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Bajo la aparente felicidad por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

Hola, hola... me quice salir un poco de lo meloso y típico que suele ser esto, me dije ¿porqué no, una infidelidad dónde todos salen ganando? al mismo tiempo que perdiendo... -es una infidelidad! no podría ser tan bueno ¿o sí?-

Bueno, bueno me quedo agridulce la idea, espero que le den su portunidad... aunque esta vez me salio un Sato con complejo de esposa desesperada xDu, y gracias por leer n.n!!

P.D.: también me salí de la idea de que los 4 formasen parte de la misma banda, es más, en sí ya ni banda hay... .-.u y creo que ya no hay más aclaraciones, así ke Enjoy~!:

 

El ruidoso despertador cumplió su función, Shuu y Satoshi se levantaban con pereza, restregándose los ojos. Una vez fuera de la cama en lo que el menor abría las cortinas, el mayor comenzaba su aseo para irse a trabajar; Satoshi distendía la cama, y buscaba un traje que le sentase bien al día para que su amado luciera radiante. Aunque extrañaba sus cabellos un poco más largos y ondulados, así como despertar un poco más tarde, sólo para seguir metidos en la cama, hasta que ir a los ensayos se hacía necesario… ahora había que cumplir con el horario de la oficina, y con las formalidades de etiqueta de la sociedad.

 

Una vez escogido el traje, y acomodado este sobre la cama, se asomo al baño donde aún se acicalaba el moreno.

 

-Shuu, amor, iré por lo necesario al supermercado, vas a venir a cenar, ¿verdad?- había más tristeza y suplica en su voz, que ternura y melosidad, como hubiese deseado que fuera.

 

-no estoy seguro Sato, pero te juro…- el menor había salido del baño cerrando bruscamente la puerta –SATOSHI!-

 

Shuu se sale del baño para alcanzar al menor, lo sujeta de un brazo, pero el menor se suelta con brusquedad.

 

-Sato…  yo, es en serio, hare todo lo que pueda por estar contigo esta noche, sé que deseas esta cena como pocas cosas, y yo también, mi amor es nuestro sexto aniversario, claro que quiero venir y pasar la noche contigo… después de cenar!, es un promesa, lo juro… Nii arreglara los pendientes pro mí-

 

-¿Nii?…-

 

-mi asistente pers/-

 

-¡SÍ, YA SÉ QUIEN ES, gracias… pero sí te acuestas con él no tienes que hacerlo TAN evidente!-

 

-¡¿QUÉ?!… Satoshi, ya por favor, relájate… te está sentando mal el aniversario…-

 

-sí… claro, hace un año que ese es tu asistente personal y ya lo llamas por su nombre, el anterior asistente había trabajado con tu padre y te conocía casi desde que eras un niño y NUNCA lo llamabas por su nombre…-

 

El mayor se lleva las manos a la cara y respira profundo, tratando de tranquilizarse, toma a Satoshi por los hombros y lo obliga a que lo vea a los ojos.

 

-Satoshi… Satoshi mírame, te amo…- ambas miradas se analizaban profundamente, los ojos del más bajo comenzaban a llenarse de lágrimas -¿hay mentira en mi voz?… no, porque en verdad te amo, y hoy cenaremos juntos- toma la cintura del menor con su brazo izquierdo y con la diestra sujeta suavemente el mentón, para poder culminar en un beso suave, largo. Dejando que el menor enrede sus brazos en su cuello, y sus dedos en su cabello, acercando sus cuerpos.

 

De todas formas, su mente se dividía en dos, una parte estaba con Shuu y sus promesas vacías, huecas… aunque se amaran, no podía dejar de sentirse así; y la otra, la otra era alegre, vívida, clara y cálida, recordando lo que hace poco más de un año había comenzado en el supermercado…

 

*Parezco una ama de casa cualquiera, ¿haciendo las compras necesarias?! Por favor… agh, bueno u.u al menos comparto mi vida con Shuu* En su rostro se dibuja una sonrisa y algo de rubor en sus mejillas *pero si ya nada más me falta embarazarme!...* Sorprendiéndose por sus divagaciones seguía meditando frente a las latas de conserva *ash ya no sé ni lo que digo… los hombres NO se embarazan… aunque la ciencia ha avanzado mucho… NO, ¡¿QUÉ DIGO?!... agh, ya me está haciendo daño esta vida hogareña…*

 

-SATOSHI!-

 

-unm?- sorprendido volteo a buscar quién le llamaba en mitad del supermercado.

