Con un gruñido, Kaname se corrió también, sujetándome firmemente por las caderas para empujarme hacia su miembro. Solo pude sentir el calor palpitante mientras él me llenaba, salpicando dentro de mi cuerpo, haciéndome suyo, haciéndome sentir que estaba vivo. Cuando salió de mí, mis músculos se aflojaron y las fuerzas me abandonaron nuevamente, dejándome tumbado en el colchón al mismo tiempo que mis pulmones intentaban recobrar todo el oxigeno perdido.
-Zero—me llamo jadeante, su aliento chocaba con mi oído derecho, con trabajo logre voltearme para fijar mis ojos en los suyos; tenía una sonrisa de lo mas encantadora… tenía su toque de ternura y al mismo tiempo de felicidad. No sé cómo le voy a hacer pero ya no quiero lastimarlo al mismo tiempo que no quiero que se arriesgue por mi… sin embargo me hice una promesa a mí mismo, ya no le ocultare nada así como el no me oculta nada a mí.
-Tengo sueño—fue lo único coherente que logre decir… lo sé, sonó demasiado patético pero… comprendan que si hablaba del tema de que le tendría más confianza, de que no quiero que lo dañen, entre otras cosas… no sería coherente, mi garganta está completamente cerrada y mi lengua está totalmente enredada, así que mejor no diré nada, temo decir una nueva estupidez.
-Durmamos entonces… la pelea ya ha terminado—dijo con tono tranquilizador y yo simplemente me quedo estático… ¡¡¡SE ME HABÍA OLVIDADO COMPLETAMENTE QUE ESTABA A MITAD DE UNA BATALLA!!! No haciéndole caso intente pararme pero él me detuvo echando todo su peso sobre mi cuerpo, le mire de manera reproche e iba a reclamarle pero él me callo con un beso.
-Mis amigos…— comente jadeante porque el beso se extendió de tal firma que me había quedado sin aire… otra vez.
-Ya te dije que la batalla termino… todos están bien, así que no te preocupes… eso me recuerda a que tuve que matar a ese cazador que había osado apuntarte con su arma… me asuste mucho cuando le dijiste que te apuntara al corazón… ¿Ya no deseabas estar conmigo?—el brillo que sus ojos poseían se perdió por momentáneos segundos.
-¡No es eso!... Kaname, ya no podía vivir sin ti a mi lado… yo… — no deseo decir cosas cursis, porque simplemente no es mi estilo, pero no puedo dejar que la tristeza de nuevo abarque el hermoso rostro de MI Kaname—Yo estaba a mi limite… dos días… más bien fueron eternidades, sentía que moría desde dentro… así que… pensé…
-Tú no pensaste nada… si querías que te mataran significa que no estabas en tus cinco sentidos—me regaño pero el brillo en sus hermosos ojos ya había vuelto, sé que me merezco un buen regaño como los niños pequeños, pero es que simplemente luego no sé ni lo que hago. Con tal de protegerlo la mente se me nubla…
“El miedo es algo extraño. Se manifiesta de muchos modos externos,
Pero ninguno de ellos es tan poderoso como el acero que el pecho atraviesa
O la corriente que recorre la imaginación”.
-Perdóname—mis manos acuñaron sus mejillas, mis ojos enternecidos claramente se reflejaban en sus preciosas joyas color marrón.
-Ya lo he hecho… Zero… ya no quiero que me ocultes nada… ya no quiero que nos peleemos—me decía en forma suplicante, mi garganta se anudo mucho más de lo que ya estaba, pero aun así luche para que se deshiciera tal nudo y poder hablar.
-Te lo prometo… a partir de hoy ya no te ocultare nada, desde ahora siempre serás el primero en saber todo… desde las buenas hasta las malas noticias—las palabras me salían fluidamente, lo que prometí será lo que cumpliré… seré otro, otro ser más sincero por el bien de Kaname.
El muchas veces me decía que aun con mi carácter orgulloso, respondón, altanero, frio… bueno me dijo todos mis defectos… me amaba, que así me quería a su lado. No le importaba que yo lo tratara fríamente, que con tan solo estar a su lado le bastaba “por ahora” para estar feliz; sin embargo yo no tarde en abrirle mi corazón porque yo también lo amaba, lo amo y lo seguiré amando.
-¿Qué le hicieron a MI Zero?—hizo énfasis en el “MI” eso me agrado y al mismo tiempo vuelve a llenar mi corazón de mas alegría, no sé si se pueda pero yo siento que desbordo de ese sentimiento que se me fue negado desde mis catorce años, cuando perdí a mis padres. El cambio prometido se está dando más rápido de lo que yo mismo creía y eso no hace más que hacerme sentir orgulloso, ya que entre más rápido cambie, menor es el riesgo de volver a dañar a Kaname.
-El sigue aquí… pero ha aprendido su lección y es por eso que será más sincero—puse mis manos en sus hombros y lo empuje con algo de fuerza para que volviera a recostarse en su lado de la cama para luego treparme sobre él, literalmente hablando, enrede mis piernas con las suyas y recargue mi mejilla derecha en su pecho; pude oír el pausado y rítmico latir de su corazón y sentir el sube y baja de su tranquilo respirar.
-Te amo… no sabes cuánto—media cada palabra como si su vida dependiera de ello, claro que se cuanto me amas y es por eso que pienso cambiar; dejare de ser frio y distante para con tu persona, pero eso sí, solo contigo, nadie más va a tener el “placer” de ver a un sincero y amable Kiryuu Zero… para los demás seré el mismo y eso no lo podrás cambiar nunca y menos cambiare mi carácter para que Yuki me vea, esa vampira, que aun siendo tu hermana, planeo la invasión para matarte y derrocarte del trono.
“Te amo” y “Perdóname” son palabras repetitivas en mi relato y que de seguro a ustedes ya tiene hostigados, pero a mí me recuerda él porque sigo vivo, el porqué desde la muerte de toda mi familia no me he puesto a Bloody Rose en la cabeza y he tirado del gatillo.
Simplemente la imagen de Kaname perforando hasta lo más dentro de mi ser logra que las ganas de vivir regresen y me aten fuertemente a la vida y a la realidad como si fuesen poderosas y gruesas cadenas.
-Yo también—respondí después de unos segundos, después me volví a adentrar en un profundo sueño, uno muy reparador. Sentía la mano de Kaname acariciar mi cabeza antes de perderme en el uno de los sueños. Hermosos recuerdos comenzaron a aflorar en mi mente, preciosas escenas donde era muy feliz y todas ellas relacionadas con mi única persona amada, con Kaname, mi engreído sangre pura.
Este relato comenzó porque sufría tanto a tal punto de no saber qué hacer para desahogarme y en verdad les agradezco por compartir estos momentos conmigo pero ya es hora de la despedida, tal vez algún día vuelva y les cuente la maravillosa y eterna vida que estoy llevando a lado de mi amado, pero eso tal vez y… solo tal vez sea mucho después. Porque sé que este no es el fin sino el comienzo.
“Les deseo de todo corazón una hermosa vida, llena de victorias después de las derrotas”