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LA MAGIA SELLADA por OsaKa

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            Todo empezó una cálida noche de verano. El calor le impedía dormir, al igual que unos repentinos ruidos en el tejado. Al asomarse por la ventana se encontró en la rama del árbol de en frente de su ventana, a una pantera negra con unos ojos azul oscuro degradando a amarillo en la pupila.

            Suzaku se echó hacia atrás terriblemente asustado. Sentimiento que había aumentado al saltar la pantera a su habitación. Sin embargo el animal no conservó su sombra, transmutando hasta convertirse en un muchacho de unos ventipocos años, con el mismo cabello negro azulado que el felino y los ojos igual de llamativos. Sin explicarle nada solo dijo:

-  No tenemos mucho tiempo. Debemos irnos para protegerte.- puso sobre sus hombros el largo abrigo negro que él llevaba, y tomándolo por la muñeca los había lanzado a ambos por la ventana.

 

            Suzaku pensó que en ese momento ya terminaría su vida, o por lo menos que perdería la conciencia. Pero una brisa cálida los rodeo, relentizando su caída. Una vez en el suelo el joven desconocido tiró de él para que corriera a través de la calle. El chico intentaba soltarse y detenerse, pero la fuerza con la que el otro le llevaba era demasiada.

            - ¡Suéltame!- gritaba Suzaku.

            - ¡No puedo! ¿No lo entiendes? ¡Te matarán si sigues aquí!

            - ¿Pero quién? ¿Qué es lo que sucede? ¿Quién eres tu?

            - Ahora no hay tiempo para explicártelo, ¡debemos darnos prisa!

            - ¡No! Quiero saber que pas...

            En el segundo que el desconocido que había girado para mirarle y murmurado algo entre dientes, Suzaku selló sus labios. Comenzó a correr velozmente mientras sus ojos miraban a todos lados abiertos como platos, sin comprender lo que le sucedía. El joven tiraba de él ahora a más velocidad. Pero esto fue demasiado para el cuerpo del chico y estuvo a punto de caerse, de no ser porque su captor llegó a tiempo para sujetarle. Suspiró.

-  No hay más remedio...- murmuró.

 

            Cerro los ojos fuertemente y tras unos segundos volvió a estar convertido en pantera. Sin Suzaku responder de sus actos se monto sobre la enorme pantera, recostándose hacia delante y rodeando su cuello con ambos brazos. La pantera enrollo con su cola una de las piernas del chico y comenzó a correr velozmente.

            Suzaku no supo exactamente cuanto tiempo estuvieron viajando ni hacia dónde, pues tenía la sensación de que en algún punto del camino había perdido el conocimiento. Cuando abrió los ojos se encontró sentado, apoyado en fría roca húmeda, aun con la chaqueta que el otro le había dado. Se hallaba en una cueva. Al mirar a su alrededor vio que en el exterior ya era de noche y que en frente de él se encontraba su captor.           

 

            - Buenas noches.- dijo este esbozando una pequeña sonrisa. Suzaku le miró con reproche.- Me llamo Yue.- los labios de Suzaku siguieron cerrados y Yue suspiró.- Escucha, se que estas enfadado y que lo más probable es que piensas que te estoy secuestrando. ¡Ah! Y que por qué me transformo en pantera claro... Pero no es algo que se pueda explicar en una frase o dos y el tiempo apremia. Es más sigue apremiando. Pero ya no podía más... He mandado un aviso para que envíen refuerzos para escoltarte, pero tendremos que esperar hasta el amanecer por lo menos. Cuando estemos seguros te lo explicare todo. Por ahora confía en mí.

            - ¿Cómo voy a confiar en ti si no me explicas nada?- dijo con reproche Suzaku.- Si tenemos hasta el alba hay tiempo de sobra yo creo, no tenemos otra cosa que hacer...

            Yue suspiró agotado.

-  Esta bien... Pero es que yo tampoco me sé toda la historia...- tomó aire.- Como habrás podido comprobar, por mucho que con el paso de los siglos los humanos lo hayáis olvidado, la magia existe.- Suzaku lo miró incrédulo.- ¿Qué otra explicación le das entonces a que me transforme en un animal?- preguntó Yue fastidiado. El muchacho medito unos segundos y asintió con la cabeza arrepentido.- Pues hace años había un mago muy poderoso. Sin embargo cuanto más poder se tiene más longevo se es, y este mago terminó agotado de la vida. Así que sello su magia y la introdujo dentro de ti para poder morir antes de tiempo.

