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Pasión por el juego. Friend or foe: Las primeras impresiones no siempre son acertadas por hanachan

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Notas del capitulo:

Perdonenmee! no tiene excusa, lo sieeeentooo! U.U Bieeen, aqui les dejo el nuevo capi. Espero y les agrade.

Algun comentarioo? Se les agradece eternamente a quienes me ayudan a inspirarme con sus palabras :)

Ultimamente la depresion vencio asi que no solo no actualice este, sino que tambien dejé abandonado mi otro fic, atado a ti, y entre traerles un capitulo muuuy malo, a traerles algo decente.. bueno, espere a mejorar los aimos y salio esto... no se si estara espectacular, pero es lo que pude hacer e.e

Una cosa, puede que tenga muchos errores ya que no lo hice en word, porque tengo que instalarlo en mi nueva compu (asi es, tengo una compu para mi! wiii! al fin! trabaje mucho para pagarla pero lo vale xD)

 

Capítulo 2

 

El sol anunció el comienzo de un nuevo día, la molesta luz mortecina solo lograron levantarlo para que cerrara las persianas y volviese a dormir. Su sueño había sido profundo y reconfortante emocionalmente hablando, claro está, porque su espalda no estaba muy de acuerdo al respecto.

Al cabo de unas horas se levantó, con aún menos ganas que antes, pero sus necesidades fisiológicas, por mucho que quisiera olvidarlas, seguían presentes.

El comienzo de una ajetreada semana dio inicio, en lo que nada relevante que pueda mencionarles ocurrió.

Y así fue, consecuentemente que su vida en Santiago de Chile comenzó…

 Llamadas a montones por parte de su hermano, quien a pesar de ser un pesado, un molesto o lo que fuere, hacía lo posible por él… al menos eso había que reconocerle; para ver como era, que lo quisiera lo suficiente para preocuparse a tal grado por él era un mérito, considerando que a penas se ocupaba de su propia persona.

Las clases las podría haber tomado por Internet, seguro, pero… volver parecía algo tan lejano debido a como se habían dado las cosas en su familia que transferirse había sido lo correcto… o eso esperaba.

Los días, tras acomodar todo en el apartamento, que olvidé mencionar pertenecía a su madre, se volvieron monótonos y aburridos, obviando el hecho de lo frustrantemente enorme que le parecía la ciudad.

Se había perdido unas cuantas veces en las que la amargura de ser incomprendido lo pusieron al borde de su temperamento. Había querido gritarle al guardia con quien se encontró, tras ir a parar a un zoológico y sin tener idea de dónde estaba y mucho menos de cómo regresar a su nuevo… a su nueva casa (aún no era capaz de denominar HOGAR a aquel lugar).

Amigos… bueno, no podía decir que no había conocido a nadie en especial como para darle tal título. Por ahora, todos eran conocidos o personas que lo rodeaban, sin importar si fuesen chicas hermosas o lo que fuere (las cuales lo rodeaban a montones, confiadas en que su apariencia les sería a favor para poder estar con él, un nuevo objeto brillante entre la multitud del estudiantado), no importaba mucho, no había nadie que le llamara la atención como para entregarle su confianza ni demás. Y no es que fuese alguien antipático, ni mucho menos. Al contrario he de destacar, que su personalidad era sin duda extrovertida y divertida, alguien sociable que podía hablarte desde libros hasta la inmortalidad del cangrejo, pero se veía retraído a la hora de confiar en alguien más para entablar una verdadera “amistad”. De esas en las que uno es abierto y puede confiar en el otro para lo que fuere, hablar y poder desahogarse sobre un hombro que sabe hará lo que sea para sostenerlo... ese tipo de personas que cuando uno no está y se preocupan por tu ausencia, o simplemente están porque así lo desean y no porque una obligación los ata a uno.

