Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Detrás de nuestras máscaras por Terry

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de D-Grey Man no me pertenecen, solos los he tomado prestados para el fic.
Además este lo hice de nuevo en claboracion de Alone_in_the_Dark

Se dirigía a paso tranquilo hacia el calabozo donde se encontraba el exorcista, ya le habían encargado que "cuidara" del otro; ya que de nada les serviría si llevaba a morir



Dentro el nipón estaba furioso aun así con esa estabilidad que lo caracterizaba y pese a los grilletes y cadenas estaba en posición de loto meditando.



Una vez estando fuera de aquel lugar, soltó un largo suspiro mordiendo con algo de brusquedad la colilla del cigarrillo, ¿por qué diablos él tenía que cuidarlo? abrió la puerta con despreocupación entrando en seguida en el lugar cerrando la puerta tras de sí.



Kanda abrió los ojos lentamente mirándolo con seriedad, aun sin moverse de donde estaba.



Le observo de reojo con tranquilidad exhalando el humo del cigarrillo sin mencionar palabra alguna. Camino con lentitud hasta quedar un poco más cerca del menor.



-¿Tienes hambre?-pregunto con tono tranquilo, tratando de ocultar su fastidio.



-¿Me darán de comer?-inquirió con sarcasmo con una mueca seria mientras se levantaba y alejaba un poco del Noé



-No nos sirves muerto, así que sí-respondió entre cerrando sus orbes mieles, retirando el cigarrillo de sus labios con una de sus manos.



Kanda le miro con fastidio, así que lo tenían que mantener vivo... de algún modo tenía que escapar y para ello tenía que tener fuerzas.



-Sí, tengo hambre-dijo fríamente.



El moreno solo asintió levemente posando su mirada en el suelo unos segundos y sin decir nada, se retiro de aquella zona para ir a buscarle algo de comer al japonés.



-Maldito-murmuro para así jalando de las cadenas para ver si cedían, pero nada...



Luego de unos cuantos minutos el Noé del Placer estaba de vuelta con una bandeja en sus manos, manteniendo aquella apariencia tranquila, despreocupada y tan humana de siempre. Se acerco al espadachín dejándole la bandeja a su alcance, ya que no pensaba acercarse demasiado al otro.



Mira como le deja los platos, mirando con desconfianza como le entrega la comida... atrae el plato y lo olfatea un poco.



-¿qué es?-inquiere mirando el contenido.



Se sienta en una silla que había por esos alrededores observándole desinteresadamente.



-¿Acaso esperabas comida de gato?-comento con burla y sarcasmo tratando de evitar reír- arroz con sushi y otras cosas más...-dice cerrando los ojos.



Lo mira con ojos entrecerrados con ganas de golpearlo por esas burlas, pero no podía así que comenzó a comer lo que le había traído, lenta y cuidadosamente, pensando en algún modo de huir...



El mayor suelta un suave aunque largo suspiro frunciendo levemente el ceño con fastidio, aún no le gustaba del todo la idea de tener que cuidar de aquel exorcista, abrió con lentitud sus ojos para observarle.



Ya había terminado de comer y juntaba las palmas para agradecer los alimentos, pese a todo no perdía sus modales, después de ellos se coloco pegado a la pared para meditar.



Le siguió observando en silencio total, más cuando vio que este termino de comer se levanto de su lugar en busca de la bandeja y justo cuando estaba a punto de abrir la puerta lo abrieron y este pego un leve brinco de la sorpresa.



-¡Tykki, juguemos!-dijo la menor y el moreno le entrego la bandeja-¿eh?



-Estoy ocupado, luego juego contigo...-dijo sonriendo cínico y cerró la puerta, y solo se pudo oír las quejas de la menor, y el Mikk sonrió con diversión.



Abrió los ojos con algo de sobresalto al oír la puerta abrirse y la piel se le erizo al nipón cuando oyó esa voz infantil, la culpable de que estuviera ahí...nada con que defenderse...



-Está loca...-murmuro para sí observando la puerta.



El otro fue capaz de oírle y no pudo evitar soltar una risa divertida posando una de sus manos sobre su rostro sin dejar de reír.



El exorcista lo miro de lo más extrañado por esa risa.



-¿pero qué demonios te pasa a ti? seguro ya se te pego la locura de ella-dice sin pensar antes de mirar a la pared.



Trato de calmar las risas soltando un suspiro observándole con diversión.



-Nada de eso, solo que me divierte ver que le tienes miedo a Road-dice con tono cínico.



-Yo no le tengo miedo a esa desquiciada-dice mirándolo con frialdad mientras se levantaba-solo dije una verdad universal ESTA LOCA-añade



-¿Y qué me puedes decir de tú reacción al oír su voz, eh?-pregunta con el mismo tono volviendo a sentarse en aquella silla sin dejar de verle.



-Alucinaste-dice nada más para volver a sentarse, tratando de no demostrarle que le había dado un poco de miedo



-Maa, no te puedo culpar...-dice cerrando sus ojos- después de todo, su habilidad es mucho más peligrosa que la mía...-saca un nuevo cigarrillo, ya que cuando fue en busca de la comida para el japonés tuvo que apagar el otro.