 

-SOY TU FAN-

 

Un chico de cabellos cortos y flequillo castaño le ‘saludaba’ desde el otro lado del pasillo del supermercado sacándolo de sus pensamientos y trivialidades.

 

-ah?…-

 

-no te apures, ya no voy a gritar más- mientras se había acercado a él con pasos apresurados -pero me fue inevitable al reconocerte- haciendo una pequeña reverencia, mostrando un rostro alegre y feliz.

 

-¿estás seguro de que me hablas a mí?- el de cabellos completamente negros voltea a ver por todo el largo pasillo, donde hasta frío hace, bueno hasta una bolita de matorrales de desierto pasa a sus espaldas de lo sólo que está, si no le hablaba a él, le hablaría a las latas de conserva... lo cuál era poco probable.

 

-pues yo no veo a nadie más…-

 

-ni yo, ah… y ¿por qué dices que eres mi fan?- su mente comenzaba a maquinar ideas imposibles de estar siendo acosado en el supermercado -a caso ¿eres un acosador?-

 

-ah, NO…- sentencio con un tono de extrañeza el más bajo -yo te conocí, bueno sé de ti porque tenias un banda de rock, con un bajista… creo que su nombre era Shuu… y ¿la verdad? No recuerdo a los otros dos integrantes- comentaba sonriente, buscando hacer la conversación amena -no les prestaba mucha atención, yo escuchaba a la banda sólo por tu voz- apareciendo un leve sonrojo en sus mejillas, pasando a hacer un ligero puchero -¿porqué la disolvieron?-

 

-ah… por que nos casamos-

 

Aunque el menor no pudo evitar su expresión de sorpresa al suponer *¿entre hombres?… -.- no creo* -ah, cada uno se caso…- intentando confirmar el error en su sospecha.

 

-NO, nos casamos, Shuu y yo, entre nosotros…- le había salido tan naturalito mientras terminaba de decidir que latas se llevaría, poniéndolas en el carrito de las compras.

 

 *si fue entre hombres* Fue lo único que alcanzo a procesar el cerebro de Ryo, en ese momento su expresión ha deber sido extraña, pero se había quedado sin poder decir nada.

 

-ey… EY! ¿Aún estas ahí?, gracias por acordarte aúnde nuestra banda- era algo que realmente lo hacía feliz, pues había sido una de sus épocas más felices -pensaba que ya nos habían enterrado en el olvido-

 

-ah… eh, NO, PARA NADA!, muchos seguimos esperando a que un día vuelvan-

 

-¿en serio?, que bien… lástima- su expresión se volvía ligeramente triste -no creo que algún día volvamos hacer la banda, mi marido, o sea Shuu, recibió la herencia de su padre, y ahora es un ejecutivo, por eso nos casamos, ya teníamos una estabilidad económica asegurada, y todo eso…- se dio cuenta que estaba hablando de más con un extraño, además de que seguramente el chico tenía que hacer sus cosas ya que desde hace un rato lo veía con muecas extrañas -bueno un gusto conocernos… ¿ah?-

 

-RYO…- contesto feliz de que el vocal se hubiese interesado en saber su nombre -no, el gusto fue mío, Satoshi-san… ah ¿tendrás tiempo para un café?-

 

-pues… si, pero tengo que acabar de hacer las compras- de alguna forma saber que hacía algo por y para su amado bajista le ponía feliz, pero seguía sin sentirse “completo” -…ahora soy un amo de casa…bueno, algo así- su expresión dentaba su frustración y algo de vergüenza por tener que admitirlo.

 

-te espero y te ayudo con las bolsas-

 

-gra…gracias *cómo si yo fuera una mujer… en serio, ya sólo me falta el hijo -.-u*

 

Desde ese día, te fuiste metiendo en mi vida, te convertiste en parte de mí, comencé a buscar cualquier forma de verte, de salir a comer contigo, a pasear, a conversar… sin que Shuu supiera con quien me veía; me hacíasvolver a sentirme vivo, recordando mis épocas de rock, el desenfreno, la pasión… o la pasión!

 

-pasa-

 

-waa- la expresión de Ryo lo decía todo, estaba sorprendido con la enorme casa blanca -ya entiendo porque no vuelven a la banda, esto es un palacio, ¡es enorme!… yo tardaría unas cuantas décadas de mi vida en poder conseguir la mitad del precio de esta casa… supongo que no te puedes quejar de estar al lado de Shuu…- hacía el último comentario con un tono forzado, provocando un ligero sonrojo en Satoshi por sus palabras.

