Punto de Vista
En la posición en que actualmente te encuentras Casi te parece que estas en la sima del mundo.
Casi sientes que puedes rozar el cielo con tus manos desnudas.
Mentalmente y de manera inconciente. Vuelves a recalcar el Casi nada más verlo frente a ti.
Porque luce realmente hermoso esta noche y porque sientes que es él quien realmente toca el cielo con cada mirada, él es quien tiene el mundo a sus pies
Si bien sabes que exageras en esta última acotación, te es imposible retirarla, por que tu sueño es una realidad y el hombre frente a ti parece un ángel caído, sacado de tu propio infierno personal para atormentarte con su belleza
Bajo la luz de los reflectores, sus ojos parecen brillar con luz propia cuando te cruzas con su mirada. Intensa, ardiente, pero distante.
Tú solo vuelves la vista repentinamente avergonzado, la poca cordura que te queda te maldice en voz baja por quedarte embelezado ante quien es tu compañero. Como una adolescente que se enamora por primera vez.
Entre reproches mentales te concentras en evitar en lo posible equivocarte, sintiéndote idiota al haber utilizado la frase músico profesional al definirte alguna vez y, como ya has hecho más de mil veces en la ultima media hora, le maldices en susurros.
Él es quien entre miradas lascivas te deja híper ventilando más seguido de lo que deseas, quien te seduce con cada movimiento de su cuerpo. Él lo sabe, tú lo sabes, es por eso que te provoca.
Quiere ponerte a prueba, que te postres a sus pies como lo están todos allí.
Tu deseo es más simple, nada más deseas hacerlo tuyo allí mismo, y poco te importan los miles de personas que les observan con atención
Te equivocas y él sonríe de medio lado, como sintiéndose complacido de que su pequeña broma hubiese surtido efecto, y conforme vuelve su atención a lo que les convoca tu no puedes evitar pensar que esta será una larga noche
Por un leve lapsus de tiempo se concentra en su trabajo y tú pasas a un segundo o tal vez tercer plano en su mente.
Es en esos momentos en los que te sientes más atraído por él, pues tan pronto su voz se acompasa a la melodía que interpretan no cabe la menor duda de por que él es el vocalista
Tras la mascara de alguien superficial y tal vez algo cruel, tiembla entre las sombras de un pasado que desconoces, esa parte de él que tú sabes no mostrara. Ni a ti, ni a nadie. Por que es más frágil de lo que aparenta y más orgulloso de lo que tú quisieras.
Entre frases dedicadas a alguien más y sentimientos de tristeza que sabes no puedes quitar de su maltratado corazón, la canción que resuena a tu alrededor te hace sentir un poco del dolor y la soledad que esconde.
Su voz es hermosa. Resuena aterciopelada e increíblemente seductora en tus oídos, cortándote el aliento, sus palabras son precisas y su cuerpo te tienta con el más mínimo movimiento, como siempre. Pues tanto tú como todos allí, saben que él es un encantador de serpientes y ustedes han caído en su embrujo como tantos otros, un embrujo del que ninguno parece querer salir
Las notas finales de la canción hacen eco en aquel lugar que parece mas estrecho, repleto y sofocante a cada minuto, los gritos de euforia embotan tus sentidos y te dejas llevar, sintiendo que momentáneamente recuperas el control de ti mismo.
A unos metros de ti él sonríe. Una sonrisa muy tenue, pero sincera como pocas. Tú lo notas, sabes que esta feliz como no lo has visto últimamente. Como no lo has visto en mucho tiempo.
Por un momento las heridas parecen no dolerle y las cruces mentales parecen pesarle menos, él sonríe y tú no puedes evitar sentirte feliz solo con eso. De nuevo las palabras adolescente enamorado resuenan en tu cabeza, pero eso no importa ahora pues él esta radiante y en medio de esa marejada de personas que corean sus canciones te sientes momentáneamente conforme contigo mismo.
Con una última canción dejan el escenario entre gritos, y los rescoldos de la euforia que les ayuda a mitigar en parte el cansancio, al menos de momento.
Por unos minutos todo es risas y anécdotas de su primer concierto en aquella ciudad, no hay discusiones absurdas ni problemas con la disquera, no hay presiones ni nadie a quien rendirle cuentas de nada. Vuelven a ser, aunque sea por unos preciados minutos, solo 5 amigos felices de tener una banda, felices de haber hecho un buen trabajo.
Pero, la euforia te deja conforme vas llegando a la habitación que comparten, él te ignora olímpicamente y se dirige al baño sin decirte una palabra, no la necesitas tampoco, ya lo conoces demasiado bien para molestarte por sus repentinos cambios de humor
Te dejas caer sobre la cama intentando no quedarte dormido, esperas que mínimo tenga la decencia de ducharse rápido para tu hacer lo mismo e irte a dormir de una vez, pero a decir verdad tampoco esperas mucha compasión de su parte.
Cuando estas a punto de caer en los brazos de Morfeo la puerta del baño se abre y él se acerca a ti con pasos felinos
-Akira…- su voz se escucha algo ronca y cansada pero no puedes negar que te parece de lo mas atractiva.
En un movimiento rápido lo tomas de la cintura y lo dejas caer sobre ti, prácticamente desnudándolo con la mirada, aunque la camiseta ajustada y los boxer negros no te dejen mucho a la imaginación.
Acaricias su rostro con suavidad y él cierra los ojos disfrutando por un momento de aquella caricia, lo conoces bien, sabes que pese a su fría careta no es indiferente a tus mimos, es más, sabes que lo disfruta bastante.
Se acerca a ti suavemente y te besa con lentitud, disfrutando lo más posible de aquel fortuito roce, rodea tu cuello con sus brazos y te mira con una sonrisa, está cansado pero de buen humor y eso no puede venirte mejor.
-Taka… ¿Qué dices si me haces compañía en la ducha?-preguntas intentando transmitir lo más posible la doble intención de tus palabras.
-No sé…yo ya me duche- su respuesta no es la que esperabas, pero el fingido tono de inocencia y el suave movimiento de sus caderas sobre las tuyas te hace difícil controlar tu agitada respiración.
-Nadie dijo que eso era lo único que íbamos a hacer…-le susurras al oído mordiendo uno de sus piercing.
Sabes que la idea no le parece nada de mal al ver la forma en que se muerde el labio inferior para no dejar escapar un jadeo al sentir tus manos frías en su espalda, lo sabes por su mirada, lo sabes por la sonrisa lasciva en sus labios al separarse de ti jugando de manera coqueta con sus cabellos dorados aun goteando.
-¿Qué estas esperando? Un pase para meterme mano o qué – ríe divertido mientras se quita la camiseta dejándola caer en algún punto desconocido de la habitación, tu solo suspiras y le sigues lo más rápido que las 3 horas de concierto te lo permiten.
Y es que sabes que pese a los años de convivencia hay muchas cosas que no sabes de él, hay mucho que aun no te dice y hay mucho que no comprendes, pero…son ocasiones como estas las que te recuerdan por que estas con él y no con otra persona.
Por que cuando rodea tu cuello para besarte de manera más apasionada, sientes que estas en el cielo y piensas que pese a todo lo que desconoces de él, vale la pena intentarlo. Porque sin importar los cambios de humor, los berrinches, sus extrañas manías, los centenares de mordidas de perro que su “hijito” te ha regalado y todo lo que te oculta por considerarlo sin importancia, sabes que donde él esté, ese es y será siempre tu lugar.