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Contrólate.... por Anttara

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Notas del capitulo:

Hi a todos y  a todas... Ya lo se hace tiempo sin actualizar pero tengo dos razones para no haberlo hecho.


Una por que ammm digamos que vivi una especie de Junjou Romantica, egoista y terrorista todo juto con un ex-amigo y pues todo bien raro mi ardillita no tenia mucho tiempo para imaginar jejeje ammm ¿lemon? Crean o no... Me da pena imaginar esas escenas enfrente de otras personas ^^


Dos. Esperaba a que fuera un día especial y hoy 3 de abril lo es ¿Alguien sabe por qué? 


Bueno En esta ocasión quiero agradecer a YueAkiko por agregarme  a su lista de autoras favoritas y por todo su apoyo con los fic que publicamos mi ardillita y yo ^^ ¡¡MUCHAS GRACIAS!!


Ahora ya no les quito  más el tiempo...

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Día 29…

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Las cartas ya estaba sobre la mesa, y el escritor lo sabía perfectamente. Se encontraba en un punto donde ya la convicción y la autodeterminación ya sucumbían ante los deseos que tenia por tocar a Misaki.

 Así que, por el bienestar de los dos, tenía que hacer algo que jamás hubiera pensado realizar. Se alejaría de su niño, hasta por lo menos se recuperara de las lesiones acusadas.

A partir del vigésimo noveno día de su abstenimiento, Akihiko se dedicó a separarse del menor.

Quizás había dicho que podría soportarlo, puesto que había durado tanto  tiempo sin él, pero las cosas ya habían cambiado desde ese tiempo. De verdad era una tortura tener a su pequeño  enfrente  y no tocarlo.

Así que sin decirle nada a Misaki sobre este repentino cambio, Usagi se dedicó a pasar los días de  su martirio, en el único lugar donde quizás su mente se despejaría para no cometer una locura: La editorial

Aparentemente esta sería el fin para el escritor, puesto que la loca de su editora se encontraba ahí y le haría trabajar en algo que sin duda le haría perder la cabeza; Sin embargo, el mayor no tenía algún otro lugar a donde ir.

No tenía muchos amigos con los que pudiera distraerse. Hiroki ya tenía su vida hecha y el ir con Takahiro por obvias razones sería una estupidez. En la editorial podría distraerse con algunas publicaciones que tenían pendientes… O también podría comenzar alguna nueva novela. Todo era mejor que estar  en su departamento.

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-¿Sensei? ¿Qué hace aquí?- Preguntó extrañada Aikawa una mañana  al ver como el desobligado de Akihiko  llegaba a su oficina.

-Vengo a distraerme- Contestó secamente el peli-plata mientras se sentaba en una silla del lugar  – ¿Qué trabajos tienes pendientes para mí? –

-Bueno este… yo-

 ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTABA PASANDO?! Se pregunto extrañada aquella mujer al contemplar como, por su propio pie, el oji-violeta le pedía trabajo. Dos semanas ella se la pasó acosándolo para hacer una novela Boy´s Love ¿y ahora de buenas a primeras le pedía trabajo cuando nunca lo había hecho? ¡¡IMPOSIBLE!!

-¿Está bien sensei? ¿Paso algo?-

-No,  ¿Qué trabajos pendientes tengo para entregar? -

-Bueno esta la continuación de “Los mensajes subliminales que hay en la sopa de letras” o también podría continuar la continuación de “Junai  Romántica” ¿Qué le parece sensei?-

-Continuare el primero- Dijo sin más el novelista  viendo como pasmada Aikawa se le quedaba observando fijamente. Después de unos minutos Akihiko sacó su laptop y se dispuso a escribir sin pretextos, sin regaños ni  amenazas, la continuación de su novela.

Así el escritor se dedico  a cumplir su quinta semana  de promesa…

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Día 32

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Tan solo tres días habían pasado y toda la editorial Marukawa ya estaba paralizada…

¡¿Por qué Akihiko Usami había venido tantos días seguidos?! ¡¿Qué estaba pasando?!

¡¿Acaso el fin del mundo había comenzado?!

Era bien conocido por todos, y más por el departamento de literatura, que el Grandioso Usami Akihiko-sensei no era partidario de venir a las instalaciones a escribir sus magistrales trabajos. O por lo menos no sin una gran razón de por medio; Sin embargo, hacía unos días desde muy temprano ya se encontraba en el lugar trabajando en su nuevo proyecto y por si fuera más increíble ¡no se retiraba de ahí hasta altas horas de la madrugada!

No obstante, la más preocupados era Aikawa que veía con cierta desconfianza al escritor ¿Qué tramaba con ponerse a trabajar de esa forma? ¿Acaso era una broma de mal gusto? ¿Desde cuándo Akihiko era así de cooperativo con sus trabajos?

  -Aikawa revisa el 5to capitulo, y dame las correcciones- Menciono el mayor  mientras seguía escribiendo su novela; al parecer estaba más que decidido a acabar su escrito en tiempo record.

-¿Podría esperar sensei? ¡Aún no termino las correcciones del anterior!- Gritó exasperada la mujer. De verdad que le gustaba que el peli-plata trabajara pero  ¿no podría tomarse las cosas con calma?

-¡Eres muy lenta! ¡Apúrate!- 

-¡Tenía que verlo con mis propios ojos! ¿Eres tú Akihiko? - Mencionó una tercera voz en la oficina; que por el acento burlón y desinteresado correspondía únicamente al Director Ejecutivo de la Editorial llamado Ryuichiro Isaka

 -¡¿Qué demonios te paso?! ¿Chibi-tan por fin se cansó de ti?- Con paso firme entró Isaka-san para confirmar los rumores del trabajo del peli-plata, que en mil formas era increíble de observar.

-Mi vida privada, no es de su incumbencia… ¡Aikawa las correcciones!-Gritó sin inmutarse por el comentario ni voltear el oji-violeta, mientras seguía su trabajo.

-Pero mírate Akihiko ¡Estás trabajando! Por supuesto que es de mi incumbencia. Dime ¿Te dejó? ¿O por fin se dio cuenta de lo horrible que es tu personalidad?- Bufo el mayor mientras veía filosamente la imagen del escritor.

- ¿Sería tan amable de irse ya? Su presencia es molesta Isaka-san-

-Bien, bien, me iré. Pero a cambio tendrás que ir a la fiesta que hará la editorial la siguiente semana… Sería un desperdicio el tenerte aquí y no explotarte lo suficiente- Mencionó el mayor mientras salía despreocupadamente del lugar. No tentaría su suerte molestando al oji-violeta, no antes de saber cuál era la razón de por qué su abrupto cambio.

