1. Buscando inspiración
Mansión Uchiha, todo el mundo en sus respectivos pensamientos: Mikoto pensando en la cena; Fugaku pensando en el trabajo de su hijo menor; Itachi pensando en que su hermano era tonto (XD); y Sasuke... pues pensando en hacer una estúpida canción amorosa.
—Mierda, esto no sirve —se quejó el moreno mientras arrugaba una hoja de papel y la tiraba por encima del hombro. ¡Pues sí que ha estado trabajando! Si vierais la cantidad de papeles que hay por el suelo, lo flipáis*.
—Cálmate Sasuke, todo a su tiempo —lo tranquilizó Suigetsu.
Sasuke sólo lo fulminó con la mirada y después siguió con lo suyo. Al rato de intentar escribir una frase, volvió a repetir el mismo procedimiento de tirar el papel.
—Esto es estresante —bufó Sasuke—. No soy bueno escribiendo canciones lindas. ¡¡JODER!!
—¿Quieres que te ayude Sasuke? —preguntó Karin.
—No, gracias. —Fue su única respuesta antes de que Karin diera media vuelta y se marchara por donde vino (ella es la que le lleva la comida).
Ahora el moreno se sujetaba la cabeza con ambas manos, mirando una hoja en blanco que tenía en frente.
—Me rindo, no sé que hacer —rezongó al cabo de un rato—. La inspiración no viene.
Suigetsu sólo rodó los ojos e hizo un gesto negativo con la cabeza.
En otro lugar, no muy lejos de la casa de los Uchiha, se encontraba un muchacho rubio, de ojos azules como el cielo de esa mañana y con una cámara negra de la mejor calidad y la más completa de Canon. Naruto se estaba entreteniendo buscando paisajes para sacar fotos. Ya había fotografiado una mariposa marrón, una paloma, una flor de sakura y... en fin, muchas cosas, pero las imágenes eran preciosas. Su padre, Minato Namikaze, ayudaba a su hijo con las fotos. Minato era empresario, pero le dedicaba mucho tiempo a su hijo. Kushina también sacaba fotos con una cámara digital; éstas eran familiares.
—El viaje desde Okinawa** valió la pena —comentó Naruto—. Tokio tiene lindos sitios.
—¿Lo ves, Naruto? —contestó su padre— Sabía que te gustaría.
—El problema de nuestro Naru-chan —intervino Kushina con un tono de voz muy dulce—, es que se mal acostumbró a vivir en el pueblo de Okinawa.
Naruto hizo un pucherito con aquel comentario pero luego se unió con sus padres en una marea de carcajadas.
El rubio sacaba fotos de todo lo que veía por ahí, cosas que le llamaban la atención. Tanto tiempo estuvo con su cámara de fotos en mano y divisando nuevos panoramas, que no se dio cuenta de que ya habían salido del parque más grande de Tokio y se encontraban frente a una enorme mansión que dejó al rubio con los ojos como platos. La decoración de la casa era preciosa, cosa que quiso fotografiar, pero él era fotógrafo de paisajes naturales, ya que rara vez se impresionaba de sobremanera con las creaciones del hombre, y aquella vez no era excepción.
Miró un rato la “casa” y luego hizo un gesto con los hombros. Esa casa le importaba tanto como si fuera de un famoso como si no.
—Ja já, y yo soy Chester Bennington*** —pensó el rubio. (N/A: -.-U pero si eres famoso baka)
Después de eso se dispuso a seguir a sus padres que estaban más adelante mirando un caracol pasar de una planta a otra.
—¡Esto es de locos! ¡Ya estoy harto!
Sasuke aún seguía en su intento de crear una canción sensiblera, pero nada. Suigetsu, por su parte, estaba muy entretenido leyendo el periódico de esa semana.
—¡Anda, mira tú por dónde! —exclamó Suigetsu al cabo de un rato.
—¿Qué has dicho? —preguntó un Sasuke muy confundido.
