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Remember Me por Saory_Moon

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Notas del capitulo:

Sao: si!! Ya vamos al segundo capítulo!!!!

Zai: Me tuviste pensando toda la semana…quiero saber que va a ocurrir!!

Sao: lo sé incluso parece que le olvidaste de mis otros fics, pues no me dijiste nada de ellos ¬¬

Zai: no fui la única a Beth también se le olvido el otro…

Sao: si lo que digas ¬¬….Ahora presentando el capitulo 2, tenemos a:

Gilbert Nightray!!!

Gil: Hola – con un aura de depresión al rededor-

Zai: que pesado se volvió el ambiente ¿no?... ¿que tiene?

Sao: No te preocupes lo entenderás cuando leas el capitulo

Zai: tengo una idea del porque, debe ser por oz pero en este capítulo se arregla ¿no?

Sao: amm…-nerviosa- algo así…..-Abraza a Gil con cariño- Lo siento, pero sé que tu lo superaras…

Zai: Tu..-Viéndola con la cara azul- Me das miedo….

Sao: no me veas así…que aun no has leído!! No es tan malo como crees…bien tu turno Gil

Gil: Aquí tienen el segundo capítulo de Remember Me….”La Bienvenida en el Adios”

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Capitulo 2

 

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La Bienvenida en el Adiós

 

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Ella me fulminabas con sus ojos llorosos mientras yo hacia lo posible por no verla a la cara, me parecía inaudito mirarla, yo no tenía derecho a eso, yo le había causado tristeza al haber sido incapaz de protegerlo a él.  Ya eran dos veces las que no había podido impedir que el cayera al Abyss, los había hecho sufrir a todos y sabia que ya no tenía derecho ni siquiera a estar en su presencia.

 

Pero era estúpido porque a pesar de todo yo sabía que toda esa forma de pensar no era más que una excusa que yo mismo me creaba intentando convencerme a mí mismo de que era verdad, pero no lo lograba. La realidad era otra, a mi me importaba poco lo que ella estuviera sufriendo, tampoco me había puesto a pensar ni un solo minuto en el daño que le hubiera hecho a ella o a los demás la desaparición de Oz. Y el porqué era algo fácil de adivinar….Porque podía asegurar que mi dolor sin duda era mayor que el de ella, el dolor que yo sentía por no haber podido protegerlo, por no haber podido seguir a su lado y por haberlo perdido, era mil veces más grande que el de cualquier otro.

 

La razón por la que yo no podía verla a la cara también era fácil, era porque todo en ella me lo recordaba a él. Sus ojos verdes pero no tan hermosos como los de él que eran capaces de hacer que no pudiera dejar de verlos, los rubios cabellos que podía notar no eran tan brillantes como los de él que me hacían querer acariciarlos, su piel tan clara pero seguramente no tan suave como la de él que me hacia querer marcarla. Yo no quería verla porque temía que a pesar de todo pudiera confundirme tanto como para pensar que era él quien estaba frente a mí.

 

Solo una vez había cometido ese error y había sido hace ya mucho tiempo -unos cuantos días después de que desapareció-, yo había estado tan confundido y mareado así como deprimido al no poder encontrar a Oz que en cuanto Aida estuvo frente a mí a quien mis ojos vieron fue a su hermano, en ese momento corrí a ella y la abrace pero en cuanto la tuve en mis brazos me di cuenta de que me equivocaba, ella no era él, su cercanía no representaba para mí lo mismo que representaba la de Oz. Pero eso había pasado ya hacía mucho y la verdad yo sabía que era imposible que volviera a confundirlos, solo estaba siendo paranoico ya que no quería repetir ese error, porque era obvio que ella no era Oz. 

 

-Gil, ya ha pasado un año…

 

-No me importa –Habíamos mantenido esta discusión ya tantas veces que me la sabia de memoria, pero no lo aceptaría, no quería pensar que él nunca regresaría a mí.

 

-Solo afróntalo!!...-ella estallo en llanto, no era tan fuerte como su hermano – Sharon-San lo dijo!

 

-¡¡No lo digas!! –no quería oírlo…no, de nuevo.

 

-¡¡¡Es casi imposible escapar del Abyss y hacerlo por segunda vez es impensable, y menos ahora!!!....¡¡El no regresara!!

 

Yo ya había escuchado eso, había estado presente el día que Break y Sharon lo mencionaron, el mismo día en que había confundido a Aida con Oz y el mismo día que se le había contado a los Bezarius lo que había pasado con Oz. E incluso podía asegurar que las palabras de Sharon eran verdad. Pero no lo aceptaría, porque eso era admitir que me había rendido, porque eso era admitir que él nunca regresaría…Porque eso era admitir que nunca lo vería de nuevo.

 

-Aun así cabe la posibili…

 

-¡La última vez tardo 10 años!...-ella me miraba con los ojos llenos de tristeza y yo no lo soportaba, después de todo ella también era alguien importante para mí.

 

-Lo esperare…- No me importaba cuanto tiempo tardara, yo lo esperaría.

 

-¡No debes!

 

-¿Por qué? – ¿Por qué no podía esperarlo? ¿Por qué no podían dejarme sufrir si yo así lo quería? ¿Por qué no querían que me aferrara a su recuerdo?

 

-¡¡¡Porque él no querría eso!!!!

 

Me quede estático ante sus palabras, no podía argumentar nada contra eso, ella tenía razón y yo lo sabía.

 

-Eras su mejor Amigo, el deseaba que fueras feliz  -Me sentí frustrado.

 

Ella realmente no sabía nada de la relación que había entre Oz y yo, si bien habíamos sido amo y sirviente durante todo este tiempo y también amigos la mayor parte de nuestras vidas, antes de que él se fuera ya no era así, nuestro vinculo había llegado a ser mas fuerte…mucho más fuerte.

 

-¿Acaso no quieres verlo de nuevo? –me fue imposible reprimir la pregunta y salió de mi boca acompañada de un tono de acusación que yo no quería usar.

 

Alce mi vista para observar su reacción y sentí una enorme culpa con solo contemplarla, las lagrimas de sus ojos caían con mayor fuerza y me miraba como si le hubiera hablado en un idioma desconocido.

 

-¡¿Crees que no quiero verlo?! –me grito al tiempo que se ponía de pie y caminaba hacía mi.

 

Yo no había querido acusarla, yo lo había dicho sin pensar pero al parecer mi comentario la había herido.

 

-Yo…

 

-Créeme que lo que más quiero es esperanza, ¡¡¡pero no la hay!!! –Ella me grito sin dejarme hablar, estaba furiosa y dolida.

 

Se paro justo frente a mí y me golpeo en el pecho con sus manos hechas puños, al tiempo que repetía “No la hay” bajando el volumen de su voz a cada momento. Me continúo golpeando mientras repetía la misma frase, pero yo no sentí nada. Mi pecho había estado doliendo continuamente desde hacía ya un año de una manera tan fuerte y dolorosa que sus golpes no me parecían nada en comparación, nada podía causarme más dolor del que ya sentía.

 

-La ultima ves tú me prometiste que lo traerías de vuelta –ella me miro con seriedad a los ojos - ¿puedes hacerlo ahora?

 

-…..-Esta vez también me quede sin habla, yo quería poner una cara de seguridad y responderle con un “Si”, pero…

 

-¡¡No puedes!! – me grito con la voz llena de sufrimiento.

 

Tenía que reconocer que estaba siendo frio con ella, ella estaba sufriendo lo mismo que yo, tal vez no con tanta magnitud pero lo estaba, después de todo el era su hermano, un hermano que había perdido, había recuperado después de 10 años y al final había vuelto a perder. Su caso no era muy diferente al mío.

 

-Pero….-Me atreví a verla a los ojos.

 

Ella se alejo de mí y seco sus lágrimas pasando su manga frente a sus ojos.

 

Los ojos le quedaron hinchados y podía ver como apenas podía reprimir que salieran más lagrimas, sus enormes pupilas verdes me fulminaron con coraje y después de dejar salir un suspiro, me miro con la misma mirada tranquila y cariñosa de siempre.