De inmediato, el castaño se dirigió hacia su oficina y sin inmutarse por lo que iba a hacer, llamó a su secretario para que este descubriera de la fuente más confiable lo que le pasaba al mayor. Algo demasiado importante habría pasado con el del peli-plata para que este decidiera trabajar.

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Día 34

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En punto de las doce de la tarde, Isaka-san llegó a la editorial. Nuevamente fue a burlarse del escritor que seguía trabajando constantemente con su novela; después de un rato se dirigió a su oficina, cerró la puerta con seguro y llamó a Asahina para que le informará  lo que le había encargado el día anterior.

Este, de inmediato le entregó un reporte escrito de lo que le pasaba al oji-violeta y algunos recibos médicos que confirmaban lo sucedido.

-¡¿Y esto qué es?!-

Por unos instantes Isaka-san no comprendió la importancia del asunto, ya que si no estaba enfermo  ¿Por qué a Akihiko le importaba el hecho de que su inquilino tuviera ese problema? Sin embargo, ante la ignorancia de su jefe, Asahina le hizo comprender que el abstenimiento sexual del menor afectaba también al escritor, puesto era más que obvio que no solo era su casero y que ante la falta de cariño de su pareja sentimental, este buscaba distraerse en la editorial para que sus instintos no lo traicionaran y Misaki pudiera recuperarse de sus heridas.

Ante tal descubrimiento, las ideas malvadas de Isaka-san no se hicieron  esperar. Tenía que aprovechar eso. En su vida volvería a tener en sus manos una debilidad del engreído de Akihiko.

Sin duda le haría ver su suerte y  pagaría todas las cosas que le había hecho; No obstante, tenía que ser muy cauteloso y actuar de manera discreta para que el escritor no sospechara, ni pudiera hacer algo contra sus planes.

-Busca la manera de que Akihiko salga de su casa mañana, su inquilino yo tenemos que platicar sin interrupciones  -

-Como ordene señor-

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Día 35

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-¿Usagi-san vas a salir?- Preguntó el castaño al ver cómo,  su casero se dirigía a la puerta del departamento con clara intensión de irse.

Ese día  por alguna extraña razón Akihiko no había salido temprano de su casa y el oji-verde tenia la pequeña esperanza de que permaneciera toda la tarde con él. Hacia muchos días que el mayor no se quedaba y tal vez pudieran hacer algo juntos; No obstante, sus planes fueron interrumpidos por la seca voz del peli-plata…

-Tengo que ir a la editorial, regresaré tarde-

Sin decir otra cosa, el mayor salió de su casa, dejando pasmado al menor por su ya visible ausencia.

-…Que te vaya bien-

Últimamente, Misaki se sentía más inquieto  ante los deseos de estar con su seme. Y  es que ya ni siquiera lo veía por que sin decirle nada al respecto, Usagi  hacía varios días que salía temprano del departamento y regresaba muy tarde, reduciendo al mínimo las opciones de estar con él.

El castaño sospechaba que era por cuestiones de trabajo por lo que no importaba mucho, pero poco a poco el orgullo de Misaki estaba cayendo y por más que quisiera ocultarlo le hacía falta que Akihiko lo tocara, lo deseara e hiciera suyo su cuerpo.

Tantos años de cumplir la pervertida voluntad del peli-plata no se podían borrar tan fácilmente. Misaki se había acostumbrado tanto a las caricias de su novio. A esas frías manos que sin pudor alguno tocaban y excitaban con su paso cada rastro de su piel, a sus ojos violetas  que lo miraban fijamente mientras se le entregaba al escritor, a su grave y erótica voz que le decía una y otra vez “Misaki… Misaki”  mientras tenían intimidad, pero sobre todo a esa cálida sensación que Akihiko le provocaba cuando lo amaba desesperadamente, aferrándose a su cuerpo como si no existiera otra cosa más  para él en el mundo. De verdad el  oji-verde lo extrañaba tanto.

¿Pero como sucumbir ante sus caprichos? El tener intimidad  con Usagi, no era algo que debía tomar a la ligera; Además ¿que debería hacer?  No podía decirle al mayor así de fácil, que quería estar con él, o que lo necesitaba.

Misaki sabía perfectamente que su seme, por indicaciones  medicas, se estaba conteniendo. El novelista era un pervertido consagrado, que podría seducirlo a la hora que fuera y sin preguntarle tomaría una y otra vez su cuerpo hasta hacerlo gritar varias veces de placer. Sabía que solo una mirada, un gesto, un “Usagi-san” mal dicho,  lo harían explotar y terminarían los dos en la cama amándose apasionadamente toda la noche, sin importarles las consecuencias que tuvieran por esto.

El oji-verde no podía darse el lujo, ni si quiera de contarle que lo extrañaba, que estaba más que desesperarlo por verlo, porque lo abrazara o tan siquiera por que le llamará con esa voz que lo enloquecía y hacia que sucumbiera ante sus deseos…  No podía, aunque sufriera por su ausencia, ¡no lo haría!

 Así que sin otra opción el menor se dispuso a esperar en silencio, que el periodo de abstenimiento terminara, aunque esto cada día se le hiciera más difícil; No obstante, Misaki no contaba con algo que el  hiciera cambiar sus planes.

Apenas había pasado unas cuantas horas desde que el escritor había salido de su casa, cuando alguien toco la puerta del departamento, distrayendo al menor  de sus tareas.

-Buenas tardes Chibi-tan-  Respondió un hombre de traje color morado  y sonrisa resplandeciente después de que  el oji-verde respondiera a  su llamado

-Buenas tardes Isaka-san… Usagi-san no se encuentra en este momento-

-No te preocupes, vengo a hablar contigo Chibi-tan ¿Puedo pasar?-

-Claro-

Ante la afirmativa del menor Isaka-san, paso al departamento; Sin embargo, por alguna razón no le daba tanta confianza la presencia del castaño al universitario… ¿Por qué quería hablar con él? ¿Acaso había pasado algo malo con el escritor? Y lo más importante  ¿Por qué venia solo?

-¡Wow! Este lugar  está más limpio que  un hospital ¡Vaya que Akihiko tiene suerte contigo!- Mencionó Isaka-san tratando de disimular sus intenciones; No obstante, al ver como el menor se le quedaba observando, tuvo que utilizar algunos recursos para hacer menos tenso el ambiente.

