no pude hacer otra cosa que agarrar aquella estrecha cintura perteneciente a la pelirroja y susurrar a su oido que las cosas en la tierra eran distintas y que me gustaria que me enseñase todo cuanto ella habia aprehendido en la tierra. Ella sonrio de costado y afirmo que le encantaria mostrarme el arte de la perversiòn.Abandono el lugar y dijo que me encontraria muy pronto.
Acto seguido el muchacho me salio con un intento de reclamo al cual silencie de nuevo usando el discurso
barato de las jerarquias y que no podìa ponerse al tu por tu conmigo. Ademas no tenia cara pues segun los rumores se le buscaba por tener amorios con un hibrido.