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Siempre por Lainfreya

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Notas del fanfic:

Declaimer: No, Naruto no es mio, es de Kishimoto, quien creo se esta saboteando a si mismo, pero esa es otra historia jeje

Notas del capitulo:

El fic es universo ninja pero aqui asumiremos que la guerra ya acabo e Itachi esta vivo.

¿Cómo habían llegado a eso?

 

La vida es una ironía que se burla de nosotros, de eso no le quedaba duda. Itachi giró el rostro, su compañero dormido, tranquilo; no reclama como acostumbra, descansa, deja de aparentar una fachada de rudeza y fortaleza. Es un ser hermoso, sensual y entregado, mucho más frágil de lo que le gusta admitir. Y el gran problema de todo es que es su hermano.

 

Al despertar, lo primero que notó fu la lenta respiración a su lado. Vio el cuarto y le pareció escuchar un lejano sonido de la aldea comenzando su rutina. De la misma forma que escuchaba desde hacía ocho meses y sin embargo algo en el interior había cambiado.

 

Cuando las cosas se compusieron un poco en la aldea se encontraron viviendo en la misma casa. Se miraron totalmente inexpresivos, no dijeron nada, ¿para qué perder el tiempo en frases vacías de cortesía? Un “¿Cómo has estado?” no le hubiera servido a ninguno. Así que solo siguieron adelante y establecieron una rutina entre entrenamientos y misiones, resignados a que algo tenían que pagar y a pasar la vida así.

 

Con el tiempo las heridas físicas sanaron y ambos pudieron retomar una vida que hacía mucho les pareció que nunca tendrían. Realizaban misiones. Ayudaban a reconstruir la aldea de Konoha. Sasuke continuamente salía con Naruto quien se esforzaba por reintegrarlo a una sociedad que lo miraba receloso. No los culpaba pero tampoco le importaba.

 

Eran dos extraños compartiendo el mismo espacio, viviendo bajo el mismo techo. El ser hermanos no les decía gran cosa ahora. Les parecía que había pasado tanto tiempo, casi parecía que había sido en otra vida.

 

Desayunaban juntos en una clara rutina, nunca decían nada más de lo estrictamente necesario. Estaban acostumbrados a su soledad y a no compartirla con nadie. Levantaban los platos, se turnaban en lavarlos y era la mayor actividad domestica que tenían. Un corto “me voy” era lo que siempre se escuchaba dependiendo de quién se marchara primero.

 

La última vez que convivieron como hermanos tenían 8 y 14 años. Ahora de 17 y 23 no sentían que tuvieran nada de qué hablar. El pasado inmediato era muy doloroso para ambos y el pasado de una infancia que se emborronaba en el evento que lo había marcado todo se antojaba demasiado lejano como para traerlo de vuelta.

 

Pero algo había cambiado la noche anterior.

 

Itachi ese día volvió más temprano de lo habitual, la misión había sido fácil y no tendría nada más que hacer. Volvió a su nueva casa, se fijo en lo vacía que parecía, lo único que tenía vida eran las habitaciones que ocupaban ellos, el resto del lugar parecía un catalogo: impecable y despersonalizado.

 

Se dirigió por el pasillo, iba a entrar a su habitación como siempre cuando vio que el cuarto de Sasuke estaba entreabierto. La curiosidad pudo más que él y abrió la puerta. El cuarto era como lo había esperado, impecable. Vio la foto en el buró, quizá la única señal de que la habitación pertenecía a alguien, la recogió, el equipo 7 original. Sonrió.

 

-¿Qué haces aquí Itachi?

 

-Solo estoy viendo la fotografía de tu equipo.

 

-¿Por qué?

 

-Simple curiosidad. Ha pasado mucho tiempo. Te veías tan pequeño

 

Sasuke bufo ligeramente molesto. Se fue hacia el armario, saco ropa. Tomaría una ducha y luego vería la forma de evadir a Naruto para que no lo forzara a ir a otra estúpida y aburrida reunión con sus amigos.

 

Itachi notó como había perdido totalmente la atención de Sasuke. Hubo un tiempo en el que algo así hubiera sido inimaginable en donde siempre tenía la atención de su hermano y más si estaba cerca.

