14 de febrero por KateIW93

- ¿Y en San Valentín que se hace? - no sé porque nunca se acuerda de este día, si todos los años se lo explico.

- Cariño todos los años igual, en San Valentín, las chicas enamoradas les dan a los chicos que les gustan un chocolate, demostrandoles su amor y pasan un día muy bonito, pero San Valentín no es solo para enamorados, es para todo el mundo que quiere a otra persona o personas... - Reita me interrumpió.

- Por eso Ruki, hoy hará una comida rica ¿verdad? - dijo sonriendome.

- Entonces... ¿hoy es especial? - preguntó Daichi - papi solo hace comida rica en días especiales - ¿que quiere decir este niño? ¿que no cocino bien? con lo mucho que me esfuerzo...

- Sí cariño, hoy es espcial - le dijo su padre.

- Pues hoy salimos fuera - les dije yo.

- Jooo por una vez yo quería comer bueno - como siempre, se quejó Daiki - papi vago.

- Daiki no lo cabrees más, además hoy no saldremos, estará todo lleno de enamorados e ir con vosotros dos por la calle, sería como arruinarles su día.

- ¿Vosotros ya no estáis enamorados? - nos preguntó Daichi.

- ¿Por qué preguntas eso Daichi? - le pregunté yo.


- Porque vosotros no váis a salir.

- Pero eso no tiene nada que ver cariño, que nosotros no salgamos no significa que no nos queramos, además, algunas parejas prefieren quedarse en casa y celebrarlo de una manera más privado, así como haremos nosotros, lo celebraremos con vosotros dos, como todos los años desde que habéis nacido, aunque vuestro tío Kai vendrá a por vosotros esta tarde, ya sabéis como siempre, se queda con vosotros por la tarde, venga ahora iros a jugar, que quiero estar un rato a solas con Ruki - que mona mi iguanita.

- Pero no lo toques - le dijo Daiki.

- Lo voy a tocar porque yo quiero, ahora iros - cuando los niños se fueron, Reita vino y me abrazó - pensé que no nos iban a dejar solos nunca - me dijo al oído y luego me dio un beso en el cuello.

- ¡Papá te dije que no lo toques! - de repente, vimos a Daiki asomando la cabeza por la puerta,

- Y yo te dije que lo iba a tocar, además, solo lo estoy abrazando, vete a jugar con tu hermano - por segunda vez, Daiki se fue - ¿porqué querrá que no te toque?

- Ah... no sé, el niño se parece mucho a su padre en la rareza - Reita, me dio un beso en la frente, y luego llevó esos besos a mi cuello, siempre le gusta ponerse así de tonto cuando los niños andan jugando por la casa - oye iguanita, para ya ¿no? - esta iguana tonta empezó a meter su manos por debajo de mi pantalón, no quiero pensar que preguntarían los niños si nos vieran así.

- No, me gusta esto - a este a ratos se le olvida que tenemos dos hijos, sobre todo cuando está por desnudarme en la sala, cuando vemos una peli y le entran ganas.

- ¡Papá! Daiki te rompió otra cuerda del bajo - eso le quitó las ganas de seguir conmigo, ya que se fue hacia donde estaban los niño, a este paso tendremos que dejar los instrumentos encerrados en una habitación bajo llave. Después de arreglarme un poco la ropa, fui a donde estaban los demás, cuando entré en la habitación, me encontré con Daiki detrás de una silla, pobrecito me dio pena, pero más pena me dio Reita, no sé si quería llorar o que, le duele cada vez que Daiki le rompe una cuerda de su bajo, por  otro lado mi otro hijo vino y me pidió que lo cogiera en brazos, menuda diferencia de hace unos años, cuando apenas pesaba, ahora cada vez pesa más, cómo noto que crecen.

- Vamos a comprar una tarta tú y yo solos, y dejemos que tu hermano y tu padre lo arreglen todo a su manera - mi niño asintió con la cabeza - ¿de qué sabor quieres la tarta?

