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La Partida por Lobo moon

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Notas del fanfic:

Esto va dedicado a Cleo Kaiba, hachi y Gaara-kun..mis hermanitos que me tubieron bastante paciencia y me animaron a subirlo!

 

 

 

Notas del capitulo:

Aclaracion: Los personajes no me pertenecen son propiedad de Kazuki Takahashi y Rumiko Takahashi. Yo solo los tomo sin fines de lucro.


Pareja: Sesshoumaru/Seto kaiba.


Genero: Romance/Drama.

En un enorme despacho dentro de un rasca cielos; que rezaba las iniciales “KC”. Un castaño de fríos ojos azules fijaba su vista por milésima vez en cada palabra de la carta que había llegado a sus manos gracias a su pequeño hermano, Mokuba. La cual no le proporcionaba ningún dato de la identidad de su extraño remitente. ¿No hubiese sido más fácil que se lo hubiesen enviado vía correo electrónico?

 

-“Seguramente es una broma de mal gusto”-.se adelanto en reflexionar Seto Kaiba.

 

Sí. Una carta con letra pulcra llego a manos del CEO mas conocido entre sus rivales en las industrias de los juegos de moustros virtuales y mejor duelista, adoptado de una gran inteligencia, belleza única, pero lo que lo hacia irreconocible era su frialdad y la forma en que se movía con sigilo, ferocidad y pobre de aquel que cayera en las garras de este hombre. Pero, ahora Seto solo se limitaba a fruncir el seño y apretar el papel entre sus manos con cierta irritación.

 

“Estimado Sr. Kaiba:

Se me haría gratificante que viniera a mi mansión a las afueras de la ciudad, esta noche a las 21 hs; para llevar a cabo un pequeño reto. Que por lo que me han llegado a mis oídos para usted no se le será nada extraño...Espero tener pronta respuesta.

Saludo atentamente.”

 

 

¿Qué se creía? ¡Lo estaba tomando de idiota! Dejo la carta aun lado en su escritorio, se recargo en su cómodo asiento y se acaricio la sien. Mientras entrecerraba sus ojos:

 

-¿Quién será? Lo mas seguro es que sea una clase de trampa...” ¿Y si no lo es y solo estoy sacando suposiciones adelantadas?”-.se levanto de su lugar dando de paso la espalda a la puerta y mirar a través del gran ventanal de su oficina; el paisaje de la ciudad tratando de hallar una respuesta concreta a todas sus hipótesis que lo conducía a lo mismo; un callejón sin salida.

 

Solo tenia como pista una media luna en el reverso de la carta. ¿Qué significado tendría un modesto símbolo como ese? ¿Por qué quería causar tanta intriga?

 

Río con burla.

 

En eso, su celular sonó dentro del bolsillo de su traje. Tal ves era el desconocido remitente de la carta. Atendió para solo escuchar la voz de Mokuba que parecía estar preocupado por él.

 

-¿Qué sucede Mokuba?-preguntó en tono serio y tranquilo el castaño al niño del otro lado del móvil.

 

-“Hermano ¿Estabas ocupado?”-.

 

-No sino no te estaría hablando...moki-. Que pregunta mas obvia.

 

-“Lo siento...Seto. Es que desde que llego esa carta no me ha dejado tranquilo. ¿No será un conocido de nuestro padrastro que quiere obtener la empresa KC?”-planteó Mokuba en tono inseguro.-Aparte de que por lo visto no se trata de Pegasus esta vez-.

 

-Es una posibilidad, Mokuba...yo tampoco la he descartado. Lo que me trae sin cuidado es que no se haya presentado aquí, por que si ese era su objetivo desde un principio tendría que haber dado señal de vida…pero, al parecer es una persona astuta que busca un pez mas gordo para así decirlo. No yo tampoco creo que sea el; si no ya me hubiese dado cuenta...-.

 

-“Pero que seria exactamente... ¿Lo que busca?”-.

 

-No lo sé pero lo averiguare de todos formas, esta escoria no sabe con quien esta jugando. Envíame los datos de la dirección de nuestro “bromista” ya que esta noche acudiré a su cita-dijo en tono de orden el ojiazul.

 

 

-“Esta bien...Seto...”-le afirmo Mokuba-“Hermano...”-.

 

-¿Si?-.

 

-“Ten cuidado…”-aclaró el pequeño temeroso para luego cortar la llamada.

 

Seto lanzo un suspiro y guardo su celular de nuevo. De a momentos sentía su corazón latir con fuerza. Nunca antes sintió la ansiedad aflorarle dentro de su pecho, como en ese instante. No sabia si era por el deseó de que las horas no fueran con tanta lentitud o si era por otra cosa.

 

-“Je, desde hace mucho que no tengo un reto será por eso...seguramente”-.pensó para si mismo el castaño volviendo a su escritorio, encender su laptop y comenzarlo a teclear fuertemente para retomar con su trabajo.