 

-Solo olvídalo Gil – ella bajo la vista – las cadenas ya no existen y tampoco la única forma de salvarlo…

 

¡Yo ya lo sabía! No necesitaba que me lo repitiera, yo era perfectamente consciente de que ya no tenía el poder para salvarlo…Nadie lo tenía.

 

Hace un año todos los contratistas ilegales que tenía el reloj con más de la mitad del recorrido junto con sus Chein habían desaparecido en el fondo de un agujero negro. Al resto de ellos en cambio solo se les había puesto en blanco el reloj y el Chein se había desvanecido en el aire. Para la gente como yo había pasado algo similar, el collar que mantenía la prueba del contrato había quedado en blanco y por más que lo llamamos los Chein no volvieron a salir. Las puertas al Abyss se habían sellado con gruesas cadenas de cristal que por más que intentamos nunca pudimos romper. Para el mundo la única conexión existente y la única cosa que nos comprobaba que la existencia del Abyss no había sido una ilusión…era Sabrie. Pero a pesar de todo nunca pudimos entrar, pues éramos repelidos por la densa niebla negra que nos hacia volver al lugar de donde habíamos entrado….yo lo había intentado miles de veces y en todas había fallado.

 

 Los recuerdos me invadían como bombas cada vez que pensaba en ese día –hace un año-, era doloroso, demasiado doloroso, pero si este dolor era lo único que me quedaba de Oz entonces yo lo protegería.

 

Cuando por fin fui capaz de regresar a la realidad Aida ya se había recuperado, su semblante estaba más tranquilo y acomodaba sus cabellos mientras se ponía un sombrero negro sobre su rubia cabeza. Sus ojos se veían hinchados y la hacían ver mayor de lo que era, pero no era como si eso estuviera fuera de lo normal, desde ese día la mayor parte del tiempo y casi siempre que la veía eran así, tal vez era por mi culpa pues yo siempre la hacía llorar cuando de Oz se trataba…siempre sosteniendo la misma platica.

 

Mientras que la otra parte del tiempo era por sus propios recuerdos, yo sabía que ella sufría y era quien más cercana estaba a sentir el dolor que yo sentía. Siempre que terminábamos nuestra pelea me reprendía a mi mismo por no pensarlo antes, yo solo recordaba el fuerte lazo que ella compartía con Oz hasta después de haberla herido mas, yo egoístamente quería pensar que nadie sufría tanto como yo, pero eso no era verdad, yo no podía asegurarlo.

 

-La ceremonia será en Sabrie, a las 11 en punto – Ella no giro a verme, yo sabía que incluso mirarme le dolía pero no podía hacer nada, solo lamentar mi debilidad para afrontar esto.

 

Salió, cerrando la puerta tras de sí, la escuche alejarse por el pasillo y me deje caer sobre el sofá de mi departamento cuando por fin deje de oírla. Era un lugar extrañamente solitario, nunca me había parecido de esa manera antes, cuando lo había adquirido me había sentido reconfortado en su interior, tan diferente a la fría casa Nightray donde solo había pocas personas cálidas. En este departamento a pesar de no haber nadie más, siempre me había sentido tranquilo, sin preocupación, pero…..ya no era así.

 

Mi vida se había vuelto más sombría desde ese día y ya no tenía siquiera una motivación real para trabajar duramente, después de todo no importa cuánto me esforzara no podría traerlo de vuelta. La única razón por la que me movía en esos momentos era que mientras estuviera haciendo otra cosa cavia la posibilidad de que me distrajera un poco del recuerdo de Oz…tal vez por un momento mi pecho dejaría de doler.

 

Cada vez que pensaba en él mi corazón se oprimía dolorosamente, el mismo dolor que me había estado acosando cada noche de este último año y a pesar de todo no había sido capaz de superarlo, capaz de acostumbrarme a él siquiera. Era doloroso despertar todas las mañanas pensando que todo había sido un sueño para de inmediato ver tus esperanzas desvanecerse al descubrir que era la realidad. Muchas veces había pensado que tal vez todo habría sido más fácil si nunca hubiera conocido el adictivo sabor de sus labios, la sensación de sus dedos en mis cabellos, el color carmesí de sus mejillas y el calor de su cuerpo contra el mío….todo habría sido más fácil si nunca hubiera sabido que el probablemente me amaba tanto como yo a él.

 

-Ella tiene razón

 

-¡Cállate!...-ni siquiera tuve que alzar mi vista para saber quién era el intruso en mi departamento.

 

A Break ya se le había hecho la costumbre de entrar a mi departamento cada que se le antojaba y no importaba que hiciera el siempre lograba entrar. A veces pensaba que probablemente se escabullía por un hoyo que el mismo había hecho en la pared, pero por más que lo había buscado nunca lo encontré y termine rindiéndome.

 

– No te he dicho muchas veces que no entres a mi departamento sin permiso…-alce ligeramente mi vista, y lo vi observarme con atención desde el fondo de una pequeña alacena. –Al menos deberías usar la puerta - Otra cosa que no entendía era como cavia dentro de los cajones de los muebles.

 

-Que anticuado…

 

-Mejor vete - No me sentía con ánimos de hablar con él, pues sabía que me diría lo mismo que Aida y todo terminaría igual que como termino con ella, pero al menos tenia la garantía de que Break no lloraría.

 

Aunque era probable que el verlo llorar me hiciera sentir mejor.

 

-Que grosero, a pesar de que Emily y yo hemos venido a visitarte…-Tomo asiento en la silla frente al sofá y se pudo a juguetear con Emily al tiempo que se mecía de atrás para adelante.

 

Parte de mi quería que se callera….

 

-No quiero aceptarlo….-quise dejar en claro antes de que me dijera algo, ya sabía de qué iba a tratar toda la próxima conversación y era mejor si nos ahorrábamos toda la discusión y le decía mi conclusión final de una vez.

 

-Lo sé, pero…

 

-¡No quiero olvidarlo! –Sabía a la perfección lo que me pediría y me enojaba el que me siguiera insistiendo a pesar de que ya le había dicho mi decisión – ¡No como lo hacen los demás!

 

Todos ellos se habían olvidado a Oz, habían superado el que el ya no estuviera a nuestro lado y caminaban felices por ahí, celebrando que el Abyss ya no existía y tampoco las cadenas, pero sin pensar a costa de lo que fue.

 

-No te pedimos que lo hagas –el me miro a los ojos y me puse tenso ante la seriedad de su voz – Ninguno de nosotros a olvidado a Oz y no podemos pedirte que lo olvides porque en cierta forma el dolor de tu corazón es la prueba de que el existió, cada recuerdo en tu cabeza te confirma que Oz estuvo a tu lado alguna vez…

 

Mire a Break expectante, el tendía a hablar con sabiduría una que otra vez, muy pocas realmente con seriedad pero cuando lo hacía siempre tenía razón. Yo sabía que él entendía mi dolor mejor que cualquier otra persona en este mundo, después de todo el era la única persona en este planeta –además de mi- que conocía acerca de mi relación con Oz Bezarius y casi podía asegurar que el sabia de mis sentimientos hacia Oz mucho antes de que yo mismo los descubriera en el fondo de mi corazón.

 

-Duele demasiado – Yo sabía que el tenia razón, el dolor en mi corazón me probaba que Oz había estado aquí y era por eso mismo que no quería olvidarlo, no quería pensar que mi relación con Oz había sido una simple ilusión…un simple sueño.

 

-Es natural, tú fuiste el más cercano a él…

 

-Pero…- También me daba miedo pensar que no soportaría este dolor

 

-Escucha con atención, ninguno de nosotros quiere que lo olvides pero tienes que afrontarlo y superarlo….

 

Lo mire con atención, ellos siempre tendían a contradecirse, querían que dejara de sufrir pero la única forma de hacerlo era olvidando a Oz y aun así se atrevían a decir que no querían que lo olvidara.

