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Príncipe Vs. Pato por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

¿Recuerdan que dije algo así como "hasta yo ya quiero que se acabe"?... Pues ahora me van a entender! ja, ja,ja... como ya saben yo hice está historia en 3 partes, y a cada parte la dividí en fragmentos... y como se ah comenzado a ver algunos fragmentos ya los subdividí... Así que si querían más capítulos, pues lo más seguro es que así sea xD... El cuarto fragmento ya lleva 3 subdivisiones, y espero ahí acabe, pero! está primer subdivisión se las dejo en 2 capítulos.... ya ven!, hasta yo quiero que se acabe jajaja.

La fuerza del corazón contra la oscuridad. La última oportunidad.

Los primeros rayos de sol ya traspasaban las copas de los árboles, llegando poco a poco hasta el grupo de hombres frente a la barrera.

-*-

Momentos antes en la taberna:

-muy bien, estos cristales están vacios, así que los podemos usar con cualquier magia-

-ya llegamos, traje a Kai- anuncio el dueño del lugar a los que se encontraban dentro, interrumpiendo la explicación de Sakito.

-bien, regresemos a la marcha- espeto el demonio negro.

-*-

-¡es aquí!- alerto Kiyoharu a los demás al encontrar el lugar a donde la barrera se había movido acercándose al lago. Aoi se acerco justo detrás de él para poder observar el interior del lugar, su mirada se turbo al notar que era el punto a donde vio por primera vez a Uruha, tuvo recuerdos de ese día, pero se repuso *pero ya vamos a estar juntos de nuevo… espera un poco, un poco más mi amor*

 -Aoi, tú eres el que arriesgara su vida, así que estas a tiempo para/-

- no tengo miedo, voy hacer esto con toda seguridad, así que comencemos-

-está bien, con mi magia abriré un hueco en la barrera, pero tú no puedes entrar en la oscuridad, no llegarías nunca del otro lado de la barrera…-

-por eso yo voy a hacer una puerta de fuego dentro de la oscuridad…- intervenía el castaño de caireles.

-y sí Uruha y tú se aman tanto, usaras la fuerza de tus sentimientos para pasar bien librado atreves del fuego; no durara mucho, así que en cuanto tengas a Uruha regresa de inmediato, al salir de la barrera no puedo asegurar lo que pasara…-

-por eso estamos aquí, Aoi ten fe en sus sentimientos, eso es todo lo que necesitas- Kai tomo a Aoi por los hombros  y con rostro tranquilo intento serenar al pelinegro.

-sí, yo confió en mis sentimientos y en los de Uruha-

-bueno, ya no perdamos más tiempo, tomen sus posiciones-

El único completamente desinteresado del proceso era Kiyoharu quién recorría la zona buscando rastro de Ruki, y lo encontró. Una pequeña bolsa de jareta, de terciopelo rojo se había quedado atorada entre algunas ramitas del suelo, en cuanto la reconoció regreso a donde el rescate de Uruha se llevaba a cabo. El demonio negro tomo un cristal y lo clavo en la muralla, de traslucido paso a negro gradualmente y a su alrededor comenzó a crecer una espiral de oscuridad, mientras el demonio recitaba algún conjuro y caminaba de espaldas, alejándose de la pared. La oscuridad crecía rápidamente, devorando la muralla, una vez alcanzo un tamaño adecuado Sakito dejo de caminar y mantuvo constante el agujero que se veía tenebroso.

Hizaki se acerco con Aoi por delante, ambos llevaban un cristal respectivamente. Del cristal de Hizaki comenzaron a salir partículas incandescentes y pequeños destellos en espiral que iban creciendo, ligeras líneas de fuego comenzaron a rodear al rey y lo siguieron, creciendo, avanzando, como atraídas hacia la oscuridad, para concentrarse en el centro del agujero, el cual parecía haber devorado todo, hasta el cristal enclavado en la muralla. Poco a poco el fuego hizo el mismo efecto que la oscuridad, una espiral, pero esta espiral tenía un agujero en su interior, el fuego ‘abría’ a la oscuridad, dándole paso a Aoi.

Su cristal comenzaba a tornarse ligeramente azul, mientras avanzaba. Los latidos de su corazón reventaban como olas en sus oídos, acompasados con el viraje del color, con sus pasos, aturdiéndolo un poco…

-¡ALTO, DETENGANSE!- Una capa roja había llegado con gran agitación hasta donde se encontraban, al alzar su rostro tras recuperar el aliento y dejan caer el gorro de la capa se descubrió una rubia cabellera.

-se te había olvidado esto…- a un lado de Ruki aparecía Kiyoharu mostrándole la bolsita roja.

-sí… pero, ustedes ¡deténganse!- No hiso falta más intervención, Hizaki y Aoi habían perdido la concentración acabando con el proceso de hacer la puerta.