 

-ah…al… algo así, no exageres- sonreía buscando darle ánimos a su amigo -tienes mucho talento en la batería, y pronto serás muy famoso, tendrás dinero para tres casas como esta, pero pasa vamos a la cocina…-

 

Esa tarde íbamos a tomar café en mi casa, la hermosa casa blanca que Shuu compro para mí… ¡no! para nosotros, aunque justo ahora me cuesta creen en ese nosotros; pero acabamos tomando whisky, yo no llevaba más de medio vaso, tú estabas acabando el segundo, seguíamos en la cocina, cuando me tropecé, me sujetaste y aprovechaste la cercanía de nuestros cuerpos para besarme… beso que termine correspondiendo, aunque después me arrepintiera y te lo hiciera saber, aún así…

 

Tres días después fui a tu departamento, aunque suponía donde querías llevar todo, asistí a la cita.  No sólo nos besamos, esa tarde me acosté contigo. Desde entonces falto poco para que nos volviéramos amantes, y hoy cumplo 6 años de feliz matrimonio con Shuu, y uno de serle infiel… contigo, Ryo.

 

-*-

 

Apenas si traspaso la puerta de la oficina, cuando esta se cerró bruscamente, el resto de los oficinistas que ahí laboraban alzaron la vista y hubo quién hasta puso cara de susto, en esos momentos agradecían no ser él y al mismo tiempo les daba lástima su situación.

 

Por dentro de la oficina, el asistente de cabellos lacios sujetados delicadamente en una coleta baja era apresado contra la puerta bruscamente.

 

-Hola… feliz aniversario- susurro el mayor en su oído, rosando su aliento en la piel de su cuello.

 

Su libreta de anotaciones y el bolígrafo en sus manos caían al suelo mientras su feje apresaba sus labios en un beso que de inmediato subió de tono. A pesar de ser más joven el asistente sujeto el saco de su jefe, mientras la presión del cuerpo del mayor lo hacía deslizar su espalda por la puerta hasta tocar el piso, una vez ahí, sin interrumpir el beso con fuerza hizo que el moreno callera de espaldas sobre la alfombra que cubría todo el piso de la oficina.

 

El que estaba debajo metía sus manos bajo el saco gris oscuro del otro, el beso que era realmente aguerrido, labios violentos y lenguas lascivas en una batalla. El que estaba encima, si bien su apariencia recatada tras sus anteojos lo hacía ver realmente serio e inocente ya tenía el cinturón de su jefe desabrochado y su mano se escurría al interior del pantalón.

 

Culminaron el beso por la falta de aire, momento que el menor aprovecho para bajar los pantalones del moreno y de paso la ropa interior. Su jefe ya tenía una erección, que atendió con su boca, pasando por la punta ligeramente los dientes y avanzando hasta engullirlo, comenzó lento, hasta que una mano fuerte sobre su cabeza lo obligo a llevar una velocidad más fuerte. El jefe contenía los gemidos que su asistente le provocaba, dejando salir sólo algunos de bajo volumen.

 

El menor busco en la bolsa de su pantalón sin dejar de atender el miembro del mayor con su boca, saco un condón y se lo mostró a su jefe, quien lo tomo para abrirlo, en cuanto dejo de ser presionado por la mano del mayor se levanto y tomó el condón del empaque, para ponérselo al moreno.

 

Ahora el asistente recargaba sus manos en el borde del escritorio, viendo su reflejo en el vidrio del mueble, sus pantalones habían caído hasta el suelo, mientras su jefe lo abrazaba por la espalda, respirando entrecortadamente en su oído, sus manos se encargaban de colocarle un condón.

 

-¿listo?-

 

-ah… Sí Shuu-sam/…Agh/-

 

El mayor sonrío, y sin más entro de una estocada en su asistente, quién mordió su labio con tal de no dar un grito que alertara al resto de la compañía. El lubricante del condón ayudaba ligeramente, un beso en el cuello más blanco y su jefe comenzaba sus estocadas, yendo rápida y desenfrenadamente en la estrecha entrada, hasta alcanzar el clímax en el interior de su asistente, mientras este llenaba el condón que le colocase su jefe minutos antes.

 

Aunque tuvieron que morder sus labios para contener sus gritos, jadeos y gemidos, lo disfrutaron bastante; no podía haber ‘te amo’, no en la oficina… si hubiesen estado en otro lugar lo hubiese habido. El mayor no salió de su asistente, por el contrario lo abrazo por la cintura, mientras este aún se apuntalaba en el escritorio.

