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Contrólate.... por Anttara

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Notas del capitulo:

Hi a todas y a todos...  De nuevo yo con este fic... jejeje

Agradezco a Padolka por agregarme a su lista de autoras favoritas ¡Muchas gracias!

Ammm y sin más pre ambulos les dejo este fic... del cual ya esta a punto de acabar =0

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Día 36

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Después del pequeño incidente que tuvo con su inquilino la noche anterior, el mayor supo que su autodeterminación ya se encontraba por los suelos. Así que en seguida de dejar al universitario en su cama se dispuso a aclarar su mente bajo el agua fría de la regadera.

Si era bien que al escritor le sobre agradaba la idea de que Misaki lo deseara de la misma forma que él lo hacía, también ya estaba consciente de que no se contendría y menos después de esa noche.

¡¿Quién en todo uso de sus capacidades mentales soportaría  no tener sexo con su amado después de lo ocurrido?! ¡Solo un demente!

Misaki estaba totalmente ebrio, con la guardia baja  y deseando tener intimidad con él ¡¿Por qué demonios no lo había tocado, Si él estaba más que ansioso por hacerlo suyo?! ¡¿¡Qué demonios había pasado con el escritor engreído y capricho que tomaba lo que quería a la hora que fuera y no daba explicaciones a nadie?!!

Se lamento el mayor mientras buscaba desesperadamente quitarse las ganas de ir a buscar al causante de sus deseos para complacerlo; porque para el punto donde se encontraba el escritor; ya ni el seducirse con su imaginación le sería suficiente.

Poco a poco  desabrochó su pantalón y recargándose en una de las paredes de la habitación, tomó  su ansioso miembro para satisfacerse mientras imaginaba que le hacia el amor al castaño. De verdad que el novelista ya pedía  a gritos tener intimidad con él, acariciar lentamente su cuerpo, besarlo hambrientamente y demostrarle que no solo era el único que estaba sufriendo por la falta de cariño.

 

 Si Misaki se hubiera puesto tan cariñoso antes… En un día normal, se le hubiera abalanzado con  solo percibir el fino  y embriagante aroma de su cuerpo. Lo hubiera  poseído de mil formas hasta saciar su sed de deseo…

 ¡¿Y hora estaba en medio del cuarto de baño satisfaciéndose? ¡¿QUÉ DEMONIOS HABIA PASADO CON ÉL?

 Amaba a su niño con locura, como nunca antes  había amado  alguien  más, ni siquiera al que fue su secreto amor por una década, y ahora estaba soportando la peor tortura que en su vida podría imaginar…

 ¡Qué estúpido había sido  por jurar no tocar  a Misaki, cuando su mundo era él!

Con desesperación Akihiko se tocó una y otra vez tratando de venirse, mientras gritaba más que excitado el nombre del niño que vivía con él, del único que podría causar que estuviera en esa situación y del causante de que estuviera al final de su cordura, dando su vida por tocarlo una vez más… el mismo que dormía  aún embriagado por el vino y que no se daba cuenta de la magnitud ni de las consecuencias que habían traído el ser tan sincero con su casero. 

-AHHHHH… ¡MISAKI!-

Cuando Akihiko logró bajar un poco las ansias que tenía; así como la lujuria que le había provocado imaginar a su pequeño, se arrepintió un poco de lo anterior.

La abstinencia que tenía el menor era por su culpa y sus deseos de poseerlo varias veces a la semana. Si él no hubiera sido tan impulsivo y lo hubiera cuidado más a la hora de tener intimidad, ninguno de los dos estaría sufriendo. Así que el único responsable de todo era exclusivamente él.

Ante esto, Akihiko prontamente se limpió los restos de su esencia con la fría  agua de la regadera y pensando que lo mejor olvidar lo sucedido, se dirigió hacia su habitación para descansar; No obstante, ni siquiera había tenido tres horas de sueño, cuando una enojada voz hizo despertar al novelista.