-No sé de que hablas-dice tratando de no pensar en cómo fue capturado, sus viejas heridas removidas, esos dolores vueltos a la superficie



Se encogió de hombros manteniendo sus ojos cerrados, y encendió su cigarrillo comenzando a fumar en nueva cuenta.



Lo mira con sospecha, que estuviera ahí era algo extraño e inesperado... no podían ser buenas noticias... ¿o sí?



Cuando siente la mirada abre los ojos lentamente.



-¿Qué?-pregunta viéndole con despreocupación sonriendo con algo de malicia.



-Nada-contesta cerrando los ojos, tratando de tranquilizar su alma perturbada, meditando o por lo menos intentándolo



Pasaron unos minutos y el moreno ya se había fumado por completo su cigarrillo, soltó un suspiro con fastidio.



-¿No te aburres?-pregunta repentinamente al notar que seguía haciendo lo mismo; Kanda abrió los ojos con algo de cansancio.



-Estoy acostumbrado a meditar, pero sin duda tú no estás acostumbrado a estar en un solo lugar-da como respuesta, sintiéndose adolorido.



-Algo así...-admitió bostezando un poco para luego rascarse la nuca con algo de flojera y fastidio- Mmmh… que aburrido...-susurra frunciendo el ceño.



El nipón no sabía que pensar ante tan perezoso Noé... sin duda jamás había pensado que fuera así...



-Y si tan aburrido... ¿por qué no juegas con esa loca?-inquiere con burla.



-Prefiero salir a matar exorcistas antes que jugar a las muñecas con Road-dice suspirando levantándose de su lugar paseándose por todo el lugar viendo que había de interesante, aparte del japonés.



Al oír eso de matar exorcista apretó los puños



-Bastardo-murmuro mientras se muerde el labio, recordando como él había matado a uno de sus compañeros cercanos.



Parpadeo un par de veces observándole de reojo con una mirada maliciosa y con una sonrisa sádica.



-¿Qué? ¿Mate a un amigo tuyo?



-Tch-hace un ruidito con la boca para jalar las cadenas que lo atan pero aun no hay forma, no había dormido del todo bien.



-Tomaré eso como un sí-se acerca un poco más hacia el japonés con aquella sonrisa en sus labios con aura siniestra sin dejar de verle.



Pega su espalda al frio muro, mirando cuan largas eran las cadenas y si podría usarlas de defensa, sintiéndose amenazado.



-¿Qué sucede, Gata?-dice con malicia acercándose cada vez más al japonés viéndole con una mirada de lo más penetrante.



-No soy ninguna gata-dice tratando de darle un golpe en la cara, al menos como humano eso podría hacer



Detiene el golpe del espadachín ensanchando la sonrisa viéndole a aquellos ojos que le habían gustado desde el primer momento que los vio.



-Claro que lo eres.



-Tch, cierra la boca maldito Noé...que solo porque no tengo mi inocencia...-dice sintiendo esa mano y mirándolo con enojo.



-Con o sin tu Inocencia contra mí no puedes...-dice agarrándole ambas muñecas con una sola mano acercando su rostro peligrosamente.



-Aléjate sucio Noé...-dice tratando de alejar su rostro del mayor, mirándolo aun de reojo.



-¿Sucio? jajajajaja -rio un poco para luego lamer toda la mejilla del pelilargo con la punta de su lengua lentamente- Estoy aburrido... por lo tanto, serás mi diversión.



-¿Qué? -inquirió entre dientes tratando de liberarse, tratando de darle una patada al costado o un rodillazo en el estomago.



Ningún golpe le hacía daño al Noé, ya que esta sabia que el menor trataría de hacerle daño, y los golpes de este atravesaban su cuerpo.



-Tch...-solo hace un ruido con la boca furioso de estar así… sometido por lo que más odiaba.



Comienza a morder con algo de brusquedad el cuello del japonés entre cerrando los ojos apretando más las muñecas del menor.



Este sentía repulsión de ese contacto, tratando de empujarlo pero sus movimientos no servían de nada.



-¿Sabías que me encanta que se resistan? –ríe  con malicia entre dientes mordiendo con más fuerza ese blanco cuello- Eso me recuerda... la vez que mate a Daisya-dice sonriendo con maldad.



Una mirada de furia se refleja en sus orbes oscuros... quería matarlo, quería vengarse de la muerte de Daisya, aunque no hubiera dicho nada...le dolió.



-No te atreva a mencionarlo…tú...grandísimo bastardo...



-¿No quieres saber que le hice entonces?-dice con el tono más cínico que pudo haber tenido abriéndole la capa con una sola mano.



Sus ojos se abrieron de golpe... su mente le dibujo muchas cosas.



-Tu... maldito...-se removía tratando de liberarse.



-Vaya, veo que esa persona era muy especial para ti...-sonríe con maldad, apegando sus cuerpos para inmovilizarlo sin dejar de verle.



