Ambos salieron de la habitación detrás de Sebastian, el palacio era enorme, los condujeron hasta una habitación enorme pero sin llegar a ser exagerada en la decoración, había una cama de dos plazas con techo era negra con bordes rojos, dos veladores (uno a cada lado), un armario amplio y un mueble con espejo, además de una puerta que se deducía que sería el baño, al lado de la cama había una cesta (como del tamaño para una persona) que era la cama para la mascota
-señores la cama esta lista-se sintió la voz del mayordomo del otro lado de la puerta
-vamos en un instante-dijo Demian abriendo el closet
-¿te vas a cambiar de ropa amo?-mirándole extrañado
-sí, para la cena hay que usar una ropa distinta, aunque me gustaría mas quedarme aquí -acercándose rápida y sensualmente a Gabriel apresando con sus labios su cuello y acorralándolo contra una de las paredes.
-Demian la princesa espera-dijo Ziro abriendo la puerta encontrándose con aquella imagen, Demian bufó y se alejó atravesando el umbral, odiaba que lo interrumpieran, Gabriel suspiro resignado."¿Qué diablos me pasa?, ¿cómo puedo tolerar que me trate así?...además, aun no me explican bien eso de ser su mascota... ¿será para siempre? ¿Tendré que hacer todo lo que me diga?, para peor le dejo hacer lo que quiera y le obedezco en todo, soy patético"-pensó
Siguió a Ziro hasta el comedor donde había una grande y larga mesa, en la cabecera estaba el Rey, el que también tenía orejas de conejo, a su lado derecho el asiento que era para Ziro, a su lado izquierdo la princesa y al lado del asiento que era para Ziro estaba Demian.
-lo siento Gabriel pero tendrás que comer acá con Fefi-dijo Ziro señalándole una mesa que era como para niños de 5 años con dos platos de fideos con salsa y carne que habían sido sacados de una lata por un sirviente, mientras que en la mesa grande había todo un banquete con comida que para ninguno de los humanos parecía apetitosa.
-¿hace cuánto que eres mascota?-pegunto tímido a la rubia
-desde los 8 más o menos ¿y tú?-
-desde hace unos días -respondió avergonzado y triste
-mmm...y veo que el joven Demian no te ha explicado nada ¿no?-
-¿cómo lo sabes?-
-por tu forma de actuar, además no cumples con el reglamento-
-¿reglamento?-
-tienes que llevar una máscara al estar aquí para que en nuestro mundo ningún kemono te reconozca-
-no tenía idea de eso... ¿me podrías enseñar?-
es el deber de tu dueño pero, está bien, cuando terminen de comer nos van a llamar para "hacerles compañía", luego nos mandaran a nuestras habitaciones mientras que ellos se quedan haciendo sobremesa, en ese momento ven a mi habitación, es la primera del pasillo, la más vistosa. Allí podremos hablar tranquilamente pero recuerda que debes ponerte tu pijama y luego ir a mi habitación-
-Fefi, venga-
-me siento como un poddle-comento en voz baja la rubia
-Gabriel-
Y yo como un chihuahua-ambos sonrieron
Como lo había dicho Fefi, se sentaron a su lado para así hacerles compañía y luego los mandaron a acostar, cuando entro en la habitación vio sobre la cama un pijama de polar con lunares celestes. Luego de haberse puesto el pijama se dirigió directamente a la habitación indicada por la chica.
-Fefi ¿estás aquí?-dijo abriendo la puerta sin tocar, pero lo que descubrió allí adentro le dejo atónito
-¿qué-que mierda? ¿Elizabeth?-dijo al ver a "Fefi" sin su mascara
-¡AAAHH SAL!-cerrando la puerta golpeándole en la cara a Gabriel
-El-Fefi, ábreme por favor-apoyado en la puerta
-....-no hubo respuesta por parte de la chica
-Fefi ábreme para que hablemos-dijo con voz conciliadora
La puerta se abrió lenta y suavemente haciendo entrar a Gabriel.
