Se acerca la navidad, todas las casas de la tierra están adornadas, se siente el espíritu navideño en todos lados.
Gabriel se encontraba ansioso de que ésta navidad llegara ya que, sin su padre presente, todo sería perfecto. Su casa se veía completamente renovada; estaba decorada con guirnaldas, muñecos, peluches, luces, un pesebre nuevo y el infaltable arbolito de navidad bien adornado. Debajo del árbol estaba llena de regalos, la mayoría por parte de la familia de Carlos. La madre de Gabriel se encontraba en la cocina preparando Cola de Mono (N.A.://Cola de Mono es un licor que se hace tradicionalmente en navidad. Lleva Agua Ardiente, café, Leche, clavo de olor, azúcar o leche condensada...ñami!)
-¡Gabriel!-le gritó su madre desde la cocina
-¿qué?-
-¿con quién pasará la navidad Demian?-dijo sonriendo pícaramente
-eee...no lo sé, creo que no celebra la navidad-
-¿es de alguna religión que la prohíba?-
-no lo sé, nunca se lo he preguntado-
-invítalo que venga a la cena de noche buena-
-¿en serio?-
-sí-
-está bien-alegre
Justamente ese día se comprometió a comprar los últimos regalos faltantes con Elizabeth.
-no sé que regalarle a Mao-dijo Elizabeth mirando todas las tiendas
-¿y por qué no le regalas eso?-apuntando un par de anillos con un grabado del nombre de la pareja.
-sí, están bellísimos-sonriendo y apegándose a la vitrina
-¿entremos?-dijo Gabriel desde la puerta
-sí-dijo entrando emocionada
-¿que desean?-dijo un hombre de rasgos asiáticos
-esos anillos-indicando la vitrina
-¿son pareja?-sonriendo
-no, es mi amiga-
-¿qué nombre quieres en los anillos?-mirando a la chica
-Elizabeth y Mao-
-¿Mao?-
-sí, mi novio es chino-
-¿quieres que escriba los nombres en chino?-
-¡ya!-
-¿sabe?-dijo Gabriel desconfiado
-claro mi madre es china y me enseñó a escribir-
-está bien-
-esperen unos minutos-
Luego de haber comprado los anillos Gabriel miró en una tienda unos aros de plata muy brillantes con una bolita negra. Compró el par y dijo:
-¿quieres helado?-
-bueno-caminando a la heladería más cercana
En el camino Gabriel miró hacia un lado y dio de frente con un sex shop en el que había cosas muy interesantes.
-"ese es el regalo perfecto"-mirando de reojo la vitrina.
Al llegar a la heladería y hacer su pedido Gabriel le dijo a Elizabeth que le esperara que volvía en un instante, necesitaba ir al baño. (N: Si oh!^.^).
Casi corrió al sex shop que había visto antes, le daba un poco de vergüenza entrar ya que nunca lo había hecho, "pero todo sea por Demian" se dijo a sí mismo. Se armó de valor y entró a mirar las cosas que había en la tienda, había muchos artefactos extraños que no sabía para que se usaban y no quería averiguarlo. Al mirar por un tiempo todo lo que había en la tienda se encontró con algo que creyó que le gustaría a Demian y lo compró, la chica de la tienda le miró un poco extraño pero no hiso comentario.
Tomó su compra y la escondió en su bolso corriendo hacia donde había dejado a su amiga la que le dedicó una sonrisa pícara.
-¿qué compraste?-
-¿en el baño?-
-mmm, sí, el baño-
-eeehhh... ¿vamos mejor?-
-bueno vamos-sonriendo
-¿dónde vas a pasar la navidad?-
-en mi casa con mía papás y a lo mejor Mao, ¿y tú?-
-en la casa de mi madre y con Carlos, además me dijo que invitara a Demian-
-después de abrir los regalos podríamos juntarnos-dijo Elizabeth alegre
-bueno-
Ambos chicos pasaron a la casa de Helena a que Gabriel dejara, más bien escondiera sus cosas y luego fue a dejar a su casa a Elizabeth para ir de camino a invitar a Demian.