La rabia se dibujo en su rostro y trato de morderlo, era ya lo único que se le ocurría, sintiendo ese cuerpo, tratando de controlar sus emociones.



-Vaya que eres insolente, veo que si era especial después de todo...-ejerce más fuerza sobre las muñecas del menor mientras que con su otra mano, hace que una de las piernas del japonés le aferre a su cintura.



Aprieta la mandíbula temblando involuntariamente ante ese acto obligado, además para no hacer ruido alguno al sentir la presión en sus  manos.



-Ya verás que no será tan malo...-dice con perversión para sin previo aviso penetrarle, gracias a su habilidad; no tenía la necesidad de quitarle las ropas.



Abre los ojos como platos mordiéndose el labio hasta romperlo, sintiendo ese punzante dolor en su entrada al ser ultrajado de ese modo.



-Vaya...-dice al notar la sangre brotar de los labios del otro y los relame rápidamente antes de que este le mordiera y comienza a embestirle sin previo aviso sonriendo con malicia.



-mal...maldito...-dice tratando de ahogar un quejido de dolor, apretando los ojos y encajándose las uñas, sintiéndose completamente indefenso.



-Mmmh… sin duda eres más delicioso que tu compañero-comento con maldad riendo macabramente con su sonrisa de Noé marcada en el rostro, desgarrándole el interior.



-Tu... a Daisya...-no puede continuar con la palabra porque el dolor es demasiado... unas lagrimas impertinentes escapan.



-Sí, eso mismo...que estas pensando-dice embistiéndole lo más fuerte y profundo que puede, sintiendo como la entrada del menor comenzaba a sangrar.



-Maldito...-susurra sintiendo la sangre escapar de su herida entrada, temblando, mordiéndose los labios para no darle el placer de oírlo gritar.



-Tranquilo, lo peor ya pasará...-susurra sonriendo sádicamente, para darle lo más fuerte que puede, tocando el punto sensible de su interior.



Lo mira con rencor puro hiriendo sus labios al máximo cuando siente ese toque, estremeciéndose y abriendo los ojos.



-Basta...basta...bastardo.



-No me detendré...por más que… lo pidas-dijo entre jadeos viéndole con lujuria total en sus orbes mieles, desgarrando más el interior del espadachín.



El menor no puede más y deja escapar un gemido de dolor teniendo sus puños pálidos de la fuerza con que apretaba.



-Me…Me las pagaras maldito...-dijo antes de apretar los ojos.



-Quisiera...con gusto...saborear tu venganza-dijo para luego morderle con fuerza los labios haciéndolos sangrar un poco más.



El joven exorcista no pudo mas… fue quebrado, ningún entrenamiento lo pudo haber preparado para ese momento, las lagrimas mancharon su rostro mientras trataba por todos los medios que el saliera de su interior



-Ya va a pasar...-dice con cinismo al sentir como el interior del japonés se contrae constantemente, y luego de varios minutos se viene en el interior del espadachín.



Las lágrimas no podían ser paradas, pese a lo humillante que era estar así... sintiendo ese liquido dentro de él, asqueado, temblando de rabia y de dolor.



-Mmmh… sí que eres más delicioso que tu compañero-dijo con descaro para luego alejarse del japonés observándole de reojo.



La mirada decía que lo mataría, aunque en esos momentos se queda tendido en el suelo, sangrando, temblando



-Agradece que he sido amable contigo, pude ser peor...-admite sentándose en la silla de nuevo sin dejar de verle.



-Idiota...-dice tratando de calmarse, recostado boca abajo en el suelo mientras se limpiaba las mejillas.



Solo le observo en silencio por varios segundos, esperando a ver que otro tipo de reacción tendría el japonés luego de eso.



Deseaba ahorcarlo, matarlo ahí mismo pero las cadenas lo impedían, solo comenzó a maquinar su venganza...sintiendo las consecuencias de es violación en su ano.



El exorcista ahora le odiaría de por vida, ya lo sabia... pero eso solo hacia más interesantes las cosas, ya que ahora cada vez que se le diera la gana, tomaría su cuerpo.



Debido a sus ropajes oscuros no se veía que tanta sangre perdiera, fue cerrando los ojos lentamente, palideciendo, dándole un susto al Noé.



-¿Espadachín-kun?-dice levantándose en seguida de su lugar acercándose un poco hacia el menor un tanto sobresaltado-



Si hubiera estado en mejores circunstancias podría haber atacado al portugués pero sin duda no lo estaba, no respondió al llamado pese a curarse rápido la pérdida de sangre durante el acto fue considerable.



-Oi...-le pico un hombro una vez que ya se encontró a su altura viéndole con algo de nerviosismo, ya que si lo mataba, sería él el que también terminaría muerto, técnicamente.



Respiraba aun, estaba solo inconsciente, temblando ante el dolor.



-Shimatta...se me paso la mano...-comenzó a sudar frío inconscientemente abriendo los ojos del miedo, y sin más se fue corriendo a buscar algo para curar al pobre exorcista.