-¡y a ti ¿qué te pasa? ¿Por qué nos interrumpes así?!- Sakito había enfurecido por la forma en que habían arruinado su plan.

-Aoi… *tanto tiempo…* sí haces eso sólo conseguirán que Uruha muera-

-Ruki… lamento no poder creerte-

-es cierto! yo sé lo que les digo-

-ah! u.u cómo sea, esta oportunidad ya quedo arruinada…- con cansancio Sakito indicaba hacia donde se abría la puerta, ya no había nada, ni el agujero de oscuridad ni el fuego, la muralla se había vuelto a imponer.

-así es mejor, u.u denme un minuto y les explico- se dio la vuelta, camino hacia Kiyoharu y le peleo la bolsita, hasta arrebatársela, mientras discutían sin que los otros alcanzaran a escuchar, la última palabra la tuvo el menor, con lo cual recupero su bolsa y regreso un tanto malhumorado con los demás.

-disculpen…- haciendo una mueca hacia un lado, para dejar su mal humor –Aoi, su plan no está mal en sí, el problema es el estado actual de Uruha… él, es como si se hubiese convertido en… en algo parecido a un…- a Ruki le costaba explicar la situación, además de sentirse incomodo e intimidado –un… espíritu protector del lago-

La idea que llego a sus oídos no tuvo mucho impacto, sólo genero preguntas y sospechas entre los presentes.

-¿a qué te refieres?- le inquiero Hizaki.

-no tengo idea de dónde es, pero él tiene magia en su esencia, esa magia se salió de control y casi desaparece su cuerpo… por… por culpa mía y de Aoi, cuando es más fuerte es en la noche, entonces su cuerpo consigue materializarse muy vagamente, durante mucho tiempo he tratado de que esto se revierta, pero no encuentro la forma, en este momento cualquier daño sobre la barrera sólo debilitara a Uruha, debemos esperar al anochecer-

-es lógico u.u…- Hizaki tenía una lágrima asomando en el rabillo de su ojo, en su mente y en su corazón el relato de Ruki acomodaba una última pieza.

-¡¿cómo qué lógico?! o.ó- al unisonó Kamijo y Sakito se dirigían al castaño (hasta que se ponen de acuerdo!)

-sí Uruha es un nerium, sus elementos son el agua y el viento, su esencia se encuentra protegiendo este lugar, por su relación con el agua cobra fuerza durante la noche, por la Luna… ¡en dos días será Luna llena!- Hizaki prácticamente brillaba por su entusiasmo.

-ah… aja, sí bien… ¿eso en qué ayuda?- la mirada del rubio militar se encontraba un tanto turbia por la falta de claridad en los sucesos.

-u.u eres un cabeza dura… ¿qué le viste Hiza?- se quejaba Sakito –dime, ese chico, Uruha es primo nuestro ¿cierto Hiza?…-  el demonio negro había caminado hasta su primo.

-claro!, es él… Sakito, estaremos juntos los tres, como nuestras madres!…- sus ojos brillaban llenos de ilusión, dejando las gotitas de las lágrimas atrás, tomo a Sakito por los brazos y después le abrazo. Al sentir que su abrazo era correspondido con calidez algunas lágrimas regresaron un poco escandalosas.

-Hizaki, Sakito… lamento distraerlos pero… no entiendo nada! Ruki me acusa, Uruha es un nerium… su cuerpo se ha desvanecido! Ya… ya no entiendo- Aoi estaba al borde del colapso emocional, sus ojos se mostraban confundidos y alterados, Kai acudió en su ayuda, lo sujeto por los brazos y comenzó a tranquilizarlo, mientras Ruki volvía a hablar.

-claro que te acuso, tano tú como yo tenemos responsabilidad en esto, o ¿no has pensado que Uruha hizo todo esto aún a costa de sí mismo por ti?, eso quiere decir que sin ti a él nunca le hubiese pasado esto!- aunque sus poderes lo hubiesen abandonado al enojarse su apariencia era muy similar a la del demonio de fuego que fuese en el pasado.

-basta Ruki, deja que ellos arreglen esto, ya les diste la información, ahora vámonos- Kiyoharu sujetaba uno de los brazos del menor, ambos forcejeaban silenciosamente.

-¡no!…- todas las miradas regresaron al rey de Ascort –Kiyoharu, déjalo… es cierto lo que ha dicho, y tiene derecho a poder ayudarnos con esto-

-me encantaría, pero no les soy útil, sin mi magia dudo que algo pueda hacer…- 

-apuesto a  que nuestro leoncito era un demonio de fuego ¿no, Hizaki?-

-ah?… sí *por leoncito, se refiere a Ruki? O.o mi primo es raro u.u*-

-¿qué hace un demonio de fuego apagado ante un demonio de oscuridad? uno con hambre…- relamiéndose los labios avanza hacia Ruki -tengo antojo, Ruki de Gazz- 

Los demás se sorprendieron ante las acciones del demonio negro, mas algo detuvo toda acción en ellos… Hizaki había alcanzado a entender una señal de su primo para que lo ayudara.