 

-¿con esto basta para que pueda cenar con mi marido sin las molestias de la oficina?-

 

Aunque parecía una pregunta fría, el moreno lo abrazaba cálidamente, apoyando su cabeza en su nuca, y su tono de voz era tan triste, no lo veía a la cara, pero podía adivinar la expresión en sus ojos, era triste… *nos amas a ambos ¿cierto?…* aún así Nii no pudo evitar sentirse mal *sólo que con él llevas seis años casado y a mí hace poco más de un año que me conoces…*

 

-pensé que era la celebración por nuestro primer aniversario…- no lo pudo evitar, lo dijo con tristeza.

 

El rostro de Shuu cambió, primero hubo sorpresa y después volvió a ponerse triste -¿ah? no… yo quería que fuésemos a comer… y que estuviésemos juntos-

 

-¿en serio?… -

 

-claro, Nii… no sabes lo especial que haces mi vida, ya sin ti no tendría sentido…-

 

Era cierto, aunque le dolía dar a entender que Satoshi no le era suficiente, porque no era así… *Satoshi, eres el amor de mi vida, aunque ahora me desgarre en dos, porque Nii aprecio en mi camino… cuando ya lo compartía contigo* tampoco podía dejar a Nii.

 

El mismo asistente se separo de su jefe, para poderse dar la vuelta y tenerle de frente, se recargo un poco en el escritorio, abriendo las piernas para que el mayor se acercara a besarlo.

 

-entonces, vete a tu cena, yo me encargo de todo aquí…- volviendo a un voraz beso, hubiese deseado ser algo más, pero el asistente ya se había resignado.

 

-*-

 

El personal de la casa se había encargado de dejarla impecable y muy bien adornada antes de retirarse, la cocinera vendría unas horas después para preparar la cena; mientras Satoshi se encargaba de adornar el enorme baño con velas blancas de todas formas y tamaños, así como con pétalos rojos de rosas y algunos más pequeños de un tono rosado, colocaba las esencias cerca de la tina… iba a festejar su aniversario con champagne en copas largas y fresas en un gran platón.

 

Ya hace cinco minutos no había nadie más en la casa, sólo Satoshi y el jardinero. El timbre se escucho, Satoshi salió corriendo del baño, pero regreso a mirarse en el espejo, acomodó su peinado y volvió a salir disparado; en la entrada el jardinero interrogaba a un hombre vestido con un overol azul y logotipo de florería en una gorra que le cubría la cara.

 

-Mochizuki-san déjelo pasar, yo llame a la florería para que viniera un florista-

 

-ah, lo siento Satoshi-sama, no sabía…-

 

-no te preocupes, yo lo llevo a la casa… pero te tengo un encargo, tienes que ir a esta joyería por el regalo de Shuu-sama, cierran de las tres a las cuatro de la tarde, pero por ser una situación especial me hicieron el favor de abrirte sólo a ti a las tres y treinta, así que por favor tenéis que estar ahí- Los ojitos de suplica de su patrón no le dejaron salida al jardinero quien se fue en busca del regalo.

 

Una vez que se fue, los otros dos caminaron hacia el interior sin dirigirse ni una palabra. Una vez adentro, el dueño del lugar se dio media vuelta sorpresivamente, y le tiro la gorra al supuesto florista.

 

-hola… Ryo-

 

Se abrazo de su cuello para besarlo desenfrenadamente, el florista sólo sujeto con fuerza la cintura del otro. Al acabar el beso se vieron a los ojos, ambos se encontraban muy sonrojados.

 

-supongo que estamos completamente solos…-

 

-así es, ven vamos a la habitación-

 

-espera, te traje algo-

 

Baja el zíper de su overol y de adentro saca una bolsita de regalo blanca con un moñito dorado.

 

-gra… gracias- realmente lo hacía feliz, se veía en su rostro.

 

-ábrelo…- mientras con ambas manos ofrece la bolsita.

 

-claro- al tomarlo y meter una mano saca unos lentes oscuros, de una muy buena y reconocida marca –woow, que lindos- acto seguido se los pone para que su amante dé el visto bueno.

 

-ja, ja, ja… se te ven mejor de lo que pensé, me alegra que te gustaran, así ya podremos salir a pasear más tranquilos-

 

-aja…- el más bajo se acercaba para poner sus brazos alrededor de su cuello, acercándose lentamente hasta poder besarse. Una vez acabado el beso el mayor tomo la mano de Ryo, llevándolo hasta su habitación, donde volvieron a besarse estando a unos pasos de entrar al baño.