 

-Desde ese día te la has pasado la mayor parte del tiempo haciendo los ahora insignificantes trabajos de pandora, limpiando tu departamento –recorrió con sus ojos el reluciente lugar – haciendo cualquier tipo de actividad intentando olvidar el dolor que Oz te causa, acaso ¿Crees que puedes vivir con el dolor presente en cada etapa de tu vida?

 

-…no, pero…

 

-Lo que aterra tanto a Aida es que tu ni siquiera en eso piense….que te este rindiendo para morir en cualquier momento y dejarla sola también. –no quise verlo a los ojos.

 

Tenía que admitirlo. Yo pensaba eso continuamente, si no podía vivir con el dolor no lo haría, simplemente me desharía de él junto con el resto de mi existencia, pero no podía hacerlo….el me habría odiado si yo hacia algo como eso.

 

-Has estado aparentando estar bien todo este tiempo, tal vez engañes a la mayoría, pero no hay forma de que nos engañes a nosotros, no a los más cercanos a ti…...tus acciones solo los están asiendo sufrir. – Me hablo con la voz ligeramente enojada – Lo que nos entristece mas es que ni siquiera compartes tu dolor con nosotros…Tu mismo le pediste alguna vez a Oz que dejara de actuar de esa manera.

 

Sentí como si me hubieran dado un fuerte golpe en el estomago y me hubiera quedado sin aire para hablar, me desagradaba el no poder argumentar nada en contra pues yo sabía que todo lo que decía era verdad, pero no podía….simplemente no podía.

 

-Solo te estás atando a los recuerdos de una persona que ya no está a tu lado…deja de hacerlo.

 

-¡Me estas pidiendo que lo olvide!

 

-¡¡Debes olvidarlo, si no eres capaz de sentir otra cosa más que dolor al pensar en el!! –alzo la voz y me miro con seriedad – El recuerdo de Oz solo te hace sufrir y al parecer nada mas…si no eres capaz de sentir otra cosa, solo olvídalo como si nunca hubiera existido –su voz sonó fría y yo sentí que me congelaba y me quede inmóvil. – Oz no querría que lo recordaras de esa forma.

 

¿Yo solo sentía al dolor al recordarlo? Si, era cierto…pero ¿qué otra cosa podía sentir?

 

Yo lo había perdido, el se había ido de mi lado, ¿cómo no me iba a doler?

 

El coloco a Emily de nuevo en su hombro y se levanto de la silla de un salto, su semblante se había vuelto al mismo bromista de siempre y me miro con una sonrisa.

 

-Debes ir a la ceremonia, no es solo para despedirnos sino también para recordar lo bueno que nos dejo – el abrió la puerta y se dispuso a salir, fue un gesto amable el que no decidiera desaparecer dentro de uno de mis muebles o saltar por la ventana – Pasaremos por ti a las nueve en punto, así que estate listo para entonces…

 

No espero ni me dio oportunidad para responder.

 

El cerró la puerta y desapareció sin hacer ruido.

 

 

 

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Me la pase dando vueltas por la habitación durante horas, ¿acaso debería asistir a la ceremonia?, ¿qué era lo peor que podía pasar?, ¿porque me asustaba tanto la idea de ir?

 

No sabía qué hacer pero decidí comenzar a alistarme en lugar de quedarme inmóvil en el sofá hasta que tomara una decisión. Me di una larga ducha sin dejar de meditarlo, yo no quería ir pero muy en el fondo algo me impulsaba a asistir a ese lugar, sentía que tenía que ir pero tenía miedo. No sabía porque sentía tanto terror de ir a ese lugar, si desde hacía ya un año que lo visitaba con frecuencia pues era el lugar en el que me sentía más cercano a Oz, pero esta vez la idea de ir me aterraba ¿Por qué?

 

Salí de la ducha, me seque el cabello y me vestí con unos pantalones negros y una camisa blanca de manga larga, vi el saco y la corbata negra sobre las sabanas de la cama pero lo ignore y con tranquilidad me acerque al perchero donde la gabardina negra que antes acostumbraba llevar reposaba junto con una pañuelo de un ligero azul, hace ya mucho que había dejado de usarlos pero sentí que debía portarlos esta noche. Tome el pañuelo y me lo ate un poco suelto en el cuello, mire la gabardina negra y la contemple por casi un minuto antes de tomarla con cuidado y colocármela en la espalda aun sin meter los brazos, me aproxime al buro al lado de mi cama y tome un delgado listón negro con el que amarre los pocos cabellos largos en mi nuca -ya tenía un año que no los cortaba-.

 

Tome una caja blanca al fondo del cajón del buro, dentro de ella se encontraba el sombrero negro que me había dado Aida hace ya mucho tiempo, el símbolo de la promesa que le hice de traer a Oz de vuelta la primera vez, lo puse en mi cabeza sin dudarlo.

 

En todo ese tiempo yo había meditado y tomado una decisión, yo iría. No perdería nada con hacerlo, además Break tenía razón era una ceremonia para recordar las cosas buenas que nos había dejado y eso era algo que yo necesitaba hacer. No quería aceptarlo en un principio pero Break también tenía razón respecto a que yo solo permitía que el recuerdo de Oz me causara dolor, no daba paso a otra emoción y necesitaba recordar como ver el lado bueno de lo ocurrido hace un año, aunque francamente yo dudaba hacerlo nada perdía con intentarlo.

 

-Me alegra ver que ya estás listo – Di un salto sorprendido al oír la aguda voz y gire con rapidez a la puerta.

 

Sharon me observaba desde el marco de la entrada y distinguí a Break comiéndose las galletas de mi cocina. Ella me sonreía y me observaba de pies a cabeza, asintiendo complacida por mi vestimenta, ella vestía un largo vestido negro que la hacía parecer mayor ya que no se esponjaba como sus típicos vestidos, sino que solo lo dejaba suelto en caída hacia abajo, era diferente a lo que acostumbraba llevar y me sorprendió al igual que su cabello suelto y adornado con algunas trenzas y pequeñas flores negras, la elogie y ella me sonrió al tiempo que se daba una vuelta para que lo viera mejor. Sharon había llorado mucho la perdida de Oz y Alice, en especial la de su pequeña hermanita, pero al igual que los demás ella lo había superado y había continuado con su vida, adquiriendo una actitud más madura y comenzando a crecer –físicamente y mentalmente-.

 

Con la Desaparición de Eques el tiempo de su reloj Biológico había vuelto a moverse, incluso más rápido de lo normal, ella ya no parecía esa niña de 13 años de siempre, Sharon ahora tenía la apariencia de una chica de aproximadamente 19 años, todos nos habíamos sorprendido en demasía la primera vez que el cambio comenzó, pues Sharon habia comenzado a crecer poco a poco, adquiriendo un año de desarrollo en solo una semana, todos nos habíamos sorprendido pues estábamos acostumbrados a no ver ni un cambio en ella desde hacía ya más de diez años.

 

Pero a los seis meses, Break casi se desmaya cuando fue a comprobar la razón por la que Sharon no habia salido de su habitación ese día. Yo lo habia acompañado y no pude evitar avergonzarme, sorprenderme y divertirme ante lo sucedido, Sharon habia despertó con el cuerpo de una chica de 18 años, dejando a la vista varios atributos que se desarrollaron en una noche y que en cierta forma ella fue incapaz de cubrir con las ropas que le quedaban pequeñas, ese había sido el mayor cambio que había tenido y tanto Break-por obvia razón- como Emily –cuya razón desconozco- habia sobrevivido ante la pérdida de sangre. Desde ese día el desarrollo era más lento de nuevo y menos doloroso, pues Sharon sufría continuos dolores debido al repentino estiramiento y desarrollo de su cuerpo, en especial cuando los desarrollos eran más notorios, ese día que había despertado con 18 Sharon apenas y podía moverse y así tuvo que pasar casi un mes en cama.

 

Break tenia la teoría de que cada seis meses se daba una recuperación mayor de tiempo, basado en casos similares de otros contratistas cuyo tiempo había sido parado al obtener una cadena y había continuado moviéndose al desaparecer esta.