Mientras Sakito caminaba tras de él comenzaron a salir profundas sombras, completamente oscuras, como brazos que iban creciendo conforme él se acercaba a Ruki. Sakito relamía sus labios, disfrutando del poco miedo que Ruki iba mostrando, Kiyoharu intento interponerse, las sombras se lo impidieron, al menos eso aparentaba.

-de… déjame en paz- aunque Ruki buscaba en su interior, tratando de atraer su magia de algún lado, no lo conseguía, cada vez que lo intentaba sobre su piel sentía pequeñas descargas eléctricas. Las sombras se habían vuelto una gran muralla tras Sakito, amenazando con devorar a Ruki, este cerró sus ojos y al fin sintió en algún lugar su antiguo poder, mas no lo podía expandir por todo su cuerpo, se resigno y abrió los ojos, enfrentaría al demonio negro con su propio ser.

-Ru…Ruki- la voz de Kiyoharu era apagada por las sombras que lo atrapaban o lo que fuese aqeullo que no lo dejaba moverse; la visión de Ruki fue aterradora, al ver como sencillamente el pelicobrizo desaparecía.

-¡NO!- en un instante su cuerpo desprendía  partículas incandescentes, un viento de fuego lo envolvía ligeramente, y sus ojos se tornaron negros con matices rojos, como una llama ardiendo en ellos, el demonio de fuego había vuelto…

No dudo un momento, salió del alcance de Sakito para abrazar a Kiyoharu, evitando que la oscuridad terminara por cubrirlo, ante su magia las sombras retrocedieron, sus ojos estaban llenos de lágrimas, sus brazos habían tomado con fuerza el cuerpo del militar, mientras caían lejos del caos oscuro. Con hilos de voz Ruki llamaba desconsolado a su general.

-Ruki… estoy bien, esas sombras no me atacaban… *sólo lo hicieron por ayudarte*- aún tirados en el piso, el general parecía recuperar sus capacidad de moverse libremente, tomo la cabeza de cabellos rubios para depositar un beso en su frente, y abrazarlo con fuerza, consolándolo - gracias, gracias por protegerme así-

-qué… ¿qué fue eso?- inquirió Kai al sentirse liberado de la inmovilidad, y viendo ligeramente a Hizaki.

-nada- contestaba fríamente el demonio negro -sólo que la magia es parte de uno mismo, es tu esencia y ese enano necesitaba perder el miedo a usar su magia… ¿cierto Hiza? *gracias…*-

-ah… sí u//u, pero ya no hagas cosas improvisadas *no siempre podré ayudarte*, Aoi-sama tendremos que irnos hasta la próxima Luna llena, será cuando Uruha tenga más fuerza y correremos menos riesgo-

-¿qué?¡, Hizaki… no estarás hablando en serio o ¿sí?-

-me temo que muy en serio Aoi…-

-Hizaki tiene razón, Aoi vámonos, además hoy estabas demasiado nervioso, necesitas estar más tranquilo, o podríamos arruinarlo todo…- le sentencio el consejero (novio ¬w¬) de su primo.

-esperen, Aoi…  nos vemos en dos días, al anochecer, será luna llena… Uruha te necesita-

-O.O… Ruki… yo u.u, claro, estaremos aquí en dos días, gracias-

-bien…- hubo algo como una sonrisa en su rostro, y después vio a Sakito de lejos - demonio negro, ¿qué harás ahora que despertaste de nuevo al demonio de fuego?…*gracias*-

Ruki y Kiyoharu desaparecieron entre el bosque, Aoi y el resto también regresaron a sus hogares.

-*-

-ah… de…desean tomar algo?- Por decima vez en la mañana a Reita se le acababan los temas de conversación para desviar la atención del ex-consejero de Ascort, Hyde, y de Gackt.

-por decima vez No, gracias Reita… sólo dime a dónde carajos se largo Aoi-

-ya te dije Hyde-san, tuvo que salir al bosque u.u-

-eso no es una respuesta! ¬o¬- Ambos se encontraban sentados en la biblioteca Hexagonal, mientras el pelirrojo daba unos pasos revisando los tomos en los estantes que el quedaban a la vista, con una copa en su mano. Al escuchar el mal humor del castaño se acerco al sillón donde se encontraba y al tiempo que sujetaba delicadamente su mano lo veía profundamente a los ojos.

-Hyde-chan, ya cálmate u.u  Reita sólo nos está diciendo las cosas como son… esperemos a Aoi-

-O//O Gackt! Deja de comportarte como si fuésemos íntimos!-

-o.O Gackt… ¿qué, todavía no? 1313- le habla por lo bajo el rubio al rey.