 Cuando oyó que se marchaba su tenso cuerpo se comenzó a relajar, cayendo en un sueño, seguro de que no volvería... ¿o tal vez si?



 Cuando volvió ya con las cosas a mano, cerro con seguro la puerta, no dejaría que le molestaran, y se acerco al cuerpo del japonés tomándole en seguida el pulso.



El pulso era lento, suave casi imperceptible, no por que estuviera muriendo sino porque estaba en un estado de meditación, trance para ignorar el dolor que aun persistía.



Trago grueso, volviendo a sudar frio y sin más, le quito la larga chaqueta de exorcista, bajándole acto seguido los pantalones y la ropa interior para comenzar a curarle un poco su entrada como pudiera.



 El menor se queja entre sueños, gimiendo suavemente de dolor, soltando un par de lágrimas.



 Observa con atención aquellas lágrimas resbalar del hermoso rostro del japonés y con una de sus manos las limpia con delicadeza.



Sin saber porque el menor se va calmando, sin saberse en las manos del enemigo, durmiendo de nuevo.



Cuando se da cuenta de lo que acababa de hacer, parpadea un par de veces algo incrédulo y luego le acomoda las ropas al menor.



Kanda suspira suavemente, más tranquilo y con menor dolor, olvidando un momento que era prisionero y víctima del Noé del placer.



Le observa por unos segundos un tanto incrédulo, para después retirarse del lugar un poco más tranquilo. A la mañana siguiente, fue en nueva cuenta, algo temprano.



Kanda ya estaba despierto usualmente a esas horas entrenaba... pero ahora solo podía entrenar su mente... y eso a medias pues aun no podía sentarse correctamente



Entro lo más cauteloso que pudo, observándole en silencio de reojo, sintiendo un poco como se le hacia un pequeño nudo en la garganta.



Recostado en el suelo y con los ojos cerrados, aunque los abrió cuando sintió que alguien entraba.



-Eres tu... ¿no te has divertido lo suficiente?-dijo con enojo y de tono  mordaz.



-¿Acaso esperabas a alguien más?-dice con tono firme y una seria mirada afilando un poco esta misma observándole-Si quieres voy por Road, me ahorraría el trabajo de tener que cuidarte



-Idiota-dice simplemente haciendo un esfuerzo y sentarse al estilo samurái, pese a que podía lastimarse más su entrada, pero no iba a mostrarse vulnerable, su orgullo no lo permitía.



-No seas orgulloso y quédate recostado-dijo sin moverse de su lugar, y sin si quiera cambiar su semblante serio.



-¿Y que más te da a ti Noé?-inquirió mirándolo desafiante



Una pequeña venita dio aparición en su frente.



-Porque después de todo, YO te deje de ESA manera...-dice con tono peligroso viéndole.



-Oh ¿y a que le temes? ¿Que vaya llorando con el conde?-inquiere con sarcasmo-Además así querías dejarme ¿no es así? ¿Será que te estás arrepintiendo?



Frunció el ceño al oírle y en un rápido movimiento; sin llegar a ser demasiado brusco hizo que el japonés quedara de nuevo recostado en el suelo.



-Solo...quédate así-susurro viéndole a los ojos con una mirada penetrante.



El espadachín lo miro, sintiendo su cuerpo presionado contra el suelo, pensando que en cualquier momento cambiaria de parecer y lo violaría de nuevo.



-¿O es que acaso no puedes quedarte quieto, eh?-pregunto en un tono de voz más suave y un con una expresión un poco más calmada, sin apartar la mirada.



-Retiro lo dicho...creo que tu estas más loco que es cría-dice un poco más tranquilo



No pudo evitar sonreír ante el comentario del japonés, sacándole una leve risa.



-¿Te quedarás quieto?-volvió a repetir observándole.



-No me dejaras opción ¿ne?-inquiere cerrando los ojos, la verdad no estaba con energías para mantenerse o para pelear.



-La verdad; no-dijo aflojando un poco el agarre sin apartar en ningún momento la mirada de los ojos oscuros del japonés.



-Eres un salvaje-dice sintiendo como los grilletes comenzaban a escocerle.



-Me gusta cómo suena eso-soltó una leve risa para darle la espalda, observándole de reojo- ¿tienes hambre?



-¿Tu qué crees idiota?-inquiere aun a la defensiva cuando su estomago responde más cortes-Ya me parezco al Moyashi baka…-susurra para si algo rojo.



Sonríe divertido al oírle pero no le responde nada para después salir del lugar con tranquilidad, y a los minutos después, volver con una bandeja, acercándose esta vez un poco más que la primera vez.



El nipón se preguntaba qué demonios planeaban... hasta cuando lo tendrían ahí...la idea de entregarse voluntariamente al Noé para escapar fue algo que le causo dolor de estomago.



-Supongo que puedes comer por tu cuenta, ¿no? -pregunto al notar que el pelilargo andaba como en otro mundo sonriéndole con algo de diversión.



