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De Humanos y Ninfas por Mirelle

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Hola!!


Mire-chan quería hacer un fik largo con muchos capis pero como me iba a dar mucha flojera hacerlo y a lo mejor no lo terminaba, he preferido hacer uno largo pero oneshot. Los títulos pertenecen a los capis que iba a hacer.


Espero que les guste.


Nos vemos en las notas finales!

DE NINFAS Y HUMANOS.

 

 

 

ROBO

 

 

 

-Sin duda, es una buena presa… - susurró el tirano con una sonrisa. – Estoy muy contento con usted, conde… - alegó. El conde Kakashi sonrió detrás de su máscara negra y entrecerró su ojo rojizo.

 

 

 

-Estaba seguro de que le encantaría, señor Orochimaru.

 

 

 

-Sin duda. – Orochimaru acarició la barbilla de esa prisionera con una sonrisa lasciva en el rostro. – Es una de esas criaturas mágicas, ¿cierto? Una ninfa… Me encanta de verdad. – Los guardas de Orochimaru agarraron a la chica que traía sujeto el cazador y conde de la corte y la condujeron hacia el tirano del reino, Orochimaru. El moreno se dio la vuelta y empezó el camino de vuelta al castillo seguido por los guardias y la ninfa. Kakashi sonrió y desapareció en el bosque.

 

 

 

 

 

 

 

En un lugar bastante alejado de aquel, un joven chico corría por las calles de la ciudad con una sonrisa en el rostro. Detrás de él iban, persiguiéndole, unos quince hombres a gritos. Algunos policías, otros panaderos, otros fruteros.

 

 

 

-¡¡Algún día te atraparemos, Naruto!! – el joven les enseñó la lengua y se metió dentro de un callejón. Cuando los demás llegaron, el chico había desaparecido. Los hombres se marcharon gruñendo. El joven se había escondido en las alcantarillas. De allí, corrió hasta un pequeño lugar iluminado: un escondite. Ante la presencia de un viejo y una chica se sacó de debajo de la camisa cinco trozos de pan, dos manzanas y tres trozos de pollo.

 

 

 

-Suficiente. – sonrió la chica mientras observaba con una sonrisa la comida.

 

 

 

-Sí, lo sé. – alegó con una sonrisa el chico. Era rubio y tenía los ojos azules. Se le veía delgado y débil, pero tenía buenos músculos y un carácter caballeroso y amable. La chica, tenía el pelo rosa liso y largo y los ojos verdes esmeralda. Estaba mucho más delgada que el chico, pero se la veía más madura y consciente. El viejo tenía el pelo blanco largo y unas líneas en la cara. Una verruga en la nariz y un cuerpo bastante musculoso.

 

 

 

-Bueno, tenemos para comer hasta mañana. Te felicito, Naruto. – alegó.

 

 

 

-Bueno, bueno… - sonrojado. - ¿Qué te parece a ti, Sakura? – la chica asintió con la cabeza.

 

 

 

-Eres un fenómeno. Cuando consigas mantenernos a todos sin salir tanto y te conviertas en el mejor ladrón del mundo, me casaré contigo.

 

 

 

-Eres una interesada, Sakura. – bufó el viejo Jiraya. Todos entonces empezaron a reír. Llevaban una vida dura, pero feliz.  – Escuchad, - anunció el viejo. – Me he enterado de que el rey ha secuestrado a una nueva ninfa. Pobrecilla… espero que esta vez dure mucho más que la anterior… A saber qué cosas les hará pasar a las pobres…

 

 

 

-Son seres mágicos de mucho poder y tener una debe ser increíble… - susurró Naruto con una sonrisa triste. – Daría mi brazo derecho por tener una… ¿Te imaginas los deseos que podría cumplirme?

 

 

 

-Eso es egoísta.

 

 

 

-Supongo que sí, Sakura, pero me encantaría…

 

 

 

 

 

 

 

El chico moreno se escondió detrás del primer árbol que vio justo a tiempo. Los guardias del castillo pasaron corriendo por su lado sin observarle. El chico sonrió y con movimientos gatunos, como si danzara, avanzó corriendo hasta la puerta principal. Se apoyó en el muró y observó a lado y lado. Nadie.