Había dejado a sus “amigos” en Holanda, y conocer personas así nuevamente, para en un tiempo indefinido tener que decirles adiós… asustaba. No, que digo, no lo asustaba, lo aterrorizaba. Prefería olvidarlo y seguir su vida sin preocuparse en que alguien pudiese llegar y meterse en su corazón, seguir indiferente, conocer gente, hablar y disfrutar del momento sin más allá que lazos superficiales…

A decir verdad, el único momento en que su día parecía brillar era cuando dejaba todo de lado, tanto fuese agarrando un libro y perdiéndose en las palabras en las que el escritor había plasmado  sus sentimientos más profundos, brindándole la seguridad de un mundo alterno y fantasioso en el que lo real y lo imposible se mezclan en una bella danza irreconocible. Y en segundo lugar, pero no por ello menos importante estaba el Tae Kwon do. Una pasión diferente, en la que la adrenalina fluyendo por sus venas, la emoción y la aventura se combinaban; un tipo de danza muy distinta a la de las finas palabras, mucho más rústica y enérgica… del tipo en las que se puede perder en el baile de cuerpos, descargar toda la ira o tristeza acumulada a través de los movimientos, donde solo debe concentrarse en enfrentar a quien tiene delante y dar todo lo que su cuerpo pueda de sí.

 

Para serles franca, el tiempo es un factor del que dispondré en ésta narración, ya que en la vida, por más que uno quiera, las cosas no suceden como una las espera y ocurren en los momentos menos pensados. Esos encuentros mágicos que uno adora y lee repetidamente en las historias no son más que ilusiones utópicas. Uno no puede decidir nada en realidad, es solo algo que nos gusta creer a los humanos, incluyéndome; que tenemos algún tipo de poder de decisión en nuestro destino, cuando no es más que una serie de casualidades afortunadas.

Volviendo a lo importante, he de avanzar un poco más, a tres meses luego de llegar a Santiago. Dirán, ¡vaya! ¿Tanto tiempo?, pues sí… y si hubiere que describirlo sería como un período inerte en el que la vida de Nicolás parecía un ciclo interminable, levantándose cada día para seguir viviendo, acordarse de que debe respirar para vivir, hasta no necesitar recordarlo para hacerlo.

Entre las pequeñas novedades, o grandes, dependiendo de quien lo interprete solo cabe destacar un par de cosas. Ente ellas está la aparición de mi persona en la historia.

Pensarán quién es éste individuo que sabe la historia de ésta pareja tan bien. Se los aclararé, no soy más que una simple expectante, una amiga que tuvo la fortuna de toparse en el camino con a quien considero como un padre o un hermano (claro que hablo que de Nicolás). Pero, ¿qué tan relevante es mi presencia? Ninguna, a decir verdad, solo soy un pañuelo de lágrimas dispuesto a escuchar y si se me es posible, aconsejar.

La segunda cosa importante, o mejor dicho… relevante, para entender lo sucedido sería el comienzo de una relación ente mi susodicho padre adoptivo (pues yo lo veo así por el modo en que me regaña seguido cuando no hago las cosas cuerdamente) y una chica, de la cual, si bien no puedo hablar maravillas, es alguien agradable y linda… creo que más que esto no puedo decir , objetivamente hablando, ya que no es quien quiero para mi padre ni tampoco en con quien pueda entablar las mejores de las conversaciones. Dirán que soy cínica, pero es solo la preocupación por Nico, lo quiero y me gustaría que fuese feliz con alguien que le mereciera.

Bueno, ya no hay más que aclarar.

Era avanzada la tarde, llegando a ser de noche, y Nicolás se encontraba en el gimnasio, entrenando, como siempre lo hacía en ese horario. No veía la hora de crecer unos centímetros más, porque a pesar de ser alto, a los dieciséis años, su metro setenta y pico eran poco impresionantes en comparación de muchos de sus compañeros (o sería mejor decirles colegas a causa de la rivalidad entre los mismos) en taekwondo. Su cuerpo era envidiable, con una fuerza impactante compactada en sus músculos, y la apariencia de un chico con que cualquier chica desearía estar.