 

Satoshi caminaba de espaldas hasta topar con la puerta, sin dejar de besar a Ryo. En cuanto entraron el baterista se maravillo de ver como había adornado el lugar, sólo para ellos dos… porque era inadmisible que fuera hacer lo mismo con… *su marido u.u*

 

-te luciste…- sus ojos se maravillaron de ver lo bien que Satoshi lo había adornado todo -me encanta todo… unm…- por andar viendo lo bonito que se veía el lugar no supo cuando el ex-vocalista ya había comenzando a zafarle el overol de los hombros, besando su clavícula, lamiendo su cuello y dando suaves mordiscos.

 

-no traes ropa bajo el overol… que buena idea-

 

- Satoshi!…- Se sentía completamente expuesto, lentamente se ruborizaba ante sus caricias.

 

-¿qué?… es la verdad, así tendré más fácil acceso…-

 

Ya su overol sólo se sostenía de su cintura, dejando su torso por completo al descubierto. El pelinegro recorría toda su piel con sus manos y su boca se había entretenido con uno de sus pezones, Ryo sólo se dejaba hacer acariciando  los cabellos de su amante de vez en cuando.

 

Satoshi bajo un poco más, dando besos por el abdomen de Ryo, hasta toparse con el resto de tela del overol, comenzó a bajarlo para poder tener a Ryo completamente desnudo, por norma los zapatos de ambos habían quedado en la entrada de la casa, y por su planeación ambos ya habían llegado descalzos hasta el baño; así que al terminar de quitar toda la ropa del menor se dedico a darle una buena sesión de sexo oral, lamiendo lentamente la erección para poder succionar la punta y después dejar que Ryo realizara sus estocadas en su boca. El baterista a punto estuvo de acabar, pero el mayor no se lo permitió.

 

-no creíste que iba a ser tan simple o ¿sí?-

 

-ah… no- contesto un jadeante Ryo –claro que no, vaquero-

 

El color rojo se hizo patente en las mejillas de Satoshi así como un ligero puchero -no me arruines mi infancia (extendida XD)…-

 

-ja, ja, ja… está bien, Woody hoy no vendrá a jugar-

 

-ya no podré verlo de la misma forma- se quejo el ex-vocal con tristeza.

 

-lo siento- ya se había recompuesto su respiración, ahora se acercaba al mayor que aún seguía metido en su traje, le quitó el saco mientras se besaban, para después sacarle la playera, se iban acercando a la tina, mientras ya desabrochaba el pantalón, a un paso de tropezar y caer al agua tibia se detuvieron; ya bastante agitados, como pudo el ex-vocalista se quitó el pantalón para que ambos entraran en la tina, dónde dieron rienda suelta a su imaginativa pasión…

 

Tras un rato de diversión, Satoshi salía del interior de su amado Ryo, que se encontraba de rodillas y con las manos apretando el borde la tina, una vez separados el mayor se recostó entre el agua y dejo que su amante se acomodara entre sus brazos.

 

-¿te gusto nuestro primer aniversario?…-

 

-claro Sato- la sonrisa en sus labios lo delataba aúun más -el simple hecho de estar contigo me hace muy feliz…-

 

-aunque yo tenga… es decir, ¿aunque no podamos estar realmente juntos?-

 

-no te sientas mal, yo sé que llegue tarde a tu vida, y sé que aunque me amas, también amas a… tu marido, muero de celos de saber que en un rato más el vendrá a celebrar contigo…-

 

-ya, perdóname por traer el tema a nuestra conversación *hablas como si supieras que también Shuu me ama… pero la culpa que siento al engañarlo así sólo se me quita cuando me digo que seguro él está haciendo lo mismo con su asistente…u.u*, seamos felices… mientras duren los besos y permita el reloj… ¡el reloj! *O.O ¿ya me habrán traído el regalo para Shuu?*-

 

El menor sólo atino a verlo sin entender a que se había terminado refiriendo.

 

-no nada- se puso triste al sentirse tan divido entre sus dos amores, para hacer sentir mal a Ryo le mintió un poco -pensé que me había dejado el reloj… pero me lo quite hace rato…-

 

-ah…- dudando un poco de su respuesta, como Satoshi lo notó buscó como superar el rato, y se acordó que aún no le daba su regalo al batero.

 

-ey, yo también te tengo un regalo- se salió de la bañera para ir hacia un mueble en la misma habitación de donde saco un tubo con adornos de Sticht y un moño rojo. Al regresar a la tina con ambas manos se lo entrega.

 

-o//o gra… gracias- lo toma con cuidado de que no caiga al agua.

 

-ábrelo…- volvía a sentirse bien de estar con el menor, incluso para hacer una broma simplona -¿porqué esto me suena familiar?- haciendo referencia a como les había pasado lo mismo antes.