-¡¡¡TÚ!!! ¡¡IMBECIL!! ¡¡¡¿QUÉ ME HICISTE ANOCHE?!!!- Gritó Misaki, mientras miraba  enojado a su adormilado casero desde la puerta de la habitación de este.

-¿Mmm? -Levanto la cara el peli-plata para  ver lo que le decía su inquilino, pero al observar la escena que tenía enfrente de él las palabras quedaron fuera de contexto.

 Y es que Misaki muy quitado de la pena se paseaba por su habitación a reclamarle algo que la mente del escritor no alcanzaba a asimilar, con su torso desnudo y solo unos pantalones de algodón muy sugerentes para su espectador.

-¡¡ USAGI-SAN IDIOTA!! ¡¡¿CÓMO TE ATREVISTE A HACERLO?!!-

-¿Eh?… ¿De qué hablas?-

-¡¡SABES DE QUE HABLO VIEJO PERVERTIDO!! ¡¡AYER ME EMBORRACAHSTE Y ME VIOLASTE!!- Sentenció finalmente el menor, mientras le enseñaba al mayor todas las marcas rojas que tenía en su cuerpo y observaba como este se  quedaba impactado observándolo.

Para Misaki era un hecho que el alcohol que había tomado la noche anterior fue por indicaciones de Akihiko y este aprovechando que estaba totalmente indefenso, le había hecho el amor varias veces... O por lo menos era lo que sus borrosos recuerdos de una botella de vino y una noche de pasión con su casero le sugerían.

Sin embargo, esto a Akihiko le dejó pasmado. La noche anterior había sido una de las peores de su vida, comenzando por la estúpida reunión en la editorial, la excesiva cooperatividad de Misaki a la hora de tener intimidad y saber que él no podría tocarlo por más que su cuerpo quisiera

 ¡¿Y ahora tenía que lidiar con un cargo de violación, cuando se contuvo con toda su alma para no hacerlo?!  ¡Ya era suficiente!

Con un aura negra a su alrededor y sin dar explicaciones, el mayor se levantó de su cama ¡¿Cómo demonios decía eso, sin ponerse a pensar en fue el mismo quien  le había suplicado para tener intimidad?!

Prestando poca atención al enojo de su inquilino, Akihiko tomo una de las muñecas de Misaki y sin nada de cuidado lo aventó hacia su cama para acto seguido posicionarse sobre él.

-¡¡¿QUÉ DEMONIOS HACES IMBECIL?!!- Grito el castaño al verse acorralado entre las sabanas por su casero. Pero  sin pronunciar ninguna palabra, el peli-plata tomó fuertemente sus manos para que no forcejeara. Prontamente posicionó sus labios sobre el cuello de su acompañante y empezó  a besarlo violentamente haciendo que Misaki gimiera por la sensación.

-¡Ahhh! ¡¡DETENTE TONTO USAGI-SAN!!!- Nuevamente gritó el oji-verde al sentir con algo de dolor como su casero se posesionaba de su cuello y libraba una de sus manos para tocar agresivamente su cuerpo casi desnudo. El mayor estaba siendo muy rudo con su cuerpo.

¡¡Ya era suficiente!! ¡¡Había aguantado mucho sin tocar a Misaki, pero si este lo acusaba de haberlo violado la noche anterior, harían realidad sus pensamientos!!

Con ninguna delicadeza Usagi principio a recorrer a su amado, pero al paso de un tiempo, no solo se limitó a tocar  los pezones de su acompañante con la mano. A pesar de que Misaki luchaba en contra de él, bajo su boca hasta un botón y sin perturbarle la reacción de su niño le beso rudamente esa sensible parte para posteriormente darle una mordida, haciendo que el castaño gritará del dolor.

-¡¡Ahhhh!! ¡¡Usagi-san más suave!!-

-¡¿Por qué lo haría?! Si ayer sentiste lo mismo  y no te quejaste ¿O me equivoco?- Fuertemente mencionó el mayor mientras  levantaba la cara y miraba a Misaki a los ojos; No obstante, al ver como su niño lo miraba incrédulo y con miedo, Akihiko comprendió que Misaki no tenía ni idea de lo que había pasado y solo  había dicho lo anterior al ver  las marcas rojas de su cuerpo.

