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Search In H M por Vampire White Du Schiffer

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Notas del capitulo:

Grimmjow enloquece

 

-No cometas idioteces. –Puse un pie delante de el. Como siempre no me hizo caso, con facilidad brinco. –Si vas a seguir ignorándome solo porque no te llamo por tu nombre.

 

Bufo y dio media vuelta.

 

-Raziel.

 

Si me sale con que al final que es un ángel, moriré de un ataque de risa.

 

-Para mi serás un duende. –me comencé a carcajear.

 

-¡¡Yo no soy un duende!!

 

Sin hacerle el más mínimo caso, declaré al final.-Te llamaré Bastet.

 

-¿¡Me llamarás como una Diosa Egipcia?!

 

-Tómalo como un halago.

 

-Si claro –Siguió reclamando –Solo porque se le relaciona con un felino, no quiere decir que yo sea un gato. –Me grito varias veces más hasta que se canso. Pero buen o, no tengo pensado quitarle su nuevo nombre. Mientras tanto retome la tarea de dirigirme al frondoso tronco. Había una sombra enorme, fácil se podría asegurar que ese “monumento” de la naturaleza era la raíz, algo así como el inicio de toda esta extensión vegetal. Quien sabe este lugar podría darme ese tipo de sorpresas.

 

Entonces, al acercarme a una de sus extensiones detrás del árbol… apareció el albino. Bastet estaba jugueteando a un par de metros. Una mariposa color verde olivo era su meta. Regresemos a mi vista. El tipo seguía analizándome. Con su fría mirada, tanto color verde hizo que me perdiera en su mirada esmeralda. Quiero decir, todo el lugar podía tener su dote, incluso, artístico. Pero esos dos ojos verdes… no me cabe la menor duda. Me frustran de más de una manera. Son tan profundos y a  la vez nada expresivos. Tan llenos de color.

 

-¿Qué quieres? –le cuestione mientras caminaba a paso lento hacia mi hasta quedar enfrente.

 

-Me enviaron a vigilarte –Esto no me agrada. O se trata de una ofensa a mis habilidades o este tipo está loco. Prefiero la segunda opción. Sus ojos no me dejaban tranquilos. Pareciera que puede saber todo lo que pienso y siento con solo sostenerme la vista. ¿Ya les había mencionado que soy más alto que él? Sus cabellos negros, caían de manera tranquila a ambos lados de su rostro. Desde que lo conozco, esas dos líneas que dividen sus mejillas han llamado mi curiosidad.

 

-No me digas –quise evitar el contacto visual. Creo que leyó mi inseguridad, creo que mejor lo llamaré duda. Mi corazón dio un latido muy fuerte. ¿Qué es eso? –Solo tardare unos segundos –pase a un lado de él y sin quererlo me detuve. El volvió a verme con su aire misterioso.-No es necesario que me cuides. Que no tema tu querido padre, no pienso huir –Me burle. 

 

-¿Mi padre? –Se quedo unos momentos pensativo –Te refieres a Aizen-sama. No es eso –Admitió. –Tú fuiste encargado a mi persona así que…

 

-Me aburre tu formalismo –Continúe mi camino. Termine, después de un par de saltos, en una de las amplias ramas. Aun aquí se respira un tono acanelado y fresco. De nuevo ese olor a yerbabuena y menta. Y de nuevo ahí estaba, detrás de mí.

 

-Sigues molestándome y juro que… -Cuando me di cuenta, antes de terminar mi amenaza, de nuevo estaba a pocos centímetros de él. Creo que siempre que el aparezca terminare por hacer cosas incoherentes. Ahí, en la escasa distancia, fue cuando me di cuenta de tres cosas: primera: el niño estaba lejos. Muy lejos. Segundo, descubrí de donde provenía esa esencia tan delirante y tercero que iba a pasar algo malo. Porque ese día yo, perdí la cordura, de la manera más terrible que podría imaginar una mente sana.

 

Tenía entre mis brazos al oji  verde. Llevaba minutos besándolo, surcando sus blancos labios blancos. El solo permanecía quieto y ligeramente sorprendido. Eso me encanto, al parecer si se pueden causar emociones en esta criatura. Sus músculos se tensaron al sentirme. Intento librarse, pero no quise dejarlo. ¿Qué diablos estoy haciendo? No deseaba que terminara, quería continuar ¿Hasta dónde?... ¡¿Qué diablos importa?!

 

Rodee con fuerza su cintura el lentamente abrió su boca. Aproveche la oportunidad y mi lengua le invito a jugar. Diablos, sus labios son tan suaves. En esta corta estancia de tiempo, siempre pensé que este tipejo era de vidrio. Uno muy frio. Que su piel seria parecida a la porcelana fina, fría y blanca; vaya que mi sorpresa fue grande cuando sentí su rostro cálido en una de mis manos para que no “escapara” de mi hambre. Separo poco a poco mi cara, me miraba enojado. Puedo sentir su enojo. Aún no se cómo, pero me parece que ahora que he profanado su boca puedo saber cuándo le molesta algo. Me reí notablemente y él se limpio los labios con signo desdeñoso. Volví a soltar una leve risita.

 

-No vuelvas hacerlo –Me dijo recuperando su serio semblante.

 

-¿Por qué no? –Pregunte manteniendo mi burla

 

-Te mataré. –Y le creo capaz, pero me importo muy poco su capacidad. De un improvisado tirón, hice que terminara a dos centímetros de mi cara. Es tan menudo de cuerpo. Y creo que debería comenzar a controlarme. Culpare al  clima, la temporada o al mocoso de mi comportamiento.

 

-Eso si lo permito

 

-No tienes poder alguno contra mí. Puedo hacerte desaparecer con solo… –Levanto su dedo, sus uñas son negras. ¿Pretende amenazarme con solo apuntar? No permití que continuara con su supuesta advertencia, tome su mano y bese su dedo con lasciva. Su cuerpo se contrajo por unos segundos imperceptibles. Y por esos momentos dude, de verdad, sobre si continuar con el juego

 

 

-Divirtámonos un rato. –Pensé voz alta.

 


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