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Mi Camino a la Perdición por Yori

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Notas del capitulo:

Bufff, lo sientooooo!!!

Llevo tantísimo sin actualizar este fic!! Sorry! Pero prometo recompesar y no tardar tanto con el siguiente ^^

Weno este capítulo se centra un poco más en Uruha y Aoi...weno y alguna que otra cosa más...jajaja no digo nada más, leed!! ^^

No Todo Son Diversiones….


 


 


 


 


 


 


 


La música fuerte en los altavoces, en la mesa una gran cantidad de drogas de todo tipo de clases, esta vez era como una barra libre. Ya que el sábado era el cumpleaños de Aoi, por lo cual el moreno invitaba a una evasión del mundo mediante esos exquisitos suministros. La noche solo acababa de empezar, pero ya la mayoría de los presentes se encontraba en un estado de embriaguez y dopados demasiado alto.


Los adolescentes bailaban saltando y juntado sus cuerpos los unos a los otros, buscando satisfacer sus más básicas necesidades y esa noche sabían que todas serían saciadas.


Un pequeño grupo se juntaba frente a la mesa de las bebidas, se llenaban las copas mientras que hablaban distraídamente. Un castaño alto se mostraba ligeramente molesto, mientras sacaba una pequeña bolsa de pastillas de varios colores y se metía un par seguido de un largo trago de alcohol.


 


-        Estoy harto- gruñó Uruha.


-        ¿Qué sucede?- preguntó Kai. El cual se encontraba moviéndose nervioso con la música, incitado a bailar, pero sabiendo que debía escuchar los problemas de su amigo.


-        Está ahí con Kyo, en la habitación…- escupió dándole otro gran trago, casi ahogándose con el líquido.


-        Bueno todos sabemos para que necesita Kyo a Aoi…- apeló Kai.


-        Esta vez no, a Aoi le gusta demasiado todavía Kyo y este no creo que se esté dejando someter ahora mismo- rió Maya.- ¿Por qué no vas a sacar de ahí a tu novio, Uruha?


-        No seas imbécil, Maya, todos sabemos lo que te fastidia a ti- gruñó Kai.


-        ¡Chicos! ¡Chicos! Hola, ¿qué tal? Estoy buscando a Shinya. Bueno, ¿de que habláis?- dijo del tirón, un recién llegado Tatsurou. Tendía a ser siempre demasiado hablador, pero drogado a esos extremos lo era aún más.


-        Hola- saludó Kai, al recién llegado.- Aoi está con Kyo.


-        Oh, vaya, ¿pero no es tu novio Uru-chan?- respondió este.


-        Le he dicho que vaya a sacar a leches a Kyo de allí, pero no quiere…- escupió Maya.


-        A ti lo que te pasa es que quieres que peguen a Kyo…- le sacó la lengua el recién llegado.


-        ¡Eres idiota! ¡No!


-        Te dio demasiado fuerte cuando Kyo te rechazó delante de todo el mundo y desde entonces le odias. No me des consejos Maya, tú eres de lo peor. No sé ni siquiera que hago soportando tu presencia- escupió Uruha, yéndose de allí, apartando a la gente de su camino.


 


 


Los tres se quedaron mirando como se iba el castaño cabreado, Maya esperó porque tomase la dirección a las habitaciones donde sabía que estaba Kyo, pero no. ¿Por qué mierda no le daban su merecido a ese enano asqueroso? Era conocido por todos el odio procesado a Kyo por parte de Maya, ya que el segundo estaba completamente enamorado del rubio y este le había utilizado, como siempre, para conseguir lo que quería o sea droga. Cuando se había cansado de un enamorado Maya había comenzado a liarse con toda chica o chico disponible, finalmente le había ridiculizado delante de todo el instituto. Era algo que Maya no perdonaba, quería venganza, aunque todavía le costaba ver a Kyo con otros no por amor sino que veía al más bajo como una propiedad, a pesar de, sabía que el rubio se acostaba con pocos por verdadero placer…


 


-        Estás algo ido, pequeño- sonrió Kai, sujetando a Maya por la cintura y apegándolo a su cuerpo.


-        Solo estaba pensando en algunas cosas…- murmuró, a tiempo que sacaba un chupa-chups de fresa, para llevárselo a la boca.


