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Príncipe Vs. Pato por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

Hoola!...  pues me tarde un poco, y ya sentía que de veras no regresaba a publicar .-. pero no!, regrese xq... pues xq esta historia me gusta, y me conformo con ke la sten leyendo, n.n!!

Bueno, ahora sí, a lo interesante: con esto concluyo la segunda parte, y ya sólo faltaria el final, pero! me ha kedado la duda, ste podría ya ser el final en sí? o.O opinen!!! x fas. Y anm, alguién sabe que fue de las chikas -supongo yo ke eran chikas- de Fraw? o.O

En fin, aclaraciones: lo admito, un lemon no planeado, que al final me gusto n//n, y les recomiendo leer la segunda parte de este fragmento con 'Blue blood' y 'Kurenai' de X-Japan de fondo, ya que fueron la inspiración final para poder sacar adelante esta parte... anm, creo que sería todo n.n!! así ke Enjoy~!:

-*- Tercer Fragmento.Caída libre:Cumpliendo sueños: ¿pagas el costo? -*-

      -joven Uruha, desea tomar un descanso-

-no, no es necesario lo que importa es llegar con Aoi, sigamos-

Ayudado por el guardia que llevo la carta de Aoi hasta Ascort, Uruha regresaba al encuentro de su amado príncipe.

-*-

Con pereza entreabría sus ojitos azules a la luz que molestosa se colaba desde la puerta de aquella carpa, había dormido pésimo, nunca en su vida había dormido tan mal, pero el impetuoso pelinegro lo mantuvo al borde del paro cardiaco durante toda la noche… haciendo conjeturas y planes contra Ruki; despertó entre mapas y mil papeles más, con su preciosa cara clavada en la madera de la mesa.

Por fuerza se termino de desperezar y tuvo que buscar al menor con la mirada, no estaba lejos, frente suyo, con la misma expresión de sueño profundo, y aún con un puñado de hojas en una mano, ahí estaba el príncipe de Ascort, el segundo reino mayor.

Se levanto, salió hacia su propia carpa, sólo para regresar un poco más tarde tras un buen baño, algo de desayuno y aire fresco.

-¡CABALLO, ARRIBA!-

Ya no padecía pesadilla alguna… tal vez por el excesivo cansancio de no dormir bien, pero ese grito lo despertó casi como si hubiese escapado de la peor pesadilla de su vida…

-ka… ¡Kamijo!… déjame en paz, que…- un bostezo interrumpió lo que iba a decir -que no vez… tengo sueño-

Sonoro golpe sordo sobre la rígida y seca madera de la mesa, el fuerte estruendo del puño de Kamijo contra la mesa no dejo que Aoi volviese a conciliar el sueño.

-ayer tenias prisa…-

-ayer…- respondía Aoi remarcando su voz para que Kamijo lo dejase en paz -aunque hoy también, sólo dame cinco…-

-UNO- [y saz!]

-¡auch!… dolió- el general había aplicado otro golpe, pero sobre la cabeza del príncipe.

-faltan cuatro…-

-¡ya, ya entendí! en seguida regreso, necesito un baño… y comida-

 -*-

-bien, pues apenas regresen los espías seguiremos calculando su actual ubicación, si lo vieron hace poco no creo que ande tan lejos-

-así es, afortunadamente aún no nos ha descubierto…- tras una ligera pausa en la cual la mirada del menor se cambió por completo, en una forma pensativa y melancólica intento hacer una pregunta que el general conocía sólo de verle el semblante -Kamijo…-

-no, aún no ha llegado respuesta alguna del tercer potentado… lo siento mucho Aoi- anticipándose le da la respuesta con pesar.

-no te preocupes, él está bien-

-vete a dormir, anoche prácticamente no dormiste *no podemos exigirle tanto un corazón valiente, no cuando lo más difícil apenas está por venir*-

-dormimos… no me engañas, sé que estas tan cansado como yo, y que también quiere regresar a Ascort, con esa tal Hiza-

-ya que como príncipe has tomado todo el valor de aceptar que Uruha es hombre, y no por eso niegas su amor, temo que debes saber que Hiza-ki es hombre…-

- ah…*que… ¿qué debo decir?* no, no sé… de ti, es raro *no lo podría imaginar… o ¿sí?*-

-cuando lo conozcas sabrás “porqué él”- La expresión del general era tan lúcida, como siempre, pero la luz que tenía ahora era casi cálida, una sonrisa de bobo que nadie le conocía… tal vez sólo ese tal Hizaki, supuso Aoi.

-no necesito conocerlo, sólo con ver tus ojitos…- se burlaba el pelinegro -el “vampiro de Ascort” convertido en princesa enamorada-

-mira quien lo dice, un caballo enamorado…-

Intercambiaron miradas de advertencia, aún así cualquier alusión a sus amores los hacía perder el piso.

El atardecer comenzaba a dar paso al anochecer, los tonos matizados de naranjas, cafés, cobrizos y algunos rojos y amarillos, se olvidaban ante las sombres de la noche.

-¡PRÍNCIPE AOI!-

-¿qué pasa?-

-Señor, llego la respuesta del tercer potentado-

-¿dónde está? Muéstramela- Aoi esperaba una carta, o algún enviado por parte de su primo para tener un panorama de la situación desde el reino mismo, y claro, información de Uruha.

-está afuera…-

-¿a fuera?… *será posible que él…*- La ilusión de volver a ver a Uruha le ilumino la mirada. Salió aprisa, seguido de Kamijo.

A fuera a unos metros el rubio era instruido en los secretos del campamento, así que inconscientemente le daba la espalda, los ojos de Aoi se iluminaron al apreciar esa escena, por un instante quedo embobado, le pareció eterna esa visión de la figura del rubio bañado por los tonos cobrizos de la puesta de sol. Su primer impulso fue correr hacia él, pero recordó las palabras de Miyavi, así que en su lugar sólo camino tranquilamente hasta donde estaba Uruha, lo tomó por la cintura con suavidad provocando la sorpresa del menor, quien de inmediato gira el rostro sólo para toparse con la placida sonrisa del pelinegro, al instante se voltea para colgarse de su cuello con un apretado abrazo.

No hubo palabras, las miradas que no se cruzaban compartían lágrimas por las mismas causas: amor, angustia, felicidad, opresión…

Silenciosamente Kamijo había ordenado que todos los presentes se retiraran, dejándolos solos. Después de un buen rato dejaron el abrazo para cruzar miradas.