 

 

 

Sonrió y avanzó por los pasillos del castillo que se le hacían interminables. Pasó a puntillas por detrás del guardia dormido y entró en los calabozos. Inmediatamente, millones de miradas y palabras lascivas le fueron dedicadas. Sin inmutarse, siguió avanzando hasta la que le interesaba: la celda de la ninfa prisionera.

 

 

 

-¿Estás bien, Hinata? – preguntó preocupado. La ninfa de dentro observó al joven con tristeza y sonrió de forma débil.

 

 

 

-¿Qué haces aquí, Sasuke? – preguntó a duras penas. – Si te encuentran te matarán…

 

 

 

-No me importa, tenía que venir a buscar a mi amiga de la infancia. – sonrió. – No te preocupes, ahora mismo te saco… - empezó a observar la celda en busca de alguna rendija o llave, pero no encontró nada.

 

 

 

-Creo que no va a ser posible. – interrumpió una voz. Al girarse, Sasuke observó con horror el tirano Orochimaru acompañado de todo su regimiento de guardias. En la mano, llevaba una llave. Tragó saliva. - ¿Eres también una ninfa? Eres hermosa…

 

 

 

-Soy un chico. - rugió con enfado y con los ojos entrecerrados. – Una ninfa, pero hombre… Su largo flequillo le cubrió el rostro mientras que su largo pelo le cubría la espalda.

 

 

 

Orochimaru se relamió.

 

 

 

-Cogedle.

 

 

 

Empezó entonces una carrera. Sasuke saltaba y escalaba las paredes mientras unos cincuenta soldados intentaban cogerle. El moreno intentaba alcanzar las llaves, pero siempre había alguien que se lo impedía. La pobre Hinata intentaba gritarle la dirección por la que le vendrían los golpes, pero en medio de todo el escándalo, no era sencillo.

 

 

 

-¡¡Sasuke!!

 

 

 

El moreno recibió un golpe por la derecha en el rostro que le impulsó contra la cristalera. Su cuerpo cayó perdiéndose en la oscuridad de la noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Naruto observaba la noche estrellada desde arriba del tejado de una casa desconocida. Le encantaba soñar en que estaba en una de esas estrellas, acompañado de una hermosa ninfa que le ayudaba a conseguir lo que deseaba. Aunque pareciese estúpido, desde pequeño había deseado tener como compañía a una. Y no era por los deseos, era por la belleza de esos seres.

 

 

 

Suspiró y se bajó al suelo por una enredadera que estaba pegada al edificio. Siguió andando pesadamente y se metió en las alcantarillas. Cuando vio una piedra en el suelo, la chutó con fuerza y rabia. La piedra rebotó contra la pared y fue a caer al agua. Un quejido sorprendió a Naruto. Observó rápidamente y vio a un chico incorporándose pesadamente.

 

 

 

Tenía el pelo oscuro, muy largo, delgado y liso. Su piel era blanca – aunque no pudo diferenciarla por la oscuridad – y su figura delgada y felina. Estaba empapado y tenía algunas magulladuras – Naruto creyó verle un brazo roto. Al verle, el desconocido soltó un gruñido parecido al de un gato y saltó escondiéndose en la oscuridad.

 

 

 

-Espera… ¡No voy a dañarte! ¿Estás bien?

 

 

 

-Ah… yo…

 

 

 

-¿Cómo te llamas? Yo soy Naruto y… - lentamente se fue acercando a la figura. Pasó una mano por encima y…

 

 

 

-¡¡No me toques!! – exclamó en un tono de dolor. Naruto tragó saliva y asintió.

 

 

 

-De acuerdo, no voy a tocarte, pero quiero que me digas qué haces aquí dentro. – la figura no se movió. Naruto entrecerró los ojos y se apartó de él. Empezó a andar hacia su escondite con Sakura y Jiraya y notó con una sonrisa como el desconocido le seguía lentamente. Se giró y soltó una exclamación de placer. - ¡Te veo! ¡Si quieres acompañarme tienes que decirme tu nombre!

 

 

 

-Sasuke… - gruñó disconforme el desconocido.

 

 

 

-Muy bien, Sasuke, ahora vas a contarme tu historia.

 

 

 

-Yo… - Sasuke cayó desmayado tan solo abrir la boca. Naruto se apresuró a correr hacia donde había caído la chica y se lo cargó encima mientras empezaba a correr hasta su escondite.