 

            Suzaku se le quedó mirando sin saber que decir. Debía estar soñando, era eso. Una historia sacada de una novela de fantasía no podía estar sucediéndole a él.

            - Creo... Creo que voy a dormir.

            Yue lo miró asombrado.

            - ¿Ya está? Me sorprendes, que bien te lo has tomado...

            - No es eso. Es que si me duermo me despertare en la realidad así que...

            El mago puso los ojos en blanco.

            - Ahora entiendo... Muy bien, no voy a discutir, yo también estoy cansado. Ya nos veremos cuando despiertes.

            "Seguro..." pensó Suzaku con ironía.

 

 

            Sin embargo, tal y como Yue había predicho, cuando Suzaku se despertó seguía en esa cueva. Miró a su alrededor con los ojos como platos y después se volvió a echar sobre la roca, no podía ser verdad todo aquello... Oyó un quejido y volvió su vista a Yue. Este estaba abrazando sus rodillas y con una expresión de dolor en su rostro.

            - ¿Qué te pasa?- preguntó Suzaku preocupado.

            - Ayer por la noche puse una barrera... Alrededor de este lugar, para que no pudieran encontrarlo y... Para que no pudieran entrar. Pero se esta agotando... El tiempo y no voy a aguantar mucho más.

            - Pero... - dudó. Sabia que estaba siendo una molestia pero necesitaba respuestas, necesitaba comprender.- ¿Quienes?

            Yue intentó suavizar su expresión al ver la preocupación el chico.

            - Otro clan de... Magos que... Quieren tu poder.

            - ¿Y vosotros? ¿También lo queréis?

            - No... Queremos esconderlo...

-  ¿Esconderlo?

 

            Yue volvió a protestar de dolor.

            - Escucha... Me encantaría poder contártelo todo ahora. Pero no puedo hacerlo y mantener la barrera... En realidad ni aun así podré mantenerla...- se quedo mirando pensativo fijamente al adolescente. Este termino incomodo y aparto la vista.- Suzaku... Escucha. Lo siento pero... Pero solo va a haber una opción...

            - ¿No puedo usar yo esa magia?

            Yue negó con la cabeza.

            - Puedo hacer un hechizo para que no te puedan poner la mano encima pero...- trago saliva.- Deberías dejarme poseerte...

            - ¿¿¡¡QUÉ!!?? ¿¿¡¡PERO QUÉ DICES!!??

            - Lo sé. Pero escucha... Ellos pretenden matarte... Sacar el poder que tienes dentro y luego matarte...

            - Pero, ¿no hay otra opción? ¡Dijiste que otros vendrían al amanecer! ¿Qué hora es? Ya debe de quedar poco...

            - Dos horas... Y yo no aguantare esas horas... Suzaku por favor, confía en mi. No debes caer en sus manos... Se dice que al arrancarle el poder a alguien este muere del shock que le causa el dolor que siente en ese momento...

            Ahora fue Suzaku el que tragó saliva. Era cierto que no quería morir pero... Se sonrojó. Nunca pensó que su primera vez fuera a ser así y mucho menos con otro hombre... Lágrimas de desesperación empezaron a llenar sus ojos. Tragó pero el nudo permaneció en su garganta.

-  De acuerdo...- susurró con voz ronca.

 

            Yue asintió. Puso la chaqueta que llevaba Suzaku sobre el suelo e indicó al muchacho que se echara. Este se colocó boca abajo sobre el improvisado lecho. Cerró los ojos con fuerza temblando. Tenía miedo; a morir, a que le doliera, a todo...

            El mago se desabrochó el pantalón y lo bajó un poco, junto la ropa interior. Hizo lo mismo con el de Suzaku mientras con la otra mano chupaba dos de sus dedos. Los llevó hasta la entrada del chico e introdujo uno. Quería ser cuidadoso, al fin y al cabo el niño no tenía la culpa de nada, pero no había tiempo.

            Al tiempo que introducía  con algo de trabajo el segundo dedo, con su otra mano se masajeaba rítmicamente su miembro para endurecerlo.

            Cuando estuvo a punto se introdujo en el interior de Suzaku con trabajo debivo a lo estrecho que estaba. Este gimió de dolor.

 

            - Lo siento... Intenta relajarte...- dijo Yue empezando a moverse.

            Sentía al chico sollozar, pero no podía hacer nada para evitarlo. Lo único morderse el labio para que no salieran gemidos de su boca, demostrando que al menos el no estaba sufriendo del todo, y darse prisa. Se intento olvidar, a duras penas, de todo a su alrededor; centrándose en sus fantasías de siempre para llegar cuanto antes.