-vamos adentro, hay mucho de qué hablar… además ya comienza hacer frío-

-así comenzaste la última vez *FlashBack: -estas completamente frio, te abrazare para que entres en calor- * así que ¡aléjate, anda! Dos pasos al frente, hay cosas importantes que resolver-  Con actitud digna y pequeños empujones lo va alejando.

-pe… pero, espera yo no… ash, bueno, está bien ya, ya voy-

El pelinegro termina por acceder a conducirlo a la carpa dónde había estado con Kamijo haciendo los planes contra Ruki, aún no tenían resuelta toda la estrategia pero habían avanzado bastante.

Tras ofrecerle asiento cerca a la mesa llena de mapas y otros tantos papeles, el mayor se aposta en la misma silla que la noche anterior le sirvió de cama.

-¡vaya! Han trabajado mucho, siendo así comenzaré con el informe: el rey de Liartnet, Gackt, ha venido al tercer potentado para proponer una alianza, Reita y kai lo han aceptado con buenos ojos, también ha venido el consejero Hyde *que me cae tan mal* y le informamos de todo, así que se ha tenido que resignar a apoyarnos, nuestro plan es tener aquí el primer frente contra Ruki, pronto vendrán más soldados, mientras que el tercer potentado será fortificado como el segundo frente, quedará una parte del ejercito de Ascort y el de Liarnet allá, finalmente en el peor de los casos el tercer frente será en el castillo principal, el rey y Hyde esperaran a Ruki allá, apoyados por los ejércitos de los reinos menores que podamos convencer para que nos apoyen…-

Ere un aspecto que Aoi desconocía de Uruha, lo había visto ponerse serio, incluso enojado… pero no está clase de seriedad algo seca, demasiado formal… no es que se le viese mal el semblante endurecido, con las facciones firmes, no!, al contrario le sentaba muy bien, seguramente lo había aprendido cuando estuvo en la corte de Gazz… *… cuando estaba… u.u con, con… él… duele, y a la vez me da tanto coraje…*

- ah… pues… para serte franco, no creo que vaya a ser tan fácil, al parecer el ejército de Gazz es respaldado por un poderoso hechizo-

-bueno, es que aún no acababa; el ejército sólo actuara sí la principal línea ofensiva falla, nosotros dos somos esa primera línea, iremos solos, tras retar a Ruki a un duelo, yo sé cómo manejar su magia y tú lo enfrentaras con la espada, sólo debemos fijar algunas condiciones previas…-

-espero no les moleste está intromisión…- el general llevaba un rato escuchándolos desde la entrada –pero, no hay forma de que los deje hacer tal locura solos, yo voy con ustedes-

-¡Kamijo!…- intento Aoi oponerse a su general, pero este no se dejo intimidar y prosiguió.

-No príncipe Aoi, no le estoy pidiendo permiso ni es una simple propuesta, creo en su plan, así que no hay nada más que discutir, por lo tanto me paso a retirar para que podaos estar más cómodos a solas-

-Ka…- al pelinegro no le da tiempo de contestarle, el ojiazul sale como entro del lugar.

-ya déjalo, en todo caso, tiene razón-

-aah- suelta un suspiro el moreno –entonces, planeemos bien esto… necesitamos un lugar estratégico, ya que vamos a comenzar con las ventajas- va sacando los mapas necesarios, de otra mesita toma unos anteojos y se los pone al tiempo que voltea a ver con detenimiento los mapas.

*Dios, no sabía que usara espejuelos… y que se le vieran tan condenadamente bien, es tan seductor que… * La misma expresión de Uruha lo delataba, literalmente estaba babeando de ver a su seductor príncipe.

-Uru… ¡Uru, hazme caso!- Aoi hacía un puchero al notar que Uruha no le respondía.

-Ah! perdón es que te estaba viendo y…- se levanta para ir hacia donde está el pelinegro, se para frente a él –no sabía lo bien que se te ven los espejuelos…- se sienta a horcajadas sobre sus piernas, rodeándolo con sus brazos por el cuello sin dejar de verlo fijamente atreves de los cristales, embriagado con la profundidad de sus ojos negros, veía una tormenta, como la primera vez, pero esta era una tormenta acompasada, con un ritmo diferente.

-Uru…-

-chst, en la cueva fui demasiado tímido, temía que no te gustara, que te fueras sin hacerme tuyo así que te deje todo el trabajo a ti, no sabía qué hacer… ya no será así- lo despeina un poco para comenzar un contacto entre sus labios que poco a poco iban profundizando, hasta acariciarse con sus lenguas y hacer movimientos más audaces con los labios; Aoi toma ambos costados de la cintura del rubio. Luchan por no separarse, aunque falta oxigeno, siguen otro poco hasta que es completamente necesario, respiraciones alteradas, sus frentes se encuentran para poder ver en los ojos del otro, pechos desbocados hasta tranquilizarse.

-yo sentía lo mismo, tanto miedo de que salieras huyendo de mí, no volverme a ver en el amanecer de tu mirada… deseaba retenerte, pero sí actuaba como un salvaje huirías, no sabía qué hacer… sólo te abrace como quién pone un candado… pero en realidad quiero que seas libre, para ser completamente feliz al saber que me eliges a mí, sobre todos los demás-

-así es, estaré contigo, sólo contigo… Aoi… unm- el pelinegro comenzaba a descubrir que sus habilidades manuales eran mejores cuando tenía por objetivo la suave piel blanca, en este caso la fría espalda de Uruha.

-vamos a un lugar más priva…- susurraba el príncipe con un tono ronco a Uruha, pero este hiso acopio de fuerzas para imponerse una meta y dejar sus bajos instintos de lado.

-¡NO!…-

-¿qué, entonces… aquí? Oh…-

-ah, no! recuerda que la estrategia tiene que estar lista lo antes posible, si nos tardamos Ruki nos va a descubrir, ese día en el lago me estaba siguiendo, pero extrañamente se ha detenido, está pensando en otras formas de llevarme con él, no podemos distraernos- al rubio le estaba constando un gran esfuerzo el mantenerse firme ante la tentación.

-sí… eso es cierto, tenemos que solucionar todo esto primero… pues en primer lugar hay que planear dónde lo veremos, y que condiciones debe tener el duelo- parecía que Aoi aceptaba ponerse serio y volteaba a ver los mapas con verdadero interés.