 

 

 

SASUKE

 

 

 

Al llegar, tendió al joven sobre su cama y le observó ante la luz de la lámpara. Era hermoso, realmente hermoso. Su pelo largo le cubría casi todo el cuerpo y su piel se veía pálida.

 

 

 

-Guau Naruto, nunca pensé que tuvieses que hacerles eso a las chicas para llevártelas a la cama… - rió Sakura. Naruto la fulminó con la mirada y acarició el rostro del desconocido. – No importa, déjame ponerle algo de ropa seca, está empapada. – Naruto se sonrojó y se dio rápidamente la vuelta. No quería ver desnuda a la chica.

 

 

 

Cuando Sakura empezó a quitarle la camiseta, se sonrojó y corrió hacia Naruto, dándole la espalda al chico desmayado.

 

 

 

-Naruto, no es una chica…

 

 

 

-¿¡En serio?! – sorprendido.

 

 

 

-Te lo prometo.

 

 

 

Naruto se acercó lentamente al desconocido y comprobó que sí era un chico. Más tranquilo – pero no sin temblar – le puso una de sus camisetas y le cambió los pantalones. Se fijó en el detalle de que iba descalzo. Cambiado, entre él y Sakura le curaron las heridas y le vendaron el brazo roto.

 

 

 

-A todo esto… ¿Dónde está Jiraya? – preguntó el rubio.

 

 

 

-Se fue hace poco con unos amigos a beber. Volverá por la mañana.

 

 

 

-Entonces tenemos tiempo de pensar sobre qué haremos con él…

 

 

 

-Primero tenemos que saber quién es. – alegó la chica. – Tal vez es un fugitivo de la ley… ¿Y si es el príncipe de un reino encantado? O tal vez un asesino en serie… ¿Apostamos?

 

 

 

-Creo que no….

 

 

 

-Bueno. – gruñó Sakura. - ¿Lo despertamos o lo dejamos descansar?

 

 

 

El chico que estaba tendido en la cama empezó a sollozar y a mover lentamente los brazos y la cabeza. Estaba teniendo una pesadilla. Su cara pintó una mueca de dolor y finalmente despertó con un grito. Al ver que se encontraba tendido en una cama delante de dos desconocidos, gritó de forma felina y rápidamente se corrió a esconder en una de las esquinas de la cama, que daba con la pared.

 

 

 

-No te asustes, no te vamos a comer. – rió la chica. Sasuke observó a Naruto con miedo, como esperando su decisión. Naruto hizo salir de la sala a la chica y se quedó a solas con él.

 

 

 

-¿Tienes miedo de nosotros?

 

 

 

-Respeto. – alegó Sasuke.

 

 

 

-Tus orejas son puntiagudas y tu belleza incomparable… ¿Eres alguna clase de… príncipe? – Sasuke se echó a reír. – Lo creía imposible pero… - Naruto sonrió. - ¿¡Eres una ninfa?!

 

 

 

-Soy hombre. Ninfa hombre. – gruñó sonrojado.

 

 

 

-¡¡Es genial!! Seguro que es un regalo divino… Yo, Naruto, ¡con una ninfa! – empezó a saltar por la habitación mientras Sasuke le observaba con una ceja alzada. - ¿Podrás cumplir todos mis deseos si te regalo mi compañía?

 

 

 

-Sigue soñando, imbécil.

 

 

 

-¡Eh! Si eres de verdad una ninfa, no tendrías que ser tan borde. Tendrías que asentirme con la cabeza con los ojos brillantes y una hermosa sonrisa en los labios. – gruñó Naruto mientras veía sus sueños de un amor idílico con una ninfa rotos.

 

 

 

-Siento no ser como deseas, pero no tengo tiempo que perder. Tengo que salvar a una amiga. Y me tengo que ir… - en ese momento se intentó levantar, pero fue consciente del dolor que tenía en todo el cuerpo. Parecía como si un camión le hubiese pasado por encima.

 

 

 

-No te recomiendo que te muevas. No sé lo que te ha pasado, pero tenías todo el cuerpo molido. La chica que has mencionado… ¿era la nueva ninfa de Orochimaru? – Sasuke asintió con tristeza. - ¿Es tu novia? – preguntó con un ligero dolor en el pecho. Sasuke se sonrojó y negó con la cabeza, golpeando a Naruto con su largo pelo en el movimiento.