-Claro que puedo comer solo-protesta mientras comienza a comer estando recostado de lado.



-¿Estás seguro?-pregunta sentándose con las piernas cruzadas cerca del espadachín observando atentamente como este comía de a poco.



-sí, lo estoy ¿o acaso tu me darás de comer?-dice con sorna.



-Si no te incomoda, claro-dice en tono un tanto cantarín sonriendo con diversión.



Abre los ojos con sorpresa para después irritarse.



-No te burles de mi maldito Noé...-dice mirándolo



-Oi, oi, ¿quien se está burlando?-dijo en modo de queja viéndole con ojos de punto y una gotita rodando por su sien.



-¿no lo es?-inquirió con sorpresa para dejar los cubiertos a un lado, no sabía que pensar de ese hombre, que no entendía por que le parecía atractivo.



-¿Realmente pensaste que estaba bromeando?-otra gota rodo por su sien parpadeando- el caso… ¿quieres o no?-pregunto sonriendo levemente.



El nipón duda un poco pero al final asiente, una parte de él quería mimos...quería sentirse algo... protegido aunque se tratara del mismo hombre que lo dañara



La sonrisa del portugués se ensancha y sin titubear comienza a darle de comer al japonés con un extraño brillo en sus orbes mieles.



Este observa el rostro del  Noé, poniéndose un poco rojo mientras deja que le dé de comer.



Observa disimuladamente aquel tono carmín en las mejillas del menor, y su sonrisa se ensancha un poquito más.



Termina de comer sus alimentos, mientras seguía siendo atendido de ese modo, extrañado de que el Noé del placer lo hiciera, observa esa sonrisa y se estremece de un modo inesperado, haciéndole creer atractivo.



Noto como se había estremecido también y cerró sus ojos sonriéndole un poco más, para luego tomar la bandeja, no sin antes volver a mirar el rostro del otro.



El chico no dice nada, solo lo observa, esa sonrisa... ¿qué demonios significaba? no comprendía nada y solo se sentía confundido



En un momento sintió ganas de acariciarle el rostro, mas no lo hizo ya que fue capaz de reaccionar antes de hacer cualquier "estupidez".



Kanda dejo escapar un suspiro cerrando los ojos y se volvió a recostar en el suelo, suspirando de un modo inusual en él.



Iba a preguntarle el porqué del suspiro más no dijo nada en especial, y se fue a dejar la bandeja con los platos vacios a la cocina y volvió.



El menor se sentía algo más tranquilo, sin saber el porqué, comenzó a quedarse dormido, pensando en ese moreno.



Los días iban pasando, ¿cuántos eran ya? como cinco más o menos, desde que el moreno había cambiado su actitud cuando se encontraba con Kanda, algunos de la familia sospechaban pero nunca comentaron nada.



Kanda estaba un poco más tranquilo incluso sentía la ansiedad por ver a ese Noé, los momento a solas eran más agradables... aun así no podía olvidar que era su enemigo... y eso le dolía.



Tykki solo fue capaz de violar solo una vez al japonés, ya que ese momento fue el que le hizo cambiar, bueno, cambiar solo con el exorcista, se dirigía a paso rápido al lugar donde tenían al otro, y varios de la familia le quedaron viendo raro.



Los murmullos se escaparon mientras que desde otra habitación el primero de los Noé lentamente cambiaba sus planes.



El Noé del Placer iba con una sonrisa en sus labios, aunque ni el mismo entendiera el por qué...pero deseaba estar a su lado, a pesar de que no hablaran demasiado.



Kanda lo esperaba con ansias, su pecho ardía, y el deseo de verlo de tenerlo cerca, se muerde suavemente los labios mientras piensa en el portugués.



Una vez que se encontraba fuera del lugar entro con tranquilidad, aparentando ser el mismo de siempre, aunque su corazón palpitaba como loco.



Kanda sentado en el suelo con la espalda recargada en la pared le miraba entrar, tragó grueso mientras un rubor cubría sus mejillas, para después desviar la mirada por ese orgullo.



-¿Qué sucede?-pregunto con algo de extrañeza al notar que el japonés había desviado la mirada y se acerco lentamente hacia este sonriéndole.



-Nada...no sucede nada...-dice aun sonrojado, pues había estado fantaseando con esa sonrisa y lo había dejado en un estado poco decoroso.



-Nada dices y estas peor que una manzana-dice sonriendo divertido soltando una leve risa para acercarse un poco más al otro.



-Mentira-dice tratando de defenderse, mirándolo de reojo, sintiéndose nervioso por esa cercanía.



Se pone a la misma altura del otro, estando no muy lejos de este mismo.



-Entonces explícame que es esto...-toca una de las mejillas del japonés.



Se estremece al tacto, no sabía cómo, pero había caído en el complejo de Estocolmo terminando enamorado de su carcelero.



-¿Qué crees que sea?-inquiere



-Pues es más que evidente que es un sonrojo, pero mi pregunta es...¿por qué? -susurra afilando un poco la mirada viéndole a los ojos.