 


Kai le miró interesado y rebuscó en el bolsillo de su pantalón, dejando ver una pequeña bolsa con polvos blancos. Observó como el seductor Maya chupaba con devoción el caramelo, pero a pesar de que le excitaba verlo así, se lo sacó de la boca con una queja por parte del rubio y le dio también un lametón; para posteriormente meterlo en la bolsa y dejar que el chupa-chups se llenase de droga. Maya lo miró con una sonrisa, ¿cómo no se le había ocurrido a él antes? Kai lo deslizó por los labios y lo introdujo en la boca del menor, viendo como ahora este lamía con más placer. Cuando hubo quedado limpio Kai lo volvió a sacar y en su lugar, introdujo su lengua en la cavidad de Maya, en un efusivo beso. Se besaron tan intensamente que parecía que querían devorarse el uno al otro, pronto las manos de Maya se deslizaban por los glúteos de Kai, tomándolos a su placer.


 


-        Umm…creo que esto comienza a ser incómodo- rió Tatsuro, quien había presenciado todos los actos con una sonrisa boba y es que en esos momentos le daba igual lo que pasara a su alrededor, no reventaría su burbuja ni una bomba atómica…Bueno, tal vez, eso sí.- ¡Yukke!- exclamó, corriendo dando saltitos al ver una cara conocida sentado en uno de los sofás.


 


 


Uruha salió a tomar algo de aire, cuando abrió la puerta de la casa una fría brisa lo recibió y sus cabellos se agitaron. A pesar de que sabía que hacía un frío terrible su cuerpo estaba acalorado, producto de la gran cantidad de droga que llevaba encima y es que esa noche realmente se sentía mal…Normalmente esas fiestas resultaban estupendas, divertidas a pesar de que su novio solo le dedicase unos minutos, pero comenzaba a cansarle… Dio otro trago a su bebida cuando oyó pasos detrás suyo, giró la vista distraídamente, sin verdadero interés de ver quien era el recién llegado. Se trataba de un chico alto, de pelo rojo y piel claro, le sonaba de haberle visto con Kyo algunos días, pero no sabía su nombre. Era realmente atractivo, pero tenía un estado bastante más lamentable que él. El chico se dejó caer sobre la dura acera, al lado de Uruha, dándose un buen golpe al no calcular bien la distancia. Soltó una risotada seguido de un suspiro lastimero, su copa había caído sobre el pantalón casi por completo. El castaño lo miró a los ojos con curiosidad, no era el único que esa noche lo estaba pasando mal…


 


-        Hola- saludó, intentando poner una sonrisa.


-        Buenas…Tu cara me suena…- observó el pelirrojo.- Soy Die.


-        Uruha- contestó, tendiéndole la mano y después la copa. A pesar de que estaban en el exterior la música se seguía oyendo fuerte, recordándole que allí se encontraba Aoi revolcándose con Kyo.


-        Gracias- murmuró el otro, casi terminándola  de un trago.- Pensé que sería el único al que no le estaba pareciendo un fiesta…- rió tristemente.


-        Eso nos pasa por tontos, deberíamos estar dentro disfrutando…pero somos los gilipollas que estamos llorando- inquirí con cabreo hacía mi mismo.


-        Creo que tienes toda la razón del mundo…¿Sabes? Me caes bien Uruha, no deberías estar lamentándote aquí por Aoi.


-        Mmm…sabes lo de Aoi…- murmuró. No le gustaba que todo el mundo supiera de su noviazgo, ya que era el gran cornudo del instituto, eso es lo que era él.


 


Cabreado de ser siempre el sumiso Uruha que lloraba esperando por su novio, quien nunca se había atrevido a besar a otro tío mientras estaba con Aoi, porque le quería, pero ya estaba harto del trato recibido.