-Hyde-chan es muy conservador y un adicto al trabajo, u.u aunque vivimos en el mismo castillo no he podido acercarme mucho, eso sí… es muy celoso, ya no deja de corteje a las princesas de los otros reinos u.u…- aunque fingía algo de pena por su situación, en realidad su tono denotaba más burla que tristeza.

El ahora regente en Gazz estaba a punto de soltar un montón de gritos en su clásico discurso en contra de la actitud del joven Rey para con él, sólo que la puerta se abrió dejando entrar a un grupo muy agotado y desganado de cuatro hombres.

-Kai! *-* ¿cómo les fue?- Reita casi se había parado de un brinco para correr hacia su novio.

-mal joven Reita u.u… no pudimos solucionarlo…- le contestaba el castaño de caireles, hasta ese momento Reita notaba el ánimo decaído que todos llevaban.

-e.é y ¿cuándo si han podido?… Aoi de Ascort! El titulo que dejase tu Padre te está quedando grande o qué?… el territorio se está desmoronando!, las revueltas de salteadores se han vuelto un ENORME problema… vengo para ver que estás haciendo en contra de eso, y me encuentro con que has salido a pasear al bosque!-

-Hyde-san!- una voz firme y autoritaria llamo la atención de todos los presentes –en esta ocasión tendré que pedirte que guardes silencio! No hay forma de que entiendas lo que Aoi-sama está pasando ahorita, por lo de los salteadores ya empezaremos a movernos muy pronto, tenemos información de cómo detenerlos… ¿cierto Hiza?-

-así es, Hyde-san déjenos esto a nosotros, no hemos podido hacer mucho, pero ahora tenemos información para poder detenerlos con seguridad, el territorio ya no peligrara u.u-

-¿información?… no puede ser… estoy rodeado de tarados, información… y acciones ¿cuándo?-

-sí gustas ahorita mismo me encargo de salir a matar a algunos consejero!… ò.ó  el lugar que mi padre dejo nadie lo puede llenar, fue un gran rey, y hubiese dado su vida por Ascort y por el Territorio, y yo haré lo mismo!- el pelinegro había salido a defenderse de entre el grupo que lo rodeaba, agradecía a sus amigos por su apoyo, pero también tenía claro su lugar como Rey, y asumía su responsabilidad por su reciente descuido.

-basta! Calmen esos ánimos, con esto no vamos a solucionar nada, Hyde ya te dijeron que van a tener el control de la situación, la última vez, con lo de Ruki cumplieron… esta vez lo volverán hacer, Aoi de Ascort cuenta conmigo y mi reino para lo que sea necesario, los reinos medios y menores están en deuda contigo y con Ascort, pero también deseamos que el Territorio tenga paz-

-gracias Gackt-san u.u… también agradece a los demás reinos en mi nombre y de Ascort- dejo que su ánimos se calmaran ante la tranquilidad del ojiverde, volteo a ver a Hyde aún con coraje -consejero dame un par de días y te olvidaras de todos esos salteadores, no dejare que los extranjeros vengan a destruir nuestro Territorio, así que regresa tranquilo a Gazz o espera aquí para ayudar… haz lo que gustes, sólo no me estorbes, con su permiso… me retiro-

Aoi salió de la sala Hexagonal, dejando un atmosfera difícil de descifrar entre esos seis hombres.

En los siguientes días Hyde y Gackt permanecieron en Ascort, esperando las acciones de Aoi y enterándose de lo que pasaba en su vida personal, el pelirrojo comprendió al instante la situación del joven rey, Hyde no se bajo de su pedestal de ofendido.

-*-

Pasaba de las ocho de la noche cuando Aoi y su pequeño sequito de amigos y aliados avanzaba por el bosque, ahora sí a rescatar a Uruha. La Luna llena comenzaba a dejarse ver en el oscuro cielo.  Primero llegaron a la taberna de Miyavi, a donde se les incorporo Sakito… algo renuente ya que Miyavi lo había mantenido excesivamente sobrio durante esos dos días.

Un par de horas más tarde llegaron al lago, Ruki y Kiyoharu ya rondaban la barrera minutos antes, buscando a Uruha…

-Ruki… buenas noches- de alguna forma era extraño tratar tan llanamente con el demonio de fuego después de haberse casi batido a muerte.

-buenas noches Aoi… u.u no lo puedo encontrar, tenemos que apresurarnos-

-y ¿cómo lo buscas?- inquirió Sakito con cierta reserva de su ego. Y como por arte de magia tras el rubio aparecía Kiyoharu con un aura bastante densa y clavando su mirada en el demonio negro.

-sólo con la vista, Aoi… te lo tengo que advertir u.u- la seriedad y la expresión triste del ex-rey le causaron escalofríos a Aoi –Uruha se ve… como si fuese un fantasma, su cuerpo es tan blanco… casi parece que se esfuma con la brisa…-

-sí, lo puedo imaginar tan bien que siento que está frente nuestro…- apunto Sakito, quien veía hacia dentro de la barrera con un expresión algo asustada.

