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Príncipe Vs. Pato por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

Hola, pues aquí comenzará la última batalla importante, si no me equivoco -escribí el cap hace tiempo, x eso lo digo así-, bueno, no recuerdo más aclaraciones, así que Enjoy~!

La fuerza del corazón contra la oscuridad. El compás de los latidos del corazón.

Tras el ataque, Uruha seguía inconsciente, pero bajo cuidados dentro del castillo, mientras el resto regresaba a discutir el asunto, junto con Yosh y sus hombres.

-ha venido porqué creyeron que toda la magia del otro día fue suya, buscaba ese poder… y volverá hasta obtenerlo-

-y ¿ustedes cómo saben todo eso?-

-te lo dije esa vez en la taberna, nosotros alguna vez fuimos salteadores, un día uno de nosotros fue atraído por la oscuridad, dejamos de verlo… fue terrible, porque es la persona que yo amo, así que la oscuridad se hizo mi enemigo, fui y rescate a Hide, ahora nos dedicamos a detener la oscuridad…-

-y ¿quién les va a creer eso? e.é- señalo Hyde desde una esquina del salón, del otro lado se encontraba Gackt, muy distraído con actitud melancólica.

-¡yo!, consejero, lo que este hombre dijo aquella vez fue cierto, y pelearon frente a nosotros contra la oscuridad, yo les creo… y les pido que se unan a nosotros para derrotarla-

-¡Aoi!, tampoco podemos aliarnos así como así con forajidos…- salto a poner su argumento el militar.

-ya lo dejaron, Kamijo, necesitaremos ayuda, viste como las dagas de Miyavi cayeron al suelo sin causarle daño, ataco de frente a Uruha aun suponiendo que es dueño de un gran poder, y los ataques con bombas que Aoi sufrió y luego también en el rescate de Uruha- explicaba Reita a los presentes, tratando de convérselos para que apoyasen a Aoi.

-bien, tenemos más ayuda y ¿luego?- señalo con molestia Hyde.

-este dragón, era falso, por decirlo así, el verdadero lleva en su interior la espada de la oscuridad, necesitamos que ese hombre, el que la fabrico…-

-Sakito- apunto Hizaki.

-sí, él… una vez que la recuperemos sólo él podría controlarla…-

-y ¿quién está detrás de todo?- pregunto Aoi a Yosh, este se voltea a verlo para responderle, dando una atmosfera de diálogo entre ellos.

-no tengo idea, creíamos que la espada se había salido de control y era la causante de todo, no que hubiese alguien dominándola…-

-alguien tuvo que lanzar las bombas-

-son aquellos que se han sometido por completo a la oscuridad, han perdido toda humanidad…-

-supongo que esa es suficiente información… Hizaki, iremos de nuevo al lago, ya conocemos el lugar bastante bien, Kamijo no habrá intervención militar, sólo nosotros, así que traigan a Sakito-

-Aoi-san… Miya me dijo que Sakito… él, se ha vuelto a ir, sólo se despidió-

-vaya novedad, es un cobarde!- grito el militar con bastante coraje.

-sin ese hombre no vale la pena arriesgarnos- acabo el castaño claro.

-también dijo que volvería pronto…-

-¿qué, otros cinco años?… lo siento mucho Hizaki-san pero tu primo es un dolor de cabeza- termino por sentenciar Reita.

-no sean tan malos con él, si dijo que regresaría no tardará en hacerlo, además con esos cuerpos lastimados sólo serían un estorbo- señalo Yosh observando las manos de Hizaki y el torso de Kamijo -cuando estén recuperados nosotros volveremos, y tal vez Sakito ya este con ustedes… Señores, con su permiso nos retiramos-

-espera!… les es mucha molestia presentarse, quiero darles las gracias por salvar a Uruha…-

-no fue nada, Aoi-sama, mi nombre es Yoshiki, pero últimamente Taiji me dice Yosh- el aludido saluda con su sombrero oscuro a los presentes, mientras el resto se presenta, acabadas las formalidades se retiran, dejando a los nobles la tarea de encontrar a Sakito, o simplemente esperar a que regrese.