 

 

 

-Sólo es mi amiga, mi mejor amiga, la única chica que ha estado conmigo desde que era pequeño…

 

 

 

Naruto sonrió orgulloso.

 

 

 

-Voy a ayudarte y como recompensa vas a quedarte conmigo, ¿de acuerdo?

 

 

 

-No.

 

 

 

-¿Qué?

 

 

 

-¿De qué me sirve salvarla si no puedo estar con ella? – preguntó el moreno.

 

 

 

-Eso es muy egoísta…

 

 

 

-Es muy realista, Naruto.

 

 

 

-¡¡Te acuerdas de mi nombre!! – exclamó emocionado. Sasuke suspiró mientras el rubio daba vueltas saltando a la habitación. – Bueno, entonces, ¿trato hecho? – Sasuke asintió con un suspiro. – Muy bien. – Naruto cogió a Sasuke y se lo cargó encima como si de una princesa se tratase. Así salió corriendo hacia el castillo del tirano Orochimaru. Sakura, que estaba fuera, los observó partir con cara de boba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SALVAMENTO

 

 

 

Llegaron rápidamente al castillo. Naruto notó como el chico en sus brazos de ponía en tensión. Aprovechó el cambio de turno de los soldados para entrar rápidamente por la puerta principal. Sasuke le fue guiando hasta que ambos llegaron a las mazmorras.

 

 

 

-Aquí es, pero la llave… todavía la debe de tener el tirano…

 

 

 

Naruto observó con un sonrojo a la chica que yacía dormida en una de esas horrorosas celdas. Tenía el pelo más corto y azulado que Sasuke y la piel un tanto más oscura, pero era de verdad una belleza. Tal vez esa sí sería la mujer ideal para nuestro joven rubio… Para sacar de su ensoñación a Naruto, el moreno tuvo que enfadarse y pellizcarle la mejilla.

 

 

 

-¿Me escuchas?

 

 

 

-¿Eh? Ah, sí, claro Sasuke… ¿Qué me decías…? – preguntó con un deje de duda en la voz.

 

 

 

-Que las llaves de la celda las tiene Orochimaru. – repitió lentamente el moreno como si estuviese hablando con un crío o con un discapacitado mental. Naruto entrecerró el ceño y cuando se dio la vuelta para ir con Orochimaru, se encontró con que él ya se había acercado a Naruto. En otras palabras, tenía delante al dictador con bastantes soldados armados y todos le apuntaban a él y al chico que tenía en brazos.

 

 

 

-Vaya, vaya, vaya… ¡Pero qué chico más amable! Si ha traído hasta mi mazmorra a mi querido hombre ninfa… - alegó el moreno con una sonrisa llena de maldad. – Eres muy amable, de veras. Me encargaré de recompensarte, no lo dudes. Deja al chico en los brazos de mis guardias y lárgate.

 

 

 

Sasuke se volvió a tensar.

 

 

 

-Nunca. – gruñó el rubio.

 

 

 

-De acuerdo. Si me das al chico que tienes en los brazos, te regalo a la chica prisionera. ¿Qué te parece el trato? – preguntó Orochimaru. – Seguro que te gusta más la chica ninfa de la celda… es hermosa y he visto tu sonrojo en directo… ¿aceptas?

 

 

 

Sasuke se tapó la cara con las manos e intentó vanamente no llorar. Estaba seguro de que Naruto le cambiaría por Hinata. Había visto su cara al verla y no era la primera vez que le convencían de que su amiga de la infancia era una belleza comparada con él. Se bajó de los brazos del inmóvil Naruto y se arrodilló en el suelo con la cara aún tapada.

 

 

 

-Nunca. – repitió el rubio. Orochimaru frunció el ceño sin entenderlo. Sasuke se sacó las manos del rostro y le observó extrañado y sorprendido. – No voy a cambiarte uno por otro porqué los dos son hermosos y van a sufrir mucho estando contigo. Me voy a llevar a los dos.

 

 

 

-Pero qué egoísta eres…

 

 

 

-No soy egoísta, soy realista. – sonrió. – Sasuke, deseo salir de aquí contigo y con la ninfa.

 

 

 

Orochimaru rugió.

 

 

 

Sasuke se sonrojó y negó con la cabeza.