-Si yo te hubiera tocado anoche, estarías  aun desnudo  en mi cama durmiendo, y no te podrías levantar por el dolor… O en este momento seguiría haciendo mío tu cuerpo…– Sentencio el mayor mientras veía enojado a su niño. De verdad que le había costado mucho lo de la noche anterior para que su inquilino dudara de su palabra.- Misaki  si  te hubiera violado lo hubiera hecho desde un principio y no hubiera esperado tantos días-

Sin decir nada más, Usagi se levantó de su posición, tomó su camisa y salió del departamento azotando su puerta.

Ante esto Misaki quedo paralizado. Ahora que lo pensaba un poquito, era verdad, no tenía dolor, ni su cuerpo se sentía raro como las veces que Akihiko le hacía “eso”, además no había dormido con él, como acostumbraba el escritor hacerlo después de poseerlo.

¡¿Pero entonces que había pasado?! ¿Por qué tenía tantas marcas rojas en su cuerpo?

Desconcertado por lo sucedido, el menor bajó a la primera planta del edificio para tratar de recordar, cosa que, cuando vio tirada en el piso la botella del vino que Isaka-san había traído el día anterior, los recuerdos vinieron a la mente del castaño…

“¿Por qué ya no quieres estar conmigo? ¿Acaso ya no te soy atractivo?”

“Usagi-san… yo yo… quédate conmigo”

“¡No mientas! ¡Tú… tú no dejas las cosas así! ¡¿Por qué no quieres tocarme?! ¡¿Por qué me evades cada vez que quiero estar contigo?”…

Rápidamente la sangre se le congelo a Misaki… ¡¡¡¿QUE RAYOS HABÍA HECHO LA NOCHE ANTERIOR?!!!

Con un fuerte mareo y una resaca moral como nunca había tenido, Misaki fue recordando cada una de sus acciones de la noche anterior y como había  resistido su casero  a la tentación de no tocarlo, a pesar de que este se le estaba entregando en bandeja de plata.

Mientras tanto Akihiko, sin dinero ni las llaves de su automóvil deportivo tuvo que refugiarse hasta muy altas horas de la noche en  la editorial, sobreviviendo de la ayuda de su editora para poder pasar el día. No podría regresar a su casa, no antes de pensar lo que haría con su inquilino  por los siguientes días hasta que se acabará su tortura.

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Día 38

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Si anteriormente el escritor paseaba algunas veces por su casa para ver cómo se encontraba su niño, después de lo acontecido, ni por equivocación Usagi iba para no encontrarse a Misaki.

Solo le hablaba un par de veces para asegurase que todo estaba bien y que este no pensara que él había muerto en algún callejón de la ciudad; Así mismo el novelista evitaba tener más comunicación con el castaño y por supuesto lo que había pasado el día 36 de su abstinencia.

No sabía por qué Misaki se había encontrado en ese estado, ni mucho menos                que lo había provocado, pero por el bien de los dos y más de su cordura, no debía saberlo… Akihiko no resistiría una segunda noche como esa.

Las medidas que habían tomado eran radicales para el mayor, puesto que a pesar de estar alejado de su amado su mente las 24 horas del día se encontraba pensando en Misaki; No obstante, no podía ser algo más, si lo veía era definitivo que lo terminaría seduciéndolo y acostándose con él.

-¿Aún sigues aquí? ¡Vaya! Ahora sí creo que apocalipsis se acerca- Bufó un hombre maduro de cabellos castaños al ver como, por más de una semana consecutiva, el novelista se encontraba en la editorial trabajando.

