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Mi Camino a la Perdición por Yori

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Notas del capitulo:

Hola a todos/as! Creo que hace un mes más o menos que no escribía nada de este fic...mmm...no sé, creo que fue porque recibí muy pocos revs en el capítulo anterior y pensé ¿dejó de gustar?

Bueno, Advertencia: Este capítulo es FUERTE. Lo advierto y leer bajo vuestra responsabilidad.

Nada más! Gracias a los que dejaron revs! ^^

 

Hundiéndose en la Trampa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La escuela ese día fue agotadora como nunca creí que me pasaría desde el primer día que estuve en ella, pero es que desde la pelea que había presenciado entre Kyo y Mao, este último se había vuelto demasiado silencioso, es decir, más de lo habitual. El viaje de llegada caminando había sido increíblemente incómodo para mí, ya que Kyo llevaba los cascos puestos sumergido en la música de su mp4. Mientras que Mao se mantenía con la cabeza baja observando como sus pies avanzaban por el pavimento, intenté comenzar una conversación con él en incontables ocasiones, pero esta se apagaba una vez que había enunciado dos oraciones breves. Opté finalmente por mantener yo también ese silencio.

 

Una vez que llegamos al instituto, Kyo se marchó con sus amigos y yo, tristemente, dejé a Mao para irme con el grupo de amigos que me había formado. Es decir, Uruha, Shinya, Kai y Shou. Comentaban lo bien que había ido la fiesta, pero yo apenas podía recordar nada y las sensaciones que me habían quedado no eran buenas.

 

 

 

-        ¡Fue absoluta!- exclamaba Uruha.

 

-        Tienes razón, aunque como siempre hubo broncas…- murmuró Shou.

 

-        Siempre es Maya quien fastidia todo, no sé porque Aoi le deja volver…- convino Shinya. Yo estaba pendiente de cada palabra, pero no participaba activamente en la conversación.

 

-        Eh, dejaos de meter con él…No le conocéis y ya le juzgáis como si fuera la peor persona del mundo- reclamó Kai. Protegiendo a su “pareja”.

 

-        Te has encaprichado por él, le quieres, pero todos sabemos que te hará daño- dijo duramente Uruha.

 

-        ¿Acaso no te lo hace a ti Aoi? ¿No acuesta con Kyo cada vez que puede?- inquirió Kai, realmente enfadado. Uruha le dedicó una mirada de puro odio y se levantó de golpe para marcharse del aula.

 

-        Te has pasado, Kai- señaló Shou.

 

-        ¡Pues dejaros de meter con Maya! ¡Quien tiene la culpa de todo esto es Kyo y nadie se mete con él, porque todo el mundo sabe que es el mimado de Aoi!- exclamó Kai.

 

-        No te metas con Kyo sino sabes nada- defendió Shinya.- El solo va a su aire.

 

-        Y-yo…no conozco mucho a Maya…pero no me pareció tan malo…- murmuré. Kai me dedicó una agradecida sonrisa.

 

 

 

En las horas de clase no pude evitar dejar de pensar en la pequeña conversación, me daba la impresión que aquellas fiestas escondían los lados más oscuros de los grupos de amigos de allí. Todo era influencias, manejos y enredos; al igual que viejos sucesos que nadie me contaba ni mencionaban. Lo único que me quedaba claro es que Kyo antes no era así, que Maya siempre manipulaba de una forma u otra y que Aoi era quien reinaba en ese pequeño mundo de noches locas y juergas interminables. Pero detrás de eso, solo quedaba la verdadera sensación de soledad en cada uno de ellos…

 

 

 

 

 

La campana del final de las clases no se hizo de rogar y me vi a mí mismo recogiendo las cosas e introduciéndolas en la mochila para volver nuevamente a casa. Mientras que lo hacía, Mao se acercó por uno de los costados a mí con expresión seria.

 

 

 

-        Ruki, tengo que encargarme de unas tareas así que tardaré un poco más en salir. Kyo se irá de juerga con sus amigos, así que puedes esperarme o ir yendo para casa y yo te pillo por el camino- dijo lo último algo preocupado.

