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End of me por White_Lotus

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Notas del capitulo:

ayy llevo días intentando actualizar y no me deja.

¡Gracias a Nishimura por su comentario, intentare mejorar en los próximos capítulos!

Tal y como había esperado, aquella noche había sido una de la más largas y angustiosas de toda su vida.  El reloj sonó puntual a las 8 de la mañana, indicándole que debía comenzar a prepararse para el encuentro. Su cama, había sido un feroz campo de batalla donde la guerra se librado dentro de su cabeza. Las escasas horas de sueño no le habían servido para aclarar su cada vez mas confundida mente, acostumbrada a ser  fría y calculadora, y su sentido común. Y todo ello, a escasamente una hora de tener que enfrentarse a su jefe. Precisamente, eso era lo que más temía. El encuentro con Hayato.  Sabía que su jefe le conocía, quizás demasiado, como para leer en su rostro que algo no iba bien.  Debía prepararse para cualquier contratiempo que pudiera surgirle.


El plan era sencillo; haría el mejor papel de su vida y más tarde, se desharía de Toshiya.  Fácil y rápido. Como si aquello nunca hubiera pasado. Una vez que Toshiya  estuviera fuera de la partida todo seria más fácil. O al menos eso quiso creer.
Lanzó una ojeada rápida al cuarto donde le mantenía retenido comprobando que dormía plácidamente sobre un colchón improvisado con las mantas que le había proporcionado. Sonrió con tristeza, realmente, le gustaría que su último día en la tierra pudiera ser  algo más memorable. ¿Había algo más cruel que tener retenido a una persona inocente esperando para acabar con ella, tan solo unas horas más tarde? Kaoru no quiso responderse a esa pregunta. No en aquel momento.

Su llegada a las oficinas Hayato tendría lugar tan solo media hora después.  El viejo edificio de oficinas, con aspecto abandonado y  en ruinas, no parecía ser realmente la sede de una de las organizaciones criminales más peligrosas del país.
Kaoru subió hasta la última planta, a paso ligero, encontrándose con Die esperándole en la puerta de la oficina principal.

-Llegas tarde- le inquirió.
- Tráfico- le contestó escuetamente.

Die le miró sin terminar de creérselo del todo y golpeó la puerta hasta que una ronca voz les invitó a pasar. Dentro, se encontraba el soberbio despacho del gran Hiroshi Hayato, sentado en la mesa central con una evidente sonrisa de satisfacción en su rostro que delataba el gran momento.

-Sentaos- les invitó- Siento haberos  citado tan temprano, pero salgo a mediodía del país- dijo a modo de disculpa.

Los recién llegados se sentaron  en los confortables asientos de cuero negro que adornaban la estancia.
-¿Queréis algo para tomar?- preguntó mientras se levantaba- Shinya….

Un joven delgado de pelo rubio apareció de repente portando un carro con bebidas. Kaoru le miró con desdén, sin disimular la desagrado que sentía ante el que se decía que era el asistente personal de su jefe. El otro, cínico como siempre, le sonrió como si realmente disfrutara de comprobar el odio que el otro le procesaba.
-Yo tomaré un whisky- le ordenó- ¿Kaoru? ¿Die?
El primero negó con la cabeza.
-Yo tomaré otro, si no es mucha molestia.

El rubio sirvió las copas con habilidad, ante la atenta mirada de todos, tendiéndosela en un gesto sumiso y servicial al cabecilla de la sala, y con algo menos de solemnidad al pelirrojo. 
Con coquetería,  se sentó junto a Hayato, sin poder evitar volver a mirar a Kaoru  fijamente, recibiendo un gesto desprecio del otro que acabó con provocar que retirara su mirada.

-No podía marcharme sin felicitaros-dijo agarrando la copa- El plan fue un éxito.
Die le devolvió la sonrisa  agitando la copa levemente.
-Shinya…-le preguntó  de nuevo el jefe- ¿Lo tienes?

El joven le tendió un periódico  que Hayato lanzó con escasa fuerza a las manos de Die. Este, tras echarle una ojeada volvió a ampliar su sonrisa.
-Mira Kaoru-le mostró- ¡Salimos en primera página!

Este apenas desvió un poco la mirada, sin mucho interés, leyendo con claridad la primera plana  “Drama en la mansión Nishimura; toda la  familia resulta asesinada”
-¡Ha sido un gran éxito!- volvió a remarcar Hayato- La verdad es que tenía mis dudas, era una misión dura y difícil pero…lo lograsteis.
- No se podía esperar menos de los mejores hombres de la organización- puntualizó con voz jocosa Shinya.

Kaoru clavó sus ojos en los del otro, soberbio y altivo como siempre, que le dedicada una mirada divertida.
- La vida es así Shinya- le replicó- Hay gente que tiene talento….y gente que no vale para nada.

