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Cotard Syndrome por Mad Alice

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Notas del capitulo:

Actualizo rápido para que vean que las quiero *////* XD

Además, quizás no tenga tanto tiempo de escribir esta semana...debo terminar de leer El Quijote ._. Me gusta y esperé mucho para leerlo, me encanta leer! Pero estoy contra el tiempo, y pensar en leerlo apurada me estresa =.= Deséenme suerte! ;___;

Ojalá les guste. Todo lo que conlleva el capitulo, las decisiones que se toman, etc...Y haganme saber sus opiniones :3!

Besos, lindas <3

 

-¿Y qué piensas hacer ahora? –Le preguntó, observándolo con esa mirada inexorable y serena a toda prueba-

Aoi era, por decirlo de alguna manera, una “mente insoluble”. Le estaba eternamente agradecido por cómo siempre mantenía la calma y analizaba las situaciones fríamente, pero no dejaba de sorprenderle. Eran pocas las veces en que el otro perdía el control de algo.

-Yo no puedo…-pausó, luchando con el nudo en su garganta- hacer que lo internen… -negó con la cabeza como si no pudiese creer lo que había dicho-

Un largo suspiro escapo de los gruesos labios del mayor. Parecía examinar cada palabra dicha, escogiendo ahora las correctas en su mente.

-Y… ¿Por qué no? –Continuó mirándolo- No quiero sonar insensible o cruel, tú lo sabes -aclaró rápidamente- Pero, piénsalo, Reita…si sigues intentando mantener el control, tarde o temprano se te escapará de las manos. Estarás exponiendo su vida. Ruki ya representa un peligro para él mismo…Tienes que entender que ya no está en sí.

-¿Tú quieres que lo interne? ¿Hablas enserio? –no estaba alterado, solo quería entender el punto al que su amigo quería llegar-

-Exacto.

Se produjo un silencio incómodo. Le perturbaba escuchar las cosas de forma tan, tan directa. Luego de unos segundos, con los ojos apartados de esa mirada profunda, asintió con calma y sin estar completamente convencido.

-Sé que tienes razón…

Aquella frase provocó al moreno a sonreír un poco más satisfecho.

-Yo no intento hacer que lo encierres en un psiquiátrico. No es eso a lo que quiero llegar, sólo a que veas la realidad de forma objetiva, y que pienses en todo lo que podría suceder si no se trata –por primera vez, una nota de tristeza se dejó escuchar en sus palabras- No estoy ajeno a esto, Reita…Pienso en lo mejor para él, me ocupo en eso, en lugar de lamentarme por lo que le está pasando…Así no resolvería nada –acarició su hombro- Piénsalo.

-Lo haré… -forzó una sonrisa-

Se levantaron. Era tarde, había sido imprudente llamar al guitarrista a esas horas de la madrugada, pero ese momento era el único en el que se encontraba solo; cuando Ruki al fin dormía.

-Gracias por todo –lo acompañó hasta el ascensor, solo a unos pasos del departamento-

-No seas idiota –sonrió sinceramente-

-Quisiera pedirte un favor…-rascó su nuca nervioso antes de que el otro ingresara al aparato- No le hables de esto a Uruha…

El más alto accedió sin preguntar. Un gran alivio… Siendo sincero, no podía confiarle algo así al castaño, siendo este demasiado impulsivo. En asuntos así, debía recurrir a la opinión más objetiva.

 

Como cada noche, le costaba dormir. Se había resignado, hace un par de horas después de que Aoi se había ido, y sólo se encendió un cigarrillo, sentado sobre las almohadas esperando pacientemente a que el sueño llegara por su cuenta. A veces acariciaba con sus dedos el cabello rubio de quien yacía a su lado, durmiendo no muy profundamente. De hecho, lo había visto abrir los ojos varias veces como un sonámbulo, y quejarse de forma poco entendible, para luego volver a cerrarlos y continuar con su sueño inquieto.

La conversación que había tenido con el mayor hace rato lo acechaba, sin poder evitarlo la repasaba una y otra vez. Repasaba las posibilidades, se replanteaba ciertas cosas…por ejemplo, a qué era capaz de llegar para traer al otro de vuelta. De qué era capaz…

 

Días complicados, noches en vela. Aunque no pasaron muchos más antes de que se decidiera definitivamente.

-Entiendo lo que puede estar imaginando ahora. Por lo general, las personas tienen esa misma idea en la cabeza –el anciano sonrió gentilmente, con sus manos tomadas sobre el escritorio, ese delante del cual ya había estado antes- Aquí no vamos a recluir a nadie de la forma en que lo muestra el cine, Suzuki-san. Descuide… Es un tratamiento médico.  

Asintió, esperando a que continuara.

-Se comienza con suministrar psicofármacos, antidepresivos. Cada paciente funciona de forma distinta, por lo que muchas veces estos medicamentos tienen efecto de forma instantánea, logrando que los episodios disminuyan en pocas semanas o días. Así como también pueden tardar bastante, con efectos casi imperceptibles. Por lo mismo, paralelamente se realiza la psicoterapia. En esta se lleva un registro de cómo se dan las cosas... 

Asentía a todo lo que el hombre detrás del escritorio decía. Tenía muchas dudas e inquietudes. No creía llegar a estar completamente seguro de lo que estaba haciendo.

-¿Cuánto puede tardar?...

-Bueno…como le dije, es diferente en cada paciente. No podemos prever cuánto tomará que vuelva a la normalidad.

¿Por qué nadie podía darle soluciones y respuestas concretas?

-Bien… -asintió por última vez-

-Usted puede tomarse todo el tiempo que necesite para pensarlo, es una decisión muy import—

-Lo antes posible…Quiero que empiece lo antes posible.