-Su presencia es molesta, ¡váyase por favor!-

-Que frio eres y después de todo lo que he hecho por ti… Por cierto tus ventas se incrementaron, después de la conferencia. Debería aparecer más seguido por aquí-

Trato de hacer conversación el mayor, pero al ver como Akihiko le dedicaba una cara de pocos amigos, el castaño decidió cambiar de tema, algo que quizás pudiera interesar más al peli-plata…

-Si sigues con esa cara, te saldrán arrugas más rápido… A propósito ¿Por qué no estás en tu casa devorándote a Chibi-tan? No me digas que el vino no le funcionó – Pronuncio el mayor con una voz, que de inmediato le hizo saber a Akihiko que el único responsable de que Misaki tomara era culpa del imbécil de Isaka-san que de algún modo se había enterado de su problema.

Con una gran furia dentro de él, Akihiko se levantó su silla y sin decirle algo más dio un fuerte puñetazo al Director General de Marukawa. ¡Si no hubiera sido por ese maldito, su vida y la de Misaki estarían tranquilas!

De momento solo se escucharon gritos de parte de las empleadas de la editorial, que pedían a gritos al personal de seguridad para apartar de Ryuichiro-sama de los golpes del afamado escritor.

-¡¿QUÉ DEMONIOS?! ¡¿CÓMO TE ATREVES BASTARDO?!- Gritó el mayor al sentir su cara palpitar por el tremendo golpe que el novelista le había dado; No obstante, antes de que pudiera hacer algo en contra del oji-violeta este salió de la editorial con paso firme y calmado rumbo a su casa.

Ese imbécil había jugado con él. Sin duda esa mala pasada se la cobraría muy caro Akihiko, y lo haría arrepentirse una y otra vez del día que osó meterse y  tomar ventaja de los problemas que habían  entre su niño y él. Pero por el momento Usagi, tenía en mente otra cosa.

Sabiendo que el problema de vino, no era completamente culpa del menor, tenía que arreglar las cosas lo mejor posible, porque después de haber golpeado al hijo del dueño de la editorial dudaba que se podría volver a esconder ahí, el resto de su tortura.

Pensado muy poco lo que iba a hacer. El peli-plata llegó a su departamento, fuertemente empujó la puerta principal de su estancia y gritó el nombre de su novio para que viniera a su encuentro.

No obstante, cuando entró se percató que su inquilino se encontraba dentro del cuarto de baño, tomando una ducha para la mala suerte del escritor. Así que conteniéndose a no más poder de no pensar mil y una formas de tener intimidad con su niño bajo el agua fría de la regadera, el peli-plata se dispuso a esperar a que acabara y saliera a su encuentro.

Después de 15 minutos de esperar a que esto sucediera, por fin Misaki salió de la ducha y se encontró con el oji-violeta.

-Ah Bienvenido Usagi-san, no te escuche llegar- Pronuncio tímidamente  el menor al ver como su seme lo miraba con un aura de pocos amigos; Sin embargo, al darse cuenta que estaba semi-desnudo comprendió el por qué lo miraba tan raro.

Con muy pocas ganas de contenerse Akihiko lentamente se fue acercando a su Uke, tenía tantas ganas de tomar su cuerpo mojado y hacerlo suyo durante toda lo noche, hasta que los dos perdieran conocimiento alguno y sus almas estuvieran totalmente satisfechas; No obstante, antes de que pudiera acercarse a los labios que lo volvían más que loco, este se contuvo y solo se limitó a acariciar con una mano la mojada cabellera de su pequeño.

-Misaki lo he pensado mucho… toma tus cosas le pediré a Takahiro que te acepte en su casa por 4 días- Pronuncio el mayor ante la desconcertada mirada del universitario que aún no comprendía lo anteriormente dicho.

Akihiko había resistido mucho, más de lo cualquier persona en todo el uso de sus capacidades mentales había aguantado, pero ya no lo soportaba, si Misaki seguía estando en su casa los dos terminarían una noche amándose apasionadamente y lo peor jamás dejaría que su amado se recuperada de las heridas que el mismo le había provocado.