El rubio encajó el golpe con deportividad y su sonrisa se volvió levemente amarga. Para ambos, era imposible disimular el odio que se tenían, aunque delante de ellos, estuviera el propio Hayato, que reía divertido como si de un show cómico se tratara.
Kaoru tomó el periódico de las manos de Die para leer con detenimiento la noticia, pasando su dedo con lentitud por el titular de la página.
“Encontrados los cinco cuerpos de la familia: El matrimonio Nishimura y el de sus dos hijos  Kyo y Mika. También se encontró el cuerpo de su ahijado, Toshimasa Hara. Todos fueron asesinados mientras dormían posiblemente en un ajuste de cuentas”

-Cinco cuerpos-musitó sin poder evitar que cierta sorpresa se apoderara de su voz.
-¡Los cinco!- repitió triunfante Die- Todos estarán en un día a más de dos metros bajo tierra.

Y todos rieron, excepto Kaoru.
- No sabes lo satisfecho que estoy con vuestro trabajo- repitió Hayato- Sin duda, sois lo mejor de mis filas.
-Gracias jefe- respondió Die cortándole- Sabe que estaremos siempre a su servicio…

El más viejo sonrió. Aunque sus ojos se clavaron en la seria y ausente mirada de Kaoru.
-¿Pasa algo Kaoru?- el otro negó con la cabeza- No te veo satisfecho con tu trabajo… Sabes que esta misión no habría sido posible sin ti…
Se maldijo. Se maldijo por subestimar a Hayato y su capacidad de leer su mente.
- Es el cansancio- se disculpó- Han sido seis meses difíciles…

Su jefe pareció creerse aquello y se levantó hasta donde se encontraba el otro sentado. Con  afecto le colocó la mano en el hombro, en un gesto cómplice.
- No te preocupes- le tranquilizó- Te has ganado unas  “vacaciones”
“¿Vacaciones?”- resonó en la mente de Kaoru. Era lo último que necesitaba, tiempo libre.
-Pero Señor Hayato- protestó- Me gustaría volver pronto “a la acción”
- Nada me haría más feliz que vuelvas a tu antiguo puesto pero…- tragó saliva- No es posible Kaoru, los Nishimura están ahora sin lideres ni herederos pero…se volverán a organizar, y sabrán pronto que  Kenji Niimura estabas involucrado en el hecho.

Por más que le pesara sabía que era verdad. No tardarían en atar cabos y descubrir que el muchacho que llevaba trabajando en la cocina, que se había marchado tan solo una semana antes del incidente, era parte del plan tramado por la banda rival.
- No voy a ponerte en peligro Kaoru-le advirtió- Eres mi mejor hombre. Estarás un tiempo apartado de las operaciones habituales, descansa y si te necesitamos te llamaré. Solo será un par de meses.
-Está bien señor, como siempre, a sus ordenes- obedeció haciéndole una leve reverencia al incorporarse- ¿Puedo marcharme?
- Por supuesto- le aclaró-En cuanto a ti Die, puedes tomarte el resto de la semana libre. El lunes tendremos un “pedido” importante y me gustaría que formaras parte de la seguridad que lo custodie.

El pelirrojo asintió aún sin apartar sus ojos de Kaoru.
-¿Puedo retirarme yo también?- preguntó al ver como su compañero se alejaba hasta abandonar la habitación.
Cuando recibió un leve movimiento de cabeza de su jefe en señal de afirmación, salió a toda prisa tras  él, deseando que aún pudiera encontrarle en alguna parte del edificio.

La suerte estaba de su lado, al final del pasillo, la imponente figura de Kaoru  se dibujaba en las sombras, justo en frente de la puerta del ascensor.
-¡Kaoru!- le gritó buscando detenerle antes de que entrara.
-¿Hayato olvidó algo?-preguntó.
Die agitó su cabeza en señal de negación.
- Eres tú….- le aclaró ganándose un gesto de sorpresa del otro- ¿Qué te pasa?