-El torneo se realizará en menos de un mes, así que lo mejor seria que se vayan preparando. No se dejen estar- dictaminó el entrenador de aquel "dojo" por así llamarlo.

-¿De qué habla?- preguntó intrigado Nicolás a uno de los muchachos que estaba cerca de él.

-Oh, cierto que no sabes de ésta competencia.- Se giró y habló de frente con él, observándolo por primera vez, como si nunca lo hubiese visto realmente. Parecía un poco asombrado que aquel chico mezclara rasgos delicados con otros masculinos y bien definidos, toda una contradicción. Ignoró aquella extrañes causada por la primera impresión y prosiguió- Cada año se realiza una competencia entre los gimnasios de taekwondo de la ciudad. Luego viene el regional, y luego el nacional. Aunque el entrenador está algo afectado por uno de los chicos de nuestro "equipo" rival.- llamó equipo, porque aunque obviamente las peleas eran individuales, cada gimnasio era lo suficientemente unido como para determinar de éste modo a los miembros que lo conformaban.- Claro que es fuerte, pero nosotros también los somos y lo demostraremos en la competencia.

-Oh, ya veo...- se hundió en sus pensamientos, catalogando cuanto tiempo podría disponer entre la universidad y los entrenamientos. ¿Sería suficiente como para permitirse el lujo de participar?

-Eres nuevo y todo, pero es más que seguro que el entrenador te querrá allí- refiriéndose a la competencia- Sin duda que eres uno de los mejores... y con un poco de entrenamiento..

-No se si es que pueda...- Seguía con un pie en su imaginación y otro en la realidad; hacía ya casi un año que no participaba en una competencia y ¡Cómo deseaba hacerlo! Estaba más que emocionado, y los horarios, bueno... los podría arreglar después, pero ésta oportunidad, por alguna razón no debía de ser desperdiciada. Algo en su corazón le decía que arriesgar un poco de su tiempo iba a ser necesario, pero que debía hacerlo

-Ustedes dos, ¡¿Qué hacen tan tranquilos ahí hablando?! Comiencen a moverse, ya. No, no, esperen. Hagan cien flexiones de brazos cada uno, así recuerdan para la próxima que no venimos aquí a charlar.

Ambos suspiraron resignados y comenzaron a hacer lo indicado por el mayor, quien los miraba de reojo, mientras contemplaba las prácticas de los demás. Tan pronto ambos terminaron, un poco cansados a decir verdad, pero nada insoportable, los dejó en paz, y se alejó.

-Ya te dije, está muy afectado por la competencia. Será mejor que vaya a seguir con lo mío.- Le dio una palmada en el hombro y se fue, dejándolo metido en sus pensamientos.

Y así siguió el resto de esas dos horas. Al culminar el entrenamiento de ese día se dirigió nuevamente hacia el entrenador quien a pesar de estar de malas pulgas lo recibió bien en su despacho, por así decirlo, ya que no era más que un simple cuarto de almacenaje en el que estaban dispuestos tres armarios, todo muy pulcro y un escritorio con algunos papeles encima. Por algún motivo aquello no le parecía fuera de lugar, sino que combinaba con el estilo de persona que era su entrenador.

-Sí, disculpe- su acento aún era muy marcado, por lo que no le costó saber de quien se trataba

-¿Sí, Nico?- Al parecer en ese país se tomaban muchas libertades al hablar con la gente. Nada de Nicolás, o Van Veeldroove, pero bueno, tal vez fuese muy difícil de recordar o de pronunciar... en fin, se había acostumbrado un poco a aquella informalidad que lo hacía ver un poco más acogedor- ¿Sucede algo?

-No. Solo quería saber si planeaba... utilizarme para la competencia que viene- Enfrentó su mirada. El hombre calló y parecía estarlo pensando; dudando. Se mordió el labio.