 

-¿Crees que deba marcharme?

 

Sasuke se giró a verlo rápidamente en un gesto impulsivo, pero se recompuso rápidamente y se encogió de hombros- Haz lo que quieras. Pensé que esta aldea era importante para ti.

 

Itachi no había perdido un solo detalle del comportamiento del otro.- Las prioridades cambian.

 

Sasuke se rio por eso- Supongo que tienes razón o sino estarías muerto.

 

Itachi esbozo una leve sonrisa- ¿Eso crees? Nunca has sido más fuerte que yo, siempre serás mi ototo

 

-Tengo un mangekyou tan o más fuerte que el tuyo

 

-Quisieras

 

Se acercó a él- Yo siempre he sido y seré más fuerte.

 

Sasuke se dio la vuelta dispuesto a meterse al baño. No aceptaría las palabras de su hermano aunque debía aceptar que tampoco tenía muchos argumentos para contradecirlo y obligarlo a una batalla con el nivel actual de sus ojos era una estupidez.

 

Lo siguiente que ocurrió fue sentir la mano de Itachi en su hombro y ser empujado contra la pared. Itachi lo arrinconó junto a la puerta del baño.

 

-Aun soy más fuerte que tu

 

Se miraron un momento entren divertidos y ligeramente desafiantes. Se miraron de nuevo con algo de curiosidad. Itachi tuvo que admitir que Sasuke ya no era el niño de ocho años, tenía los rasgos más endurecidos, casi no sonreía ahora pero aun asi lucia tan o más hermoso que cuando era un niño.

 

Sasuke también analizaba a Itachi, también había cambiado pero seguía siendo muy parecido a cuando entrenaban en el bosque de Konoha.

 

En el siguiente momento,  parpadeo confuso ante el pensamiento que cruzo por su mente, quería besarlo.

 

Itachi lo soltó, pero seguían perdidos en la mirada del otro. Había tanta nostalgia en ella, la cercanía se incrementaba lentamente entre ellos.

 

Sasuke fue el primero en desviar la mirada

 

-Debería ducharme ahora o Naruto llegara antes de que esté listo

 

-Sales mucho con él ahora- la voz fría de nuevo. Sin rasgo de emoción

 

-Es mi amigo- único amigo, era el término idóneo pues era prácticamente la única persona que le dirigía la palabra de buen grado.

 

-¿Seguro que solo es tu amigo?- hay cierta burla en la pregunta de Itachi. Sasuke lo escucha pero no contesta y entra al baño cerrando la puerta tras él.

 

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Itachi se pregunta qué ha pasado en esa situación. Esta desconcertado, lo que le ha dicho a Sasuke suena a celos, pero no es posible.

 

Y la sensación al estar tan cerca de él. Nada extraordinario en el hecho de tocarlo y acercarse. Pero había algo desconcertante, sus manos hormiguearon. Regreso a su cuarto intentando analizar lo acontecido.

 

-Ni-san- sueña una noche, un voz infantil que le estremece

 

Una vorágine de imágenes de Sasuke desnudo entregándosele. Despierta ansioso y excitado. Su autocontrol se rompe cuando su mano baja sin poderlo impedir a su miembro que toca y presiona desesperado, no debería pensar en algo así, nunca.

 

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Pasa un mes y en todo ese tiempo intenta volver a la rutina. Son más extraños que nunca aunque cada uno vive con el peso de su propia conciencia  que les recuerda después de cada sueño húmedo que son hermanos y eso no cambia por más desconocidos que sean o por más deseo que les consuma.

 

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-Ohe, teme, ¿Qué te pasa?- le pregunta Naruto un día cuando va por el séptimo vaso de sake.

 

-No te importa

 

Realmente debe estar ebrio para que le conteste. Además del obvio sonido sibilante que hace cuando habla.

 

Naruto intenta un poco más de tiempo pero no consigue sacarle más que una amenaza reluciente en la mirada que forma el sharingan

 

-Deberias irte a casa, has estado bebiendo mucho hoy- por no mencionar los días anteriores.

 

Con dificultad lo lleva de vuelta a su casa.