El orgulloso chico no desea nada, solo le dedico una mirada penetrante y a la vez coqueta... mientras le veía de reojo.



El ojimiel parpadeo dos veces aún sin poder creerse la manera en que el menor le estaba mirando, o ¿acaso realmente habían enloquecido los dos?



Ante lo que estaba haciendo no supo que mas hacer  desvió la mirada, regañándose mentalmente... le estaba coqueteando a ese hombre...pero sentía que debía hacerlo...



El moreno soltó un largo pero suave suspiro para luego relamerse un poco los labios, y con una de sus manos le tomo del mentón haciendo que le viera de frente.



El sonrojo del menor se hizo mayor ante ese tacto y su corazón latió acelerado.



-¿Pasa...pasa algo?-inquirió tratando de tener control de sus actos



-No, nada realmente...-acerca con lentitud sus labios hasta los del otro, rozándolos muy apenas; solo un roce y listo, ahora esperaría la reacción del menor.



Un suave suspiro escapa de sus labios, tan suave que pensó que el Noé no lo oiría, pero su cuerpo lo traiciono, su piel se erizo y el sonrojo aumento.



Entre cerro un poco más sus ojos observando fijo a los orbes oscuros del espadachín, y volvió a rozar en nueva cuenta sus labios con los del exorcista, tentándole a que le siguiera.



Al sentir ese segundo roce cerró un poco sus orbes y comenzó a mover suavemente sus labios, todo se había vuelto de cabeza...era lo único que pudo pensar para después solo enfocarse en esos labios...



Deposito un suave y casto beso en los labios del japonés, sintiendo como el corazón se le iba a escapar del pecho por tenerle así de cerca.



Tímidamente llevo su mano a la mejilla del Noé, sintiendo un extraño palpitar al tiempo que suspiraba de nueva cuenta



Soltó un apenas audible suspiro para luego relamer con mucha lentitud y delicadeza los labios del espadachín cerrando por completo sus ojos.



Al sentir esa humedad en sus labios no dudo en separarlos... para atreverse a sacar su lengua en busca del contacto de la del Noé del placer, apoyando una mano en el hombro del mayor.



Cuando siente la húmeda lengua del espadachín, comienza a frotar la suya suavemente con la del contrario, estando estas fuera de sus bocas-



El joven nipón tiembla ante ese delicioso contacto mientras su lengua danza grácilmente con la lengua de su captor disfrutando de esa sensación...de ese beso.



Duraron unos segundos con sus lenguas fueras de sus bocas, ya que luego el portugués unió finalmente sus labios, aunque sus lenguas siguieron danzando dentro de estas.



La humedad en ese beso aumento al estar dentro de sus bocas...presionando suavemente los hombros del Noé, había perdido todo control y todo razonamiento...su cuerpo ahora exigía ese contacto



Tykki por su parte le había tomado de las caderas apegando un poco sus cuerpos, mientras un pequeño hilillo de saliva resbalaba de la boca del japonés por la humedad del beso.



Esa saliva no era lo único que escapaba sino un suave gemido ante ese beso y ante ese contacto más íntimo...besándolo con más ansiedad... con más desesperación.



Ahoga un ronco gemido entre ese beso al haber oído el débil gemido que soltó el japonés, y cuando ya sintió que el aire les hizo falta a ambos rompió con suavidad el beso, solo un hilillo de saliva unía sus labios.



-Ah...-el jadeo escapo mientras abre levemente sus ojos sus mejillas pálidas estaban en todo momento de un hermoso carmesí, mientras su pecho subía y bajaba y su cuerpo ansiaba mas.



Abrió con lentitud sus ojos mieles observando fijo a los ojos oscuros del exorcista que brillaban con deseo y lujuria.



-¿Quieres más?-pregunta, aunque ya se imaginaba la respuesta



Separo sus labios, pero no salió sonido de su boca, solo logro asentir con un leve noviecito de cabeza, mientras se relamía los labios de un modo sensual mirando esos ámbares con intensidad.



Sonrió con algo de picardía para luego guiar sus labios hasta el cuello del japonés, comenzando a morder y succionar esa zona.



Un suave gemido se coló hasta el oído del mayor mientras sus blancos dedos acariciaban esos cabellos negros como la noche.



Comenzó a desabrocharle la chaqueta con una de sus manos mientras la otra se posaba en la hombría del espadachín y succionaba un poco más el cuello de este, dejándole una marca rojiza.



Se mordió el labio para acallar un gemido demasiado escandaloso, mientras sus manos buscaban de modo algo tímido el quitar las elegantes ropas del ojimiel.



Se puso a morder, lamer y succionar el otro lado del cuello del japonés comenzando a masturbarle por sobre la ropa.



Los suaves gemidos chocaban directo a la oreja del mayor mientras ya como podía abría la camisa y acariciaba su pecho.



El Noé sentía como su miembro se iba poniendo cada vez más duro gracias a los gemidos del exorcista, y le fue quitando las vendas del pecho.