 

*-*

 

Inhalo por última vez el humo de su cigarrillo antes de apagarlo en su cenicero de cristal que reposaba en una mesa de estar cercana. Cruzo sus brazos cuando sintió unos leves golpes a su puerta; ni se molesto en darse la vuelta para ver de quien se trataba nomás, solo se limito a decir con voz helada:

 

-¿Y bien la enviaste?-.

 

-si, amo-contestó cortésmente un muchacho de pelo cortó negro atado con una fina coleta además, de que poseía en su oreja un pequeño pendiente dorado.- ¿Necesita algo más, amo?-.

 

-No solo ten todo preparado, Miroku...-indagó secamente el hombre.

 

Asintió con la cabeza y se marcho del cuarto.

 

Tal ves con esa mera excusa que planeo podría llevar a cabo lo que tanto anhelaba, en ese momento. Y eso era poder saciar su propia hambre por la carne de ese niño. Sin duda logro que perdiera los estribos. Quiso creer que solo había sido un capricho de un mes pero, no fue así. Fue tan irónico para el darse cuenta de que con solo un vistazo de lejos que le dio. Le iba a dar lugar a una fatal atracción...

 

La primera vez que lo vio fue en una de las tantas fiestas que organizo Pegasus; ese hombre que no tenia ningún signo de cordura salvo que aparte afirmaba su temprano retiro de hacer esas cartas que tanta popularidad tenían; lo que tan solo era una pantalla para no dar a relucir sus nuevas inversiones en ese juego. Aunque debía de admitir que siempre negaba las invitaciones de aquel loco. Por eso, la mayoría de la gente se preguntaba-y lo sigue asiendo-, como era él y por que prefería mantenerse en el anonimato. Esos rumores que le llegaban poco le importaba, por que no le atraía la popularidad que con llevaba el ser reconocido.

 

Auque ese no era el caso el día que si decidió asistir, lo conoció. A ese muchacho de mirada azulada llena de arrogancia y frialdad. Le hizo gracia el comportamiento que tenía a la hora de hablar con los demás empresarios de distintas especialidades. Siempre sacando a relucir sus ideas y no se inmutaba en hacerles ver su molestia a través de sutiles gestos. Ese era Seto Kaiba.

 

En su rostro se delineo una media sonrisa al recordarlo. Como también tenia conocimiento sobre el pasado de ese joven y su pequeño hermano. Las cosas que pasaron al caer en manos de su padrastro, Gozaburo Kaiba. Un hombre que se creyó tener más de una vez el mundo a sus pies...y así fue como acabo. Bajo tierra donde seguramente los gusanos se habrán hecho un buen festín con su carne putrefacta.

 

No obstante eso era un detalle menor sin sentido, lo que realmente le atrajo su atención fueron sus ojos azules. Su oscuridad. Su soledad. Pudo admirar algo mas haya de esas cuencas azules muertas de emociones. ¿Tristeza? No fue un sentimiento de amor platónico lo que sintió, sino más bien fue un deseo retorcido que lo tentaba a probar de él y explorar más allá de eso. Eso fue nada más.

 

-¿Mas bajo no me puedes hacer caer, no?-habló con ironía él en el medio del silencioso cuarto.-pero esta noche consumare esto…tu tormento dentro de mi mente se acabara junto contigo, Seto Kaiba-.

 

Se juró a si mismo que lo haría.

 

No era tan solo un juramento prejuicioso sino, era porque era uno de esos tantos que no paraba hasta concretar lo que se proponía. Nunca se le escapaban sus objetivos, calculaba sus movimientos, veía las ventajas y desventajas de la situación.

 

Lo que lo llevo a esa semejante idea que un principio quiso desistir. Sin embargo, luego analizándola con detenimiento no le pareció tan mala. Solo era una partida. Un ganador y un perdedor. El ganador podría pedir algo a cambio al perdedor y viceversa. Todo por que era por su propia necesidad; para volver hacer como era antes.

 

Pero, ¿Se equivocaría en el trazado de su plan a medida que ejecutara cada uno de sus movimientos? No.

 

No era momento para detenerse y  pensar en concurrencias vagas, ya tendría tiempo para sentir el sabor de su victoria. Se acerco a su armario, tomo algo de ropa y se dirigió al baño. Para calmar su reciente problema…

 

*-*

 

Ya entrada la noche, Seto desde su mansión se preparo para el encuentro con su retador. Se sentía tranquilo porque en esa jugada tenia todas las de ganar. No le importa que tan fácil o difícil le sea para él; confiaba en sus propias habilidades y buen juicio. Aparte de que sabía que no tardaría mucho en retomar su camino de regreso a su morada.

 

Se dio una ducha ligera, escogió un atuendo que consistía en: una camisa blanca y unos pantalones negros para combinarlo. Cuando se disponía a salir de su cuarto se encontró a Mokuba recargado en el umbral de su puerta; sin siquiera mirarlo el niño le pregunto:

 

-¿Es necesario que vayas, hermano?-.

 

Seto frunció el seño molesto. Mokuba trago saliva al verse metido en esa situación incomoda. Sabia que su hermano no solo lo hacia por su prestigio sino, por una cuestión de orgullo. Además, que no aceptaba cargar con una derrota a cuestas.