—No, nada. Es solo que el famoso fotógrafo de Okinawa, Naruto Uzumaki, está en Tokio sacando fotos de los mejores paisajes. Según ésto, es un trabajo para la revista Time World. Ya sabes —agregó al ver el gesto de perplejidad de Sasuke—, esa en la que te aparece todo lo relacionado con las artes y la cultura. Dicen que si no fuera por él, la sección de fotografía del museo Grand Place estaría en la ruina.
Sasuke estuvo pensando un rato. Debía ser un gran fotógrafo para tener tanto éxito.
—Eso está bien —dijo con su tono frío de siempre—. ¿Saca fotografías de otros famosos?
—No, sólo de paisajes naturales. Lo relacionado con el ser humano no le agrada demasiado, por supuesto, si hablamos de edificios y construcciones, porque he oído que es muy social.
Sasuke levantó una de sus cejas pero no dijo nada. Fue al balcón de su habitación a tomar un poco de aire. Pero vio a unos chiquillos que se dirigían corriendo a toda pastilla para hablar con un rubio que estaba parado junto con sus, al parecer, padres. Esos tres le daban la espalda.
Suigetsu se acercó para ver el panorama y...
—¡Ostras, pero si es Naruto!
El azabache lo miró extrañado.
—¿Ese de ahí es Naruto Uzumaki?
—Así es. Vaya, me había olvidado.
—¿De qué ta habías olvidado?
—Es que, a parte de ser fotógrafo, es un gran escritor y dibujante manga; por eso lo de los niños.
Sasuke se fijó mejor en la escena de enfrente. Era verdad: eso chicos le estaban pidiendo un autógrafo y se marcharon muy contentos. Al rato dos adolescentes también le pidieron un autógrafo y pudo oír algo de la conversación.
—¡Nos encantan tus libros, sobre todo Un día más a tu lado! —comentó una de largos cabellos negros.
—Sí, a mi me hizo llorar un poco, pero vale mucho la pena —contestó la segunda.
—Me alegro de que os gustara. —El aludido terminó de firmar los autógrafos.— Tomad. Nos veremos pronto.
—¡¡GRACIAS NARUTO-KUN!! —dijeron las chicas al unísono. Y se fueron tan campantes.
—Pues sí que es famoso —comentó Sasuke sin mucha gana.
—Sí, y ese libro tendrías que leerlo —contestó el peliblanco—. El argumento es muy bueno, y tiene un vocabulario exquisito.
—¿Sí? —contestó Sasuke en un tono burlón. No se lo creía.
—Mañana te lo traigo y empiezas a leértelo. Cambiarás de opinión. —Y le lanzó un mirada de suficiencia a Sasuke, cosa que a éste no le agradó.
Sasuke iba a reclamar, pero el peliblanco se había escapado a la velocidad de la luz. Lo único que le quedaba era maldecir su suerte. (N/A: Hablas demasiado rápido Sasu-chan U¬.¬)
Ya después de su caminata por el barrio, Naruto y sus padres regresaron a la mansión de su hermano mayor Deidara. Naruto fue rápido a darse un baño y se tumbó en la cama. Estaba cansado, así que se dispuso a dormir una siesta.
Cuando se despertó ya era casi de noche. Miró la hora y se dio cuenta de que ya era la hora de comer, así que no se tardó mucho en ir para la cocina. Al llegar estaba su padre esperando a que Deidara y Kushina terminaran la cena. Naruto sólo saludó a los presentes y se sentó al lado de su padre. Como la tele estaba prendida, se entretuvo un rato mirando las noticias, que por el momento no sacaban nada desagradable. Ya estaban cenando unos fideos italianos cuando...
—Noticias de última hora —decía la reportera— al famoso cantante de rock, Sasuke Uchiha, nos ha informado de que se dedicará a hacer tres canciones del estilo “amorosas”, cosa muy rara en él. Y hablando de famosos: Naruto Uzumaki ha venido a Tokio ayer por la madrugada y hoy a estado en su cacería fotográfica.
En la otra punta de la ciudad, un muchacho de cabellos negros de un extraño peinado, también miraba las noticias de ese canal y... acaba de atorarse (N/A: cest très bien**** ¬.¬).