            Suzaku se estaba muriendo de dolor. Intentaba relajarse, pero le era imposible. Apretaba fuerte sus ojos para frenar las lagrimas que se amontonaban en sus párpados, y cerraba sus puños en la chaqueta que había bajo él, apretando los labios.

            La velocidad de Yue aumentaba al hacerse consciente de que Suzaku se iba acostumbrando poco a poco. Aun así la obsesión de acabar lo más rápido posible se volvía en su contra esta vez, por la presión de su alrededor.

 

            Cuando por fin se vino en el interior del chico suspiro aliviado, apoyando su frente sudorosa en la espalda del otro susurrando unas palabras en un idioma que Suzaku no pudo comprender, o el dolor y el cansancio no se lo permitieron. Sintió entonces un dolor más fuerte, como si algo quemase sus entrañas. Pero tan rápido como había empezado, acabá.

            Al salir Yue de su interior tuvo la sensación de que iba a perder el conocimiento. Pero este le dio la vuelta con cuidado.

            - Se que es una tontería preguntarlo ahora pero, ¿estas bien?

            Suzaku no dijo nada. Solo pestañeó dejando que algunas lagrimas por fin rodaran por sus mejillas. A Yue se le oprimió el pecho, se sentía un animal por lo que había hecho, pero era por un bien mayor, eso lo justificaba... ¿O no?

 

            Subió el pantalón del pijama del chico, ya que este no parecía muy reacio a moverse, y lo envolvió una vez más en su abrigo. Le acaricio el pelo para intentar tranquilizarle y llamar su atención antes de hablar.

            - Suzaku...- dijo suavemente.- Te va a resultar doloroso, pero tenemos que irnos de aquí.

            El muchacho asintió y tras unos segundos comenzó a levantarse muy despacio. Le llevó varios minutos conseguir ponerse de pie, y una vez que lo hizo a penas conseguía caminar. Yue le miró con pena y durante unos segundos se sintió decepcionado por la decisión que había tomado ese mago que tanto había admirado, por implicar otras vidas por su egoísmo...

            - Escucha... Por culpa de ese hechizo ahora nadie podrá lanzaste ningún otro, ni siquiera yo... Así que no puedo hacer que se te pase el dolor...- Suzaku solo asintió y estuvo a punto de perder el equilibrio de no ser porque el mago le sujetó, medio abrazándole. Guardó silencio unos segundos.- Debemos irnos de aquí... La barrera ya no guarda esta zona.- continuó alzando la vista para acto seguido bajar a los ojos de Suzaku.- Si me transformo podremos ir mucho más rápido pero... ¿Podrás soportarlo?

            El chico asintió intentando olvidarse del dolor de su cuerpo. Espero mientras Yue cerraba los ojos y se convertía en el felino negro, este se acerco hasta él. Con un esfuerzo sobrehumano Suzaku se sentó a horcajadas sobre su lomo y soltó un sollozo por el dolor. Se reclinó sobre su lomo, como había hecho la noche anterior, y se abrazó a su cuello. Yue enroscó su cola en una de las piernas del chico para acto seguido comenzar a correr.

 

            Suzaku intentaba no protestar, no queriendo ser una molestia para el mago, que no hacia sino protegerlo. Avanzaban deprisa. Yue quería llegar cuanto antes para que le curaran las heridas al otro. Aunque llegar también supusiera una enorme reprimenda para él por lo que había hecho.

            De repente, algo sacó al felino de sus pensamientos. Definitivamente alguien los seguía. Aceleró lo máximo que pudo, pero la hierba alta que inundaba el paisaje no ayudaba en absoluto. La cabeza de Yue se llenó del pensamiento de que no debían atraparles. Eso era lo que le habían enseñado poco después de que empezara a tener uso de razón; si ellos morían no importaba, pero el enemigo no podía hacerse, bajo ningún concepto, con Suzaku. Las presencias que les perseguían iban ganando terreno. Yue sabia que sus perseguidores no tenían el mismo poder que él de transformación, entonces, ¿cómo eran tan rápidos?

            Intentaba acelerar más, pero eso equivalía a oír justo al lado de su oído a Suzaku protestando de dolor. Se arriesgó, valía más que no le capturaran que no sintiera tanto dolor.