 

-Mokuba, sabes que no cambiare de opinión ni auque me lo pidas tú…que eres mi hermano...iré...y...-no pudo terminar su frase debido a que escucho los pasos apresurados de unos de sus guardaespaldas llegar a su habitación:

 

-señor Kaiba, no se como paso es casi imposible...pero...-titubeo el hombre trajeado por el miedo al ver la mirada amenazante del castaño.

 

-¡Habla, ya incompetente! ¡Qué no tengo todo el tiempo para perderlo contigo!-reclamó con enojo Kaiba.

 

-su mazo...no esta...señor-soltó la frase al fin el hombre con todas las letras.

 

Los ojos azules de Seto se agradaron mas de la cuenta paso por a lado de su hermano con prisa. Corrió escaleras a bajo para ir a su despacho y encontrar el cuadro de su dragón favorito “El dragón de ojos azules” ligeramente abierto y detrás de él, se hallaba un hueco donde se encontraba la caja fuerte que daba muestra de haber sido forzada:

 

-que diablos…”Esto ya es demasiado”-.

 

En minutos, Mokuba arribo a la escena del crimen para ver a su hermano de espaldas mientras, este se apretaba con fuerza los puños casi apunto de hacer que sangraran. Seto en tanto trato de no temblar de rabia. Aquello había sido decisivo.

 

-Seto…-. Trato de llamarlo Mokuba a medida que se acercaba con cautela a su hermano, este se dio media vuelta y lo esquivo. Mokuba se quedo en la total soledad en la habitación, para mirar con dolor la puerta por donde desapareció el castaño.

 

*-*

 

El hombre después de dos horas de espera; miro su reloj insistentemente. El mazo del chiquillo yacía de su lado junto un tablero de ajedrez donde tenia ordenado de ambos lados las piezas negras y blancas con minucioso detalle, en una mesa de roble con dos asientos revestidos de terciopelo rojo. Tal cual como había demandado para esa noche, sabia que por excelencia a Seto le fascinaba el juego de moustros pero el quiso cambiar un poco los papeles del reto así que escogió ese juego; no por que sea de lógica sino por que representaba lo que el siempre recalcaba “Conquista”.

 

Se relamió los labios e hizo una mueca. Cuando Miroku apareció detrás de él.

 

-Señor...el joven ya esta aquí…y al parecer se niega a llevar a cabo lo que pidió usted-le comento con voz audible.

 

No pudo evitar lanzar una cruel carcajada para fijar su vista en su mayordomo:

 

-¿Tan afectado esta?-pregunto con sorna; al parecer el hecho de que le había sustraído algo al joven para atraerlo surtió efecto. Ya que esa opción se le ocurrió en caso de que no asistiera aquella noche.-por algo vino y yo no puedo hacerlo esperar…-.

 

-je, amo perdón la intromisión, pero yo en su lugar tendría cuidado con el joven, por que se le abalanzara como fiera violenta a clavarle las uñas-le contestó con una media sonrisa el mayordomo.

 

Alzo una ceja en señal de molestia:

 

-Que te quede claro que no necesito que me digan que hacer dentro de mi propia casa-aclaro con frialdad al azabache y mirándolo fijamente-y menos si se trata de un miembro de la servidumbre que trabaja en ella-.

 

Miroku rió burlonamente y se inclino ante él. Mientras le abría la puerta dándole el paso:

 

-Lo lamento, señor Sesshoumaru-.

 

Sesshoumaru entrecerró sus fríos orbes dorados a medida que caminaba en silencio por los pasillos de su vieja mansión al encuentro del castaño; quien estaría bajo su dominio una vez que lograra ganar aquel reto...

 

*-*

 

Seto estaba parado en el medio del gigantesco salón de la casona. Ni siquiera le hecho una mirada al lugar debido a la ira; que le palpitaba dentro de su pecho. Sus ojos azules conservaban su brillo intacto de frialdad; pero, esa vez los sentimientos que siempre mantenía controlados estaban a flote. Muchas cosas juntas se libraban en dentro de su ser.

 

En ese instante, sintió los pasos huecos de unos zapatos en la lejanía junto con el ruido de una fina cadena que se movía al a par que lo hacia su dueño:

 

-Hasta que te designas venir ¿Piensas que me ibas a tener acá parado como una estupida escultura de jardín?-reprochó con diversión maliciosa el castaño.

 

Mas el joven se quedo sin habla al ver al amo de la mansión. Un hombre de larga cabellera plateada no muy común, vestía completamente de negro y poseía unos orbes color oro sin una pizca de emoción salvo que cuando lo miro. Seto sintió por primera vez escalofríos. Pero, trato de ignorar esas sensaciones molestas que le brindaba su propio cuerpo.

 

-je, eso me tiene sin cuidado niño. Me llamo Sesshoumaru Taisho-se presento secamente y dejando a relucir sus brillantes dientes-y yo fui el que te cito esta noche-.

 

-no vine para hacer sociedades ni por tu estupido reto -le dijo señalándolo el ojiazul para tratar de que su voz sonara de forma normal-¡Como te atreves a tomar mi mazo! ¡Maldito Bastardo!-.