Por un momento dudo en que le viera esa marca...marca de su pasado...triste pasado...pero no lo detuvo y comenzó a jugar con los pezones del mayor.



Un pequeño escalofrió recorrió el cuerpo del Noé y sonriendo bajo sus labios hasta uno de los botones de carne del otro, comenzando a morderlo y lamerlo suavemente



Los suspiros, gemidos eran cada vez mas continuos, una sonrisa como nunca se dibuja en sus labios mientras sentía esos dientes.



Muerde con suavidad el botoncito para luego lamerlo juguetonamente mientras le desabrocha ahora el pantalón.



Un escalofrió lo recorre mirando a Tykki, jadeante le toma del rostro besándolo bajando una mano a la hombría del mayor, tocándola por sobre el pantalón,



Ngh...-ahoga un débil gemido, y corresponde al beso cerrando sus ojos, besándole con pasión.



Ese beso le había hecho sentir una corriente eléctrica al tiempo que apretaba un poco ese miembro sobre la tela buscando con algo de nervio mas contacto,



Rompió suavemente el beso para morderle con delicadeza el lóbulo de la oreja, moviendo un poco sus caderas.



-ah...Tykki...-susurro en un gemido zafando el botón del pantalón para así acariciar esa hombría, sintiéndose más excitado que hacía unos minutos.



Muerde con algo de brusquedad el cuello del japonés mientras que su mano acaricia lujuriosamente el miembro del menor.



-Aahh... aahh...-comienza a gemir suavemente a su oído mientras movía las caderas...mientras se relamía los labios.



Guía sus labios hasta los del otro para besarle de manera apasionada.



Corresponde al beso con ansiedad mientras sigue masturbándolo, su cuerpo estaba palpitando del deseo



Se separa lentamente viéndole con deseo en sus orbes mieles.



-¿qué? -pregunta al verle con aquella expresión.



 Se pone aun más rojo ante la pregunta y desvía la mirada, aún mantenía algo de su orgullo.



-¿no lo sabes?-inquiere mordiéndose de modo sensual los labios.



-oh claro que lo sé~ solo deseaba oírlo de tus labios -sonríe con algo de malicia y le toma de la cintura acomodándose entre sus piernas.



Lo mira sonrojado mientras tímidamente lleva su mano a su rostro.



-Eres terrible...-susurra con ojos entrecerrados antes de susurrarle al oído-Te...te quiero...sentir...


 


-¿te quito las ropas o así está bien? -pregunta al oído del japonés mordiéndolo suavemente, re-pegando sus cuerpos.


-Quítalas...quítalas...-dijo con algo de desespero, pues recordó que la vez que lo violo estaba completamente vestido.


Notó el temor que vio en los ojos del nipón y con una leve sonrisa comenzó a quitarle los pantalones.


Respiraba de modo irregular, mientras siente como es desvestido, observándole


-Quiero...sentir tu piel... sentir...que...que también puedes ser cálido...-dice con las mejillas rojas y los ojos ocultos en el flequillo.


-todo humano tiene... calidez alguna vez...-susurra una vez que le tiene completamente desnudo y observa disimuladamente las cadenas que lo sujetan.


 Este deja escapar una sonrisa mientras cierra los ojos, quería olvidar que era prisionero y que estaba en un agradable lugar con ese chico que le había provocado un sentimiento que creía muerto.


Tykki se quita bien los pantalones, y dudo por un momento si soltarle o no las muñecas, y opto por si, y rompió las cadenas.


Abre los ojos con sorpresa al ver lo que había hecho...mirando sus blancas muñecas heridas por el roce del metal.


-Tykki...-susurra mirándolo antes de rodéale el cuello al fin con más libertad.


-¿Estás bien? -pregunta una vez que le había soltado las cadenas y con la punta de su hombría roza la entrada del nipón suavemente.


-Si...estoy bien...-dice suavemente mientras siente ese miembro, controlando los miedos cual buen samurái.


Deposita un casto beso en los labios del espadachín cerrando sus ojos mientras va entrando con lentitud.


-Aahh...- deja escapar un suspiro mientras siente ese groso miembro


 Le relame los labios viéndole con sus ojos entre cerrados, entra completamente.


-Aahh… -por inercia se aferra a su cuerpo, suspirando, respirando agitado.


Lame el cuello y lo succiona un poco también, penetrándole de manera bastante lenta y profunda.


 -mmhh... se...siente tan bien...-susurra olvidándose del miedo que había sentido a causa de esa violación


Los orbes mieles observaban con total atención cada una de las expresiones del japonés, sin perder detalle alguno.


Kanda tenía los ojos cerrados... ¿cómo había llegado a eso? ¿Cómo había terminado deseando sentirlo después de tan dolorosa experiencia? Ni él lo sabía, solo sabia del deseo que sentía moviendo las caderas.


 El moreno jadeaba muy suavemente tomándole con algo de delicadeza de la cintura al mismo tiempo que le embestida profundo pero procurando el no hacerle daño de nuevo.


