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La "Cupido" de las Islas por Rabbito88

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Notas del fanfic:

Esto lo hice en una noche en un arranque de inspiracion ^^  ya sabes cuando quieres escribir un fic sobre una pareja en particular y nada te viene a la cabeza y de pronto POW!! 

 

Como sea es corto porque en verdad lo escribi todo en una nochecita~ 

 

OwO  y por cosas raras, utilice a Kairi como... alguien util...  ^^

 

READ READ READ!!   y comenten despues  :3

 

Era una tarde cualquiera. Destiny Islands no tenía nada nuevo dese hacía ya mucho tiempo. Nada excepto esos enormes ojos azules, que habían cambiado su semblante amable y feliz, por uno furtivo y odioso, o al menos lo hacían cuando le miraban a él.

 

Ya iban siendo tres semanas desde que Sora había comenzado a evitarle de esa manera tan indisimulada. Siempre que el peli-plateado se acercaba a él de algún modo u otro, el otro chico salía disparado hacia otro lugar, alegando que tenía algo más que hacer. Riku ya estaba cansado de eso, cansado de que el enano le huyese así sin más... y lo peor es que él mismo sabía porque lo estaba haciendo, ¡vaya que lo sabía! Jamás debió decirle su secreto a Kairi, jamás debió confesarle sus sentimientos por su amigo con cabellos alborotados y ojos condenadamente azules. De seguro la chica había roto su promesa y le había soltado todo a Sora.

 

- Ri~ku~ - le llamó una voz familiar. Hablando de presencias desagradables ¿cómo es que Kairi se dignaba a hablarle después de lo que había hecho?

 

Riku simplemente se volteó a verle, sin poder evitar que su mirada revelara algo de sus emociones acusadoras contra la chica. Kairi simplemente dio un paso al frente con una enorme sonrísa, cambiándola de inmediato por una expresión de molestia al ver el semblante del chico semi-albino.

 

- ¡Hey, no me veas así! - le regañó, obviamente sin recibir ninguna disculpa por parte del aludido - ¿Qué es lo que tienes en contra de mi?

 

- Deberías saberlo... pequeña bocona - refutó el chico, ahora viéndole con cara de enfado. Ya era hora de aclarar las cosas con ella.

 

En ese momento estaban en la playa, con sólo algunos espectadores de su pequeña discusión. Todos ellos voltearon alterados ante el estruendoso sonido que se dio en ese instante, quedando boquiabiertos por lo que estaban viendo: Kairi acababa de abofetear a Riku, tan fuerte que incluso le volteó la cara hacia el otro lado, sólo ella podía hacerle eso a él y salir viva.

 

- ¡¿Cómo se te ocurre decir eso?! - chilló ella, realmente estaba molesta - Te prometí que no se lo diría a nadie ¿no es cierto? Entonces ¿Por qué no puedes confiar en mí? ¡Eres un idiota, Riku!

 

El peli-plateado también quedó boquiabierto ante esto. Haciendo su mayor esfuerzo por no llevarse la mano a la mejilla en señal de dolor, recobró el aire y continuó hablando, ahora en un tono más bajo, pero no por eso menos insultante - Sora comenzó a evitarme desde ese día, eso es demasiada coincidencia para mi gusto.

 

- Pues no, no es coincidencia - Kairi apretaba un poco los puños, Riku era realmente un estúpido, si eso era lo que le molestaba podía haberle preguntado antes de crearse ideas en su cabezota - de hecho venía a hablarte de eso precisamente, lo que le dije a Sora ese día - el chico enarcó una ceja, sin poderse imaginar a lo que se refería - Como sea no te lo pienso decir, sólo ve al árbol de siempre hoy por la noche. Tu querido Sora estará allí.

 

- Espera... ¿qué? - musitó Riku, pero ya la chica se había dado vuelta y había comenzado su marcha, obviamente ignorando al chico con el cabello platinado - ¡Kairi!

 

---

 

Al otro lado de la isla (no exactamente al otro lado en realidad) se encontraba un consternado Sora dando vueltas como perdido en el lugar secreto. Hace tres semanas había tenido una conversación muy seria con Kairi, y dese entonces no podía hacer otra cosa que pensar en su amigo de ojos aguamarina, de una forma en la que jamás se imagino que podría hacerlo.

 

" - Sora... ¿Qué piensas de Riku? - le preguntó la chica, jugando tímidamente con sus manos tras su espalda, con un brillo muy extraño en los ojos, incluso para ella.

 

- ¿Qué pienso de Riku? - repitió sin entender la pregunta del todo - ¡Es mi mejor amigo en el mundo!

