Historia creada y escrita por Megami Naru
Personajes de Masashi Kishimoto ©
Capitulo 1.- Sentimientos olvidados.
Sentados en la terraza de un café, tomando un refresco y hablando amenamente, se encontraban un rubio de ojos tan intensamente azules como las aguas del pacífico y un pelirrojo con ojos turquesas remarcados con unas oscuras ojeras.
- ¿Estás seguro de esto Naruto? – decía el pelirrojo serenamente, pero con un leve tono de preocupación en su voz.
- Nunca en mi vida he estado más seguro de nada Gaara – el rubio miraba a su amigo con una sonrisa conciliadora en los labios – No te preocupes, ya verás que todo saldrá bien.
El chico de las ojeras suspiró aún no muy convencido y le dio un sorbo a su té, sabía que el ojiazul ya había tomado su decisión y que nada ni nadie le haría cambiar de parecer.
- Esta bien Naruto, sabes que te voy a apoyar y que para lo que necesites allí estaré – el pelirrojo empezó a darle vueltas a la taza que tenía delante mientras no le quitaba la mirada de encima a su amigo. – Solo quiero que seas consciente de que a partir de hoy tu vida dará un giro radical.
Naruto solo atino a ampliar su sonrisa mientras le mantenía la mirada a su interlocutor.
-Ya lo hizo hace meses, cuando me enteré de la llegada de Kyo...
El tono de llamada de un móvil interrumpió la conversación y el rubio metió la mano en el bolsillo de su cazadora para sacar el teléfono y contestar.
- ¿¿Diga?? – una voz femenina hablaba del otro lado del teléfono – Ahá....Sí, ya voy para allá.
El rubio colgó y se guardó el teléfono de nuevo en el bolsillo.
- Es la hora – dijo levantándose de su silla – Tengo que ir a firmar, ¿vienes?
El pelirrojo se puso en pie y sacó un billete de su cartera para entregárselo a una camarera que servía en la mesa de al lado.
- Toma, cóbrate lo nuestro y quédate con el cambio.
La chica no tuvo ni tiempo para dar las gracias por la generosa propina, ya que los dos jóvenes habían salido con paso rápido del lugar directos hacia las puertas del gran hospital que se ubicaba justo en frente de la cafetería.
OOooOO
El día había amanecido despejado. El radiante sol unido a una ligera brisa fresca lograban crear una temperatura perfecta para salir a la calle y disfrutar de un estupendo momento de ocio.
En esa hermosa mañana de finales de septiembre la U.K. (Universidad Konoha) abría de nuevo sus puertas, después de un largo periodo de descanso por las vacaciones de verano, para recibir a los alumnos que ese año empezarían un nuevo curso.
Justo en la puerta principal del gran campus paraba en ese momento un Mercedes Benz negro con las lunas tintadas.
La puerta del copiloto se abrió y de ella salió un chico alto, de cuerpo delgado pero no en exceso, tez pálida, ojos negros y cabello azabache con un curioso peinado.
Su cabello corto y levantado en picos por detrás, contrastaba con los dos largos mechones lacios que caían por los laterales, enmarcando su rostro de delicadas facciones, y su trasquilado flequillo que le llegaba justo por encima de sus finas y oscuras cejas.
Vamos, que el chico era lo que se podía llamar un regalo para la vista.
- Nos vemos luego ototo baka – le dijo un hombre también de cabello azabache, pero totalmente lacio agarrado en una cola baja, que estaba sentado frente al volante del auto.
- Hmm – Fue la escueta respuesta del más joven, mientras cogía su mochila y se encaminaba hacia la entrada levantando su mano izquierda en señal de despedida.
Sasuke Uchiha que era el nombre de este joven, que en estos momento caminaba hacia uno de los muchos edificios que componían el campus de U.K., se caracterizaba entre otras cosas por su escaso don de la palabra, era un chico serio y calmado, no le gustaba socializar en exceso y su carácter se definía sobre todo por su orgullo y arrogancia.
Tenía 23 años recién cumplidos, y este que comenzaba sería su cuarto año en esa universidad. Después de terminar una diplomatura en tres años con excelentes notas se disponía a empezar su primer año en la carrera de derecho.
