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Search In H M por Vampire White Du Schiffer

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Notas del capitulo:

 

Grimmjow conoce a un príncipe

 

 

-Llévalo a una habitación –Le ordeno al pelinegro  -Me reuniré después contigo –Me miro y me dedico una sonrisa.

 

-De acuerdo –Bajo de un brinco la estancia mas elevada y en un segundo estuvo enfrente de mi. Es increíblemente rápido, pero no me dejare sorprender.

 

Hay mucha gente rara aquí. Así que por lo menos debo mantener mi dignidad intacta. –Sígueme –Me dijo pasándose de lado. Me crispa los nervios. El cachorro iba moviendo las patas exageradamente, ya iba delante de mi, siguiendo como si el tipo fuera su amo…

 

No me molesta en absoluto. Le di una ultima mirada al líder y salí de se lugar.

 

-Hey –Le llame al niño, el cual me ignoro por completo. No soporte eso y lo volví a jalar por el pellejo y me intento rasguñar. –Buen intento. –Lo sacudía a lo bestia.

 

-¿Mascota? -¿Me esta hablando a mi? Su voz se escuchaba extraña. Era seca, en efecto pero era un poco extraño.

 

-Ya quisiera esta cosa –Lo moví un par de veces más. Hasta que el felino se mareo tanto que ni podía sostenerse. –Escúchame bien, no se que rayos tramas, pero no me agrada en absoluto–Apunte al cachorro. El de cabellos negros me miro igual, no se inmuto en cuanto quise destripar de nueva cuenta al gato azul.

 

Seguimos en el camino trazado por el largo corredor, y llegamos a una puerta. Mientras movía la perrilla me dio una mirada por el rabillo del ojo. Cuando entre, me agrado la estancia. Sencilla, suficiente para mi mundano gusto. No estaba abarrotada en muebles, solo lo necesario: Un sillón amplio y una cama pulcra. Lo demás eran almohadas en el suelo entre otras cosas.

 

-No husmes. –Continuaba con las manos dentro de su hakama. –Te perderás.

 

-Trataré –Le rete. –Me dirás lo que…

 

-No malinterpretes, no me ordenas. Ahora tengo algo que hacer, en cuanto sepa algo te lo diré. –Se dio media vuelta con el sumo deje de superioridad que me enferma desde el primer momento en que lo vi.

 

Quisiera ser un tigre y desgarrarle la garganta. Lo vi desaparecer en un suspiro. El cachorro… ¿Dónde esta?

 

Mire hacia abajo, gire una vez y no lo encontré. Para mi tranquilidad, al levantar un par de almohadas ahí se encontraba. Roncando como divino rey.

 

Quería arruinar su dulce sueño, pero de repente me llego todo el cansancio de golpe. Mis ojos se sentían algo pesados, seguía sosteniendo la almohada y me dirigí a la cama, sin pensarlo dos veces me arroje a ella.  Dejare para después toda la faena de investigar mi regreso a casa. Cerré los ojos y me dedique a descansar.

 

Al cabo de unas horas sentía mi cuerpo recuperar sus energías, y en medio de los sueños. Sentí un aroma. Algo así como yerbabuena y almendra. Es una combinación extremadamente rara pero atractiva.

 

Al despertar no vi nada ni a nadie. Al mover la mano hacia mi frente, mas arriba había “cosas” que no eran mías, me incorpore de golpe y sentí pelos. El tigre se encontraba profundamente dormido.  

 

-Despierta –Jale las prendas y el gato rodo por la cama.

 

-Ñaa~  -Ronroneo. Y dio más vueltas, quedando rodeado por las sabanas. Suspire, pensé que era un niño después de todo. Así que me levante y estiré, recordaba que me había quedado dormido sin quitarme prenda alguna. Continuaba con mi gabardina café. La cual lance hacia el cachorro.

 

Ahora que recuerdo no he comido desde ayer…

 

-Todo es tu culpa –Gruñí al ver que el gato se comenzaba a estirar. Sus garras ya querían comenzar a juguetear con la cama pero lo jale como ya era mi costumbre.

 

-¡Ña!

 

-¿Eres un tigre o un gato?

 

-¡Ña! ¡Ña!- Lanzaba zarpazos sin dar a ningún lado.

 

-Estúpido gato. –De ahora en adelante dejara de ser un futuro tigre por un gato casero. Vaya plan macabro. Lo más probable es que no “deba” hablar. Por lo poco que lo conozco ya hubiera lanzado mas objeciones que ataques físicos.

 

-Voy a entrar –Amenazo la voz ronca del mas fortachón de todos. Acto seguido cumplió su amenaza. Miro entretenido al gato azul le indique con la mirada que se apresurara a decir lo que iba a decir, me desespera este sujeto.