 

Sharon y yo por el contrario teníamos la teoría de que la razón por la que Break seguía sin envejecer a pesar de que el contrato con Mad Hatter se había roto, se debía a que en su pecho aun permanecía el sello del contrato ilegal que hizo alguna vez, la verdad no estábamos seguros pero nos parecía una explicación aceptable, pues el reloj aun seguía ahí, en blanco por completo al igual que el de otros pero sin desaparecer, lo que quería decir que en cierta forma aun estaba conectado físicamente con el Abyss.

 

-No te comas eso –quite el recipiente con galletas de sus manos y él me miro con un puchero, tanto el cómo Sharon actuaban de forma infantil siempre, siendo maduros solo de vez en cuando.

 

Sonreí al ver el traje negro de Break, le quedaba bien a pesar de ser fuera de lo común y hasta Emily vestía uno, idéntico.

 

-Sera mejor irnos….-Liam estaba en la entrada del departamento portando un traje negro y el collar de pandora en el cuello.

 

Note que Sharon y Break también lo llevaban y yo lo mantenía oculto en el bolsillo de mi gabardina. Tal vez las cadenas ya no existían y el Abyss habia dejado de ser un problema, pero pandora representaba algo importante para nosotros, pues era el lugar donde nos habíamos conocido y la organización que habia hecho lo posible por proteger al mundo, en cierta manera. Ahora pandora solo se encargaba de mantener al margen la información que se filtraba acerca del Abyss y las cadenas y averiguar un poco más sobre su desaparición, pues a pesar de ya no estar en cierta forma aun afectaba a algunos de sus miembros. Como era el caso de Sharon y Break.

 

-Se hará tarde, el viaje es largo. –Liam me dirigí una sonrisa –Te ves bien Gilbert.

 

-Vamos…-Sharon y Break me tomaron de cada brazo y me llevaron hasta la salida, como temiendo que fuera a escapar.

 

-No me iré a ningún lado –les asegure

 

-jeje, no es por eso…-Sharon me sonrió con felicidad – es que por primera vez en mucho tiempo volveremos a ir los tres juntos en un carruaje…como en los viejos tiempos.

 

-¿Y yo? –Liam se señalo con un dedo pero sin dejar de caminar

 

-Tú no cuentas…-Break parecía divertido de poder molestar a Liam y así se la pasaron discutiendo el resto del camino al carruaje.

 

Ellos tenían razón , hace tiempo que los cuatro no compartíamos un carruaje, antes lo habíamos tenido que hacer mucho, siendo cada vez más cercanos y concentrándonos en la misión de salvar a Oz. Cuando el regreso esa cercanía no disminuyo, incluso se podía decir que aumento, nosotros éramos como una familia junto con Alice y Oz en ella. Pero cuando él se fue un distanciamiento se había dado, un distanciamiento provocado principalmente por mí.

 

En esos momentos me sentía bien, extrañamente el dolor en mi pecho disminuía un poco.

 

 

 

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Cuando llegamos a Sabrie aun era temprano, así que fui a pasear por ahí, intentando despejar mi mente, mientras Break y Sharon entraban a la iglesia a saludar a algunos de los asistentes que había llegado temprano de igual manera. Liam por otro lado, se había ido a reunir con el Duque Barman que asistiría a la ceremonia para sorpresa de todos, al igual que los otros tres representantes de las cuatro casas ducales, a excepción del Duque Nightray.

 

Aun faltaban 30 minutos para que comenzara la ceremonia, así que me senté en un risco un poco lejos del lugar, desde el que podía observar el gran oyó negro que conformaba a Sabrie. El mismo día que Oz había desaparecido, el área se Sabrie que nosotros conocíamos se había expandido absorbiendo lo poco de la vieja capital que le quedaba y varios de los poblados cercanos, esa había sido nombrada la segunda tragedia, pues todos los habitantes de dichos lugares habían sido atacados por cientos de cadenas que salieron del enorme cráter negro con la única intención de matar, incluso la oficina de pandora en el lugar no había corrido con mejor suerte, sus miembros también habían muerto y sido absorbidos por el Abyss, eso se había vuelto toda una masacre y nadie pudo escapar.

 

Justo a la orilla de los que ahora constituía el gigantesco cráter negro rodeado por niebla, se encontraba la iglesia construida especialmente para este día. Era enorme y a pesar de la lejanía podía distinguir el fino brillo de la piedra que lo conformaba y el llamativo color de los vitrales y la cúpula que se extendía en su techo. Se había planeado que estuviera lo más cerca de Sabrie que se pudiera, pues después de todo esta sería una ceremonia en honor a todos los absorbidos por el Abyss, no solo para Oz. Muchas veces cuando había visitado el lugar, cuando había intentado adentrarme en la niebla negra, había visto los cimientos de la construcción, la gente trabajaba sin descanso en ella y muchas veces incluso me habían hecho ayudar. Todo seria para las almas que se perdieron en ese lugar. Nadie lo había pensado antes ni siquiera cuando la tragedia de Sabrie ocurrió, a ninguna persona se le había ocurrido orar por el descanso de las almas absorbidas, pero en cuanto la idea fue propuesta, nadie se negó.

 

-Típico de los Bezarius – solté en un bufido, pues habían sido ellos los autores de tal idea.

 

Todos -casi todos- los miembros de esa familia eran personas cálidas, honestas y respetables, una familia que en sentido literal era merecedora de la palabra Noble. Después de todo era la familia donde había crecido Oz, era la familia con la que yo había tenido la suerte de pasar parte de mi vida y la única a la que sin importar lo que ocurriera yo guardaría lealtad y no volvería a traicionar.  

 

-¿Piensas quedarte ahí toda la noche? – Reconocí de inmediato la voz a mi espalda y no pude evitar girar sorprendido.

 

-Elliot…-El no me miraba solo contemplaba el paisaje que momentos antes yo veía.

 

Nunca me paso por la cabeza verlo ahí pues yo pensaba que la única persona que asistiría de la casa Nightray era yo, y puede que en algún extraño caso Vincent también, pero no Elliot, no mientras lo Bezarius estuvieran involucrados y fueran los autores de la idea.

 

-La ceremonia comenzara en unos minutos – Leo Salió de la espalda de Elliot cargando con la espada negra que al parecer no podía estar a más de un metro de distancia de su amo – Es bueno volver a verlo, Gilbert-San…

 

-Lo mismo digo – le respondí con educación y enfoque toda mi atención de nuevo en Elliot – Me sorprende que hayas venido…

 

El me miro con sorpresa y note un ligero color rojo aparecer en sus mejillas, giro la mirada de inmediato a su derecha y la fijo en la nada.

 

-Bueno, El era….-el sonrojo se hizo más fuerte y yo estuve seguro de que no alucinaba.

 

Lo mire sorprendido, pues no pensé verlo sonrojado alguna vez y sentí una ligera pisca de celos al pensar que ese sonrojo podía ser por Oz, pues me parecía obvio que con “El”…se refería a mi amado amo.

 

-Nuestro amigo…-concluyo la frase Leo, ayudando a Elliot a expresarse.

 

Comprendí un poco su actitud y me relaje, a él siempre le había sido difícil mostrar muestras de cariño o reconocimiento sin terminar ofendiendo a alguien y eso era algo que yo había experimentado en algún momento de mi vida en la casa Nightray. Elliot parecía apreciar a Oz de alguna forma que yo no entendía y aunque eso me hacía sentir celoso, no dejaría que me enfadara pues a Oz le abría encantado el aprecio y reconocimiento de Eliot.

 

-Además los niños del orfanato…

 

-También fueron absorbidos por el Abyss –concluyo de nuevo Leo

 

Ambos mantuvieron la cara baja y desanimada

 

-Lo siento…-no me vi capaz de decir nada mas, mucha gente se había perdido ese día, hombres, mujeres y niños, no importaba lo que fueran o la edad que tuvieran.

 

-No se puede hacer nada –La voz de Elliot se volvió decidida y firme – solo seguir adelante por las personas que no pudieron hacerlo.

