-desde ese momento mi familia y yo nos hemos hecho cargo de ambos chicos-sonriendo con nostalgia-hasta lo de Hizaki, ahí murió la comunicación con ambos-triste
-no pensé que esta foto tuviera una historia como esa-dijo asombrado
-imagínate el trauma de Demian-mirando al cielo
-debe haber sido difícil-triste
-no sabes lo que me costo sacarlo de la oscuridad-sonrió triste
-y cuando lo volviste a sacar... ¿volvió a ser el niño tierno de siempre?-curioso
-sip, fue tierno una vez mas, alegre ya no tanto, pero si fue tierno-
-¿sabes lo que pasó con Hizaki no Gabriel?-
-sip, lo supe de la propia boca de Ziro, él fue el que lo mato-
-¿de verdad?-
-sip le confundió con Demian...tú nunca pero nunca le confundas con Demian, si no quieres acabar como él-
-¿y de ahí que cambiaron de personalidades?-
-si, por eso me alejó, yo no quería, pero él me dijo que era lo mejor-
-aaahhh-mirando con nostalgia el cielo y recordando todas las cosas que Demian le hacia hacer
En la casa se encontraba demian un poco confundido por la "rara actitud de Mao", pero luego se encogió de hombros y se volvió a recostar en la cama. No pasaron ni dos minutos cuando sintió
-Gabriel ¿estas aquí?-dijo el kemono blanco abriendo la puerta de golpe
-si estas buscando a tu juguete aquí no esta, no lo he visto-sonriendo burlonamente-¿se te escapo?-
-no, solo no me dijo donde iba-se dio media vuelta y quiso salir
-¿no lo has dejado lo suficientemente satisfecho?, ¿por eso huyo?-sonriendo malvadamente
-no soy como tu que pierde el control con la ira, yo lo pierdo con la excitación mezclada con el enojo...no quiero romperlo. Me tengo que contener-se excuso el peliplata
-que mal... ¿que pasaría si le pregunto quien lo satisface mejor?-
-yo ganaría-dijo Ziro confiado
-¿seguro?-
-tsk, sabes que con humanos no puedo dar lo mejor de mi-
-mmm...excusa barata, solo admite que no sabes lo que quiere, no eres lo que desea-
-si no lo fuera no me hubiera escogido-"justo en el blanco" pensó Ziro
-si fuera capaz de elegir ahora que conoce al verdadero Ziro... ¿crees que te elegiría?-sonrió. No dejaría que nadie le ganara, ni siquiera su propio hermano
-sí, además ya lo perdiste por completo ahora su cuerpo y su alma han sido marcados por mi-sonrió triunfante
-pero por lo que se la marca de su cuerpo se tardo mas de lo normal en formarse... ¿sera que su cuerpo sabía que no eras tú el indicado?-
-cállate, a Hizaki tambien se le tardo en formar la marca por ser tu primera mascota al igual que Gabriel es la mía-
-si, pero se demoro nueve días en formarse...su sangre se resiste a ti-ahora era Demian el que se reía triunfante
-me da lo mismo si mi mascota me ama o no...Las mascotas no son para amarlas...son inferiores...son eso MASCOTAS-caminando fuera de la habitación
-cuando en la escuela nos dijeron lo de los Sacril en ningún lado dice que no te debes enamorar de ellos...mas bien es un requisito amarla, ¿o no lo recuerdas hermano?-dijo antes de que el peliplata saliera
-no, no lo recuerdo-dijo desapareciendo de la habitación del kuroneko.