Ahora era Itachi quien ayudaba a Sasuke y Suigetsu quien le lanzó una sonrisa de suficiencia.
—¿Ese... —empezó a hablar Sasuke entre cortadamente— es Naruto Uzumaki?
—Así es —contestó Suigetsu—. Es todo un galán. (XD)
Sasuke no podía creerse lo que veía. Un muchacho de su edad (20 años), de ojos azules, piel morena, pelo dorado y tres marquitas en cada lado de sus mejillas. Sin duda ese tal Naruto era una persona muy hermosa.
El día siguiente fue igual que el anterior. Sasuke, por primera vez en su vida, no tenía ganas de levantarse, no si tenía que escribir esa estúpida canción. Pero después de estar machacando a sus neuronas, decidió que era lo mejor, él era un Uchiha y nunca daba vuelta atrás (el reconocido orgullo de la familia que corre por sus venas).
Después de cambiarse y desayunar, se dedicó a quedarse sentado en su escritorio intentando inspirarse.
—Ni siquiera sé porqué tengo que hacer tres canciones más si acabo de sacar un disco —refunfuñó.
Sasuke se encontraba en su habitación tocando su guitarra acústica, cuando tocaron a la puerta.
—Pase —dijo éste sin muchas ganas.
La persona que pasó por aquella puerta era su padre, al parecer le quería proponer algo.
—¿Ocurre algo, padre? —preguntó el azabache.
Su padre agarró la silla del escritorio del menor y se sentó. Esperó un rato y contestó.
—Tendrás que hacer dos nuevas canciones, todas sensibleras.
Sasuke se disponía a reír como nunca, pero el gesto de su padre hizo que se resistiera.
—¿A qué viene eso? —preguntó por fin.
—Tengo una reunión con otro empresario y me gustaría que le dedicaras una canción a la familia como muestra de afecto —dijo sin más—. La quiero para dentro de un mes, la otra puede esperar por el momento. —Y dicho esto se marchó.
Volviendo a la realidad. Sasuke no sabía que hacer. Estaba en blanco.
Después de estar meditando lo un poco, decidió que lo mejor sería salir y refrescarse. Eso lo ayudaría mucho. Agarró su guitarra acústica, se la guardó en su respectiva bolsa, cogió su mochila con porta bloc y bolígrafo y hasta luego Lucas.
—“Hijo mío, saca unas preciosa fotografías de paisajes, dibuja algunas escenas y escribe un relato. Recuerda que tienen que ir acorde a un sólo tema. El que tú decidas, por supuesto. El primero lo necesito para dentro de un mes” ¡Hay que joderse!
Naruto se estaba quejando de lo que le había pedido su padre. No había hecho absolutamente nada, ni siquiera empezó por el relato. No sabía qué escribir. Bueno, una ligera idea sí: quería escribir algo relacionado a una rosa negra y un chico solitario, pero no sabía que más hacer.
—Espero que sacar fotos ayude para poder inspirarme —suspiraba el rubio.
De pronto se le ocurrió una idea. Tal vez si iba al parque podría obtener una gran fuente de inspiración. Contento al pensar en ello, se dirigió al parque sin mirar atrás.
Pasaron unos minutos después de que Naruto llegara al parque. Éste se había sentado en un banco que estaba en la sombra y miró a su alrededor. Nada lo inspiraba. Cansado, soltó un suspiro y se quedó más tiempo sentado observando el paisaje. La inspiración no venía de un momento a otro ¿o sí? Sacó un bloc, lápiz y goma de su mochila y se dispuso a hacer las viñetas, sólo el contorno. Unas viñetas simples, de todas formas no le pondría ningún tipo de conversación ni narración. Ya con las viñetas terminadas, se fue a otra página y comenzó con el diseño de los personajes. El primero era muy alegre con una vestimenta parecida a la suya y pelo largo. Y el segundo... bueno, el segundo sólo hizo la estructura o muñeco para poder hacer el resto. Quería hacer un personaje serio, pero no le salía absolutamente nada. Dejó su porta bloc en sus rodillas y volvió a contemplar el paisaje. Lo que veía era una fuente de agua, árboles, personas caminando y alguna que otra chica que lo reconocía. No pudo evitar oír la conversación de so muchachas que estaban cerca suyo.