El pelilargo se tapa la boca como puede para no soltar gemidos sonoros, no quería...que alguno de los otros Noés llegara...sus orbes oscuras se fijan en las del portugués mientras sus mejillas estaban de un rojo intenso.


Entre cierra un poco su mirada al sentir que el exorcista posa sus ojos sobre los propios y una muy apenas visible sonrisa se forma en su rostro.


-¿No duele?-pregunta apenas audible.


-No… ésta... ésta vez no...-dice con cierta docilidad pues ya no podía seguir fingiendo que le era todo indiferente


La sonrisa en el rostro del Noé del placer se hizo un poco más notoria al notar el cambio de voz y comportamiento del espadachín.


Kanda se sentía avergonzado, se había sometido al mayor, su orgullo estaba movido mientras que suspiraba y daba gemiditos ahogados.


Su "enemigo" guio sus labios hasta uno de los hombros del menor, para morderlo suavemente succionándolo de paso al mismo tiempo que hacía de sus embestidas un poco más profundas y rápidas.


-Ty...Tykki...-jadeo contrayendo su entrada ante esas sensaciones, mientras dejaba escapar los suaves y rítmicos gemiditos.


 -Ngh-jadeo un poco el mayor al sentir como su pene era apretado de aquella forma tan deliciosa, y sin poder contenerse comenzó a embestirle de forma más rápida y profunda, llegando hasta lo más hondo del ser de Kanda.


 El exorcista abrió los ojos y el gemido se quedó ahogado en su garganta, pues más que gemido sería grito de placer, todo su cuerpo se estremeció, vibrando y temblando.


Tykki cerró sus ojos mordiéndose sensualmente el labio inferior al mismo tiempo que soltaba un largo pero suave suspiro, sintiendo como pronto iba a llegar a su clímax gracias a la manera en que el exorcista se contraía.


-Ya... ya no… no podré... más...-jadeo mientras las contracciones se hacían mayores, su miembro comenzaba a gotear.


Sin dudarlo ni un segundo, tomo con una de sus manos el miembro del japonés y comenzó a masturbarle a la misma velocidad de sus embestidas.


Un fuerte gemido escapo de su garganta, arqueando la espalda temblando y cortándosele un instante la respiración.


El oírle gemir en seguida unió sus labios en un rápido movimiento, y le beso de manera bastante apasionada mientras le daba sus últimas fuertes y profundas embestidas.


Se aferro a cuello del mayor apretándose hasta el límite, comenzando a correrse entre espasmos.


 Cuando ya no fue capaz de resistirlo más, se corrió en el interior de su "prisionero" dándole una última profunda embestida sin romper el beso en ningún momento.


Sintió como era llenado todo su interior, sin poder evitarlo le araño un poco los hombros para después a falta del aire romper el beso y jadear agitado.


El mayor también tenía su respiración bastante agitada y le observaba con una mirada entre divertida y juguetona mientras que le regalaba una leve sonrisa.


-Ah... no te... no te atrevas a burlarte...-dice jadeante volteándole el rostro indignado.


El Noé parpadeo un par de veces y sin poder evitarlo soltó una muy leve risa divertida.


-No pensaba hacerlo...-dice tomándole del mentón, dándole una última embestida antes de salir del interior del menor.


-¡Aahh!-le arrancó un gemido más haciéndolo perder un poco de respiración mientras lo miraba sonrojado.


El moreno se le quedo viendo unos segundos en silencio, observando con detalle aquel tono carmesí y aquellos oscuros orbes.


Kanda cerró los ojos y hundió aun mas su cabeza en la almohada, tratando de tranquilizar su agitado corazón, preguntándose qué pasaría después...


El mayor guio una de sus manos hacia la cabeza del menor, acariciándole esta... de modo bastante dulce viéndole con una leve sonrisa.


 Abre sus ojos y lo mira, el miedo invadió su pecho aunque no dio muestra alguna.


-Y ahora… ¿qué es lo que pasara?


-Nada-dio como respuesta con un tono bastante suave y muy tranquilo, había notado la tensión del japonés pero no quiso decir nada... ahora... ya no sentía ganas de hacerle daño.


 Ante esa espuenda Yuu dejo escapar una leve sonrisa, atrayéndolo hacia él, quería sentirlo cerca... como si en verdad todo fuera a pasar de buen modo.


Se sorprendió un poco, era verdad... después de todo, no esperaba que fuera el exorcista quien decidiera abrazarle de aquella forma.


 Kanda cerró los ojos solo quiso borrar el lugar... estar en otro con ese chico, aunque sentía en lo más profundo de su ser que sería un sueño  que duraría demasiado poco.


Tykki le abrazo con fuerza cerrando sus orbes mieles escondiendo un poco su rostro, sabía que no terminaría bien... pero aún así... deseaba poder estar a su lado.


Kanda estaba agotado y con la calidez del mayor a su lado se quedo completamente dormido, por un instante todo fue perfecto


Cuando sintió que la respiración del japonés que iba ya a un ritmo más calmado y lento, observo el rostro de este mismo, dándose cuenta que se encontraba profundamente dormido.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).