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Search In H M por Vampire White Du Schiffer

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Notas del capitulo:

Grimmjow le presenta su mundo a Ulquiorra

 

-Supongo que Szayel-niña no les ha dicho esto pero… -Mire a Aizen pidiendo autorización para hablar ¿Desde cuando le guardo ese nivel de respeto? –Pero en mi mundo –Me señale con el dedo pulgar –Nunca ha existido, ni existirán personas con partes de cráneos en su cuerpo –Levante el índice –Ni con huecos en su cuerpo –Levante el dedo mayor –Ni con una incolora tez en piel.

 

-Ay, Grimm-chan parece verle muchos defectos a nuestro Ulquiorra –Gin, no me agradas en absoluto. Aizen gruño por lo bajo y algunos agacharon la mirada.

 

-No lo digo por eso. –Repuse tranquilo –Simplemente, que no seria fácil ser su tutor en esas condiciones.

 

-Ya había pensado en eso Rey de las Bestias. –Se adelanto el peli rosa. –El Príncipe lleva lo necesario para no levantar sorpresas en la Tierra. –Ah, si le dije su nombre, ese idiota no dejaba de hacerme preguntas muy a su tétrico estilo. Insisto, nunca vi una maleta. Y a esta altura, recordé que el que tendría que correr con todos los gastos de la convivencia del oji verde seria únicamente yo. Que fastidio… mejor dejo de quejarme. La habitación, normalmente arreglada por el mismo diseñador, tenía en el centro un círculo sin fondo. Era un gran aro de colores metálicos, el olor a hierro me despierta.

 

-Aja –Le ignore –No me digas, tendremos que atravesar eso cuando lo enciendas –Señale despectivamente a la maquina, pensé que por ser quienes eran tendrían algo mas de imaginación.

 

-¿Cómo supiste? –No se si fue sarcasmo o de verdad estaba sorprendido. De acuerdo el peli rosa con ojos de escarabajo amarillo es con quien mas peleo. Puse las manos en mis bolcillos y vire mi vista, sin querer, hacia mi futuro custodiado. Permanecía quieto, como siempre, aburrido. Discuto más con Szayel, pero me provoca una ira asesina el tipo que nunca se expresa a menos de que se lo ordenen. Eso no mejora mi situación, solo me hunde más en depresión. –No te preocupes, si no te crees capaz de caminar, con mucho gusto te daré una patada en el trasero. –Me miro enojado, Así que si fue sorpresa lo que le cause.

 

-Si dejaran de discutir… -Hablo Gin

 

-Ya, ya –Hablo el Rey. Y le indico a Ulquiorra que se le acercara, cosa que sucedió al instante. Le acaricio el cabello negro y le dijo algo en tono bajo, pues no alcance a escucharlo. Pero creo que se trataba de mí, porque después de eso, me miro fiero. Después de que Gin también se despidiera de Ulquiorra, y Szayel hablara en tono paternal con Bastet me lo regreso a regañadientes.

 

-Quiero jugar con Szayel –Dijo haciendo fintas de morderme, lo tenia sobre mi hombro y sus pequeñas garras servían de agarre contra mi ropa.

 

-Dile Adiós –Me burle.

 

Todo finalizado, al parecer habían almacenado energía de Bastet en varias cuencas ovaladas transparentes. En el circulo, como si fuera una pintura apareció la Tierra… no nos lanzaran ¿O si?

 

Cuando iba a preguntar eso, sentí el pie de Szayel sobre mi cara, Bastet gruño por el susto y vi como Ulquiorra entraba dignamente mientras yo caía en picada con Bastet agarrándose mas fuerte, sus uñas se volvieron a clavar en mi piel. Ese maldito miedoso. El viento aun zumbaba en mis oídos cuando caí escandalosamente, el asfalto… solo eso me provoco ganas de vomitar. Ese maldito científico loco. Me dolió toda la espalda, el cuerpo en general, mantuve la mano en mi cabeza durante un gran rato y mire a Bastet, estaba con los ojos desorbitados. Le daban vueltas, menos mal que no se lastimo… ¿Qué? Yo nunca dije eso.

 

-¿Te lastimaste? –Me pregunto la seca voz que no recordaba que tuviera Bastet o yo.

 

-Para nada –Le gruñí y me levante sin verlo. La luz me incomodaba, solo había logrado percibir su silueta difusa rodeada por esa estúpida luz. Analice rápidamente los alrededores, estábamos debajo de la carretera, una de varios pisos, el lugar era solitario. A lo lejos, bastante lejos, veía a un par de mendigos y pordioseros. Me sacudí las ropas y Bastet seguía sin poder mirar correctamente. Lo baje y daba de vueltas, se veía extraño caminando… me causaba gracia, tan pequeño y tonto.