 

Lo mire sorprendido, incluso el había podido afrontar toda esta situación, el había sufrido pero lo había aceptado y se había dado un motivo más para vivir, eso era lo que más me gustaba de Elliot…su actitud para analizar y afrontar los hecho. Pero yo en cambio solo me lamentaba y me quedaba estancado en un solo momento, pensando que ya no tenía razones para seguir con vida. Yo no era el único que sufría, muchas personas habían perdido a sus seres queridos –parejas, padres e hijos- mi caso no era peor que el de ellos y aun así no hacía más que lamentarme.

 

-Sera mejor ir, la ceremonia está por comenzar – Aida se encontraba a nuestras espaldas, sonriéndonos con cariño.

 

Ella me había intentado decir lo mismo que Elliot pero yo no lo había entendido, por otro lado Break al igual que ella lo había dicho pero yo lo había ignorado sin siquiera meditar un momento sus palabras. Tal vez era hora de comenzar a escucharlos.

 

-Bezarius…-Elliot no parecía contento con la presencia de Aida en el lugar y eso se hizo algo muy evidente.

 

-No me llames así Elliot! – ella parecía ofendida y yo no entendía porque insistía tanto en llevarse bien con Elliot si ya era algo normal entre la relación de los Bezarius y los Nightray.

 

-No uses mi nom…-

 

Estuve a punto de reprenderlo, pero no hubo necesidad.

 

-Elliot! –Leo lo reprendió dándole un golpe en la cabeza

 

-¿Por qué hiciste eso? – Elliot estaba enfadado y en sus ojos ya había ligeras lágrimas de dolor amenazando con salir, pero aun así no hizo nada contra Leo.

 

Sentí un poco de lastima por él, pero también me alegre.

 

Leo era justo la clase de sirviente que Elliot necesitaba, de eso estaba seguro. Por un momento me perdí en mis pensamientos, ellos dos me recordaban un poco a Oz y a mí, pues si bien nuestra relación amo sirviente fue diferente a la de ellos –pues yo nunca habría sido capaz de golpear a Oz- había algunas similitudes que me era imposible pasar de ser percibidas, como por ejemplo el hecho de que Elliot sin duda haría lo posible por proteger a Leo y estaba seguro Leo haría lo mismo. También estaba la confianza que había entre ellos que sobrepasaba la relación amo-sirviente, me maravillaba su relación, pues además había una fuerte amistad entre ellos que me demostraba que estaban hechos tal para cual. Ellos sin duda se parecían a Oz y a mí.

 

-¡Se lo prometiste a Oz!...-Me quede expectante ante la declaración y puse atención a la conversación, ¿Qué clase de promesa habían podido hacer mi pequeño hermanito y Oz?

 

-Pero…

 

-Le prometiste a Oz, que mejorarían la relación que hay entre los Bezarius y los Nightray –Leo parecía enojado de tener que recordárselo – tal vez él ya no este, pero Aida-san puede ser de ayuda, después de todo es su hermana y es una Bezarius.

 

Aida pareció complacida y sonrió con felicidad a Leo. Yo no sabía que Oz y Elliot habían hecho una promesa así, pero la verdad me sonaba muy a Oz y supe que era verdad, aunque lo que me sorprendía era que Elliot hubiera aceptado….no cabía duda, Oz era sorprendente.

 

Elliot soltó un bufido.

 

-Vamos, Gil, Leo….-se sonrojo ligeramente- Aida…

 

Ninguno de los tres pudo evitar sonreír y seguimos caminando a paso lento viendo la espalda de Elliot.

 

 

 

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Caminamos juntos y en silencio hacia la iglesia. De cerca se veía aun más majestuosa, los muros eran gruesos y enormes, hechos con piedras de un tono plateado y negro, las puertas de roble eran gruesas y se complementaban a la perfección con el resto del edificio, estaba adornado con enormes vitrales de colores con dibujos extraños que identifique como Cheins.

 

El interior era igual de sorprendente, los vitrales proyectaban luces de colores al interior gracias a las velas, el techo tenía una forma esférica similar al de una cúpula de puro cristal de colores con las cuatro Chein de las casa ducales grabadas en ella, pude ver a Raven en un lado y me sentí extraño, era como si lo extrañara de alguna forma. Una larga alfombra roja se extendía de la entrada hasta el fondo del lugar donde había una enorme columna en cuya cima habia un enorme reloj que se asemejaba en demasía al que tiempo antes portaban en el pecho los contratistas ilegales, con las manecillas a solo una hora de terminar el recorrido.

 

El lugar en cierta forma me recordó al salón donde alguna vez seria la ceremonia de mayoría de edad de Oz, con largas filas de asientos que se abrían en pares del fondo hasta la salida. La gente en su mayoría portaba ropas y trajes negros, mientras que gran parte de los miembros de pandora llevaban sus uniformes o al menos sus insignias al cuello.

 

A partir de ahora ese lugar sería el único recordatorio de que alguna vez nos vimos relacionados con el Abyss. El lugar brindado para que aquellas almas que cayeron al abismo pudieran descansar. Me di cuenta de que eso era precisamente a lo que le tenía miedo, en este lugar tendría que despedirme de Oz, sin saber si estaba vivo o muerto, pero deseando que descansara estuviera donde estuviera y eso me aterraba, porque eso significaba que no lo volvería a ver, porque a pesar de todo yo seguía deseando el volviera a mis brazos.

 

Camine por la larga alfombra y pude ver a el duque Barman como siempre llevando la silla de ruedas de la duquesa Rainsworth, ambos se quedaron junto a una columnas mientras mantenían una animada charla, Liam se encontraba no muy lejos de ellos mandando de aquí para allá a varios miembros de pandora. Llegue a la primera fila y tome asiento con Aida y Elliot a cada lado, Oscar-san, Break, Sharon y Leo, también tomaron asiento en la misma fila, a nuestro lados.

 

Con Oscar-san yo realmente sentía vergüenza pues sentía que lo había defraudado de nuevo, pero él me había visto con cariño al llegar y me había abrazado fuertemente con una sonrisa en los labios, muy a pesar de que yo no creyera merecerlo.

 

Por todo el salón vi correr a varios miembros de pandora, que hacían los últimos preparativos necesarios para la ceremonia, mientras muchos otros tomaban asiento en los interminables asientos que se extendían atrás y al lado de nosotros.

 

Muchos de ellos habían asistido por sus compañeros perdidos y muchos otros por Oz, pues si bien como se había predicho él no había vencido a los Baskerville o a su líder, como se pensaba sucedería. El seguía siendo considerado un héroe pues con su desaparición se había llevado a las cadenas, los Baskerville al perder sus cadenas desaparecieron, el despertar de Glen Baskerville nunca sucedió, el Abyss desapareció de la vida de las personas y los contratistas ilegales se volvieron una leyenda.

 

Pero a su manera todos lamentaban su desaparición, muchos por el aprecio que habían llegado a sentir por Oz cuando lo conocieron y muchos otros que hasta que él se fue se dieron cuenta del peso que estaban poniendo en un niño de apenas 15 años de edad. Yo no los había perdonado por eso aun, no los perdonaba por haberlo entendido solo cuando él se fue, ellos habían estado utilizando a Oz y ni siquiera se habían dado cuenta de quién era en realidad, de quien se escondía tras la sombra de “Jack Bezarius” que ellos mismos habían creado a su alrededor, y me enojaba aun más el saber que muchos aun lo veían de esa forma.

 

 

 

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Al cabo de unos pocos minutos más, la ceremonia comenzó siendo dirigida por el obispo de la capital. Todos guardaron silencio y prestaron atención, pero yo en cambio me sumí en mis pensamientos, no escuche la mayoría de sus palabras, solo podía oír pequeñas partes y de inmediato mi mente sin poder evitarlo se dirigía al recuerdo de Oz, yo siempre lo llevaba presente en mi mente, lo amaba demasiado para dejarlo ir, desde hace un año yo egoístamente solo pensaba en mi y sabia que ya era hora de que parara.