 

Sesshoumaru se cruzo de brazos y le cortó:

 

-No se por que te puede hacer perder la cordura un objeto de poca cosa como es una pila de cartitas con garabatos, je…Pero me causa, a pesar de que eres uno de los empresarios mas temidos sigues siendo un niño-.

 

Eso había sido un golpe bajo a su orgullo; se acerco de forma violenta con la intención de darle un puñetazo y quitarle esa sonrisa cínica de su semblante. Pero, el lo detuvo su golpe y alzo su brazo arriba de su cabeza. Sus rostros se acercaron de forma peligrosa hasta tal punto que sus alientos se entre mezclaron; el uno con el otro.

 

-Suéltame-gruño él.

 

-¿Y si no quiero? ¿Qué me golpearas pequeño gatito?-le preguntó con cierta diversión, Sesshoumaru.

 

-No me digas así mal nacido...-respondió con leve sonrojo para desviar su mirada azulada hacia otro lado y soltándose de él.

 

-bien, entonces sígueme...-le hizo una seña para guiarlo a la otra habitación donde Sesshoumaru estuvo hasta hace unos minutos esperándolo; era nada menos donde se hallaba el tablero y el mazo del castaño.

 

Seto se quedo petrificado al ver el tablero. ¿Por qué justamente tendría que ser el ajedrez? Casi podía estar reviviendo la imagen latente de ese hombre de barba gris, trajeado y que forjo con su dureza lo que él era. Si, Gozaburo Kaiba el mejor jugador de ajedrez y empresario del cual un día de la nada un pequeño mocoso huérfano le quito el titulo del “mejor”.

 

Sesshoumaru se le quedo viendo y frunció el seño:

 

-Vamos que la noche no es eterna, muchacho-tomo asiento frente a él.

 

Seto no parecía moverse, de su lugar.

 

-“Que me pasa”. Solo estaba analizando como será tu reacción cuando pierdas Taisho- mintió Kaiba.

 

-¿Debería sentirme triste?-se recargo en el asiento mientras colocaba uno de sus brazos y apoyaba su mentón en su muñeca-noto el miedo en ti…será, ¿Por qué este juego te resulta familiar? ¿O por que temes perder contra mi?-.

 

-No…no...temo a na...da- titubeó por primera vez. ¿Por qué sentía tantos escalofríos?-¿Comenzamos?-.

 

Seto imito la acción para estar frente a Sesshoumaru y no lo miro directamente sino fijo su vista al tablero; analizando la posición de cada pieza en cada casillero.

 

-Como es la primera vez que juegas contra mi no creo que te sirva de mucho…lo que estas haciendo…moveré mis piezas...-hablo serio y movió un peón dos casillos-tu turno... ¿Sabes que en todo reto se pide algo a cambio, no?-.

 

Seto apretó sus dientes y sin más movió un peón:

 

-Se te nota muy confiado, Taisho. Pero auque este en desventaja por que no me encuentro en mis dominios; te muestras como “el ganador”. Tanto parloteo de tu parte me causa lastima...Si, ¿Y que hay con eso?-acotó Seto con soltura. En si, su plan era ganar tiempo para estudiar los movimientos de Sesshoumaru y buscarle un punto débil; que podría usar a su favor.

 

-No solo digo lo que veo, Kaiba. La cuestión no es ver al perdedor o el ganador sino más bien ver mas allá de lo que se muestra...-dijo en tono irónico Sesshoumaru sin una pizca de muestra de molestia ante lo que le dijo el castaño.-Pues, es algo muy simple es que si pierdes tendrás que acatar lo que te diga…sin oponerte...-.

 

-¿Eso es todo? tonterías...yo confío en mi inteligencia superior a la de un bufón que se cree que es gran cosa por el solo hecho de no mostrar su miedo a la derrota. ¿Sabes que me reiré en tu cara cuando tengas que comerte tus palabras? ¡Ten en claro que estas ante Seto Kaiba! ¡Así no te creas gran cosa!-.

 

Sesshoumaru solo se limito hacer una mueca y quedarse en silencio.

 

Las piezas de cada uno se lucio a medida que transcurría la jugada de ambos; lo que mas le extrañaba al CEO era que el peliplata no parecía concentrarse en sus jugadas, solo reaccionaba sus acciones sin mirar las piezas como si tuviera todo memorizado en su mente con sumo cuidado. Eso le causo cierta irritación al mismo tiempo al castaño y más que todo, por que Sesshoumaru  no le quitaba la vista de encima cosa que al pasar el tiempo se torno incomodo para él:

 

-¿Crees en los demonios antiguos, Kaiba? …-preguntó de forma repentina Sesshoumaru-Para ser exacto esos que aparecen en pergaminos en templos y los que tienen innumerables…mitos…auque, el mismo humano reniega de que en algún momento hayan existido-.

 

¿A que habrá venido la pregunta? ¿Acaso este tal Sesshoumaru le estaba ocultaba algo? Auque, ahora lo analizaba el solo hecho de estar ahí ya comenzaba hacer un misterio para él al igual que la pregunta formulada por Sesshoumaru le atrajo cierta confusión. ¿Seria acaso una forma de distracción?

