En el frio y la humedad no había lugar para el amor y el vacio.
Por esta autopista confieso, estaba perdido en las páginas de un libro lleno de muerte, leyendo cómo moriremos solos y si un dios nos ignorará y se acostará a descansar sin importar el cualquier lugar que vayamos.
En tu casa deseo estar. Cuarto por cuarto. Pacientemente esperaré por ti allí como una piedra, esperaré por ti allí solo.
Y en mi cama de muerte rezaré a los dioses y ángeles como un pagano a cualquiera que me lleve al cielo, a un lugar del cual recuerdo que estuve allá hace mucho tiempo, el cielo siempre descolorido. Y me condujiste hacia allá.
En tu casa deseo estar. Cuarto por cuarto. Pacientemente esperé por ti allí como una piedra, esperé por ti allí solo…solo.
Todo lo que leí hasta que el día pasó y me lamenté por todas las cosas que había hecho, por todo lo que bendije y todo lo que hice mal; en mi muerte me lo pregunté.
En tu casa deseo estar. Cuarto por cuarto. Pacientemente esperé por ti allí como una piedra, esperé por ti allí solo…solo.
(Du… duele…). Abrió los ojos de susto, teniendo de frente el oscuro cielo y la luna en cuarto menguante brillando igual que siempre. (Hola, compañero…). Levantando un brazo a su abdomen descubrió la falta de este.
-qué tontería…- la sangre se le aglomeró en la garganta, impidiéndole hablar. (Seguir vivo dividido en dos… ¿Quién es responsable de tal chiste?). Segundos después el dolor se intensificó obligándole a gritar con miedo y fuerza-¡demonios…!- (ya basta, déjame morir). La regeneración de los órganos internos y la columna fue rápida y dolorosa, nublando su vista y mareándolo de tan horrible que se sentía.
-¿Qué planeas…? ¿Dejarme vivo para hacerte compañía…?- cada palabra gastaba más su energía, pero estaba seguro de que tenía que interrogar al astro que consideraba una persona, la única que siempre estuvo a su lado- piensa un poco en mi… ¡me duele, joder!....
Las horas pasaron con los únicos sonidos de sus quejidos y la sangre que caía causando un eco con ritmo.
(Luna ¿te acuerdas de aquel libro que leíamos?… decía… decía que la única muerte es cuando nadie te recuerda). Unas lágrimas brotaron de sus ojos pero sus extremidades ya no le respondían para secarlas. (Nunca lo entendí… pero tampoco entiendo con que motivo lloro y siento ésta terrible presión en mi corazón… no es ansiedad… tampoco histeria u odio…), agitó la cabeza para despejar su vista que a momentos se desorientaba o borraba.
-es miedo- el sentimiento era intenso, casi tanto como el negro del cielo, el negro de su hueco, el negro del vacío que siempre tuvo y que nunca deseó cargar.
(Esto es una insensatez. Ulquiorra Ciffer nunca será recordado por nadie… entonces… estás pensando en tu bien… solamente yo te recuerdo).
La fuerza se apagaba lentamente así como el frio desapareciendo llevándose las demás sensaciones; claramente, o siendo una alucinación, la luna hizo ruido y lo miraba con una enorme sonrisa. (¿De qué te ríes?).
-no quiero morir.
La escuchó hablar con una voz quebrada y apenas entendible, con un esfuerzo sobrenatural.
-no quiero morir.
(Cierra el hocico… nunca dije que ese libro tuviera razón, aquí únicamente moriré yo).
-quiero que alguien me recuerde.
Distorsionaba esa sonrisa lunar por las lágrimas. Tragándose el amargo trago pudo responderle.
-…no seas tonto… alguien se va a fijar en ti… si sigues vivo seguramente….
-…aun habrá esperanzas.
(¿Qué?) Pronto comprendió esa voz, era él mismo, sus deseos que siempre ocultaba. (No quiero morir… ¿es lo que dices?). El llanto se intensificó. (Tienes razón).