-¿Estarías dispuesto a esforzarte aún más? ¿Cambiar la rutina de entrenamiento por una más rígida? A decir verdad, tu nivel, aunque es muy bueno, sabes que no es suficiente para lanzarte de cabeza a pelear.- Firmemente asintió con la cabeza- Creo que en ese caso puedes considerarte dentro del equipo.

Sonrió y le agradeció, a punto de retirarse del lugar. Algo en su interior ardía en deseo, y su corazón estaba alegre por primera vez desde que había llegado a ese lugar tan extraño y por lo que muchos considerarían una trivialidad, pero para él no lo era. Junto con los libros éste era su modo de disfrutar, y hacía tanto que no se probaba a si mismo, que de solo imaginar y recordar aquella sensación, la adrenalina comenzaba a fluir por sus venas.

-Algo más, no te confíes. Tienes fuerza, eso lo sé. Tienes técnica, y también lo probaste, aunque hay un chico en tu categoría que te supera en ambas, así que cambia esa sonrisa y usa tu destreza para mejorar- le aconsejó el hombre, creyendo que con esto su sonrisa podría disminuir un poco, ya que como él sabía, el exceso de confianza podría ser crucial en una pelea y darte una de las peores desventajas. Por el contrario ésta se amplió aún más, junto con su excitación, enfrentarse a alguien más fuerte era un privilegio, y superarlo sería un placer.

-Lo sé, y tengo planeado vencerlo.

-Grandes palabras, chico, pero no alardees tanto.

-Entréneme. Lo haré. Estoy dispuesto- El entrenador lo miró y se rió en carcajadas, a lo que muy ofendido, Nicolás se retiraba.

-Espera muchacho, no te confundas, solo me río por la determinación que muestran tus ojos. De acuerdo. Pero te lo advierto,- su mirada se volvió mucho más seria- no tendré piedad contigo, así que ven mentalmente preparado, ¿De acuerdo?

-Claro

Y éste fue el final de la conversación. No había más que decir. Estaba ansioso por conocer a su contrincante... ¡¿Qué tipo de persona sería aquel chico que su entrenador temía?! Faltaba poco para averiguarlo, solo unas semanas más y lo sabría. Mientras tanto se prepararía para aquella fecha.

Volvió al barrio y como usualmente lo hacía, habló con migo, resaltando y resaltando lo mucho que deseaba participar. Exclamando que sería más fuerte y que sin duda sus músculos aumentarían, aumentando su "sexosidad". Nos reímos y se fue a su apartamento, que quedaba a pocas casas de distancia de la mía.

Llamó a su novia y le comentó al respecto, ya que cuando se entusiasmaba no podía evitar esparcir su felicidad, esperando que ella lo felicitara o le deseara suerte, pero por el contrario se disgustó. ¿Por qué? se preguntarán, pues es simple, muy egoístamente deseaba estar más tiempo con él. Que desfachatez la suya, ¿verdad? No podía exigirle eso, y no es que no lo conociera lo suficiente, porque la emoción que su tono de voz demostraba dejaba claro que deseaba fervientemente aquello. Entonces, ¿cómo negarle algo así?

 

Me alegra, incluso ahora, que de manera terminante le dijese: "No me importa si deseas o no que lo haga, lo haré simplemente porque es lo que yo quiero." Concluyendo terminalmente la conversación, colgando un poco enojado, para luego olvidar el asunto y comenzar a preparar el baño. Cenaría luego, y terminaría el día leyendo.

Ya en su cama no hacía más que dar vueltas y vueltas. Sus músculos estaban tensos y su mente muy despierta como para lograr conciliar el sueño fácilmente. Se enfocó en el techo, que no ofrecía una vista muy interesante, pero sabía que si se levantaba, dormirse sería más que solo imposible. El día no había sido muy interesante de por sí, pero aquella noticia había salvado el día de ser igual de monótono que los demás. "Te venceré, tenlo por seguro que lo haré"

 

//Comienzo del flash-back//

En el amplio lugar, los miembros del equipo, sus ahora compañeros rodeaban a un par y al entrenador. A partir de ese día harían luchas de práctica. En realidad aquello no era algo nuevo, pero serían más largas y no solo un corto período que en otras ocasiones hubiese durado entre quince o treinta minutos con suerte, a partir de ahora durarían al rededor de una hora.