 

Pero apareció el “Albino” extremo. Con su semblante típico; de acuerdo, si el moreno me desespera. El blanco me frustra. Esa es la conclusión más rápida y efectiva que pude sacar en tan poco tiempo.

 

-Vienes con nosotros –Solo comento.

 

Mire a otro lado, no me gusta que me acarren como… ¿Subordinado? No se que rayos les pasa, bueno se que talves les deba algo por su “Hospitalidad”.

 

-¿Para que? –Los mire molesto. -¿Ya investigaste algo? –Me referí al de ojos verdes.

 

Entonces un golpe me llego de lleno a mi estomago, termine contra la pared y el niño se puso rápido a mi lado… se le enchino la piel contra el moreno. Puse una mano enfrente de el para que se calmara, ese golpe me habría matado pero estoy seguro que se contuvo.

 

Me queje internamente y deje por impulso que se cerraran mis ojos después de ese acto. Con el transcurso de los segundos el dolor menguo, pero me saco el aire por completo.

 

-Irrespetuoso –Declaro solo en un grito. –No vuelvas a dirigirte así al Príncipe Ulquiorra.

 

-“¿Qué rayos?” “¿Príncipe?” me golpee duro la cabeza. Por favor que no me intenten hacer reír. Como es posible… ahora recuerdo. Gin me había comentado anteriormente que me llevaría prácticamente ante su Rey, Entonces en la sala en la que estuve antes ¿era La Corte?

 

Rey-Príncipe, Príncipe-Rey… ¿Qué este imbécil es el hijo del castaño?

 

Mientras mi “brillante” mundo de cavilaciones terminaba por pulirse el peli negro se adelanto y me dirigió las siguientes palabras.

 

-Aizen-sama ordena que te llevemos con el –Ah, entonces si. Creo que el golpe propicio que la sangre circulara mejor por mi cerebro. Sin más que decir, me puse de pie.

 

Ahora con esa escolta de par de idiotas, me llevaron de nuevo ante el líder de esta bola de mequetrefes. El sistema de decoración no cambia mucho, son extraños en gustos y excéntricos. Estábamos en un enrome salón y Aizen estaba de pie junto a una caja transparente. En cuanto nos vio aparecer nos miro con una sonrisa normal.

 

-Déjenos solos –Simplemente dictaminó, inconscientemente vi de reojo cierta duda en el de ojos verdes, pero en cuanto lo mire de lleno, regreso su expresión a la misma como si nunca hubiera existido un cambio. Se retiraron tal como se les había dicho y me acerque al castaño. –Lamento no haberte visitado ayer, pero me dijeron que estabas dormido. No quise interrumpir.

 

-No hay problema. –Me encogí de hombros.

 

-¿Descansaste?

 

-Si, quisiera ir al grano. –Puse una mano sobre mi hakama.

 

-Eso me agrada, no te gusta dar vueltas al asunto –Se cruzaba de brazos. –Ulquiorra ha estado indagando sobre tu posible origen. Por tus antiguas ropas sabemos que no perteneces aquí, te mostraré como estamos compuestos.

 

-Pensé que esa era tarea de su hijo –Solo así me quitare la duda.

 

-Jo, ya sabes entonces algo de mí. En efecto Ulquiorra es mi hijo, y si era su tarea. Pero ahora se dirige a un trabajo encargo mío, así que decidí que lo mejor era que supieras esto rápido.

 

-Agradezco que entienda mi impaciencia.

 

Hizo un ademan para que me acercara mucho más, en cuanto estuve en frente del cubilete de cristal una serie de mapas digitales se aparecieron. Un mapa que obviamente no reconocí, no podría ser un experto en geografía pero sabía ya totalmente que este no es en nada el mundo al que pertenezco.

 

-Como ya te habrá dicho Gin, Esto se llama Hueco Mundo. –Apareció la enorme esfera, había eran cantidad de puntos grises. Cuando pregunte que eran, me contesto que eran “Sedes” de su reino para expandirse aún más. Pero algo me llamo la atención, unas marcas amarillas existían en ciertas partes.

 

-Enemigos –Se encogía de hombros, decidí que era mejor no preguntar. Ya que no era mi problema los asuntos que tuvieren ellos. Yo solo estaba ahí para poder saber en que condiciones empecé este juego en el que el niño me metió. –Y una que otra bestia.

 

Eso llamo mi interés, debo tener claro que esto no es normal. El que los súbditos de este sujeto tengan Huecos en partes de su cuerpo los convierte, a mi parecer, en bestias. Pero si para Aizen no lo son, Entonces ¿Las bestias a las que el se refiere como serán?

 

Notas finales:

 

Bien actu hecha, shi!!! hixe a ulqui el prince!!!!!!!!!!!

Ah~ esl amor de estos dos no va a parecer de la noche a la mañana (??) hagan sus apuestas -w-

 

 


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