 

-n//n tienes razón ja, ja, ja… ya…- terminaba de sacar su regalo del empaque, sorprendido de lo bien que ya lo conocía Satoshi -son… son geniales! Ya necesitaba unas nuevas, muchas gracias mi amor- al interior del tubo había un juego de baquetas. Mientras el menor miraba maravillado su regalo, Satoshi se volvía a introducir en la bañera para poder abrazarlo nuevamente.

 

-iré a escuchar un ensayo la próxima semana, ¿te parece?-

 

-claro, sabes que siempre eres bienvenido en los ensayos… te amo tanto…-

 

-y yo a ti, realmente eres maravilloso-

 

Siguieron así durante un rato más, hasta que la cocinera le aviso por medio del interfono a Satoshi que la cena estaría lista en quince minutos…

 

-tan… ¡¿tan rápido?!… Oh My God!, y yo aún con… ah, lo siento, gracias- y colgó el aparato, para poder salir de la bañera y que tanto él como Ryo se volviesen a vestir.

 

-se nos paso el tiempo… es que eres genial haciéndolo Satoshi- Con ese comentario al aludido se le puso color tomate el rostro entero.

 

-no es momento de que me subas el ego- comento con una ligera molestia, no porque no le hubiese gustado, sino porque no tenían tiempo para seguirse divirtiendo *aunque viéndolo así… no estaría mal que nos viera así podría darle una lección… y ¿Qué tal si ni siquiera viene? u.u* Su expresión término por verse triste.

 

-ja, ja, ja…- al inicio se rió por los pucheros de su amado -ok, ok…- mas no pudo evitar sentirse acongojado al ver su carita algo triste -¿qué te pasa?-

 

-¿eh?… ¡nada, nada!… es sólo que… tal vez podrías quedarte un poco más…- era una proposición indecorosa con todas sus letras -no estoy seguro de que Shuu venga…- haciendo de nuevo triste su expresión.

 

-pero ¿qué dices?- a Ryo le sorprendía la actitud del más alto.

 

-es cierto!… estoy seguro que Shuu y ese tal Nii… su asistente, ellos…- su cabeza estaba baja, con los ojos cerrados, le dolía tanto que aún dentro de su engaño por no sentirse culpable al mismo tiempo se engañara tratando de hacerse creer que Shuu No le era infiel.

 

Los brazos de Ryo lo rodearon en un cálido abrazo, lo atrajo hacia él, y Satoshi acepto sin reparo alguno, era el amor de Ryo el que lo mantenía estable desde hace un año…

 

-él vendrá… te ama, como yo… ¡no!… más que yo, por eso aunque pudiese poseer a todos los que están a su alrededor, aunque lo hechizaran… como yo hice contigo, al final él vendrá con vos… no, ustedes se aman, no los podemos separar…-

 

-bajo las apariencias todo eso es cierto… Ryo, te amo…-

 

Apenas sí les dio tiempo para que Ryo saliera por la puerta de servicio, aunque Shuu entraba por la puerta principal desde su coche pudo ver a la persona con overol que salía… no le dio mucha importancia, seguramente Satoshi había llamado a algún servicio, *simplemente a veces es tan detallista…*

 

Por dentro de la casa el ex-vocalista corría desesperadamente acomodando velas blancas y doradas en la habitación, incienso, pétalos a juego con las velas. Bajo desesperado buscando al jardinero, quien le entrego el regalo y le informo que –Shuu-sama acaba de llegar- dejando a Satoshi con una gran sonrisa. Vio por última vez que la mesa estaba perfecta, y él se había *recompuesto maravillosamente, el baño no tiene ni una señal de… bueno, de lo que pasó un rato atrás…*

 

-¿llegue a tiempo mi amor?-

 

-AAH!- dio un salto por el susto, estaba tan sumido en su recuento que no notó cuando Shuu había entrado y ya incluso rodeaba su cintura –u//u que susto… si, mi amor… llegaste justo a tiempo- poniendo una sonrisa cómplice en sus labios -además esta noche no te me vas a escapar-

 

-¿me vas a atar?- pregunto el mayor con ese tono de broma de quien exagera algo, sin esperar que realmente vaya a suceder acompañando su tono con una sonrisa… Hasta que notó la sonrisita macabra que se el aprecio en los labios a su marido, entonces su propia sonrisa fue sustituida por una expresión de ligero susto…

 

-*-

 

Tras la cena Satoshi le entrego su regalo a Shuu, un precioso Rolex con cuatro pequeños diamantes y un zafiro, oro blanco… bueno –es algo un poquito caro ¿no, mi amor?-

 

-pero te va muy bien…- lucía feliz de poder estar así con Shuu -ahorre mucho para poder pagarlo- mientras ambos contemplaban el pequeño artículo de lujo en la muñeca del moreno. En cuanto dejo de apreciarlo Shuu tomo el mentón de Satoshi para poder darle un beso.