El otro frunció el ceño, como si no entendiera realmente a qué venia aquella pregunta.
-Si joder… ¿Qué demonios te pasa?- le repitió en un tono más agresivo-  Llevas raro desde ayer… ¡Qué narices! ¡Llevas raro desde hace más de un mes!-le gritó dolido.
-Die die die….- comenzó con cierta burla- ¿A qué viene esta escenita? Ya te lo dije ayer, estoy cansado, llevo seis meses trabajando sin parar en esta puta misión y de verdad, necesito relajarme…
- Yo anoche te ofrecí ayuda para “relajarte”- le recordó dolorido- Y me rechazaste, como llevas haciendo desde que estás así…
Kaoru sonrió con malicia.
-¿Así que es eso?-replicó con sorna- ¿Estas dolido porque no me apetece revolcarme contigo?
Golpe bajo.
-¡No es eso!-contestó con violencia- Es solo que…somos compañeros ¿no?
El otro esperó con sorpresa el final de su discurso.
- Si necesitas algo, si quieres hablar de algo puedes….contar conmigo- le ofreció con seriedad.
Kaoru parpadeó varias veces con incredulidad, dejando escapar una sonora carcajada.
- No me jodas Die… ¿A qué coño viene esta escenita de amistad?- le reprochó- No me pasa nada, y si me pasara, no iría a contártelo a ti, tú lo has dicho, somos compañeros, nos dedicamos a ir volando cabezas, no a hacer tertulias con té y pastas…
El pelirrojo le miró dolido.
- Y ahora si me disculpas… voy a marcharme, tengo cosas que hacer- le recordó volviendo a presionar el botón del ascensor, entrando por completo y desapareciendo ante la mirada estática de Die.
Se odió a sí mismo por creer que  iba a recibir una respuesta diferente de aquel altivo y frívolo Kaoru que conocía desde hacia tantos años. Lamentaba, que a pesar de todos los años que llevaban juntos, de todo lo que habían vivido, este fuera incapaz de mostrar el más mínimo afecto por él.

-Es duro ¿verdad?- le dijo un recién llegado Shinya- Le ofreces tu amistad y tu cariño y él, te da la bofetada.
Su tono no sonaba burlón, sino más bien compasivo, pero Die sabía de sobra como era realmente el rubio y que sus intenciones, nunca eran buenas.
- Vete a la mierda Shinya- le contestó groseramente.
Este fingió mostrarse ofendido y se acercó con lentitud, quedando cerca de él y mirándole con
esos ojos  que era incapaz de leer.
-Pero Die…. ¿Por qué ese odio?-le reprochó- Entiendo que Kaoru me odie, pero tú…
Al pelirrojo comenzaba a no gustarle como Shinya acortaba peligrosamente las distancias y retrocedió.
-Me ha parecido realmente grosero que Kaoru te tratara así-continuó con una voz mas melosa- Uno no debe de tratar así a sus amigos, y más, si son tan guapos como tú…- susurró casi en un tono inaudible.
Die  intentó disimular el leve tono rojizo que acababa de aparecer en sus mejillas y carraspeó.
-Shinya, déjate de tonterías- replicó alargando aún más las distancias- Deja tus jueguecitos para Hayato….no creo que le haga gracia ver como vas coqueteándole a todo lo que se mueve por estas oficinas.
Para su sorpresa, en vez de mostrarse ofendido, el rubio sonrió maliciosamente.
-Estoy seguro que estaría encantado de ver el buen gusto que tiene su “asistente”.

El pelirrojo rió con sorna. ¿De verdad pretendía Shinya negarle el hecho conocido por todos de que este no era más que el amante de Hayato?
-Lo siento, debo macharme- se despidió- No tengo tiempo para ti…

El rubio apartó su mano con delicadeza cuando vio que el otro intentaba apretar el botón del ascensor.
-Pero para Hayato si ¿cierto?- le interrumpió- Acaba de llamarte a su despacho, necesita que le hagas un favor…

El pelirrojo pareció meditar si las palabras de Shinya eran serias o no.
- No tardes- dijo mientras comenzaba a alejarse con aire sensual- Sabes que no le gustan que le hagan esperar.


Kaoru limpiaba con delicadeza su arma en el solitario salón de su apartamento. A tan solo unos metros, la habitación donde Toshiya se encontraba esperando su final. Llevaba meses sin usar el arma, sin contar que la noche anterior casi lo hacia. Suspiró. En aquel momento deseó  poder confiar en alguien. Alguien a quién pudiera encargar aquel trabajo sucio. Pero no podía, ni siquiera en Die. Aunque debía admitir que le había sorprendido aquel gesto por parte del pelirrojo,  acostumbrado a la imagen superficial y vacía que siempre se encargaba de mostrar cada día. Pero no iba a dejarse engañar, si Die descubría el fallo,  Hayato acabaría por enterarse. O al menos esa era la excusa que se había dado a sí mismo para alejar la posibilidad de simplemente telefonear al pelirrojo y lanzar a Toshiya a merced de su pistola. Dentro de él, aunque lo ignoraba con todas sus fuerzas, estaba el miedo.
Die podía ser impulsivo,  y poco detallista. Carecía por completo de empatía, lo que le hacia ser una valiosa pieza en el mundo en que se movía, pero un peligro para todo lo que fuera ajeno. Y Kaoru en cierta manera, le temía. Sabía que el pelirrojo, aunque quizás no entendiera la razón, había deducido que Toshiya era una amenaza. Y no iba a conformarse con eliminarlo como había hecho la noche anterior con toda la familia.