 

-        No pasa nada, Mao-kun. Puedo volver solo, tú ocúpate de tus tareas y nos vemos en casa- respondí con una sonrisa encantadora, que dejó algo aturdido al rubio.- No quiero que estés serio, en casa cuando regreses podríamos ver una película mientras comemos palomitas, ¿quieres?- Mao le examinó unos instantes y después me hundió en un fuerte abrazo.

 

-        Eres adorable, Ruki- sonrió Mao, separándose tras unos segundos de él.- Me encanta tu plan, no te distraigas en el camino de regreso ¿eh?

 

-        ¡Por supuesto! Nos vemos allí- dije despidiéndome, colgándome la mochila a los hombros.

 

-        Adiós.

 

 

 

 

 

Salí de la escuela y tomé el rumbo de siempre de vuelta a casa, era la hora de la comida así que las calles estaban realmente vacías. Iba pensando de camino, que me alegraba enormemente ver a Mao feliz nuevamente, me gustaban sus charlas animadas sobre cualquier cosa cuando ambos estábamos solos. Mao era algo antisocial con la gente del instituto, pero ese rasgo lo dejaba de lado cuando se encontraba con mi presencia.

 

A pesar de que iba a paso rápido, el viaje era largo, ya me había adentrado en el barrio de la familia cuando vi a tres caras que me resultaban familiares. Dos de ellos sabía su nombre, Maya y Yukke, pero el tercero y más alto era desconocido…

 

 

 

-        ¡Maya, Yukke, hola!- saludé animado, tal vez vivían cerca y me podían acompañar de regreso a casa.

 

-        Buenas, Ruki-chan. ¿Cómo que estás tan solito? ¿No te acompaña Kyo?- preguntó Maya, adelantándose con una sonrisa maliciosa que el pequeño no interpretó como tal. Para él la maldad del mundo no existían más que en los telediarios, que su padre rara vez le dejaba ver.

 

-        No, Kyo se fue con sus amigos y Mao-kun tenía que encargarse de unas tareas- sonreí a ambos. Después me volví hacia el más alto, al cual se le veía algo incómodo.- Soy Takanori Matsumoto, aunque me llaman Ruki- me presenté, adelantando una mano. El chico me dedicó una frágil y culposa sonrisa.

 

-        Y-yo…Tatsurou…- la estrechó. Maya miró la escena con tranquilidad sin quitar esa sonrisa de sus labios y es que todo estaba saliendo a la perfección…Nunca pensó que sería tan fácil.

 

-        Ruki ¿por qué no nos acompañas a un sitio?- preguntó el rubio. Yukke simplemente obedecería ciegamente a Maya, ya que el trato ofrecido por tan poco le parecía perfecto.

 

-        Umm…bueno, Mao todavía no habrá regresado- pronunció afablemente, siguiéndolos.

 

-        Tranquilo, es aquí cerca…- masculló Maya.

 

 

 

El muchacho no dejaba de parlotear de una u otra cosa, realmente era demasiado inocente y eso le costaría caro. Tatsurou conforme avanzaban en dirección al más cercano callejón, perdía esa confianza y es que el chico le parecía demasiado dulce como para dañarlo de tal manera. No entendía muy bien, ahora que había visto a Ruki, que podía tener en su contra Maya. Pero no podía echarse atrás, él tenía su propia vida y un trato tan bueno rara vez se lo ofrecían por una cosa tan fácil…pero a la vez tan rastrera.

 

 

 

Una vez que se metieron en el más cercano callejón sin salida que encontraron, Maya se detuvo haciendo que los otros tres hiciesen lo mismo. Ruki miró a su alrededor confundido, aquel lugar estaba lleno de cubos de basura atestados de esta, tanto que los despojos habían caído por el suelo, el cual estaba cubierto de un líquido amarillezco o negruzco de sospechosa procedencia. No supo bien que hacían ahí, pero no estaba en su naturaleza ser desconfiado.

 

 

 

-        ¿Llegamos?- preguntó, mirando a Maya. Quien tenía una perversa expresión en su rostro, mientras que daba vueltas alrededor de su víctima.

 

-        Sí, llegamos- repitió.- ¿Sabes Ruki? Eres realmente adorable, frágil y francamente atractivo…es normal que él te preste atención- dijo con un tono de asco que el menor no captó.