Cuando llegó a su casa entró silenciosamente, escuchó la voz alterada de ambos kemonos, al parecer estaban peleando. Él se metió en la cocina, prefirió no meterse en peleas ajenas y se puso a cocinar algo liviano para la cena.
Dejó de escuchar las voces furiosas de ambos por unos segundos y luego se sintieron unos pasos que se iban dando tumbos hacia el portal, segundos después bajó una segunda "persona". Gabriel se puso a cortar lechuga concentradamente, pensaba que iba a hacer esa noche buena con Demian cuando sintió unas manos frías colarse por debajo de su camisa y una respiración en su cuello.
-hola angelito-dijo Demian mordiendo su cuello.
-hola-respondió un poco nervioso
-¿qué me vas a cocinar?-
-pescado frito con ensalada-
-no me gusta esa cosa verde-
-lechuga, entonces cómete sólo el pescado, mañoso-
-no me hables así, tenme respeto-dijo el azabache tomándole del cabello y empujándolo contra el mesón, acorralándolo.
-ya detente, me puedo cortar-
-no me interesa-comenzó a besar su cuello, Gabriel ya estaba empezando a perder el sentido cuando se acordó de la invitación
-¿quieres ir a cenar a la casa de mi madre?-
-¿hoy?-
-no, en noche buena-
-yo no celebro esa tontería-
-Grinch-sonriendo
-¿qué dijiste?-
-Grinch, es una cosa verde que odia la navidad-
-no es mi culpa odiar a ese barrigón con su risa estúpida, a parte que se supone que deberían estar celebrando a un hombre que nació hace años y que vino a quitar sus pecados...ustedes se preocupan más de los regalos que de ese hombre...es un gastadero de dinero nada más-
-Griiiinch!!, ¿en Yalabuh no se celebra la navidad?-
-sólo los kemonos que están de acuerdo con esa celebración, pero no es una fiesta oficial-dijo Demian
-pero celébrala sólo una vez con nosotros, ya te compré un regalo-
-¿que me compraste?-
-no te puedo decir-
-¿por qué?-
-es sorpresa debes abrirlo en noche buena...o...recibirlo-
-¿también debo comprarte algo?-
-sólo si tú quieres-
-está bien, lo pensaré-
-recuerda decirle a Ziro que pasaré la noche de navidad en la casa de mi madre-
-no me hables de ese imbécil-
-¿por qué?-
-no, por nada...no quiero hablar del tema-
-está bien, ¿me dejas cocinar?, tengo hambre-
-no, yo no tengo hambre de comida-lo tomó de la muñeca y se lo llevó al segundo piso...a su cama...
Cuando terminaron de almorzar ya era tarde, Gabriel había quedado de ayudar a su madre con las compras, así que se fue. Demian se le unió ya que no tenía nada mejor que hacer.
-hola Demian, ¿cómo estás?-dijo Helena sonriente
-hola, bien gracias, ¿y usted?-
-bien, un poco cansada, gracias-
-¿nos vamos?-
Los tres se encaminaron al supermercado, compraron todo lo necesario para la cena de navidad y algunas cosas que habían faltado para hacer la cola de mono, sólo faltaban unos días.
Al llegar a la casa Carlos salió a ayudarles a entrar las cosas saludando cariñosamente a Helena. Gabriel le tenía cariño pero no el suficiente para decirle "papá", simplemente le llamaba por su nombre
-hola Gabriel, Demian-dijo estrechándole la mano a ambos jóvenes.
Ya eran más de las siete de la tarde así que Helena y Gabriel se fueron a hacer la once mientras que Demian y Carlos esperaban en el comedor. Luego de la once Demian se fue pero Gabriel había prometido ayudarle a hacer algunas cosas a su mamá.
Pasados los días Gabriel estaba aún más ansioso, Demian no le había dicho nada en cuanto a la cena, él esperaba que llegara. Había muchas personas en la casa de Helena, ya que habían ido a visitarle los padres de ambos conyugues. Los padres de Carlos siempre habían sido amables con él y le habían traído regalo ^.^
A eso de las once llamaron a la puerta, el azabache estaba vestido con zapatos negros, pantalón de tela y camisa, más o menos peinado y sin pircings ni cadenas. Iba bastante formal.