 

-ja, ¿No me digas que eres también uno de esos que cree en cuentitos de la época feudal fantasiosos? Que gracia me das...Taisho-alegó mordazmente Seto, ya casi culminando aquella partida.

 

Sesshoumaru sonrío para sus adentros, ya faltaba poco para que cayera mas fingió estar indignado:

 

-lastima, debo de admitir que perderé contra ti…-río apenas con hipocresía.

 

Seto se quedo quieto y lo encuadriño con sus ojos azules fríos ¿A qué se debía ese cambio de humor drástico? si hasta hace unos minutos le aseguro estar casi con la victoria en las manos. Pero, esfumo esas ideas de su cabeza para sin pensarlo dos veces ejecutar su paso con su última pieza y cruzar sus brazos, para mirarlo con satisfacción:

 

-je, creo que al final tenia razón, Taisho...-concluyó Kaiba saboreando sus palabras y logrando ponerse de pie de su confortable asiento con la intención de tomar su mazo para macharse de una buena vez, de ese lugar. Cuando en un lapso de segundos  sus ojos se agrandaron más de la cuenta por el asombro.

 

Sesshoumaru que hasta hace unos instantes, se mantuvo en constante silencio abolió su estrategia con un solo avance de su pieza haciéndole “jaque mate”; lo que produjo casi de forma sobrenatural que la figura blanca de la reina del lado de Seto cayera instantáneamente:

 

-Has perdido...-declaró con voz monótona Sesshoumaru.

 

Seto dejo caer sus brazos a ambos costados de su cuerpo y agacho la cabeza dejando que su flequillo le tapara los ojos, apretó sus dientes y sin poder evitarlo de un zarpazo arrojo el tablero al suelo:

 

-¿¡Como es posible!? ¡Hiciste trampa! ¡Estoy casi seguro!-le reprochó Seto para arremeter su frustración sobre la mesa con sus palmas abiertas y sin darse por aludido de su acercamiento peligroso al semblante inexpresivo de Sesshoumaru-exijo una revancha, Sesshoumaru Taisho...-.

 

Eso fue lo último, que dijo Seto para luego ser tomado del cuello por Sesshoumaru y que empezó estrangularlo. El hombre de ojos oro se enfureció de forma aparente; mas que todo por la insolencia del castaño hacia su persona. Para colmo que le expreso en su vista color mar un brillo que le recordaba a un ser que tanto aborrecía...

 

-Je, al contrario niño…es un gozo para mi el ver tu rostro con esa expresión estupida de desafío, eso no te servirá a la hora de que tome mi premio sobre ti como paga de tu propia osadía...-le dijo soberbiamente el amatista.

 

-Lo dices solo... ¿Por qué lastime tu orgullo, eh? ¿Perro...?-balbuceó Seto por la falta de aire-Sabes que no te tengo miedo, Taisho. Así que sácame las manos de encima…antes que me vea obligado a que te de un puñetazo-.

 

Al tiempo que la luna fue tapada por algunas nubes negras para hacer que la habitación en la que ellos estaban se sumergiera en una mortal oscuridad. En tanto, Seto forcejeaba con fiereza para soltarse del agarre del peliplata; pero, Sesshoumaru le doblegaba en fuerza. De pronto de la nada se quejó por un insoportable ardor en su cuello semejante a unas pequeñas agujas que se le clavaban profundamente desgarrándole su piel...

 

-ahh…-entrecerró sus ojos-¿Qué diablos estas haciendo?-al sentir el aliento caliente de él cerca del su oído.

 

-Algo que en tu peores pesadillas veras...-le susurro con voz cargada de lujuria contenida.

 

En eso, la luz del círculo blanco se coló por la ventana dándole iluminación al cuarto. Seto observo que de las manos que lo mantenía sujeto, sobresalían unas filosas garras aunque no paso por alto, los cambios en el rostro de Sesshoumaru donde le adornaba ahora una media luna azul junto a dos finas líneas moradas en ambas mejillas:

 

-¿Cómo…es? ¡Qué clase de truco es este! ¡Quien diablos eres realmente!-cuestionó entre la sorpresa y el miedo al ver el oscuro brillo de sus ojos.

 

-No es un truco o un embrujo, soy un demonio que necesita saciar su gula de carne humana...-le aclaró siniestramente-entraste sin saberlo en mi propio juego...Kaiba-

 

Con el forcejeo de ambos las cartas que le pertenecían a Seto en la carrera terminaron desparramadas en el suelo alfombrado, una por una cayeron a su alrededor. Luego, el castaño fue arrojado con fuerza allí, ocasionando que gimiera por el golpe:

 

-Déjame ir, impertinente...ah-cuando fue acallado por los labios del youkai sobre los suyos. Este para cortar ese contacto sorpresivo le mordió el labio inferior; agregando que de un movimiento del youkai sus manos fueron llevadas con rudeza a la altura de su cabeza:

 

-así, que el gatito…trata de defenderse...-se quito la corbata que llevaba puesta y le ato de manos-pero eso no te salvara…de lo que planeo hacer contigo...-le confeso cerca de sus labios Sesshoumaru roncamente, aprovechando y sacar su lengua para saborear y lamer una de sus orejas.

