Ryoma se quito el uniforme y debajo de él tenía unos bóxers, que provocaban obviamente que se notara su masculinidad, y una camiseta bien pegada al cuerpo la cual retiro con algo de miedo. Debajo de ella tenía un pequeño corpiño relleno con algunos pañuelos que retiro de aquel pequeño pedazo de tela, acción seguida a esta fue retirar el corpiño.
Momoshiro tenía una expresión mostraba su asombro, ya que este no esperaba ver aquella escena de su nueva compañera o mejor dicho compañero.
Momoshiro: Esto…bueno no sé qué decir-intenta levantarse.
Sekai: lo sabía, yo pensaba que serias distinto a los demás perdona me equivoque,¿ podrías retirarte?-pregunto fríamente.
Momo: espero Sekai-chan, yo no…bueno…. Solo estoy sorprendido nada mas, es solo que no me esperaba que fueras un varón.
Sekai: mmm
Momo: veras es que realmente pareces una chica y bueno… yo….no sé qué decir.-trata de excusarse en vano.
Sekai-inténtalo, lo peor que puede pasar ¿qué es?(dijo que le parecía una chica, que felicidad).
Momo: a decir verdad no sé qué es lo que debería decir en un momento así, nunca antes me había pasado algo así.
Sekai: mas te vale que no te haya pasado-lo mira sarcásticamente-tienes a un compañero un su habitación semidesnudo, espero que no te pase muy seguido o empezaría a pensar mal.
Momo: Sekai-chan! aaa…. puedo preguntar tu verdadero nombre.
Sekai-Ryoma-mira para otro lado
Momo: Ryo….-le tapa la boca Sekai
Sekai: no me llames así, no me gusta, soy Sekai
Momo: bueno Sekai-chan-muestra un típica sonrisa de momo-senpai.
La sonrisa de Momo duro un buen rato en su rostro, Ryoma miraba así otro lado muy avergonzado, desgraciadamente ninguno de los dos se percato de que Ryoma estaba semidesnudo con apenas unos bóxers y Momo estaba sentado en el piso mirándolo con una sonrisa que alguien podría malinterpretar si no hubiera visto toda la escena. Se escucharon unos pasos provenir de las escaleras, Ryoma se había olvidado de su estado semi-natural, la puerta se abrió y el padre de Ryoma entro por ella, al ver la escena empezó a gritar y tratar de sacar a Momoshiro de la casa, pero cuando Ryoma le explico la situación, a gritos, su padre lo soltó y se sentó con ellos en la habitación a charlar.
Nanjiro: bueno Momoshiro Takeshi, viendo que ya sabes el secreto de mi hijo supongo que deberás guardar el secreto, aunque te cueste la vida.
Momo: si señor-aterrado contesto
Nanjiro: Cuida bien a mi hijita, serás mi segundo yo que la protegerá en el colegio-comento entre risas que demostraban un tomo burlesco.
Sekai: viejo raro no le digas ese tipo de cosas a mis amigos que vienen por primera vez a casa, vas a provocar que no tengan más ganas de venir.
Nanjiro: ¿viejo raro? las niñas buenas no llaman así a sus padres, además lo hago para protegerte digo para reírme
Sekai: viejo loco.
Empezó a caer la noche pero los tres hombres seguían conversando muy animadamente en la habitación del chico que seguía semidesnudo por que la conversación se había vuelto tan entretenida que se le había olvidado, pero ya llegadas las siente Momoshiro se levanto para irse, saludo a todos y se fue por la puerta en su bicicleta.
Ryoma apenas le saludo con la mirada esperando que aquello no fuera un sueño y que mañana al despertar pudiera todo seguir como en estos momentos se encontraba, el sabía que era un deseo bobo, ya que no sabía si esto era real o no ya que tantas veces atrás lo había soñado, algunas veces tan reales como hoy.
Al despertar el día siguiente no se sentía muy bien, le dolía la cabeza y estaba mareado, al parecer estaba resfriado, a pesar de esto se levantó y se vistió para ir al colegio su padre al verle la cara toda roja lo mando a la cama a dormir.
Ryoma estaba harto se había quedado solo en la casa ya que su padre estaba en el templo y su prima se había ido a comprar ingredientes para la cena, así que este gil empezó a hacer las pavadas que hace cuando cree que esta solito.
Se quito todo el pijama quedándose en sus bóxers negros (no se baño) se puso un corpiño extra grande que había robado a su primar y lo relleno con pañuelos haciendo muy evidente que era plano. Empezó a bailar con la música muy alta, bailaba como si hubiera un mañana.
Pasó un buen rato y el traspiraba mucho a causa del calor que generaban los pañuelos en su cuerpo así que se quito el de su prima y se puso uno de los de él pero sin molestos papelitos, Ryoma siguió bailando pero a un ritmo más lento hasta que sintió que alguien lo miraba, al darse vuelta vio a sus compañeros de club viéndolo con diferentes expresiones en sus rostros.
La cara de Fuji era un poco burlesca y otro poco aguantando la risa, Kikumaru parecía espantado al igual que Oishi, Kaidoi, Kawamura, Tezca, Momoshiro, por otro lado estaba Inui con una expresión un tanto extraña, que oscilaba entre la risa y la seriedad.
Ryoma al ver a sus compañeros se horrorizo mucho más que todos ellos juntos, no sabía que hacer, durante un muy buen rato todo quedo en silencio esceptuando a la música que sonaba de fondo, los titulares del Seigaku estaban blancos, hasta que Momoshiro reaccionó, se dio vuelta en seco para quedar de frente a sus amigos dándole la espalda al avergonzado Ryoma.
Momo: chicos chicos nos confundimos teníamos que entrar golpeando aunque la música este fuerte, no se entra así a la habitación de nadie-logro sacar a todo el mundo afuera se dio vuelta para mirar al pobre chico que aun seguía en shock para decir un “lo siento” casi inaudible, al salir de la habitación este argumente que seguramente había entrado a la habitación del hermano de Sekai, pero no cavia duda que era el lugar donde dormía Sekai ya que en la puerta había un cartel con su nombre inventado, durante unos momentos nadie supo que decir o que hacer.
Para Ryoma todo había acabado, todos sus compañeros sabían que el era un chico, todo había terminado antes de que pudiera disfrutarlo, cuando todo iba bien ¿tenía que pasarle esto a el?
Durante unos instantes Ryoma se siento la persona más desdichada del mundo pero luego se dio cuenta que no era así, pensó en como su senpai lo había aceptado tal como era, estaba feliz porque por lomemos había podido disfrutar de ser mujer por lómenos unos días.