De un momento a otro sacó  una botella de vino de una bolsa elegante de papel,  le  mencionó al oji-verde unas palabras a cerca de por qué lo traía y sin esperar alguna respuesta, se sentó en uno de los rosados sillones de la estancia.

-¿Así que tú y Akihiko están peleados?- Dijo sin más preámbulos el mayor mientras abría la botella de vino y le indicaba con  un gesto a Misaki que trajera un par de copas.

-¿Eh? ¿De qué habla  Isaka-san? Nosotros estamos bien- Correspondió, Misaki  sirviéndole una copa de vino al castaño; Sin embargo, tras unos minutos después, Isaka-san sirvió la otra copa y le dijo  que lo acompañara.

-¿De verdad? Creí que estaban peleados, ya que Akihiko actúa de manera muy rara… Pero creo que no era  cierto…  Así que no te preocupes Chibi-tan -

Sonrió de manera muy sugerente el mayor, esperando que su acompañante sucumbiera ante sus maléficos planes, cosa que de inmediato Misaki hizo y más después de escuchar aquellas palabras que el castaño había puesto intencionalmente en la conversación para intrigar al menor…

“Si tenía algo que ver con Usagi-san,  Misaki quería escucharlo”

-¿De qué habla?-

-¿Acaso no lo has notado? Akihiko no es de las personas que trabajen todos los días; Sin embargo, últimamente está en la editorial. Es raro ¿no?-

- El tiene trabajos pendientes… -(Hizo una pausa)- … por eso  ha salido-

- Claro, pero él nunca va a la editorial para terminarlos, y no se queda hasta altas horas de la noche trabajando… ¿Desde cuándo crees que conozco a Akihiko? No es que yo  sea la persona indicada para decírtelo pero, quizás tiene una distracción que lo hace salir todos los días y comportarse distante contigo ¿No crees?- Sonrió maliciosamente aquel hombre mientras bebía un poco de  vino.

-¿A qué se refiere con “distracción” Isaka-san?-

-Chibi-tan  eres tan ingenuo… Verás  cuando alguien se porta  “tan distante”  con una persona es por qué tiene a otra a quien regalarle todo su afecto. Si Akihiko últimamente no está contigo entonces quiere decir que…- No terminó de decir su frase el mayor cuando tomo el último sorbo de su copa de vino y dejó que el silencio hiciera su trabajo.

Ante esto, Misaki se estremeció. Usagi-san y él  tenían problemas, obviamente  tan evidentes para que Isaka-san  los  hubiera descubierto. ¿Pero acaso se debían a “alguien” más?

-Usagi-san no habla con muchas personas… no creo que sea eso-

Quiso disimular el menor los intereses que tenia ante la plática del Director General de Marukawa; Sin embargo, por más que los ocultara, su tono de voz le confirmo al mayor que había dado en el punto clave y había hecho  titubear, con lo antes insinuado al inquilino de su trabajador.

-Entonces no lo conoces bien Chibi-tan… ¿Sabes?  Akihiko es un hombre y tiene necesidades... digamos sexuales ¿Te has preguntado, alguna vez, que hace para calmarlas? Te sorprendería de la respuesta. Pero bueno, supongo que eso a ti no te importa puesto que son solo compañeros de piso. Así que no te preocupes… Las distracciones y vida privada de Akihiko, no son de tu incumbencia  -

De verdad que Isaka-san era un maestro para meter intrigas o manipular a  la gente y después de esa actuación magistral nadie se lo negaría. Era un hecho que el menor había caído en su sucio juego, y el silencio de este se lo confirmaba.

Por unos minutos Misaki se puso a pensar…

“¿Qué hacia su casero para calmar sus ansias?”

Aunque solo él lo supiera, desde el primer mes de vivir juntos, Akihiko descargaba todos sus deseos con su cuerpo. No había día en que no lo tocara de manera pervertida, o que no tratara de corromperlo, seduciéndolo para tener intimidad. Pero ahora que no podía  hacerlo ¿Cómo le hacía para contenerse? O peor ¿Con  quién descargaba sus instintos?

Akihiko, no era de las personas que pudiera cumplir su palabra y menos con un tema tan delicado como era el sexo. Su carácter mimado y caprichoso le reducían las posibilidades de abstenerse a hacer lo que le gustara, así que la opción de controlarse estaba más que descartada para el menor. Entonces… ¿Era verdad  que había alguien que lo supliera en esa cuestión?

De inmediato el castaño sintió una opresión en su pecho…

Isaka-san tenía razón, desde la infancia lo conocía y era obvio que sabía que  Akihiko  tenía  a alguien más a quien le dedicaba su atención todas las noches y que suplía su  presencia a la hora de tener intimidad.

El pervertido de su casero no se aguantaría para  tener sexo y menos cuando el último mes, a él le había hecho el amor tantas veces como si se tratara de su peor adicción…

-¡Wow! ¡Mira Chibi-tan qué hora es… ya debo irme!-Grito el mayor después de unos minutos de silencio, sabiendo de antemano  que su trabajo ya estaba realizado y esa noche, Akihiko vería su suerte al ver a su  amante totalmente celoso y molesto con él.   

Prontamente Isaka-san se levantó del asiento y dejando sumergido al menor en sus pensamientos, se retiro del lugar. Después de unos segundos llamó a su secretario, y le comunico que tenía ganas de verlo, que lo esperara en su casa en media hora. Para revisar un  trabajo pendiente que tenia con él.

Mientras tanto en  dentro del departamento Misaki se sentía demasiado abatido para pensar en otra cosa…

¡¿Acaso solo le importaba al escritor para tener sexo?! ¡Qué estúpido había sido  para no haberse dado cuenta antes!… Mientras él sufría por la ausencia de su seme, él se divertía con otra persona, aprovechando que no podían tener intimidad. 

De inmediato el menor  tomó la copa de vino que Isaka-san le había servido minutos atrás y, sin importarle otra cosa que el desahogar sus penas, bebió todo el contenido de un solo golpe.

“¡¡USAGI-SAN ERA UN IMBECIL!!! ¡Como se atrevía a jugar así con las personas y  más cuando él había provocado todo!  ¡¡DE VERDAD QUE ERA UN MALDITO!! ¡¡Pero eso no se quedaba así, apenas cuando llegara le diría todas sus verdades a ese escritor de pacotilla…!!”

Pensó el menor mientras se tomaba de golpe una segunda copa del vino…

“…O mejor por qué no mejor se las decía de una vez... ¡¡SI USAGI TENIA A ALGUIEN LO MEJOR ERA QUE  DE UNA VEZ LO SUPIERA Y SE LO DIJIERA EN SU CARA!!