 

Abre la puerta de la casa. El aire le aclaro la mente lo suficiente para darse cuenta de que Itachi está en casa. Lo ve en la sala. Itachi cruza su mirada con él, y parece que las palabras que dirá mueren antes de llegar a su garganta, porque no dice nada.

 

Sasuke se acerca despacio, aun vacilante. Se sitúa frente a él, el cabello ocultando su mirada.

 

-¿Qué debo hacer, Itachi?

 

Se acerca hacia él. Ha estado bebiendo con Naruto puede verlo en su ojos ligeramente vidriosos.

 

-¿Qué quieres, Sasuke?

 

-Preguntarte, ni-san- dice sarcástico, pero a Itachi el apelativo le ha recordado sus últimos sueños sacándolo de balance- ¿qué debo hacer?

 

Percibe el aliento en su rostro. Su corazón late deprisa y fuerte resonando en sus oídos, se aturde por la cercanía de su deseo tanto tiempo reprimido.

 

Quiere probar esos labios, se pierde en esa idea.

 

-¿Qué debo hacer?- repite, su cuerpo imposiblemente cerca irradiando hacia su piel. Su aliento golpeándolo mientras sus brazos rodean su cuello.

 

Se besan lentos y tentativos. Se desborda la sensación. Quiere tocar su piel, quiere mecerse junto a él, quiere hacerlo suyo y reclamarlo. Nunca perderlo, pero todavía duda. No puede ser de esa forma, son hermanos, llevan la misma sangre, no pueden desearse así. Pero el besó continua y la fuerza para apartarlo se diluye, se escapa de sí.

 

Sasuke lo besa desesperado buscando una abertura, Itachi le corresponde titubeante. Sabe que está condenado ahora, porque su pecado encarnado está en su regazo y las fuerzas para evitarlo se evaporan. Quisiera poder evitarlo porque esta tan mal, pero no puede y se queda quieto besando al otro. Cerrando los ojos porque la sensación le esta enloqueciendo y no quiere llevarse a Sasuke al abismo con él.

 

Sasuke toma su mano y la lleva a su propio miembro que esta erguido y deseoso. Gime cuando obliga a sus dedos a rozar su glande.

 

-Itachi- jadea al sentir como su mano sube y baja por la dura carne

 

Itachi se abandona maravillado, su hermano se folla y se empuja contra su mano, caliente y jadeante solo por ello. Siente su propio pene siendo masajeado en los sinuosos movimientos de cadera que el otro realiza al moverse.

 

Abre los ojos y la visión lo deja sin respiración por un instante. Su hermano mirando con un brillo en los ojos, labios entreabiertos, piernas abiertas y su miembro a la vista comenzando a humedecerse entre sus dedos. Perdición personificada. De pronto algo en él se quiebra, debe ser su cordura, porque al instante siguiente está devorando los labios del otro, esta arrancando la ropa. Y lo único que puede percibir es el cuerpo caliente y suave de Sasuke. Y su propio deseo encegueciéndolo, que solo busca tocar más piel, morder su cuello y aferrar sus caderas. Sus manos acarician su trasero, lo abren, lo recorren. Gime su nombre al friccionar sus miembros juntos.

 

Cuando están desnudos se concentran en recorrer y descubrir el cuerpo bajo de él. Sasuke se sacude y le dice que se apresure, que no durara mucho más. Itachi sube su mano hacia el rostro contrario y acaricia sus mejillas; luego contempla maravillado como sus dedos son atrapados en la húmeda boca, como cada falange es acariciada y ensalivada por la suave lengua que juguetea entre sus dedos. Se fascina del como los ojos contrarios brillan con lujuria y deseo.

 

Baja por su cuerpo y mira las piernas abrirse para él, comienza a dilatar, escucha gemidos, mira su cuerpo sufrir espasmos, siente el calor y la succión insoportable del interior del menor.

 

Se siente en una vorágine en cuanto comienza a entrar. El placer viaja por cada uno de sus poros, quemando por su piel. Algo en él le dice que está prohibido, que no debería ser pero el deseo vuelve cenizas el remordimiento en ese instante. Lo penetra aun más, Sasuke baja un poco las caderas a cada envestida puede sentir su cuerpo en tensión total mientras se hunde más y más.