 

Yo no quería sentir dolor cada vez que lo recordaba, porque sabía que si pensaba en las cosas buenas cuando el recuerdo se fuera me dolería aun mas. Pero no debía hacer que la existencia de Oz se volviera un tormento para mí, no tenia porque convertirlo a él en el villano de la historia, yo quería pensar en todo lo bueno que me ocurrió con él, en los días que pase a su lado y el de la coneja, las misiones que hicimos juntos y el acercamiento que cada vez regresaba a ser tan estrecho como cuando éramos niños, hasta volverse incluso más fuerte.

 

Recordé el día que él me tomo como su sirviente, lo feliz que fui cuando niños a su lado, el día que el cambio de esa forma tan drástica por causa de su padre, los días que jugábamos por la mansión al lado de Aida, el día que fue llevado al Abyss, el día que regreso a este mundo en compañía de la coneja, la sensación de saber que era el realmente quien caía enfrente mis ojos, el momento cuando descubrió quien era yo en realidad, cuando me volvió a reconocer como su sirviente, los días que pasamos los tres juntos al lado de Break y Sharon –tomando el té y comiendo dulces-, el día que la aguja del reloj comenzó a avanzar, el encuentro con Vincent, cuando nos encontramos con Elliot, el día en la academia Latowidge, miles y miles de recuerdos que fluían por mi mente, tristes, angustiantes, pero sorprendentemente felices y animados también.

 

Aun así los que se repitieron con más frecuencia en mi cabeza, fueron todo aquellos recuerdos de nuestros últimos días juntos, el día que me vi pensando con mayor frecuencia en el–más de la que ya pensaba desde que regreso-, la sensación de querer tocarlo y envolverlo entre mis brazos, el miedo ante mis forma de pensar en el, los momento en que sentí que ya me era imposible ocultar lo mucho que lo amaba e intentaba no acercarme demasiado a él,  los celos que sentí con solo ver que Sebastián lo tocaba, la envidia que me daba su cercanía con Alice, el brinco que me dio el corazón en cuanto el me jalo de la manga y me pidió que durmiera con él, el calor que me brindo su cuerpo al estar en la misma cama, el temor de no poderme controlar si seguía tan cerca, el calor de ambos bajo la manta en el balcón, la sensación de su cuerpo debajo del mío, su aliento contra mi cara, el sabor de sus labios, mi confesión de amor, el dolor que sentía al pensar que el no sentía lo mismo, la sensación de él tomando mis labios sin aviso, la felicidad al darme cuenta que el me amaba también, la calidez de su piel contra la mía, sus manos en mis cabellos, en mi mejilla, en mis brazos y las mías en los suyos, la felicidad de poder tenerlo entre mis brazos, el sabor se su piel, sus palabras de amor, el vacio cuando me empujo lejos de él, el terror cuando lo vi caer en el abismo….El horro y tristeza cuando me di cuenta que nunca volvería….todos momentos triste, pero felices en su gran mayoría.

 

Sonreí, el recordar a Oz, el no solo me causaba dolor también me daba calidez y felicidad, yo podía fácilmente olvidar el sufrimiento con solo pensar en la alegría que me había brindado, pero a pesar de todo me quedaba un sentimiento amargo por haber perdido la oportunidad de tener más momentos como esos juntos.

 

-Gil – Aida me llamo, sacándome de mis pensamientos y coloco una delgada vela negra en mis manos. No comprendí que quería y ella pareció notarlo pues con un movimiento de cabeza me señalo el frente.

 

Algunas personas con una vela igual en las manos caminaban rumbo al enorme reloj frente a nosotros. En largas hileras de diferentes niveles que se extendían a los lados del reloj, había grandes cirios del mismo color negro con placas plateada al frente donde había escritos diversos nombres. Pero habia prácticamente frente a todos nosotros, justo en el medio del salón, enfrente del reloj, se encontraba un cirio ligeramente más grande que el de los demás, supe de inmediato a quien pertenecía, incluso antes de enfocar mi vista y leer la inscripción en la placa dorada frente a él.

 

“Oz Bezarius, Alice”

 

El nombre de la coneja estaba a su lado, era su vela, la de ambos. Me sentí ligeramente celoso, ella siempre estaba a su lado, ella era quien lo había traído de vuelta de Abyss la primera vez, ella lo acompañaba en todo momento…incluso ahora.

 

-¿Qué esperas? –Elliot estaba de pie frente a mí con Leo a su lado y una vela en sus manos.

 

-Yo….-Vi a Aida con confusión – Yo no podría…

 

Era una tradición encender una vela por la persona que se marcha para iluminar su camino en el viaje que emprende, pero generalmente esta vela era encendía por el familiar más cercano, ya que supuestamente de esa manera les sería más fácil ver la luz que le mostraría el camino. Yo había pensado que Aida o Oscar-San serian quienes encendieran la vela…no yo.

 

-Deberías ser tu…- intente acercar la vela a sus manos, pero ella las escondió con rapidez a su espalda.

 

-No –negó con la cabeza y me sonrió – la persona más cercana debe hacerlo…y algo me dice que esa persona eres tú.

 

-Anda hijo, ve…-me animo Oscar-san.

 

-Date prisa Gil…-Sharon me veía con cariño y me decía con la mirada que no tenia de que preocuparme.

 

-Si no te apresuras, iré yo…-Break, me veía de la misma forma que Sharon pero portaba una sonrisa de burla en el rostro.

 

Elliot se dio la vuelta y sin esperar más comenzó a caminar, el junto con Leo encenderían la vela en honor al orfanato y todos sus niños, ya que ellos habían sido quienes habían sido más cercanos a todos en ese lugar. Con dificultad comencé a moverme y me puse de pie, camine a paso lento pues me invadió un repentino temor, si yo encendía esa vela le estaría diciendo adiós para siempre, mis pasos fueron cortos y lentos y cuando al fin llegue me quede parado frente a ella completamente estático, yo no quería dejarlo ir, yo no quería que Oz se alejara mas de mi.

 

Pero tenía que dejar de ser egoísta y hacer lo que seguramente sería mejor para él. Yo encendería la vela sin importar cuánto me costara, de esa forma el podría encontrar el camino no importa donde estuviera.

 

Me perdí observando la placa con su nombre hasta que llegara el momento de prenderla.

 

El reloj marco las 12 de la noche y todos encendimos los cirio al mismo tiempo, yo lo hice pero sin poder evitarlo secretamente en mi interior al mismo tiempo que lo hacía rogué porque el encontrara el camino pero no al descanso, sino hacia mí, yo quería que esa vela le mostrara el camino de regreso, que esa vela le permitiera verme a mí y a la luz que vio por última vez el día que cayó al Abyss.

 

Observe la llama encenderse por completo y brillar con fuerza al mismo tiempo que el ruido de las campanas resonaba por todo el lugar, haciendo eco en cada esquina y haciendo temblar los cristales. Me perdí en la mezcla de colores amarillo y rojo frente a mí mientras interiormente llamaba a Oz con todas mis fuerzas.

 

Apenas y pude reaccionar cuando de la nada una enorme ventisca sacudió al lugar, protegí la llama con mi cuerpo, no permitiría que se apagara, esa era la llama de Oz. Logre que se mantuviera encendida a diferencia de todas las otras que fueron apagadas, me gire de inmediato en busca de la razón pero no la encontré, las ventanas permanecían cerradas al igual que las enormes puertas y no había ninguna abertura en el lugar. Break se puso repentinamente de pie junto con Sharon y miraba con preocupación de un lado a otro en busca de algo, el duque Barman hacia lo mismo y eso me alerto. Algo no estaba bien, los vitrales del lugar retumbaban por el fuerte sonido de las campanadas y no podía distinguir si algo se movía fuera de lugar, tampoco podría encontrar un sonido raro debido al ruido de las campanas aun resonando.

 

Me aleje levemente de la vela y observe a Elliot tomar su espada con preocupación y con la misma confusión que seguramente yo tendría en el rostro.

