Nunca he podido explicar cómo ocurrieron las cosas, pero si las cosas que sentí al verlo... bueno, más o menos, no a la perfección como quisiera, pero por algo tendré que comenzar.
Sabes lo que dicen por ahí,
Pobre ruiseñor donde ha caído
Dicen que estoy ciego por tu amor,
Y que tú juegas conmigo.
Bueno soy Steven Dravot, nací en América, en San Francisco California para ser exactos, mis padres son brujos, como toda mi familia desde hace muchas generaciones, estudie en la escuela de magia y Hechicería de Tolbukhin.
Fue ahí que gracias Al profesor Alfred nació mi pasión por dedicarme a la mendimagia, al salir de Tolbukhin entre la universidad de mendimagia de San Carlos.
Claro los mejores siempre entraban al hospital con el mismo nombre de la universidad, "San Carlos". Los doctores Larry Gross y Peter Krause eran los directores del hospital, ellos me aceptaron para trabajar aquí después de que me gradué. ya hace 4 años.
Para ejercer en alguna especialidad seguí estudiando y trabajando, claro reorganizando una tesis para la especialidad. Cuando decidí estudiar mendimagia mi familia se rehusó, no creían en mí, pero al salirme de la casa comprendieron que iba en serio y no había vuelta a la hoja.
Eran finales de septiembre, yo apenas contaba con 24 años, y tenía solo tres meses y medio de trabajar en el hospital de San Carlos, yo atendía las consultas generales.
Esa tarde de lunes caminaba por el pasillo del primer piso, donde están todos los consultorios, estaba regresando de mi descansó, cuando de pronto, lo vi ante mí como una visión divina.
Sé que suena cursi hasta yo lo catalogo así, pero lo vi… era un chico de unos 17 o 18 años más o menos, pelo rubio, largo y suelto a los hombros, sin gel en el cabello, ojos grises, dioses… las facciones de su cara finas, de complexión delgada y tez blanca.
Me quede embelesado con su andar, para mí era muy sensual. Mire sus movimientos, camino hacia Betty la secretaria de los consultorios, y pidió que le atendieran.
En verdad apure el paso, quería ser yo quien lo recibiera pero... ya tenias una cita con el doctor Kraus, fue ahí donde supe que eras una persona importante, ya que el doctor no atendía a cualquiera personalmente.
Su bello rostro se quedo tatuado en mi cabeza, al igual que sus gestos, su delicia de voz, el acento se notaba parte francés e inglés británico, el andar suave, y gestos altivos, me hacían pensar que eras el clásico chico de familia adinerada, algo mimado y odioso.
La mirada denotaba temple y orgullo, al igual también claro el porte tan distinguido, pero por un momento se vio frágil ya que en lo más profundo de sus ojos se reflejaba una inmensa tristeza, y desde ese día no deje de pensar en él ni un solo momento.
No te pido cuentas corazón,
No quiero saber quién es tu dueño
Dame lo que tú me puedas dar, corazón,
Que yo lo acepto.
Con forme pasaban los días, me di cuenta de que no solo me había gustado, como pensé al principio. Que equivocado… me habías capturado.
Siendo sincero yo nunca me había enamorado, es más, nunca tuve novia o novio, la verdad siempre me preocupe por mis estudios y no vi mas allá de estos… o no me ocupe en este tipo de cosas, hasta que... le conocí.
no te podía borrar de mi mente, aquellos ojos fríos y grises, pero con un matiz de tristeza, a veces podía percibir que de ellos nacía una chispa, la cual no solo iluminaba los iris plateados, si no que hacia resaltar tu expresión, me mostraba que estabas feliz o ilusionado.
Te miraba siempre pensativo, tal vez por eso ni notaba el cómo le miraba y eso que se veía bastante atento y observador con las personas que se le acercaban mucho, Siempre analizabas meticulosamente a cada persona, con mucha desconfianza y no sabía bien el porqué.
Me basta, con un poco de tu amor,
El que tengas escondido el que nadie haya querido
Que a mí no me importa no.
Un mendimago, siempre se caracteriza por su ética profesional, siempre critique a los que no la tenían, y pues caí en la cuenta que yo de eso tratándose de ti... lo perdía por completo.
Y pues hice lo que no se debe hacer, me cole en los archiveros con los expedientes y le busque mire los días de consulta y el expediente clínico. Me jugaba el todo por el todo si el doctor se enteraba que alguna vez tan siquiera vi por encima algún expediente, me maldice. El doctor Kraus siempre es muy especial y receloso de sus pacientes. Sé que no era nada ético de mi parte ver un archivo, pero mis impulsos me sobrepasaban.
Venias a consulta tres veces por semana, con el mendimago Kraus, un gran mendimago especialista, claro que me preocupe ¿pero que podrías tener mal? si estabas más que bien.
Expediente clínico: paciente 0050
Historial clínico
Nombre: Draco Malfoy
-dioses hasta el nombre bello y enigmático--.
Edad: 17 años.
Estado civil: soltero
-creo que aunque hubiera dicho lo contrario no me hubiera importado-.
Exploración clínica: 16 semanas de gestación -releí con cuidado, tres veces- posible complicación en el parto.
Cuando leí el expediente me sorprendí un poco y me preocupe, no pensé que estuvieras embarazado, pero la verdad eso explicaba muchas cosas. La chispa que veía en tus ojos, eran demasiados matices, pero también me llamo la atención que no estuvieras casado.
Por lo general las familias sangre pura solían tener hijos dentro del matrimonio y si en dado caso los tenían sin estar casados los abortaban, cosa que lo veo como un crimen.