 

Las piernas se enredan en su espalda, y el movimiento es cada vez más profundo, tanto que se siente uno con el otro, se funde en uno. Y el placer aumenta hasta estallar en lo que es casi una luz enceguecedora y un estremecimiento por todo su ser. Entre las sensaciones puede distinguir a Sasuke convulsionando de la misma forma mientras estalla diciendo su nombre.

 

Termina sudoroso y jadeante aferrando el cuerpo contrario, sintiéndose al fin completo, etéreo y sublime. Se besan de nuevo, piel contra piel deslizándose suavemente hacia afuera.

 

Se duermen entrelazados y abrazados.

 

 

 

Y así habían llegado a esto.

 

Se despierta y se sienta en la cama. A su lado esta él. Puede sentir el ligero hundimiento del colchón, el calor que irradia el cuerpo, pero no quiere girarse a mirarlo. En verdad no quiere, no es porque no lo desee, sino porque sabe que está mal. Mal. La palabra era insuficiente, no había adjetivo que describiera el terrible peso de saber cuan enfermizo y aberrante era el hecho de haber poseído el cuerpo de su hermano.

 

Así que para huir de la opresiva sensación de saber que en cuanto se gire y confirme su presencia todo el peso de la culpa caerá sobre si, gira la cabeza ligeramente a la izquierda y ve la ropa tirada, su ropa. Sonríe al darse cuenta de que apenas se ha dado cuenta que el otro traía una playera azul y unos pantalones negros, ropa de la última misión. Sonríe al darse cuenta que, de no ser porque esta tirada en el piso, jamás hubiera podido decir que traía puesto; porque sabe que la noche anterior la ropa solo era un obstáculo que perdió cualquier importancia cuando pudo quitársela. Pero la sonrisa muere en sus labios cuando vuelve a pensar en él.

 

Lo escucha removerse y toma una resolución que sabe le dolerá, pero que también sabe es lo mejor para ambos.

 

-Itachi- escucha su voz, y se contiene a si mismo de girar y mirarlo, solo duda un momento antes de que sus labios se abran para decir:

 

-Esto ha sido un error, no debió pasar. No pasara de nuevo - dice inflexiblemente aunque cualquier interlocutor atento siente que hay algo de vehemencia en su voz.

 

-Pero…- es todo lo que articula el otro sin saber bien a bien como continuar

 

-Eres mi hermano, nada más.- le dice con una voz opaca, dándole a entender precisamente lo que sus ojos le dicen que comprende, nunca podrías ser mi amante.

 

Ni siquiera puede mirar su reacción, imagina que su mirada se esconde tras los mechones de su pelo, cierra los ojos, intentando que no note que si se demora un poco más será evidente que ha empezado a temblar. Y sabe que quizá no sea capaz de evitar girarse hacia él y decirle que lo que ha dicho ha sido una mentira.

 

Pero no se detiene más tiempo, escucha que se remueve en la cama, escucha como comienza a recoger su ropa, sigue sin girarse. La tensión en su cuerpo debería ser perceptible para cualquiera, sus manos, que intentan aparentar una tranquilidad que no siente, se presionan contra sus muslos, por favor, apresúrate o no seré capaz de controlarme más tiempo- piensa un tanto desesperado. Está asqueado de sí mismo y de su deseo, pero como siempre no hace un solo gesto que delate su estado.

 

Sasuke termina de vestirse y con asombrosa pasividad pero con voz apagada le escucha decir-En verdad ha sido un error.

 

Lo último que escucha es sus pasos saliendo de la habitación.

 

 

 

Sasuke salió de la habitación. Se dirigió hacia el baño, se ducharía y saldría, ¿qué más daba que el como un imbécil hubiera guardado alguna esperanza? Durante mucho tiempo pensó que una palabra como esa ya no se aplicaba a él. El no había tenido esperanzas, durante mucho tiempo su existencia se había limitado a un constante “hoy” sin mirar hacia adelante en ningún sentido dándole los mismo un día que otro. Pero ahora se daba cuenta de cuan idiota había sido al creer que era así. Si había tenido una esperanza, una descabellada y desesperada esperanza de que el otro regresara y estuviera junto a el. Al ser retorcida y al tener un nulo fundamento con el hecho de su muerte, simplemente se había ocultado en el fondo de su ser, pero ahora cuando contra toda expectativa su deseo se había cumplido sentía la ruptura de eso llamado esperanza.