 

 

 

-¿¡Pero tú sabes lo que me pides!? ¿¡Pero qué tipo de ninfa te has creído que soy!? ¡¡Eres un cerdo, más que cerdo!! – gritó muy sonrojado mientras se levantaba y bofeteaba al rubio.

 

 

 

-¿Pero por qué…? ¡Si las ninfas podéis conseguir deseos, ¿no?!

 

 

 

El moreno suspiró y se acercó a Naruto. Cogió la cara del ladrón entre sus manos blancas y suaves y ambos labios se unieron. Fue un beso rápido, pero sirvió para que Naruto se quedara de piedra y blanco como la leche.

 

 

 

-Deseo concedido.

 

 

 

A continuación, los tres desaparecieron tras un brillo dorado. Orochimaru gritó a los guardias buscarles inmediatamente. En otro lugar, alejado del castillo, aparecían los tres fugitivos. Hinata se despertó sobresaltada.

 

 

 

-Pero, Sasuke… ¿por qué has hecho eso?

 

 

 

-Eres imbécil, Naruto. La única manera de las ninfas para conceder deseos es a través de los besos. No lo iba a hacer, pero como la situación era desesperada, me he visto en la obligación de hacerlo, pedazo de cerdo.

 

 

 

-No me llames así… - lloró el rubio mientras hacía gestos raros con las manos. Oyeron unas pisadas cercanas y fue entonces cuando los dos fueron conscientes de la tercera en discordia, que se había despertado.

 

 

 

-Hola. – saludó la chica mientras se acercaba a Naruto. – ¿Tú me has salvado? – el pobre rubio estaba tan sonrojado que parecía más bien un tomate y era incapaz de hablar. – Muchísimas gracias. Es un placer para mí ser salvada por un hombre tan atractivo. – rió.

 

 

 

-¡Hinata, no le digas eso! Además, te he salvado yo, para que lo sepas. – estaba celoso.

 

 

 

-Ah, Sasuke… ¿Desde cuando estás aquí? – preguntó inocentona.

 

 

 

-¡¡Hinata!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Naruto se llevó consigo a los dos seres mágicos a su casa. Allí, Sakura les preparó algo rico para comer – dejando sin existencias la nevera – y los cuatro se fueron a dormir. Sakura cerró la luz. Naruto dormía como un tronco cuando un peso extra en su cama le despertó.

 

 

 

-Hola Naruto… - susurró una seductora voz.

 

 

 

-¿Eh? ¿Sasuke, eres tú?

 

 

 

-Casi. – le lamieron la oreja.

 

 

 

-¿Sakura?

 

 

 

-Fallaste de nuevo, pequeño… - la desconocida le bajó el pantalón y empezó a pasar su barbilla por la zona baja de Naruto, que seguía tapada por la ropa interior. Dos ojos brillantes se iluminaron en mitad de la oscuridad. Naruto tragó saliva.

 

 

 

-¡Hinata!

 

 

 

La ninfa se sentó en su zona baja y empezó a simular movimientos de penetración mientras emitía gemiditos de placer.

 

 

 

-Sí, Naruto… Quiero compensarte por tu salvamento… ¿Querrías formar parte de mi cuerpo? Por supuesto… ya siento tu erección queriendo penetrarme… - el rubio se sonrojó como un tomate e hizo intentos de apartarse de la chica.

 

 

 

-Pero… ¡eh! Que no… yo… ¿Es que tienes doble personalidad o qué…?

 

 

 

Hinata le sacó la ropa interior inmovilizando su cuerpo mediante magia y se introdujo la erección del rubio de lleno en su interior, que ya estaba más que húmedo. Naruto gritó de placer al sentirlo. La luz de abrió de repente. Los dos chicos miraron la puerta y allí se encontraba Sakura con la cara rabiosa y Sasuke con los ojos entrecerrados por el sueño.

 

 

 

ENGAÑO

 

 

 

Al descubrir lo que pasaba, Sakura se sonrojó y Sasuke ocultó su rostro con su flequillo.

 

 

 

-Na-Naruto… estabas… teniendo… sexo con… ella… - casi no podía ni hablar, la pobre chica. Hinata se sonrojó y dejó escapar una lágrima mientras se acariciaba su entrada.