-aja… pero saca tus manotas de mi camisa- le recriminaba el rubio.

-lo siento, es que estaba muy cómodo así je, je…- Aoi saco sus manos mientras sonreía para que Uruha ya no lo siguiera regañando.

-bien, a trabajar que aún queda mucho por resolver- en verdad que sí se lo proponía, Uruha se volvía muy serio en esos asuntos.

-*-

 -… con la condición de que sí ganase el príncipe Aoi de Ascort, el rey Ruki de Gazz debe dejar la fiel instrucción a su ejército y a su reino de detener todo proceso de invasión o ataque contra cualquiera de los reinos dentro del territorio… ja, y estos ¿qué se han creído? Lo que me faltaba, más niñatos para cuidar- suspiraba aquel militar.

Toma un cilindro de metal pequeño que contiene la réplica recién hecha del sello real de Ascort, cierra cuidadosamente la carta y la vuelve a lacrar.

-perfecto, ahora vamos con Ruki…- se dice a sí mismo mientras abanica la carta sin mucha atención sólo para enfriar la cera. Sube las escaleras para llegar a la biblioteca, el rey no ha salido de ahí en casi dos días enteros. Toca a la puerta, y espera la respuesta… no la hay, entreabre la puerta y asoma la cabeza.

-señor, me permite…-

-Kiyoharu, pasa, pasa…-

-*está tan alcoholizado que no sabe ni que día es…y todo por ese mocoso infeliz*  señor, llego está carta- a pesar de su alto rango Kiyoharu siempre trataba a Ruki con mucho respeto, aún siendo que él era mucho mayor, así que para poder entregarle la carta hace una pequeña reverencia ante el menor. Al momento en que Ruki toca la carta su expresión cambia por completo, ve el lacre… sabe de quién es, no la toma, la carta cae.

-muchas gracias Kiyoharu, pero no necesito leerla, y no te sientas así, no es que yo nunca te vea… sé lo importante que eres para mí ¡el general de todas las tropas de Gazz!, mi mejor hombre… la única persona que ha estado todo el tiempo a mi lado, te aprecio… y no necesitas ir a escondidas, de todas formas pensaba pedírtelo-

-ah…- Kiyoharu veía sorprendido a Ruki, no sabía que así era cómo lo veía.

-¿cómo supe todo eso?… use mi magia, vi tu esfuerzo por cerrar de nuevo la carta, gracias por preocuparte tanto por mí, no lo merezco-

Kiyoharu ha ocultado sus sentimientos heroicamente por mucho tiempo, siempre a las espaldas de Ruki, cuidándolo, instruyéndolo, supervisando que todo sea perfecto para su joven rey, y vaya que tanto esfuerzo ha sido para nada. En los profundos ojos oscuros, ensombrecidos por las emociones de su corazón volvieron hacer presa del general, no iba a desperdiciar esta oportunidad; tomo la cintura del menor con un brazo, con la mano libre apreso una mano del noble, y con sus ojos domino los del otro, para confrontar los ojos de fuego se debía ser muy valiente, demasiado audaz… o estar locamente enamorado del dueño de esos mortales ojos.

-Ruki… deja de sufrir, al menos por esta noche- era una voz grave, como el licor que había estado tomando, lo embriago.

Sus labios fueron presa de la voracidad del mayor, fue salvaje, demandante, todo un ataque… era obvio que estaba siendo tomado por alguien con experiencia y deseo, su cuerpo era tan frágil entre los brazos del militar, y su lengua era incitada a un juego incontrolable de placer, para cuando sus labios fueron liberados no tenía mucha conciencia de lo que iba a pasar, sólo se aferro a ese cuerpo, era como un niño asustado.

Kiyoharu lo había levantado en brazos, el menor sólo recostaba su cabeza en el pecho del general, subió las amplias escaleras hasta los aposentos reales. Una vez adentro dejo a Ruki sobre su cama, pese a todo se había arrepentido, no podía aprovecharse de él así, se dio media vuelta pero la delicada mano lo sujeto, volteo sorprendido, y sus labios fueron sorprendidos con el tacto de los labios de Ruki, arrodillado sobre su cama sujetaba el rostro del de melena cobriza, no tenía tanta fuerza como él, su beso fue casi una súplica, suave.

-quédate conmigo esta noche- sus ojos lo revisaban de arriba a abajo, esperando la respuesta.

Ese hilo de voz no era el de un rey, era la esencia de Ruki, esa parte más que humana que le pedía  “No me dejes sólo”. Estaba ebrio, pero esa fue una expresión sincera; Kiyoharu no resistió la expresión desolada y de ruego del menor  y concedió su deseo, rápido comenzó a desabotonar su casaca, zafándola de su cuerpo después la camisa y abalanzándose sobre el menor para devorarlo a besos, acomodándose entre sus piernas.

La ropa había desaparecido, los cuerpos se revolvían entre las sabanas. La visión que Ruki tenía de Kiyoharu era todo un espectáculo, el dominio del militar fue total, Ruki permaneció todo ese tiempo debajo suyo, no se sentía ni rey ni noble, sólo era un ser humano que estaba siendo amado con locura y pasión por otro igual, aunque la potencia del mayor lo hacía temblar a cada roce, por donde alcanzaba a posar sus manos terminaba arañando y clavando sus uñas, era lo que Kiyoharu le provocaba con cada caricia, cada roce, cada mordisco y esos juegos que hacía con su lengua sobre su piel.

Ruki tuvo que reconocerlo, Kiyoharu lo hizo delirar; su rostro apenas iluminado por alguno que otro rayo de la tormenta que se gestaba afuera le regalaba al menor un panorama donde estaba siendo posesionado por ese hombre, que acomodaba sus caderas, y comenzaba la tortura de dilatarlo con sus dedos, no hizo mucho, sólo dos dedos y lo penetro sin miramientos, el grito del rubio se oculto en un trueno, su espalda curveada y su rostro completamente perlado y ruborizado, encubrían alguna lágrima, contrario al militar sereno, sínico, incluso con burla ante el menor y su delicado cuerpo, pero así estaba bien para él.