 

 Su visión se torno borrosa un momento, abrió la ducha y entonces ya no importó, podía decir que era el agua que caía en sus ojos.

 

Le hubiera gustado saber qué hacer, como hacer que el dolor de las palabras de Itachi perdiera fuerza, como dejar de sentir que el pecho explotaría. Se encontró a si mismo apoyado en la pared dejando salir lagrimas de sus ojos.

 

No se había sentido tan solo desde la muerte de su familia. Nunca creyó que volvería a sentir algo así. Pero ahí estaba sintiendo el corazón quebrado como entonces. Pero el idiota había sido él por ofrecerse a Itachi. Siempre había sabido lo cruel que era el otro, solo había querido creer en un Itachi amable, que lo quería. Pero eso era una mentira contada por muchos.

 

 

 

Itachi corrió al baño y vomito, por asco, por remordimiento, por dolor; porque deseaba a su hermano de la forma más insana y depravada que existía. Porque lo amaba con locura y en su delirio se había acostado con él. Lo había penetrado y había habido tanto placer y entrega. Pero eso no podía ser definitivamente también había sido una locura.

 

Si era necesario que se alejara de nuevo lo haría.

 

Y entonces recordó la mirada del otro antes de salir, dolida y furiosa.

 

-¿Qué tengo que hacer, Itachi?

 

Su cuerpo terso y perfecto.

 

No podía pensar en alejarse. Recogió su cabello y se sentó en la orilla a un lado del excusado.

 

Sasuke era su hermano a pesar de todo. La única luz que había tenido en su infancia. No podía perderlo de nuevo.

 

Se puso de pie y camino hacia su cuarto. Le pediría perdón y que pasara lo que pasara. De cualquier forma la muerte ya no le asustaba ni cualquier maldición. Estaba maldito desde el día en que besó a su hermano y sintió que alcanzaba la felicidad eterna.

 

Lo encontró sentado en la ducha y se le partió el corazón. Estaba tan destrozado, la mirada perdida. Se apresuro a donde estaba y cerró la ducha.

 

-Perdóname, Sasuke

 

Intento abrazarlo pero el otro lo rechazó- suéltame Itachi, ¿no te basta con burlarte antes?

 

Odiaba que lo viera así, tan vulnerable por él.

 

Itachi suspiro en silencio. Se puso de pie y le tendió la mano

 

Lo miró en claro rechazo. Aunque había otro sentimiento, quizá dolor en el fondo de su mirada. Itachi volteo el rostro para no ver el reclamo.

 

-Sabes que esto no es correcto- dijo en voz baja, sonando tan serio como siempre.

 

Sasuke empujo a Itachi contra la pared y lo besó, con ansia y premura intentando que el otro también se abriera al beso. Recorrió sus labios, los acaricio con su lengua. Y entonces sintió la no respuesta.

 

Itachi permaneció impasible, no hizo nada, ni siquiera apartarlo, no reaccionó.

 

Itachi usó todo su autocontrol y no hizo nada. No respondió, no lo apartó. Se mantuvo imperturbable. Como una roca que soporta el embate de una ola aunque al mismo tiempo quiere hacerse parte del mar.

 

Sasuke se sintió más lastimado aun que si lo hubiera apartado. Se apartó lentamente, se dio la media vuelta y se fue a su habitación. Ya había sacrificado mucho de su orgullo, no lo haría más.

 

Itachi se quedó en el mismo lugar, un ligero estremecimiento lo recorrió al recordar los labios de Sasuke. No se movió en un rato volviendo a recuperar el dominio de si. Sabía que era un mentiroso y sabía que igual le costaba mucho recuperarse, pero prefería poder seguir a su lado como hermano a tener que alejarse una vez más de él. El sacrificio lo valía, por Sasuke, como siempre fue, y como siempre sería.

Notas finales:

¡Gracias por leer! ^_^


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