Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Search In H M por Vampire White Du Schiffer

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Grimmjow se recupera, con ayuda de Bastet Buscan a Ulquiorra

 

-Perdí a Ulquiorra. –Bastet estaba con su usual ropa de marinero. Y estaba preocupado.

 

-¿QUÉ? –grite como si dijeran “Grita o  muere”. De inmediato me brinque la barra y demande que me hiciera saber todo.

 

-Es que, Es que –tartamudeo varias veces hasta que se logro calmar, me di cuenta que Orihime e Ichigo estaban a nuestro lado, pero no les tome importancia. Lo vital era encontrar al maldito príncipe. –Yo quise venir a molestarte. –Dijo con un par de lágrimas saliendo de sus ojos azules. Se veía tan frágil e inútil. –Pero llegaron unos tipos, y me ofrecieron pastel y dulces –Comenzó a sollozar. –Y Ulquiorra me siguió, pero, pero ellos…

 

-¡¿Le hicieron algo?! –Le sacudí, pero después me reprendí y detuve. El no tiene la culpa de esto. Lo cargue, y salí sin decir nada a alguien. -¿Dónde te separaste de el? –Demande saber. Miraba a todas direcciones, puse a Bastet en mis hombros, me era más fácil. Y el se seguía limpiando las gotas saladas. –Concéntrate ¿quieres? –había mucha gente. El sol ya se estaba ocultando y comencé a maldecirme mil veces, sería más difícil. De repente sentí una mano morena detenerme en seco. –Sado. –le llame y detrás de el venían los hermanos Kurosaki.

 

-Espera Grimmjow. Te ayudaremos. –Escuche a Ichigo declarar. No tenía tiempo para discutir, así que acepte.

 

-Busco a un chico de piel pálida, ojos verde esmeralda y cabello lacio hasta el cuello de color negro… -Me detuve, iba a decir que tenía la mitad de un casco con cuerno en la cabeza. Pero, era absurdo.

 

-De acuerdo –Ichigo pego su puño con la otra mano. –Orihime, ve con Chad. Yo iré solo.

 

-Nos vemos en quince minutos aquí. –Dijo el enorme moreno. Y salieron corriendo, desperté a Bastet de su estado depresivo y comenzamos a buscar. Aparte a la gente con mis brazos, Bastet me fue relatando que después de ser atraído por una verdadera ola de depravados… que idea mas conveniente… tomaron al príncipe por el cuello y lo apartaron del camino. Después Bastet, al estar en medio de tanta gente, no pudo hacer nada “mágico” así que tuvo que esperar a que lo llevaran al solitario lugar para desaparecer frente a sus ojos. Pero cuando llego al lugar donde se había separado de Ulquiorra, este ya no estaba.

 

Ya habían pasado más de quince minutos, pero me desistí de regresar con los demás, si solo era para darme malas noticias no estaba dispuesto a hacerlo, debía encontrarlo, esa era mi necesidad inmediata. Paso a paso, mi desesperación crecía a punto demente. Sentía más pesada la carga de Bastet, es decir la culpa que se atribuía el niño, la tome y puse sobre mis hombros. Porque, claramente fue mi falla. Estoy dando varias ideas hacia un mismo punto, todos mis pensamientos se dirigen a una misma dirección. Doy permiso de llamarlo como venga en gana. Las luces artificiales ya eran las ocupantes del centro de atención, las calles se abarrotaron más. Creo me estoy volviendo loco.

 

-Maldición, maldición. –Masculle. Si los tipos regresan y lo encuentran primero… sacudí mi cabeza para quitarme semejante idea. No voy a permitir que nada le pase. Ese es mi juramento desde hace mucho, y ahora que la impotencia me invade, reconozco que lleva siendo mi dogma desde antes de regresar. Cuando lo encuentre, talves lo encierre, pero estoy seguro que me encerrare con el.

