Las cosas no son siempre como uno quiere que sean, muchas veces soñamos con los momentos perfectos, pero nunca llegan. He esperado por mucho tiempo a la persona que cambiaría mi vida, que me hiciera llenar mis pensamientos solamente de él, que provoque cosas prohibidas en mí y que me hiciera de su propiedad en un par de segundos; un día llegó, alto, con buen cuerpo, pelo negro, piel blanca y ojos afiladamente oscuros, el prototipo de hombre perfecto que todo ser humano en la tierra y en el universo querría, fue mío y fui de él en el primer contacto visual que tuvimos y en el instante en que me hablo un escalofríos recorrió mi cuerpo completo haciéndome tiritar y para que decirles de mí corazón...casi se me escapa por la boca!
Él era perfecto, le faltaba absolutamente nada.
Nos conocimos, al principio me costó mucho lograr que comprendiera mis palabras, suelo ser un tanto complicado y extraño al momento de expresarme, pero nunca me dejo de hablar, ni de coquetear. Su mirada siempre se fijaba en mí, aquella mirada tan penetrante que me desnudaba por completo sin que yo pudiera negarme a eso. En algunos momentos quise parar, sentía que jugaba un juego peligroso, porque yo también coqueteaba con él.
Él era muy frio, trataba con cierta seriedad a todos, incluso a su mejor amigo, pero cuando sonreía era como entrar al paraíso una luz iluminaba el ambiente y parecía como si los problemas del mundo entero se detuvieran por esos segundos. No era siempre, la mayoría del tiempo criticaba al mundo, era arrogante y orgulloso, siempre tenía la última palabra y nadie era mejor que él, eso era lo que más me atraía de él. Somos muy distintos.
Él no era dulce y yo no era salado.
Algo nos unía, era una atracción –en ese momento lo creí así- más que sexual, nos veíamos, nos saludábamos y aunque nos quedábamos en silencio, no era incomodo, a veces nos juntábamos y caminábamos por la ciudad sin rumbo fijo, luego al llegar a nuestras casas nos conectábamos y hablábamos hasta altas horas de la madrugada. Pasamos mucho tiempo así, en aquellos días yo pensaba que era la persona ideal para él, me trataba bien, mi mimaba en muchas cosas, me sonreía a menudo y más de alguna vez se me insinuó. Es un macho.
Un día hicimos una junta de amigos, él fue, yo fui, aquel día-tarde-noche-madrugada fue el que cambio mi vida, mi manera de pensar y de enfrentar algunos problemas, todo por un trago y una declaración que jamás tuvo que ocurrir. Era de noche estábamos bailando, todos con alcohol en la sangre –algunos más que otros- y eso me incluía en el grupo de los felices por efectos del trago, estábamos ahí cantando, pasándola bien hasta que lo mire a los ojos y él se reía de mi cercanía. Exactamente yo estaba apegado a él, mis piernas más de una vez se entrecruzaron con las de aquel chico de pelo negro, pude sentir la temperatura de su cuerpo, sentí sus músculos, sentía su respiración y sus labios tan cerca de mí que más de una vez quise besarlo sin importar nada más. Vi sus ojos y me miraba con profundidad, sabía que era lo que yo quería y él también estaba a punto de conseguir lo que deseaba; me tomo de la cintura con una mano y me acerco más, sentí mi corazón latir rápido y vi cómo se reía de mi situación, aquí yo solo seguía sus acciones…el macho mandaba…y eso me gustaba. Luego me tomo una mano y llevo a otro lugar, estaba oscuro y no había gente. Estábamos solos. En el segundo que noté el lugar en el que estábamos sentí sus labios tocar los míos, exigiendo el beso que mientras bailábamos mis ojos le habían prometido, me deje llevar por sus caricias, sus pasionales besos y suspiros…incluso aquellas risitas de triunfo que en ese momento no comprendía su significado me gustaban.
Aquella noche fui de él en cuerpo y alma.
Aquella noche, él no fue mío.
~º~
Búscate a otra que lame tus heridas
si quieres que salive por ti tendrás que mejorar
Si cuando haces algo no haces más que hacerme mal
Así que ahora voy a dejarte
Al otro día desperté en una cama que no era mía, al lado de nadie, solo. Me sentí abandonado y utilizado, pero que quise creerlo, quizá él tenía trabajo que hacer –y ahora recuerdo, él no trabaja los domingos- tal vez tuvo alguna emergencia, invente muchas excusas en mi mente para no reconocer que él me había dejado. Me levante lo más rápido que pude, tome mis cosas y me fui. Al llegar a mi departamento corrí, tome una ducha y fui directo a mi cama, no tenía hambre, solo quería dormir y esperar inútilmente alguna llamada de su parte…pidiendo disculpas.
