La noche del 14 de febrero reinaba un sombrío ambiente en el que se suponía debía ser el banquete de San Valentín. En vez de la característica decoración de la época detrás de la mesa de profesores colgaban los estandartes negros con el emblema del colegio, lo que a Harry recordó mucho la ceremonia que hubo luego de la muerte de Cedric. Albus Dumbledore se levanto de su asiento y el silencio se hizo presente.
-“Hoy lamentamos la pérdida de un querido amigo y compañero…”
Harry vio que varias personas en la mesa Ravenclaw mantenían su mirada hacia abajo; en la mesa de Gryffindor, Hermione lloraba silenciosamente mientras aferraba la mano de Ron.
De pronto la comida apareció frente a ellos como siempre, pero ninguno de los chicos hizo además de servirse algo.
-“¿No cenan chicos?”- Pregunto Nick casi decapitado.
-“No tenemos hambre”- Respondió Ron.
-“Lamento mucho la perdida joven Potter, el joven Kruspe era un gran mago”. Dijo Nick y se fue flotando hacia la Dama Gris quien tenía un aspecto tan triste como Myrtle la llorona.
***
Draco Malfoy lloraba a mares en la sala multipropósito, tirado sobre la cama se aferraba con fuerza a las sabanas y gritaba a todo pulmón. Lloraba de rabia, ira, dolor; lloraba por cómo se habían dado todas las cosas, lloraba por el tiempo perdido, lloraba porque en esos momentos debería haber estado ahí riendo y no llorando. Sentía ira contra Voldemort, maldita serpiente, sentía rabia contra Potter y Dumbledore.
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-“Volvamos a la sala común, no quiero estar acá”- Dijo Hermione.
-“Es mejor”
El trió de oro se levanto y salió del Gran Comedor, iban a tomar el camino a la torre de Gryffindor cuando Harry de pronto dejo de caminar.
-“Chicos iré…”
-“Ve, nosotros inventamos algo si preguntan por ti”- Dijo Hermione adivinando lo que su amigo iba a decir, Harry agradeció a sus amigos y salió corriendo rumbo al despacho de Sirius.
***
-“¡¿POR QUÉ MALDITO IMBECIL TE TENIAS QUE MORIR Y DEJARME AQUÍ, SOLO?!- Grito Draco golpeando la cama lo más fuerte que pudo, no sabía cuánto tiempo había estado llorando, pero no le importaba, lo único que quería era que todo lo que estaba pasando fuese una pesadilla.
***
Harry llego al despacho de Sirius y sin golpear simplemente abrió la puerta. El animago se encontraba sentado en su escritorio cuando el chico entro.
-“¡Harry!”- Sirius se levanto de su asiento y se acerco al chico que corrió hacia sus brazos rompiendo a llorar.
-“Ya, tranquilo, llora todo lo que quieras, ven”- Sirius ayudo a Harry a llegar a un sofá, Harry acomodo su cabeza en el pecho de Sirius y siguió llorando.
-“No puedo más Sirius, te juro que no puedo más”- Dijo Harry minutos después, por sus mejillas seguían cayendo lagrimas pero se encontraba un poco más tranquilo.
-“¿A qué te refieres con que no puedes más?”
-“A que estoy harto de que cuando todo parece ir bien, venga esa maldita serpiente y me quite a personas que quiero, estoy harto de que siempre sea igual… ¿a quién voy a perder ahora, a Ron, Hermione, a ti?”
-“No digas eso, a ninguno de nosotros nos vas a perder; óyeme bien, jamás pienses en darte por vencido, nunca, no hagas que el sacrificio de mis mejores amigos sea en vano”
-“No digo que no valore lo que mis padres hicieron por mí, solo quiero que todo esto termine y si me tiene que matar que lo haga luego porque no sé si soporte otra muerte más”
-“Eso es muy egoísta de tu parte, en vez de rendirte deberías pelear; pelea Harry, pelea por James, Lily, Derek, pelea para que no haya próximas muertes… No está solo en esto y lo sabes bien, tienes a tus amigos, tienes a los Weasley… me tienes a mí que te amo como no tienes idea”- Sirius beso a Harry tratando de demostrarle todo su amor.
-“Déjame dormir aquí”- Sirius iba a interrumpir la petición de Harry pero este rápidamente se apresuro a ponerle un dedo sobre sus labios.-“No quiero regresar a la sala común y que todos me miren con cara de lastima, por favor”
-“Esta bien; ven vamos a descansar”
Honestamente este no era un San Valentín que todos quisieran, pero a Sirius eso no le importo; lo único que importaba era que podía tener al chico durmiendo plácidamente entre sus brazos.