Se acercó lentamente a Die a la vez que enredaba sus manos en esos finos cabellos, por su parte el pelirrojo rodeó la cintura de Uruha, imaginándose que era la persona a quien quería verdaderamente que estuviese allí. Sus labios no terminaron en juntarse, el beso fue al comienzo delicado, aunque lo que quería el castaño era todo lo contrario, deseaba simplemente placer…solo eso…sin sentimientos, solo un polvo que ambos disfrutasen y le hiciese olvidar sus problemas. Pero Die, imaginaba que otros labios le besaban, por eso se lo tomaba con calma. Aunque al abrir un poco los ojos y encontrarse con ese casi desconocido todo aquello se perdió, levantó al castaño sin romper el beso y lo llevó a traspiés hasta la pared más cercana, para cerrarlo allí mientras subía la intensidad del beso. Uruha por su parte, se subió a la cadera del pelirrojo y enredó sus piernas en la cintura del mismo, a tiempo que Die dejaba sus labios y pasaba a morder su cuello con algo de fuerza. Aquello hizo que Uruha soltase algunos suaves jadeos en su oído, mientras que acariciaba su espalda. Dificultosamente Die llevó sus manos a la camiseta del pequeño, arrebatándosela y pasando a besar esa suave piel, mordiendo en ocasiones, sacando más gemidos por parte del segundo.


 


Estaban tan metidos en lo suyo, perdidos en el placer que le provocaba ese contacto que no sintieron como la puerta de la casa se abría y de ella salía Aoi, con un cigarro en las manos. Llevaba buscando desde hace cinco minutos a su novio y no lo encontraba por ninguna parte y eso no le gustaba para nada…Quería a Uruha a su completa disposición, no deseaba salir de estar con Kyo y encontrarse con que Uruha se había marchado, frustrado y algo adolorido por el encuentro con el rubio, el cual solía ser algo rudo, salió a fumar. Cual fue su sorpresa a encontrándose a una pareja apunto de hacerlo en medio del frío gélido de la noche, pero esta aumentó al ver que se trataba de Uruha, ¡SU Uruha!


Trotó furioso hacia ambos y tomando el hombro del pelirrojo fuertemente, lo lanzó contra el suelo de un fuerte empujón. Uruha, abrió los ojos aturdido, hace un momento estaba sintiendo un placer exquisito y ahora había perdido ese maravilloso contacto. Se sorprendió al ver allí a Aoi, con una expresión furiosa. Die por su parte se levantó, sacudiéndose las ropas, su tranquilidad se fue por el retrete cuando vio allí a ese indeseado de Aoi, como odiaba a ese tío.


 


-        ¡Que coño crees que haces!- inquirió un recién furioso pelirrojo.


-        ¿Con qué derecho me dices tú eso? ¡Estabas liándote con mi novio, como te atreves a tocarlo siquiera!- gritó, cogiendo de la camiseta a Die.


-        ¿Y qué?- dijo el otro con una carcajada, mirando con tranquilidad la mano del moreno, al igual que el puño levantado.


-        Eres un cretino, te vas a enterar, te voy a quitar esa sonrisa bobalicona de un solo golpe- respondió antes de propinarle un fuerte puñetazo en el rostro de Die, quien no hizo nada por evitarlo y cayó al suelo. Se limpió la sangre que le salía de la nariz y se levantó dándole una fuerte patada en el estómago al moreno. Uruha contemplaba la escena con total tranquilidad, abrazándose el cuerpo desnudo por la parte de arriba. Momentos después, al oír los gritos y golpes Reita había salido de allí, acompañado de Tatsuro. Ambos miraron la pelea con sorpresa, pero inmediatamente fueron a separar a los dos chicos.


-        ¡Aoi, no quiero peleas en mi casa! ¡Detente!- gritaba sujetando a su amigo por el pecho, quien seguía intentando golpear al pelirrojo.


-        Die, tú también- indicó a Die, quien estaba peor aún que Aoi.


 


En ese momento la puerta volvía a abrirse y de allí salió Kyo, con las manos en los bolsillos, observó la escena con absoluta calma y sin mediar palabra se marchó del lugar caminando tranquilamente calle abajo. Y es que el provocador de todo aquello era ese rubio de absoluta frialdad, quien ni fue capaz de detenerse cuando Die le observó, cuando Uruha clavó una mala mirada sobre él o cuando Aoi, le dedicó un vistazo lascivo.


 


 


 


 

Notas finales:

Era bastante cortito, espero que os haya gustadooo!

Ojalá dejen reviiiieeew, es lo que dan ánimos al escritoooor^^

Nos vemoooos!!!


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