Cuando llegó al edificio correspondiente a su facultad, sacó el horario de su mochila y miró cual sería su primera clase, se acercó al pequeño mapa que había en un tablón nada más entrar para situar el aula donde se impartiría y se dirigió directamente hacia ella sin hacer caso de los grupitos de estudiantes que se empezaban a formar para entrar juntos a las clases.
Entró en silencio al aula y buscó un lugar para sentarse en las gradas de en medio, junto a la ventana; ni demasiado cerca del profesor, no vaya a ser que le tocase el típico maestro que mientras te explica también te ducha en saliva en un 2x1 como en los supermercados; ni demasiado lejos en las últimas gradas, donde se solían sentar los estudiantes que parecía que venían a ejercer de marujas cotillas en vez de a estudiar.
- Aaah Mendokuse – escuchó que alguien decía mientras se sentaba al lado suyo.
Reconocería esa voz en cualquier lado, así que giro la cabeza para observar al que durante muchos años fue uno de sus compañeros en el colegio y el instituto.
Levantó una ceja contrariado, ¿qué demonios hacía Shikamaru allí?
Shikamaru era un chico de ojos negros y pelo castaño oscuro, amarrado en una cola alta. Era muy inteligente, con él se podía mantener una interesante conversación, si no fuese por su actitud dejada y su elevado pasotismo por casi todo. A pesar de eso, era una de las pocas personas que el azabache aceptaba en su cerrado circulo de conocidos.
- No me mires con esa cara Uchiha – dijo cansino – Si por mi fuese no estaría aquí en estos momento, pero mi madre me sermoneó diciéndome que tenía que hacer algo de provecho con mi vida... Las mujeres son taaan problemáticas.
Shikamaru se dejó escurrir por el respaldo de la silla, quedando en una postura “desparramada” por decirlo de algún modo.
- Hmm, si yo tuviese un hijo tan vago como tú, todo el día durmiendo y jugando al shōgi, también lo sermonearía – replicó el azabache con una sonrisa de medio lado.
- Bueno los dos sabemos que hay pocas probabilidades de que tengas un hijo – dijo burlón el de la cola, refiriéndose a los gustos sexuales del otro (Shikamaru también era uno de los pocos que sabía que Sasuke era gay) – Pero si algún día de casualidad lo tienes, sin duda serías una gran mamá.
El castaño sonrió al sentir un golpe del moreno en su brazo izquierdo.
- Cambiando de tema, ¿has escuchado los últimos rumores?
- Shikamaru, si hubiese querido enterarme del último cotilleo me hubiese sentado con la jauría de marujas del fondo – el moreno apoyó sus codos en la mesa y descansó su mentón en sus manos enlazadas mirando al frente con cara de póker.
- Hmmm, ¿recuerdas a Uzumaki Naruto?
Eso si llamó la atención del azabache, que miró a su compañero de reojo ante la mención de ese nombre.
Como no iba a recordar a Naruto.... Estuvieron prácticamente toda la infancia juntos, viviendo puerta con puerta y estudiando en el mismo colegio.
El rubio había sido una parte importante de su vida, la única persona además de su madre y su hermano capaz de sacarle una gran sonrisa sincera. También fue un gran apoyo después de la muerte de su padre tras una larga enfermedad.
- ¿ Qué pasa con él? – intentó no parecer muy interesado con el tema.
- Al parecer ha vuelto a Konoha – dijo el castaño tranquilamente – Y está aquí en esta universidad.
Aunque por fuera pareciese tranquilo, por dentro el corazón de Sasuke empezó a bombear con más fuerza de lo normal.
Ese rubio gritón, que siempre le andaba buscando bronca, revoloteando alrededor suyo con esa energía interminable que le caracterizaba y que le regalaba sonrisas que iluminaban su día a día, se había ido de Konoha cuando tenían doce años ya que se mudaron de ciudad por causas del trabajo de su padre.
Y ahora había vuelto y, sin ni siquiera haberlo visto, sin ni siquiera habérselo propuesto, ya había volcando de cabeza la vida del azabache, consiguiendo que de un recóndito lugar de su corazón reflotaran un sin fin de recuerdos y sentimientos que hasta hace un momento mantenía en el olvido...
Continuará....