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amor y odio ¿en verdad son opuestos? por nekonome_yaoista_pervert

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Notas del capitulo:

woo otro capi mas

espero le guste

 otro día ambos gatos se despertaron con un delicioso olor que se estaba colando por debajo de la puerta, ambos se vistieron y siguieron el rastro que dejaba ese aroma hasta llegar a la cocina, Demian creía que se iba a encontrar con Gabriel cocinando pero allí no había nadie, solo dos platos con pescado al vapor y unos vasos con agua, sobre la mesa había una nota “mi amo hoy es día de colegio y me pasare a la biblioteca así que llegare como a las 6.00, su desayuno está servido y el almuerzo esta en el refrigerador. Gabriel”

Ambos kemonos se miraron con una sonrisa malévola, pero antes de hacer cualquier cosa debían comer y lo que su juguete había preparado le pareció tan tentador que se le había abierto el apetito, lo mismo que parecía pasar con Ziro que se estaba “lamiendo los bigotes” al ver el plato en la mesa

 

En el colegio =D 

Aaahh… (suspiro) “otro estúpido día en el estúpido colegio, quiero salir luego de aquí e irme a la universidad” pensó mirando por la ventana… “por lo menos podre matar el tiempo en la biblioteca para no estar con esos dos gatos… aun que parecen conejos”…

-hola- una voz femenina le saco de sus pensamientos

-hola- respondió él volteándose, una chica que al parecer era nueva estaba junto a él

-¿Se te ofrece algo?- pregunto sin sonar molesto, solo extrañado

-Esto… soy Elizabeth Whiteshort la alumna nueva y bueno… me cuesta un poco incluirme en un grupo y ya que las chicas me miran raro y estar rodeada de chicos no se me es muy cómodo quise hablar contigo ya que estas solito, espero no te molestes-

Gabriel sonrió, esa niña era muy tierna –No te preocupes, mi nombre es Gabriel mucho gusto- dijo sonriente- y dime ¿De dónde vienes?

-De Inglaterra- respondió sentándose en el pupitre vacio de enfrente –mis padres consiguieron trabajo aquí en Chile

-¿Y te gusta como es aquí?-

-La verdad llegamos ayer y no conozco Santiago, pero si he visitado Valparaíso y es muy bonito-

-¿En serio? Yo no conozco más allá de Santiago-

-Es precioso, yo te llevare un día, pero con la condición de que me muestres Santiago- Gabriel sonrió –¿Prometido? – ofreciendo su meñique, Gabriel estrecho el suyo con el de ella cerrando en trato, en ese momento llega Maida

-¿Gabriel?-

-¿Dime?- se volteo y vio a Maida a su lado, su corazón dio un brinco

-¿Vas a ir mañana en la noche cierto?- pregunto sonriente

-si… pero ¿Exactamente para que quieren que valla?- pregunto curioso, tenía un mal presentimiento

-No te preocupes si no es nada, cuento contigo- sonrió una vez más y miro a Elizabeth de pies a cabeza -¿Y tú eres?-

-Elizabeth Whiteshort ¿y tú?-

-Mi nombre es Maida, oye hoy haremos una fiesta para juntar dinero para el curso ¿Puedes ir a ayudarnos?

-Bueno, seria entretenido- Maida sonrió nuevamente, una sonrisa que Gabriel conocía muy bien, estaba acostumbrado a verla en alguien… Demian. Gabriel se quedo pensativo, no tenía un buen presentimiento en cuanto a esa fiesta

-¿Vas a ir tu también?- Pregunto cuando la rubia se había ido

-Creo que si ¿Y tú?-

-Si tú vas, si-

-Entonces nos vemos allí en la noche ¿Dónde vives?-

-No me sé el nombres de las calles, pero hay un supermercado y una iglesia cerca ¿Sabes de donde estoy hablando?-

-Sí, yo vivo por allí también, pasando la iglesia, me cambie hace poco-

-¿Dónde vivías antes?-

-vivía con mis padres cerca de los departamentos en ferrocarril ¿Conoces por allí?-

-No, pero mis papas me dijeron que no me acercara mucho para allá por que es peligroso ¿Por eso se cambiaron?-

-No, me fui a vivir con… ¿un primo?, ya que mi papá me hecho de la casa- respondió avergonzado, ella no quiso seguir con el tema y por suerte sonó la campana y entro el profesor de lenguaje a hacer su clase.

El día se paso lentamente al igual que los demás pero este fue diferente en cierto aspecto, sentía que ya no estaba tan solo y que podía confiar en alguien que no fuera un profesor. Terminadas las clases Gabriel acompaño a la chica nueva a su casa ya que él tenía que pasar por allí de todas formas, vivían muy cerca, a una cuadra de distancia.