Así que la decisión ya era definitiva; si quería demostrarle a su adoración que de verdad lo quería tenía que alejarlo de él hasta por lo menos lo dieran de alta.

-¿Eh? Jejeje Creo que escuche mal ¿podrías repetirlo de nuevo Usagi-san?- Trato de disimular lo que acaba de escuchar, pero de nuevo el mayor volvió a decir lo que Misaki quería ocultar

-Solo serán unos días Misaki… Estarás más seguro con Takahiro que aquí- Volvió a repetir Usagi mientras le acariciaba lentamente su cabello a Misaki

-¿Eh? ¿Por qué? ¿Paso algo malo?-

-No, solo toma tus cosas… te llevare a casa de Takahiro-

 De un momento a otro el peli-plata  por su bien se apartó de Misaki, si continuaba de esa forma en un arrebato no se detendría; No obstante, el menor ya también estaba cansado… ¿Qué estaba pasando? Desde hacía dos semanas el mayor se había alejado drásticamente de él, lo evitaba a toda costa y ahora le decía que se fuera a casa de su hermano ¿A que estaba jugando Akihiko?

Dispuesto estaba el menor a perseguir al escritor para que le diera una explicación; Sin embargo, al verlo a los ojos toda duda se disipo de la mente del universitario.

-En un momento bajare mi maleta- Menciono tenuemente  el menor después de un rato de ver  los tristes ojos de su seme.

Si bien Misaki desde el principio dudaba de la palabra del mayor, en ese momento todas las dudas que tenían hacia este se habían disipado. Pero por el contrario, unas enormes ansias  y nervios llenaron inmediatamente al mayor. Ya no podía caer tan bajo… De verdad ya estaba en su límite y esa la única opción para controlarse pero ¿Por qué tenía que ser tan difícil?

No paso mucho tiempo para que el menor tuviera su maleta lista y estuviera listo para tomar “Unas vacaciones obligadas” en casa de su hermano. No obstante antes de que saliera de su casa, haciendo un esfuerzo magistral para no sobrepasarse Akihiko tomo la mano derecha de su adoración, la beso y  abrazándole superficialmente le susurro a Misaki en un oído cuanto lo amaba… Solo serían pocos días los que estarían  separados.

Con el alma destrozada Akihiko tuvo que ir a dejar ir a su amado para no perder la cordura delante de él...

 

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Día 40

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Después del pequeño incidente que había pasado en la Editorial Marukawa y sin Misaki en su departamento, Akihiko decidió quedarse los días restantes en su casa… Quizás la tranquilidad de esta, podría calmar sus ansias de ver al oji-violeta.

Sin embargo, esto no fue así. Con cada mirada que daba al interior de su hogar, podría recordar perfectamente al universitario… su voz, sus gestos y las incontables veces que habían hecho el amor por toda su casa; no había ningún lugar en que no hubiera hecho suyo el frágil cuerpo de su amado. La cocina, el baño, su estudio, su habitación incluso el cuarto de los Suzuki-san´s estaban impregnados de la esencia de su pequeño.

Por un momento el mayor se sintió desesperar, su casa ya no era la misma sin Misaki, incluso él no era el mismo sin él, necesitaba verlo, acariciarlo y besarlo una vez más, olvidar sus problemas en su regazo y sentir nuevamente feliz en su cuerpo. No obstante; estaba tan cerca de cumplir su palabra...  a dos días de amar desesperadamente y sin prohibiciones a su niño. ¡Tenía que soportar!

Sabiendo que no podría hacer otra cosa más, Akihiko quiso darse un respiro. El hecho de que no pudiera tener a su amado entre sus brazos no quería decir que no pudiera escuchar su voz. Así que contradiciendo todo pensamiento que había formulado el mayor decidió llamarlo a su celular para darse ánimos de seguir con su locura

-¿Bueno? ¿Usagi-san?-

-Misaki…te amo- Suspiro  roncamente el mayor al escuchar como su adoración contestaba su llamada. Tan solo necesitaba su voz para poder seguir en pie.

