Hiro no podía creer que Shuichi haya regresado, todo le parecía un sueño del que no quería despertar. Su mejor amigo había vuelto y parecía estar bien pero… esas dos personas lo ponían inquieto, sobre todo el tal Kaito con sus cambios tan repentinos de humor. Pero no debía juzgar a las persona con sólo verlas una vez, igual ya tendría tiempo de formar un concepto sobre esos dos pues él junto a Suguru se unirían a Blood Nightmare.
Mientras tanto en otro lugar un joven de dieciocho años se encontraba con la difícil tarea de despertar a sus compañeros.
Suspirando, Kaito comenzó a preparar el desayuno sabiendo que eso despertaría a Keiko ahora sólo quedaba Shu…
Con paso firme caminó hacia una estantería donde había muchos discos y tomó uno de NG el cual puso en el equipo de música y la canción Sleepless Beauty comenzó a sonar. A los segundos unos ruidos lo alertaron de que debía ponerse fuera de la línea de fuego si quería salir ileso pues sus dos camaradas más rápidos que el viento estaban en la cocina; Keiko devorando su desayuno y Shuichi saltando de un lado a otro elogiando a Sakuma-san.
- Nunca cambiará – pensó el de ojos zafiro – ya deja de saltar y ven a desayunar – le dijo a Shindo para luego tomar su bolso negro y un par de tostadas antes de salir rumbo al instituto, no sin antes advertirles de que el apartamento debía seguir en pie para cuando volviera.
Caminaba de forma lenta hacia la parada del autobús mientras acababa su desayuno y pensaba que a pesar de que Keiko y Shu tenían veintidós y veinte años respectivamente se comportaban de manera muy infantil y alocada, más propia de un adolescente como él que de un adulto. De pronto comenzó a pensar en los acontecimientos de ayer, todos le habían caído bastante bien, menos Yuki, aunque lo que le llamó más la atención fue Seguchi pues Shuichi lo había descripto como alguien manipulador con una falsa sonrisa siempre en el rostro. Lo de manipulador no lo podía saber del todo bien aún pero podía decir que la sonrisa que mostró ayer era todo menos falsa. Ahora que lo meditaba el rubio ojiverde los había encontrado y también amenazado con enviar a K si no aceptaban volver a Japón. Ahí había visto un poco de su faceta de manipulador pues si el anterior manager de Shu los encontraba no podrían perderlo jamás.
También le parecía raro que ese escritor estuviera ahí justamente el día de su llegada, era pura lógica que los amigos del pelirrosa estuvieran pero no él. ¿Acaso el tecladista de NG le había dicho? Tal vez planeaba hacer que Shu y el rubio escritor volvieran pero él no lo permitiría, no después de ver como había quedado Shu luego de esa infidelidad. No, no permitiría que lo volvieran a dañar pues sabía que esta vez sería imposible volver a reunir los fragmentos del corazón de Shu, por la culpa de Yuki el cantante de ojos amatistas había intentado….¡No! debía quitarse esas cosas de la cabeza y vigilar a Seguchi y Yuki atentamente después de todo él y Shu compartían lazos de sangre…
Seguchi Tohma se encontraba en su despacho terminando los arreglos para el debut de BN pensando que ahora había una oportunidad de hacer que Shindo y Eiri volvieran. Es cierto que en el pasado había odiado a Shuichi pero eso quedó atrás luego de ver como sufría Yuki por la desaparición del cantante.
Cabe destacar que el ojiverde se sorprendió al encontrar a Shu y sus compañeros en Londres. Sonriendo, agradeció que el de ojos amatistas tuviera un color de pelo tan peculiar y fácil de identificar. Pero había algo que le inquietaba, aquel chico de cabello violeta que acompañaba a Shu se había vuelto muy frío en cuanto Yuki habló además en su mirar había un odio profundo hacia el escritor. El rubio músico sabía que si Akira se enteraba habría problemas pero esperaba que el joven no lo notara, después de todo sólo era un adolescente que ni había acabado la escuela y según Tohma no representaba problema alguno para sus planes, de momento.
La opinión de Tohma sobre que Akira no sería un problema se vio afectada al fin del día cuando el menor de los integrantes de BN se presentó en su oficina aún con su uniforme escolar que era una camisa blanca, un pantalón y zapatos negros, con una chaqueta azul amarrada a la cintura.
- Seré directo Seguchi-san – dijo el menor – no permitiré que Shu y Yuki-san vuelvan a ser pareja.
- ¿Y quién le da ese derecho Kaito-kun? – dijo el presidente dirigiéndose al ojiazul por su nombre.
- Mi sangre – respondió a lo que Seguchi se mostró sorprendido – más le vale que se ande con ojo Tohma-san o no me quedará otra opción que volverme su enemigo.
- ¿Y qué podría hacer un adolescente como tú?
- Le recuerdo que Shu me ha contado mucho de todos lo cual me da conocimientos que usted no posee sobre mí y Keiko – luego de eso el menor se fue dando un portazo muy fuerte que por poco saca las bisagras de la puerta de lugar.
- Muy bien si quieres guerra, guerra habrá – murmuró Seguchi.
Esa noche Tohma se reunió con Yuki para advertirle sobre que Kaito y, posiblemente Keiko, impedirían que el rubio escritor volviera con Shuichi.
- Esta vez nadie se meterá en mi camino, Shu volverá a ser mi pareja – dijo muy decidido Eiri, mañana sería un día muy largo y seguro habría problemas con los acompañantes del cantante.
Al día siguiente todos estaban reunidos para ultimar los detalles y firmar el contrato de BN.
- Shindo-sn, ¿podría preguntarle algo? – pidió Seguchi quien desde que se reunieron se había dado cuenta que Kaito los vigilaba de manera muy atenta a Eiri y a él.
- Sí – respondió ignorando al escritor todo el tiempo desde que se lo encontró en uno de los pasillos, internamente agradecía que Kei y Kai estuvieran con él pues con ellos dos sería imposible que se le acercara sin recibir algún daño físico por parte de sus amigos.
- ¿Kaito-kun es parte de su familia? – ante eso Keiko estrechó los ojos al ver que su nuevo jefe tuteaba al menor del grupo. Ella sabía que Kai era el más inteligente del grupo aunque le pesara, pero cuando se trataba de Shu o ella actuaba sin pensar, esperaba que no se hubiera enemistado con Seguchi.
- Mi primo – dijo felizmente y todos los de la sala se quedaron de piedra con la noticia y miraban alternadamente a Shu y a Kaito intentando encontrar alguna similitud y salvo, tal vez, por la tonalidad del pelo no encontraron niguna.
- ¿Tu…primo? – Hiroshi estaba muy sorprendido su mejor amigo nunca le había comentado que tuviera un primo.
Los demás no estaban mejor que él, Sakano se había desmallado, a K se le calló su amada magnum, Yuki dejó caer el cigarrillo, Sakuma estaba con su faceta adulta y Suguru con los ojos muy abiertos.
Tohma y Kaito se miraban retadoramente, cada uno quería que su protegido fuera feliz pero no dejarían que el otro interfiera en sus planes.
Seguchi ayudaría a Eiri a recuperar a Shu.
Akira se encargaría de que ya no le rompieran más el corazón a Shuichi.