 

-yo… bueno, no traje algo muy costoso… espero que te guste- de su saco salió una cajita muy parecida a la de un compac-disc, que le entrego al menor.

 

-sí es con amor… no importa cuánto te haya costado- abrió el empaque y se topo con algo que creía no volvería ver… su primer disco.

 

-OH MY GOD!… ¿dó… dónde…?- de lo feliz que estaba no podía completar la frase

 

-¿dónde lo conseguí?… ah!… pues eso… es un secreto…- comento airoso de verlo feliz.

 

La expresión del más bajo cambio por completo -¡dime!…- El ex-bajista conocía de sobra esa mirada asesina, no por nada al inicio de su agrupación los catalogaron en el llamado estilo eroguro, y esa miradita asesina de su amado era una descripción perfecta, así que mejor confesó.

 

-internet- fue la seca respuesta por parte de Shuu, y la expresión de Satoshi no se hizo esperar, era de “explícame… que no entiendo”.

 

-contacte a varios fans y encontré uno que tenía no una, ni dos… sino TRES copias del CD… es decir, todos originales, pero TRES!… le gustaba mucho, cómo de los otros sólo tiene dos no me quiso vender más que este… seguiré buscando, no puedo creer que no hayamos conservado ni uno… y sé lo mucho que amabas estar en la banda, yo también lo extraño… pero sí te tengo a mi lado no puedo quejarme, SATOSHI TE AMO-

 

-ja… ja, ja, ja- se había ruborizado al escucharlo gritar esas palabras mágicas -no lo grites, vendrán los vecinos *tal vez, sólo tal vez Ryo tenga razón*- era Satoshi quien ahora comenzaba el beso. Subieron a la habitación, y aprovecharon que no había nadie en la casa para poder hacer lo que quisieran en la cama…

 

Shuu estaba atado de pies y manos a la cama, con su cuerpo completamente expuesto y extendido, Satoshi se encontraba sobre él, moviéndose lentamente, como en una cabalgata tranquila, salvo que sus uñas arañaban la cera ya fría sobre el abdomen del mayor, que él mismo le hubiese derramado unos momentos antes.

 

-Ah… Shuu… córrete, córrete ya… unm- Sólo las velas daban un poco de luz a la habitación, el moreno intentaba responderle pero la mordaza en su boca se lo impide, ante los esfuerzos por hablar de su amado, Satoshi le quita el pañuelo de seda.

 

-agh… no… sólo me correré dentro de ti…- Satoshi sólo estaba estimulando a Shuu, frotando su trasero contra la erección del mayor, ante la petición del mayor comienza a empalarse él mismo -unm, ah sí… oh si… ah Sato-

 

Se desliza lentamente hasta que el miembro de Shuu lo penetra completamente, regresando a su cabalgata lenta, pero profunda, dándole un mayor éxtasis a su amante, sin dejar de arañar ligeramente su abdomen.

 

-AH SHUU… la tienes enorme… unm… TE AMO SHUU… ah!- en su posición era pasivo y dominante a la vez, dándole mucho placer de sentirse así. Aumento la velocidad sólo un poco, hasta que ambos llegan al clímax.

 

-Yo también te amo Sato… ah…- Apenas acabaron para seguir con más juegos durante toda la noche…

 

-*-

 

Ryo abría la puerta de su departamento, con una bolsa de víveres en la otra mano, adentro había luz a pesar de ser más de las once de la noche.

 

-¿apenas llegas?- el pelilacio metido entre papeles y su laptop sólo hacía maquinalmente la pregunta.

 

-¿aún sigues trabajando?- contesto con sarcasmo el menor.

 

-tengo que acabar esto para mañana… Shuu-sama no podía hacerse cargo de todo hoy…- El menor de inmediato lo dedujo.

 

-Nii… ¿tú… lo ayudaste para que llegara a tiempo con Sato?-

 

-pues claro- en ese momento recordó la amable petición de Shuu en la oficina -lo pidió… a… amablemente- su rostro sonrojado lo delato ante Ryo, quien rió internamente y espeto sin ningún recato.

 

-te cogió en la oficina- ya había llegado a la cocina y comenzaba a calentar algo de lo que llevaba.