—¿Es ese Naruto-kun? —preguntó una de ellas.
—Sí sí. Que lindo es —contestó otra.
—¡Hey, chicas! ¿A qué no adivináis lo que acabo de presenciar? —preguntó una tercera.
—¿Qué, ¡qué!? —preguntaron las otras dos al unísono.
—Acabo de ver a Sasuke-kun tocar la guitarra.
—¿Sasuke? ¿Sasuke Uchiha? —pensó Naruto.
—¿Uchiha-kun? —intervino la primera— ¡Qué guay! Vamos a ver.
Naruto se levantó de su asiento y recogió sus cosas. Él también quería ver al moreno, no por nada pero quería conocerlo. El problema era saber donde estaba...
¡Click! Idea. Donde más chicas haya, entonces allí se encuentra. Con esa idea en la cabeza, se fue buscando a una manada de fans, y no tardó mucho en encontrarla.
—¡¡UCHIHA-KUN!! ¡¡TOCA ALGO!!
—Sois unas plastas, no pienso tocar nada para vosotras —refunfuñó el moreno.
—Vamos, no seas malo —insistió una de ellas.
—Entonces es que no me conoces —dijo el moreno con una sonrisa de medio lado—, porque SOY malo.
Las chicas hicieron caso omiso de sus palabras y seguían insistiendo le.
—Jajajajaja, la fama te dejó acorralado, Uchiha.
La voz del joven Uzumaki hizo estremecer a las fans de Sasuke y se dieron la vuelta. El azabache, por su parte, no entendía nada, ya que las fans le tapaban la visión.
—¡¡UZUMAKI-KUN!! —gritaron todas con corazoncillos en los ojos (lol).
—Uzu... maki —pensó Sasuke.
Por fin el moreno decidió levantarse y se abrió paso por entre la multitud hasta que divisó a Naruto. Al muchacho le dio un vuelco al corazón. Si en una fotografía era hermoso, verlo en persona era más que eso. Sasuke mantuvo su compostura pero en su interior se sentía acalorado. Naruto seguía teniendo esas marquitas en las mejillas y su piel era muy tostada. Los cabellos, dorados como el oro, llamaban mucho la atención, y es que en Japón eran todos morenos.
Por parte del rubio, le pareció que Sasuke era atractivo y tal, pero nada sin importancia. Lo veía como un chico arrogante.
—Bueno chicas —dijo el rubio con una sonrisa auténtica, cosa que Sasuke casi se muere del infarto—, ahuequen el ala. Me gustaría hablar con le señorito Uchiha un rato.
Y como si sus palabras fueran sagradas, la muchedumbre se fue sin más. Sasuke volvió a sentarse pero no hizo caso al rubio, que se había sentado a su lado.
—Así que estrellita del rock ¿eh? —dijo Naruto como si nada.
—Y tú un fotógrafo, mangaka y escritor ¿verdad? —preguntó Sasuke
—Así es.
—¿No te cansas?
—No, es mi trabajo y mi afición, como es lo tuyo tocar.
Sasuke prefería callarse la boca.
—¿Naruto Uzumaki? —peguntó el moreno al cabo de un rato de silencio.
—Sí, Sasuke Uchiha ¿no?
—Sí.
—Quién diría que nos encontraríamos aquí. Se suponía que sería dentro de un mes.
Sasuke abrió los ojos de par en par y se dignó a mirar a Naruto a los ojos.
—¿Qué has dicho?
El rubio se quedó un rato callado meditando su siguiente movimiento.
—Oye, Uchiha, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Ya has hecho una dobe —contestó Sasuke fríamente mientras afinaba las cuerdas de la guitarra.
—Otra pregunta, teme —dijo enfadado Naruto, a lo que Sasuke le sonrió de medio lado y asintió con la cabeza—. ¿Tú padre es empresario?
Sasuke no se esperaba esa pregunta.
—Sí, ¿por qué?