 

Seto se sonrojo levemente y sin poder evitar que se escapara de sus labios un sutil ronroneo agudo además que en vano trataba de quitárselo de encima, cosa que le era una tarea difícil debido a la posición en la que se encontraba, en ese momento:

 

-Ahh…no continúes...ahhh...sabes...que puedo matahhrtehh...ah.-.

 

-¿Crees que eso me importa ahora? Lo que mas quiero en este instante... es despojarte lentamente de tus propios orgullos…-mientras bajaba una de sus manos libres-ya que una la tenia mantenido sujeto-para estimular el miembro de Seto que comenzaba a excitarse dentro en su cárcel de tela-uhmm....quien diría que con un solo toque mío...Te excitarías...tan pronto-se relamió los labios lascivamente.

 

Seto cerró sus ojos avergonzado, no pudo percibir como le quitaba la camisa lentamente y como la prenda deslizaba por su piel. Eso le causo unas sensaciones que jamás antes había experimento, no por que no hubiese estado antes con un hombre o mujer. Sino, por el hecho de que estaba siendo seducido por un desconocido; ese que lo había atraído a su perdición. Auque, lo que más le hacia arder de rabia no era el solo hecho de perder; sino que estaba siendo humillado. Y el no parecía oponer ninguna resistencia. Lo que le extraño era que su mente le decía algo y en cambio su cuerpo parecía corresponderle sin problemas a las caricias tortuosas del demonio.

 

-mmm...creo que voy a empezar a estimularte esta zona de aquí….-se refirió Sesshoumaru hacia su miembro.

 

Le quito su pantalón sin darle el tiempo a Seto para que comprendiese lo que le estaría a punto de hacer.-mírate en la posición en la que estas ahora, estas sobre lo que es mas valioso es para ti, la gracia que me da de verte así – acariciándole con sus garras afiladas su pecho desnudo y tomando una de sus tetillas para que se pusiera algo dura y sonsacarle unos gemidos ahogados de su garganta- es que estas a mi completa merced…-.

 

-¡No te atrevas hacer lo que estas pensando!, Taisho- exclamó Seto en tono de orden e impotencia en sus palabras.

 

Sesshoumaru ignoro la advertencia del castaño; le abrió de piernas para inmovilizarlo. Lo despojo de los boxers al mismo tiempo que se coloco tras de él, para ubicarse en una posición mas cómoda y apoyar su cuerpo cerca de su pecho. Lo que le obligo a Seto cerrara su boca al sentir como su miembro rozo con el bulto que yacía dentro del pantalón del demonio. Acto seguido, Sesshoumaru tomo el miembro completamente erecto del dragón y comenzó a masturbarlo despacio...y luego le dio el espacio a que aumentara; en ese periodo lo apretó clavándole las garras mas de la cuenta.

 

Eso provoco que sus manos se llenaran con algo de líquido carmesí. Sesshoumaru admiraba en silencio la expresión del chico al chillar de dolor al igual de como también sus mejillas se teñían de un leve tono rojizo. Seto se arqueo de espaldas, sus ojos se entrecerraron ligeramente entretanto de su boca media entreabierta deliciosamente escurrió un fino hilo de saliva cristalina.

 

Trascurrió unos minutos para que Seto se eyaculara en su mano, el castaño termino gimiendo por el ardor de sus heridas. En tanto el demonio alzo su mano cubierta en una mezcla de sangre con semen y lo degusto con cierta morbosidad. El pecho de Seto subía y bajaba tratando de lograr normalizar su respiración.

 

-ahhh…no…habías hecho mención de esto...-.

 

-¿Tendría que haberlo dicho? Pensé que serias más astuto para darte cuenta de mis intenciones desde un principio. Para colmo ni siquiera me pediste el permiso para venirte por si solo mi pequeño minino...-masculló el demonio-se nota tú poco aguante…-.

 

Por el enojo que le adjudico ese planteo por parte del demonio intento darle un cabezazo, así  tendría oportunidad de tomar su celular y marcar para llamar a sus guardaespaldas. Sesshoumaru que pareció leer su plan con la mente, lo retuvo de las muñecas para obligarlo a que terminara de cara contra el piso en una posición de boca abajo y le siseo de forma malévola:

 

-¿Pensaste que te liberarías tan fácilmente de mi, minino? Justo cuando quería seguir torturándote un poco mas…-lamió sus garras para lubricarlas y elevo las caderas de Seto para introducirle un dedo y continuar con un segundo hasta un tercero. Terminando en una acción de sacar y meter dentro de su estrecha entrada para iniciar su rito de preparación.

 

-ahh...Malditooaahh…sal de arriba mío...-ladró entre gemidos agitados Seto.

 

Tubo que esconder su rostro entre la alfombra ya que no le daría el gusto de que siguiera divirtiéndose a costillas de él. El youkai lo agarro fuertemente de sus cabellos para elevar su cabeza un poco y llevarle dos dedos a la boca cubiertos de la esencia del castaño para que los chupara.