-*-

Uruha pasó casi un día entero sin reaccionar, bajo los cuidados de todos (a Aoi lo ponían lejos, lo que necesitaba el rubio era calma en su cama… no al fogoso pelinegro n//n) fue recuperando fuerzas poco a poco. El castillo fue protegido con magia, por sí la oscuridad regresaba el ataque.

En la taberna de Miyavi apareció Sakito dos días después, herido y bastante maltrecho. Así pasó cerca de una semana antes de que pudiesen organizarse correctamente. Fue hasta cuando Yoshiki y su grupo volvió que tuvieron todo listo para detener la amenaza que se cernía sobre ellos y su Territorio.

-¿seguro que quieres ir? Podrías estar débil aún…- Aoi veía a su amado con mucha preocupación, aún tenía muy claro el recuerdo de verlo casi convertido en fantasma.

-estaré bien mi amor, ya tranquilízate- el pelinegro se le acerca para poder besarlo…

- >.< au!… i.i ¿qué fue eso?-

-¬¬ deja en paz a Uruha, aún está débil- le recriminaba su primo

-sí claro, puede ir con nosotros a pelear, pero no lo puedo besar porque está débil-

Sin aviso el rubio menor lo jala hacia él y besa al pelinegro muy divertido de sus rabietas.

-*-

 -Ah!… Sakito… ah, ah, ah…-

-Miya siempre tan estrechito…- las manos de Miyavi estrujaban la almohada bajo su cabeza, mientras hacia un esfuerzo por soportar el dolor de la intromisión del miembro del pelinegro. El mayor se detiene para dejar que Miya se acomode a la sensación, y lentamente comienza las estocadas sin dañarlo más.

-unm… ¡ah, más…Sakito más!- la lentitud del pelinegro es una tortura deliciosa, pero su cuerpo pide más de ese placer…

-nee~ ¿más profundo?- el tono ronco y profundo de la voz del mayor llego a los o oídos del menor, causando aún más excitación en todo su cuerpo que se removía bajo su peso, buscando demostrar sus verdaderos sentimientos.

-aah!… sí, más… ah…-

La pequeña cama de Miyavi se movía al compas de las estocadas que Sakito daba en su entrada, siempre era lo mismo, apenas se recuperaba de sus heridas el demonio negro le decía a Miyavi “tengo que agradecerle a la vida, me pude haber muerto, pero ahora estoy mejor que nunca…” y la forma en que ‘agradecía’ era tomando posesión del delgado cuerpo del menor, por eso Miyavi se sentía incomodo, aún así sabía que Sakito le amaba… muy a su manera.

-¡Ah… Miya!… te amo- era lo último que le susurraba al oído el demonio negro, mientras su interior era llenado por su escancia.

-y yo más, por aceptarte con todos tus Enormes Defectos- sujetando el cuello del mayor para acercarlo a él y besarlo, evitando cualquier reproche por su protesta con tintes de puchero.

-¡MIYAVI, ¿ESTAS AHÍ? BUSCAMOS A SAKITO!…-  los cabellos se le pararon de punta al mencionado tabernero al escuchar el grito desde las escaleras que conducían de su lugar de trabajo a su habitación, interrumpió el beso y mando a Sakito al suelo para poder levantarse y responder al llamado antes de que alguien subiese y los encontrara así.

-POR SUPUESTO, ENSEGUIDA LO HAGO BAJAR!-

-*-

Aún era pleno día mientras los cinco hombres avanzaban entre el bosque, sigilosos y atentos, para llegar al lago donde habían quedado de reunirse con el grupo de Yoshiki.

El lugar había sido transformado por las batallas anteriores, se podían ver las huellas de dichos enfrentamientos en los árboles y el suelo, entre las rocas y el perímetro del claro que rodeaba al lago.  Una vez que se avistaron entre los diez presentes buscaron comenzar su plan.

-bien, ya estamos todos ¿no?- inquirió Sakito.

-nosotros también podemos ayudar- la voz salía de entre el bosque, descubriendo el avance de Ruki y Kiyoharu que aparecían.