 

-¡NO LO DIGAS TAN FRÍAMENTE!-El pelilacio pego un brinco alejándose de la computadora, aunque en su interior sabía así había sido manteniendo su sonrojo

 

-ja, ja, ja, ja… ok, ok… creo que hasta tu computador se asusto con ese grito ¿vas a querer cenar?-

 

-ah…- lo pensó por unos instantes –sí, será mejor que coma algo, creo que no voy a dormir…-

 

-no tendrías problemas con eso sí fueras un poco más como yo-

 

-simplemente no me gusta desvelarme…-

 

-pero se te da naturalmente… bueno, cómo sea ¿cómo estuvo tu aniversario?- El menor traía una charola con la comida a la sala del pequeño apartamento.

 

-no voy a acabar esto sí te platico…- pero al ver la comida termino por ir a cenar.

 

-hazte el interesante, de seguro fue comida, ya que la cena la tienen reservada… un año con ellos-

 

-en otra situación, ya estaríamos huyendo… por la sexta o séptima vez-

 

-pero nos atraparon ¿no?… son demasiado lindos-

 

-fue tu idea, seducirlos en vez de sólo ganarnos su confianza… ahora que lo pienso Ryo, yo… ¿alguna vez te gusté?-

 

-ja, ja, ja…- si bien la pregunta lo tomo desprevenido estuvo a un segundo de tener el bocado y escupirlo, pero sólo botó los palillos, para poder reírse –con esa cara de mujer que tienes?… ni loco te hubiese volteado a ver-

 

-al menos no parezco gatito callejero…- mirándolo con un aura malsana por burlase de él, lo cual se le paso rápido -bueno, entonces ¿porqué comenzaste a interesarte en un hombre? Digo, las tres veces anteriores estafamos mujeres-

 

-pues… no estoy seguro, simplemente Satoshi me atrapo, tú podrías haberte negado, en cambio también seguiste el mismo plan con ese tal Shuu- dando un tono de desagrado al final de su frase.

 

-¡oh vamos!… no juegues con eso, ya que a ambos nos dan celos… yo amo a quien tu odias, y yo odio a quien tu amas, pero somos buenos amigos ¿no?-

 

-supongo que sí… pero yo no odio a Shuu, mientras haga feliz a Sato, no me importa… pero sí le hace daño yo… entonces me sería lógico odiarlo-

 

-pero ya le hace daño, por mi culpa…-

 

-ah! esto es deprimente- realmente había pinta una expresión triste en su carita -creo que es un castigo justo- suspirando para tranquilizarse.

 

-después de estafar a mucha gente… a esas mujeres… puede ser, pagamos con un amor imposible, y de qué forma!-

 

-supongo que por eso nos resignamos fácilmente a ser el otro en la vida de esos dos, es cruel y es divertido…-

 

-así es mi querido enano… bueno, tú lava los platos hoy, no puedo dejar de hacer esos papeles- ya había acabado de comer y se disponía a regresar a su trabajo.

 

-se nota que tú y ese tipo han de ser iguales, patanes, arrogantes…-

 

Nii golpeo con la palma de su mano la mesa a donde estaba trabajando –¡no lo insultes así, sí hay alguien sensible en este mundo es él!-

 

-claro, como digas…- el golpe lo había sobresalto, pero sabía que Nii no era violento ni iniciarían un pleito por esto -salvo que Satoshi es un poco más preceptivo, él sospecha de ti, sabe incluso tu nombre-

 

-¡¿Cómo y Shuu lo sabe?!-

 

-no sé si él sebe de las sospechas de Sato, lo que sí sé es que se aman-

 

-…y también a nosotros- completo entristecido el pelilacio -ah, llegamos al mismo punto que hace rato…-

 

-será mejor que lave los platos, nos vemos princesa del sueño- se levantaba tras acabar de cenar y llevaba la charola de regreso a la cocina.

 

-cállate gato desarrapado, pulguiento!-

 

Sólo regreso para darle un golpe al pelilacio, y regreso a la cocina…

 

Esa había sido su rutina desde hace poco más de un año, cuando decidieron estafar la empresa de Shuu, pero no contaban con sus propios sentimientos…

 

-*FIN*-

 

Notas finales:

Y ¿Qué tal?? 1313... xDu ok, anm... ps ya saben ke se recibe d todo: jitomatazos, lechugazos... un aguacate y ya tengo mi ensalada *-* (ego: -.-u ignorenla) ¬¬ grosera... anm, a sí n.n!! correciones y demás n.n!! muchas gracias y nos stamos leyendo, bye, bye~!

Hayashi Nao~!

P.D.: mis demás fics serán actualizados después de que mi garganta mejore .-. buuuaaa duele u.uU... en fin, sayitoo~!


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