-¿será porque está frente nuestro? e.é- comento con malicia el pelicobrizo.

La vista de Ruki y Aoi se volcó sobre el interior del lago, y de inmediato captaron la imagen fantasmal del rubio No sólo era su piel, toda su vestimenta era blanca… casi irradiaba un brillo ligero.

El pelinegro puso una mano sobre la barrera como intentando acercarse a Uruha, su corazón latía fuertemente, y en sus ojos las lágrimas se acumulaban hasta desbordarse copiosamente, su voz eran tan suave que ni él mismo la alcanzaba a escuchar, sólo repetía Uruha, Uruha… Mi Uruha, buscando llamar la atención de éste, pero la aparición se mantenía alejada de la barrera, muy cerca de la orilla del lago, parecía que en vez de acercarse se alejaba, y poco a poco la voz de Aoi se fue intensificando…

-Uruha!… Uruha, URU! NO TE ALEJES! URUHA TIENES QUE VENIR, NO QUIERO QUE MUERAS, URUHA!- golpeaba sin sentido alguno la barrera, con su voz y sus ojos empañados por el copioso llanto, el frío de la noche comenzaba a robarle las fuerzas de su cuerpo, casi se deja caer al piso desmayado, pero Kai se vuelve a encargar de estabilizarlo emocionalmente, lo sujeta por los hombros y lo gira para abrazarlo.

-Aoi… Aoi, tranquilízate, recuerda que debes estar bien para poder sacarlo de ahí, ven, vamos a comenzar- lo alejo de la barrera para que Sakito comenzara el proceso de abrir la puerta.

Ruki, Kiyoharu, Kamijo y Kai rodearon a los otros tres hombres para estar alertas de cualquier emergencia, tanto en la magia como a su alrededor. Mientras el demonio negro ya había comenzado con su conjuro para hacer la espiral negra. Aoi se mostraba férreo al avanzar hacia la oscuridad, mientras Hizaki ya también comenzaba a desencadenar su magia.

Uruha se había alejado tanto que no lo veían desde donde estaba, pero en cuanto el fuego de Hizaki comenzó a abrirse paso sobre la oscuridad de Sakito la figura blanquecina de Uruha se hizo presente frente a ellos, sin mover sus albidos se dirigió a todos.

*Por favor, deténganse, no abran la barrera, no destruyan mi santuario… no hay nada de valor que un espíritu les pueda dar, aléjense de mi santuario por favor*

Aoi reconoció el tono de voz, pero la sintió tan fría, que casi vuelve a llorar, salvo que recordó lo mucho que esto se parecía a cuando Uruha le hablo mientras lo salvaba de ser aplastado por las rocas, sí pudo hablarle en aquel entonces, ahora también lo haría; ya que parecía no reconocerlos. Sólo se concentro en la figura blanquecina, en ese rostro fantasmal que él hubiese amado tanto.

*Uruha, amor, soy yo Aoi, patito… vine a rescatarte, no eres un espíritu guardián… eres un humano, ¿te acuerdas de mí?… me salvaste la vida por amor, ¿te acuerdas de nuestro amor?… Uruha déjame ayudarte, por favor mi amor*

-¡Aoi!- del interior de la barrera salió un grito ensordecedor que les helo la sangre a todos los presentes, Uruha casi colapsaba ante la lucha de su cuerpo por recuperarse y abandonar su estado de espíritu, sujetaba su cabeza con ambas manos, como si le aquejara un gran dolor, revolviéndose de un lado a otro, dando alaridos y sollozos espantosos.

-¡AOI AHORA!- Sakito dio la orden final. En ese momento el pelinegro regreso de su trance al que entro para poder comunicarse con Uruha y vio delante de sí el agujero hecho por el fuego en medio de la oscuridad, en sus manos el cristal refulgía en tonos azules, turquesa, lilas y morados, como una aurora boreal; no había duda en su corazón, por el contrario estaba muy tranquilo, entro rápidamente atreves del fuego si sufrir daño alguno,  avanzó hasta su amado, justo cuando este parecía dar un estertor final y colapsar.

Justo a tiempo para sostenerlo entre sus brazos… -*Dios! Está helado, su cuerpo parece estar mojado… es casi como si fuese un cadáver… o ¿lo será?… ¡NO… NO, NO ME NIEGO…*Uruha!… Uruha, despierta-

Ambos sobre el suelo cubierto de hojas, con el frío y la oscuridad de la noche envolviéndolos, el rey se aferro al cuerpo inconsciente del rubio, lo abrigo tanto como pudo con el propio y comenzó a depositar besos en su cuello, en sus mejillas, en sus ojos entreabiertos, paso por su frente y se detuvo a observarlo… *respira!, está vivo, sólo necesita más calor…* no lo dudo beso sus labios, y como pudo se saco su capa negra, acabo el beso que muy ligeramente le correspondió el menor, lo envolvió en la capa y cargo con él entre sus brazos, aferrándolo a su pecho.