 

Kairi suspiró ante la despreocupada sonrisa de su amigo, si quería ayudar al peli-plateado tenía que ser más directa con esos ojos azules.

- No... me refiero a si sientes algo particular por él - hizo silencio unos segundos, observando el rostro confundido del chico. Suspiró de nuevo - Escucha, me gusta Riku y quiero pedirle ser su  novia ¿no te importa verdad?

 

Sora se sorprendió ante tales palabras. No podía imaginarse a Riku con Kairi, de hecho, no se lo podía imaginar con nadie. Se sacudió la cabeza unos segundos, ese no era el pensamiento que debía surgir en ese momento, después de todo Kairi era quien le gustaba ¿no? Pero entonces ¿Por qué era su amigo quien venía a su mente en ese momento?

 

- ¡No puedes! - dijo casi de inmediato sin saber realmente porque lo hacía

 

- ¿Es por mi... o por Riku? - le preguntó, adquiriendo de nuevo su extraño brillo en los ojos.

 

- ¿Eh? ¿Cómo que si es...?

 

- ¿Es por mi o por Riku que te molestas? - repitió, tomando por innecesaria la respuesta - Riku te gusta, desde siempre te ha gustado, por eso no puedes evitar pensar en él desesperadamente los días en que no se ven. Te preguntas dónde esta, qué estará haciendo, con quién, y cuando le ves pierdes la noción del tiempo y al momento de decir adiós te quedas con el peor de los vacios en ese estómago que tienes. Es porque te gusta y sientes algo por el mas allá de su amistad que sientes este tremendo alivio cuando te digo que realmente no le pediré ser su novia.

 

Sora estaba perplejo. ¿Cómo es que ella sabía todo eso? ¿En verdad le pasaban esas cosas con Riku por que le gustaba? No podía ser, ellos era amigos, los mejores, y aún mas importante ¡ambos eran hombres! No podía gustarle, pero entonces...¿Por qué sentía esa emoción de alivio tan enorme en su estomago justo ahora, sólo por escuchar que Kairi y Riku no serian novio y novia?

 

Kairi sonrió victoriosa. Había logrado hacer que ese tonto se diera cuenta de lo obvio."

 

Después de eso el de cabello alborotado no había sido capaz de ver a Riku a los ojos, no sin sentir que la sangre le subía al rostro y que el corazón se le saldría por la boca. Y ahora había venido Kairi a decirle que el peli-plateado le iba a esperar en el árbol de paupo en la noche, y que si no iba probablemente no le hablaría más nunca.

Hundió el rostro entre el montón de hojas que había acumulado en medio de su flash back, sintiéndose un poco relajado con el olor húmedo de las hojas. ¿Qué podía querer Riku? Después de todo llevaban tres semanas sin intercambiar palabra alguna. Suspiró ya por milésima vez esa tarde, disponiéndose a ir a su casa para cambiarse de ropa y prepararse para lo que le pudiese esperar para esa noche.

 

---

 

Por "noche" tenía entendido que era el momento en que la luz del sol ya no prestaba sus servicios. Sin embargo había llegado un poco antes, sin encontrar señal alguna del enano ojos azules. Suspiró, sintiéndose... extraño, una mezcla entre tristeza y desesperación. Se sentó en el tronco, suponiendo que podría tomar una siesta mientras el otro llegaba, y si no lo hacía, al menos habría dormido un rato en un buen sitio. Por un momento se le pasó por la mente que tal vez si Sora llegaba y le veía durmiendo, tendría oportunidad de arrepentirse y se daría la vuelta, pero finalmente el sueño pudo más que su voluntad y terminó rendido sobre el árbol.

 

El menor llegó ya cuando se podían ver las estrellas. Todo estaba oscuro, y apenas si pudo distinguir la silueta de su amigo sobre el tronco. Trago saliva al verle, recostado tan tranquilamente ¿Sería que aún no notaba su presencia? Se acercó un poco más, hasta darse cuenta de que el otro esta profundamente dormido. Sonrió al verle, apoyándose en el tronco de modo que sus rostros quedasen juntos. No pudo evitar sentir un cosquilleo en el estomago cuando al retirar algunos platinados cabellos del rostro de Riku, este abrió los ojos, al principio de forma pesada, terminando por casi caerse del tronco al ver a Sora ahí al lado suyo.

 

- Sora... - murmuró como pudo, preguntándose si no estaba aún dormido

 

- Riku... hola - le saludó, evitando ver sus hipnotizantes ojos verdosos, sabía que si lo hacía su rostro se pondría tres veces más rojo de lo que ya estaba.

 

- Quiero ir directo al grano - le dijo serio, viéndole desde arriba - ¿por qué me estas evitando?

 

- ¿ah? ¿por eso me llamaste? - preguntó el otro, aún incapaz de mirarle de frente.