-Wow, Matías lo hace muy bien- comentó Nicolás descuidadamente mientras miraba como el joven que le había comentado respecto a su nuevo objetivo terminaba limpiamente su pelea, sin recibir ningún golpe directo y derribando a su contrincante con facilidad excesiva.

-Sí, es muy bueno. Sin duda él se enfrentara a ese chico...

-¿Qué chico?- su curiosidad iba en aumento, ¿Habría alguien más aparte de quien Matías le había mencionado o iban a por el mismo objetivo?

-Debes haber oído de él. El entrenador siempre lo menciona- lo miró de reojo mientras observaba a la siguiente pareja que comenzaría a pelear. Matías se acercaba a ellos.

-¿De que hablan?- Sonrió efusivo, como cualquiera luego de una victoria. Sin duda le encantaba mostrar a los demás su destreza y supremacía- ¿Qué, no me dirán?

-Oh, no es nada. Al parecer el holandés andaba en las nubes mientras el gringo nos hablaba-haciendo referencia al entrenador- respecto al pibe ese... ¿Cómo se llama? El que te enfrentarás...

-Ahh, ya. Te refieres a Pedro, ¿verdad?

-Sí, ése. Como sabes, no me va eso de recordar nombres... Parece que me toca. Los veo en un rato- Matías rió y miró a Nicolás, quien parecía haberse perdido en la nebulosa de Orión.

-¿Ey? ¿Sigues allí?- pasó una mano frente a sus ojos

-Sí, lo siento... Así que tú te enfrentarás a...

-¿Pedro? Sí, supongo...

-¿Qué tan fuerte es?

-Mucho. ¿Recuerdas como tumbé a Max recién?- asintió con la cabeza- bueno, en una pelea contra él, yo sería Max. Es vergonzoso, pero su fuerza es brutal. Pero no se la dejaré fácil. Entrenaré duro y le ganaré.- suspiró- bueno, primero debo ser elegido para ser su contrincante.

-Ya veo... El entrenador es quien elige, ¿verdad?- Matías le sonrió, mientras asentía

-Así que tú también quieres pelear contra él. Bien, esforcémonos, y que el mejor gane. Aunque superarme no te será fácil

-Eso lo veremos... ¿Quieres probar ahora?- sonrió confiado.

-Claro, pero no llores cuando te gane.

-No lo haré, porque o pienso perder.

//Fin del flash-back//

Giró nuevamente, y sintió en su cadera una punzación muy dolorosa, por lo que tuvo que volver a su posición antigua, boca arriba mirando al techo. Masajeó aquella zona con cuidado, le dolía mucho sin duda. Una patada que Matt le había pegado lo había dejado sobando, o al menos con ganas de hacerlo. Él también le había dado unos buenos golpes por lo que no podía quejarse de nada. Suspiró pesadamente y de a poco fue cayendo en la inconciencia. Su contienda había sido un empate, pero el no desistiría. "Matt... Te ganaré... Seré yo quien se enfrente a él...." La pesadez de sus párpados lo llevo a la inconciencia mientras que entre susurros pronunciaba su nombre:

"P-Pedro..."

 

Notas finales:

y? que tal? muy malo? recuerden algo que desde el primer capi lo mencione, pero ahora lo resalto para que lo sepan: PEDRO Y NICO SON HETEROSEXUALES, por los menos por ahora... cuando vuelvan al futuro (?) seran gays xD

un besoo! los quiere,

Hana :)

PD: no sean tacaños y dejen rev!! xD


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