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Varios días habían pasado desde ese trágico San Valentín, aunque para algunos solo habían pasado horas; Harry era víctima una vez más de las miradas de todos en el colegio, Hermione escucho a unas alumnas de cuarto llamarlo “el viudo de Hogwarts” lo que les costó varios puntos y una lluvia de canarios.
Draco, por su parte, se mostraba bastante frio, casi no comía y los Slythering notaban como salía de la sala común y no volvía pasada la media noche, Blaise Zabini intento seguirlo, pero le perdió el rastro en el séptimo piso. Claro que Draco visitaba cada noche la Sala de los Menesteres, de forma masoquista invocaba la habitación que tantas veces había compartido con Derek, nadie lo había notado, pero llevaba un pequeño anillo de plata en su dedo anular, el mismo que pretendía darle a Derek semanas atrás.
Con la conmoción por el ataque a Hogsmeade, el partido de Hufflepuff contra Gryffindor que se suponía debía realizarse una semana después de San Valentín se pospuso, Harry lo agradeció enormemente, pues su estado anímico no le permitía pensar en otras cosas, incluso su rendimiento en clases había bajado, tanto así que Sirius, Remus y la mismísima McGonagall hablaron con el profesor Dumbledore.
-“Temo que el joven Potter caiga en algún tipo de depresión Albus”- Dijo la profesora McGonagall.
-“Hace unos días él hablo conmigo y realmente me asusto lo que dijo”- Comento Sirius recordando sus conversación el 14 por la noche.
-“¿Qué dijo Sirius?”- Pregunto Dumbledore.
-“Dijo que estaba harto, que ya no podía más”
-“Esto es preocupante Albus, si Harry empieza a deprimirse su puede volver más vulnerable”- Dijo Remus.
-“Sirius, quiero que hables con los jóvenes Weasley y la señorita Granger, si Harry muestra signos de alguna depresión ellos lo notaran primero”
Y aunque Sirius hizo lo que Dumbledore le ordeno, Ron, Ginny ni Hermione podían ayudar mucho. Harry no hablaba mucho de cómo se sentía o simplemente no hablaba de nada.
Finalmente habían pasado tres semanas desde la muerte de Derek y Gryffindor debía enfrentarse a Hufflepuff, Harry se sentía presionado pues si ganaban los leones quedaban en segundo lugar por la Copa de las Casas. La presión que sentía Harry era más por no decepcionar a sus compañeros pues honestamente si ganaban o perdían, personalmente, no le importaba mucho.
***
La mañana del sábado Harry se presento en el Gran Comedor junto al resto del equipo de Gryffindor, fueron recibidos con la típica ovación de los Gryffindor y las típicas burlas de la mesa Slythering, pero esta vez sin el respaldo de Draco Malfoy.
-“Hay buen tiempo, recuerden chicos que debemos ganar por más de 200 puntos”- Dijo Harry al equipo antes de que todos se levantaran y fueran al campo de Quidditch.
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-“Y Gryffindor tiene la Quaffle, ¡Ginny Weasley anota! Cincuenta a veinte a favor de los leones”- Al escuchar la puntuación de Gryffindor comenzó a buscar la Snitch, por suertes había despistado varias veces al buscador de Hufflepuff para evitar que cogiera de Snitch antes que él, pero ahora ya podía atrapar a la escurridiza pelotita, la vio cerca de las gradas de Ravenclaw y salió en picada en su búsqueda.
-“Harry Potter vuela con gran habilidad, ha visto la Snitch, el buscador de Hufflepuff le pisa los talones a Potter… ¡Harry atrapa la Snitch, Gryffindor gana!”
Harry y el resto de jugadores aterrizaron en el campo de Quidditch, tras felicitarse mutuamente salió rumbo a las duchas y una vez que ya estuvo listo salió rumbo a los jardines del castillo.
Una sensación de vacío se apodero de Harry; a pesar de la victoria de su equipo Harry no sentía ningún jubilo, ninguna pizca de felicidad.
¿Cómo se podía sentir así si le era imposible superar la muerte de Derek? Era cierto que en el pasado perdió a un amigo, pues si, había sido amigo de Cedric, pero no era lo mismo. Con Derek habían creado un lazo tan fuerte de amistad como con Ron y Hermione, una amistad basada en la confianza, el compañerismo y la lealtad… ¿Cómo podría sobreponerse a la pérdida de eso? ¿Por qué cuando las cosas parecían marchar bien le quitaban aquello que lo hacía feliz?