Ruki no se dejo intimidar más, recobro su respiración esperando la fuerza del militar, y este cumplió, como siempre, los deseos de su rey; entrando con fuerza, buscando tocarlo siempre tan profundo como pudiese. Entreabriendo más sus piernas con sus manos, atacando con fuerza la virgen entrada, entre sonidos guturales y gritos de placer, estocada tras estocada sin tregua una velocidad demoniaca los llevaba al placer, que les importaba sí era el cielo o el infierno… sus cuerpos eran un ataque eléctrico repleto de placer; una más y el menor desgarro su garganta en un grito con el nombre del militar y sus semen esparciéndose entre ellos, la cálida sensación adentro suyo, Kiyoharu dejaba su esencia con la tención de su cuerpo en el último esfuerzo.

No mediaron palabra alguna, se limitaron a recuperar la respiración y verse mutuamente, un par de poemas eróticos enredados entre sabanas, sobre la cama; hasta volver a ser bestias salvajes en busca de más placer. Kiyoharu voltea a Ruki, le sujeta ambas muñecas con una sola mano y acomoda su trasero con la otra, volviendo a penetrarlo sin avisos, regresan las estocadas desenfrenadas, los gritos del menor y la potencia del mayor imponiéndose con tal de atacar ese cuerpo perfecto justo frente a él, llegando al clímax por segunda vez en la noche.

*quién lo diría, probablemente el honor me mantuvo al lado de tu padre… pero junto a ti estuve sólo por esto, no es sólo el mejor sexo de mi vida, es mi corazón desbocado sólo por ver tu sonrisa… tu tonta sonrisa de niño… la cual creo que acabo de romper con mis torpes impulsos sobre tu delicado cuerpo, mi rey… ya es hora de dormir*

No es como sí lo hubiese forzado, pero sí había sometido ese pequeño cuerpo, probablemente el día siguiente mostraría ciertas marcas sobre la blanca piel. Los ojos de Ruki casi se cerraban para cuando volvió a verlo conscientemente, lo acomodo un poco en la cama y planeaba abrazarlo con ternura… *con ese cuerpo tan delgado… se enfermara si duerme así* definitivamente su juicio duro como un militar de experiencia se perdía al hablar de su pequeño monarca. Estaba por cerrar los ojos con su cabeza al lado de los cabellos rubios cuando escucho un sollozo casi fantasmal…

 -U… Uru…ha- una cansada lágrima asomaba en el rabillo de los ojos de fuego. El torbellino de fuego que invadió al militar sólo fue contenido por su propia sensatez que le decía “la culpa es toda tuya por encamarlo cuando aún ama a otro…” y eso, para su mayor dolor era lo más cierto.

Lo estrujo con fuerza en un abrazo de celos y coraje contra sí mismo, ahora sí estaba cansado, pelear contra tus propios sentimientos es más agotador que cualquier actividad física, se dejo vencer por el sueño.

El amanecer entro con sus tenues luces a la habitación de Ruki, haciéndolo despertar entre una revolución de sabanas y… algo le dolía *¿la cabeza?* sí, un poco, por tanto beber… *y el corazón… maldición Uruha, no puedo olvidarte* pero eso ya no era raro, algo más le dolía hoy… *y… ¿Kiyoharu…? ¿Porqué pienso en él ahorita?… aún más importante ¿cómo llegue desnudo a mi cama?*

La enorme habitación sola, el último abrazo con el que lo hizo dormir profundamente había acabado sin que él se hubiese dado cuenta… ni siquiera, de cuando empezó; *¿dónde estará, también me abandono?*

Se levanto de la cama, intento caminar… pero esa sensación de un pinchazo en cierta zona privada de su anatomía lo hizo cerrar los ojos y morderse el labio inferior… aún peor, algo se escurría entre sus piernas… *no… yo* los recuerdos se agolpaban en su mente, comenzando como imágenes confusas, hasta conformar una historia coherente *¡oh no!… anoche… yo… Kiyoharu pasó la noche conmigo… ahora sí, soy un bastardo cómo le pude hacer algo así a Kiyoharu?!*

Tras vestirse, con ropa que cubriese lo mejor posible todas las marcas en su cuerpo, y hacer lo posible por aminorar el dolor en su entrada tuvo que salir a buscar al militar, no sólo necesitaba saber porqué no estuvo con él hasta el amanecer sino que contestara a Aoi y Uruha, aceptando el duelo.

-*-

-KIYOHARU!-

Irrumpió en uno de los despachos del castillo, el destinado al general, y en efecto, ahí estaba sentado tras el escritorio tratando de hacer más estrategramas para su rey.

-señor- se levando y realizo una reverencia como si nada hubiese cambiado entre ellos.

-jodete! No estoy para que te pongas de digno a fingir, es obvio lo que hicimos anoche… y- pensándolo mejor sí se avergonzaba, termino por desviar la mirada y ponerse rojo desde las orejas hasta la barba. Mientras Kiyoharu ya había avanzado al frente del escritorio y se recargaba ligeramente en la orilla del mueble.

-decía su alteza…- la sorpresa del mayor se transformo en un tono de burla, era casi como un trofeo el tener así a Ruki, podía hacerle olvidar el susurro antes de dormir y amarlo aún más.

-vengo a darte una última orden, redactaras la respuesta contra Aoi de Ascort, acepto su reto y todas sus tontas condiciones… pero a cambio quiero la cabeza del pato!-

-no entiendo muy…- La mirada fija de Ruky hiso callar al militar, para poder expresarse él.

-que ya me di cuenta que Uruha se me ha vuelto una obsesión… y por eso sólo estoy haciendo estupideces…-

-cómo lo de anoche…- mascullo entre dientes el militar, mientras daba media vuelta hacia su escritorio, para evitar ser escuchado.

-¿qué dijiste?- La expresión enojada de Ruki no se hiso esperar.

-n…nada, sólo comenzaba a hilar las ideas para la respuesta, mi señor- para darle veracidad a sus palabras sostiene una pluma y una hoja, sobre sus manos se posan las de Ruki…

-déjalo- el asunto lo tenía algo cansado por no decir fastidiado -hazlo cuando tengas tiempo, ahora bésame…- estira su cuello hacia la cara del militar con un extraño brillo en sus ojos.

-su alte- en vista de que pretendía desobedecerlo con cualquier argumento se enfrenta a sus labios con un tímido beso, algo tranquilo, sin mayor pretensión que acercarse al militar.

