RECOGIDO
By Dark
Capitulo VIII
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– Pero nii-san…- Sasuke quería decir algo, él no podía pasar meses en la casa, lo que estaba ocurriendo no se lo esperaba.
Naruto se fijaba sus continuos cambios de expresión tratando de deducir que era lo que le atormentaba, pero a la vez él también se encontraba preocupado por la actitud del tal Sai, además ¿qué iba a hacer ahora con Itachi si se le ocurría irse a meter a su cuarto por las noches? ¿Y cómo sería la actitud de Sasuke hacía él, ya que el día anterior se había mostrado como una persona tierna y comprensiva? Lo único que estaba claro era que iban a surgir muchos problemas y todos estarían involucrados.
– ¿Qué sucede Sasuke?- preguntó Itachi haciéndose el desentendido.
– No, nada- murmuró el menor de los Uchiha levantándose.
– ¿A dónde vas?
– No te preocupes hermano, debo juntarme con mis amigos para un trabajo del instituto y estoy algo atrasado.
Naruto lo miró asustado. Temía quedarse solo en esa casa con esos dos tipos. Empezó a frotarse las manos de forma nerviosa orando con todas fuerzas para que no saliera
– Naruto, Sai, ¿me pueden hacer un favor?- y antes que le respondieran continuó –Quiero conversar a solas con mi hermano, hay algo que no le he preguntado, si no es mucha la molestia, claro.
– Por mí no hay problema- Sai se levantó con la vista fija en Sasuke y se retiró. Naruto, silenciosamente pasó por el lado de los Uchiha y salió de la habitación.
– ¿Qué sucede nii-san?- preguntó Sasuke.
– ¿Sasuke, sabes? Hay algo que me preocupa.
– ¿Qué ocurre?
– Por favor dejemos de lado eso de los hermanos queridos, a ninguno de los dos nos sienta el papel.
– Sí tú lo dices…- se sentó frente a Itachi – ¿Qué es lo que quieres?
– Sabes perfectamente lo que quiero, lo mismo que tú, y déjame decirte que jamás lo tendrás.
– ¿De verdad?- preguntó con ironía – ¿De donde sacaste que quiero lo mismo que tú?
– No me engañes, puedes haberte divertido mucho mientras estuvieron solos, no me niegues que no lo hicieron…- el menor abrió la boca para decir algo, pero Itachi no lo dejó –Crees que no oí a Naruto rogando porque yo no me enterara, y si no lo hubiese oído me hubiera enterado por su forma de actuar.
– No tengo la culpa de...
– ¿La culpa de que se haya enamorado de ti? Por favor Sasuke, ambos sabemos que Naruto no ha recibido una gota de afecto en su vida y por lo tanto se irá con el mejor postor.
– ¿A qué te refieres?- preguntó francamente sorprendido.
– ¿Qué crees? No puedes adivinarlo, pues dedúcelo entonces. Haré lo que sea que este mi alcance para que Naruto esté conmigo.
– Dudo que lo haga después de lo que le hiciste- soltó amenazante Sasuke refiriéndose a los videos –Le mostré toda la verdad, cuando lo drogabas y…- un bofetón en su mejilla lo hizo callar.
Un silencio incómodo se tendió sobre ambos. Itachi no podía creer lo que escuchaba, estaba siendo acorralado por su estúpido hermano menor.
Y Sasuke lo miraba triunfante.
– ¿Cómo sabias?- preguntó a punto de perder los estribos y golpearlo con todas sus fuerzas.
– Eres lo menos discreto que hay, nii-san- sonrió aún sintiendo su mejilla arder –De noche todo está en silencio y se escuchan hasta los ruidos más pequeños, debiste haber tomado la precaución de insonorizar la habitación de Naru-chan, partiste en contra.
– No me amenaces Sasu-chan. Sabes que yo también puedo hacerlo.
– Por eso trajiste a Sai, ¿verdad?
– Veo que sí usas tus neuronas después de todo.
– ¿Tan seguro estás que debes traer a otra persona para que te ayude?- se burló el menor de los Uchiha.