 

-        Gracias- agradeció algo sonrojado.

 

-        Eres tan estúpidamente inocente que hasta me da asco estar en tu presencia- inquirió Maya, cambiando a un tono duro que asustó a Ruki.- Las personas como tú no deberían estar aquí, quiero que te vayas por donde has venido y no vuelvas a molestarme.

 

-        ¿Eh? Y-yo…l-lo siento, no te entiendo- murmuró con miedo.

 

-        ¿Ves? No lo entiendes y hay que hacer algo que se te quede en tu memoria por largo tiempo para que lo entiendas ¿no crees, Ruki-chan?

 

-        Y-yo…

 

-        ¿Has estado alguna vez con alguien?- preguntó. Pero comenzó a soltar gélidas carcajadas cuando vió la incomprensión en el rostro del chico.- Ja, ja, que estúpida pregunta la mía. Me alegra que vaya ha estrenar a un virgencito- sonrió.

 

-        Y-yo…debo ir a casa…- se volvió. Aquello le estaba asustando de verdad, a pesar de que no entendía mucho de lo que le decía Maya. El rubio hizo una señal a Yukke para que le impidiera el paso al menor.

 

-        No vas a ningún sitio, enano.

 

 

 

Ruki intentó correr, pero Yukke le pegó un fuerte puñetazo en la cara que le dejó tirado sobre el húmedo suelo. Su cara chocó contra el pavimento y las palmas de las manos se rasguñaron al intentar evitar un mayor golpe. Intentó levantarse, con el rostro empapado por los charcos del suelo, el cabello húmedo se le pegó al rostro, junto con el correr de las lágrimas. Yukke al ver que se movería, le puso la pierna sobre la espalda nuevamente aplastándolo contra el asfalto.

 

 

 

-        ¡P-por favor…de-dejadme! ¿P-por qué hacéis esto? N-no os he hecho n-nada- lloriqueó, sin poder levantarse, aunque pataleando.

 

-        Ya te lo he explicado, no me gusta repetir las cosas- rió Maya.- Yukke, levántalo y sujétalo.- El chico hizo lo ordenado y tomó de los brazos a Ruki, quien intentó hacer fuerza para liberarse, pero solo consiguió cansarse.

 

-        T-tal vez…no deberíamos hacer esto…- habló con voz temblante Tatsurou.

 

-        ¡Tu cierra la bocaza y graba, sino te irá peor a ti!- gritó Maya, lanzándole una cámara de video a las manos. El chico bajó la cabeza y encendió el aparato, inmediatamente enfocando aquel acto tan atroz. Tal vez verlo desde la cámara fuese algo menos horrible.

 

 

 

 

 

[•REC]

 

 

 

La cámara enfocaba como Maya comenzaba a desabrochar el uniforme escolar de Ruki, botón tras botón, mientras que Ruki suplicaba, lloraba y forcejeaba inútilmente. Yukke le mandaba callar, mientras que Maya cansado de los lloriqueos del niño le golpeó fuertemente en la mejilla partiendo su labio y haciendo que la sangre comenzase a brotar. El rubio se acercó y lamió ese líquido rojo con su lengua; cuando llegó a los labios los mordió con fuerza haciendo que Ruki pronunciase un gemido dolor en el “beso”.

 

Las manos de Maya se escurrieron por el plano pecho y vientre de Ruki, desprendiendo poco a poco aquella camisa, hasta sacarla del cuerpo del menor. Rasguñó ese torso con ira, haciendo que gritase más, quería que nadie nunca más le considerara atractivo, que se fijara en él. La sonrisa de Maya no se apartaba de sus labios y la cámara captó bien el placer de este en ver sufrir a Ruki. Mientras que este no hacía más que llorar y entre sus jadeos se podían apreciar ruegos por que le dejaran.

 

Maya llevó su mano hasta la entrepierna de Ruki y la cogió con fuerza, provocando un chillido de dolor en su víctima.

 

 

 

-        ¿No te gusta esto, Ruki-chan?

 

 

 

Le bajó los pantalones de un solo tirón, llevándose consigo también la ropa interior del chico. Este subió el nivel de sus sollozos al verse tan expuesto sin salida y con el dolor que le provocaban nuevamente las manos de Maya en su parte más sensible.