Y aunque... me mires con calor y me dejes ruborizada…
Dieron las 6 de la tarde, yo seguía recostado en mi cama, intentando dormir, con el celular en mi mano. Llore, un dolor se situó en mi pecho y garganta y no había nada que pudiera hacer que me levante, lo único que quería no estaba ahí, ni su voz, ni su respiración…En aquel instante comprendí sus risas, su mirada, su actitud ante mí, solo soy una simple persona que cayó en sus redes.
Y cuando sientas que ya no estoy
Y me quieres apoyada contra la pared
Paso una semana, no supe nada de él en esos días, logre superar rápidamente todo, al final solo había sido una aventura y nada más, fui yo quien vio esperanzas donde no estaban y ahora tenía que pagar las consecuencias, volví a salir con mis amigos y a coquetear a alguna persona por ahí, como siempre, después de todo soy así. Por fin volvía a ser quien era hasta que nuevamente apareció, es increíble como una llamada, un hola…como su voz puede cambiar tanto un día. Me preguntó cómo estaba y por qué no lo había llamado estos días, como si tuviera completa autoridad en mí, me dijo que quería verme ese mismo día en media hora.
Volveré, volveré, volveré
Acepte juntarme con el chico de mirada oscura, pero en un café donde todos nos miraran por su belleza y no pudiera pasar nada entre nosotros nuevamente. Llegué a la hora y ahí estaba sentado en una mesa apartada mirando por la ventana tomando su café, se veía tan tranquilo, serio…perfecto…que quise probar nuevamente de su cuerpo lo que había probado hace una semana. ¿Por qué me había llamado? No me extrañaba, no me quería. ¿Qué más quiere quitarme? Me senté al frente y lo mire, le sonreí por cortesía y le pregunté que necesitaba. Me miro fijo y en su rostro se formó una sonrisa de medio lado, triunfante por conseguir tan buen juguete.
Y si te veo con otra no habrá segunda vuelta
Seré terca pero no idiota
Así que piensa bien antes de actuar
Hablamos, me dio las tontas excusas de que tenía que viajar y no podía llamarme, mentira, solo quería volver a tenerme tirado en la cama con él. Pensaran que estoy loco, pero acepte sus disculpas fingidas. Al salir del local me invito a su casa, titubee un instante pero accedí a acompañarlo. Nos bajamos y subimos por el ascensor, estábamos solos y aprovecho ese instante y me acorraló en una esquina mientras subíamos, no alcanzo a hacer algo cuando ya había llegado al piso número 3, me tomo de la mano y me llevó junto a él a su costoso departamento.
Y quien dice que no, quien dice que no
Me puedo equivocar
Mal gastar el tiempo que me sobra encontrar una maniobra que me de placer
Si todos hacen lo que les hace sentir bien
No conversamos, cerró la puerta y me atrapo entre sus brazos, sus besos recorrieron mi cuello y mis labios en menos de un minuto, sus manos frías desabotonaron mi camisa y jugaron a correr por mi pecho y espalda. Nos fuimos directo a su cama, dejando la ropa como camino de la desesperada acción que cometíamos, nuevamente dormirá con él, pero esta vez era un poco diferente, aquí en ningún momento mi corazón participó, mi instinto y naturaleza hicieron todo el trabajo.
Y cuando sientas que siempre estoy
Y me tienes apoyada contra la pared
Cuando yo reconozca que fuiste un error
Que estoy dispuesta a nuevamente cometer
Lo hicimos de nuevo, lo disfrute, le deje algunas marcas en su cuerpo y me encargue de que no lo olvidara fácilmente, espere a que él se recostara a mi lado y durmiera para tomar una ducha, ponerme mi ropa, mirarlo por última vez.
Me iré
Me fui, esta vez yo había jugado con él y eso jamás lo olvidaría, no suelo vengarme de las personas, pero ser alguien que se queda callado no es mi estilo, siempre digo lo que siento y no me importa que piensen los demás. Lo deje atrás y eso me hizo sentir bien conmigo mismo. A las 3 horas más tarde él me llamó y no conteste, apague mi celular y disfrute de una fiesta que un conocido estaba haciendo en su casa. Tome alcohol, baile, seduje a unos cuantos hombres y comencé a olvidar al hombre de pelo negro.
No me he presentado aún, soy Uzumaki Naruto, rubio de ojos azules, piel trigueña y con buen porte. Amo comer ramen y soy gay. Y aquel hombre del quien les hable es Uchiha Sasuke.
~Fin~