Se despidieron y Gabriel se comprometió a ir a buscarla y a dejarla los días de colegio, se quedo un buen rato conversando con su madre quien insistió en que se quedara a tomar once pero él estaba obligado a rechazar la oferta, se despidió por segunda vez de su nueva amiga y se encamino hacia su casa

Cuando quedo completamente solo escucho el sonido de un cascabel, Demian había aparecido al lado de él de la nada con una sonrisa en sus labios, haciendo que el humano se sobresaltara, además no le gustaba para nada esa sonrisa

-¿Quién era ella?- pregunto en un ronroneo

-una compañera de curso- respondió sacando las llaves de su bolsillo, las había tomado de la mesa del comedor, luego le miro de frente y noto algo extraño en su cascabel, la pelotita que había dentro era más celeste que la primera vez que lo vio y era mucho mas brillante, parecía como de vidrio, el gato le miro ceñudo

-¿Qué paso con el “amo”?-

-Lo siento MI AMO aun no me acostumbro-

-Así está mejor, tengo cosas que hacer así que pórtate bien, ah y tienes que limpiar la casa, de alguna manera tienes que pagar tu hospedaje- le beso en los labios toscamente y se fue, más bien desapareció dejándole confundido y con una extraña sensación que no supo definir

Entro a la casa y estaba todo desordenado, era como si un huracán hubiera entrado a la casa, suspiro profundamente  resignado y comenzó a ordenar y limpiar cada sección de la casa partiendo por la planta baja, es decir, el living, el comedor, la cocina y el baño, luego subió al segundo piso para limpiar el baño de arriba, su habitación ya estaba ordenada y limpia así que solo saco la ropa sucia y la metió a la lavadora junto con el resto de ropa que encontró tirada por allí.

Solo quedaba la habitación de Demian pero no se atrevió a entrar, así que se fue a comprar las cosas que faltaban en la casa, al llegar dejo las cosas en su lugar y se fue a regar el jardín, luego salió al patio trasero y rego las pocas plantas que allí se encontraban, era mas que nada un pedazo de pasto con un árbol en un rincón.

Ya sin nada más que hacer subió resignado los escalones, se quedo de pie enfrente de la puerta, no sabía si entrar o no “si no limpio toda la casa se enojara y si entro sin su permiso también puede enojarse… entrare de todas formas, si no lo hago ahora me dirá que lo limpie después y no tendré ganas”

Entro y se encontró con un caos, ropa y comida tirada por todos lados, algunas cosas que no sabia muy bien lo que eran, algunas armas y juguetes sexuales típicos como esposas y ese tipo de cosas, un escalofrió recorrió su espalda, se puso unos guantes y saco toda la ropa sucia, luego ordeno todas las cosas que estaban en el suelo y comenzó a limpiar, pasado un rato logro despejar completamente el suelo, ahora le quedaba ordenar y limpiar las repisas.

Cuando por fin termino todo se dirigió a la cama para estirarla y se encontró con Ziro durmiendo, no se había percatado de que estaba allí, como estaba todo limpio excepto la cama que estaba siendo ocupada decidió irse de allí -“después Ziro tendrá que hacer la cama”- pensó, pero antes de irse intento cubrirlo con el cobertor ya que estaba semidesnudo sobre las sabanas revueltas, cuando se acerco para taparlo sintió los fuertes brazos de Ziro jalarle hacia él, le abrazo como si fuera un osito de peluche.

Su boca estaba muy cerca del cuello de Gabriel y su respiración le hizo estremecer, su piel era muy sensible y se había puesto nervioso

-Su-suéltame- dijo intentando zafarse de su agarre, en eso se abre la puerta y aparece Demian, quien al ver a su juguete entre los brazos de Ziro se enfureció tomando a Gabriel por el cabello y arrancándolo de los brazos del gato blanco tirándolo hacia un extremo de la habitación

-¡Quien te crees puto para estar allí con él? ¡Eres MI juguete y solo YO debo tocarte!- Grito encolerizado, el aura demoniaca comenzó a apoderarse de él y su rostro estaba deformado por la rabia, incluso sus ojos habían cambiado de color tornándose oscuros como una nube de lluvia, Gabriel intento explicarle lo que ocurría pero el miedo le había enmudecido -¡Contesta!- dijo en un grito gutural acercándose peligrosamente, Ziro se levanto de la cama y lo tomo de un brazo y se lo llevo de allí cerrando la puerta a sus espaldas, Gabriel se quedo como una estatua apoyado sobre la pared.