 

            Sin embargo no sirvió de nada, las presencias aceleraron también. Las sentía justo a su lado y se estaba empezando a poner extremadamente nervioso, transformado en pantera era más rápido y tenía una mayor resistencia natural a los hechizos de ataque. Pero al no poder hablar, todo su organismo se transformaba en el de un animal y por tanto no podía articulas palabras, no podía utilizar su magia. Sus ojos miraban rápidamente a su alrededor buscando planes alternativos de escape. ¿Dónde estaban sus compañeros? Ya debían estar allí, el cielo se estaba aclarando.

            Giró, dirigiéndose al este. Si conseguía aguantar esa velocidad y que no les alcanzaran, ya estaría en los territorios de su maestro y sus perseguidores tendrían que desistir. Sintió cierto alivio al percatarse de que no todo estaba perdido y suspiró.

            Pero ese segundo que tuvo que relentizar para poder suspirar a gusto le costó caro. Sintió una presencia a su lado y se le encogió el corazón. Lo miró dispuesto a atacarlo aunque fuera con su mandíbula, y lo que se encontró le dejo confundido a la par que profundamente aliviado. A su lado se encontraba corriendo un guepardo que le miraba interrogante.

            Despacio y con cautela fue frenando. Girando la cabeza hacia atrás para encontrarse con un lobo castaño y un oso pardo, mirándole con cierto reproche y resoplando. Aunque él aun no estaba seguro de que fueran las únicas presencias del entorno.

 

            Según se detuvo ante él se transformó el guepardo en una chica de cabello castaño claro, por la nuca y desmechado, de ojos color jade. Era algo más joven que el mago y de estatura mediana. Y su rostro mostraba una expresión entre de enfado y confusión.

            - ¿Qué demonios te pasa?- dijo gritando en un susurro.- Llevamos kilómetros persiguiéndote y tú ni caso. A ver cuando aprendes de una maldita vez a distinguir presencias... Además Nanatsu- señaló al oso.- esta herido, ¿sabes lo que le ha costado seguirnos el ritmo?

            La pantera agachó las orejas arrepentido.

            - Déjalo para luego Hisui.- dijo un chico de edad semejante a ella. También con el pelo castaño claro, pero mas corto y los ojosnegros.- Ahora yo me preocuparía más por el chico. ¿Qué le ha pasado? ¿Está herido? Parece exhausto.- se dirigió a Hisui- Deberías curarle.- volvió a Yue.- ¿Por qué no lo has hecho tú?

            Este se apartó cuando la chica estiró la mano separando los labios para formular un hechizo de sanación. Negó con la cabeza.

-  ¿Qué te pasa? ¡Hay que curarle rápido! ¿No estas viendo su cara de sufrimiento?- se quejó Hisui.

            Yue volvió a negar con la cabeza.

            - ¿Cómo que no?- el chico le miraba sin entender.- ¡No le ves la cara porque no tienes detrás idiota!

            - Creo que no se refiere a eso Kazumi...- Hisui miró profundamente a Yue.- Si le has hecho algo, ¿verdad?- asintió.- Y ese algo no será el hechizo que creo...- volvió a asentir.

-  ¿Qué pasa?- protestaba Kazumi.- ¿Que hechizo? ¿Por qué yo no me entero de nada?- de repente se detuvo.- No... Yue, ¡dime que no has hecho eso! El maestro te matará...

 

            En ese instante oyeron un gruñido tras ellos. Era Nanatsu, el oso, que les gruñía metiéndoles prisa. No era momento para pararse a charlar, el también había sentido las otras presencias.. Kazumi se transformó rápidamente en lobo, siguiendo a Nanatsu que ya se había puesto en marcha.

            - No me gusta darle la razón a Kazumi pero... Es cierto Yue, sabes que al maestro no le hará ni pizca de gracia...

            Yue gruño, poniendo los ojos en blanco. Ni que el lo hubiera hecho porque quisiera. Al fin y al cabo, ellos no sabían en que consistía exactamente el hechizo, solo conocían su objetivo.

 

CONTINUARÁ...

 

 

Notas finales:

Hace tiempo que quería hacer algo fantástico relacionado con animales. Y como también quería que fuera yaoi(of course xD) salió esto.

Espero que os haya gustado y sigáis leyéndolo. Ya empecé a escribir el capítulo 2, pero cuando lo acabaré depende del tiempo que tenga y (sobre todo) la inspiración. Así que si tardo, lo siento mucho u_u


(Y si has leido la otra historia que tengo por ahí empezada, Diferente, lo siento muchísimo. Me quedé en blanco totalmente, pero está avanzando poco a poco^^U)


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