Así que sirviéndose la tercera  copa de vino, Misaki tomo, más que molesto el teléfono,  y marco el número del celular de su casero; No obstante, antes de que contestara, las lágrimas invadieron  al menor así como el sentimentalismo.

“¿Cómo era posible que esto le estuviera pasando? Si se suponía que los dos, eran algo así, como novios… ¿O tal vez no lo eran? A lo mejor él había interpretado mal las cosas,  y él solo era una pareja sexual para su casero. Pero Akihiko cada vez que tenían intimidad le decía una y otra vez que lo amaba… ¿A una pareja sexual se le decía que lo amaba? ¿O solo se lo decía para que cediera a sus impulsos de querer poseerlo?  Quizás ya era  una costumbre esas palabras para el escritor… tantas veces las había dicho que ya no tenían ningún significado para él y ahora buscaba a alguien que le volviera  hacer sentir lo  que en un tiempo sintió con él… Era verdad que él no le demostraba mucho cariño al escritor, muy pocas veces le decía que lo quería, pero eso no quería decir que fuera lo contrario; además no pensaba que fuera muy necesario decírselas por que jamás pensó que Akihiko buscaría en otro lugar lo  que el muchas veces le negó…Tal vez él también era un imbécil  por nunca  expresarle  lo que sentía en realidad”

-¿Bueno? Contesto del otro lado Usagi-san, algo preocupado ya que Misaki no solía hablarle por teléfono a menos que fuera importante.

-Usagi-san…- Apenas alcanzo a decir el menor mientras su llanto crecía ¿Cómo le explicaría a su casero todo lo que sentía por él? ¿Qué estaba totalmente celoso por que tuviera alguien más? ¡¡No, no podía!! De un momento a otro una mezcla de sentimientos crecieron en el  perturbado castaño, ¿Por qué Usagi-san lo había traicionado? Si  él lo quería mucho, tanto que solo a él le había permitido tocarlo noche tras noche dejando que saciara su sed de deseo  con su cuerpo.

-¿Misaki? ¿Por qué me hablas? ¿Sucedió algo?- Se atrevió a preguntar el escritor después de  algunos segundos en silencio, esperando que su niño le comunicara el motivo de su llamada; Sin embargo, solo alcanzo a  escuchar al tenue voz de su pequeño que entre sollozos  le decía  lo siguiente…

-Usagi-san... ¿Por qué?-

Ante esto el escritor se alarmo ¿Acaso el castaño estaba llorando? ¡¿Qué había pasado?!

-¡¿MISAKI QUE PASA?! ¡¿QUÉ SUCEDE?! ¡DIME!- Volvió a preguntar el peli-plata; Sin embargo, no recibió respuesta diferente que la pregunta que le había hecho antes el universitario. Algo realmente malo había pasado para que su Misaki le hablara llorando. Así que desesperado por saberlo Akihiko colgó su teléfono e importándole poco que estuviera en una reunión de la editorial, el mayor salió deprisa con  rumbo a su casa.

Mientras tanto en la residencia Usami, Misaki no podía controlar su llanto ¿Ya tan poco le importaba al escritor que ni siquiera le sostuvo su llamada? ¿Cómo demonios todo había terminado así?

Por un instante Misaki pensó  que lo mejor era salir de la vida del escritor, puesto que a él ya no le importaba  su presencia; Sin embargo de momento una idea le vino a la mente…

Así que de momento el menor secó, con una de sus mangas  las lágrimas de sus mejillas, y tambaleándose por tanto alcohol que minutos atrás había bebido,  subió las escaleras del departamento y se dirigió hacia  el estudio del escritor.

De inmediato fue hacia la computadora de su casero y como pudo buscó alguno de los escritos de su casero. Solo pudo apreciar uno que días atrás la editora del mayor le había enviado, pero sin duda eso serviría. Era un capítulo de las pervertidas historias de Akihiko que lo utilizaba para plasmar sus perversiones  y en donde aparentemente tenían intimidad en casa de su hermano.

Sin inmutarse por lo que iba hacer, Misaki empezó a leer un fragmento de esta, al mismo tiempo que pesaba como hacer lo que más de una ocasión el peli-plata le había pedido hacer.

[…Al  instante Misaki se dio cuenta de lo que su amado novio quería. Deseaba sentir un poquito de placer en su hombría justo como los segundos atrás  él lo había sentido; No obstante, conocía muy bien al mayor, no se conformaría con superficiales roces de su mano, quería que le brindara amor con su boca y que lubricará a la perfección su miembro  antes de adentrarse en él…]

Con mucho cuidado memorizo aquellas letras… “Si el sexo era lo que lo unía a Usagi-san… Entonces le  haría saber que aun podría enloquecerlo como muchas veces el mayor se lo había dicho al momento de poseerlo”

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-Buenas tardes Ryuichiro-sama ¿Necesitaba verme?- Menciono Asahina minutos después de haber tocado la puerta de la casa de su jefe; Sin embargo, la respuesta que recibió fue algo que sin duda no lo esperaba.

El castaño, después de haber abierto su residencia le planto un gran y apasionado beso al secretario, dándole  a entender al  peli-gris, que las única intensiones que tenia era pasar la tarde con su pareja y hacer algo más que resolver algún asunto pendiente como lo había dicho anteriormente.

-Ya veo,  supongo que su plática con Misaki-kun fue positiva ¿verdad?-  Respondió sonriente el secretario después de que el beso fue terminado y al mismo que el castaño empezada a desabrochar su corbata para proceder  algo más

-¿Acaso dudas de mis habilidades Kaoru? ¿No ves que estoy contento por los resultados?...- Sonrió Isaka-san de una manera triunfante, enredo sus brazos en el cuello de su empleado y se le acercó al oído para pronunciarle –… Pero no quiero hablar, tengo ganas de celebrar mi  victoria y ya sabes que es lo que deseo. Solo te diré que Akihiko tendrá una noche muy entretenida… como nosotros -

Acto seguido el castaño adentro a su novio a la residencia y se dispuso a celebrar con besos, caricias, gemidos y mucho amor, la travesía que esa misma noche le haría pasara Akihiko y  a su inocente e ingenuo inquilino.

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 Apresurado por saber que tenía su niño, Akihiko tomo su coche e importándole poco el tráfico y las señales de tránsito manejo desesperadamente hasta llegar a su departamento.

Sin precaución alguno entró a su departamento y grito desesperadamente el nombre del castaño par encontrarlo ¡¿Qué demonios había pasado par que le habla llorando a su celular?! No obstante, cuando lo encontró  sentado en uno de los sillones de la sala, no parecía que  nada le hubiese pasado. 