-¡No...no digas esas cosas a-así tan de repente Usagi-san! Nii-chan puede escucharte…- Recrimino en forma de suspiro el oji-verde, ya que en ese momento Takahiro se encontraba a pocos pasos de él, si los escuchaba sería un verdadero problema.

-Misaki te amo tanto… necesito verte- Volvió a repetir el mayor, importándole poco lo anterior. No obstante, antes de que pudiera contestar lo último el castaño. Akihiko cortó la llamada. Si seguía hablando con él, en un arranque de emociones tomaría las llaves de su auto e iría a verlo.

Sin embargo, no era el único que necesitaba verlo, a pesar de que su mente le reprochara eso. Misaki sentía lo mismo. El estar viviendo en casa de su hermano lo hacía sentir feliz, pero el no tener a Usagi a un lado de él  hacía que esa felicidad se redujera a cenizas.

Por primera vez en su vida Misaki deseo  con todas sus fuerzas que el abstinencia llegara a su fin… por primera vez en su vida Misaki Takahashi deseo con todas sus fuerzas tener intimidad con su seme para poder calmar el vacío que desde hacía varios días tenía en su corazón.

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Día 41

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Con la voz de Misaki rodando su mente, Akihiko trato toda la noche de calmar sus ansias con su mano derecha; pero para su mala suerte ya ni la lectura erótica ni el complacerse podría quitarlas. Ya era tanta la necesidad de cariño de parte de su uke, que su cuerpo ya no respondía a su imaginación ni estímulos. Así que toda la noche anterior el escritor se la paso dando vueltas en su cama, hasta que su cuerpo se rindió ante la frustración de no poder seducirse con el recuerdo de su niño.

Cuando despertó, con muy pocos ánimos fue a buscar algo de café y algo de comer para poder soportar en pie el último día de su tortura. No podría darse el lujo de morirse, cuando estaba a menos de 24 horas de estar con su adoración.

Sin embargo, cuando estaba a punto de terminar su taza de café, su celular empezó a sonar informándole que tenía un mensaje nuevo.

De inmediato la aura negra del escritor no se hizo esperar… ¡¿Quién demonios osaba interrumpir su desayuno?!  De muy mala gana tomó su taza y fue a buscar al ruidoso aparto que le estaba arruinando su momento de tranquilidad; Pero al leer el mensaje, Akihiko se estremeció dejado caer al suelo, por la impresión, la taza de café que sostenía….

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Usagi-san…

Acabo de recibir una llamada del Hospital, la Dra. Kaoru sale mañana del país por cuestiones laborales y no podrá atender a sus pacientes hasta dentro de dos meses. Hoy tiene libre a las 4pm para  revisarme y ver si me da de alta ¿Confirmo mi asistencia? ¿O espero hasta que regrese?

Atentamente: Misaki

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Ante esto, de inmediato el mayor respondió el mensaje con un “¡Confirma! Pasaré por ti a las 3:30…”

Nuevamente el corazón de Akihiko Usami-sensei volvió a latir fuertemente.... Esa misma noche sus tormentos acabarían y nuevamente tendría entre sus brazos a su adoración para amarlo locamente…

 

…O eso era  lo que pensaba el mayor, al responder el mensaje del castaño; Sin embargo aún faltaba enfrentarse a la decisión final de la doctora, que desde el principio había dudado del amor que le tenía a su pequeño y de su palabra….

 

--------------------------------------------------------CONTINUARA---------------------------------------------------------

 

Notas finales:

Pobre Usagi-san... Va que vuela para santo. Honestamente si yo fuera hombre, ya me hubiera raptado a Misaki y me hubiera importado poco la opinion de la doctora pero bueno... gustos y aficiones de cada quien ^^

Se que el cap estuvo cortito pero prometo que el siguiente estar muuuyyy largo  quizas tenga que dividirlo en dos, todo depende de cuantas hojas de word salgan...  jejeje

Bueno nos vemos bye se cuidan ok?

¡¡VIVA EL LEMON!!


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