 

-AAaaaAAAaaaa!!!!!!!!! – El fuerte grito me hizo regresar mi vista al frente. Una joven con cabellos negros recogidos en una coleta, gritaba despavorida, con una mano en la boca y otra señalando al techo a la vez que temblaba.

 

Casi simultáneamente todos giramos nuestra vista a la enorme cúpula de cristal que conformaba el techo del lugar en busca de aquello que tanto aterrorizaba a la joven. Lo observe por un momento sin encontrar nada, pero cuando me di cuenta y encontré aquello que tanto la asustaba, casi caí de espaldas al suelo, justo en medio de la cúpula entre el nido de colores vivos del cristal se encontraba una enorme araña con el cuerpo negro y las ocho patas de colores llamativos, la cabeza parecía haber sido arrancada de una muñeca de plástico y sido pegada en su cuerpo. Era imposible notarla a simple vista pues se perdía entre los colores de los cristales, pero en primera instancia mostraba la apariencia de un simple juguete aterrador que no habría sido notado si su tamaño no fuera descomunal y la risa que salía de su boca comenzara a notarse entre el bullido de las campana.

 

No cavia duda de la naturaleza de esa criatura…era un Chein.

 

-Ja, ja, ja!!!!!...¡¡Hemos salido!! ¡¡¡Hemos salido!!! – grito con una voz aguda que me hizo querer tapar mis oídos, giro su cabeza sobre su cuello con tanta rapidez que pensé se le caería.

 

Escuche más risas que hacían eco a la suya y me quede mudo al ver a otras dos cadenas con forma similar a la de un payaso de una caja de sorpresas, cada una a un extremo de las enormes puertas.

 

El silencio reino en el lugar, todos nos quedamos estáticos y solo pocos pudieron lograr que un grito -mas similar a un jadeo- saliera de sus bocas. Contemple a las criaturas con los ojos abiertos y me obligue a llevar mis manos a las pistolas en mi cinturón, mientras Elliot sacaba su espada de la funda y caminaba los pocos pasos que lo separaban de mí, para pararse justo a mi lado.

 

-¿Qué demonios significa esto?

 

-No lo sé – respondí con sinceridad

 

-Las cadenas ya no deberían poder salir del Abyss – Leo observaba todo a nuestras espalda y yo me sentí ligeramente culpable por dentro, pues si bien ellos tenía razón y esto era un grave problema, por dentro una sensación de esperanza se encendía en mi corazón, al tiempo que la imagen de una persona acudía a mi mente….Oz.

 

-¡Comamos! –Los tres Chein se abalanzaron a la gente frente y debajo de ellos.

 

Me obligue a reaccionar y dispare a las dos cadenas que se encontraban frente a mí -al otro lado del salón-, no las herí, pero al menos las hice retroceder. Break detuvo con rapidez a la araña en cuanto se dejo caer hacia abajo y clavo su estoque en una de sus patas, siendo apoyado casi al instante por Elliot que hizo lo mismo con otra. El Chein soltó un sonido chirriante y retrocedió al centro del salón, entre alaridos y palabras de furia.

 

La gente asustada se alejaba de él y se movía con lentitud a las orillas del lugar, muchas otras se agachaban en sus asientos, pero ninguna despegaba la vista de la escena, viendo todo con sorpresa y curiosidad, como si hubieran encontrado algo que habían perdido hacía mucho tiempo. Todos nos habíamos resignado a la idea de que los Chein se habían ido y después de un año sin ellos pensamos que nunca volverían…pero nos habíamos equivocado. Nadie sabía cómo reaccionar o siquiera habíamos tenido nuestros sentidos y mentes preparadas para cualquier peligro como tiempos antes, incluso los miembros de pandora se quedaron estáticos sin recordar cómo defenderse y siendo hipnotizados por la gama de colores de los atacantes.

 

Una idea repentina me llego a la cabeza e intente llamar a Raven con todas mis fuerzas, pero no hubo respuesta alguna, nadie respondió a mi llamado, baje la vista hacia abajo y observe un parte del collar escondido tras mis ropas, seguía en blanco y eso solo significaba una cosa….todos estábamos indefensos.

 

Ambos payasos se aproximaron a mí con rapidez al tiempo que la araña arremetía contra Elliot y Break que hacían lo posible por alejarla de las demás personas en el salón. Dispare a mis dos atacantes con todo lo que pude hasta quedarme sin balas, acerté con todas pero nada les sucedió, yo no podía acabarlas con eso y lo sabía, las cadenas no caerían con simples balas pero no podía hacer nada mas, retrocedí y choque con la pared, sin despegarme de ella me deje caer sentado viendo la vela de Oz brillar a mi lado, tal vez este sería mi fin, de esta forma tal vez podría estar con Oz de nuevo….tal vez lo mejor era morir.

 

-“No temo a la muerte porque tu estarás ahí esperándome”

 

Una nueva ventisca recorrió el salón y vi apagarse la vela que con tanto empeño había intentado proteger. Mis ojos solo captaron una sombra negra caer del cielo y un destello plateado al tiempo que oí gritar a las cadenas. Fue tan  rápido que fui incapaz de reaccionar o notar lo que sucedió, para cuando pude ver a ambas cadenas, ellas ya estaban cubiertas de sangre.

 

-TU!! –Las Chein intentaron decir más pero se convirtieron en polvo casi de inmediato.

 

Alce mis ojos a la figura negra frente a mí, esta me daba la espalda y venia cubierta con una larga toga negra que le cubría de la cabeza a los tobillos, solo me permitió ver una mano que mantenía afuera sosteniendo una enorme oz plateada de prácticamente su mismo tamaño.

 

-¡¡¡No puede estar aquí!!! – Grito con pavor la araña – usted….

 

La cadena fue silenciada. Una figura cubierta por la misma toga había caído sobre ella clavando una oz negra justo sobre su cabeza. El Chein  al igual que los anteriores comenzó a desvanecerse en polvo frente a los shokeados Break y Elliot.

 

Me puse de pie con rapidez y observe a las figuras recién llegadas, no parecían ser cadenas sino más bien humanos, ambos mantenían su rostro cubierto por la toga y no me permitían ver otra parte de su cuerpo que no fuera la mano con la que sostenían su respectiva oz. El que estaba frente a mi era apenas aproximadamente 5 cm más pequeño que yo y el que estaba frete a Break y Elliot se veía ligeramente más pequeño aun, quise preguntarles quienes eran pero ni una palabra salió de mi boca, parecía haber perdido la habilidad del habla.

 

Todos en el salón al igual que yo se mantuvieron en silencio y no dejaron de observar simultáneamente a los dos recién llegados, que solo nos ignoraban y mantenían sus vistas fijas en el polvo que se iba haciendo de las cadenas y solo alejaron su vista hasta que este desapareció por completo.

 

-Vamos, debemos asegurarnos de que no haya más – hablo una suave voz masculina, perteneciente al chico frente a mí.

 

Me estremecí ante la familiaridad de la voz y sin pensarlo estire mi brazo para poder tocarlo…El comenzó a caminar antes de que pudiera hacerlo.

 

Nunca giro a ver a nadie y mantuvo su vista fija en las puertas hasta abrirlas. La otra figura lo siguió en cuanto paso a su lado, pero a comparación del otro en cuanto las puertas se abrieron, se giro por completo hacia mí y me contemplo con la cabeza alta. Yo la mire de igual manera intentando descifrar quien estaba bajo la toga y preguntándome porque me veía directamente a mí.

 

-Alice…-la llamo el chico

 

-Sí, ya voy…-Ella le respondió con una aguda voz femenina y alejo su vista de mi de inmediato para caminar al lado del otro chico y perderse entre la oscuridad de la noche que reinaba afuera.

 

Yo me había quedado congelado al oír el nombre de la chica “Alice”, pero mi corazón había dado un brinco con solo escuchar la forma en la que él la había llamado con su voz firme pero llena de cariño, afecto y un poco de devoción...tal y como solo había oído decirlo a una persona….Oz.

 

¿Cuántas veces me había llenado de celos con solo oírlo llamarla de esa forma, con solo notar el cariño que él sentía por ella y con solo ver la relación de confianza que había entre los dos? 