-¿Ruki?…- respondía con extrañeza el rey de Ascort.

-qué hacemos aquí ¿cierto?… pues nada, he venido a ofrecer mi cooperación en este asunto, Kiyoharu me ha mostrado lo grave de la situación, y supuse que podíamos ayudar en algo *u.u por su trabajo y la situación ya casi no pasa tiempo conmigo…*-

-ah, bueno… yo, no sé ¿Sakito, Yoshiki?- solicitaba la opinión de quienes consideraba responsables del resto del grupo.

Uruha se encontraba un tanto escondido entre Hizaki y Kamijo, oculto de la vista del demonio de fuego, pero él sí lo podía ver bien, se emociono de poder volver a verlo con un ánimo tan recompuesto, se sentía muy agradecido del cambio que parecía haber sufrido el antes rey de Gazz.

-por mí no hay problema- comenzó a hablar el demonio negro -hacemos buen equipo, la espada de Kiyoharu le hace buena comparsa a la de Kamijo, y el leoncito tiene habilidad, sólo es cuestión de que encuentre su lugar en la alineación que planeamos… *¬¬ ¿porqué presiento que Miyavi tiene algo que ver con que estos estén aquí?*-

-¿Ruki rey de Gazz y su General Mayor?…- inquirió con bastante interés el de cabellos largos y castaños.

-así es, Yoshiki-san estos hombres pueden ayudarnos mucho…- por fin se animó a participar el patito y de paso descubrirse ante el demonio de fuego para poder observar su reacción.

-Uruha… ¿también has venido a pelear? ¿ya estás bien?- los ojos del rubio más bajo se volcaron a encontrar al menor, con una emoción no disimulada.

-tanto tiempo Ruki…- fue todo lo que contesto con cierta reserva el aludido.

-bien, ya que todos estamos de acuerdo, este es el plan: Uruha y Aoi harán una pequeña explosión de magia con sus cristales… la oscuridad y lo que esté tras de ella vendrá tarde o temprano, y cuando eso suceda, Yoshiki nos hará el favor de comenzar el ataque causando el mayor daño posible con su espada de luz, Hizaki y Ruki deberán ayudar a los demás con hechizos de luz y fuego… Kiyoharu, Kamijo y Aoi, son nuestros respaldos…-

-¿y tú?- pregunto el demonio de fuego al notar que Sakito se omitía a sí mismo en el plan.

-yo iré al final, en cuanto la oscuridad sea débil tendré que buscar la forma de controlar la espada, después de eso todo es incierto, porque sólo hasta ese momento podremos conocer a nuestro verdadero enemigo…-

-¿nunca tienes planes con un fin seguro?- le señaló Ruki con algo de burla.

 

-mira leoncito, puedo tolerarte, pero sí quiero te puedo devorar! Así que no compliques tu situación…- le contesto con bastante furia.

-Sakito, ya- busco apaciguar los ánimos el rubio amante de Aoi -no es momento, hay que comenzar, entre más tarde comencemos la oscuridad se hará más fuerte…- dando justificación a su preocupación.

-está bien, está bien-

Uruha camino hacia el lago, al acercarse a la orilla se hincó y con dos de sus dedos hizo saltar un poco de agua en un listón que se iluminó como el arcoíris por el efecto de los rayos del Sol. Cerró los ojos y comenzó un conjuro, sólo moviendo los labios, mientras las frases se repetían en su mente, el líquido se torno estable en el aire y en un instante había tomado la forma de un gran dragón de agua. Abrió los ojos y lo contempló unos segundos, se levantó y a mitad del claro lo esperaba Aoi, en cuanto estuvieron uno frente al otro, sus miradas se cruzaron, manteniéndose así hasta el final. Entrelazaron una de sus manos con la del otro, a la altura de sus hombros; aparecieron ambos cristales flotando entre ellos, sin limitar el espacio de estos, ambos se acercaron para besarse con profundidad.