-¿qu-que haces aquí?-dijo Gabriel confundido
-¿yo?, estoy aquí desde los 12 años como te dije-nerviosa
-¿y por qué Ziro y Demian no te han reconocido?-curioso
-porque no me han visto nunca sin la máscara-sonriendo
-y... ¿cómo llegaste con la princesa?-mirándola fijo
-era una pequeña niña me atrajo fácilmente, estaba jugueteando en un bosque y me encontró y me ofreció todo lo que yo quisiera tener, juguetes, ponis, cosas por el estilo. Siempre la quise como amiga, pero después... ¿ya te imaginas lo que paso no?, luego de eso me trajo aquí y me deja ir a nuestro mundo solo cuando sea necesario, colegio, reuniones familiares, etc. Estoy poco más que obligada a estar aquí...no-no quiero estar más aquí-estallando en llanto
-¿tú quieres a la princesa?-
-más que como amiga no, pero ella no entiende, no-no entiende que estoy locamente enamorada de alguien más-sollozando
-¿y quién es esa persona?-
-Ziro...desde que llego como un simple sirviente me llamo la atención, fue "amor a primera vista", y cuando se volvió la mano derecha y consejero del rey fui mucho más feliz, porque así podría hablar más con él y así fue, después de que lo ascendieron pude conversar más a gusto con él-calmando su llanto
-¿por eso llegaste a mi escuela?-
-no, eso fue obra del gran y poderoso destino u otra entidad, cuando te vi con Demian supe que haber venido para acá había sido la mejor idea que podría haber tenido mi padre en toda su vida-
-¿eso es bueno, pero me puedes enseñar lo que te pedí?-
-claro... ¿qué quieres saber?-
-no lo sé, dime tú lo que creas necesario-
-bueno, primero y lo más importante no te debes alejar mucho de tu amo, porque lo que lleva en su cuello, por si no lo sabias es tu alma, si lo haces...puedes morir-sentencio
-¿qué más?-
-a ver...el trato hacia nosotros ya lo viste, lo de las máscaras ya te lo dije... ¡ah mira!-dijo mostrando la parte baja de su cuello-cada dueño debe hacerte su marca-
-¿u-una marca?-dijo atemorizado
-sip, la mía fue hecha con una corona de princesa, porque fue hecha por la princesa, yo creo que la tuya será hecha pronto-dijo seria
-¿duele mucho?-
-no tanto, solo duele como dos días-
-DOS DIAS!... ¿cómo te la hacen?-
-eeeehh...eso tienes que averiguarlo tú mismo, ahora corre que Demian y la princesa ya deben estar por llegar-dijo empujándolo fuera de la habitación
-¿oye los chicos envejecen?-dijo con curiosidad
-solo hasta cierta edad, pero eso depende de cada quien-cerrando la puerta
*suspiro*-me tendré que acostumbrar a este trato*suspiro*-
El chico camino hasta la habitación y se tiró en su "cama" resignado. A los cinco minutos después llego Demian y se dejó caer pesadamente sobre la cama.
-necesito un baño-mirando por la ventana-ven-
-¿no puedes hacerlo solo?-
-aquí no hay duchas como en tu mundo, no tenemos su tecnología, así que tú tienes que ayudarme-sonriendo
Está bien-dijo entrando por una puerta que él suponía que sería el baño. Allí, en el centro de la habitación había una tina de cobre y cerca de allí una olla gigante (como las de las brujas) donde se ponía a hervir el agua, también al lado de esta había un pequeño riachuelo donde pasaba agua gélida
-tempera el agua no te quedes solo mirándolo-dijo comenzando a desvestirse
-b-bueno-tomando los maderos para prender el fuego, mientras que él se ponía una bata
-eso lo hago yo-tomando los maderos y prendiendo el fuego-avísame cuando ya esté listo el baño-saliendo del baño
-está bien-comenzando a llenar la olla con el balde que estaba al lado de esta-ya se está calentando-acercándose a Demian
-mmm...ya sé que hacer por mientras-tomando la mano de Gabriel y tirándolo contra la cama, acercándose felinamente
-t-tengo que ver el estado del agua-dijo Gabriel intentando soltarse, ya que lo tenía acorralado contra la cama