-no quiero morir- decidido se quiso levantar pero ya ni siquiera sentía que fuera su cuerpo. (Sin Grimmjow, sin los espadas, sin mi mismo… quiero reparar mi vida)-¡aaaahhh! Me equivoque pero aun quiero… quiero que me ayudes…
-¿Qué quieres?
-quiero…- se retorció al acalambrársele el cuello, distorsionando aun más el cielo que ahora se presentaba blanco, una noche blanca. (¿Vivir? ¿Cómo? Ya no entiendo su significado)-…sostén mi mano y ayúdame… ¡AAAAAHHHHHHH!- todos los huesos le tronaron cuando la regeneración trató de componer las contusiones en la cabeza.
-espera allí como una roca y alguien te va a mirar.
Un líquido caliente le llegó hasta las manos, dándole un leve aliento. (¿Qué es esto? ¿Por qué no puedo moverme?). Al darse cuenta de su situación se asustó internamente, trató de pedir ayuda pero únicamente emitió un leve gemido. (Moriré… moriré…). Con significante esfuerzo abrió los ojos, dando con la luna. (Que hermoso…). Los cerró otra vez con la mente en blanco, deseando vivir.
(Seamos razonables…no hay nadie aquí…). Se volvió a quejar en voz alta. (Nadie… momento). Recordó que había estado conversando con alguien muy amable y que prometió socorrerlo. (Si lo llamo… seguro vendrá).
-..ah…- como si le cortaran la garganta con pequeñas navajas le salían las palabras. (Debo hacerlo… debo llamarlo…)-..yuda…-mirando fijamente al frente, a la luna que gritaba que tomaría su mano. (Gracias… gracias por ayudarme. Te debo todo… gracias). Estiró la mano esperando la fuerza que no le permitiría caer en ese torbellino de muerte. (¿Qué esperas…? ¿Piensas abandonarme?). Las energías se consumieron y tuvo que dejarla caer. (Ayúdame… y te entregaré todo lo que tengo).
-¡resiste!- más cálida que la sangre era la palma de quien tomaba su brazo con fuerzas- no te rindas- prometió que no lo haría pues sí vino en su socorro. Al verlo, ese ser desprendía toda un aura brillante. (Definitivamente eres la luna… mi salvador).
Los latidos de su corazón de ir al ritmo de los pasos de ese extraño se fueron alentando a uno por segundo y después a uno cada tres segundos. (Perdón… no podré agradecerte pero fue un lindo final). Se acomodó en el pecho de quien lo cargaba, descansando tan plácidamente.
-¡No te mueras, maldición!- obligado por esa voz abrió los ojos. (Tengo sueño).
-…t…
-vamos, habla.
-…te…- (debo agradecerte… y decir esta estupidez que aun así considero tan segura). Se volvió a acostar oyendo la aceleración de ese cuerpo mortal que se camuflajeaba con el de un dios.
-por favor, sigue conmigo, sigue, yo voy a cuidarte, nunca te abandonaré. Quédate conmigo. Te voy a ayudar- (eres muy guapo… demonios… si tuviera más tiempo sé que me hubiera gustado estar contigo siempre).
-…te… amo-le susurró al oído completamente seguro de ese desacierto sin fundamentos.
Mirando los ojos del hombre dio con que era lo único que no brillaba. (Parece que tienes un hueco… ¿me hubieras dejado llenarlo?).
Una corriente, quizá el último gramo de fuerza se concentró en la sorpresa de ser besado por su héroe. (Te amo… lo confirmo… gracias). Se le enfrió el cuerpo en esos aproximadamente 15 minutos que lo besaron pasivamente como un caballero que enseñaba a besar a un novato. Le sonrió cuando terminó, despidiéndose. (Te encargo… ya no lo soporto… voy a dormir, así que, dios, cuida de mí, por favor).
-duerme, yo me encargo.