-Bueno- pensó en voz alta- Cuando antes acabe, antes podré volver a la normalidad-se intentó convencer.

Se incorporó guardando  la pistola debajo de su camisa. Dio unos pasos inseguros hasta llegar a la puerta del trastero, apoyando ligeramente la mano en el pomo mientras giraba la puerta. Se encontró a Toshiya sentado en el suelo, mirando el vacio. Pronto sus ojos volvieron a encontrarse, haciendo que Kaoru desviara su mirada hacia un punto muerto de la habitación
- Es la hora- le anunció. A pesar de que sus palabras  no pretendían asustarle o causarle terror como Kaoru acostumbraba.

El más joven parecía estar más bien resignado, o quizás, era la inconsciencia del no terminar de entender en medio de que problema estaba metido, que apenas mostró resistencia cuando Kaoru  le esposaba ambas manos mientras le obligaba a levantarse.
- Ahora volverás al coche y ya sabes, sin tonterías, o todo puede acabar antes y peor de lo que esperas.

Esta vez, Toshiya tembló ligeramente aterrado, evitando el contacto visual con su verdugo, que le encañonaba por la espalda hacia la salida.

Kaoru se subió al auto tras meter en la parte trasera a  Toshiya, de manera que había quedado completamente recostado en el asiento trasero, intentando así evitar que nadie pudiera verle.

-No queda otro remedio- se intentó convencer a sí mismo mientras arrancaba el coche.


 


-¿Cinco cuerpos?- preguntaba  con sorpresa un hombre completamente vestido de negro mientras ojeaba el periódico del día. Los papeles se amontaban sobre la mesa de la consulta de una de las mejores clínicas privadas del país, al servicio de la familia Nishimura desde hacia varios años. 
-Eso dijeron- contestó con tranquilidad el doctor sin levantar la vista del documento que revisaba.
-Pero….-arqueó una ceja casi de sorpresa. Algo no encajaba con la información del periódico.
-Supongo que lo habrán puesto para despistar a los culpables-comentó sabiendo lo que hacia que el otro dudara- Si saben que fracasaron en su plan…
La noticia del crimen había corrido como la pólvora por toda la ciudad y eran muchos lo que se preguntaban cuál sería las consecuencias del suceso o si  el propio clan estaría condenado a desaparecer. La gente de confianza  de la organización no había tardado en movilizarse, ansiosos de noticias o novedades que aclaran el duro golpe que habían recibido.
-¿Toshimasa Hara?- leyó con asombró- De ese ni siquiera tenemos noticias ¿no?
El otro negó con la cabeza.
-Es un absoluto misterio-aclaró- Por lo que tengo entendido estaba en la casa, aunque no en su habitación…supongo que no contaban con la presencia de un invitado.
-¿Crees que esté vivo?-dudó.
-No- contestó tajante- Si estuviera vivo ya habríamos tenido señales de él….
-Cierto-  sin imaginar cuán alejados estabas de la realidad, aceptó el argumento sin más. Ambos habían tratado al joven Hara y sabían de sobra del carácter infantil y dependiente que le caracterizaba.
-No era una pieza importante-añadió sin la menor emoción- Aunque estuviera vivo, sería un estorbo, no tenía carácter. Ni siquiera estaba al tanto de los negocios de su “familia”.
-Kyo le sobreprotegía demasiado- aclaró con amargura- Siempre quiso mantenerlo al margen de nuestros movimientos.
La mención de aquel nombre hizo que el ambiente se volviera tenso y cargado.
-Kyo….-repitió el otro con cierta preocupación.
-Lo de Kyo es….casi un milagro- comentó casi sin saber que palabras podría usar.
-Es un milagro-aclaró con rotundidad- Nadie sobrevive a un disparo en la cabeza, pero a veces la suerte se pone de parte del diablo.
Los dos rieron tímidamente. El médico sacó una radiografía que llevaba guardada en una carpeta. Con delicadeza, invitó a su acompañante a levantarse y observa con detenimiento con la ayuda de la luz artificial.
-¿Lo ve?- le preguntó mientras señalaba- La trayectoria de la bala es….perfecta. Entrada y salida, ni siquiera dañó el cerebro.
- Kyo siempre fue un tipo con suerte- rió- ¿Se recuperará?
´- No parece que haya lesiones graves-explicó mientras miraba con detenimiento la radiografía-Aún así, tendremos que esperar a que despierte.
-Esperemos que sea pronto- deseó con rabia- No hay nada más que deseemos todos que kyo despierte y coja las riendas del clan. Y sobretodo, encontrar a los que hicieron esto y servirles una venganza bien fría.

Notas finales:

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