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amor y odio ¿en verdad son opuestos? por nekonome_yaoista_pervert

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Notas del capitulo:

kyaa gomen

se que soy muy irregular subiendo jejeje

pero para compensar aqui tienen un lemos espero les guste

El kemono se despertó con el aroma de la comida, bajo hacia la cocina y vio a si juguete haciendo el desayuno, huevo revuelto con jamón y pan tostado, estaba servido en la mesita de la cocina, Demian camino sigilosamente hasta quedar detrás de él y lo abrazo por la espalda

-¿Qué cocinas?- pregunto con un ronroneo en su oído

-Tu desayuno mi amo- le respondió irónicamente

-¿Pero qué es?-

-Come y calla-

El gato negro se sentó en la mesa y comió un pedazo de pan con huevos y jamón, hizo una mueca y lo escupió, acto seguido tomo un sorbo de té el cual también lo escupió

-Está caliente- Dijo con un puchero, Gabriel se levanto y le dio un vaso con leche fría, Demian tomo un sorbo y luego el resto se lo tomo de un trago

-Espera a que se enfrié- Su dueño asintió

-No me gusta eso amarillo- Gabriel rodo los ojos

-Comete esto entonces- Del refrigerador saco un poco de jamón que había quedado, Demian lo olfateo igual que un gato y luego se lo comió sonriente. Gabriel se comió los huevos con jamón despreciados.

-Me tengo que ir- Dijo levantándose y limpiando la cocina

-¿A dónde? – pregunto con curiosidad apoyándose en el umbral de la puerta impidiéndole el paso

-Iré a buscar mis cosas, me voy de esa casa-

-¿Y a donde iras?-

-A cualquier parte, conozco a una señora que arrienda piezas, veré si tiene alguna disponible-

-¿Por qué no te quedas aquí?-

-No gracias- Salió por debajo de su brazo y camino hacia la puerta, para su sorpresa el gato no lo siguió ni le dijo nada

Gabriel camino hasta su casa y vio a su padre con ropa de trabajo caminando en dirección al paradero “es mi oportunidad”, cuando le vio tomar la micro salto la reja como de costumbre y toco la puerta con suavidad, su madre le abrió

-¡Gabriel! ¿Qué haces aquí?, deberías estar en el colegio-

-Falte por hoy, vine a buscar mis cosas- Su madre le miro entristecida –No tengas miedo, será para mejor, ya no te daré más problemas-

-Nunca has sido un problema para mí-

-Te estaré llamando- Le dijo entregándole un celular –Es pack unido así que te saldrá gratis si quieres llamarme- lo había comprado con sus ahorros

-¿Desayunaste?- pregunto con lagrimas en los ojos

-Sí, ¿me ayudas a empacar?-

-Claro-

Entraron y subieron hasta su habitación, en una gran maleta introdujeron toda su ropa (que no era mucho) y sus cosas personales (perfume, desodorante, cepillo de dientes, etc.) En otra maleta estaban sus libros y cuadernos mas los útiles escolares, en su mochila introdujeron objetos personales que atesoraba. Con las dos maletas y su mochila al hombro bajo las escaleras

Su madre le acompaño cargando una de las maletas hasta llegar a la pensión que por desgracia no tenia cupo

-¿Qué vas a hacer?- inquirió su madre preocupada

-Iré a la casa de un amigo- Dijo a regañadientes –Vive cerca de aquí- caminaron en silencio hasta la casa de Demian, el gato estaba sentado en la puerta de la casa con una sonrisa en su rostro

-¿Habían cupos?- pregunto en un ronroneo, tratando de aguantarse la risa, al igual que un niño cuando hace una travesura

-No, no quedaban, ¿Aun me puedo quedar aquí?-

-Si tu quieres- Dijo sonriendo malévolamente, esa sonrisa no le gustaba -¿Ella es tu madre?-

-Si-

-Mucho gusto, soy Demian-

-Igualmente, Helena- 

-Que bello nombre-

-“lame botas”  Déjame hasta aquí, él me ayudara a instalarme- le dijo a su madre

-¿Cuántos años tienes?- Pregunto Helena un poco desconfiada de la seguridad de su hijo