Se le enfriaba el cuerpo, no le prestó atención hasta que lo empujaron a la orilla de la cama. (Byakuya… ¿Por qué siempre se mueve tanto y roba la cobija?). Se levantó en el ante brazo para jalar la cobija, cosa difícil pues el otro la sostenía y la aplastaba con su cuerpo puesto de lado y dormido profundamente.
-aah… todas las noches es lo mismo- se quedó observándolo para al final sonreír y besarle la mejilla- me llevaste un susto cuando desperté, no te reconocí… cuando entraste a recoger el cristal sólo podía pensar en dónde estaba ese dios que me salvó para agradecerle con lo que quisiera- se alzó para acomodarse del lado contrario, de frente al burgués- que bueno que no te reconocí o me hubieras hecho pagar con sexo jaja- se acurrucó entre sus brazos y la sabana, escuchando latir el corazón de su novio y su respiración tranquila. (Ese día la luna me cumplió mi deseo: tú). Lo apretaron suavemente, acomodándose Byakuya.
-Ulquiorra… es mío…- habló dormido su pareja, posesiva incluso en sueños.
-así es, luna, así es.
Extra
-como aun es merecedor de una sanción por bajar su nivel de eficiencia- aclaró su jefe- tendrá que hacer el papeleo del mes que viene usted solo.
-siempre lo hago yo solo- gruño irónico.
-tres meses- (eso me pasa por abrir la boca).
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-Renji- lo llamó mientras escribía en el escritorio con el gato de Ulquiorra en las piernas.
-sí, capitán…
-Ulquiorra me comentó algo muy interesante sobre cómo lo llevaste a mi celda…
-le juro que…
-¡no te hagas pendejo! ¡¿Qué le tocaste, infeliz?!
-yo…
-¿sabes qué? No me importa. Bankai, zembonsakura kageyoshi.
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-jaja, pensar que Byakuya dijo que sería mala idea venir solo al treceavo escuadrón.
-Uruki-chan, no esperaba verte- le dijo el capitán de este.
-me haría un favor, por millonecimaquinceava vez, llamándome Ulquiorra.
-Uruki-chan- (pinche gente castrosa).
-vengo a entregarle estos documentos e incitándolo a que no los entregue unos segundos antes del plazo.
-sí, lo que digas. Toma unos dulces.
-ah, gracias.
-¿Cómo te fue, Uruki?- le preguntó su novio que no veía entre las bolsas que cargaba.
-odio los dulces…- le respondió empalagado a más no poder y por las bolsas que contenían aun más golosinas.
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-vestido.
-traje.
-vestido.
-traje.
-vestido y corto.
-no he aceptado ni que sea un vestido ¿y le aumentas que sea corto?
-vestido, corto y sin espalda.
-no, me niego. Soy hombre y como tal no usaré un vestido.
-te haré un estriptis en la noche de bodas.
-…
-¿entonces vestido?
-…pero yo lo escojo… ¡maldito seas, Byakuya!
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-estuvo buena la boda, trague como bestia.
-eso eres, Grimmjow.
-arrg, si tú me alimentaras como debes.
-te doy de comer cuando vienes a la casa.
-no hablaba de esa “comida”.
-asqueroso.
-aah, nunca me casaré, esas chingaderas son para ñoños pendejos que no confían en el otro, además son caras y son para hacer sentir bien a la chica ¿cierto, Ichigo?
-¡chingas a tu madre!
-Ichigo… Ichigo, no te enojes… no sabía que querías… ¡Ichigo!
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-Grimmjow.
-dime, Ichigo.
-…
-…mmm
-pues sí…
-claro.
-¡ERES UN IMBECIL, CABRÓN! ¡¿QUÉ BANCO ROBASTE PARA COMPRAR TODO ESTO Y ESTO Y ESTO Y ESTO Y ESO?!
-ah…uno con patas y apariencia de chica…pero ya no recuerdo su nombre.