 

 

 

-Sí, señora, él… se me ha lanzado encima y me ha arrastrado hasta su cama… aquí, me ha desnudado y como puede ver me ha intentado violar… por favor, ayúdeme, me duele, me duele mucho, creo que hasta sangro… - Naruto se puso blanco como el papel al ver la actuación de la chica. Sasuke corrió a buscar a su amiga y le sacó con cuidado el miembro del rubio de dentro. La sentó en el suelo y la abrazó. Ella, escondida por las espaldas de Sasuke, le sonrió al rubio.

 

 

 

-Naruto… no me esperaba esto de ti… - gruñó Sakura enfadada. Lo que más le dolió esa noche a Naruto, a parte de los múltiples golpes de Sakura y la traición de Hinata, fue el silencio de Sasuke.

 

 

 

Después de lo ocurrido, todos se fueron a dormir. Mientras Naruto dormía, notó de nuevo un peso extra y se despertó sobresaltado.

 

 

 

-Hinata, si vuelves a ser tú ya te estás yendo.

 

 

 

-Sí, soy yo. – respondió la voz. – Pero no me pienso ir. Me he quedado con ganas. Tenía que disimular pero ahora vamos a acabar el acto, Naruto… - susurró con lasciva.

 

 

 

-De eso nada, monada. – gruñó otra voz. La luz se encendió de nuevo y la ausencia de Sakura se hizo presente. El único testigo esta vez era Sasuke.

 

 

 

Hinata volvió a llorar.

 

 

 

-Ay, Sasuke, querido… suerte que llegas. Este ogro quería volverme a violar… Ya ves como me tiene… - anunció. Lo que más temió Naruto en ese momento fue que Sasuke se lo creyese.

 

 

 

-Hinata, cuánto lo siento… ¿Es por eso que estás tú encima de él y él está completamente vestido? Sí es cierto que te tiene ganas y que lo estaba disfrutando antes, pero no creo que haya sido él el que te haya cogido… ¿Cierto, Naruto?

 

 

 

-¡¡Claro que sí, Sasuke!! ¡¡Es ella!! ¡¡Ella!! – Hinata gruñó disconforme.

 

 

 

-Siempre, con todos los hombres que me gustaban, te tenías que meter en medio… - gruñó el moreno. – Si me gustaba Lee, te lo montabas con Lee. Cuando salía conmigo Kiba, te tiraste a Kiba. ¿Qué me había sentido atraído por mi hermano Itachi? Pues tú te sentías atraída también por él y me lo robabas. Cuando Neji me pidió salir con él, te lo ligaste también… ¿Es que quieres volverme loco, Hinata? – la chica bajó la cabeza.

 

 

 

-Sasuke. – interrumpió el rubio. - ¿Eso quiere decir que te gusto? – los dos seres mágicos de sonrojaron y respondieron a la vez.

 

 

 

-¡¡No!!

 

 

 

-Éste me gusta de verdad, Sasuke. No es culpa mía que tengamos los mismos gustos, cariño… Y además, todos coinciden en que soy mucho más bella y buena en la cama, así que…

 

 

 

-No me importa, Hinata. Puedes quedártelo. – anunció con tristeza Sasuke. Se dio la vuelta y se disponía a marcharse de la habitación, cabizbajo, cuando de pronto Naruto reaccionó.

 

 

 

-¿Es que yo no tengo ni voz ni voto? ¡A mi me gusta Sasuke! - La habitación se quedó en silencio. Sasuke levantó la mirada y la puso en el rubio. – Sinceramente, Hinata me parece preciosa, pero el que es digno de adorar es Sasuke. – se dio cuenta de lo que acababa de decir y se calló. – Pero… bueno… es mi opinión…

 

 

 

-Hagamos una cosa. – anunció Hinata. – Que Naruto pase una noche con cada uno y luego que decida quién es mejor.

 

 

 

-¿Y para qué? – gruñó el moreno.

 

 

 

-Claramente, para demostrar cuál de los dos es mejor y decidir cuál de los dos se quedará a su lado para cumplirle los deseos.

 

 

 

-¿Sabes qué, Hinata?

 

 

 

-¿Qué?

 

 

 

-No tendría que haberte salvado.

 

 

 

COMPETICIÓN

 

 

 

-Muy bien entonces. – alegó Hinata. – Déjame esta noche a mí y mañana te dejaré hacerlo a ti. – alegó con una pequeña risita. Sasuke negó con tristeza. - ¿Te parece bien, querido salvador?