Al voltear a ver la puerta, hecha de oscuridad y fuego, esta se estaba eclipsando, busco el cristal pero al correr hacia Uruha lo había votado quién sabe a dónde. Busco infructuosamente entre la oscuridad, afuera Sakito gritaba enfurecido, pero la oscuridad se estaba haciendo profunda, no podía ver el cristal entre la hojarasca del suelo… la puerta seguía menguando cada vez más… se lo habían advertido… *estoy dejando morir a Uruha… porqué… porqué no puedo ayudarlo!… él dio su vida por mí! Y yo tan inútil!…* las lágrimas volvían a asomarse en sus ojos, cuando sintió que algo ligeramente tibio le rodeaba el cuello… eran los brazos de Uruha, los cuales ya recobraban algo de su color natural, así como su rostro.

-A… Aoi, viniste por mí… te amo tanto…-

-sí mi patito hermoso… ahora mismo te saco de aquí-

-no tengas miedo, sólo abrázame y salgamos de aquí…- la voz de Uruha era tan suave, casi parecía que no le hablaba… él mismo se aferro más al cuello de Aoi, y éste recordó lo que le hubiesen dicho de rescatarlo *sólo hay un lazo que nos une al exterior, y estoy seguro de su fortaleza*, obvio el cristal y se confió de su amor, del amor que se tenían. Se dirigió a paso firme hasta la abertura casi desaparecida, la oscuridad había crecido hacia afuera y hacia adentro obliterando el agujero que el fuego había hecho… aún así, sujeto con mucha más fuerza al menor, cerró los ojos y se dispuso a travesar la barrera… *TE AMO*… ambos sintieron la tibieza seductora del cuerpo contrario.

Al penetrar en la oscuridad no hubo nada… era como haber entrado a un gran espacio vacío, Aoi creyó que al dar un par de pasos cubriría el ancho del muro… pero tras dar varios pasos no pudo llegar al otro lado… recordó las palabras de Sakito *Jamás llegarías del otro lado* de sus ojos sólo Salió una lágrima que surco sus mejillas… y sintió un punto de calidez que se ‘abría’ frente suyo, no estaba lejos, corrió con Uruha inconsciente entre sus brazos, buscó sentir los latidos de su corazón y los de Uruha, y cuándo comenzó sentir que estos iban al unisonó por fin sintió que se acercaba a la calidez, llego a ella y fue como atravesar el fuego… pero al fin estaba fuera de la oscuridad, cayó tambaleante con Uruha en sus brazos, sólo alcanzo a alzar la vista hacia el cielo estrellado, dio un profundo respiro y cayó inconsciente también…

-u.u vaya, creí que no lo iba a lograr, muchas gracias Ruki de/… perdón, joven Ruki- el chico de caireles y Ruki se encontraban un poco alejados de donde Aoi y Uruha se encontraban, mientras kamijo y Kai los auxiliaban.

-no me agradezcas nada, yo lo hice por Uruha, tenía una deuda con él, y ya le he cumplido-

-entonces, ya podemos irnos- apunto con algo de impaciencia el pelicobrizo.

-no creo que sea buena idea, el bosque a estas horas es un nido de jaurías de la oscuridad, en eso es en lo que se han convertido toso esos salteadores, no se arriesguen, por favor!-

-Hizaki… eres demasiado bondadoso, no entiendo que tú y el demonio negro sean familia, no te apures, el amanecer nos acompañara en el camino, así no hay peligro…-

-u.u cómo guste joven Ruki-

-tu rey ya está despertando… pero el otro tardara más, ustedes deberían de permanecer aquí… aunque la barrera ya desapareció nadie más lo sabe, así que probablemente siga siendo seguro-

-puede que eso hagamos Kiyoharu, gracias…-

De cierta forma había mucha tranquilidad en el ambiente, en cuanto Aoi  cayó desvanecido la muralla se había iluminado con fuertes destellos azules, que batallaron contra la oscuridad, al final todo quedo disuelto, era como si nada hubiese existido en ese lugar.

A su costado Aoi observaba como Kai acomodaba a Uruha con algunos abrigos, y constataba que tuviese signos vitales estables… Hasta cierto punto había sido fácil, aunque se sentía agotado ver de nuevo a Uruha, dormido a un lado suyo como si nada hubiese pasado, le reconfortaba.

Lo único que turbo toda esa paz, fue la desaparición momentánea de la luz que la Luna les proporcionaba, había sido un instante apenas, pero todos los presentes con conciencia de su entorno lo notaron. Kiyoharu y Kamijo se apostaron rápidamente con sus espadas a la mano, listos para cualquier ataque, su habilidad militar los hacía casi encajar con sus demás compañeros con magia propia y verdadera.