– Sólo quiero que no te quedes solo cuando todo esto haya acabado- lanzó en contra Itachi.
– Qué hermano más piadoso, generoso y bondadoso tengo- exclamó con falsa gratitud –Recoge niños abandonados de la calle para luego abusar de ellos, además está involucrado con la mafia desde los quince años, por esa razón tienes una empresa tan grande y quizá, sólo quizá, por eso murieron nuestros padres…- un puño cerrado se impactó en la mejilla del menor, rompiéndole el labio de paso.
– No te metas en esos terrenos, hermanito. Son cosas que no te incumben.
– Con el tiempo todos los secretos se revelan, hermano- mirada fulminante de su parte mientras se sobaba su mejilla.
– Aún así Naruto será mío.
– Eso está por verse.
– Dudo que lo veas. Estarás tan ocupado con Sai que no te dará el tiempo.
– Que predecible- rió Sasuke – ¿Por eso lo trajiste?
– Sabes, dice que esta vez, tú no te le escaparas, y no haré algo para detenerlo.
-Flash Back-
Sasuke, de unos seis años, está sentado sobre su camita con un libro para colorear y muchos crayones. Pintaba el dicho librito tarareando una canción infantil mientras era observado por un muchacho de unos quince años que había quedado a su cargo. Itachi había salido por lo que le había encargado a él que lo vigilara durante su ausencia y como eran grandes amigos aceptó.
– ¿A qué hora vuelve mi hermano?- preguntó el pequeño sin dejar de pintar su libro.
– Pronto- siguió mirando al niño sin preocuparse. El pequeño al sentirse observado levantó la vista.
– ¿Qué es eso que tienes ahí, Sai onii-san?- preguntó señalando un cuaderno que tenía sobre sus piernas.
– ¿Esto?- levantó el cuaderno y se lo enseñó –Es un dibujo.
– Hum…- Sasuke se acercó para verlo mejor, pero no lo entendía, no distinguía lo que ahí se mostraba – ¿Qué es eso que está ahí?
– Eres tú- le indicó en el cuaderno en donde se veía al pequeño Sasuke recostado sobre una cama, desnudo, con el cuerpo cubierto de flores.
– ¿De verdad?- preguntó incrédulo – ¿Y eso de ahí?
– Son flores.
– A mí no me gustan las flores- se cruzó de brazos –Las flores son para las niñas y yo no soy una niña, soy un niño.
– Es sólo un dibujo Sasuke, no tienes para que molestarte- sonrió y acarició su cabello –Eres muy lindo, ¿lo sabías?
– Sí, ya lo sabía. Mi hermano y sus amigas, cuando vienen, siempre me lo dicen y me tratan como a una niña- agregó con una mueca de asco.
– Tienen razón, eres hermoso…- bajó su mano para acariciar su rostro de improviso lo atrajo contra su cuerpo –Pero yo sé que tú no eres una chica. Sino un niño, un chico muy guapo.
– Sai onii-san… suéltame, me estás ahogando- se quejó el menor.
– Sh- y antes de que dijera algo, el mayor lo besó en los labios casi asfixiándolo en el acto.
– S-Sai onii-san...
– Lo siento- se apartó rápidamente.
– ¿Por qué hiciste eso, Sai onii-san?- preguntó sorprendido –Tú me ...
– Lo hice por que eres lindo- se le acercó otra vez y comenzó a desabotonarle la pequeña camisa.
– Déjame…- Sasuke trató de zafarse y obviamente no podía pues era un muchacho mucho mayor que él y no poseían la misma fuerza.
– Sasuke- susurró arrancándole toda la ropa que llevaba de la cintura hacia arriba. El menor se asustó y empezó a llorar.
– ¡Itachi nii-san!- gritó cuando Sai empezó a tocar su cuerpecito.
– Guarda silencio Sasuke-chan, tu hermano no está- lo tomó en brazos con algo de dificultad, pues el chico pataleaba y hasta lo mordía por liberarse, y lo recostó sobre la cama.
– Nii-san, nii-san, nii-san…- repetía. El mayor ya lo había desnudado completamente y no podía parar de temblar.
