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sadomasoquismo por barbie

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Notas del fanfic:

oh sep, me salio despues de ver el cao 78 del manga primer encuertro entre ellos.

hao dice ; yo, rey, tu, buen, subdito, juntos, para, mi, mi reinado, tu, yo,

y quiza no quiso decir esto pero asi lo interprete, fuen tan...hao! que tuve que escribir algo de ellos a juro y porque si(y eso que mi primera incursion con ellos era una comedia, pero la publico despues)

 

Sadomasoquismo


 


-llora…-


La habitación esta oscura y sin ventanas, silenciosa excepto por sus respiraciones y su voz. Esa voz amable y cruel.


-llora hermano…- incluso si no alcanza a verlo sabe perfectamente que sonríe con suavidad y burla. Niega lentamente negándose a ser dominado.


-llora ante el futuro rey  shaman…- los ojos le arden mientras es incapaz de enfocar la mirada, los cierra sabiendo su inutilidad. Siente una  mano jugar con su cabello castaño con ternura, mientras que la otra contra su cintura  le clava las uñas dejando gotear sangre carmín con rencor.


-hao…-es lo único que puede decir, lo único que hace falta.


Por un momento deja de temblar por el dolor que ese ser deja en su alma mientras hao deja descansar su rostro  a un lado de su cuello. Mágicamente ambos respiran al mismo tiempo, dejando que sus piernas entrelazadas se relajen y ajusten en una medida  perfecta. Por un instante son dos piezas del mismo puzle encajando deliciosa y necesitadamente.


Son iguales. Son uno solo.


Hao tararea una canción que suena como una lululaby para ambos.


Yoh abre los ojos viendo por primera vez el techo del cuarto, ronroneando adormecido.


 


-no te gustaría más permanecer asi…juntos. Se siente realmente buen yoh. Me gustaría quedarme asi. Que dices?-


Las voz de hao es perezosa y adormillada como su acabara de despertar de un buen sueño. Tan placido y generoso. Mentiroso.


-podrías ser mi mejor súbdito yoh. Estarías siempre a mi lado…-


Como siempre ahí estaba el problema.


-lo siento hao, pero no creo que sea posible….-


El cuerpo sobre el se tensa imperceptiblemente. La preciosa armonía se rompe. Suspira agotado y entristecido al notar la otra mitad de su yo separarse a pesar de que ninguno hace ningún movimiento real.


-hum?-


-creo que debes dejarme ir…hermano.-


-no, no todavía.-


Um beso en la mejilla izquierda. Un beso en la derecha. Otro en su cuello  tan suave que casi es imperceptible.


-juntos podríamos conquistar el mundo. Juntos. No suena acaso genial yoh. Solos tu y yo.- los labios delgados se mueven contra su piel, murmurando mientras deja que su aliento le corte la respiración y le vuelva momentáneamente loco. Sumiso. Disfruta un segundo el ser la víctima.


Después recuerda que el no puede. Porque hao está equivocado. Si solo fuera correcto, si estuviera bien podría dejarse hacer pero…


-no, yo sere el rey chaman…-


-ah mi pequeño yoh- oye una risita burlona y lo siguiente que siente es un dolor punzante y desgarrador, el beso en su hombro y cuello mutando a un mordida feroz y enojada. Siente los dientes firmes y duros apretarle y romper su piel. Doloroso. Mágico.


Piensa en luchar pero se recuerda inmóvil e inútil, doblegado.


Hao mueve la mandíbula de un lado al otro haciendo la herida más grande. La sangre tibia y deliciosa sobre su lengua le distrae. Se da por satisfecho después del tercer o cuarto trago espeso y salado. Abandona la presión dejando que su lengua curiosee la mordida.


Perfecta, en el punto exacto donde el cuello y el resto del cuerpo se unen descansa abierta y lacerante. Cubierta de miradas curiosas haciendo un pacto secreto, una travesura de hermanos. Sonríe sin molestarse en limpiar la sangre sobre sus labios y barbilla. Tampoco se molesta cuando al alzarse nota un par de gotas de esos labios que le tientan son sonrisas despreocupadas, falsas.


Yoh mantiene los ojos fuertemente cerrados manteniendo cada musculo de su cara contraído y tenso, mordiendo su propia lengua en un intento de no contar como le hace sentir tan…vivo. Tan intenso. Siente una caricia húmeda sobre sus labios, entreabre los ojos solo para ver a su reflejo sonriéndole de esa manera tan parecida a la suya pero con intenciones tan diferentes. Hao pasa los dedos por sus labios recogiendo algo de sangre para llevárselos hasta los labios.


Los saborea un rato, subiendo la mirada al cielo inexistente deleitando con el sabor.


-creo que ahí tienes suficiente- su voz siempre amable esta vez toma un tono mas ronco y amargo viendo su propia sangre manchando el rostro de su gemelo. Piensa un poco en lo raro que es, su propio rostro, su propia sangre, sus propios ojos, su propia sonrisa distorsionada. Estar enamorado de hao es como estar enamorado de si mismo y a la vez de alguien totalmente diferente a él. Cuando este se encoge de hombros soltando un gemido placentero recuerda que son diferentes. Esa sensualidad, indiferencia y sadismo jamás luciría en su cara incluso si es la misma.


-pero esa tenia mejor gusto, mas…caliente. Quizás porque salió de tu boca…- tiene una terrible facilidad para decir cualquier cosa sin apenas comprometerse es algo fácil en el. Pero cuando yoh sonríe despreocupado, sangrante y sumiso no allá ninguna expresión que logre definir todo lo que su hermano es, lo más cercano seria masoquismo. Pero a yoh no le gusta dejarse dominar. Su hermano es tan curioso. No puede evitar sentir orgulloso de él.


Seguirían peleando. Porque ambos tenían un sentido diferente de justicia de deber, de vida. Seguirían enfrentándose disimuladamente, tal vez incluso después de quien fuera el rey chaman. Lo único que compartían era el simple y sencillo hecho de querer estar juntos, enfrentarse.


De dar ese sufrimiento. Imponerse.


-hao…-


De recibir ese dolor. Resistir.


-yoh…-


 


La noche es corta a pesar de todo. Promete que cuando  sea rey shaman las hará largas e interminables al lado del menor.


La mañana se acerca a pasos agigantados, deben volver cada uno a su lugar, con sus personas, a su destino. Promete que cuando sea rey shaman  compartirá también los días al lado del mayor.


Se besan, rápida y desesperadamente. Hasta la próxima oportunidad, donde el mayor hara propuestas y el menor resistirá sin atreverse en verdad a rechazarlas.


Hao no daría explicaciones de la sangre en su capa que tanto se niega a lavar.


Yoh no dejaría a la vista ninguna evidencia del encuentro, bajo su ropa y excusas de entrenamiento.


La siguiente vez seria igual, tanto su actuación en público como ante ellos mismos.


Porque eran un sádico con su víctima perfecta.


Porque eran una masoquista con la excusa perfecta.

Notas finales:

ojala se vea la foto....


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