Kai se paro al frente de Aoi y Uruha, mientras en un punto intermedio se colocaron Sakito, Ruki y Hizaki, todos dispuestos a batirse en duelo con lo que saliera del oscuro bosque delante de ellos…

El viento sopló ligeramente entra las copas de los árboles, ocultando torpemente ruidos sobre el suelo de personas avanzando, los agudos instintos de hechiceros y militares no se inmutaron, lo notaron bien. La enorme sombra se cernió sobre ellos,  era algo flotando en el cielo, mas nadie dirigió sus ojos hacia ella, siguieron concentrándose en lo que vendría del bosque, los torpes pasos que se escuchaban a lo lejos se habían callado, en cambio ahora se sentía agilidad y velocidad…

Antes de que pudiesen darse cuenta más de veinte los rodeaban… unos incluso habían traspasado la barrera, y se encontraban entre ellos… las miradas rápidas se percataron de la situación, ¿la prioridad?… Mantener a salvo a Uruha y Aoi. 

Entre Ruki y Sakito se encuentra uno, y al otro lado, entre el menor y Hizaki hay otro, son los más cercanos, ya todos se han dado cuenta que para poder salir de ésta la clave es la velocidad…

Kai forma una enorme barrera de hojas que deja sin visión directa a los demás que les rodeaban, afuera de la barrera envuelve a los demás con remolinos de hojas para que los demás los puedan ubicar fácilmente. En la mano de Sakito aparece una sombra con forma de espada, y en la de Hizaki una espada de fuego, no dejan tiempo a ninguna reacción enemiga, atacan a matar… Ruki ha salido volando y desde las alturas lanza pequeñas partículas incandescentes para iluminar un poco la zona. Observa cómo algunos hombres se dispersan como huyendo, aprovecha los remolinos de hojas secas que los rodean para incendiarlos con bolas de fuego que les lanza…

Abajo Kiyoharu y Kamijo se mantienen atentos, con frialdad esperan con sus espadas desenfundadas.  Por un costado alejado de Kamijo aparece un desquiciado corriendo y gritando que traspasa la barrera de hojas… a menos de tres metros sale otro, el ojiazul hace un rápido movimiento y corta el vientre del más cercano, justo a tiempo para terminar de girar y tener de frente al primero que entro y empatar sus espada con la del oponente, rechaza con fuerza el inútil ataque y en un segundo de descuido corta desde la cabeza hacia el torso a su contrincante, en el rabillo del ojo había estado observando a Kiyoharu…

Al pelicobrizo le había encarado directamente uno de los bandoleros, el tipo había llegado con su arma alzada sobre su cabeza, dejando descubierto todo su cuerpo, Kiyoharu realiza un ataque desde abajo y corta en dos al hombre… a un costado suyo entra otro que cree tenerlo acorralado, cuando su pesada espada cae a donde creía tener al militar, ya no hay nada… a su lado ve el par de botas negras…  de un solo golpe su cabeza se desprende de su cuerpo.

Voltea y encuentra a Kamijo viéndolo… a las espaldas del rubio aparece otro salteador vociferando cosas inentendibles… ninguno se inmuta, Kamijo lo espera sin voltearse, con su mirada clavada en la de Kiyoharu, la frenética carrera del tipo es detenida al caer incrustado en la punta de la espada del rubio, la gira un poco para darle muerte por completo, y saca el arma del cuerpo que cae sin vida al suelo…

Sakito reconoce a su oponente, era el líder de los artesanos que le robaron… ‘era’, porque en ese momento Sakito ha decidido quitarle la vida. Mientras la espada de sombras y la de acero chocan sus miradas se cruzan, el demonio negro lleva su furia atreves de su arma y con un grito supremo hace que su espada corte en dos el metal. El hombre desarmado ve con terror su arma mutilada… no tiene mucho tiempo para contemplarla, la espada de sombras le corta el cuello y su cabeza vuela un par de metros lejos de su cuerpo. A tiempo para que Sakito vea a Kamijo y a Kiyoharu haciendo algo parecido con un par de oponentes cada uno… y para su sorpresa Hizaki es una doncella en un vals… o *en una danza mortuoria*.

Aunque con un poco más de sensibilidad deja que su oponente de algo de batalla… al darse cuenta que bien podría haberlo asesinado al instante que apareció a su lado deja de darle concesiones, la bella dama escarlata empata su espada contra la de su contrincante y hace que esta salga desprendida de las manos del hombre, sin darle tiempo a reaccionar da un giro y desde arriba lo corta con su espada de fuego, dándole un aspecto realmente desagradable al cadáver medio quemado, medio cortado…

Ruki va descendiendo, mientras Kai va disminuyendo su barrera, más por precaución de conservar sus propias fuerzas que por sentirse confiado de hacerlo. Tras él Aoi contempla vagamente el espectáculo, y Uruha probablemente sea completamente ajeno a lo que sucede.