Naruto no contestó en seguida, quería disfrutar del gesto interrogativo del moreno.
—Porque mi padre también lo es, y quedó con el tuyo para dentro de un mes.
Sasuke no sabía que gesto poner. Estaba neutro.
—Así que, ¿nos volveremos a ver dentro de un mes? —preguntó el azabache.
—O antes, quien sabe.
Nuevamente se quedaron en silencio. Naruto estaba poniendo en funcionamiento sus neuronas hasta que se le ocurrió una idea. Sacó de nuevo su porta bloc y comenzó a dibujar sobre el maniquí del chico que haría el papel de serio en su historia.
El moreno lo miraba interrogativo, y vio como dibujaba un personaje de anime que realmente le encantó.
—Dibujas muy bien. No me extraña que seas mangaka.
Naruto sólo le sonrió.
—Ese era un sueño que tenía de pequeño —contestó éste—. Conseguí ser un gran mangaka con la serie de Mangetsu, pero no hice ningún otro más, aunque a veces saco algunos cortos. Mi verdadero sueño era ser fotógrafo y escritor.
Sasuke sólo pudo sonreír ante aquello.
—Al menos has conseguido uno de tus sueños ¿no? —preguntó éste que, por primera vez, habló amable. (vuelvo y repito: lol)
Naruto pudo ver tristeza en el rostro del moreno.
—¿Hay algo que no hayas cumplido? —le preguntó el rubio.
—Sólo una cosa. —Su tono de voz sonaba apagado.
—¿Y qué era?
Sasuke suspiró con nostalgia.
—Hacer feliz a la persona que más he amado.
Naruto abrió los ojos como platos. ¿A quién se refería? ¿Tenía novia? Fuera lo que fuese no preguntaría más aunque se quedara con la duda.
—Bueno teme, yo me voy. Un placer conocerte.
—El placer es mío.
Ambos se estrecharon la mano, y por alguna razón, a Sasuke le pareció muy familiar el tacto de la piel del moreno, lo mismo con Naruto, pero le restó importancia.
—Hasta dentro de treinta días —dijo el rubio mientras se marchaba.
—Hasta dentro de treinta días —respondió el moreno.
Por alguna razón, se sentía dolido. ¿Naruto? ¿Qué tenía de especial para él?
Naruto había llegado a casa he hizo unas viñetas en las que un chico se encontraba sólo, hasta que otro lo saca de la oscuridad. Un resumen de la redacción:
El joven Kinta estaba perdido en la oscuridad y no encontraba el camino que lo guiara por la luz, hasta que conoció a Sôta.
—¿Qué te pasa, niño? —le pregunta éste último al muchacho.
—Estoy sólo —decía sollozando Kinta.
Sôta se puso a pensar, y tubo una brillante idea.
—¿Quieres ser mi amigo? —le preguntó.
Kinta no se creía aquella propuesta. ¿Escuchó bien? Sin saber porqué aceptó ser su amigo.
—Ya verás que nos llevaremos muy bien.
Sasuke llegó a casa a eso de las cinco y media de la tarde. Se sentía feliz e inspirado, pero a la vez confundido. De cualquier manera, lo dejó pasar. Tenía algo más importante en mente: la canción.
Al llegar a su habitación, colocó sus cosas en orden y se dio una ducha; necesitaba refrescarse un poco.
Después de eso, se sentó delante de su escritorio y empezó a escribir automáticamente. Ya no tiraba los papeles. Era todo seguido. En su opinión la caminata le sirvió de mucho. Pero... ¿sólo la caminata? Por alguna razón, pensaba que era algo más que eso.
Llegó la noche y ya se disponía a hacer le sonido de la canción. Estaba ya con una guitarra eléctrica haciendo unos acordes mientras contaba en voz baja la letra de la canción. Estaba orgulloso de ella:
I've found out a reason for me
(He encontrado una razón para mi)
To change who I used to be
(Para cambiar quien solía ser)
A reason to start over new
(Una razón para comenzar de nuevo)
and the reason is you
(y esa razón eres tú)
CONTINUARÁ...