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- Buenos días Eva, te traje un café con tres de azúcar, como te gusta, - La pelinegra levantó la cabeza y le sonrió a Mina.
- Eres increíble. – La pelirroja se sentó junto a Eva. - Hoy tenemos mucho trabajo que hacer… - Empezó a decir la ejecutiva
- Si, pero la empresa cierra a las 8, dudo que alcancemos hoy.
- Cierto...-
- ¿Pero si vamos a mi departamento?
- ¿Sí?
- Si, allí podemos comer algo y trabajar mas cómodas, incluso puedes quedarte a dormir. – Mina sonrió, como le gustaría despertar todos los días con la pelinegra…
- Genial. – Eva se levantó y besó la mejilla de Mina, para después alejarse con su caminar serpenteante. La fotógrafa se tocó la mejilla instintivamente y sonrió. Junto a ella llegó Derek, un compañero.
- Uff…como se nota que te encanta.
- ¿Cómo?- Mina volvió a tierra, para sonrojarse.
- Te bebes los vientos por ella, asúmelo.-
- Lo asumo sin tapujos, soy lesbiana y me encanta esa mujer.
- A todos nos encanta. –Derek sonrió
- Déjala tranquila… -
- No pretendo nada, solo digo la verdad. – El chico se encogió de hombros y se alejó. Mina cerró los ojos, maldita mujer-demonio llamada Eva…
El reloj marcó las 19:30 cuando Eva llegó al despacho de Mina.
-¿Nos vamos?
- Cuando quieras – La pelirroja sonrió, y salieron del edificio. S fueron en el coche de Eva, conversando espontáneamente de muchas cosas y al entrar al bonito departamento de Mina, Eva se dejó caer en el sofá.
La dueña de casa cocinó salmón con salsa bechamel, y cenaron entre risas y conversaciones absurdas.
- Cocinas delicioso.
- Gracias – La pelirroja no pudo evitar sonrojarse.
Trabajaron sin descanso hasta pasadas las 12 de la madrugada, trabajaron, pero sin abandonar sus bromas y risas. Eran un muy buen complemento
- Mina… ¿Por qué Nick no puede ser como tu?
- ¿Cómo?
- Divertido, espontáneo, natural…
- Porque todos somos distintos…- No podía no aguantarse el decir lo que opinaba, se arriesgó. – No se qué le ve una mujer como tu a ese tipo.- Eva pareció sorprendida.
- Y… ¿Cómo soy yo?
- Original, deslumbrante, impresionante…
- ¿En verdad piensas eso? – Eva se acercó un poco a Mina.
- Eso y más…tú eres…todo. – Mina calló, ya había dicho todo.
- Nunca me habían dicho eso…-
- No lo digo para que seas feliz, lo digo porque es lo que pienso…- El corazón de la pelirroja empezó a latir desenfrenadamente
- Hay algo que quiero hacer, pero no debería…pero no me parece buena idea no hacerlo…- empezó a decir la turbada pelinegra. Estaban tan cerca que parecía que sus respiraciones se confundían.
- Mina, bésame. – Eso sonó como un real mandato, y Mina, se acercó aun más a Eva y rozó sus labios suavemente, cerró los ojos y decidió buscar más. La pelinegra entreabrió los labios y las lenguas de ambas se encontraron con desesperación. Mina agarró el cabello de Eva y la acercó aun más, como si pudiera ser posible… Su lengua rozó todos los dientes superiores de Eva, mientras esta hacia que su lengua rozara otra vez la de Mina y a veces la profundizaba tanto que llegaba hasta casi tocar la campanilla de la boca de la pelirroja.
Armonizaban a veces, cuando podían reprimir un poco su instinto.
Se separaron por falta de aire, y sus agitadas respiraciones rompían el silencio.
- Fue…intenso…- Mina se ruborizó tanto que su piel y su cabello se tornaron de un color similar. Eva rió, y siguió tratando de normalizar su respiración.
Mina se repuso, y arrinconó rápidamente a la pelinegra. Volvieron a besarse, ahora con más pasión. La lengua de Mina recorrió desde el cuello hasta el lóbulo de Eva, y ella se estremeció como una hoja.
- Te deseo tanto que no me perdonaría perderte…- Mina le susurró y Eva gimió a modo de contestación. Se besaron otra vez y la mano de la pelirroja se deslizo desde el hombro hasta el pecho izquierdo de Eva. La pelinegra mordía los labios de Mina, casi haciéndole daño, y sin perder tiempo, las ágiles manos de la fotógrafa desabotonaron la blusa color crema que usaba Eva, dejando a la vista el sensual brassier negro de satín
Que usaba la española. Los labios de Mina recorrieron desde la barbilla hasta llegar a la unión del sostén de Eva.