 

-es un lindo cuadro el admirarte, Seto. No me cansaría de hacerte esto…-aseguró con jubilo Sesshoumaru sin quitar su faceta vacía de emoción al ver como la lengua del dragón ojiazul obedecía sin rechistar.

 

-ummm....ya acaba de una vez...Ahh…con esto...-pidió sin aire y ya harto de esa situación Kaiba.

 

Sus labios fueron acallados por los demandantes de Sesshoumaru, no dejo de saborear cada zona de la boca del CEO. Busco su lengua para que se enlazara con la de él. Seto se sentía extasiado entre su propio limite de cordura. ¿Eso era a lo que se llamaba dejarse sucumbir por el demonio? La necesidad de oxigeno le fue inminente para cortar con ese extraño contacto.

 

Sesshoumaru se bajo la bragueta de su pantalón negro dejando a la vista su prominente y palpitante miembro, lo condujo a la entrada del castaño no sin antes poner las piernas del muchacho alrededor de su cintura al igual que lo obligo a que sus brazos maniatados lo rodearan por el cuello:

 

-¡Detente! ¿¡Qué crees que estas haciendo!? No....-.Cuando arrugo la camisa negra de Sesshoumaru entre sus manos al sentir como lo penetro de una-ahh…sal…ahh…-

 

-No, ya es tarde…para que implores por algo...Seto. Tienes que saber que todo esto fue por que despertaste algo en mi corazón…muerto…-le gruño cerca de los labios-tus ojos me reflejaron y dieron lugar a que una llama abrasadora se encendiera en mi interior, que día a día dio el paso a un infierno…a tal punto que fue algo que me fue consumiendo poco a poco.. ¿Que tienes tú un simple humano? ¡Para hacerme perder la cabeza!-.

 

-ahhh…sess…houmaahhruahh...-.

 

Los ojos azules del dragón con corazón totalmente frió, se nublaron por el placer y dio paso a que deje caer gotas saladas ardientes de sus orbes. Eso había sido lo último para destruir por completo a Seto. Ya las palabras no le salían de su garganta por los incansables gemidos que salían como melodías armoniosas. Como tampoco no se podía resistir ya ni escapar del excitante veneno que le recorría por su cuerpo al estar unido a Sesshoumaru; una cruel flor venenosa.

 

Las horas pasaron a medida que Sesshoumaru culminaba con su objetivo de tenerlo bajo su cuerpo sudoroso al humano en un sin fin de posiciones. Con ello se levanto del piso para acomodarse sus ropas, sin ponerse a fijar en las condiciones en la que quedo el cuerpo del muchacho. Seto presentaba varios rasguños, moretones y algunos restos de sangre con semen del youkai mezclado con el suyo, que se encontraban esparcidos en distintas partes de su cuerpo.

 

-Algo como esto no quedara así, Taisho…por mi hermano y por mi empresa, ¡Juro que me vengare de ti!-exclamó resentido Seto, en un intento de incorporarse pero estaba demasiado herido y agotado...

 

-haz lo que quieras no me interesa…Tus palabras, no son daño para mi, solo ten en claro algo…aléjate de mi,  si te queda algo de valentía aún. No la uses para ir en mi contra, por que terminaras como ahora…-le advirtió secamente el demonio.

 

Con ello, se marcho de allí sin mirar atrás. En tanto, de los ojos de azules del dragón de nuevo brotaron lágrimas de impotencia, cerró uno de sus puños con fuerza y golpeo la alfombra. Mientras, las gotas saladas proseguían a caer sin control mojando sus cartas ensuciadas con su propio orgullo hecho en añicos…

 

*-*

 

De esa noche en adelante habían transcurrido dos largos años. Donde tampoco Seto  volvió a tener noticias de Sesshoumaru; parecía como si la mismísima tierra se lo hubiese tragado vivo…

Luego de aquel día, Mokuba le relato con lujo de detalle que aquella noche un hombre desconocido se comunico con él, para informarle que el castaño se encontraba en una situación deplorable y inconciente en una calle abandonada en el centro de la ciudad.

 

Debido a eso estuvo dos semanas en tratamiento medico, para que cicatrizaran sus heridas que los doctores calificaron como bestiales y inhumanas. Aunque para el dragón de ojos azules eso no se comparaba a los estragos que había dejando en su mente y cuerpo Sesshoumaru…

 

Prácticamente, lo uso como un juguete con el cual se divertido un rato y cuando se canso de tenerlo, lo desecho como basura. Ahora debido a eso su cuerpo se movía en con sed de Venganza, ya nada le importaba. Solo se concentraba en perseguirlo el intento borrarlo de su mente mas de una vez, cosa que no pudo ya que en cierta forma termino atado a su persona. Vivía con el único objetivo de encontrarlo. ¿Será el hecho de que encontró en Sesshoumaru una cierta rivalidad formidable? ¿Fue por puro masoquismo o un trastornó de Estocolmo? ¿Qué era realmente lo que le pasaba?

