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VALLE SILENCIOSO por Alhen Lawliet

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Notas del capitulo:

Espero les guste el segundo capi, jejejejeje ^^

Thor regresó de Midgar pero parecía muy molesto. Sif lo notó.

- ¿Qué ocurrió en Midgar? Thor…

Fandral sabía a qué se debía.

- ¿Sigues observando a Loki? El ya no es tu hermano.

- Lo sigue siendo.

- Quizás para ti aún lo sea, pero tu ya no eres el suyo.

Aquellas palabras calaron hondo el en rubio que aún tenían la imagen muy clara en su mente.

- Debes dejarlo ir. Como humano, es feliz. Admitámoslo, aquí con nosotros no lo era. El tiene otra vida, ya no pertenece aquí.

Thor se fue rápido del lugar. No deseaba seguir escuchando lo que su amigo tenia que decir. Cuando llegó a su hogar, fue recibido por su padre.

- Thor.

- Padre…

- ¿Qué sucedió en Midgar?

- ¿Padre?

- Se que has estado viendo a Loki. Recuerda que el ya no es tu hermano.

- Claro que lo es, no me importa lo que digan los demás o tu, padre, Loki es y seguirá siendo mi hermano. Antes tampoco lo era pero lo quería como si lo fuera.

- Tienes razón. Sentimentalmente sigue siendo tu hermano, pero ya no lo eres tu de el.

Y de nuevo esa maldita imagen de Loki abrazando a ese castaño con tanta devoción. Lo hacía sentir miserable.

- No es justo, padre.

- Lo se. ¿Crees que a mí no me duele? También es mi hijo y lo quiero, por eso deseo su bienestar. El es feliz ahora con su vida humana. Aquí no lo era.

- Pero lo extraño.

- Yo lo se. Pero el ahora tiene otro hermano.

Recordó una vez más la escena.

- Y resultó mejor que yo.

- Ahora tiene una vida diferente, ya no pertenece con nosotros. Debe seguir su camino a parte. No puedes seguir cuidándolo siempre, debe vivir su vida.

- Hoy eso pudo terminar.

- ¿A qué te refieres? ¿Qué sucedió?

- Yo… si hubiera llegado un poco antes… esta bien, pero pudo ser más grave si no hubiera llegado.

Thor se retiró a su habitación y ahí su madre apareció.

- Thor, cariño.

- Madre.

- Yo también lo extraño.

- Me tan triste.

- Míralo de esta forma. El ahora es feliz, no al lado nuestro como desearía, pero su felicidad es nuestra felicidad.

- Eso es lo que me hace sentir tan miserable.

- ¿Qué tu hermano sea feliz?

- Si… bueno, no. Si no el hecho de que yo no pueda compartir esa felicidad con el. Eso me hace sentir tan miserable, desolado.

- Thor. Yo también quisiera que estuviera con nosotros, pero ahora… lo que cuenta es su felicidad.

- Lo se… pero no dejo de pensar que es mi culpa.

- No digas eso, nadie tiene la culpa de lo que pasó.

- Claro que si madre, si yo hubiera hecho algo para evitarlo… soy tan desdichado.

- Oh! Thor, hijo mío, ya no te lamentes, lo que pasó no tiene remedio.

En otro lugar, en la habitación de Aldo. Ésse te revolvía en la cama pues aquel sueño lo atormentaba una noche más. Despertó de golpe.

- ¡Thor!

Gritó al momento de despertar de su pesadilla, obviamente para el fue como uno más de sus gritos nocturnos y no un nombre que gritó a todo pulmón. Trató de relajarse. Puso su mano en su frente mientras se calmaba.

- Otra vez ese sueño. ¿Qué me pasa?

La puerta se abrió y era Alex.

- Alex… hermano…

- ¿Otro más sueño?

- Si.

Se acercó al menor.

- Has tenido malos sueños últimamente.

- Lo se.

- ¿Quién es Thor?

- ¿Qué?

- Gritaste ese nombre.

- No lo se. No conozco a nadie con ese nombre.

- Bueno, trata de descansar.

- Bien.

- Yo velaré tu sueño esta noche.

- Cada noche lo haces.

- Y lo seguiré haciendo.

Rió el castaño. Aldo entonces recordó algo.

- ¿Sabes? Un hombre me salvó de los maleantes.

- ¿En serio? ¿No será ese el tal Thor?

- No lo se, no le pregunté su nombre, se fue en cuanto venció a los bandidos.

- Bien, pero ahora duerme.

Y así lo hizo, el chico se quedó dormido. Mientras, Thor miraba el techo de su habitación. Pensando en su hermano Loki. Levantó su mano hacia el aire como si deseara alcanzar algo. Tal vez, lo que quería alcanzar fuera Loki. Recordaba aún el cariño que Loki transmitía a aquel castaño que ahora ocupaba el puesto de hermano mayor. En su mente podía revivir claramente algunos eventos del inicio de su rivalidad.

**¿Sabes? Realmente nunca me interesó el trono…. ¡Todo lo que quería era ser digno de ti, Padre!**

Recordar el como Loki se dejó caer al vacío, haciendo creer a todos que había muerto… su corazón se llenó de un punzante dolor. Cerró sus ojos mientras pronunciaba el nombre de su hermano menor.

- Loki… Loki…

…Loki…

Aldo despertó al escuchar una voz que parecía llamarlo. Se dio la vuelta para ver a su primo que aún dormía. Se levantó y comenzó a razonar lo que le sucedía.

- “Creí escuchar que alguien me llamaba.”

Pero entonces se dio cuenta que lo que había escuchado fue un nombre distinto al suyo… recordaba la palabra Loki.