-¡Bienvenido a casa Usagi-san! ¿Quieres comer?- Le pronuncio el oji-verde con una tenue sonrisa, mientras lo miraba algo ansiosamente.

-¿Qué sucedió Misaki? ¿Te encuentras bien?-

- Yo...Te haré algo de comer-  

Sin contestar su pregunta el menor se levanto del sillón y fue directamente hacia la cocina; Sin embargo, Akihiko sabía que algo raro con su adoración estaba pasando, su mirara era diferente al igual que su ánimo, incluso el caminar de su pequeño  era extraño, se tambaleaba de un lado  a otro como si estuviese mareado.

De momento Akihiko se dispuso a inspeccionar de vista su hogar, todo parecía bien, así que podría descartar la idea de que Misaki hubiera tenido algún accidente, pero al ver al botella de vino y las copas que estaban sobre la mesa el peli-plata supo que Misaki había bebido.

-¿Misaki bebiste?- Pregunto fuertemente el oji-violeta mientras se dirigía hacia donde el pequeño intentaba, sin éxito alguno, cocinarle algo, pero el menor no le respondió, solo se dedico a decirle que no se preocupara, pronto estaría su comida.

-¿Misaki porque bebiste?- Volvió a preguntar pero la respuesta misma, fue hasta que con  un movimiento brusco aparto al menor de su labor, que pudo confirmar sus suposiciones; Aunque también se dio cuenta que los ojos de su niño estaban totalmente rojos de tanto llorar y que la expresión de su rostro estaba llena de dolor.

Al ver esto, por un momento el mayor olvido las razones por las que se había alejado durante tanto tiempo del cuerpo del menor y sin pensar en otra cosa más, tomo dulcemente la cintura del pequeño y lo abrazo para volverle a preguntar

-¿Dime que paso Misaki? ¿Por qué lo hiciste?-

-Usagi-san…-

Suspiro Misaki tristemente mientras correspondía el abrazo; No obstante; el sentimentalismo nuevamente se adueño del castaño y sus lágrimas empezaron a rodar frente a la vista del mayor

-¿Por qué ya no quieres estar conmigo? ¿Acaso ya no te soy atractivo?- Susurro el menor totalmente dolido, mientras veía como su seme se había quedado pasmado ante tal confesión.

Si era verdad que el menor nunca pensó  decirle esas palabras al mayor, la gran borrachera que tenía en ese momento había traicionado sus  sentidos, dejando al descubierto para el escritor las razones por las que su amado minutos atrás le había llamado llorando.

Y es que Misaki no era así, jamás había hecho eso, aunque se sintiera inseguro, su forma de expresar sus sentimientos era totalmente diferente a lo que segundos atrás había hecho. Quizás era el alcohol lo que le hacía ser tan directo, pero ¿porque su niño se sentía inseguro?

Dispuesto estaba el mayor a abrazar más fuerte y mimar a su niño para tranquilizarlo ¿Cómo era posible que Misaki pensara algo así? No obstante; cuando estaba a punto de pegar más  el tibio y frágil cuerpo de su adoración  a su pequeño, una punzada en una parte de su cuerpo lo hizo detenerse en seco y cambiar abruptamente en sus planes. Era casi un hecho  que si el mayor abrazaba más, besaba o tal siquiera suspiraba su adictivo aroma, sus ansias lo traicionarían y terminaría atacando a  su niño.

Así que pensando esto, el novelista soltó al oji-verde  y  se limito a acariciar su cabellera lo más lejos posible, dejando pasmado a  Misaki que esperaba que su seme lo confortara como siempre lo hacía.

-¿Usagi-san?-

-Lo siento Misaki, tengo que regresar a la Editorial-

De inmediato el mayor se alejo de Misaki y sin  decir algo más se dirigió hacia la puerta del departamento para poder controlar sus ansias. Akihiko estaba consciente de que  su niño estaba muy vulnerable tanto que con solo mirar sus pupilas, el castaño cedería a cualquier impulso y el terminaría haciendo una locura.

Por un momento, este fue el plan del mayor pero cuando estaba a punto de logar sus planes el menor, lo abrazo por detrás y lo hizo desistir de todo intento

-Usagi-san… yo yo… quédate conmigo-

Suspiro el menor mientras se aferraba a su seme, el cual casi se le sale el corazón por esta acción. No obstante la confesión del castaño no solo se había quedado en tan simples palabras.

Aprovechando que el mayor se encontraba desconcertado por lo último, Misaki lentamente dejo aflojo su abrazo y decididamente se planto en frente de la puerta principal para impedirle al peli-plata que saliera de su casa y lo dejara solo.

-Por favor quédate conmigo Usagi-san… Quédate-

Acto seguido y viendo que  su seme esta tan impresionado por esto. Misaki se acerco hacia el pecho de escritor, con sus mejillas totalmente rojas levanto su cara para apreciarlas pupilas violetas de su amante y sin inmutarse por lo que en un día normal jamás se atrevería a hacer empezó muy delicadamente a despojar a Akihiko de su saco y de su corbata.

“Si  su casero quería sexo… lo tendría”

Lentamente colocó sus manos alrededor del cuello del novelista, acariciándolo suavemente  hasta que pudo realizar su objetivo, posteriormente se dedico a desabrochar uno por uno los botones de la blanca camisa hasta que sus ojos pudieran observar el fuerte pecho de su amante el mismo que  cientos de veces tuvo a su disposición a la hora de tener intimidad.

Mientas tanto el escritor no daba crédito a lo que sus ojos veían. ¡Estaba totalmente paralizado! Si alguna vez soñó que su niño se le entregaría, jamás pensó que ese día llegaría y mucho menos que fuera cuando el no pudiera hacer nada para satisfacer sus deseos.

Si Misaki tan solo se hubiera atrevido, a decirle tan bellas palabras 5 semanas atrás, el novelista le hubiera hecho el amor toda la noche, una y otra vez hasta que su pequeño se sintiera totalmente seguro y amado…

¡¿POR QUÉ DEMONIOS MISAKI TENIA QUE HABER BEBIDO Y PONERSE TAN SENTIMENTAL CUANDO EL NO PODIA TOCARLO NI AMARLO APASIONADAMENTE?!

 ¡¡MALDITO KARMA QUE LE JUGABA UNA BROMA TAN CRUEL!!

Prontamente el menor termino de admirar el cuerpo de su seme, pero al ver que este no hacía nada para tocarlo ni para llevárselo a la cama, Misaki procedió a realizar el trabajo que durante varias y largas noches de placer el novelista le había enseñado.