– ¡Sasuke!- Itachi llegó de improviso y entró veloz en la habitación, apartó a Sai de su hermano menor golpeándolo con toda su fuerza, dejándolo aturdido en el suelo.
– Nii-san- sollozó Sasuke ocultando su rostro entre sus manos.
– Ya, tranquilo…- envolvió el tembloroso cuerpo en una sábana –Espérame aquí, no tardo- tomó a Sai y lo sacó del cuarto. Una vez afuera lo golpeó repetidas veces gritándole que había traicionado su confianza y que era un enfermo al querer abusar de un niño, después lo echó de su casa diciéndole que si se volvía a aparecer por ahí lo mataría con sus propias manos.
– Nii-san- Sasuke salió de la habitación y se abrazó a su hermano –Tengo miedo.
– Ya pasó, no te preocupes, no volverá a ocurrir.
– Nii-san- logró murmurar antes de que su hermano mayor lo besara en su pequeña boquita.
-End Flash Back-
– Aún así, nada te resultará.
– Tan sólo hablas hermanito, ahora puedes salir con tus amigos… si quieres- agregó en tono de amenaza.
— x — x — x —
Naruto estaba en un rincón de la casa con las manos juntas rogando que a Sasuke no le ocurriera nada. Tenía la sospecha de que Itachi ya se había enterado de todo y que corría peligro, tanto él como Sasuke. Apoyó la cabeza en la fría pared para tratar de refrescar sus ideas. No sabía que era lo que ocurría pero cada vez que Sasuke se comportaba bien con él, sentía un calorcito recorrerle el pecho y una agradable sensación de bienestar, pero cuando lo trataba mal…
Acaso, ¿por esa extraña sensación le permitía hacerle todo eso? ¿O era tanto el miedo que le tenía que se lo permitía? No sabía pero, de un tiempo a esta parte, cada vez que Sasuke lo obligaba a besarlo no lo encontraba tan terrible como antes. Tal vez se había acostumbrado, ¿o de verdad estaba sintiendo algo por el Uchiha menor? Se golpeó la cabeza con la palma de su mano. No debía pensar aquello, era estúpido, irreal, imposible… No podía sentir algo por una persona que lo trataba como un objeto, pero, ¿y esas contadas veces que se portaba bien con él? No sabía qué pensar, Sasuke lo confundía con su conducta.
– ¿Qué haces Naruto?- preguntó Sai apoyándose en la misma pared que el rubio con una gran sonrisa.
– N-nada- respondió rápidamente. Ese tipo lo ponía nervioso.
– Ya veo, estabas tan metido en tus pensamientos que no te escuchaste a ti mismo repitiendo "que no le pase nada" como un loco- rió divertido mientras el rubio palidecía. ¿Cómo no se había dado cuenta de que estaba hablando en voz alta?
– ¿De verdad?- preguntó tratando de ocultar cualquier rastro de preocupación.
– Sip, ¿en qué pensabas Naruto?- adquirió una mueca pensativa mirando al rubio de forma intensa.
– Nada importante- iba a pasar por el lado de Sai, pero él lo sujetó por el brazo.
– No huyas, me encantaría conocerte mejor. Itachi me ha hablado maravillas de ti, dice que eres un chico muy trabajador, preocupado y responsable ¿es verdad?
– Bueno…- empezó pero no puedo continuar por que el pelinegro continuó hablando de inmediato.
– Además me dijo que eras huérfano, y por eso vivías aquí, ¿eso también es cierto?- Naruto trató de soltarse pero el otro apretó más fuerte su brazo –No te vayas, conversemos un rato.
– Lo siento, tengo cosas que hacer.- se disculpó moviendo su brazo para zafarse.
– ¿Es verdad que te llevas mal con Sasuke?- una sonrisa un tanto malvada se formó en su rostro, el muchacho rubio se quedó quieto, algo en su interior le decía que Sai quería averiguar otra cosa con aquella pregunta.
– Sa… el señor Sasuke- corrigió rápidamente, había estado a punto de decir su nombre, tal vez si lo decía Sai hubiese pensado que había algo entre ellos y empezaría a investigar, o sólo se estaba poniendo paranoico –Él es el que se lleva mal conmigo, yo no tengo nada en su contra.