La pelinegra adentraba su mano bajo la polera de Mina, rasguñándole la espalda.
Ambas gemían y respiraban pesadamente, pero la pelirroja ni pensaba parar, y bajo el cierre de la falda de Eva, la cual cayó al suelo. Y solo quedo su tanga, idéntica al brassier y sus medias con ligas.
Mina se quedó contemplando a Eva, en silencio.
- Eres tan perfecta…- Eva sonrió y se mordió el labio inferior, su espalda se arqueaba producto de los espasmos. Mina copio la mano de la pelinegra y se la llevó
A su habitación.
Eva se subió a la cama y empezó a lamer sus dedos uno a uno, sonriendo. Mina besó desde el talón hasta el muslo de la pelinegra, mordió levemente la pierna, mientras su mano derecha hacia lo mismo con la otra pierna de Eva.
La pelinegra gemía con desesperación… no podía ser… una mujer la estaba llevando al clímax sin siquiera haberle tocado alguna parte intima.
Jamás en su vida había sentido tanto placer.
Tiró de los cabellos de Mina y le quitó la polera. La pelirroja siguió besando a Eva, con veneración, admirando cada detalle de su cuerpo perfecto. Subió besando desde el ombligo hasta los labios y se besaron respirando con dificultad. Mina tocó el sexo de Eva por sobre su ropa interior, y con la mano libre desabrocho rápidamente el sostén de la pelinegra. Se levantó para contemplar los hermosos y blancos pechos de Eva, con sus rosados pezones totalmente erectos. Besó su seno izquierdo, mordiéndolo suavemente y lamiendo el pezón, mientras su mano derecha tocaba el seno libre, y así alternativamente.
Eva seguía rasguñando y gimiendo como posesa. La chica de los ojos azules desabotono su sostén y se apoyó sobre Eva, poniendo su rodilla en la entrepierna de la otra chica, moviéndola acompasadamente.
Besó a la pelinegra, y sus pezones rozaron los de ella.
Mina apenas podía creerlo, tantas noches soñando que hacia suya a Eva, y ahora…era mucho mejor que los sueños. La pelinegra gritaba, y sus labios ya tenían sangre.
Los dedos de Mina se colaron dentro de la única prenda que tenia Eva, buscaron desesperadamente su clítoris, y se hundieron suavemente provocando un salto de la pelinegra. Su espalda se arqueaba. Mina descendió hasta llegar a la zona mas erógena de Eva, y apoyo su nariz allí, captando el penetrante y dulzor olor que provenía de allí. Con sus dientes y dedos, bajo la tanga hasta que cayo al suelo.
- Mina…Mina.- Eva apenas podía hablar. Y la pelirroja volvió a besarla, mientras su dedo índice se colaba en las entrañas de la pelinegra, suavemente, para luego ir con más velocidad. Eva tocaba todo lo que podía de Mina, tratando de hacer algo, pero estaba paralizada por el placer. Gemía cada vez que el dedo de la pelirroja entraba en ella.
Gritó cuando Mina añadió además su dedo cordial.
- Eres…increíble...- La maravillosa imagen de la cara de Eva, sus labios sangrantes y su espalda arqueada en un ángulo monstruoso, no tenían precio.
Se besaron dificultosamente, y además de los dos dedos que se introducían, Mina añadió su pulgar en el clítoris de Eva.
- Sufre.-
-Maldita...- Logro decir la española, antes de empezar a gritar
En minutos, Eva llego al orgasmo, inundando la mano de Mina con fluidos.
Respiró con dificultad, tomando bocanadas de aire, la pelirroja lamió sus dedos con avidez.
- Eres tan dulce, mujer.- y sin dar espacio a descanso, separo los labios menores de Eva con los dedos, y su lengua recorrió todos los espacios del sexo de la pelinegra.
. Insaciable.
- El juego es mío.- Respondió Mina, succionando suavemente el clítoris de Eva, y luego introdujo su lengua todo lo que le fue posible, mientras seguía tocándola, como a un monumento.
El cuerpo de la pelinegra empezó a temblar y ahora sus fluidos inundaron la boca de Mina, y esta, al solo sentir el segundo orgasmo de su compañera, llego al suyo.
- fantástico…- logro decir Mina,
- Nunca había sentido…esto.-
- Nada mal, dos orgasmos en unas horas, .- Bromeo la pelirroja. Y besó a Eva. La cual, en minutos, quedo totalmente dormida.
- Te amo tanto, hermosa.- Mina deposito un tierno beso en la boca de Eva, y de durmió, feliz, al lado de ella.