Con sumo cuidado, el castaño desabotono los botones de su camisa dejando expuesto su impecable abdomen ante los ojos de su casero para después tomar  las manos del atónito escritor y llevarla hacia este; Sin embargo, al sentir la suave piel de su amado, mientas contemplaba  su ruborizada cara tanto por la vergüenza como por el estado de embriaguez que tenía su inquilino, Akihiko comprendió, si no salía de ahí en  5 segundos sus ansias sucumbirían y él le haría el amor a Misaki una y otra vez durante toda la noche hasta que su pequeño cayera rendido en sus brazos.

Con mucha fuerza de voluntad el peli-plata aparto sus manos del torso de su niño comenzó a abrochar su camisa sin dedicarse a ver al universitario a los ojos.

-Misaki,  yo me tengo que ir…-

-¡¿TANTO ODIAS YA TOCARME USAGI-SAN?! - Grito entre lágrimas el menor al ver como su casero, rápidamente abrochaba su camisa y nuevamente lo iba  a dejar solo. Sin poder evitarlo Misaki estallo en llanto. No podía creer que Usagi-san, el mismo que una  y otra vez le había hecho cosas raras a su cuerpo y lo seducía cada vez que quería fuera el mismo que tenía enfrente de él.

“De verdad Akihiko tenía alguien más a quien amar y ya ni siquiera podía tocarlo como antes.”

-Misaki…-

Quedo más que impactado el escritor y en tan solo dos segundos todas las fuerzas de voluntad que había en el desaparecieron. ¡¿Cómo podía odiar tocarlo?! Cuando Misaki era su único centro de atención. Así que sin poderse contener más Akihiko perdió toda cordura que  había en él, desesperadamente  tomo una de las muñecas del castaño y lo aventó hacia la pared para besarlo apasionadamente.

“Si Misaki quería estar con él, no se contenerla más”

Rápidamente  los labios del peli-plata se plantaron en los  de su pequeño amante hasta que el oxigeno le fue imposible continuar con el beso; Sin embargo, con el libido que tenía el escritor en ese momento  era mucho para si quiera pensar en la idea de apartarse de su amado.

Desesperado por tener más de un mes sin siquiera probar la exquisita piel de su adoración, Akihiko cerró sus ojos y se dispuso a repartirle violentos besos a su niño por todo su cuello mientras que con sus manos intentaba despojarlo de su camisa para poseerlo.

Con los ánimos encendidos la ropa del Misaki en pocos segundos fue quedando en el suelo mientras sus bocas nuevamente se besaban desesperadamente

 ¡Al diablo toda la abstención que había vivido! ¡Lo único que importaba en ese momento era demostrarse cuando se habían necesitado cada uno!

Si era bien que Akihiko minutos atrás estaba convencido de no tocar a su niño, después de verlo llorar y de escucharlo decir que quería estar con él, no había ninguna manera de que se detuviera de tocar a su amado y el fuerte como posesivo abrazo con el que sostenía a su pequeño lo confirmaba.

-Usagi-san ahh- Gimió Misaki al sentir como las manos frías de su casero jugueteaban con su abdomen, haciéndolo estremecer con cada toque. De verdad había extrañado tanto que el mayor lo acariciara desea forma, tan pervertida y posesiva como si lo único en su mundo fuera él.

Al sentir como su seme nuevamente lo tocaba como hacía semanas lo había hecho, cualquier rastro de lagrima desapareció en el menor; No obstante, fue hasta cuando escucho al mayor lo siguiente que poco a poco su inseguridad se quito.

-Misaki… Misaki te he deseado tanto… ¿Cómo demonio puedes pensar que no quiero tocar  tu hermoso cuerpo? Si el único que me provoca eres tú-

Después de esto el mayor recargo a su pequeño en una de las paredes de su estancia, y comenzó a descender sus besos por el pecho de su adoración; No obstante, fue hasta que una de sus manos toco, el miembro excitado del menor por encima de sus calzoncillos que sus deseos se encendieron a no más poder.

Y es que jamás hubiera creído que su amado también estuviera igual de deseoso por tener intimidad con él. Tenía que complacerlo… Por su vida ¡Tenía que hacer que Misaki esa noche gritara una y otra vez su nombre de placer!

Apenas llegó Akihiko a los botoncitos de su pequeño, cuando decidió incrementar el placer de su adoración que poco a poco gemía de placer. Con mucho cuidado comenzó a acariciar el botón derecho con su lengua, poniendo especial atención en dejarlo muy bien lubricado, para después proceder con un pervertido beso en la puntita de este, dejándolo más rojo de lo que se encontraba.  Posteriormente continuó con el izquierdo, el cual no solo se limitó a acariciarlo como el anterior, sino que el oji-violeta se dio el lujo de repartirle mordidas de baja intensidad para que su amado aumentara el sonido de sus jadeos y suplicas

-Mmmm   Ahh ¡Usagi-san! Ahh-

Después de escuchar a su querer como sensualmente gemía su nombre, el peli-plata fue bajando sus besos por todo el abdomen de Misaki dejándole fuertes marcas que, sin duda le confirmaban una y otra vez que su bello cuerpo solo le pertenecía a él. Más cuando llego a la ropa interior de su niño sus deseos y ansias incrementaron de sobre manera.

Por un momento se detuvo a ver los ojos de su amado, contemplar cómo estaban tan pendientes de cada uno de sus movimientos, observándolo lujuriosamente para ver como el mayor se devoraba de un solo movimiento su hombría.

Con una sonrisa totalmente pervertida, el escritor se hinco enfrente de su amado niño, bajo lentamente la ropa interior de Misaki hasta la mitad de sus muslos y contemplo el erecto así como totalmente deseable miembro de su pequeño.

-Misaki estas muy húmedo… ¿No te has tocado todo este tiempo?- Susurro el mayor justo antes de tomar ente sus manos  la parte intima de su novio para darle un besito en la puntita  provocando mas al menor

De verdad que Misaki estaba más que deseoso de que lo tocara. Jamás había visto que se pusiera así su hombría con tan solo  unos toques superficiales de su boca y manos. Sin duda era todo un manjar y suculento platillo que el mayor no estaba dispuesto a dejar.

-Ah ah ah no ah ah ah- dijo entre gemidos el menor al ver como pervertidamente su casero empezaba a darle placer con su boca.