- “Yo no me llamo así… ¿Qué es lo que me está ocurriendo?”

Miró de nuevo a su primo y con cuidado, se sentó en el borde de la cama, miró su pierna y sonrió.

- “Siempre tiene que exagerar.”

Se paró y caminó a un pequeño librero y comenzó a buscar algo para leer, cuando su vista se centró en un título que le llamó mucho la atención. “Mitos e historia Nórdicos.”

Aldo tomó el libro y caminó a su pequeño escritorio y encendió la lámpara para poder leer. Al principio no le interesó nada de lo que leía hasta que vio una imagen de Mjolnir, el martillo de Thor, leyó sobre el… una clara imagen del guerrero se podía contemplar en toda una página.

- “El poderoso Thor…”

Comenzó a leer cada párrafo que hablaba de aquel dios nórdico cuando escuchó la voz de su primo.

- Aldo… ¿Qué haces despierto a esta hora?

- Lo siento, no podía dormir.

Alex se levantó de la cama y caminó hasta su pequeño primo.

- ¿Qué lees?

- Nada en especial.

Cerró su libro no sin antes poner un separador para identificar la página que quería leer. Alex lo miró un poco y le sonrió. Lo cargó para llevarlo a la cama de vuelta.

- ¿Qué haces?

- No quiero que la herida se abra.

- Exageras.

- Ni importa.

Lo llevó de nuevo a la cama y lo recostó.

- No soy un niño pequeño.

- No discutas.

Le dijo sonriente. Aldo solo se resignó y cuando Alex se acomodó ambos trataron de dormir. El pelinegro quedo un momento pensativo, como si quisiera hacer o decir algo, entonces, sin previo aviso, se abrazó al pecho del castaño, sorprendiendo a éste.

- Me siento confundido.

Dijo el ojiverde.

- ¿Por qué?

- No lo se… todo lo que ocurrió… Mimí…

- No pienses en eso, ella se pondrá bien. Descansa.

- Si, gracias.

Alex colocó una mano en la cabeza de su primo y acercó su rostro, sintiendo la suavidad del cabello color nocturno.

Al día siguiente. Aldo viajaba en el auto de su primo a la universidad.

- No es necesario que hagas esto.

- Quiero hacerlo, me preocupa que algo te pase en el camino.

Se detuvieron.

- Bien, pero no quiero que me cargues.

- Pero…

- Me avergonzarás frente a mis compañeros.

- Muy bien, no lo are.

- Gracias.

Aldo bajó del auto color rojo metálico. Alex le gritó desde dentro.

- Vendré a recogerte.

- De acuerdo.

Entró al campus. Un par de horas después, Aldo se encontraba en la biblioteca de la universidad, buscando un libro para su nuevo informe de derecho, cuando vio lo que necesitaba caminó a las mesas cuando recordó el libro que había leído apenas anoche. Lo sacó y dejó a un lado el otro. Se puso a leer la página donde se había quedado.

- “El poderoso Thor…”

No podía evitar pensar en aquel hombre que se había llamado a sí mismo Thor, dios del trueno. Cada línea que leía captaba su atención, hasta que llegó a su mente el nombre de Loki. Buscó algo acerca de ese individuo, averiguando solo algunas cosas… sentía que su mente se nublaba y algo en su interior parecía reaccionar a una extraña sensación. Dejó de leer y se concentró en lo que su cerebro acababa de procesar.

Escondido entre los estantes de libros, había algo acechando, el pelinegro se sintió observado y quiso girar su cabeza, pero trató de ignorarlo, atribuyéndolo a su estado actual de estrés.

Ya en la salida, Alex llegaba a recoger a su primo muy puntual.

- Veo que si me esperaste.

Le dijo a su primo, que permanecía sentado en una banca.

- Tenía qué.

- Cierto. Vamos.

Le abrió la puerta, luchando por las ganas de cargar a su primo/hermano, pues le era casi imposible el intentar sobre cuidarlo. Mientras conducía, notó a Aldo muy distante, pensativo.

- Te vez raro. ¿Pasa algo?

- No, es solo que sigo pensando en Mimí.

Mintió.

- No te preocupes, ella esta bien… fui a verla hoy.

Eso hizo reaccionar al chico.

- ¿Cómo esta?

- Bien, pero aún no despierta, al parecer el golpe fue bastante duro.

Dijo muy preocupado. Aldo se sintió mal por eso.

- Fue mi culpa… Mimí… Mimí está así por mi culpa, si hubiera hecho algo, ella no estaría así.

- Escucha, no fue tu culpa, solo fue algo que pasó, ni pudiste evitarlo.

- Pero…

- Si pudiéramos evitar que quienes amamos sufran lo haríamos, no habría accidentes, nadie herido… se puede evitar así como si vemos a alguien morir frente a nuestros ojos no podemos hacer nada como si un niño de fractura un tobillo por un accidente… no se puede evitar que alguien sufra, es algo que sucede y ya… como mis padres... Yo no pude evitar que muriera y muchas veces yo me culpaba, diciéndome que pude haber echo algo y me culpaba por eso…

Aldo se sintió mal por Alex.

- Alex… yo…

- Déjalo así.

Dijo con un tono más calmado. Aldo aún miraba a su primo.

- Gracias…

Alex lo miró.

- Por todo lo que has hecho por mí. Se que te preocupas por mí y eso te lo agradezco… gracias por ser mi hermano mayor.

Alex sonrió.

- Descuida, “hermanito.”

Como les encantaba ese juego. Ambos ahora sonreían y la tensión de hace momentos se disipó.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, jejeje, si quieren sugerir algo adelante, estoy abierta a ideas ^^


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