 

 

 

Naruto observó a Sasuke.

 

 

 

-¿Te parece bien a ti, Sasuke? – preguntó con tristeza. Sus palabras solo sirvieron para hacer a Sasuke enfadar más.

 

 

 

-¡No preguntes! ¿No era éste tu sueño? ¿Poder estar con una ninfa que te concediese cualquier deseo? ¿No estás ya feliz con ella? Pues entonces no preguntes, por favor… Si ella te hace feliz, entonces yo…

 

 

 

-Fuera, Sasuke, que molestas. – alegó la chica. El moreno se fue y ella empezó su tarea. Los gritos por parte de ambos resonaron durante toda la noche. Sakura se hubiese levantado y hubiese matado al rubio si no fuera porqué Sasuke se presentó en su cuarto y se lo contó todo. El moreno, sin previo aviso, se puso a llorar sobre los hombros de Sakura, que le estuvo consolando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante la mañana siguiente, las únicas que estaban presentes en la mesa eran Sakura y Hinata. De tanto llorar, Sasuke se encontraba descansando en el cuarto de Sakura y de tanto cansancio por el sexo, Naruto estaba durmiendo en su cama. Las dos chicas se observaban, recelosas.

 

 

 

-Eres una puta. – gruñó la chica. La morena le devolvió una mirada de odio.

 

 

 

-¿Porqué me he follado al chico que siempre habías querido durante toda la noche?

 

 

 

-Y por hacer llorar a otro hombre que ama de verdad al chico que siempre había querido con el que has estado follando toda la noche. – respondió la de ojos verdes. Hinata rió.

 

 

 

-Veremos que sucede esta noche. Solo espero que Naruto me elija a mí… - rió todavía más fuerte.

 

 

 

-¿Porqué haces esto? Encima que te salvaron…

 

 

 

Por primera vez, Hinata se puso sería y desveló su verdadero yo.

 

 

 

-Sakura, ¿Puedo contarte un secreto? – la otra asintió. – Desde hace mucho tiempo… me gusta Sasuke. Sé que soy una ninfa como él y que entre ninfas no podemos estar juntos así que desde que le empezaron a gustar los chicos, intento enrollarme con todos para evitar que ninguno se fije en él. Si hago esto, sé que podré alejarle de todos los hombres a pesar de que… bueno, ya sabes, le haga daño a él…

 

 

 

-¿Me estás diciendo que siempre le sacas las parejas porqué te gusta y no quieres que lo tenga nadie más?

 

 

 

-Sí.

 

 

 

-Hinata, eres tonta. – rió Sakura. Hinata se sonrojó y se apenó.

 

 

 

 

 

 

 

Durante el mediodía, volvió a casa el abuelo Jiraya, encontrándose con dos bellezas que no esperaba en casa. Después de intentar ligárselos, sin resultado, Sakura y Naruto consiguieron echarlo fuera de casa. El silencio reinaba y así fue hasta la noche, el momento en el que Sasuke tenía que demostrar el amor que le tenía a Naruto teniendo sexo con él.

 

 

 

Sasuke se había presentado en la habitación de Naruto con un deje de pesimismo. Estaba seguro de que le sería imposible ganar a Hinata.

 

 

 

-No te preocupes. – le había dicho el rubio. – No pienso tener el mismo sexo contigo que con ella. Sasuke, a mi me gustas más tú y… yo contigo haré el amor. – aseguró mientras sonreía. Sasuke le devolvió la sonrisa y se sentó a su lado en la cama.

 

 

 

AMOR

 

 

 

El moreno fue empujando progresivamente al rubio hacia la cama. Luego, se sentó encima de sus caderas y empezó a darle pequeños besitos en la nariz. Naruto acarició sus muslos mientras recibía los besos y notaba como su excitación iba aumentando.

 

 

 

-Esto… Naruto… - alegó nerviosamente el moreno. – Cuál de los dos… ya sabes… ¿Cuál será el que reciba? No me importa que me la metas, pero… si quieres que sea yo el que… bueno…. Esto… - Naruto sonrió y besó al moreno en los labios. Sasuke se atrevió a abrir la boca y ambas lenguas se encontraron.