En otra parte de la casa venían entrando un humano y un panda los que vieron bajar a Ziro
-Gabriel... ¡amor mío!-dijo Ziro en voz alta para molestar a Demian
-¿que pasa amo?-dijo extrañado Gabriel por la actitud del chico
-¿donde estabas?...llegue y no te encontré-dijo casi en un puchero
-solo quería despejarse un rato, así que salimos y hablamos-dijo Mao
-sí, es que el colegio se me esta haciendo muy pesado últimamente y por eso le pedí a Mao un poco de su tiempo para hablar de libros y cosas así-dijo Gabriel mirando fijamente a ziro
-que bien, ¿nos vamos ya a casa?-
-¿por que no se quedan hoy?-dijo Demian que venia bajando por la escalera
-no, Gabriel debe asistir al colegio-tomándole de la mano
-hermano...sabes que cuando vuelvan aun serán como las siete de la tarde, si se quedan esta noche a dormir cuando vuelvan serán como las once, quédense-
-¿que dices Gabriel?-dijo Mao alegre
-no es mala idea-dijo Gabriel sonriendo complacido
-si mi niño lo desea-dijo Ziro abrazándole por la espalda y besándole el cuello
-vamos Mao ayúdame a preparar las dos habitaciones-dijo Demian comenzando a subir
-¿dos habitaciones?-dijo Ziro descolocado
-sí, queremos dormir-Demian sonrió sarcásticamente antes de subir seguido por Mao
-¿Ziro acompáñame a buscar un libro en la biblioteca?-dijo Gabriel al notar los celos en la mirada de Ziro-"mejor que me acompañe para no causar malos entendidos"-pensó
-esta bien mi chiquito-dijo tomándole de la mano y caminando con rumbo a la biblioteca. Gabriel tomo prestados varios libros de criaturas mitológicas de Yalabuh...le habían parecido muy interesantes esas historias. Estaba guardando el último de los libros cuando este se le resbalo de las manos y se abrió en una de las páginas.
-¿un ángel?-dijo Gabriel al ver la imagen que estaba en el libro
-Jigoku para ser más exactos-dijo Ziro cerrando el libro
-¿que son?-
-son unos seres muy espeluznantes, son lo único a lo que le tenía miedo en todo el mundo-
-Jigoku-susurro una vez más antes de guardar el libro. De pronto comenzó a sentir un calor en la espalda, específicamente en el omoplato izquierdo, pero ese calor se esfumo completamente cuando sintió las manos del peliplata recorrer su cuerpo
-¿que haces?-pregunto Gabriel avergonzado
-shhht aprovechemos el tiempo-dijo Ziro tapándole la boca con un pañuelo el que no le dejaba emitir palabra alguna, ya que era como si le estuviera tapando la boca con la mano y lo amarro en su nuca
-mgmh-intentaba hablar pero no podía, Ziro se alejo del cuerpo del humano para cerrar la puerta y antes de que Gabriel lograse desanudar la mordaza el peliplata ya estaba de vuelta. Ese día tenía propuesto ver que tanta resistencia tenía, ya lo había hecho, pero siempre se tenía que llegar hasta un punto porque Gabriel se quejaba mucho de que le dolía, pero con la boca tapada no tendría que escucharlos
-hoy sabrás lo que es gozar con Ziro-le ronroneo en el oído, el peliplata se había propuesto algo...mirar como si fuera Demian con quien lo hacia, así no se controlaría.
Le fue despojando de la ropa mientras besaba con lujuria cada trozo de piel que se le ponía en frente, Gabriel se retorcía de placer...no lo disfrutaba tanto de que Demian era el que le poseía.
-ah~, mi niño-gimió roncamente Ziro al sentir el roce de sus miembros
A Gabriel el cuerpo ya no le pertenecía, no le respondía a su voluntad, solo se dejaba llevar por el placer afirmándose de la ancha espalda de Ziro, enterrando un poco sus uñas, cosa que excitaba mas al kemono.
El shironeko se alejo un poco de Gabriel para sacarse los pantalones, cuando lo logro volvió a la intensidad anterior. Ambos estaban cegados por el placer y poniendo el en el otro la imagen de Demian.
