Caminé hacia aquel edificio, tan elegante. Entre por el estacionamiento y me dirigí hacia la parte más alta del edificio.
Hombres de traje caminando sin mirarme, ¿Cómo me mirarían a mí?
Era como un ser invisible para ellos o eso yo sentía pues parecía que no perturbaba su perfecta y extraña aura.
Cuando finalmente me encontré en una de las oficinas superiores en el fondo de esos pasillos la vi.
Se encontraba en un extraño sillón de esos que solo encuentras cuando vas a un dentista, se encontraba dormida, su cabello castaño liso corto, tan hermosa su pálida piel (sin parecer que carecía de vida), esa cara angelical descansando tan tranquilamente sin ninguna preocupación.
Sin embargo tenía una mascarilla para recibir oxigeno ¿Por qué? Solamente sabía que se trataba de una enfermedad que no le permitía salir por más de medio día de aquel enigmático lugar, ¿Cómo la conocí? No lo recuerdo.
Demasiadas preguntas que no puedo responderme, se que lo único que me importa es verla descansar y esperar a que despierte para poder oír su delicada voz.
Espero y espero como hago a diario verla abrir sus ojos y que ella al verme me sonría, se que hoy no será la excepción.
Pronto despierta y me ve con esa mirada que me hace sentir la única persona en su mundo aunque oímos gente cerca de ahí trabajando solo los ignoramos.
Nos miramos, es raro en esta ocasión no decimos nada solo nos miramos, y yo solo pienso en llevármela lejos de ahí conmigo, ella sonríe como diciéndome que no puede salir por mucho tiempo.
Sin pensarlo le digo que nos vayamos, yo lograre sacarla de ahí, ella como es su costumbre me sonríe y asiente con la cabeza.
No se que pasa parece que deje de pensar, solo se que nos despedimos y de nuevo me encuentro caminando hacia el final del estrecho pasillo donde ella duerme, parece ser que ya es el día siguiente.
Camino hasta que me veo bloqueada, las molestas preguntas de esos hombres de traje que ahora parecen estar descansando en su oficina, no se que dicen y no me importa, yo solo la quiero tomar a ella y llevármela, extrañamente los miro y mis ojos se sienten raros y por arte de magia hacen lo que les pido que me ignoren.
Camino y al mirar al otro lado veo mi reflejo en el vidrio y veo mis irises rosjos y mis pupilas negras realmente no comprendo que sucede pero me enfoco en ella solamente en ella, al entrar en la oficina tomo unas llaves, de algún auto para robármelo.
Me acerco a ella que se encuentra dormida, sus ojos se abren lentamente al sentirme cerca y de nuevo su hermosa sonrisa solo para mi, me concentro en levantarla de aquel extraño sillón y le quito la mascarilla, la abrazo para que se pueda levantar, en ese momento entro una mujer grande para limpiar, aunque cuando nos vio se asusto.
La controle mirándola con mis extraños ojos, al parecer no funcionó, así que lo volví a intentar y lo conseguí, siguió en su labor ignorándonos, sin embargo al caminar fuera de la oficina por el pasillo.
Los mismos hombres que había ‘mirado’ salían de su oficina, lucían diferentes mas delgados y sus ojos estaban completamente blancos iban tras de nosotras y yo solo logre empujarlos y correr junto con ella.
Corrimos por las escaleras encontrándonos mas personas así no comprendía que sucedía solo la jalaba hacia mi para que no la atraparan, cada vez se volvían mas personas así de extrañas y mas difícil de poder huir.
Cuando logramos salir al estacionamiento, utilice el control del auto para saber cual era, cuando lo encontramos corrimos, le di el control a ella y la metí en el auto, ella cerro las puertas mientras yo evitaba a las personas que parecían zombies y corría al lado del conductor.
Me tenían casi atrapada, hasta que logré llegar al lado del conductor y ella abrió el auto con el control y apenas pude entrar en él.
Encendí el auto y cuando arranque, me lleve a varias personas en el proceso, me asuste pero seguí quitando a las personas, solo quería salir de aquel lugar con ella, era mi único objetivo.
Por fin logramos salir, sin embargo cuando íbamos por la ciudad vi una que otra persona igual que las personas de aquel edificio pero no les di tanta importancia, ya la tenía a ella conmigo, era lo único que quería.
Pasamos toda la tarde paseando, cuando llegó la noche, misteriosamente nos encontrábamos en aquel misterioso edificio, subíamos las escaleras y extrañamente la gente seguía ahí.
Uno de los hombres se nos acercó cuando estábamos en el pasillo me miro con una sonrisa burlona y los mismos ojos sangrantes que los míos, solo que los suyos estaban apagados.
Me agarró y aun sonriente dijo: - Así que sobreviviste, espero que mañana sea igual, sabes que no nos contendremos.
Sin más me soltó y siguió con sus actividades al igual que todos iluminados con tenues luces y esa extraña mirada sangrante.
Al entrar a la oficina donde ella descansaba la senté en el sillón, se veía cansada aun así me miro feliz y le puse la mascarilla para que descansará, quiero verla dormir un rato.
Ella se quita la mascarilla y me mira como queriéndome decir tantas cosas, yo solo atino a sonreírle y decirle: - ¿Me dejarías volver por ti mañana?
Ella solo susurra: - Te estaré esperando -. La abrazó y nos quedamos así por un rato.
Finalmente la recosté para que durmiera.
La dejé ahí tan tranquila como siempre.
Al salir del edificio caminé por los alrededores de aquel lugar, pensando en cuidarme al mirar a la gente, en cómo la sacaría de nuevo de aquel edificio y sobretodo pensando en esa preciosa sonrisa.