 

-¿Qué es esto? –Escuche al peli negro preguntar, entonces me tome la “delicadeza” de mirarlo. Su piel… ¡Tiene color diferente! Quiero decir, sigue siendo pálido pero no al nivel de ser solo blanco, tenuemente se le notaba una tez de porcelana, y ¡La mitad del cráneo! Había desaparecido, así que pude apreciar su cabeza sin ningún impedimento. Sus ropas, habían sido confeccionadas como las mías, creo que por la rubia de aquel mundo. Pero nunca se las vi puestas, talves eso explica porque nunca vi una maleta ya venia con todo lo necesario incluido. Su camisa era manga larga blanca y pantalón negro. Bueno, no creo que pueda cambiar su estilo en un día.

 

Ahora regresando a la pregunta del oji verde, sostenía en algo un pequeño objeto de metal. Me acerque para tomarlo y era una corcholata. La lance lejos restándole importancia.

 

-Se ocupa para cubrir botellas –Dije dándome la vuelta

 

-¿Botellas? –Sentí que volvía a caminar. Y tomaba de nuevo la estúpida corcholata, no se que le ve de interesante a una pequeña cosa de color azul celeste.

 

-Te las mostrare mas tarde –Mire a Bastet y me decía con ojos ya mas normales, que tenia hambre. Suspire cansado, de acuerdo, creo reconocer estos lares. No me será muy difícil hacerme de los medios necesarios para mantener a dos criaturas extrañas ¿No? –Síganme los dos… Bastet, será mejor que cambies de forma.

 

-Ahg, lo se –Decía antes de emprender camino. –Pero no quiero. –Corrió a lado de Ulquiorra cuando sintió mi furia despertar de nuevo.

 

-¿Y como supones que te llevare?

 

-Fingiré ser un buen peluche.

 

(n/a: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia  xD)

 

-¿Peluche?

 

-Bastet, no despiertes mas la curiosidad del Principito –Camine dándoles la espalda.

 

-Si-Le contesto al oji verde –Es  como yo pero no se mueve –Ahg, escuche como comenzaron a platicar siguiéndome.

 

-Hey, peluche de pacotilla. Aquí afuera existe gente normal.

 

-Pero, Pero… -Se subió sobre las manos del peli negro –Mejor que Ulquiorra me cuide.

 

¿Desde cuando tanta confianza?

 

-¿A dónde vamos? –Pregunto el oji verde

 

-A mi casa. –Conteste –Será mejor que vea en que condiciones deje este mundo.

 

Después de caminar por una hora… le partiré la cara a Szayel cuando vuelva. Llegamos a varios lugares conocidos por mí. Suspire aliviado, no sabría como reaccionar si me hubieran dejado con este par de locos en otro país diferente. Ulquiorra no perdía detalle alguno, los autos le causaban curiosidad, pero me seguía sin dudar. Varias personas se habían acercado para apreciar a tan extraña persona con un peluche en brazos, tuve que alejarlos a costa de maldiciones, ahg. El oji verde, al sentirse cercado por esa muralla de gente me había preocupado, no se de que rayos sea capaz.

 

Llegamos a  Una colonia tranquila y frondosa, olas de departamentos grises. En uno de los edificios medios, se encontraba mi meta. Nunca me había quejado de mi casa, pero ahora con el lio de mantener a dos personas, tendré que ingeniármelas….

 

-Bastet, tú te quedaras en el baño. – (¬¬ te odio grimm)

 

-¿Eh? Me declaro en rebeldía.

 

-Tú puedes dormir en mi cama –Le dije a Ulquiorra mientras entraba delante de ellos y se quedaban embobados, cada uno a su modo, admirando todo. Bastet se había bajado de los brazos del oji verde y se paseaba contoneando la cola felizmente y se había lanzado a un par de almohadas que siempre tenia yo tiradas en una parte de la sala. Mi departamento no es la gran cosa, pero es lo suficiente. Una habitación amplia, sala, comedor, cocina. Lo indispensable. Creo que el motivo de escogerlo fue la vista que tiene, pues recordé mi habitación. Tiene una buena posición, desde la ventana de puede apreciar un enorme parque y mas allá las luces eternas de la ciudad. Prefiero vivir aparte de las monstruosidades de concreto.

 

El peli negro permanecía en medio de la puerta.

 

-¿Que esperas? –Le apremie.

 

-Con permiso –Bajo la mirada y termino de entrar. No me acostumbro a verlo tan “normal” sin el casco y con un nuevo color de piel. Miraba todo con sus ojos fríos, los techos, las lámparas, cosas que se le hacían familiares no las tomaba, pero cosas como una pequeña esfera que tenia en la mesa de centro, la tomo y se quedo apreciándola durante un tiempo, volviéndola a poner en su lugar.

 

-Grimmjow, tengo hambre –Repitió el niño. 

 


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