-ah… aún me duele el trasero por lo de anoche…- Kiyoharu reconoce un dejo de lujuria en ese tono de voz, y una mira lasciva, mientras el cuello de su traje es jalado, casi con ganas de arrancarlo –pero no voy a negar que me gusto… Kiyoharu ¿me amas o sólo fui un buen acostón?-

-*pero ¿quién diría que sabias hablar así?…* ¡Joven-

-sin farsas de nobleza, sólo contesta lo que te pregunte…-

Lo miro con dureza, quería averiguar que tramaba ese rey adolescente… pero no pudo ver a ningún rey, era un ser humano buscando la esperanza… -no, no fuiste sólo una buena noche, te amo, te deseo…-

Eso era todo lo que Ruki necesitaba escuchar, se aferro a ese pecho y a esa persona como nunca lo había podido hacer con nadie más. Para su desgracia su corazón aún latía por alguien más…

 

-*- Tercer Fragmento.Caída libre:/Uruha en el lago de los cisnes…-*-

 

Apenas despuntaba el alba, no hubo error en la puntualidad, los 5 hombres arribaron al lugar convenido semanas antes, con las condiciones justas y sus objetivos bien centrados, cada uno tomando su posición en el campo.

Y ¿cuál había sido el mejor lugar para enfrentarse de una buena vez?… pues nada más que el mismo lago donde Aoi y Uruha se conocieron, según conjeturas del rubio en ese lugar la energía de Ruki podría verse disminuida… aunque el lugar había cambiado un poco con el paso del tiempo y los cambios de estaciones, lo que importaba era el simbolismo que le pudiese dar cada uno.

-hasta que nos volvemos a ver… Uruha- desde un punto alto, rodeado de piedras verdes por las pequeñas plantas que se aferraban a la roca inicia la conversación el monarca de Gazz.

Para sorpresa de los presentes esa no era la clase de mirada ni el tono de voz que normalmente Ruki le dedicará al rubio menor, era como tener al demonio de fuego todo el tiempo frente a ellos, sin que nada lo inmutase ya.

-quisiera creer que al fin has entendido todo lo que quise mostrarte mientras estuve a tu lado, y que por eso estas aquí, sólo dando una razón justa para detener las injusticias que has hecho contra esos pueblos inocentes…-

Contestando desde el otro extremo del lago, apoyado en alguna saliente cerca a la fuente de agua, mientras los otros rostros aún no se dejaban ver, buscando su mejor ubicación.

-lamento decepcionarte… otra vez, yo he venido aquí para demostrarte que el equivocado eres tú… esos pueblos que según tú son inocentes planeaba destruirse mutuamente tarde o temprano… envueltos en sus pequeñas disputas de poder se iban a autodestruir, yo los salve de eso, ahora tendrás que aceptarlo, tú estás equivocado y yo estoy en lo correcto!-

-ya basta!… Ruki de Gazz tu pelea es conmigo!… vengo en nombre de esos reinos derrocados por tu ejercito, y sus familias destrozadas por tu hechizo, así que toma tu espada y pelea!- entre la maleza en la parte baja se dejaba ver el príncipe de cabellos negros, con una poderosa mirada afilada.

-bienvenido… al infierno, Aoi de Ascort!-

Las espadas se desenfundan con velocidad, la de Ruki refulgía entre pequeñas líneas naranjas y partículas discretas de fuego, no estaba guardando su magia, venía a destruirlos, como algún día les dijera en ese mismo lugar.

-cuidado Aoi!, ya está usando su magia… Ruki! Por favor no lo hagas! Dañaras tu salud!-

-cállate!- gracias a su magia la fuerza de Ruki podía variar en un sinfín de aspectos, como saltar desde donde se encontraba hasta donde está Uruha, para empuñar su espada contra su fino cuello, aunque antes de que pueda darse cuenta frente a él aparece un pequeño cristal azul que salió arrojado de la mano del menor.

-Uruha!…-

-calma, estaré bien…-

-¿qué es eso Uruha?… ¿un cristal anti-magia o alguna otra cursilería inútil?-

-no Ruki, esto es un pilar, lo hago por tu bien, no por el mío… yo, mejor que nadie, sé lo que te puede pasar sí abusas de tu magia… por favor detente por las razones correctas!- la mirada de Uruha era una súplica al rey.

-¡siempre lo correcto!… para ti nunca hubo bueno o malo, sólo lo correcto… aún así nunca pude llegar a tu corazón, ni con todos mis esfuerzos-

-sí de esfuerzos hablamos, entonces ven y pelea!- de un salto hacia atrás el príncipe cambia su posición, se eleva con gran facilidad por varios metros, algo muy similar a la magia de Ruki, mientras su espada sale entre pequeñas luces azules y algunas líneas tenues, se para en alguna saliente de roca para quedar a la altura del otro par.

-así que también le enseñaste algunos trucos a tu novio-

-te equivocas, es algo muy diferente, Ruki, me duele mucho tener que hacer esto, pero no tengo otra salida que enfrentarte… si gustas atacarme no hay impedimento para que lo hagas, como ya te dije este cristal no es ninguna protección para mí-

-¡Ruki de Gazz esto es un duelo y yo tu retador, así que es hora de que comencemos!-

El rey voltea para encontrarse con el príncipe a medio vuelo hacia él, se da la vuelta con velocidad y embiste con su espada por delante, en el aire chocan ambas armas dando un espectáculo tras la colisión de magias. Aunque Ruki llevara la desventaja por su posición desde abajo, la fuerza nata de su magia lo ayudo, ambos sostenían las espadas con furia, poniendo el máximo esfuerzo sobre las empuñaduras para no ser vencidos.

Poco a poco Aoi fue retrocediendo ante la superioridad de Ruki, con un último esfuerzo el  rubio consiguió desplazar por completo al pelinegro, quien de inmediato contraataco al ser impulsado hacia atrás se giro y desde abajo dio un certero golpe contra la espada del mayor.

La espada se desprendió de las manos de Ruki, apenas un instante, gracias a su poder el arma era casi una extensión más de su cuerpo, tanta era la energía mágica que desprendía que era posible verla a su alrededor en forma de un  aura que lo envolvía, casi un torbellino de energía ligeramente naranja, destellos cobrizos se llegaban a ver cerca de él.

-no eres suficiente para mí, no importa cuánto hayas entrenado, cuanta magia prestada hayas conseguido… ni si quiera me importa que me hayas robado a Uruha!… no tienes oportunidad contra mí, niño-

Tan cierto era que sólo blandió la espada, lanzando un corte la aire.