– ¡Eso no puede ser! ¿Cómo Sasuke puede llevarse mal con un chico tan simpático como tú? Sí yo si fuera él, te trataría como un rey...
– Permiso, yo…- se estaba poniendo más nervioso que antes.
– Naruto- soltó su brazo –Sé cómo te llevas con Sasuke.
– ¿A… a qué se refiere?- preguntó quedándose en el lugar.
– No me mientas.
– No le entiendo...
– Claro que entiendes- de un empujón lo dejó contra la pared, ahora lo afirmó de ambos brazos para que no se moviera.
– Yo…
– Veamos…- hizo una pausa haciendo como que pensaba – ¿Cuántas veces te acostaste con él mientras Itachi no estaba?
Naruto abrió sus ojos como platos ¿cómo sabía eso Sai? ¿Cómo podía saber él, si recién había llegado a la casa?
– Es verdad ¿entonces?- acercó su rostro al rubio, pero éste giró el suyo inmediatamente –Me pregunto que pensaría Itachi si se enterara que el pobre muchacho que recogió de la calle y lo mantuvo por mucho tiempo, le esta pagando de esta forma; enredándose con su hermano menor…-dijo con voz dramática – ¿Tú que crees, Naruto, qué diría Itachi?
Los azules ojos reflejaron el miedo que fue captado por Sai que sonrió triunfante.
– Pero yo no se lo diré a Itachi, aunque sea mi mejor amigo...
– Gracias- susurró Naruto en un suspiro.
– Entonces es cierto- con esa simple palabra el rubio había confirmado todas las sospechas del pelinegro, se reprendió mentalmente por su estupidez –No le diré nada a Itachi, sólo responde ¿estás dispuesto a proteger a Sasuke?- Naruto asintió un tanto apenado –Entonces esta noche te espero en mi cuarto, nos divertiremos un rato, no faltes- Sai soltó los brazos del menor y se fue caminando como si nada por el pasillo –Nos vemos.
Hizo un gesto con la mano a modo de despedida. Naruto corrió a su cuarto y se echó a llorar, ¿por qué siempre todo lo malo debía ocurrirle a él? ¿Qué había hecho para que le pasara todo eso? Justo cuando trataba de saber lo que le estaba pasando con Sasuke llegaba otro personaje a arruinar su vida, además de Sai aún estaba Itachi. Pero él aún no había intentado hacerle nada, luego lo haría, podía dar fe de aquello. Corrieron más lágrimas por sus mejillas al pensar en todo eso. Oyó que el pomo de la puerta se giraba, secó sus lágrimas con las sábanas y trató de mantenerse tranquilo. Sasuke había entrado, estaba más pálido de lo habitual y su voz sonaba cansada.
– Naruto- aseguró la puerta y se sentó junto a él.
– ¿Qué te ocurre?- preguntó el rubio recargando la cabeza del pelinegro en su pecho, éste se dejó sin pronunciar palabras al respecto –Sasuke, por favor dime que te ocurre, quizás pue...
– ¿Por qué estabas llorando?- lo interrumpió mirándolo a los azules ojos.
– No, no estaba llorando, estaba…
– No me gusta que me mientas- pasó un dedo por su mejilla secando una lagrima solitaria –Además tienes la nariz roja y los ojos vidriosos.
– Lo siento- trató de mostrarle una sonrisa – ¿Me dirás que pasa?
– No- levantó el rostro para besarlo –No puedo decirte nada, jamás te diré nada.
– Pero...
– ¿Acaso estas sordo? No te lo diré- el tono de voz no demostraba ningún sentimiento a pesar de estarlo tratando de esa manera –Pero quiero que tú me digas qué…- guardó silencio pues estaban tocando a la puerta. Ambos jóvenes se miraron asustados.
– Naruto, ¿podrías abrir por favor?- la voz de Itachi venía del exterior.
– Sasuke…- murmuró bajito el chico rubio.
– ¿Estás ahí?- la voz del mayor de los Uchiha se oyó otra vez.
