Capitulo III: Mirando al pasado.
-¿Qué es lo que está pasando allí?-Era el rector que se acercaba atraído por los alaridos de dolor que ese chico soltaba, el moreno tomo de la mano a los dos chicos y corrió hasta detenerse en un lugar seguro.
-Aquí estaremos seguros…-Suspiro aliviado.-…bien Hisoka-sempai…¿Qué recuerdas?
Los mayores se vieron por uno instantes para después volver la mirada al moreno que infantilmente jugaba con sus dedos.
-No sé a qué te refieres cuando preguntas eso. -Respondió el rubio con cierto tono de frialdad en la voz.
El moreno no insistió mas, se dio la vuelta y camino de regreso a la escuela, os otros dos lo vieron como si fuera la cosa más extraña del mundo, pero aun así lo siguieron hasta unas largas escaleras que conducían al primer nivel, un tanto concurridas en la mañana pero a esa hora ni un alma había, tan vez almas sí, pero personas no.
-¡Espera!-Grito el castaño deteniendo al menor del brazo.
-¿Si?-Pregunto bostezando de forma larga y perezosa.
-¿A qué te referías con eso?-Fue Hisoka quien pregunto esta vez dejando que su curiosidad le ganara.
Daion sudo frio, no podía decir. “Te conozco de otra vida…¿Ahora me recuerdas?”
-Es que…una vez…te vi en la escuela elemental cuando era muy niño y tú me defendiste como ahora…-Fue la mejor escusa que se le ocurrió. Si funcionaba era porque tenía mucha suerte.
-Yo no te recuerdo.- Soltó frio y hasta amargado alejándose de ese lugar sin esperar a su hermano.
El moreno se quedo estático mirándole la espalda, hasta que sintió como algo en la bolsa del pantalón le vibraba, apenas si tuvo tiempo para tomar el móvil y responder, pero por su poca experiencia con aparatos como ese lo soltó por encima de la baranda de las escaleras, sabia del precio, por lo que intento tomarlo, pasando de largo, Hisoka volteo a tiempo para ver como el chico se caí de las escaleras, todo se detuvo como en cámara lenta, apenas si pudo rozar su mano, pero aun así no logro detener la caída y el sonido del cuerpo cayendo lo obligo a cubrirse los oídos y cerrar los ojos.
De pronto se vio a si mismo en un campo oscuro, con una árbol que se delataba debido a la posición de la luna, en ese lugar otras personas se encontraban, pudo distinguir su ropa, llevaba una bata blanca, una de las personas que se encontraban en ese árbol, empezó a apuñalar a la otra, tiñendo todo de rojo…
-¡Hisoka ayúdame!-Escucho a Hijiri llamarlo para que auxiliara al menor, abandonando sus recuerdos se levanto y corrió hacia Daion y Hijiri, el menor se sostenía el hombro, a pesar de todo sonreía feliz por que el móvil estaba intacto, incluso alzo la mano mostrándoselo al rubio.
-Mira, lo logre salvar.-Ante eso quiso golpearlo por su poco amor propio. Halo aire con la nariz listo para gritarle.
-¡Como puedes preocuparte más por un mugroso móvil, que por tu vida, eres un niño tonto, no sabes que si te lastimas tus padres se van a preocupar! –Frunció el ceño visiblemente.
-Yo me cu…-Daion se cubrió la boca, estuvo a punto de soltarle la verdad sobre su naturaleza.
-¿Tu qué?-Hijiri lo sostenía entre sus brazos, preocupado la tremenda caída.
-¡Yo soy muy fuerte! ¡Soporto mucho!-Se apresuro a gritar para levantarse sujetándose el brazo derecho.- ¡Ya me voy! ¡Nos vemos después!-Quiso emprender marcha pero las manos del rubio se lo evitaron.
-Tienes que ir a la enfermería para que te revise el doctor.-Halando lo obligo a caminar unos cuantos pasos.
-¡Quiero vivir, te lo juro, quiero vivir!-Grito el menor al sentir la presencia de Muraki muy cerca, también él sentía mucho miedo por ese tipo tan siniestro.-…Por favor Hisoka nii-chan, seré un niño bueno.-Rogo con un puchero abordable que enterneció al mayor, que lo soltó.
-¿Por qué no quieres ir?-Hijiri hizo que se sentara.
-Me da miedo los doctores.-En verdad le daban miedo.-…las agujas, la medicina…el demonio Muraki.-Eso lo dijo muy rápido y los otros dos no lo entendieron.
Rogar o pelear por que fuera era tiempo perdido, así que lo dejaron irse, pero el menor prometió verlos a la salida.
Lejos de sus objetivos de vigilancia, Dion respondió la llamada por la que se cayó, escucho las instrucciones con cuidado y afirmo, cuando la voz del otro lado pregunto:
-¿Hiciste lo que te pedí, y dejaste la carta?
-¡Claro! Ahora mismo está en sus manos la carta, no te preocupes Tzu-chan, lo cuidare bien.-Tuvo que colgar ya que volvió a percibir la energía de Muraki muy cerca, de seguro ese sujeto ya sabía de su existencia en el internado, y era cuestión de tiempo para un enfrentamiento.