 

Ahora, debía hablar con el vocalista. Había sido idiota al acceder al tratamiento sin haber dialogado con él antes. No se podría empezar nada sin su consentimiento, pero al menos ya estaba informado. De todos modos, algo le decía que no sería fácil.

-¿Ruki?

Suponía que el menor no llevaba mucho tiempo despierto. Se había ido muy temprano, cuando el otro aún dormía, para no dejarlo solo durante la tarde. Al entrar al departamento, lo encontró recostado sobre el sofá, mirando el techo con una expresión neutra. Pareció no escucharlo. Ni se inmutó al oírlo entrar ni le dirigió la mirada. Desde ese día en el que había desaparecido, su relación no era para nada buena. Tenía suerte si el más bajo le dirigía la palabra por iniciativa propia.

Se inclinó a su lado.

-Necesito hablar contigo un momento…

Si el otro no se paraba y se iba, quería decir que estaba dispuesto a escucharlo. Ya era un avance.

-Pero necesito que escuches todo lo que tengo que decir, antes de responder cualquier cosa, ¿si? –Continuaba ahí, con la vista fija en el cielorraso- He ido…a hablar con el médico –el menor cerró los ojos y sonrió irónicamente-

Probablemente se lo esperaba. Qué idiota había sido…Tenía que haber comenzado de otra forma. Debió suponer que la palabra “médico” provocaría rechazo inmediato en el vocalista. La palabra “tratamiento” no sería mejor aceptada…

-Quisiera pedirte algo… -tomó, entonces, su mano, que permanecía quieta a un costado de su cuerpo- Y aunque finjas no hacerlo, sé que estás escuchando.

Esperó un momento algún tipo de reacción que no llegó.

-Pedirte que confíes en mí… -bajó la mirada con una sonrisa avergonzada- Sé que suena como un descaro…Pero te amo, y en el fondo tú también me quieres, Ruki…Por eso espero que lo consideres, y que sepas que todo lo que he hecho o dicho es por ti.

-Habla ya.

Alzó rápidamente la vista al oírlo. Para su sorpresa, el otro también se había vuelto a mirarlo.

-Está bien, Reita…

-¿Qué?

El más bajo se incorporó, quedando correctamente sentado. Se sentó a su lado, observando su perfil y sus ojos angustiados perdidos en algún punto de la alfombra.

-Ya sé lo que me vas a decir, Reita…Y no creas que estoy molesto…

No se esperaba eso. Hace tiempo no le escuchaba pronunciar tantas palabras.

-Y… ¿Qué es lo que te voy a decir?

-Quieres que vaya con ellos, ¿verdad?... –ocultó su rostro tras sus manos- He pensado…he tratado de ponerme en tú lugar… -por un momento, las palabras parecieron atorarse en su garganta- Y no puedo –calló, por varios segundos- Ni puedo lograr que tú me entiendas…no puedo lograr que alguien lo haga…Pero, quizás… -suspiró- Quizás lo mejor para ti sea que yo me someta a eso, para que al fin comprendas.

Era complicado explicar los dos sentimientos antagónicos que lo invadieron de pronto. Por un lado, la alegría de que Ruki haya accedido a un tratamiento sin que siquiera se lo haya pedido explícitamente. Por otro, que se sintiera obligado y sometido a hacerlo…que no tuviese la confianza en que podía mejorar.

-¿No te gustaría que existiera la posibilidad…de que…sigas…conmigo…como siempre?

Se sentía inseguro de preguntarle eso otra vez. El otro solo rió.

-Entraré a esto por ti, Reita. Sólo por ti.

Fue lo último que le dijo, sin responderle a lo anterior. En el fondo, tampoco esperaba que lo hiciera. Lo importante ahora no era eso…Lo abrazó, agradeciéndole.

 

A la mañana siguiente, el trayecto fue algo incómodo. Sentía miedo de que Ruki se arrepintiera a último minuto. Incluso, podría haber jurado que se sentía más nervioso que el otro. No quería dejarlo solo, pero tenía que hacerlo; no le permitirían estar con él durante las sesiones. Aquello sólo le hacía recordar la última vez que se había alejado de él, dejándolo con esas personas…

Entraron al hospital, uno junto al otro y de la mano, pero aún sin pronunciar palabra. Se dirigieron al gran mesón detrás del cual una enfermera que ya había visto antes hablaba cortamente por teléfono y anotaba datos en papeles. Les indicó a qué habitación entrar, y una incomodidad atacó su estómago al tomar con su mano el picaporte. Escuchó cómo un suspiro cansado salió de los labios del más bajo al entrar.

-Buenos días –los saludó el conocido anciano con el cual había hablado antes-

Hizo una sutil reverencia. El menor se mantuvo estático y fue a sentarse en un gran sillón junto a la ventana.

Lo miró alejarse hasta ver acercarse al médico y guiarlo fuera de la habitación otra vez. ¿De verdad tendría que dejarlo tan pronto?

-¿Cuánto dura…?

-No se preocupe… -arqueó las cejas a modo de insatisfacción- No creo que hable mucho.

-Estaré aquí –habló como si pidiera permiso, indicando las sillas en la pequeña e incómoda sala de espera- Sólo hablarán con él... ¿verdad?

-Por ahora, sí –hizo otra pequeña reverencia e ingresó al lugar-

Tal como esperaba, se arrepintió de todo al instante en que vio la puerta cerrarse, obstruyéndole la vista de Ruki sentado estático observando el exterior. Lucía preocupado… Deseó sacarlo de ahí.

Pero ya era muy tarde. Sólo le quedaba esperar…


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