 

- Pero si fuiste tu quien... - ahora todo era más claro para él. Kairi tenía que aprender a no jugar con los demás de esa manera - como sea respóndeme... ¡y por lo que más quieras mírame a los ojos! Deja de huir.

 

Sora obedeció, temblando y con un nudo en la garganta. "Si no se lo dices será peor..." las palabras de Kairi daban vueltas en su cabeza una y otra vez. Apretó los puños, viendo por fin aquellos ojos tan familiares.

 

Enormes, azules y brillantes. Finalmente había conseguido que esos hermosos ojos volviesen a verle. Se inclinó un poco para verlos mas de cerca, podría observarlos por horas sin cansarse. Entonces notó algo más, una expresión de inquietud que se había apoderado de las usualmente alegres facciones de su amigo.

 

- Yo no se como decirte esto...Riku - comenzó a hablar el menor, arrastrando las palabras - pero creo... creo q-que m-me... ¡Agh, contigo todo es mas difícil, así que sólo lo diré! - dijo apretando los puños y retrocediendo unos pasos, tomando suficiente aire para hacer su confesión alto y claro - ¡Me gustas!

 

No podía creer lo que acababa de escuchar del más bajo. ¿Me gustas? De todas las frases que existen, en todos los idiomas posibles, jamás se le ocurrió que Sora fuese a decirle esa. Se bajó del tronco de un salto, acercándose a su amigo, lo suficiente para tomarle por los hombros.

 

- Repítelo, Sora - murmuró, viéndole de una forma que hizo que fuese imposible que el otro se negara. Escuchó otro "me gustas" brotar de sus labios. El chico estaba avergonzado, tanto que hasta la temperatura de sus hombros estaba subiendo - ¿En serio te gusto?

 

- ¡¿Quieres burlarte de mi?! - se sacudió el menor, sin lograr zafarse del agarre del otro.

 

- Jamás haría eso... - murmuró. Notó como unas lágrimas rebeldes se escapaban de sus adorados ojos azules. No pudo resistirse a ellas, era imposible. Tomó el rostro de Sora entre sus manos, como si fuese lo más delicado que hubiese sostenido en su vida, y lentamente fue acercándose a él, sintiendo los latidos de su corazón tan fuertes que posiblemente el otro también los estaría escuchando.

 

Sora sintió algo parecido. Su pecho casi se reventó al sentir la suave presión de los labios de Riku contra los suyos. No sabía que se pudiesen sentir tan bien. De inmediato se abrazó al cuello del más alto, sin saber realmente si lo que estaba haciendo estaba bien o no. Ya no importaba, aunque fuese una mentira, o aunque no lo fuese, aunque todo terminara después de ese beso, no podría arrepentirse jamás de haberlo hecho. Mientras se sumergía en sus pensamientos, sintió la húmeda lengua del mayor lamiendo sus labios en medio del superficial beso. Casi por instinto abrió una pequeña brecha entre sus labios, permitiendo que su lengua y la de Riku se encontrasen.

 

- Te amo - murmuró Riku después de que sus labios se separasen, más por la falta de aire que por otra cosa.

 

- Repítelo - le imitó el menor, riendo un poco sin saber realmente por que, sólo sabia que estaba feliz, no quería que ese momento se acabara nunca.

 

- Te amo- volvió a decirle, una y otra vez mientras besaba su rostro, descendiendo después hasta el cuello. - Sora, vamos a mi casa... - el mas bajo sólo asintió, sintiendo que algo le estaba quemando el pecho después de aquellos besos. Caminó junto a Riku por la orilla de la playa, ambos tomados de la mano, sin decir nada, sólo disfrutando estar con el otro.

 

---

 

- ¡Agh! - chillaba Kairi, peleándose con el estúpido control del videojuego.

 

- No tienes que pagarla con el control - intentó calmarle Selphie, aunque todos sus intentos fueron en vano.

 

¡Ese Riku, justo ahora debe estar haciéndole toda clase de cosas sucias a Sora! Pensó la otra chica, volviéndose como una fiera de tan sólo imaginarlo. Estaba tan molesta que incluso mordió el brazo de su amiga cuando esta intentó darle un masaje para relajarle.

 

- ¡Auch! Si tanto te molesta entonces ¿por qué lo hiciste?

 

- No lo se- suspiró Kairi, volviendo a concentrarse en el juego - ... supongo que eso me pasa por querer hacer papel de Cupido...

 

Notas finales:

que tal~?  :3

a mi me gustó  :3  no sabía si hacerle un lemon... si recibo al menos 5 comentarios pidiendo lemon entonces se lo agregare  :3

 

Bye~nii~


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