 

 

 

-        Yukke, le quiero en el suelo a cuatro patas- ordenó Maya.

 

 

 

Ruki soltó un sollozo mayor cuando este le tiró al suelo de un empujón y pudo oír la risas de tanto Maya como Yukke cuando comenzó a arrastrarse por el suelo hasta los pies de Tatsurou en busca de una salida…de ayuda… Pero Yuuke le cogió por los pies, arrastrándolo por todo el pavimento, causándoles grandes rasguños. Le colocó en la posición que Maya deseaba, dejando bien expuesta su entrada.

 

 

 

-        Umm…debes estar realmente estrecho…- se lamió los labios Maya.- Quiero hacer un buen video, así que te prepararé algo... Saluda a la cámara, Ruki-chan- dijo con burla, tomando por el cabello a este y haciendo que se viese bien su cara llena de manchurrones a causa del agua sucia del suelo y sus propias lágrimas.

 

 

 

Acto seguido, Maya llevó dos de sus dedos a la entrada del pequeño. La acarició débilmente por fuera y de un solo y brusco movimiento introdujo los dos dedos de golpe en el interior. Ruki soltó un grito de pura agonía. Maya no estaba dispuesto ha hacer sentir alguna clase de placer al otro, así que simplemente comenzó a moverlos sin compasión alguna, simplemente cumpliendo la tarea de que se dilatara para pasar al siguiente paso, a lo que verdaderamente disfrutaría, aunque solo con verle gritar y llorar ya estaba más que excitado.

 

Metió otro dedo, simplemente por el hecho de hacerle sufrir más pero en ese momento se oyó una grave voz, que raramente se hacia oír.

 

 

 

La cámara enmarcó a Mao, con una expresión de pánico y rabia, pero también impresión. En su rostro se mostraban perfectamente la marea de pensamientos que cubrían su mente: Quería proteger a Ruki, pero tenía miedo de que a él le hicieran lo mismo. Y no estaba tan confundido, a él también se lo haría…porque no era nadie, solo un marginado debilucho.

 

A pesar de todo corrió en ayuda de Ruki, pero recibió un fuerte golpe de Yukke en plena nariz, rompiéndosela. Cayó al suelo de espaldas y Maya, mirando a una nueva víctima retiró con brusquedad los dedos del interior de Ruki, causándole más dolor. Este cayó contra el suelo sin fuerzas, terriblemente dañado y no solo físicamente…

 

 

 

-        Mira a quien tenemos aquí, al hermanito de Kyo- canturreó Maya, mirando al tirado Mao, quien sangraba sin control.

 

-        Te has confundido con meterte en cosas que no van contigo, chaval- dijo Yukke, dándole una patada en el costado.

 

-        Es una pena que tú ya estés usado ¿verdad?- rió Maya, agachándose para acariciar la mejilla del chico.- Seguro que Aoi se encargó de eso. Aunque supongo que a Kyo le molestará que me meta con su hermanito pequeño, ¿verdad?

 

-        Me das asco- indicó Mao, escupiéndole sangre al rostro de Maya. Quien le dio otro nuevo puñetazo a ese rostro magullado.- ¿Sabes? Mientras que soltabas a Ruki he llamado a la policía…no tardarán en llegar- rió Mao, enseñando su teléfono móvil.

 

-        ¡Cabrón!- soltó Yukke, dándole una patada desmedida en el estómago de Mao.

 

-        Vámonos, venga- ordenó rápidamente Maya, comenzando a salir del callejón.

 

 

 

 

 

[NO REC]

 

 

 

 

 

Mao se levantó pesadamente del suelo y trastabilló hasta el tirado Ruki, levantándolo entre sus brazos y comenzando a vestirle. El menor no paraba de llorar con la mirada perdida.

 

 

 

-        Lo siento mucho Ruki, lo siento, lo siento. Es culpa mía…- decía una y otra vez mientras que le colocaba las prendas sin que Ruki hiciese nada para evitarlo, simplemente estaba en un shock completo.- Vámonos, en realidad no llamé a la policía…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Sin comentarios *X* aunque espero los vuestros¡¡¡

byeee^^


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