-21- respondió levantándose para abrir la reja, Gabriel entro con sus maletas

-Pórtate bien hijo- dijo su madre abrazándole, se despidió cortésmente de Demian y se retiro

-¿Mi madre puede verte eso?- pregunto apuntando sus orejas

-No, ningún mortal puede verlas a no ser que tenga alguna relación con nosotros, como tu-

-¿Por qué?-

-No lo sé, simplemente así son las cosas-

-¿De donde vienes?- Demian sonrió de medio lado

-Algún día te lo diré, ahora sube-

Subieron las escaleras y llegaron al segundo piso, al fondo se encontraba el baño y al lado izquierdo del ancho y corto pasillo se encontraba la habitación de Demian, en frente de esta había otra habitación en la cual entraron.

Las paredes pintadas de blanco estaban desnudas, había una única ventana que daba al patio trasero, el sol se colaba por allí iluminando todo el lugar con amarillenta luz, lo único que había allí dentro era un armario vacio

Demian se fue a su habitación en busca de algo y cuando regreso traía sobre su cabeza el colchón que estaba junto a su cama, dejaron las maletas allí y se fueron otra vez a la casa de Gabriel en busca de sus muebles para poder dejar allí sus cosas

Tuvieron que realizar tres viajes ida y vuelta para poder llevarse todo, Demian tenía mucha fuerza y podía cargar el doble de cosas que Gabriel, eran casi las tres de la tarde así que almorzaron en la casa del humano junto a su madre, por suerte para Demian comieron pescado al vapor y ensalada, él solo comió pescado

Se despidieron  nuevamente y durante todo el camino de regreso Gabriel se dedico a mirar disimuladamente al gato ya que este no pronunciaba palabra alguna, solo miraba al frente mientras su cola se movía de un lado a otro y de vez en cuando miraba de soslayo a Gabriel el cual sonrojado miraba hacia otro lado

Cuando llegaron el kemono abrió tranquilamente la puerta y se encontraron con un bulto blanco acurrucado en el sillón, Demian al verlo sonrió y se lanzo sobre el chico que tenia orejas y cola al igual que las de Demian solo que blancas

-¡Ziro!- grito Demian mientras caía sobre él, este al sentir el peso extra sobre el despertó y le sonrió tiernamente, el kemono negro beso sus labios juguetonamente y este se lo devolvió tiernamente, el pelinegro le sonrió y se quedaron mirando por unos segundos antes de volver a unir sus labios pero ahora en un beso más apasionado que iba subiendo de nivel a cada segundo

Gabriel se quedo muy impresionado con la escena, un sentimiento extraño se alojo en el pecho del humano, no sabía exactamente que era pero se asemejaba mucho a la ira, cerró la puerta de un portazo y subió las escaleras enfadado sobresaltando a ambos gatos y dejándolos desconcertados por unos instantes, luego Demian sonrió y beso el cuello del gato blanco desabrochando su camisa

-¿Vamos a mi pieza o prefieres hacerlo aquí?- pregunto al oído del mayor

-Vamos- respondió y se levanto aun con el kemono negro en sus brazos atado a su cintura como un coala, subieron las escaleras besándose y golpeándose con la muralla, se besaban entre risas.

Gabriel estaba acostado sobre su cama tratando de leer un libro pero no podía concentrarse “yo soy su juguete ¿Por qué hace eso?... ¡¿Su juguete?! Creo que estoy mal de la cabeza” escucho que alguien cerraba la puerta en enfrente, se sintió aun peor “esto está mal, además es un hombre… o algo parecido, y yo amo a Maida, si… yo la amo a ella, pero entonces… ¿Por qué me pongo tan nervioso al verlo? ¿Por qué mi piel se eriza cuando él me toca?” escucho unos fuertes gemidos y golpes de la habitación de enfrente, sintió una rabia mesclada con pena y celos  “¿Por qué mi corazón late tan rápido cada vez que me besa?” se preguntaba tratando de aguantar las ganas de golpear y romper todo lo que tenía a su alrededor, tenia rabia consigo mismo al no poder entender como se había enamorado de algo así en tan poco tiempo “Idiota” pensó rechinando los dientes, de mala gana se puso su pijama y se acostó, mañana tendría que ir al colegio.