La mayoría de las antiguas familias sangre pura eran así y desgraciadamente tenían esa estúpida creencia, pude darme una idea de lo que pasaba y eso en vez de alejarme de ti, me hizo que me enamorada aun mas.
Conociendo ese tipo de reglas de sociedad mágica, me imagine por lo difícil que debías estar pasando y pensara en lo duro que era para ti estar solo.
Entendí que eras distinto a como te imaginaba, y mucho más fuerte de lo que creía. Así que me decidí… tenía que hablar contigo a como diera lugar, quería conocerte.
Un miércoles por la mañana se presento mi oportunidad, el doctor Kraus estaría fuera un mes y yo le pedí que me dejara a cargo de sus pacientes. En especial de un rubio fascinante. Claro que no le dije eso y en verdad tuve que insistir mucho y darle toda una excusa sobre lo mucho que quería seguir sus pasos, de lo grande y magnifico de su persona... y accedió.
Me basta, con un poco de tu amor,
Con lo que tengas guardo,
Con lo que hayas olvidado
Con eso me quedo yo.
Mi primera cita. Contigo aclaro. Había sido realmente difícil, estaba nervioso. Un doctor nervioso de su paciente, era de risa.
-¿Doctor Dravot?- preguntaste desde la puerta, traías puesto un traje gris muy elegante.
-Sí, si pase… tome asiento, como sabrá el doctor Kraus me dejo a cargo, así que yo seré su doctor- sonreí, él solo me veía con algo de desconfianza, claro es comprensible.
-Doctor Dravot...-
-No por favor, llámeme Steven- sonreí, pero el serio alzó solo una ceja.
-Doctor Dravot- insistió algo cortante y continúo como si no me hubiera escuchado.
-Bueno, señor Malfoy- dije algo desanimado, no estaba saliendo como lo esperaba, tenía que pensar rápido y el silencio que se formo fue incomodo – bueno... señor Malfoy, por lo que leí en su expediente aun no le practican una econografía mágica, solo ha tenido chequeos para oscultarlo y de cómo llevar su tratamiento ¿Desea que la econografía se le practiqué ahora?-
-¡Claro!- había dado en el blanco, sus ojos grises mostraban esa chispa.
Le hice acostar en una camilla, le pedí que se quitara el saco y solo se dejara la camisa, y que pensaron, un soy profesional, y sobre ella conjure un hechizo que hizo aparecer una pantalla. En ella apareció una imagen clara, un pequeño ser de 16 cm, con un peso de 135gr.
Se veía claro su cuerpecito formado sus bracitos y piernitas, yo estaba maravillado.
-en este periodo, como verá su bebe está completamente formado, por lo general ya tiene huellas digitales, y ya percibe los sonidos, así que puede tener extensas y charlas con el pequeño. Lo más seguro es que sentirá mucho movimiento, a si que no se preocupe si siente que tiene un pequeño muy inquieto-
Yo estaba riendo como bobo, pero en verdad estaba feliz
-y pues aun no se puede ver el sexo de este pequeñín, pero en cuatro semanas más lo podrá saber, si así lo quiere claro, si no, yo comprendo a veces es mejor al modo antiguo-
Hablaba con más ánimo del normal, creo que el padre me había contagiado su ilusión. Tal vez no lo entienda, pero desde que vi la econografía, sentí algo especial que se removía dentro de mí. Y mientras hablaba quede embelesado con la imagen.
No es que no haya visto una antes, en la residencia e internado tenía que practicarlas, pero no sé que me paso esta vez, pero la sensación me agradaba. Hubo un momento en que ya no dije nada y solo mire la imagen del pequeño, el silencio que nos envolvió no fue incomodo, si no todo lo contrario.
Voltee un momento para ver al padre y mi corazón dio un salto, su mirada estaba inmersa. Igual que yo momentos antes. En la imagen, sus ojos y rostro reflejaban el amor que le tenía a su hijo. Dicen que hay momentos que son eternos, puesto que se conservan en el corazón, y yo en ese instante ya había encontrado uno de ellos.
Le acompañe a la puerta, y le di las recomendaciones necesarias. Él aun no había dicho ni media palabra.
-bien espero que se cuide, tal vez note cambios de pigmentación en los brazos, pero es normal, haga ejerció para controlar su peso, la tensión arterial y para que adquiera energía para el momento del parto, este por seguro que ese pequeño lleva gran energía y...-
-Doctor Steven... Gracias- dijo el rubio y salió dejándome mudo y con una gran alegría.
Ese, había sido un grandioso e inolvidable día.
Sabes lo que dicen por ahí, pobre ruiseñor lo han sometido
Dicen que estoy loco por tu amor, y es verdad, loco perdido
Y es verdad que a veces creo morir quien te creés que soy yo tengo celos
Pero un día tuve que elegir y ya ves lo que prefiero.
Los días de consulta que vinieron eran más tranquilos, él se habría un poco mas conmigo, a veces le decía bromas o comentarios tontos, la cuestión era verlo relajado y que sonriera. Pocas fueron las veces en que le saque una sonrisa o carcajada, pero me agradaba el estar con ellos.
Una tarde, estaba en el consultorio, y por la chimenea se reflejo el rostro de Draco, mostraba signos de dolor y angustia.
-¡Steven... por favor ven rápido, creo que el bebe no está bien!–
Me basta, con un poco de tu amor,
El que tengas escondido el que nadie haya querido
Que a mí no me importa no.
Me basta, con un poco de tu amor,
Con lo que tengas guardo, con lo que hayas olvidado
Con eso me quedo yo.