Y es que Misaki no podía describir las sensaciones que Akihiko le estaba provocando en ese momento. Con su lengua empezaba a lubricar muy bien toda su hombría mientras que con sus labios empezaba muy lentamente a masturbarlo, como si quisiera volverlo loco, cosa que sin duda estaba logrando el peli-plata.

Con tan solo ver como el escritor estaba enfrente de él, succionando cada rastro de su miembro, el universitario era capaz de perder toda la cordura y entregársele varias veces a su amado para que hiciera y cumpliera las más degeneradas perversiones con su cuerpo.

No obstante, las ansias que había ocultado el menor por varios días lo habían traicionado y apenas después de comenzar Akihiko a masturbarlo, su orgasmo se hizo presente dejando salir en la boca del oji-violeta toda su esencia junto con un gran y sonoro gemido de parte del castaño…

-AHHHHH ¡¡¡USAGI-SAN!!! AHHHHH-

El placer que sentía en ese momento Misaki era indescriptible, tanto que sus piernas perdieron en un segundo las fuerzas y su cuerpo se estremeció hasta que cayó al frio suelo junto con el mayor, el cual de inmediato se aparto de los muslos de su pequeño niño y se dispuso a brindarle sus brazos para que su uke se recuperara de los estremecimientos y sensaciones que minutos atrás había vivido.

-Te viniste muy rápido Misaki… ¿Sentiste mucho placer? - Le susurro burlonamente Akihiko en uno de sus oído al mismo tiempo que con su mano derecha abría lo mas que podía sus piernas que aun tenían rastros de su esencia - Ahora es mi turno-

Viendo como su niño permanecía sentado en el frio piso, desnudo con las piernas abiertas de para en par, sus pezones totalmente rojos y su mirada ansiosa por pensar en lo que seguiría. Akihiko desabrocho su cinturón y lentamente fue sacando su erecto miembro para proceder a volver loco a dulce y lindo niño toda la noche.

Y es que en la forma que se encontraba su amado no habría forma de resistirse a no quererlo amar toda la noche y volverlo una y otra vez suyo todos los sentidos.

Sin embargo antes de que pudiera acariciar y prepara a su amado para la intensa actividad sexual que le brindaría toda la noche un pensamiento lo dejo pasmado…

-¡Usagi-san! ¡Basta! ¡Dijiste que no me tocarías! ¡Lo prometiste!-“

Usagi recordó lo que le había gritado el universitario la semana anterior y de inmediato el mayor regreso  a la realidad. Misaki estaba más que ebrio, no sabía lo que decía y si lo lastimaba por querer poseerlo el único culpable seria él.

En tan  solo un instante las ganas de hacerle el amor a su niño desaparecieron brutalmente. El había prometido no tocarlo por 42 días, no lastimarlo y esperar pacientemente a que su hermoso pequeño se recuperara de sus heridas para estar con él. ¿Y en un minuto de deseo casi pierde 35 días de duro sacrificio?

¡¡Solo estaba a una semana de que Misaki estuviera con  el sin preocupaciones!! ¡¿Acaso no era hombre para soportar?!

-Ah Ah ¿Usagi-san?  ah  ¿Pasa algo?- Pregunto el menor al ver como segundo antes de unirse a seme para amarse locamente este se había detenido.

-Misaki… discúlpame no puedo seguir-

Contesto secamente el mayor mientras se volvía a abrochar los  pantalones y se concentraba en otra imagen que no fuera el hermoso y perfecto cuerpo desnudo que tenía enfrente de él.

 -¿Eh? ¿Por qué?- Pregunto ingenuamente el oji-verde mientras sentía que nuevamente los deseos de que su casero le hiciera gritar aumentaban su ser.

 Prontamente el mayor tomo su camisa  que estaba en el suelo, se acerco al desconcertado menor y le indico tiernamente que se la pusiera, porque sino el no se podría contener y terminaría haciendo una locura; Mas esto puso nervioso a Misaki ¿Por qué se habían detenido? ¿Ya no continuarían?

 Sin decirle nada a su niño Akihiko quiso salir de ahí. Lo mejor era que se diera una ducha con agua fría y se retirara de su casa por unas horas para olvidar lo ocurrido.

-Tomare un baño, Misaki ve a tu cuarto y cámbiate. Después iré a la editorial y regresare muy noche-

 Dejando al oji-verde desconcertado, frustrado, ansioso y algo desesperado por terminar esa noche de pasión, Akihiko entro al baño de su casa con el único deseo de borrar toda imagen erótica de su amado para controlarse, pero cuando estuvo a punto de cerrar la `puerta para cumplir su objetivo, el menor le interrumpió su labor.

-¿Dime qué pasa? ¿Por qué te detuviste así?-

-Misaki lo mejor es que vayas a tu cuarto-

Trato de disimular el peli-plata sus deseos ocultándole la vista a su amado. Si por una  razón vea los hermosos ojos de su adoración terminaría hipnotizado y seducido por  su encanto; No obstante, el menor no pensaba así… ¡¿Qué era lo que pensaba el mayor?! Minutos atrás le haría tocado tan posesivamente y dicho que lo deseaba tanto ¿y ahora no quería  terminar lo comenzado? ¿En quién estaba pensando para que dejara a un lado su momento de intimidad?

Así que enojado por pensar que alguien más estaba distrayendo a su seme en un momento  tan especial como el que estaban viviendo; Misaki le grito al peli-plata, lo siguiente sin pensar en las consecuencias de sus actos...

-¡Con un demonio Usagi-san veme a los ojos! ¡¿Por qué ya no quieres seguir?! ¡¿En quién estas pensando?! –

-En Misaki- Respondió simplemente, el impactado así como semidesnudo escritor mientras veía los hermosos ojos de su niño. De verdad que Misaki lo hipnotizaba con cada movimiento; No obstante no podía darse el lujo de volverlo a tocar. Sus ansias nuevamente lo traicionarían, pero Misaki estaba tan ansioso por continuar y sentirse seguro ¡¿Cómo hacerle para complacer a su niño sin lastimarlo?!

-¡No mientas! ¡Tú… tú no dejas las cosas así! ¡¿Por qué no quieres tocarme?! ¡¿Por qué me evades cada vez que quiero estar contigo?!- Volvió a gritar Misaki mientras buscaba nuevamente el contacto de su novio; Sin  embargo, antes de que pudiera si quiera estar a 10 centímetros de Akihiko, nuevamente el mayor se le abalanzo a besarlo apasionadamente

-¿Así que quieres saber por qué te evado?- Respondió el mayor después determinar su beso mientras abrazaba posesivamente a su niño quien asentía con su cabeza y se aferraba a su abrazo. -¿Acaso no sabes que me es muy difícil resistirme a ti Misaki?…- Hizo una pausa-…Tengo tantas ganas de hacerte mío que  si  permaneciera cerca de ti, perdería el control y tus heridas no sanarían- Suspiro románticamente el mayor al sentir como su niño lo abrazaba y el correspondía a su caricia.