Despertó en medio de la noche ya que tenía ganas de ir al baño, al salir de la habitación se encontró de frente con Ziro quien iba entrando a la habitación del kemono negro, solo estaba con unos ajustados bóxer blancos y unas marcas en su cuello y hombro, sintió un molesto dolor en su pecho. El gatito blanco le dedico una cálida sonrisa antes de cerrar la puerta.

Gabriel quedo extrañado pero no le dio importancia. Después de hacer sus necesidades se dirigió a la habitación que ahora le pertenecía, se acostó en su nueva cama y cuando el sueño comenzaba a apoderarse de él sintió que alguien abría la puerta y entraba a su pieza, vio la silueta semidesnuda de Demian, aun que no podía ver con claridad su rostro sabía que estaba sonriendo.

El gato tiro de las sabanas dejándole expuesto, se posiciono sobre él y le sujeto de las muñecas comenzando a besarle apasionadamente, él no sabía que estaba pasando, en verdad que su dueño era muy antojado, cuando el kemono dejo de besar sus labios para besarle el cuello Gabriel le dijo -¿Acaso él no te dejo satisfecho?- Demian le miro por un segundo y la ira se apoderaba de el, pero desapareció completamente y una sonrisa se formo en sus labios –Ja, no tienes idea cuanto placer me da, veamos si tu logras igualarlo- dijo riendo sarcásticamente, antes de que el humano pudiera responderle algo le silencio con un beso apasionado, Gabriel trataba de morderle con desesperación, se sentía humillado y usado, no quería que le besara ni que le tocara si después se iba a ir con otro, si solo le veía como una entretención, le odiaba, le odiaba por muchas cosas, pero por sobretodo se odiaba a si mismo porque a pesar de todo no quería que se detuviera

Gabriel sentía como su dueño acariciaba su espalda y un poco mas abajo, sentía el peso de su cuerpo sobre su miembro, el calor de su piel, el aroma de sus cabellos y el perfume sobre su piel, amaba esa sensación pero debía detenerlo, no quería pasar al siguiente nivel.

-De.. ah… Demian- no podía evitar gemir, le encantaba la forma en que mordía su cuello y como acariciaba su cuerpo, le hacía sentir único y odiaba eso en ese momento –Detente- intentando soltarse de su agarre, aun tenía algo de conciencia, pero mientras más le besaba y acariciaba menos consiente se sentía, el placer le estaba dominando

-Esta vez no te me escapas pequeño- sonriendo malévolamente, savia que era su última oportunidad y no debía obligarlo, para poder ser dueño de su alma el juguete debe entregarse por voluntad, no por obligación.

-Déjame- suspiraba tratando de apartarlo de encima pero sin muchas ganas, el gato comenzó a acariciar su miembro por debajo del pijama, Gabriel trataba de detenerle pero el placer le volvía loco

-¿Y si no quiero?- le quito la parte de arriba del pijama rápidamente y lo tiro hacia quien sabe que parte de la habitación, lo mismo paso con la parte de abajo, esta la saco con tal desespero que bajo un poco los bóxer del humano. Gabriel ya casi no estaba consciente de lo que hacía, el placer le había cegado completamente, el kemono estimulaba cada parte sensible de Gabriel haciendo que él también se desesperara, cuando ya estaba a punto de mandar a la mierda las reglas y lo iba a hacer suyo por la fuerza escucho las melodiosas y bellas palabras que anhelaba oír.