-¿llego tarde?-
-no, pasa-dijo Gabriel asombrado
-les traje esto-dijo el kemono entregándole una bolsa con regalos los que el castaño dejó bajo el árbol.
La mesa estaba servida, Había carne al jugo con puré o salmón con salsa blanca que era la especialidad de Helena, ensaladas varias, bebidas, vino blanco y tinto, etc.
Comieron y charlaron de muchos temas, estuvo la cena muy tranquila, luego se sentaron alrededor del árbol para seguir hablando y esperar a que sean las doce.
-¿no podemos abrir los regalos ahora?-preguntó Demian el que ya se estaba aburriendo.
-no, a las doce tienen que abrirse-el kemono suspiró
-pero...¿no los podemos abrir antees?-dijo Carlos mirando suplicante a Helena
-ash estos niños...está bien-dijo la señora poniendo una silla cerca del árbol y entregando los regalos.
A Gabriel lo llenaron de ropa y chocolates, Demian no esperaba más que el regalo de Gabriel, pero se sorprendió al recibir uno de Helena y Carlos.
Sólo quedaba un pequeño paquetito el que era de Carlos él lo abrió con cuidado y, al ver su contenido su sonrisa se amplió lo suficiente como para llenar su cara.
-¿qué es?-
-esto-dijo mostrando un par de Zapatitos de lana de color amarillo y luego abrazó a Helena.
-¡voy a tener un hermanito!-
-o una hermanita-dijo Helena tocando su vientre
-hola-dijo Gabriel tocando el vientre de su madre
-seremos abuelos!-dijeron emocionados ambos pares de abuelos
Minutos más tarde llegó Elizabeth con Mao, también traían regalos
-no sabía que sería tan divertido-comentó Demian
-te lo dije-
-Helena llegó con una bandeja con cola de mono, todos tomaron un vaso, Demian y Mao miraron el vaso con un poco de desconfianza.
-pruébenlo, les va a gustar-
Demian y Mao se miraron y luego tomaron un sorbo a Mao le gustó un poco, pero a Demian le encantó.
-¿hay más de esta cosa?-dijo señalando su vaso vacío
-sí, sírvete-ambos chicos se fueron en busca de Helena para pedirle más
-voy a tener una hermanita o un hermanito-dijo Gabriel feliz
-¿en serio?-
-sip-
-¡que emoción!-
Demian y Mao volvieron con una botella cada uno a sentarse con su respectiva pareja sirviéndose un poco más de aquel licor.
Gabriel y Elizabeth tomaron un vaso más y eso fue todo...lo demás se lo tomaron entre los dos chicos, y en especial Demian, por suerte Helena había hecho suficiente, ya que siempre le regalaba un botella a sus invitados antes de que el padre de Gabriel se volviera adicto al alcohol y violento
-nosotros nos vamos, es muy tarde-dijo Elizabeth mirando a Mao el que estaba un poco mareado.
-está bien-
-¿y noshotros cuando nosh vamos?-dijo Demian en su oído
-si quieres nos vamos ahora-
-deshpídete entonces, nos vamos-
Gabriel subió en busca de su mochila y los cuatro chicos se despidieron y se fueron a sus casas
-cuídense-
Al llegar a la casa Demian se mojó la cara para que se le pasasen un poco los efectos del alcohol, se metió en la cama junto a Gabriel y comenzaron a acariciarse y besarse apasionadamente. Gabriel detuvo a Demian antes de que se entusiasmara más y dijo
-espera aquí, vuelvo en seguida-
Demian se desvistió quedando en bóxer apoyado con las palmas detrás de sus muslos. Cuando Gabriel apareció en la puerta estaba nada más que con un bóxer de látex negro, una cinta en el cuello u unas esposas en las manos; se paró en el umbral y comenzó a dar vuelta las esposas. Demian le miró quedándose sin palabras, el humano se acercó a él poniéndose a gatas sobe Demian besándolo en los labios.
-espero que te guste mi regalo-le susurró al oído pasándole las esposas, Demian sonrió cambiando las posiciones y quedando ahora sobre el humano, lo volteó dejándolo boca abajo y esposándole las muñecas al respaldo de la cama. Le quitó la cinta que llevaba en el cuello y con ella le tapó los ojos.