-no quiero-mordiendo su cuello
-ah-gimió el humano haciendo que el kemono sonriera
-¿seguro que quieres que me detenga?-dijo en un grave ronroneó en el oído de Gabriel
-s-sí, o si no tendré que volver a calentar agua-excusándose
-está bien, anda-tirándole de la cama
Se levantó y fue a ver el agua, vio que ya estaba lista y la fue colocando en la tina, cuando el baño ya estuvo listo lo fue a buscar
-ya está listo el baño amo-sin mirarle a la cara
-vamos, me tienes que seguir ayudando-poniéndole una esponja en la mano, se sacó la bata dejando expuesto todo su esbelto pero masculino cuerpo
-¿no vas a venir a tallarme?-sonriendo con autosuficiencia
-sí, ahí voy-dijo resignado con la esponja en la mano
-empieza por la espalda-
-si amo-
-los pies-sonriendo malévolamente-más arriba…no sabes hacerlo, ve acá yo te voy a enseñar-tomando la mano de Gabriel metiéndolo con él a la tina, quitándole la esponja y dejándola en la orilla para luego despojarle de sus empapadas ropas y dejarlo sentado entre sus piernas, separado de su cuerpo
-¿ves?, así se hace-pasando la esponja por todo el cuerpo del humano mientras que este sólo estaba sentado con la cabeza agachada tan rojo como tomate al sol sin decir palabra alguna
-me-mejor nos secamos amo-dijo cuando a ambos ya se les notaba el aumento de temperatura
-sí, no me gusta la idea de hacerte mío en el agua-sacándolo de la tina
-¿yo primero?-extrañado
-sí, tienes que estar seco para que cuando lo hagas conmigo no me mojes-sumergiéndose un poco más en el agua.
Gabriel se secó rápidamente y se puso una toalla en la cintura para ir a buscar unas toallas grandes con las que seco a Demian. El felino no hacía más que quejarse con que se apresurara que tenía cosas que hacer y así lo hiso. Demian salió del baño dejando dentro un confuso Gabriel, el que siguió sus pasos con la mirada mientras que su amo se arreglaba. Se miró y se dio cuenta de que aún estaba solo con la toalla, así que decidió vestirse “no quiero enfermarme y menos en este lugar"-pensó mientras se vestía.
Ambos chicos se encontraban vestidos cuando sintieron que alguien tocaba a la puerta.
-¿quién es?-dijo Demian con una sonrisa burlona en su cara
-la princesa, ¡ábreme de una buena vez!-dijo para que le abriera dejándose ver a ella y su mascota
-está bien... ¿que se le ofrece su alteza?-dejándola pasar
-que vengas a mi habitación para que hablemos de los pormenores del retrato...a solas-dijo mirando a las dos mascotas
-no se preocupe princesa, ellos se quedan aquí-dijo el kemono ofreciéndole el brazo a la princesa, ambos humanos se miraron, encogieron de hombros y se sentaron en la cama de Demian a hablar de trivialidades
-¿tienes un aro?-asombrada
-sí, me lo hiso Demian el día de la fiesta-sonriendo
-yo también quiero uno pero mi ama no sabe hacerlos-
-si quieres yo te hago uno-dijo Gabriel emocionado
-está bien, vamos a mi habitación a buscar con que-saliendo
-yo solo te sigo-
Demian y la princesa venían de vuelta de su plática, que no había sido otra cosa que insinuaciones de la princesa sin tener favorable respuesta para la nombrada, caminaban tranquilamente en dirección de la habitación del kemono.
-Fefi, nos vamos... ¿Fefi? dijo la princesa mirando en todas direcciones
-Gabriel, oye, ¿dónde estás?-
-...-no hubo respuesta de ninguno de los dos
-deben de haber ido a la habitación de Fefi-dijo la princesa caminando rápidamente
-a-aah~, Gabriel~ -se sintió desde detrás de la puerta del cuarto de Fefi, dejando a ambos kemonos perplejos.
-n-no te muevas-
-a-a-ah~, e-es que me duele Gabriel, detente-se escuchó claramente el alarido de dolor de Elizabeth
-ya-ya casi entra, aguanta un poquito más-
-¡esto no puede ser!-gruño por lo bajo el kemono antes de abrir la puerta
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