-parece que han preferido huir…- apunto el rubio más bajito, al tocar el suelo con sus pies.

-no estés tan seguro… no son los únicos, y realmente pocos han caído ahora, de seguro la magia de la oscuridad los ha atraído, es como sí los llamara- le contesto el demonio negro sin bajar la guardia.

-bien, ¿y alguno traía la espada que te robaron?…- por primera vez el general de Ascort no llevaba mala intención al dirigirse al primo de su amado.

-No, aunque reconocí a uno, pero sus espadas son normales… probablemente después de robarla la hayan vendido, aún así la oscuridad no los dejo ir, ahora le pertenecen… aún estando muertos-

Lentamente todos iban cediendo a la idea de tranquilizarse. Al terminar de bajar la guardia Kai volteo hacia atrás suyo para confirmar que Uruha y Aoi estuviesen a salvo, y así era, se sonrió complacido, casi feliz. Ruki avanzaba hacia Kiyoharu sin mucha prisa, Kamijo y Hizaki iban con Kai, Sakito daba por vencido el último rastro de agudeza… cuando notó que seguían sumidos en la oscuridad. Sí, era de noche, pero la Luna llena les había proporcionado una muy buena iluminación hasta antes del ataque… entonces *¿qué demonios pasa aquí?*… alcanzó a elevar el rostro para observar el cielo… Una enorme sombra con forma de dragón se apostaba sobre ellos a varios metros de altura, y distinguió pequeños puntos luminosos que se iban intensificando…

-¡AL SUELO!- todos voltearon hacia él y al verlo dirigieron su mirada al cielo, de inmediato reaccionaron, Kai se tiro sobre Aoi y Hizaki cubrió a Uruha, ambos fueron sostenidos por Kamijo y empujados un poco más bajo un árbol cercano. Kiyoharu abrió sus ojos y reaccionando instintivamente en un santiamén cogió el brazo de Ruki, y lo jalo debajo suyo para protegerle con su cuerpo.

Sakito se encorvo hacia el suelo, al tiempo que formaba una gran cúpula de oscuridad que los cubriese de las bombas que caían hacia ellos. Apenas iba a terminar de cubrirlos cuando la primera se impacto sobre la punta de la oscura cúpula, rodando hacia donde Kiyoharu cubría a su monarca. La barrera negra apenas si termino de contactar el suelo cuando sintieron la gran explosión en el exterior, seguida de varias que sólo hicieron retumbar el suelo bajo ellos. Sakito apoyo una rodilla en el suelo, y otra bomba se impacto en la superficie de la cúpula, esta vez estallo directamente ahí, el demonio negro pareció escupir sangre.

Hizaki lo vio y no supo qué hacer, temía por su primo, pero aún así no se le ocurría nada… bajo suyo comenzó a escuchar suaves quejidos de Uruha y lo volteo a ver… en su mirada se cruzo el cristal que Aoi había buscado infructuosamente, estaba a unos centímetros de la cabeza de Uruha, estiro un brazo y lo tomó; cuando lo llevaba hacia él, Aoi  le sujeto la muñeca, Hizaki lo miro y accedió a entregarle el cristal al pelinegro.

Un par de explosiones más, y la cúpula desapareció por un segundo, Sakito ya estaba arrodillado y con las manos en su cuello, mientras parecía seguir tosiendo sangre.  Segundo suficiente para que una bomba estuviese a punto de estallarle a Sakito encima… Ruki salió del abrazo de Kiyoharu, y lanzó un disco de fuego sobre el demonio negro, lo extendió tanto como pudo pero aún así la fuerza de la explosión daño un poco más a Sakito, e incluso a Kamijo… la cúpula desapareció por completo, el claro y sus alrededores tenía daños graves…

Aoi se levanto, con Uruha en sus brazos y el cristal en el regazo de éste. La aurora boreal parecía volver a ser emitida desde el pilar, aunque las bombas seguían cayendo estallaban muy lejos de ellos en el cielo dando un espectáculo de brillos y destellos, el dragón de sombras era una enorme serpiente retorciéndose en el aire, sobre sus cabezas, desde algún lugar del enorme animal salían las bombas. Nadie logró distinguir exactamente de donde. Y las luces como aurora del pilar se dispersaron reparando algunos de los daños.

La noche se volvía a clarificar, porque el día amenazaba con llegar ya. Las bombas se acabaron unos momentos después y el dragón se esfumo sin dejar rastro alguno. Hizaki atendía a Sakito con ayuda de Kai para cuando el alba despuntaba apenas. Aoi, Kamijo y Uruha se tomaban un descanso, más Uruha que no había despertado a pesar de todo el alboroto.

-*-

Notas finales:

Lo que falta... anm, lo subo luego xDD... e.é porque Uruha ya está bien no me vayan a abandonar!! jajaja P.D.: en la conti hay un leve d gackuhai ok??... anm Nos estámos leyendo.

Hayashi Nao!


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