 

 -Ulquiorra… -Recite su nombre, y precisamente como acto de un mago de primera categoría ahí estaba el. De pie, mirando a todo con su aire natural, con ambas manos ocultas en los bolcillos de su pantalón. Bastet se bajo de un brinco, y yo corrí hacia el príncipe. Cuando lo sentí entre mis brazos pude respirar tranquilo, inhale el olor almendrado, deje que entrara por mis fosas nasales hasta penetrar en mis pulmones. Metí mis manos entre sus finos cabellos lacios.

 

-Grimmjow –Menciono mi nombre. Lo apremie aún más. No recuerdo que el hubiera pronunciado antes mi nombre. Pero ahora que lo hace, me siento terriblemente… ¿Bien? Me separe de el. Sus ojos, aunque siempre inexpresivos, parecían brillar…  quiero pensar que solo yo los veo así.

 

-¿Te paso algo? –pregunte, sin poder contener el estúpido tono de preocupación. Fue entonces cuando me fije que tenía un golpe en la mejilla izquierda. Inconscientemente mis manos apretaron sus hombros; una enorme furia, una inconmensurable cólera corrió por mis venas. Quienquiera que se haya atrevido a tocarlo, esta sentenciado. Lo juro por el nombre que sostengo.

 

-Olvídalo –Dijo quedo.

 

-Claro que no. –me importo un comino que la gente se quedara mirando. Que se pudran todos y cada uno de ellos. –Te lasti… -Estoy diciendo una ola de estupideces.

 

-No voy a morir. –Bajo su vista, claramente evitándome. Y Bastet, que había permanecido todo este tiempo detrás de mí, se lanzo para abrazar la pierna derecha del oji verde.

 

-Perdón, Ulquiorra. –Restregó su pequeña cara en el pantalón. Ulquiorra me aparto con su mano, me moleste obviamente, el se hinco, y puso su mano pálida en la cabecita del niño. –No volverá a ocurrir. –Se lamento sinceramente. Esperen un segundo…

 

-Las disculpas, estúpido mocoso, deberían ser para mí. –Aunque lo encontré, completo, me enojo bastante que se prestaran más atención entre ellos que a mí, que se supone su cuidador. Pero más me molesto, fueron las reacciones del pelinegro. Chasque mi lengua y quise caminar sin rumbo de nuevo, como siempre suelo hacer cuando mi ira es demasiada y no la puedo soltar a golpes con su causante.  

 

-Disculpa, entonces. –Dijo secamente el príncipe y se levanto. El peli azul le tomo de la mano, terminando de limpiar un par de lágrimas, y esperaron alguna indicación mía. Sentí varias miradas clavarse en mi espalda, cuando recordé que no estaba en esta supuesta búsqueda solo, voltee y me encontré con tres miradas. Todas con gesto sorprendido. ¡¿Habían estado ahí todo este tiempo!?

 

¡Ellos lo habían encontrado antes que yo!, y ahora el estúpido de mi, había hecho toda una escena. Demonios. Por todos los demonios que se pudieran llegar a concebir.

 

-Grimmjow-san. –Escuche la voz conciliadora de la menor Kurosaki. –Me alegra que lo haya encontrado. –dijo tranquila. Solo vire mi vista hacia otro lado que no fuera para ver a esos tontos.

 

-No se entrometan. –Dije o más normal que pude intentar.

 

-Tenemos derecho de saber. –Impuso Kurosaki, que estaba con una mano dentro del bolcillo de su pantalón y se rascaba la nuca con la otra.

 

-Este asunto no les incumbe en lo mínimo. –Alegue. –Nos vamos. –Di la vuelta y Bastet me siguió en reflejo, jalando a Ulquiorra.

 

-Ni lo creas –apareció Kurosaki enfrente de mi, con ese gesto serio, tan “escaso” en el. –Nos vas a contar, que rayos te pasa. 

 

Notas finales:

awww hoy tuvimos a un Grimmi mas tierno...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).