 

Mi cuerpo recupero la habilidad de moverse y solté las pistolas dejándolas caer al suelo y salí corriendo a las puertas del lugar, aprovecharía lo mas que pudiera el que mi cuerpo pudiera moverse e iría tras de ellos sin importar como. Break y Elliot reaccionaron cuando pase a su lado y segundos después oí sus pisadas correr tras de mí, al cabo de unos momentos después oí unas cuantas pisadas mas, algunas suaves y otras fuertes, ni siquiera tuve que girar para saber quiénes eran, muy seguramente se trataba de Sharon, Aida y Oscar-san, era imposible que ninguno de ellos no notara lo que yo había notado.

 

Parte de mi mente analizaba todo, mientras que la otra parte se ocupaba de forzar a mis piernas a correr lo más rápido que pudieran. La pequeña parte de mi que aún conservaba la capacidad de pensar me hacía creer que me equivocaba, ambas figuras no encajaban físicamente con las personas que yo conocía –eran más altas- y sus voces sonaban diferentes, pero yo mandaba todo eso a volar con solo pensar en el nombre de la chica y en lo sutilmente familiar que me resultaba la voz del chico…aumentando cada vez mas mis esperanzas.

 

Llegue a una zona llena de trozos y escombros de lo que antes fueron edificios y sin pensarlo ni un segunda a pesar de la oscuridad me adentre guiándome solo por los pocos rayos de luz lunar que se colaban por las hendiduras. Llegue a una especie de prado que no tenia techo –permitiéndome ver las estrellas y la luna en el cielo- y solo tenía  varios y grandes trozos de escombros, pero llegue a tiempo para ver a otra cadena convertirse en polvo a manos de la misma oz plateada que me había salvado a mí.

 

-¿Ese era el ultimo?

 

-Sí parece que no salió ni una más…-ella se acerco a él. Acerco su mano al rostro pálido tras la toga  para tocar su mejilla y dejar su mano ahí -¿te encuentras bien?

 

-Todo es tan…

 

El ruido de varias piedritas caer los alertaron. Mis perseguidores me habían alcanzado al fin y llegaron a colocarse a mi lado. Ambas figuras se separaron girando a vernos con rapidez y ella se relajo en cuanto nos vio, pero él no.

 

Camine unos pasos para acercarme lentamente, yo quería saberlo, quería comprobar si ellos eran quienes yo pensaba, pero me detuve de inmediato al sentir la frialdad del metal en mi cuello. El me rozaba con el filo de su oz y yo sentí la carne de mi cuello abrirse ante el corte, seguramente no muy profundo.

 

-¿Qué quieres? – Me pregunto con voz fría.

 

El oírla de nuevo tan cerca me hizo percatarme de algo, yo si conocía esa voz, sonaba más grave y fría pero sin duda pertenecía a la misma persona que yo conocía, pues yo lo había escuchado hablar así a otras personas. Pero había algo que no encajaba y me hacía dudar al mismo tiempo que me sentía más esperanzado. Oz nunca me habría hablado de esa forma, nunca había usado ese tono conmigo, ni siquiera me había apuntado con una arma –a excepción de esa vez accidental-, el no lo habría hecho sin importar que. Pero yo sabía que esa voz ligera que me causaba cierto estremecimiento, esa voz que hacía que mi corazón comenzara a descongelarse no podía pertenecer a otra persona.

 

Me sentí mareado y sentí que caería, estaba muy confundido.

 

-Baja el arma – ella hablo con un tono calmado y puso una de sus manos en el hombro de él – El no es un enemigo, sino todo lo contrario.

 

El la obedeció de inmediato y aparto el arma de mi cuello.

 

-Lo...Lo siento –el sonaba apenado – no era mi intención, estaba un poco nervioso – él hablaba con una voz más tranquila y animada que me recordó aun mas a esa persona.

 

No pude evitar verlo con aun más atención y el pareció notarlo pues también me observo, yo no pude reprimir mas la pregunta.

 

-¿Cuál es tu nombre?

 

Yo quería saberlo, yo quería que todo lo de lo que yo ya estaba seguro en mi interior me fuera asegurado, quería dejar de temer y quitar los últimos trozos de hielo que cubrían mi corazón. Mi mente estaba convertida en un delgado hilo que era jalado de ambos extremos, en uno la esperanza y en otro la desolación, yo quería que esto terminara de una vez, quería que alguno de los dos se llevara el hilo completo, antes de que se rompiera por estirarlo tan fuertemente.

 

El me miro y dio un pequeño brinco en cuanto se lo pregunte, me observo por un poco de tiempo mas y giro a verla a ella, se observaron por largos segundos y me pregunte si acaso se podían comunicar de esa forma, ella asintió después de un rato y ambos al mismo tiempo desaparecieron las oz de sus respectivas manos.

 

La chica llevo sus manos a la capucha que cubría su rostro para retirarla, dejando caer a los largos cabellos castaño oscuro hacia su espalda y lados, varias trenzas adornaban su cabellos y dos de ellas – una de cada lado- se unían con un pequeño lazo en la parte trasera de su cabeza. Parecía una chica de aproximadamente 17 o 18 años y por un momento llegue a pensar que no era la Alice que yo conocía pero esa duda se vio disuelta en cuanto ella me observó con esos altaneros ojos morados y esa aura de superioridad.

 

Yo gire de inmediato verlo a él y no me hizo esperar.

 

Sin pensarlo mucho agacho la cabeza y llevo de igual forma las manos a su negra capucha para dejar a la vista su rostro. Los rubios cabellos brillaron acompañados de la luz de la luna en cuanto estuvieron libres y mi corazón dio un salto cuando abrió sus ojos y alzo la vista para observarme con esos hermosos ojos esmeralda. Me estremecí de pies a cabeza con solo verlo y las personas a mi espalda soltaron jadeos sorprendidos, el era mayor, me recordaba ligeramente a Jack Bezarius, pero aun le faltaba crecer un poco para parecerse casi por completo a él, aparentaba aproximadamente entre 19 o 20 años y me observaba con una madures y seriedad que me extrañaron.

 

-Mi nombre es Oz Bezarius….-me respondió con su suave voz.

 

Apenas y pude contener las lágrimas en mis ojos, sentía que podía soltarme a llorar en cualquier momento, pero el impulso de acercarme a él y envolverlo en mis brazos era más fuerte, estuve a punto de hacerlo, pero me detuve al oírlo hablar de nuevo.

 

-¿Y quién eres tú?

 

Y fue así…como mi mundo se derrumbo frente a mis ojos.

 

 

 

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Notas finales:

Zai: Kya!!!!...Me siento tan Feliz, pero tan triste!!!...Yo estoy llorando y no sé si de felicidad o tristeza. T_T Waaa

Sao: Yo también lloro pero de orgullo, no puedo creer que yo escribí algo como eso!!!

Zai: Quiero el siguiente!!....¿que hará Gil?

Sao: para ese si debes esperar pues solo llevo las primeras páginas…no sé si escribirlo del punto de vista de Gil o De Oz, llevo u n poco de cada punto de vista, mas de Gil que de Oz, pero por favor denme sugerencias!!!!

Zai: Yo lo quiero de cualquiera pero que sea rápido!!!

Sao: No es tan simple!!!....ambos lados son perfectos!!! Y no sé qué hacer el de oz es tan Kya!….pero el de gil me brinda el lado correcto de la historia!!...no sé qué hacer!!

Zai: ps…tendrás que esperar para ver qué opinan los lectores…

Sao: por cierto…gracias a Vampire-Empress por su comentario, fue alentador y es bueno saber que alguien me entiende.

Zai: no hubo amenazas me siento decepcionada….pero bueno esta vez no se las merecía y no tardo, así que está bien.

Sao: ¬¬ te diviertes cuando me amenazan…Bueno nos despedimos, intentare no tardar

Zai: no se hagan esperanzas, ella es buena decepcionando a la gente.

Sao: ¬¬ Adiós

Zai: n_n BYE


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