– Respóndele- ordenó Sasuke.
– Sí, un momento, me estoy cambiando ropa- mintió. Mientras abría la puerta de un pequeño ropero que tenía en su cuarto –No quiero que te vea aquí, no sé que podría pasar- susurró indicándole al pelinegro que se escondieras en su interior. Sasuke entró sin antes darle un beso que lo dejo casi sin aire. Se dirigió a la puerta y abrió – ¿Qué sucede?.- preguntó aparentando calma.
– Quería conversar una cosa contigo.
– Claro- iba a salir pero Itachi se lo impidió y entro junto con él.
– Prefiero que sea aquí, no quiero que Sasuke o Sai nos escuchen.
– ¿Qué era lo que me iba a decir?
– Quiero que me cuentes todo lo que hizo Sasuke durante mi ausencia. Todo lo que tú consideraste sospechoso o extraño.
– Hum…- ¿qué inventaba ahora si todo lo que ocurrió durante el tiempo que estuvo de viaje fue extraño? Ni él se podía explicar los constantes cambios de humor del menor de los Uchiha, en su mente todo era un caos –Que yo recuerde nada extraño...
– ¿Trajo personas aquí a la casa?- inquirió.
Jah, ¿cómo iba a olvidar a sus "amigos"?, si no es por Sasuke, había estado a punto ser… –Sí, creo que eran unos amigos suyos, pasaron la noche aquí escuchando música y conversando. También estuvo la señorita Iris aquí- recordó a la pobre muchacha y lo que había tenido que hacer.
– ¿Iris? Ya va mucho tiempo de que no la veo.
– Su hermano terminó su relación con ella- no se había podido contener a decir eso.
– ¿Por qué? Si se llevaban muy bien, ¿te dijo algo?
– No, casi ni hablábamos. Él solo me dirigía la palabra para pedirme alguna cosa, nada más- mintió. Jamás le había mentido a Itachi, nunca había dicho algo falso en su presencia. Siempre hablaba con sinceridad, pero ahora, por proteger a la persona que lo maltrataba pero a la vez lo hacía sentir tan bien cuando se comportaba de buena forma con él, todo para proteger a Sasuke –Y esas eran contadas ocasiones pues pasaba la mayor parte del día fuera- agradeció internamente que él Uchiha menor estuviese en el cuarto así sus versiones calzarían si Itachi le preguntaba.
– ¿Si?- murmuró extrañado. Sinceramente esperaba que Naruto se echase a llorar y le dijera que su hermano lo había violado repetidas veces mientras él no estaba y que le preguntaría si era verdad eso de que él se iba a meter a su cuarto por las noches –Es todo, gracias, Naruto- se levantó y lo miró fijamente durante unos segundos – ¿Por qué te sacaste el collar que te obsequié?
– No quería que se me perdiera- respondió inocentemente.
– Creo que se perderá si no lo usas- abrió la puerta –Así que mejor póntelo- salió del cuarto y Naruto corrió a cerrar con seguro.
– ¿Qué collar?- preguntó saliendo del armario.
– Uno que me obsequió hoy en la mañana.
– Déjame verlo- el rubio buscó en su bolsillo y se lo pasó. Sasuke quedó impresionado, eso debía valer mucho dinero – ¿Mi hermano te lo dio?
– Si, dijo que era mi regalo de cumpleaños.
Sasuke miró directamente a su cuello en busca del cascabel. Naruto se percató y sonriendo le enseñó la muñeca agitándola para que tintineara.
– Aquí está- una mueca parecida a una sonrisa se dibujo en el rostro de Sasuke.
– Más te valía que lo hubieras guardado. No gasté dinero en vano por eso- le tiró de vuelta el zafiro. Abrió la puerta para salir, el muchacho rubio estaba preparado para recibir el ya acostumbrado beso violento de las despedidas, pero no llegó.
– Sasuke…
– Cállate- salió del cuarto con el ya clásico portazo, dejando a Naruto sorprendido. Recordó las palabras de su hermano mayor: "Naruto no ha recibido una gota de afecto en su vida y por lo tanto se irá con el mejor postor"
Continuará…
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