-Entonces no lo hagas… Usagi-san yo… tu… bueno… podríamos terminarlo, a mi ya no me duele nada- Contesto dulcemente el castaño, que cegado por el alcohol y los sentimientos que había vivido esa noche;  Sin embargo, el mayor no pensaba lo mismo ¿Qué daría por que su niño sobrio le hubiera dicho tan lindas palabras a solas? Pero en ese momento no podía permitirse el tocarlo  y menos en ese estado de ebriedad. Seguro que por sus deseos lo lastimaría.

Así que sabiendo de ante mano que su niño estaba totalmente excitado; Akihiko le susurro en su oído que lo abrazara de su cuello que esta noche lo satisfacería lo mejor posible.

Pensando que la noche de pasión seguía en pie, Misaki sonrió levemente y cumplió lo antes dicho. Con un solo movimiento el mayor lo cargó, acomodo las piernas de su niño  alrededor  de su cadera y antes de que su pequeño le protestara, tomo con una mano y se limito a solo  masturbarlo una y otra vez para que pudiera tener un segundo orgasmo como  estaba acostumbrado.

-Ah Usagi-san  ¿Qué estás haciendo? Ahhh- Pregunto el castaño al ver que el escritor no lo había penetrado como el suponía que en esa posición lo iba a hacer; Sin embargo, su pregunta no fue contestada. Akihiko solo se limito a seguir masturbando  a su niño mientras le besaba posesivamente una y otra vez todo su cuello así como hombros.

Si era bien que Akihiko jamás pensó solo complacer a su amado con caricias de ese tipo, en ese momento solo se podía conformar con eso con escuchar a su niño gemir tenuemente  y jadear su nombre, mientras él se moría de ganas por poseerlo y sentirse adentro de él.

Prontamente Misaki fue experimentando mas placer, que aunque no era comparada con  la sensación que tenía cuando Akihiko estaba en su interior no era del todo desagradable.

-Ahhh Usagi-san Mmm Usagi ahhh-

El menor podía sentir ese toque frio que tenía el peli-plata cuando subía y bajaba su mano por su ardiente piel, también podía sentir su cálido aliento sobre su cuello y como su embriagante perfume inundaba cada centímetro de sus pulmones dejándolo totalmente embriagado con tan masculina esencia.

Con cada movimiento de la muñeca de su casero, Misaki se sentía mucho mejor a tal grado que le demostraba al escritor el excelente trabajo que estaba haciendo, frotando sus caderas contra él como si estuvieran teniendo sexo.

Sin embargo Akihiko no pensaba lo mismo, ya que con cada movimiento que Misaki daba en su cadera, su miembro se ponía más ansioso por tocarlo, por entrar en él como acostumbraba hacerlo. Tanto que llego el momento que el hecho de que su niño hiciera ese movimiento le resultaba doloroso a su hombría que le pedía a gritos que lo liberada de su prisión de tela.

Sabiendo que no resistiría mucho de esta forma; Akihiko recargo a su amado sobre una pared, le empezó a besar desesperadamente sus labios y aumento violentamente el movimiento de su mano derecha para que Misaki terminara de una vez y tuviera su anhelado orgasmo. Después de unos minutos el mayor lo logro y el sonoro gemido de su niño lo confirmo.

-Ahhhhhhhhhhhhhh ¡¡¡USAGI-SAN!!! Ahhhhhhhhhh-

Al mismo tiempo que  en la sala se escuchaba el erótico gemido de su niño, Usagi sintió como su pequeño terminaba entre su mano y su abdomen regalándole una vez la sensación de ser el único en todo este mundo capaz de visualizarlo de esa manera, tan entregado, hermoso y sensual entre sus brazos. Lástima que no hubiera podido tomarlo  y poseerlo toda la noche como él hubiera deseado.

Por unos instantes el mayor dejo que Misaki descansara de su segundo orgasmo, cuando el oji-verde recupero el suficiente aire le beso muy superficialmente sus labios como símbolo de todo el amor que sentía, tomo fuertemente su frágil cuerpo y lo llevo hasta su habitación para que pudiera descansar su pequeño de todas las emociones que había vivido.

Muy lentamente lo dejo en su cama, le dio un pequeño besito en su frente, le susurro a su adormilado adoración cuanto lo amaba y sin otra cosa más en su mente, salió rápidamente hacia el baño para tomar una ducha fría y bajar todas y cada una de las ansias que Misaki había provocado esa noche.

Al llegar, sin pensarlo dos veces abrió la llave del agua fría y como si se tratara de su única salvación Akihiko entro en ella con todo y ropa para poder calmar todos sus deseos. 

Con mucha desesperación se desabrocho su pantalón  y  pensando en las lindas imágenes que minutos atrás su perfecto niño le había regalado así como en sus bellos gemidos, empezó a masturbarse una y otra vez

-Ahhhh ¡Misaki! Ahhh ¡Mi lindo Misaki… no sabes cuánto te deseo! ahhh

Se escucho fuertemente en la residencia. El mayor no sabía qué demonios había pasado esa noche… Ni por qué Misaki se había sentido celoso  para tomar hasta embriagarse pero fuera lo que fuera  su cuerpo no resistiría otra noche como lo que había vivido…

 ¡¡DE VERDAD YA NECESITABA POSEER A SU NIÑO!!

Esa noche Akihiko se la paso debajo de su regadera masturbándose y susurrando el nombre de su pequeño tratando de contener las ganas de ir al cuarto de su amado y tomarlo…

Solo faltaba una semana para terminar su abstinencia pero ya  estaba seguro de que no iba a soportar mucho… Si Misaki volvía a ponerse así de cariñoso  con él, Akihiko lo violaría varias veces hasta calmar su deseo.

Tenía que encontrar una solución para aguantar. Incluso si requería irse a otro país Akihiko lo haría. ¡¡Misaki tenía que ir curarse de sus heridas costara lo que costara!!

-------------------------------------CONTINURA-------------------------------------

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado.... Nos vemso byese cuidean ¿ok?

¡¡VIVA EL LEMON!!

Y un gran disculpa a Jime, que jejeje según le dije que actualizaria desde hace dos semanas.. Perdon, tuve muchos problemas con mi rebelde ardillita ^^


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