- ¿La voy a elegir yo? - me preguntó, yo asentí con la cabeza - la quiero de fresa - este es lo contrario a mi, ama la fresa, no me queda otra, tendré que comprar otra cosa para mi - papi, también quiero una piruleta que sea grande, anda solo por hoy - y me puso cara de cachorrito debajo de la lluvia.

- Está bien, vamos - creo que Reita y Daiki no se dieron cuenta de que salimos, ya que estaban ocupados teniendo discusión . Cuando íbamos por la calle, Daichi me hizo una pregunta.

- Papi, cuando estabas un mes embarazado de nosotros, ¿papá te cuidaba mucho? - joder, ¿qué le digo? Reita se desapareció el primer mes.

- ¿Por qué me preguntas eso? - tenía que hacer tiempo, para ir pensando qué decirle, porque está claro que no le iba a decir que su padre practicamente huyó cuando le dije que estos dos iban a nacer.

- Es que en el cole, hay un niño que dice que su papá dejó a su mamá el primer mes de embarazo, ahora no tiene papá, aunque su mamá tiene un novio, pero a mi amigo no le gusta ese novio. ¿Papá se alegró cuando le dijiste que íbamos a nacer? - me preguntó. Creo que lo mejor será que cambie de tema.

- Amor, ¿quieres que compremos también caramelos?

Cuando regresamos a casa no me hizo ningún tipo de pregunta, todo estaba normal, por la tarde nos pusimos a jugar un juego que Reita y yo estuvimos toda la noche inventando.

- A ver, ¿habéis entendido la única regla del juego? - les preguntó Reita, ni que mis hijos fueran retrasados mentales.

- Síiiiiii - respondieron los dos a la vez.

- ¿Y de verdad tenemos que jugar a eso? - preguntó Daiki.

- Sí - le respondión Reita, bien empiezo yo - cogió una tarjeta y leyó - dale un abrazo al más pequeño de la casa - y abrazó a Daichi, ya que el nació después de Daiki con 13 minutos de diferencia - ahora te toca a ti bebé - y Daichi asintió con la cabeza.

- Di algo que te agrade de Daiki - leyó y luego se quedó mudo.

- Vamos Daichi, dilo - le dijo su gemelo.

- Es que no se me ocurre ninguno - le dijo a Reita.

- Reita ayúdalo - le dije yo.

- Está bien, hummm... cuando se levanta antes que tú y va a despertarte, ¿qué me dices de eso? - le preguntó.

- Que lo odio, porque a veces me pisa la tripa y me hace daño, ¡ya sé! me gusta cuando no me despierta él.

Nos pasamos toda la tarde igual, aunque Daiki casi nunca quería hacer lo que le salía en la tarjeta, sólo era bueno conmigo, que me daba los abrazos, los besos, las cosas buenas, todo sin quejarse, pero con su hermano y con Reita, casi y tenía que obligarlo. Por la noche, como siempre, fuimos a acostarlos y dejarlos dormidos en sus camas.

- Papá, ¿te pusiste feliz cuando papi te dijo que nos iba a tener? - le preguntó Reita, él me quedó mirando, los dos recordamos ese momento.

- Claro que sí cariño, yo siempre he estado feliz de teneros a los dos - le dijo y le dio un beso de buenas noches.

- Buenas noches - les dijimos antes de irnos.

- Ruki, tendremos que decirles lo que pasó cuando sean mayores ¿no crees? - me dijo tumbandose a mi lado - ¿qué crees que dirán? cuando les diga que me fui y que no regresé hasta un tiempo después.

- No lo sé, quizás se enfaden un poco, pero lo dejarían pasar, porque después de todo volviste y mira, hoy estas aquí con ellos.

- Sí, tienes razón, seguro pasará eso, ¿sabes qué? te amo.

- ¿Sabes qué? yo no tengo palabras para decir lo que siento por ti.