-ya no soporto mas-dijo abriéndole las piernas a Gabriel y entrando de una sola estocada
-mgh-de quejo el castaño
-ya...shhh-solo relájate amor-le dijo en el oído suavemente para luego besar sensualmente su cuello, mentón y llegar hasta los labios, los que había previamente liberado de su prisión de tela, el beso tenía una intención: distraerlo del dolor de su entrada.
Cuando ya no le apretaba tanto comenzó con las embestidas.
Gabriel noto algo muy extraño: Veía como Ziro no se estaba controlando pero no le estaba doliendo, todo lo contrario lo estaba disfrutando.
-¿te gusta?-ronroneo en el oído del humano el que solo asintió, estaba interiormente puteando a su cuerpo.
-"algo esta mal, esta no es la resistencia de un humano normal, ¿estaré siendo muy suave?"-pensó Ziro. Aumento la fuerza y la velocidad al máximo y ahí recién logro escuchar lo que tanto estaba anhelando oír: un quejido de dolor.
-nghm-Gabriel cerro los ojos, le estaba doliendo. Su cuerpo ya no estaba cegado por el place, sino por el dolor, sus brazos no respondía a los movimientos de Ziro, mas bien los reprimían...al igual que todo su cuerpo. Lo que Gabriel aun no se daba cuenta era que mientras más se resistiera, mas excitaría a Ziro.
Se oyeron los pasos de alguien al otro lado de la puerta y una voz suave pero masculina: era Mao.
-Gabriel, se que te gusta este lugar pero sal, Ziro se enfadara contigo- al kemono le importo un comino la presencia del panda y siguió en lo suyo, llegando solo él al clímax.
-"de vuelta a la realidad"-pensó Gabriel
Ziro tomo su rostro soltando el pañuelo con el que le tapaba la boca, beso su mejilla y se fue por la ventana. Gabriel se acomodo la ropa y el cabello, tomo el libro que desde un principio había venido a buscar y abrió la puerta.
-¿ya esta lista mi habitación Mao?-pregunto suavemente
-si, ya lo esta-
-dile a Ziro que por hoy me fui a acostar a leer...que no quiero molestarle-dijo tranquilo
-esta bien, yo le digo, acompáñame, esta es tu habitación-caminando por el pasillo
-¿tiene pestillo?-dijo el castaño señalando la puerta
-si, no te preocupes, si le digo tu mensaje a Ziro estoy seguro de que no entrara-
-no vives con el, no eres su mascota...no sabes como es con sus mascotas-sonrió tristemente
El panda solo miro el triste rostro de Gabriel forzándose a sonreír, le dio un poco de pena haciéndole sentir algo que no sentia hace años: CULPA. Pero ya no podía hacer nada aunque lo deseara con todas sus fuerzas, ya había sido egoísta. Aunque...si podía ayudar a que fueran un poco mas felices. Ya se había dado cuenta de que no podía lograr nada con Demian, además ya se le estaba pasando un poco "el amor" ahora lo veía como un hermano.
-¿Ziro?-le llamo desde el segundo piso
-¿dime?-
-me tienes que acompañar a palacio, la princesa me dijo que quería verte lo antes posible-
-¿Gabriel puede venir?-
-esta encerrado en su habitación, no creo que quiera-
-esta bien vamos-
-Demian escucho todo desde su habitación, se moría de ganas de ir a verle pero algo en su interior le decía que no.
-"a la miera mi conciencia, ¿cuando le he hecho caso?"-
Salio de su habitación y se fue en la dirección de la del humano; intento abrir la puerta pero estaba con llave.
-"tendré que ir por la ventana"-
Dio media vuelta y salio al patio, salto y entro como el gato que era, allí estaba SU angelito durmiendo con un libro en sus manos.