-los ojos de fuego que te persiguen, te llevaran al infierno príncipe Aoi de Ascort!- dirigiéndole una mirada de furia unida al ataque de la espada, una técnica certera y mortífera; mas lo que apareció frente a él no fue un Aoi destruido, sino un ángel dispuesto a dar su vida por amor.

Ruki/Aoi: URUHA!

En el instante que el rubio menor noto las intenciones de Ruki no lo dudo, él mejor que nadie había visto a esos ojos de fuego arrebatarle la vida a un ser humano… esta vez salto justo frente a él, con el cristal pilar aún flotando frente a sí mismo.

-aaaaaaaaaagh!- toda la fuerza de su hechizo y su espada se regresaron en su contra, pero no como un ataque, sólo era energía que él gasto y regresaba a su cuerpo, sin dañarle, tal y cómo Uruha le dijo. Aún así la sensación fue extraña, como si la superficie de su cuerpo se entumeciera.

-Ruki!,  deja de pelear! Te lo pido desde mi corazón- con las manos unidas en un verdadero acto de suplica y con los ojos al borde del llanto; un rápido movimiento de parte de Aoi para quitar a Uruha de en medio y envestir a Ruki.

-no me importa dejar la vida, pero tampoco te irás tan fácilmente Ruki de Gazz-

Comenzando un serio ataque mientras las espadas se encontraba una y otra vez, deslizándose como en una danza mortal. Los contrincantes se movían de un lado a otro, llegando a tocar el piso, para volver a elevarse de un solo impulso, sin dejar de blandir las espadas, haciendo una batalla feroz, demostrando habilidades propias de espadachines muy capaces, Aoi intento llevar el control mostrando su audacia y velocidad, un cuerpo más largo le daba ciertas ventajas, pero no suficientes contra la experiencia y la magia nata del rey, quién daba giros inesperados cuando el pelinegro creía haber conseguido algo, aunque tampoco iba a negar el sentirse acorralado al menos un par de veces.

-no… no tienes lo suficiente, entiéndelo…- la furia de su rostro era avasalladora, se podía sentir calor saliendo de su cuerpo, una sensación que lo envolvía y protegía.

Mientras el príncipe se notaba algo disminuido en sus fuerzas, la magia que estaba usando provenía del pilar que Uruha portaba; que no era el único, Kamijo aún oculto, se había encargado de colocar estratégicamente otros 4 cristales rodeando el lago, conservando uno y otro más que portaba Aoi, los habían fabricado magos que contactaron gracias a Miyavi. Pero la magia era limitada, dependía de la fuerza que Aoi, Uruha y Kamijo pudiesen tener, así como de la misma magia que se había depositado en cada cristal.  

Vuelve a elevar su espada y da un ataque sólo con el viento empujado al blandirla, Aoi no puede hacer nada salvo cubrirse el rostro con los brazos mientras el viento lo empuja hacia atrás, Ruki aprovecha para moverse rápidamente y avanza hacia él golpeando su espada, como puede el pelinegro regresa el ataque, volviendo a la danza de embestidas, ataques y defensas con la espada, dan vueltas y saltos, elevándose en el aire una vez más, primero salta el rubio sin dejar de ver a su oponente, esperándolo en las alturas, en cuanto Aoi le sigue el rey invierte la dirección de los ataques y regresa hacia abajo, con toda su fuerza sobre el menor, quien ya nada puede hacer salvo resistir con toda su fuerza, una colisión entre espadas.

Aoi no puede ni recibir la fuerza que lo embiste, va directamente en caída hacia el suelo, pero Ruki no lo deja llegar, sigue su vuelo en descenso con rapidez y le da alcance al casi desmayado príncipe y acerta un golpe con todo su cuerpo sobre el costado de su oponente, haciéndolo desviar su curso de colisión, el pelinegro colisiona contra una gran roca, prácticamente incrustándose en ella.

-¡¡¡¡¡¡AOI!!!!!!- la única reacción del rubio es usar algo de la magia de su pilar y volar hacia donde se encuentra su amado príncipe, pero a medio camino se le interpone Ruki, Uruha no veía otra cosa más que el cuerpo lastimado de Aoi, así que sólo siente cuando su cuello es estrujado y casi no puede respirar de un golpe, cierra los ojos por el golpe que lo detuvo.

-¿A dónde patito?- un tono molesto y dominante sale de la expresión de Ruki, Uruha lo había visto en ese estado antes, pero siempre había conseguido apaciguarlo, aunque esta ocasión era completamente diferente.

 -a…agh… Ru…Ruki… p… por… fa… fav… favor- con su cuello entre la mano del monarca que le impedía respirar, inútilmente trataba con sus propias manos de deshacer el fuerte agarre, su rostro se revolvía ante la falta de aire, cerraba un ojo por el dolor, y luchaba por no ahogarse *no… no antes de que Aoi muera, no puedo dejarlo así… aunque me cueste la vida a mí*

 -por favor ¿qué?!… por favor no mates a Aoi, por favor se bueno… no patito!, ahora tendrás que aceptarlo, lo tuviste todo y lo dejaste ir, me traicionaste y sólo me usaste… no sabes cuánto duele el amarte y que no pueda ni siquiera tenerte cerca!… no sabes cuánto duele amarte y tener que matarte!… Uruha aún te amo tanto… que… sería capaz de perdonarte… sí… sí sólo dijeras que me amas, y que lo vas a dejar todo por mí… Uruha, dilo… por favor-

La mano de Ruki se aflojaba un poco sobre el cuello de Uruha, pero no lo soltó. En cambio este abrió sus brazos para poder acercarse a él, lo envolvió en un cálido abrazo, apaciguando como antes su furia, su dolor.

-No Ruki, no te amo… puedes matarme si gustas, incluso acabar con el mundo, pero yo no te voy a mentir, porque te quiero, aunque no te puedo amar… el porqué lo desconozco, pero siempre puedes venir a mí cuando lo necesites, sabes que mi cariño y mi fidelidad son tuyas, porque creo en ti, aunque hayas tenido tantos errores, siempre pretenderé que aprendas y seas mejor, ahora puedes matarme si quieres…-

- Uruha…- no podía creer en la fuerza de aquel sentimiento, para Ruki era demasiado el vivir soportando que Uruha amara tanto a Aoi como para dar su vida por él, eso no lo soportaría jamás… menos siendo él quien le quitase el don de la vida. Apretó más el abrazo de Uruha, al tiempo que soltaba su delicado cuello y dejo salir un par de lagrimas de sus ojos, hubiese deseado hacer eso tras escuchar a Uruha decir ‘Te amo’… pero ¿qué se le iba hacer?, él era más sincero de lo que Ruki hubiese querido y había aceptado que NO lo amaba…

-lo siento mucho Uruha, pero entonces tendré que seguir con esta batalla, no puedo soportar que lo ames tanto… no puedo, no quiero… - sin soltar el abrazo, aprovechándolo toma su barbilla y lo obliga a besarlo, aunque el menor huye al contacto, es forzado.