De los pilares comenzaron a surgir destellos azulinos y verdes, mezclándose los de unos con los otros, aumentando tonos turquesas y violetas, creando de nuevo un destello similar al de una aurora boreal. Los destellos se incrementaron, iluminando todo el claro, para después contraerse hasta formar un solo haz que salió disparado contra el dragón líquido. El animal no parecía estar sufriendo daño alguno, sólo se iluminaba tanto que era imposible verlo, todo acabo con una gran explosión sorda, sólo gotitas de agua y partículas de luz que llenaron todo el espacio. Creando una visión idílica del momento…

Apenas unos segundos después a toda velocidad, parecía que la noche devoraba al día… mas no era la noche que llegaba. Al alzar sus rostros todos pudieron ver la figura del dragón oscuro, este tenía que ser el real, sus dimensiones triplicaban las de los anteriores que hubiesen visto. Relucían sus ojos rojos, intensamente brillantes, como sí de piedras preciosas se tratara. El enorme animal se precipito sobre el lago, buscando la fuente de toda la magia que antes se había sentido. Al impactarse contra el agua, ésta no salió expulsada de su recipiente terreo, era como sí la enorme serpiente traspasara a un lugar vacio, sin siquiera tocar el líquido.

-¿estás bien?- se dirigía Aoi a su amado al sentir que este perdía un poco el equilibrio y recargaba su peso en él –Uru… ¿patito?- no obtuvo respuesta, el rubio se había desmayado… aparentemente.

La larga serpiente terminaba de desaparecer ‘bajo el agua’.

-*-

-¿aún no despierta?…-

-no, comienzo a creer que su cuerpo se está enfriando…-

Después de perder de vista al dragón y que Uruha perdiera la conciencia habían estado al pendiente de cualquier ataque, pero no habían sentido ni un movimiento, ya comenzaba a caer el atardecer. El pelinegro había permanecido al lado de su amado, Hizaki venía de vez en cuando a ver como seguía, mientras los demás seguían al pendiente de cualquier cosa.

-y ¿si regresamos al castillo?…-

-no creo que sea lo más conveniente, de alguna forma lo que esa cosa hizo al entrar al lago, afecto a Uruha, debemos quedarnos hasta que reaccione-

-está bien, Aoi-san-

El viento comenzaba a soplar ligeramente, entre los árboles. Desde el lago, un par de ojos rojos vigilaban sin moverse ni un momento, sin delatar a su dueño. Y el enemigo aprovecho el momento de distracción que todos vivían, entre las ondas del viento lanzó un hechizo silencioso que alcanzó a todos los presentes. Convirtiéndolos en desposeídos de su voluntad; todos tomaron algún camino divergente al de todos los demás, inclusive Aoi quien dejó a Uruha desprotegido, internándose en el bosque, mientras la luz del día se iba diluyendo ante la llegada inevitable del anochecer…

Todos, menos uno. En cuanto presintió la fuerza maligna propagada en forma de onda con el viento, Sakito giró medio cuerpo y fijo su vista en el lago, sus ojos se habían vuelto completamente rojos. Fue el único que avanzó en dirección del lago, alejándose del bosque, aún así su conciencia no era del todo suya… en su interior batallaba por controlarse a sí mismo, mas perdía poco a poco la pelea, estando cada vez más cerca del lago por sus propios pasos.

En la mente de Sakito:

-¿quién eres tú?-

-¿no me reconoces?- una voz idéntica a la suya, una figura idéntica a la suya, salvo que era completamente oscura, sólo con esos ojos rojos penetrándolo –soy tú mismo, tu verdadera forma… la verdadera escancia de tu ser, tus verdaderos deseos de poder…-

-eres mi ambición, los deseos malsanos que acumule mientras fabricaba la espada… era cierto, no hay nadie tras el poder de la oscuridad… salvo la misma oscuridad que se forjo de mi ser-

-*-

En la mente de Hizaki:

-¿qué es este lugar, cómo llegue aquí?-

-Hola- una cara sonriente, al menos esa idea llego a la mente del castaño, apareció frente de él, una figura oscura, pero que le replicaba en todo, salvo por esos ojos rojos -¿una taza de té?-

-¿qué?… ¿qué eres, un demonio, un hechizo?- la figura oscura cambió su ‘actitud’ y parecía estar molesta.