 

Suspiro cansinamente.

 

-¿Falta mucho para que te designes a moverte?-pregunto furibundo Seto sin prestarle el mínimo signo de atención.

 

Ya que ese día tenia una junta muy importante en una empresa del otro lado de la ciudad. Y con el estresante trafico por la lluvia, iba a llegar con un retraso de una hora mas tarde por la incompetencia de sus subordinados.

 

-Señor, es que es algo imposible…con esta intensa lluvia, téngame un poco de paciencia-le explicó el chofer por el retrovisor.

 

Seto se dejo caer en su asiento, con algo de fastidio dirigió su vista azulada hacia la ventanilla para ver como se deslizaba cada gotilla cristalina, cuando sus ojos se quedaron viendo un punto con algo de asombro y casi sin creer lo que vio. Como si de un fantasma se tratara observo la silueta de Sesshoumaru vestido completamente de negro caminar entre el gentío; que avanzaban algunos con paraguas y otros sin nada casi de en cámara lenta.

Como si su cuerpo tuviese vida propia salio rápidamente de adentro de su limusina, y se echo a correr sin mirar al cruzar la calle ni ver los autos que frenaban de golpe sin siquiera detenerse...Después de tanto, no lo volvería a perder de vista. Ya no.

 

-¡Córranse de mi camino, molestias!-exclamo Seto esquivando y empujando a la gente. Su vista buscaba insistentemente por ambos lados de la acera la figura del demonio. Justo lo vio que subía por las escaleras de un puente elevado que daba justo para pasar sobre la calle. Sin más se escabullo de la multitud por un hueco y se dirigió allí, sus pasos sonaban a medida que pisaba cada charco de agua, su corazón estaba desbocado y sus ropas apenas las sentía.

 

Logrando atravesar las escalinatas del puente y ya arriba, se detuvo en mitad del crucé. Su respiración era entrecortada, de su cabellera corta castaña le escurría algunas gotas de agua que le bajaban por el rostro hasta llegarle a su cuello. Sesshoumaru que percibió su olor a lo lejos, le provoco que se detuviera en su sitio mientras, le seguía dando la espalda.

 

-¿No te dije hace un tiempo que te alejaras de mi, mocoso?-cuestiono sin emoción Sesshoumaru, volteando un poco su semblante para cruzar su mirara helada contra la azulada de Seto.

 

Un silencio incomodo se apodero del lugar, en un solo minuto. En donde se oía solo como la lluvia caía sobre el piso a su alrededor. Cuando la voz de seto rompió en el silencio.

 

-Pensaste que seria tan cobarde para dejarte ir, no te equivocas la razón de que estoy aquí es el hecho de que tu…te me burlaste como se te dio la regalada gana…-a medida que comenzó a caminar hacia el con paso de felino-volviste mi vida un infierno...Donde solo el odio fue mi alimento y tus recuerdos mi propio tormento...Por eso, quiero pagarte con la misma moneda-.

 

-¿Eso es todo lo que me tienes para decirme…?-.

 

Sesshoumaru sin quitar su faceta de sin emociones, vio como el castaño sacaba un arma de entre sus ropas y se lo colocaba en el medio de la cabeza. Para mantenerlo firmemente apretado en su mano pero sin accionar el gatillo:

 

-¿Por qué llegue hasta este punto y no puedo herirte? ¡Te odio! ¡Te aborrezco! Mas…mi corazón…se interpone a que te haga algo…-le gritó en tono dolido el CEO.

 

Los ojos oros del demonio lo continuaron viendo en mudez pero con un cierto brillo distinto, no era de frialdad ni tampoco de maldad. Era un brillo que lo dejo petrificado a Seto. En unos fragmentos de segundos, Sesshoumaru lo acerco a su cuerpo para rodearlo por la cintura y robarle un beso furtivo. Sus ojos se desorbitados por aquel gesto, su mente le decía que lo apartara pero su cuerpo parecía negarse a esa idea, un par de lagrimas cayeron de sus ojos. Las manos de Seto liberaron al arma que cayo en un sonido sordo sobre un charco de agua, sin emitir un solo disparo. Sesshoumaru separo sus labios lentamente de los del dragón para susurrarle:

 

-Por que no te he podido sacar de mi cabeza durante todo este tiempo, Seto…es irónico, que un demonio como yo haya sido vencido en su propia partida-.

 

-¿Por qué me dices esas cosas? ¿Ha que quieres llegar?-le pregunto en tono tranquilo el castaño, mientras ocultaba su rostro en su pecho y apretaba levemente su camisa entre sus manos.

 

-No lo se, tal ves…por que, quise alejarte de mi, por que no quise reconocer que…me has cautivado y sentenciado a vivir por ti…-.

 

El demonio antiguo había reconocido su propia derrota no ante aquella partida en donde le gano, sin problemas. Sino al propio juego que inicio desde un principio su propio corazón...

 

Owari…

Notas finales:

Bueno, despues de dos semanas de escribirlo lo termine! -w-U je, me siento orgullosa de como quedo. Espero que sea de su completo agrado!


Besos!


L.M


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