 

 

 

-Sasuke, me encantaría ser yo el que entre dentro de ti, si no te molesta… - el moreno negó con la cabeza. – Bien, entonces… - Naruto empezó a masturbarse, notando como su erección iba aumentando y como su pene iba sonrojándose.

 

 

 

Sasuke se puso a cuatro patas. Naruto se levantó y le separó con decisión las nalgas, observando el pequeño agujero que guardaba en medio. Sasuke estaba tan excitado que ya respiraba dificultosamente y el notar como Naruto observaba su ano y el miembro del rubio rozaba su muslo, le excitaba aún más. Tanto, que cuando el rubio metió el primer dedo ensalivado en su interior, Sasuke se vino con un gran grito encima de la cama.

 

 

 

Al darse cuenta, se sonrojó y sin moverse empezó a pedir disculpas.

 

 

 

Antes de poder decir nada más, notó sus piernas chorreantes. Naruto también se acababa de venir con tan solo escuchar el grito del moreno. Ambos se echaron a reír, avergonzados.

 

 

 

Sin esperar más, Naruto separó bien fuerte las nalgas de Sasuke y fue introduciendo lentamente su gran miembro. Obviamente, costaba mucho ya que Sasuke no estaba húmedo ni preparado, pero a ninguno de los dos pareció importarle. Con el miembro de Naruto dentro, ambos se quedaros quietos, acostumbrándose a la sensación de estar unidos. Les encantó. Lentamente, Naruto sacó su pene y observó con tristeza como el ano de Sasuke era ahora más grande y estaba rojo por los lados, como herido.

 

 

 

-¿Estás bien?

 

 

 

-Claro, me encanta. Vuelve otra vez…

 

 

 

-Pero tu ano está… irritado…

 

 

 

-¿Crees que me importa? Vuelve a meterla, por favor… la necesito para vivir…

 

 

 

Y Naruto así lo hizo. Costó tanto como la primera vez, pero fue igual de placentero. Ambos se unieron en uno en ese hermoso gesto que era hacer el amor. Se vinieron como cinco veces el uno junto al otro y a la sexta, ambos se quedaron muy quietos.

 

 

 

-Creo que podemos decir que… hemos terminado…

 

 

 

-Sí, pero aún así… - Sasuke se sonrojó. – no la saques aún. Déjala, por favor…

 

 

 

Y así fue como durmieron el uno dentro del otro. Por la mañana, cuando Naruto despertó así, sonrió. Empezó de nuevo a moverse y Sasuke gritó de placer. Volvieron a hacer el amor una vez más, unidos como nunca antes.

 

 

 

-Sasuke, te quiero. ¿Te quedarías conmigo como mi ninfa personal?

 

 

 

-No.

 

 

 

-¿Eh?

 

 

 

-Como tú ninfa personal no. Si quieres, me quedo como tu amante.

 

 

 

 

 

 

 

En la otra habitación, Hinata lloraba sobre los hombros de Sakura porqué se había dado cuenta de que había perdido a Sasuke. Sakura, por su parte, lloraba, dando por perdido a su amado Naruto.

 

 

 

 

 

EPILOGO

 

 

 

-Sasuke, tendrías que cortarte el pelo.

 

 

 

-¿Qué? ¡Ni loco!

 

 

 

-Pero… es que si te quedaste en la ciudad sólo por mí y rechazaste acompañar a Hinata a la tierra de las ninfas, digo yo que tendrás que vestirte como una persona normal y llevar un pelo más normal, ¿no?

 

 

 

-No.

 

 

 

-Por favor…

 

 

 

-No.

 

 

 

-Maldita ninfa malhumorada… Lo mono que estabas cuando sufrías por si Hinata te quitaba el puesto…

 

 

 

-¡Eh! ¡Que te he oído!

 

 

 

-¡Pues si no quieres que vaya con Hinata, aprende a ser más cariñoso!

 

 

 

-Maldito rubio… Venga vayamos a la maldita peluquería antes de que quiera matarte…

 

 

 

-¡Bien!

 

 

 

-¡Silencio!

 

 

 

 

Notas finales:

Y bien, ¿qué tal?


No es de los fiks de los que estoy más orgullosa, lo reconozco, pero por lo menos creo que merece... no sé, ¿1 review?


Espero leerles a todos muy pronto.


Muchos besos!!


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