-No le hagas nada, no fue su culpa, pensé que eras tú- Dijo tomándole del mentón besando suavemente sus labios

-Espero que así sea, si se vuelve a repetir te vas a arrepentir- dijo matándole con la mirada, lo empujo hacia atrás soltándose de su agarre y bajo las escaleras aun enfurecido, Ziro entro a la habitación del kemono negro y vio a Gabriel sentado sobre la cama

-Lo siento, no fue mi intención meterte en problemas- dijo acercándose a él –Mi nombre es Ziro como ya debes saber, pero aun no sé cuál es tu nombre-

-Gabriel- Respondió un poco avergonzado – y no te preocupes, ya estoy acostumbrado

-Rostro de ángel y nombre de ángel… interesante- dijo sonriendo cálidamente –No deberías dejar que te traten así, eres muy bello para eso- dijo acariciando su mejilla con el dorso de la mano –Mejor me voy, no quiero que tengas más problemas- salió de la habitación dejando a Gabriel confundido y sin palabras “¿Por qué él había dicho eso? ¿Por qué es tan amable conmigo mientras que Demian es un soberbio? ¿Qué eran ellos dos?-  tenía mucha curiosidad de saber lo ultimo… necesitaba alguna explicación lógica a todo lo que le estaba pasando

Bajo las escaleras aun con miedo, y cuando llego a la entrada de la cocina sintió que alguien le abrasaba por la espalda

-Ni creas que te salvaras del castigo por lo de hoy- susurro en su oído

-¿Ca-castigo amo?-

-Sip, aun que aun no se me ocurre cual- riendo cerca de su oído, mordiendo el lóbulo inferior de su oreja

-Esto… hoy hay una fiesta así que saldré y no sé a qué hora llegue, amo- dijo con una sonrisa nerviosa

-¿Me estas pidiendo permiso o me estas avisando?- gruño

-Te estoy avisando, no eres mi padre-

-Pero soy tu dueño… ¿Con quién iras?- dijo deshaciendo el abrazo obligándole a que le mirara

-con mis compañeros, es para juntar dinero para el curso y quieren que vaya a ayudar, para eso me llamo Maida el otro día- seguía con esa sonrisa nerviosa

-¿Y si te digo que no?-

-“Iré de todas formas” pero amo es mi obligación-  Demian le miro pensativo 

-Entiendo… ¿A qué hora vendrás?-

-No lo sé, pero estaré con el celular por cualquier cosa-

-Está bien, puedes ir- El kemono le miro sonriente, eso le dio un poco de miedo

-Les cocinare algo antes de irme- dijo dando media vuelta entrando en la cocina

-¡Sí! Te quedo delicioso lo de la mañana, muchas gracias por molestarte- Dijo Ziro amablemente, tenía una voz suave y cálida

-Gabriel comenzó a preparar la comida, sintió que alguien subía las escaleras, luego unos pasos que se acercaban a él

-¿Quién te enseño a cocinar así? – esa cálida y seductora voz a su espalda le sobresalto

-Nadie, aprendí mirando a mi madre- respondió sin mirarle, estaba concentrado en el sartén

 -Mmm… mi hermanito tiene suerte-

-¡¿Son hermanos?! O.O- dijo dándose media vuelta, al mirarlo mejor se dio cuenta del gran parecido, solo cambiaba el color de ojos y cabello, aun que era un poco mas alto que Demian, “debe ser porque es el hermano mayor” pensó “se ve muy bien con esa camisa blanca, con los primeros botones desabrochados mostrando su blanca piel, su cabello largo, pantalones negros y ajustados… ¿Qué diablos estoy pensando?” se dio media vuelta completamente sonrojado – No se comportan como tales- Un sentimiento extraño se alojo en su pecho, el gatito blanco solo rio, su risa era cálida, muy distinta a la de Demian, eran completamente opuestos

En ese momento aparece Demian en la cocina con unos bototos militares, unos pantalones negros parecidos a los de su hermano, una sudadera negra ajustada y unas muñequeras de igual color una en cada brazo, sus uñas cubiertas de esmalte negro, sus ojos levemente delineados resaltando aun mas su mirada, sus cabellos mojados cayendo sobre su frente, en su cuello un collar de cuero con puntas metálicas similar al de las mascotas y en medio el cascabel con la extraña luz en su interior. Ambos le miraron enmudecidos, se veía muy sexy.

-¿Y a tu a dónde vas hermanito?- Le dijo acercándosele lentamente, pasando su mano por su cintura

-A una fiesta, con mi juguete- Gabriel palideció -¿Estás listo?- Tenia esa sonrisa traviesa en su rostro, algo malo iba a suceder

Notas finales:

buajajajaja les dejare colgadas buajajajaja

dejen reviews

ja ne!!


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