-Demian… ah… hazme tuyo- dijo la frase con la cabeza hacia atrás arqueando la espalda, luego le miro avergonzado y bajo la mirada, escondió su sonrojado rostro en el cuello del kemono

Demian sintió algo que pensaba que había olvidado, beso tiernamente su cuello mientras bajaba y quitaba el bóxer del humano, Gabriel solo se dejaba llevar por las expertas manos de su dueño que le acariciaban y estimulaban aun más. Demian coloco su mano sobre la boca del pelicastaño, él no entendió el gesto y solo beso sus dedos, el kemono rodo los ojos y suspiro introduciendo un dedo en la boca del humano –Lámelo- este entendió a que se refería y comenzó a lamerlos, estaba muy sonrojado tanto de vergüenza como de excitación, la manera en que lamía sus dedos le provocaba aun mas, ya no aguanto mas y retiro su mano de su boca para introducirla en su entrada, solo la roso con sus húmedos dedos

-nyah- Gabriel estaba completamente sonrojado, lo estaba disfrutando mucho

-ah-hay voy- introduciendo el primer dedo y moviéndolo lentamente adelante y hacia atrás, cada vez que entraba lo movía en círculos para luego sacarlo y volver a introducirlo, Gabriel gemía de placer aferrándose a su espalda, el segundo entro sin problemas y seguía con el mismo movimiento, luego un tercero entro produciéndole dolor al humano, algo que hacía tiempo no sentía, un simple gemido de dolor se escapo de sus labios, mordió su labio inferior para tratar de olvidar el dolor que poco a poco fue disipándose volviéndose en placer, Demian sonreía al ver las reacciones de Gabriel

Retiro sus dedos y se posiciono entre sus piernas rozando su entrada lo que hizo que Gabriel gimiera nuevamente. Introdujo la punta de su miembro abriéndose paso en la estrecha entrada del castaño, el felino se estaba volviendo loco con ese calor y esa estrechez, lo tomo de las caderas y fue entrando poco a poco controlándose para no hacerle mucho daño, hace años que no sentía ese placer

-mhn- Gimió roncamente el felino al ir a medio camino

-Demian… me duele… más suave- decía en voz baja el pelicastaño, el dolor era punzante y molesto

-solo un poco…mas- haciendo presión para lograr introducirlo por completo, Gabriel gimió de dolor sujetándose a la espalda del felino, arañando su piel sin querer –ya…shh…-besando muchas veces su frente como pidiendo perdón, Gabriel estaba confundido “¿Quién eres y que hiciste con Demian? ¿Desde cuándo que están amable y tierno?”

El felino comenzó con el suave y tortuoso vaivén, el dolor se apoderaba de Gabriel cada vez que él se movía hacia atrás haciéndole gemir sujetándose a las colchas, pero luego el placer lo opacaba cuando se movía hacia delante y poco a poco los gemidos de dolor se transformaron en orgasmos de placer y comenzó a aumentar la velocidad e intensidad hasta llegar a cierto punto de Gabriel que le volvía loco.

Sin querer el pelicastaño clavo sus uñas en la espalda de Demian lo que provoco aun mas al felino saliendo de él y apoyarlo en la cama mientras volvía a entrar con rapidez y de una sola estocada en Gabriel

El clímax estaba a punto de llegar y el felino sentía ya que se iba a correr, asi que tomo el miembro de Gabriel y lo masturbo hasta que ambos llegaron al orgasmo Gabriel en la mano de Demian y este dentro del humano al contraerse.

Ambos cayeron rendidos sobre la cama, Demian aun adentro del humano cayó sobre la espalda de Gabriel que estaba boca abajo sobre el colchón, el felino salió de Gabriel y lo tomo de la cintura volteándolo suavemente y se acostó junto a él, ambos se miraron cara a cara aun sudados y agitados, Demian acaricio sus cabellos examinando detalladamente todo el rostro del humano, Gabriel le miro extrañado.

-lo hiciste mucho mejor de lo que pensaba- le dijo besando su frente, Gabriel sonrió como un idiota –pero aun te falta mucho- le sonrió burlonamente, se levanto y salió de la habitación sin mirar hacia atrás cerrando la puerta a sus espaldas dejando a Gabriel con una mezcla de sentimientos, cansancio, dolor, felicidad, rabia, pena, celos y un odio inmenso hacia el peliplata que se debía encontrar en la otra habitación.

Notas finales:

y les gusto??

dejen reviewsitos onegaii!!

jeje

neko OwO


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