TRIANGULO EQUILATERO
Todo triángulo equilátero consta de tres lados iguales
y tres ángulos congruentes entre sí.
Teniendo esto en cuenta,
su construcción puede
resultar muy
sencilla.
Todo comenzó en la mansión de la familia Géminis, una enorme residencia ubicada en las cercanías del Mediterráneo. Cada año, a mediados de primavera, Tatsumi, el antiguo mayor domo de la familia, ordenaba retirar la mayoría de los muebles de la sala para despejar la pista de baile ya que el señor Aspros celebraría un año más de la compañía de navíos “Castor&Polux”
Magnates de la industria naviera como el señor Solo o inversionistas extranjeros como la familia Kido se daban cita, así como los empleados de cargo más alto en la empresa de los Géminis. Por ello, Shion Goldaries se encontraba allí con su esposa Yuzuriza y su pequeño hijo Mu, él era uno de los arquitectos jefe de la compañía, quién diseño el navío más pesado y veloz de la compañía: “El Atlantis”.
-¡Saga! ¡Kanon!-gritó ya harto de llamarlos en un volumen modulado de voz el señor Aspros.
-¿Qué pasa, pa?
-¿Qué querés, viejo?
Ambos adolescentes se acercaron con desgano al mayor, odiaban usar esos trajes ajustados, zapatos, gel en el cabello y tener además que saludar a tantos desconocidos.
-Les presento al señor Goldaries y su pequeño hijo Mu-tras la túnica del hombre rubio y de altura imponente un niño agarrado con fuerza de la tela asomó, tenía los ojos verdes enormes y llorosos- su hijo no se siente cómodo entre tanta gente ¿podrían cuidarlo un rato? háganlo jugar ¿sí?
-Pero pa…
-¿tenemos cara de niñeras o qué?
-¡Kanon!-el grito del mayor le indicó a Kanon que ya había llevado a su padre al punto limité de su paciencia.
-Sí-aceptó mientras veía a su hermano extender la mano hacia el menor que la tomó desconfiado.
La habitación de los gemelos Géminis era tan inmensa como caótica. Apenas entraron Kanon se hecho sobre un puf y encendió su play.
-Papá dijo que cuidemos al niño..
-Bah, puedes hacerlo solo, señor perfecto ¿no?
-¡Kanon! Apaga eso.
-Apágamelo.
Como de costumbre la discusión de los gemelos acabó con ellos revolcándose a golpes en el suelo, no eran golpes sino más bien una competencia por quien era más fuerte. Sin embargo, esta vez algo que no era un grito de su padre los interrumpió, un golpe con la pelota de básquet que dio de lleno contra la cabeza de Kanon.
-No peleen, los hermanos no tienen que pelear-los regaño el pequeño con su dulce vocesita.
Los hermanos no pudieron más que echarse a reír que el pequeño hubiese tenido el valor de interrumpirlos.
-Los que interrumpen una pelea entre los Géminis merecen un castigo ¿cierto, Saga?
-Sí, esa ofensa necesita un castigo sumamente cruel-añadió el mayor acercándose intimidante al menor de ojos como platos del miedo-a la cuenta de tres huimos- agregó a su oído.
-Pues yo digo que lo agarremos a pelotazos.
-eso si nos alcanzas-lo desafío el mayor cargando al pequeño en sus hombros y saliendo corriendo del cuarto con él sobre los hombros.
-Jajaja ¡corran! ¡ya verán cuando los atrapé!
Por el pasillo desviando hacia la cocina, por la cocina hacia la puerta del garaje, por el garaje hacia la libertad.
-Es hermoso-comentó el niño sentado en la arena y contemplando el calmo mar.
-Yo… yo siempre… nadó más lejos… que… Saga-le comentó Kanon acostado a un lado suyo con la respiración aun agitada por la corrida.
-Mentíro…-Saga ya no tenía energías para discutir a causa de la maratónica huida con el agregado del pequeños sobre los hombros.
-Yo no sé nadar ¿me enseñarían?
Así comenzó.
Le enseñaron a nadar, a jugar guerra de almohadones, a robar dinero de la billetera del señor Aspros. Saga a nombrar todas las estrellas del firmamento mientras Kanon a enterrar a Saga en la arena cuando agotado el gemelo mayor se quedaba dormido. Sin embargo, para cuando Mu cumplió ocho y ya los gemelos contaban con dieciséis las cosas comenzaron a ser diferentes, ni a Saga ni a Kanon les interesaba mucho acompañarlo a armar castillos en la arena, siempre parecían tener algo más importante que hacer. Uno de esos días, cuando iba lloroso a contarles que su abuelo estaba enfermo y su padre se mudaría al Tibet a cuidarlo, el menor descubrió qué era aquello que les había robado a sus amigos.
-Kanon vamos a…
Se quedó de piedra cuando encontró al gemelo aplastando a otro chico sobre su cama… besándolo.
-¡Cierra la puerta!
Salió corriendo. Se suponía que Kanon estaba estudiando con un amigo, al menos eso le había dicho Tatsumi. Iba saliendo cuando Saga entró…
¿Al cine? Excelente idea, podríamos ir a caminar por la playa luego y…
-Saga-tironeó el brazo del mayor que lo miró, revolvió su cabellera lila y siguió adentrándose en su casa más concentrado en su conversación por celular.
Los odiaba. Los odiaba. Los odiaba.
Los odiaba pensó mientras empacaba y se limpiaba las lágrimas.
Los odiaba pensó mientras se subía al auto.
Los odiaba pensó mientras esperaba por su abuelo.
Los odia…
-Eh, oveja ¿dónde vas sin siquiera despedirse?
-Papá nos dijo, Mu, ¿por qué no nos dijiste?
Los amaba.
Los abrazó con desesperación.
Les prometió volver.
Y cumplió.