-creo que disfrutaré mucho de este regalo-
Comenzó a besarle desde el cuello bajando por la espalda haciendo que Gabriel riera por lo bajo. Demian le bajó los bóxer, también los suyos y comenzó a rozarse contra el trasero de Gabriel, le levantó haciendo que quedara a gatas sobre la cama y continuó haciendo lo mismo, pero esta vez también estimulaba el miembro de Gabriel.
El humano comenzó a respirar agitadamente, uno que otro gemido se escapaba de su boca, Demian le besaba y mordía suavemente volviéndole loco...estaba muy excitado. El azabache detuvo su tarea dejando al chico muy desorientado (por los ojos tapados no sabía dónde estaba Demian), pero sólo hasta que sintió que comenzaban a penetrarle lentamente...esa mezcla...ese dolor mezclado con placer es una de las sensaciones más excitantes de su vida, y sólo Demian podía dársela.
Las lentas embestidas y las mordidas nuevamente se hicieron presentes, además de algo que Demian no acostumbraba a hacer: caricias.
El kuroneko salió de Gabriel, le liberó una mano para luego voltearlo y volver a esposarle dejando sus manos sobre la cabeza.
Se besaban intensamente entre gemidos, Demian le estimulaba ambos pezones y su miembro mientras que Gabriel movía con delicadeza su pierna tocando el miembro de Demian mientras que este seguía con su tarea entre gemidos. Ya no soportó más y se acomodó a nuevamente para penetrarle con más fuerza de la habitual, el humano se aferraba a su espalda con las piernas gimiendo fuertemente. El kemono le levantó ambas piernas dejándolas en sus hombros, sabía que si lo hacía más profundo volvía loco de placer a su angelito. Gabriel comenzó a gemir más fuerte y a pedir más rápido y el kemono se lo concedió, sentía que llegaba a su límite, el orgasmo amenazaba con llegar.
-más fuerte-
-t-te puedo hacer daño-
-no me importa, más fuerte-gemía Gabriel en su oído
Las rápidas embestidas y que Demian tocara ese punto erógeno dentro de Gabriel indicaba que el clímax llegaría y lo hizo, haciendo que ambos gimieran roncamente
-¿te gustó mi regalo de navidad?-mirando hacia las esposas
-esto está recién empezando-
Demian obedeció feliz a las peticiones anteriormente hechas y siguió con lo suyo tratando de controlarse, pero la estrechez de Gabriel le volvía loco.
-más fuerte, no te controles-gimió en su oído
Demian comenzó de profundizar las embestidas con más fuerza, afirmándose de las caderas de Gabriel para hacer más fácil los movimientos.
-ah, nh, ¡Demian!-
-cállate-penetrándole fuertemente
-s-sí- echando la cabeza hacia atrás
-espera…déjame soltarte eso-soltándole las esposas
-¿para qué?-
-me gusta moverte más y con las esposas no puedo-salió de Gabriel y lo levantó de la cama haciendo que se apoyara con las palmas en la cama y volvió a penetrarte fuertemente. Le colocó una mano en el pecho acercándolo a su cuerpo, mordiéndole el cuello y luego haciendo que volviera a la posición en la que se encontraba.
Se recostó en la cama dejando al humano sobre él y le dijo:
-muévete-
Gabriel comenzó a moverse arriba y abajo rápidamente, el sudor le cubría la cara y su cabello estaba empapado; se movía cada vez más rápido, subiendo y bajando controlado por el placer, Demian comenzó a masturbarle, ya estaba llegando a su límite.
-D-Demian, ya no-el azabache le tapó la boca
-n-no digas…¡nada!........¡ah!-
-¡mg!-un último gemido que fue acallado por la mano de Demian
Ambos se fueron al mismo tiempo, sus cuerpos sudados y agitados se abrazaron, el kemono le acariciaba el cabello mientras que ambos intentaban calmar sus respiraciones.
-feliz navidad-dijo Gabriel besándole suavemente en los labios.
-feliz navidad angelito-le devolvió el beso con ternura, se quedaron allí en la cama abrazados y desnudos esperando que el encanto se fuera.