-pero, ¡qué descortés eres!…- fingiendo una rabieta -ja, ja… ja, ja, ja, ja ¿no sabes quién soy?- la sombra reía desagradablemente a carcajadas, y su tono era burlón –soy tus peores deseos, tu verdadero rostro, bella dama, siempre actuando correctamente, siempre controlándote, cuidando de todos… pero esa no es tu verdadera imagen… ¡YO SOY TU VERDADERA IMAGEN!- le grito en forma desquiciada, en un instante se le había acercado al petrificado Hizaki, quedando a unos centímetros de su rostro.

-eso… ¡eso no es cierto!- se negó a ver de frente a la figura que le parecía sumamente burlona, cerró sus ojos y bajo su perfil -yo me ocupo de los demás porque los quiero y me interesan, son las personas que aprecio y están en mi vida! ¡Por eso soy considerado con ellos!…- encontró el coraje necesario para enfrentarle.

Al verlo de frente, era como si en medio de ese oscuro rostro, que no mostraba facción alguna más que los ojos, se viese una imagen al fondo, como sí se transparentara dejando ver lo que se veía tras la forma oscura, Hizaki enfoco mejor su vista, y poco a poco distinguió a Sakito, entrando lentamente al lago, la imagen lo sorprendió bastante.

-¡Sakito!- se llevo las manos a la boca, y regreso su vista a los ojos rojos -¿qué significa eso?-

-tus más fervientes deseos… Sakito siempre fue mejor que tú, siempre estorbándote, lo tenias que cuidar, aunque sus poderes fuesen mejores que los tuyos… por eso, es mejor que muera ahora y dejé de ser un estorbo en tu vida ¿no?- la voz de la sombra imitaba los tonos de voz de Hizaki, mezclándolos con un sonido desagradable que le helaba la sangre al castaño.

-¡NO!… yo nunca le desee la muerte a Sakito!, yo lo amo como mi primo que es, aún a pesar de todo, siempre lo ame, porque… porque el cuidaba de mí también!… no importaba sí su actitud era fría o agresiva, él siempre venía a cuidar de mí- en la mente de Hizaki se agolpaban recuerdos de su infancia con Sakito, sí alguien lo agredía venía el demonio negro a defenderlo, sí se enfermaba lo cuidaba, sí se equivocaba o no sabía algo le corregía y enseñaba… Las lágrimas se acumularon en sus ojos, puso sus manos sobre su pecho -¡YO DESEO QUE SAKITO VIVA, NO SÓLO PORQUE ES PARTE DE MI FAMILIA, SINO PORQUE ÉL ES UNA GRAN PERSONA, ES ALGUIÉN A QUIEN APRECIO, NO DEJARÉ QUE LO MATES!-

Con todo su coraje desbordado, no dio tiempo a respuesta alguna, con su puño envuelto en llamas atravesó el vientre de la sombra -¡AAAH!- el rostro sin facciones pareció proyectar un gran asombro ante la reacción de Hizaki, este apretó el cuello de la sombra con su otra mano libre, mientras giraba un poco su mano en el interior de la sombra, ésta comenzaba lentamente a quemarse por dentro. Las manos de la figura oscura intentaron sujetar el brazo que le apretaba el cuello, pero al tocar la piel de Hizaki salieron chispas que también le quemaron.

La sombra dio un grito desgarrador, y se desvaneció frente al castaño, que quedo en pie por un momento, después colapso. Aún así, busco fuerzas de donde no las tenía y alzó su vista para ubicarse, de su entorno iba desapareciendo la densa oscuridad que lo había rodeado por todo ese tiempo, reconoció que había caminado alejándose del lago, y al incorporarse un poco más y fijarse en el lago descubrió a Sakito con casi todo el cuerpo sumergido bajo el algo, buscó a los otros, pero simplemente se habían dispersado *han de estar bajo el mismo hechizo que yo… incluso Sakito está igual*

-*-

Notas finales:

Ya saben, se admite de todo, y muchas gracias por leer! Bye.


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