-Gabriel~ -le susurro en el oído despertándole
-Demian... ¿como entraste?-
-por la ventana-respondió sonriente
-ah...-silencio incomodo
-¿te ha tratado bien?-
-algo así...-otra vez el silencio incomodo. Demian le aparto un mechón de cabello de la frente
-¿me extrañas?-
-"que directo"...un poco-Demian sonrió de medio lado
-eso es bueno, yo tambien te extrañe-se acerco a besarle pero se desvió y dio un suave beso en su mejilla, rozando la comisura de sus labio...Gabriel no se esperaba eso
-¿ya no puedo volver a ser tuyo?-pregunto bajando la cabeza avergonzado
-ya no puedes ser mi mascota si a eso te refieres...peo independiente de eso puedes hacer lo que quieras-mientras hablaba, se acercaba poco a poco a su boca, pero se detenía antes de besarle. Gabriel estaba hipnotizado mirando sus labios.
Toda molécula del cuerpo de Demian le gritaba "BESALO" pero debía contenerse, no quería obligarlo a nada, él debía decidirlo.
Gabriel estaba en una situación similar, era como un metal atraído por un imán. Quería besarle, pero no debía, quería que él le besara.
-dime ¿que quieres hacer?-se acerco aun mas, dándole un beso esquimal, queriendo acercarse pero no lo hacia. Gabriel ya no lo soporto más y se acerco a él besándole, solo un roce, Demian sonrió y le devolvió el gesto, introduciendo su lengua en la boca de Gabriel, devorándole con ternura, agonizante ternura.
Poco a poco fue aumentando de intensidad hasta volverse desesperado, se abrazaron y se acariciaron con pasión, como si hubieran pasado mil años sin verse.
El azabache le volvía loco del placer, con una sola caricia le hacia estremecer, sentia sus frías manos recorriéndole por completo deshaciéndose de la ropa mientras le acariciaba, le besaba su desnuda piel no podía hacer otra cosa mas que gemir del placer.
El kemono se alejo un momento de él para desnudarse, quedando solo con su ajustado bóxer negro; le dedico una sonrisa traviesa, se acerco a sus labios y los beso con ternura. Siguió bajando por su cuello dando pequeñas mordidas, luego bajo hasta sus pezones, los que succiono y lamió a su antojo hasta dejarlos duros. Entre besos descendió hasta su abdomen mordiéndole suavemente causándole cosquillas, bajo hasta el borde del pantalón y le miro como preguntándole si seguía o no; Gabriel respondió moviendo sus caderas rozándose con su cuerpo. Eso era un sí.
Desabrocho su pantalón y lo bajo junto con su ropa interior, dejándolo completamente desnudo. Tomo su miembro entre sus manos y lo introdujo en su boca; comenzó a subir y bajar con su lengua, introduciéndolo y succionándolo, lamiendo la punta. Gabriel se tapo la boca para que sus gemidos no se oyeran...sólo Demian le podía causar tanto placer.
El shironeko se acomodo entre sus piernas e introdujo la punta de su miembro en esa estrecha y calida abertura.
-ah!-grito, pero no de placer
-¿te duele?-
-sí-
-lo siento-dijo saliendo de él-se me olvido hacer esto-lamió sus dedos de una forma muy pero muy sensual. Introdujo uno de ellos recibiendo la misma respuesta.
-ah...me duele-decía apenado, se moría de ganas por ser una vez mas de Demian, pero el dolor era insoportable
-¿fue Ziro verdad?-él asintió-no importa nos entretendremos en otra cosa-
Atrapo sus labios y se besaron con locura, sus manos recorrían el cuerpo del otro con desespero, luego se abrazaban con fuerza como queriéndose fundir en uno.
Gabriel tomo el miembro de Demian haciéndole gemir del placer. El kemono al verse en desventaja comenzó a hacer lo mismo, ambos subían y bajaban la mano al compás, el clímax estaba en su punto máximo y ambos se corrieron casi al mismo tiempo en la mano del otro. Demian aun con la esencia de Gabriel en su mano, la limpio sensualmente con la lengua, luego le miro y sonrió de medio lado