Los ojos de Aoi apenas comienza a entreabrirse, lo primero que distingue es una figura flotando en el aire, parpadea, y vuelve a enfocar su vista, son dos personas… Ruki está forzando a Uruha, a caso *… ¿eh perdido la batalla?* vuelve a cerrar los ojos e intenta rescatar todas sus fuerzas para levantarse y volver a pelear.

-NO!… ah… Ruki detente!- sujetado por la cintura y la barbilla sólo consigue retorcerse entre los brazos de Ruki, sin poder alejarlo o detenerlo, hasta que el mismo rey decide parar.

-no tendrás opción en cuanto lo mate…- Deja libre al rubio, se da media vuelta y ve que el pelinegro está por levantarse. Se detiene a observar bien la situación, Aoi está prácticamente enterrado entre las rocas, planea un ataque y se lanza hacia donde está el príncipe.

-No volverás a ver la luz… así que disfruta de los últimos destellos del infierno que veras Aoi de Ascort!- alza su espada, mientras desciende a gran velocidad hacia la roca, impacta su espada sobre ésta y la destruye en piedras de todos tamaños que caen sin piedad sobre Aoi.

-¡NO, AOI!!!!- sin pensarlo Uruha utiliza la fuerza de su pilar para poder proteger a Aoi, activa el pilar que este porta, y se forma una pequeña cúpula de luz azul que apenas si cubre al príncipe, las rocas siguen cayendo… *no… no resistirá mucho, Aoi!*

-creo que ya fue bastante sin hacer nada…- Kamijo sale de entre los árboles, pero sin dejarse ver, avanza hasta la tumba de piedra que improvisadamente Ruki le hiciera a su príncipe.

Al llegar intenta sacarlo de ahí, pero su fuerza no es suficiente contra esas grandes piedras, así que se ve en la necesidad de usar la magia del pilar que porta, no deseaba hacerlo, sabe bien que toda la energía debería ser usada sólo para detener a Ruki, pero en este momento no está como para ahorrar energías.

Mientras Ruki y Uruha se siguen enfrentando a su modo.

-ahora… ¿aún tienes deseos de morir? –

-no, ahora simplemente no tengo deseos de nada… me has matado-

Esa mirada vacía, la voz sin tono, era como tener una pared enfrente y Ruki jamás había visto así a Uruha, no era la clase de reacción que esperaba, pero no por eso iba a desistir.

-en serio, entonces en este momento puedo llevarte a mi castillo, como mi trofeo… o ¿gustas objetar algo?-

-no…- aunque sus ojos hubiesen perdido la capacidad de expresarse, de ellos brotaron dos líneas plateadas que surcaron su rostro.

Aún más sorpresa para el monarca quién seguía esperando una respuesta más viva del hombre que lo hubiese trastornado tanto; ahora entendía lo que no había podido ver antes, esto era peor que ver a Uruha con Aoi, ver a Uruha muerto en vida, no podía morir sólo porque su estúpido cuerpo aún funcionaba, pero su corazón, su mente, su alma en sí misma ya no estaban ahí, y si alguien tenía la culpa era el mismo Ruki.

Lo sujeto por los hombros con ánimo de zarandearlo, pero no pudo, al cruzarse con esa mirada sin vida, completamente oscura, en la cual lo único que ahora brillaba eran sus lágrimas, se detuvo, quedando petrificado ante ese frío, la tristeza y el dolor cruzaron su corazón como una daga.  Sintió deseos de abrazarlo, pero al mismo tiempo supo que jamás lo volvería a tener cerca, también él comenzó a llorar amargamente sobre el pecho de Uruha.

-yo… después de todo, sí te mate… Uruha perdóname, perdóname!-

Pero no hubo respuesta era como sí el alma muerta de Uruha hubiese reclamado su cuerpo haciéndolo también algo muerto.

-aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!- fue el grito más fuerte y más doloroso que Ruki hubiese emitido en toda su vida, no hubo forma de contener sus sentimientos, su magia reacciono ante ellos, deseaba quedarse por siempre con el cuerpo de Uruha, y al mismo tiempo que él volviese a tener esa cálida sonrisa que siempre le mostro, se formo un torbellino a su alrededor, era frío y poderoso, envolviéndolos mientras el grito seguía extendiéndose.

Kamijo seguía tratando de ayudar a Aoi, pero aún faltaba para poderlo liberar, lo que ni él ni Ruki veían era la realidad tras la aparente muerte por amor de Uruha.

Mientras Aoi intentaba reaccionar su cuerpo se tornaba cálido, y las rocas eran sostenidas por la magia del pilar, al menos al inicio… la cálida sensación aumentaba, era tan parecido a tener a Uruha abrazándolo, como ver su sonrisa… casi podía escuchar su voz, a caso *¿el peso de estas rocas me está matando y es así como mi cuerpo reacciona? ¿sintiendo a Uruha, viéndolo?*

*no mi amor, esto es diferente, el poder de los pilares dependía de cuanto poder depositemos en ellos, así que le estoy dando mi alma entera a este pilar, para que te proteja, debes salir pronto de aquí para poder pelear por nuestros sueños… Aoi, te amo, te amo tanto…*

-O.O URUHA!!!!! NO!!!- su cuerpo había sido debilitado por la magia y las heridas, pero no era momento para sentirse débil, no cuando el amor de su vida se estaba sacrificando así por él. Lucho con su propio cuerpo para que este reaccionara, hasta poder levantar la espada y dirigir un certero golpe que le abriera paso al exterior, lo logró sólo gracias a sus sentimientos por Uruha y a su deseo de no dejarlo morir por haberlo protegido.

Al salir de entre las piedras fue recibido por ráfagas de aire, un torbellino envolvía a Uruha y Ruki, podía verlos, a su amado en un estado de rigidez y a Ruki gritando con furia. Intento llegar a ellos, pero un brazo lo sostuvo.

-no Aoi!, ya es imposible que nos acerquemos!- con gritos apenas sí alcanzo a distinguir la voz de su general –tenemos que hacer funcionar los pilares…!-

-NO!, LOS PILARES YA NO! MATARIAMOS A URUHA!- el cristal que el rubio portaba había consumido casi toda su energía, sí activaban los demás seguirían adsorbiendo la poca vida de Uruha.

-pero…!- una negativa con la cabeza de parte del príncipe lo hizo callar definitivamente, entendiendo por su mira triste que era cierto, algo había pasado que la vida del rubio corría peligro seriamente.

Dentro del torbellino los ojos de Uruha parecían recobrar algo de vivacidad, sabía que tenía la situación en sus manos, debía detener lo que él mismo comenzó… sin querer.

-Aoi!- un grito más parecido a un susurro, salió de su garganta, llegando a los oídos de Ruki, quien ya había perdido el control de sus acciones, volteo a verlo, su corazón era una madeja incompresible de sentimientos: amor, odio, tristeza, coraje, sufrimiento, fuerza…

Ruki vio por última vez esos labios, la suave piel y esos ojos ligeramente avivados, tomo con ambas manos su delgado cuello y lo estrujo con fuerza, Uruha había comenzado a activar los pilares, comenzando con él suyo, el cristal comenzó emitiendo pequeñas luces azules, y después girar lentamente sobre su propio eje, intensificando su luz, lanzando destellos cada vez mayores, poco a poco fueron reaccionando los otros cristales, volviéndose también pilares, que unidos por la magia se volvían una barrera para contener la magia de Ruki.

Para cuando Aoi y Kamijo se dieron cuenta fue imposible detener la reacción en cadena de los cristales, el pelinegro intentaba acercarse hacia ellos, aunque el fuerte viento le impidiera incluso dar un solo paso.

La barrera comenzó a tener efecto sobre la magia de Ruki, el viento en las orillas se volvía lento, y poco a poco se fue apaciguando, no se detuvo, pero era como una masa homogénea en la cual se vieron suspendidos, Kamijo se alejo un poco pero Aoi busco acercarse más. Al tiempo que aprecia el último en este duelo, Kiyoharu había mantenido su palabra fiel a Ruki: no intervenir a menos que fuese completamente necesario rescatarlo…

Ambos enamorados intentaron avanzar hacia sus respectivas parejas, pero el momento en que las ráfagas se detuvieran fueron sólo unos segundos, en un instante todo cambio y regreso la energía descontrolada, que ahora los jalaba hacia el centro, Kiyoharu resistió sólo un poco más que Aoi, al final ambos fueron arrastrados con la furia del viento, adentro los confusos sentimientos del rey hacían todo más difícil.

-Uruha, sólo deseaba protegerte…- sinceras lágrimas corrían por sus mejillas, mientras el rey envolvía al menor en un cálido abrazo, todo se volvió oscuridad para Ruki, Uruha intentaba no desfallecer, sólo tenía que contener toda esa magia *sólo… un poco más…*

-adiós… patito…- inconsciente, un hilo de voz se escapó de la boca del monarca, un instante para que todo se detuviera, y otro para que esa energía se concentrara en el interior del pilar, jalando todo a su alrededor, Uruha sintió como si fuese desaparecido, como si no existiera más, aún así podía ver a Aoi, y a otro hombre envueltos en el torbellino, *un poco más…*

Cerró sus ojos, y no supo más.

Afuera, las ráfagas volvieron a cambiar su dirección, y ahora todo era expulsado sin dirección alguna, estrellándose con la barrera de magia hecha con los pilares. Con todo su arrojo Kiyoharu se aferro a intentar alcanzar a Ruki, y lo consiguió, tuvo que poner su cuerpo entero para sostener el del rey que era lanzando con furia al exterior, completamente inconsciente.

Mientras Aoi no conseguía ver a Uruha, creyó verlo por un instante, pero entre tanta confusión no lo veía con claridad, otro instante más y todo se acababa, la magia, las ráfagas de viento, y la barrera.

Tras la oscuridad, al abrir los ojos, sólo había un panorama destruido, el lago llevaba las muestras de la batalla, árboles y rocas desplazados en todas direcciones, colisionados unos con otros, un caos entristecedor que invadía sus miradas.

-Príncipe Aoi, despierte… Aoi!- Kamijo intentaba hacerlo despertar con ligeros golpes en sus mejillas. Apenas si podía oírlo, pero reacciono.

-u… Uruha… ¿dón… dónde está?…- la mirada más desconsolada que Kamijo hubiese visto la tenía en ese instante el pelinegro.

-no está… simplemente desapareció- él también se encontraba triste, en las semanas trascurridas lo había llegado a apreciar, pero aún más le dolía saber el sufrimiento de Aoi.

-*-

-Ruki…- apenas si entreabría los ojos, su mente no tenía lucidez alguna, salvo reconocer que le llamaban… un hombre de cabellos cobrizos que lo abrazaba con tanta fuerza que casi lo asfixiaba, y vio el cielo azul, en la tierra un caos… y caían pequeñas cosas blancas, se diseminaban por todo el claro del lago, desde el cielo al piso, una cayó cerca de su mano, eran plumas blancas, sedosas plumas… *¿un… ángel?*

~*~

 

Notas finales:

Pues ke tal les parecio?.. personalmnte me agrado, aunke al inicio sentía ke no cuajaba la idea, al final la inspi llego... a la 1 am XD, así ke ni se espanten de ver cada 'horror de ortografia'' o alguna ke otra metida  d pata, pero la verdad es ke a esa hora mis neuronas x más inspi ke tengan, no carburan muy bien ke digamos .-. jeje.

Y bueno, anuncios finales: kieren konti?, kreen ke ste podría ser el final?, Uruha muere o vive?... opiniones, plz!!... y ps, bueno, sí llego hacer el Tercer Fragmento, les informo ke tardare como un mes en poder subirlo... xq?. ps xq ste año me fue mal en la scuela y tengo ke presentar examenes xtraordnarios .-. así ke staré sin scribir x un rato, en fin, es justo y necesario, pero no se preocupen, no le pondré 'finalizado', hasta ke lo haya pensando bien... Sayitoo~!

/-*-/ Cómo puede ver, ahora el fic está finalizado... puede que se quede así, puede que no... dependerá de ud's, y bueno, claro también de mí, pero se los dejo un poco más a ud's.

{EDITADO}


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